Pninei Halajá

10. Los preparativos emocionales y de indumentaria previa al rezo.

01.  Preparación emocional.

«No se debe rezar cuando se está triste ni con pereza» (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 31(A)) ya que la plegaria acerca al individuo al Creador Bendito Sea, le insufla vida y lo fortalece, razón por la cual se debe orar con alegría.

Nuestros sabios además afirmaron que «no se ha de orar cuando se está imbuido de jocosidad» (ídem), y puesto que la risa anula el temor a D´s, se ha de rezar desde la sumisión y el temblor. «Y tampoco se ha de rezar en medio de una conversación» ya que la charla distrae a la persona de su mundo interior y la plegaria debe brotar desde la profundidad del alma. «No se ha de rezar cuando se está de ánimo ligero o conversando sobre banalidades» ya que la plegaria se basa en la toma de conciencia en cuanto a la capacidad del ser humano de efectuar grandes cosas mediante el correcto uso de la palabra, y si reza mientras dice palabras vanas muestra que no valora su capacidad verbal (ver Olat Reaiá I p. 29).

En el orden del rezo para los hombres, nuestros sabios establecieron (Shulján Aruj 93:2) que antes de comenzar la Amidá se reciten pasajes optimistas que reconfortan al corazón, antes de Shajarit y Arvit la bendición por la redención de Israel («Gaal Israel») y antes de Minjá el cántico de David («Ashrei Ioshvei beiteja»). Sin bien las mujeres no están preceptuadas de recitar estos pasajes antes de la Amidá, corresponde que, por lo menos, previo al rezo cada una se tome el lapso de tiempo que lleva caminar cuatro codos para lograr su equilibrio mental.

Los hombres devotos y piadosos de antaño («jasidim rishonim») eran muy cuidadosos en este aspecto, y se preparaban una hora antes del rezo para poder concentrarse adecuadamente y orientar sus corazones a D´s (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 30(B), Shulján Aruj 93:1, Mishná Berurá 1).

Si una mujer está por colocar dinero en la caja de tzedaká hogareña, es bueno que lo haga previo al rezo (Shulján Aruj Oraj Jaím 92:10). Asimismo, una mujer que está por escribir un cheque para un donativo, es bueno que lo escriba o lo introduzca en el sobre previamente, pues de esa manera se allegará a rezar imbuida en la alegría de haber cumplido un precepto. Además, quien se presenta a pedir misericordia y benevolencia ante D´s corresponde que ella misma dé de sí a los necesitados. El Aríz»l dijo que antes de rezar habría que meditar apropiadamente sobre el precepto de «amarás a tu prójimo como a ti mismo» que es la gran regla general de la Torá, y además toda la plegaria está redactada en plural ya que es en pos de todo el pueblo de Israel.

02.  Evitar molestias durante el rezo.

Durante el rezo de la «Amidá» no se debe sostener en las manos un objeto que tememos que se pueda caer, por ejemplo un libro, una bandeja cargada, monedas, un cuchillo o un alimento pues esto puede causar la pérdida de la concentración, empero se puede sostener un Sidur pues sirve para rezar (Shulján Aruj 96:1-2). Asimismo, hay que tomar precaución de esto también en las demás secciones del rezo.

En el caso de un objeto que carece de valor y no se teme que le ocurra algo como en el caso de un tallo de una planta, a priori no se debe sostener durante la Amidá pues no es respetuoso pararse a rezar sosteniendo algo innecesario (ver Mishná Berurá 96:1-5).

Antes de iniciarse el rezo hay que apagar el teléfono celular. En sinagogas o sitios donde hay libros de oración no se deben usar los teléfonos celulares a modo de «Sidur», para no distraerse y para que no parezca que se leen mensajes durante el rezo. Quien carece de «Sidur» y precisa usar el celular debe primero bloquear la opción de recepción de llamadas o mensajes.

Quien piensa que durante el rezo pueda ser llamada para una cuestión de suma urgencia, puede dejar el aparato encendido mas lo pasará a modo de vibración  para que la recepción del llamado no perturbe el servicio religioso.

