Pninei Halajá

Capítulo 18 – «Tefilat HaDerej» («La Plegaria del viajero»)

01) «Tefilat HaDerej» y su significado

Nuestros sabios establecieron una oración para quien parte a un viaje – la «plegaria del viajero» (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 29(B)). En el pasado, el riesgo en los caminos provenía de los malhechores que asaltaban a quienes viajaban, de los animales feroces o de posibles desastres naturales. En la actualidad, el principal peligro lo constituyen los accidentes de tránsito. De todas maneras, la plegaria establecida por los sabios resulta pertinente para todos los tipos de peligro que pudieran acechar en el camino.

El sitio más seguro para un ser humano es su medio natural, o sea su casa o su ciudad. Empero cuando una persona se aleja de la ciudad, de sus amigos y de sus vecinos y emprende un viaje, se expone a un determinado riesgo. En caso de ser atacado, serán menos las personas que podrán acudir en su rescate. En caso de sufrir una afección corporal, hasta ser transportado a un hospital pasará más tiempo (ver Maharal de Praga Netiv Gmilut Jasadim 5). Por ello, nuestros sabios establecieron la plegaria del viajero. Al detenernos en la redacción de la plegaria, notamos que está redactada en plural y esto no es casualidad. Desde el punto de vista espiritual, la separación de la comunidad es el quid del peligro que afronta quien viaja, por ello, es bueno que el viajero tenga en cuenta a su comunidad y de esa forma su plegaria será mejor aceptada.

Dado que al recitar la plegaria nos encontramos rezando ante el Creador y le pedimos que nuestro viaje transcurra en paz, y también que nuestro camino sea exitoso (ídem Berajot 29(B), 30(A)). Esta es la redacción de la plegaria: «Iehí Ratzón Milfaneja Ad-onai Eloh-einu VeEloh-ei Avoteinu Shetolijenu Leshalom Vetatzidenu Leshalom Vetadrijenu Leshalom Vetaguienu Limjoz Jeftzenu Lejaím Ulesimjá Uleshalom. Vetatzilenu Mikaf Kol Oiev Veorev Baderej, Umikol Minei Puranuiot Hamitragshot Lavó Laolám, Vetishlaj Brajá Bemaasé Iadenu, Vetitnenu Lejen Ulejesed Ulerajamim Beeineja Ubeeinei Kol Roeinu, Vetishmá Kol Tajanuneninu, Ki El Shomea Tefilá Vetajanún Atá. Baruj Atá Ad-onai Shomea Tefilá» («Sea voluntad ante Ti HaShem D´s nuestro y D´s de nuestros ancestros que nos conduzcas en paz, nos hagas transitar en quietud y nos guíes en armonía y nos permitas arribar al sitio al cual deseamos llegar con vida, alegría y paz. Sálvanos de la mano de todo enemigo que aceche en el camino y de toda desgracia que pudiese sobrevenir, envía bendición a toda la labor de nuestras manos, concédenos gracia, benevolencia y compasión ante Tus ojos y los de todos aquellos que nos vean, y escucha la voz de nuestras súplicas, pues Tú escuchas las plegarias y las súplicas. Bendito eres Tú HaShem que escucha la plegaria»). Existen variantes entre las diferentes versiones de la plegaria y todas son apropiadas.

Dado que en la actualidad el peligro que reportan los caminos radica principalmente en los accidentes de tránsito, hay quienes entienden que estos deben también ser explícitamente mencionados en la plegaria. De acuerdo con la opinión de Rabí Eliezer ben Yoel Haleví (sección primera, Berajot 86) se pueden agregar a «Tefilat HaDerej» peligros específicos concernientes al camino concreto por el que se habrá de transitar. Otros juristas entienden que quien desee agregar puede hacerlo, mientras otros entienden que al decir «todo tipo de desgracias que pudiesen sobrevenir» se incluyen también los accidentes de tránsito, por lo que no es necesario agregar nada a la redacción original de los sabios. Que cada uno escoja lo que le resulte atinado.

02) ¿Por qué tipo de camino se recita la plegaria?

Nuestros sabios establecieron que se recite «Tefilat HaDerej» por un camino cuya extensión supere la medida talmúdica de una «parsá» (ídem Berajot 30(A)). Una «parsá» equivale a cuatro «mil» y cada «mil» tiene una longitud de 912 metros. Resulta entonces que una «parsá» se aproxima a los cuatro kilómetros (3.648). En caso de que la extensión del camino sea inferior a una «parsá», no se recita «Tefilat HaDerej», ya que un camino tan breve y próximo al radio urbano con seguridad no encierra riesgos (Rosh).

No es necesario revisar puntillosamente la extensión del camino, sino que la persona habrá de estimar según lo que sus ojos ven. Más adelante (halajá 104) se explicará que, si el camino encierra un peligro específico, se recita la plegaria por una distancia inferior a una «parsá».