A priori no se debe rezar con una mochila pendiendo de su espalda pues no es esa una manera decorosa de presentarse ante personas importantes y menos aún de pararse a orar. En caso que la mujer se encuentre de paso y le resulte más cómodo dejar la mochila colgada de sus hombros, si ésta es pequeña y tiene un volumen inferior a los cuatro «kavin» (4.8 litros aprox.) podrá rezar con ella. Si la mochila tiene un volumen que exceda dicha medida no podrá rezar cuando esta pende de sus hombros, pues un bulto semejante puede distraerle de su concentración (Shulján Aruj 94:4).

Una mujer que por carecer de bolsillos sostiene en sus manos una billetera con dinero o cualquier otro objeto valioso y teme que si los apoya en alguna parte podrían ser robados, y además carece de alguien en quien confiarlos para que se los cuide,  a posteriori, es mejor que los mantenga asidos durante el servicio ya que de esta manera estará menos preocupada (Mishná Berurá 96:6, Kaf HaJaím 7). Asimismo, quien lleva una mochila grande sobre sus espaldas y teme que se la puedan robar, de no tener alternativa podrá rezar cargándola.

Una mujer no puede rezar mientras carga un bebé en sus brazos pues tiene que estar pendiente de que éste no se caiga. Además, el niño puede distraerla. Aunque el bebé penda de un «kanguro» (porta bebés) no es respetuoso pararse así a rezar. En caso de que se carezca de alternativa, aquella mujer que tenga la certeza que puede concentrarse en el rezo cargando con el bebé en un «kanguro», por razones de fuerza mayor se le permite rezar así. En caso que ella tema no poder concentrarse, que no rece y cumpla con su deber mediante el recitado de las bendiciones matinales y de la Torá, ya que bendiciones se pueden recitar mientras se carga un bebé.

03. Las reglas de la indumentaria a vestir, a priori, durante el rezo.

Una persona debe prepararse antes del rezo, temer reverencialmente ante Su magnificente Presencia y regocijarse por estar a punto de presentarse ante el Rey de Reyes y orar. Esta actitud debe reflejarse también en la indumentaria, debiendo ser ésta decorosa y digna de quien se presenta ante el Rey.

Las reglas que rigen la indumentaria para rezar son diferentes de las establecidas para las cuestiones vinculadas a la santidad. En cuestiones de santidad tales como el recitado del Shemá y bendiciones, se pueden recitar mientras las partes púdicas estén tapadas (Shulján Aruj Oraj Jaim 74:6); pero en lo referido a la Amidá la regla es distinta ya que como la persona se presenta ante el Rey Bendito Sea debe lucir de modo honorable (Shulján Aruj 91:1). En el caso de las mujeres, toda vestimenta que se atiene a los parámetros del recato es apta para rezar.

A priori, la persona habrá de vestir ropas dignas, a los efectos de que no honre menos a D´s que a las personas, y así como la persona es meticulosa en vestirse adecuadamente antes de encontrarse con gente importante, de la misma forma debe lucir (cuanto menos) a la hora de rezar. Quien va a entrevistarse con el rey una sola vez en su vida viste su mejor ropa, mientras que quien se reúne a diario con éste cuida que su indumentaria sea digna y adecuada a su rango y función, mas no viste a diario su mejor vestimenta. De la misma manera nosotros, al rezar nos asemejamos a quien se reúne con el Rey tres veces al día y por ende se viste adecuadamente mas no con su mejor ropaje, el cual se reserva para Shabat, días de fiesta o alegrías vinculadas al cumplimiento de un precepto.

04. La indumentaria apropiada para rezar.

Si bien a priori es menester vestir ropa digna para rezar, cuando es complicado cambiarse de indumentaria  se puede orar con vestimenta común siempre y cuando sea decorosa. Por lo tanto, aquella mujer que está abocada a las labores domésticas, tiene a sus niños a su cargo y carece del tiempo para cambiarse de vestimenta y rezar, podrá hacerlo con su indumentaria común o envuelta en una bata bonita con la que anda por su casa, ya que si no se avergüenza de abrir la puerta de la casa vestida así, no se la considera indecorosamente vestida.