Hay juristas que entienden que la «parsá» tiene por cometido darnos una medida de tiempo, tal que si hacer el camino demora más de setenta y dos minutos que es lo que le lleva a una persona promedio caminar una «parsá» por un camino no asfaltado – se debe recitar «Tefilat HaDerej». Empero, si transitar el camino en cuestión lleva menos de setenta y dos minutos, dado que el peligro no se prolonga en el tiempo – no se habrá de recitar (Zijrón Iehudá Oraj Jaím 42, Iabía Omer II Oraj Jaím 14).

Sin embargo, según la opinión mayoritaria de los juristas la intención de los sabios al referirse a una «parsá» fue la de establecer la longitud del camino por la cual es necesario recitar «Tefilat HaDerej». Esto se debe a que cuanto más extenso sea el camino, más se aleja la persona de una zona habitada y por ende los peligros aumentan. Empero, el tiempo carece de importancia pues también en los tiempos de nuestros sabios los jinetes a caballo transitaban una «parsá» en menos de diez minutos y los sabios no diferenciaron entre quien camina y quien monta un animal, fijando que en todo caso se recite «Tefilat HaDerej» por una distancia equivalente a una «parsá». Por lo tanto, también en nuestros días en los que disponemos de veloces automóviles, medimos la longitud del camino y si supera la «parsá» debemos recitar «Tefilat HaDerej»; especialmente en la actualidad que los accidentes en los caminos representan la mayor amenaza a la vida humana (Mishná Berurá 110:30, y esta es asimismo la opinión mayoritaria de los juristas).

Existe duda respecto de quien viaja dentro de una ciudad. Por una parte, nuestros sabios establecieron decir «Tefilat HaDerej» para quien viaja fuera del radio urbano, pero por la otra, en la actualidad el riesgo existente en las áreas urbanas creció de sobremanera y muchos viajan largas distancias dentro de las ciudades y el peligro en estos traslados no es inferior al de los viajes interurbanos, especialmente cuando se transita por vías rápidas. En la práctica, nos parece que si bien no es obligatorio recitar «Tefilat HaDerej» dentro de la ciudad, es bueno que quien se traslada intraurbanamente más de una «parsá», recite la plegaria sin pronunciar el Nombre Divino al final de esta, esto es, que finalice diciendo: «Baruj Atá Shomea Tefilá» («Bendito eres Tú que escucha la plegaria»).

03) Algunas reglas de «Tefilat HaDerej»

Hay juristas que sostienen que es correcto recitar la plegaria ni bien la persona sale de su casa estando aún dentro del radio de la ciudad (Ateret Zkenim 16:7). Según la opinión mayoritaria de los juristas, si bien a posteriori se cumple con el deber de recitar «Tefilat HaDerej» aunque se lo haga dentro del radio urbano, a priori es correcto recitarla inmediatamente al salir de la ciudad, pues entonces comienza el trayecto por el cual se ha de rezar (Maguén Abraham, Eliahu Rabá, Prí Megadim y Mishná Berurá 110:29).

Aparentemente, correspondería actuar conforme la opinión mayoritaria de los juristas y recitar «Tefilat HaDerej» tras salir de la ciudad. Empero, dado que en la actualidad se corre el riesgo de sufrir siniestros también dentro del área urbana y tal como aprendimos en la halajá anterior, es bueno recitar la plegaria sin mencionar el Nombre Divino, incluso por un viaje dentro de la ciudad; mas cuando se tiene la intención de realizar un viaje interurbano, es correcto recitar la plegaria mencionando el Nombre Divino al comienzo de la travesía estando aún en la ciudad. Y dado que es preferible recitarla cuando aún se está estacionado, el mejor momento para decir «Tefilat HaDerej» es cuando la persona se sienta en el automóvil previo a partir.

Quien olvidó recitarla al partir, si hasta arribar a destino falta al menos una «parsá» (cerca de cuatro kilómetros) – que recite «Tefilat HaDerej», y si falta menos – que recite la plegaria sin mencionar el Nombre Divino (Shulján Aruj Oraj Jaím 110:7).

Una persona que realiza varios viajes al día, será suficiente con que diga «Tefilat HaDerej» la primera vez e incluya en este recitado todos los trayectos que habrá de realizar en la jornada. Empero, quien tenía planeado emprender un solo viaje y luego cambió de idea y viajó otra vez más, deberá recitar «Tefilat HaDerej» una segunda vez. Cuando el camino se prolonga por varios días es necesario recitar «Tefilat HaDerej» cada mañana (Shulján Aruj Oraj Jaím 110:5).

04) Trayectos breves y peligrosos

Aprendimos en la halajá 2 que los sabios dictaminaron pronunciar «Tefilat HaDerej» por los peligros que acechan en el camino, y vimos que el Talmud Babilonio (Tratado de Berajot 30(A)) explica, que si el camino es menos extenso que una «parsá», no resulta de riesgo, por lo que no se ha de recitar la plegaria. Es decir, se recita «Tefilat HaDerej» por un camino que se prolonga por unos cuatro kilómetros (3.648). Empero, esto se contradice con lo establecido en el Talmud Jerosolimitano (Berajot 4:4), donde se considera que todos los caminos conllevan algún riesgo, por lo que se recita Tefilat HaDerej por un tramo inferior a una «parsá». La solución que se encontró a esta discrepancia es que, en un camino habitual donde se recorre una distancia inferior a una «parsá» – no encierra peligro, por lo que no es necesario recitar la plegaria; empero el Talmud Jerosolimitano se refiere a un camino mucho más peligroso, y aunque se recorra una distancia inferior a una «parsá» – se debe recitar la plegaria (Talmidei Rabenu Ioná Berajot 20:2, Turei Zahav 110:6). Así se dictaminó entonces la halajá final: si el camino es considerado de riesgo, aunque se transite por este menos de una «parsá» – se debe recitar «Tefilat HaDerej» (Mishná Berurá 110:30).

Por todo esto, en tiempos en los cuales determinadas rutas son consideradas peligrosas a causa de los ataques y atentados árabes con piedras, botellas incendiarias y a veces hasta efectuando disparos a los vehículos que por estas transitan – se impone recitar «Tfilat HaDerej» aunque se viaje menos de una «parsá». Quiera D´s que pronto desparezcan todos nuestros enemigos y aquellos que nos aborrecen, y el pueblo de Israel viva en paz y seguridad en toda la extensión de su territorio.

05) ¿Es necesario recitar «Tefilat HaDerej» junto a otra bendición?

Hay quienes cuestionaron por qué la redacción de «Tefilat HaDerej» no comienza con la expresión «Baruj» («Bendito»). De hecho hay una regla general que indica que toda bendición que no se recita contigua a otra, esto es, que se recita de manera aislada y no como parte de una secuencia, debe iniciarse con las palabras «Baruj Atá HaShem» («Bendito eres Tú HaShem»), pero si es contigua a otra no precisa hacerlo, tal como la segunda y tercera bendiciones del «Birkat HaMazón no lo hacen (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 46(A)). Entonces, ¿por qué «Tefilat HaDerej» que se recita de manera aislada no comienza con la palabra «Baruj»?

En virtud de esta cuestión, hay quienes en aras de cumplir el precepto con mayor grado de excelencia, recitan «Tefilat HaDerej» junto a otra bendición (Maharam de Rotenburg). A priori, es correcto tomar en cuenta esta opinión y en caso de que se tenga la oportunidad de recitar otra bendición al iniciar el viaje, se prefiere adjuntar a esta el recitado de «Tefilat HaDerej». Por ejemplo, quien come una manzana y posterior a la ingestión debe recitar la bendición de «Boré Nefashot», tras hacerlo que diga «Tefilat HaDerej» (Shulján Aruj 110:6, Shelá al Tratado de Julín Ner Mitzvá 71, Maguén Abraham y Mishná Berurá 110:28).

Empero, si no tuvo la oportunidad de recitar otra bendición – que recite «Tefilat HaDerej» aisladamente, ya que según la opinión de muchos juristas no se trata de una bendición común sino de una plegaria y por ende no rigen sobre esta las reglas generales de las bendiciones. Por esta razón no comienza con las palabras «Baruj Atá», no requiere estar contigua a otra bendición, ni se menciona en esta que D´s es el Rey del universo («Maljut HaShem») tal como debe hacerse en una bendición común (Tosafot Pesajim 104(B), Mishná Berurá 110:28).

Hay otros juristas que entienden que «Tefilat HaDerej» es en realidad la bendición de «Shomea Tefilá» del rezo de la Amidá, puesto que cuando concluye decimos «Baruj Atá HaShem Shomea Tefilá» («que escucha la plegaria»), y además no comienza con el vocablo «Baruj» puesto que su ubicación original es en la Amidá, donde es recitada en secuencia y por esta razón, aunque se recite aisladamente, los sabios no modificaron su redacción. Además, no es necesario recordar en esta que HaShem es el Rey del universo, porque una bendición recitada en secuencia junto a otras («Brajá hasmujá lejavertá»), se apoya en lo expresado en la primera bendición de la Amidá (donde sí dice que «D´s es el Rey del universo»), y por ende, ya no es necesario volver a hacerlo en «Shomea Tefilá» (Talmidei Rabenu Ioná a Berajot 1:1).

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