No se debe rezar en pijama (Mishná Berurá 91:11), empero el enfermo puede hacerlo pues es aceptado que vista esta indumentaria delante de personas importantes que vienen a visitarlo.

No se debe rezar vistiendo un abrigo para lluvia (piloto), botas y guantes ya que no se suele vestir así delante de personas prestigiosas (Mishná Berurá 91:12). Sin embargo, cuando hace mucho frio se puede rezar con abrigo de lluvia y guantes ya que esto no implica menospreciar la importancia del rezo. Asimismo, en lugares donde se acostumbra a calzar botas se puede rezar con éstas puestas.

En el caso de muchachas que están de paseo pueden rezar con la indumentaria que usan para la excursión, a condición de que las prendas se atengan a las normas del recato. Si bien estas ropas serían indecorosas en sus hogares, durante el paseo se las considera apropiadas y aceptables al punto de que si se les presentase alguien importante ellas no sentirían la necesidad de cambiarlas. Por lo tanto, siempre y cuando la indumentaria del paseo sea recatada se puede rezar con ésta en el tiempo de la excursión.

05. Los hombres y el cubrirse la cabeza.

A los efectos de elucidar si las mujeres deben o no cubrir sus cabezas mientras rezan o recitan bendiciones, es necesario primeramente aclarar el status del deber masculino en este respecto.

En un inicio, solamente algunos grandes sabios acostumbraban a cubrir sus cabezas como expresión de especial devoción religiosa y se abstenían de caminar cuatro codos con su cabeza descubierta. Rav Huna, el hijo de Rabí Iehoshúa era conocido por no caminar cuatro codos con su cabeza descubierta (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 118(B)) y solía decir: «la Divina Presencia se encuentra sobre mi cabeza, ¿cómo he de andar con la cabeza descubierta? (ídem Tratado de Kidushín 31(A)). Asimismo nos relata el Talmud Babilonio (Shabat 156(B)) que a la madre de Rav Najman se le pronosticó que de acuerdo a su constelación, su hijo se transformaría en un ladrón. Ella tuvo el reparo que el niño siempre cubriese su cabeza y así fue creciendo en Torá y mitzvot. En cierta ocasión se le cayó la cobertura de su cabeza, y fue cuando su instinto se exacerbó y se despertó en su interior un fuerte deseo de robar dátiles que pendían de una palmera. En ese momento Rav Najman entendió el porqué del especial cuidado de su madre en mantenerle siempre con la cabeza cubierta. Con el correr del tiempo, lo que en un inicio se trató de una práctica limitada a unos pocos sabios se extendió a todo el pueblo de Israel y se tornó obligatoria (Shulján Aruj Oraj Jaím 2:6).

Hay juristas que sostienen que cubrirse la cabeza al mencionar el nombre de D´s y al recitar bendiciones es un deber de origen rabínico mientras que otros consideran que no existe un deber específico de cubrirse la cabeza para mencionar un nombre Divino o recitar una bendición sino que se trata de un deber derivado de la costumbre. El Shulján Aruj trae la opinión más estricta en virtud de la cual se debe cubrir la cabeza al mencionar el nombre de Hashem y recitar bendiciones (Oraj Jaím 91:3, 206:3).

06. Las mujeres y el cubrirse la cabeza.

La razón por la cual las mujeres se cubren la cabeza no es la de despertar el sentimiento de temor a D´s. Las mujeres casadas deben cubrir sus cabezas por una cuestión de recato mientras que las solteras, que no tienen el mismo deber de recato, no acostumbran a cubrir sus cabezas como los hombres. Una posible explicación podría ser que las mujeres no precisan de la kipá pues de acuerdo a su naturaleza les es más fácil corregir sus características  personales. Quizás el hombre sea naturalmente más atrevido u osado (azut) por lo que requiere de una kipá sobre su cabeza para refrenar su instinto y orientarlo positivamente. En cambio las mujeres, naturalmente son más tímidas y modestas por lo que no precisan kipá.

Además, se podría decir que el cuidado por parte de la mujer de las reglas de recato es una expresión más que contundente de su aceptación del Yugo Celestial, por lo que no precisan cubrirse la cabeza para manifestar temor a D´s. Por otra parte, una mujer que no se vista y conduzca con recato, en nada le ayuda ponerse luego una kipá, ya que el daño producido por la falta de modestia es mucho mayor, y al no atenerse a las normas es como si declarase que la halajá, que proviene de la palabra de Hashem, no la obliga.

Sin embargo hay juristas que sostienen que también una mujer  soltera  debe cubrir su cabeza al mencionar el nombre Divino y al recitar bendiciones, ya que en esa cuestión no hay diferencia entre los sexos y se trata de un deber general de cubrirse la cabeza al mencionar el nombre de D´s (Ish Matzlíaj, Iaskil Avdí). Otros juristas opinan que, por lo menos, las mujeres deben cubrir sus cabezas para rezar la Amidá (Iabía Omer 6:15). Empero en la práctica las solteras no acostumbran a cubrir sus cabezas ni siquiera para rezar. Esto se debe a que los hombres acostumbran a cubrirse la cabeza todo el día como expresión de devoción y a los efectos de despertar en sí temor a D´s. Por lo tanto es lógico exigirles que se cubran la cabeza a la hora de mencionar el nombre de D´s, pero en el caso de las mujeres solteras que no tienen esta costumbre de manifestar devoción cubriéndose la cabeza todo el día, el hacerlo no implica una expresión de especial temor a D´s, y por lo tanto no están obligadas a cubrir la cabeza  ni al rezar ni al recitar bendiciones.

De todas maneras, las mujeres casadas deben obviamente rezar con la cabeza cubierta ya que de no cubrirla están vestidas de manera contraria a las indicaciones de las reglas del recato, y por lo tanto orar así implicaría una afrenta a la plegaria.

Esto se deriva de que se debe rezar con vestimenta digna, apropiada para quien va al encuentro del Rey del Universo, y obviamente es menester vestirse a estos efectos recatadamente. Por lo tanto, aquellas mujeres que no suelen cubrir sus cabezas todo el día, por lo menos a la hora de rezar corresponde que lo hagan.

Hay juristas que sostienen que  las mujeres casadas deben cubrir sus cabezas al momento de mencionar el Nombre Divino aunque se encuentren solas entre cuatro paredes. Otros juristas opinan que dado que las solteras no están preceptuadas de hacerlo tampoco las casadas lo están, ya que el deber de las casadas de cubrir sus cabezas es únicamente por recato y como a los efectos de recitar una bendición no se requiere de una indumentaria honorable, se las considera como solteras y se les permite recitar tanto bendiciones como el Shemá antes de dormir con la cabeza descubierta. Así nos parece que es la halajá.

07. Cinturón.

Los hombres tienen prohibido recitar cuestiones referidas a la santidad («Devarim shebikdushá») si no tienen una separación entre su corazón y las partes púdicas. Por esta razón quien viste una prenda larga como ser una toga o una túnica sin ropa interior por debajo y quiere recitar una cuestión de santidad debe ponerse un cinturón o pegar la túnica al cuerpo con la mano para que haya separación entre dichas partes.

En el caso de las mujeres, su zona púdica es más inferior y naturalmente su corazón no la divisa por lo que la mujer puede recitar cuestiones vinculadas a la santidad cuando viste una bata aunque no tenga separación entre el corazón y su zona púdica.

Antes del rezo los hombres deben vestir un cinturón. Hay juristas que opinan que se debe a la necesidad de separar el corazón de su genitalidad por lo que si viste ropa interior ya no es necesario colocarse cinturón. Otros juristas son de la idea que en honor al rezo se debe colocar cinturón para poner énfasis en la división entre el corazón y la zona púdica (Shulján Aruj 91:2, Peninei Halajá Tefilá 5:3). Pero mujeres que no tienen que separar ambas partes, no necesitan usar cinturón antes de comenzar la oración.

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