Pninei Halajá

04- La disertación («Derashá») de Shabat.

Tradicionalmente, en Shabat debe haber una conferencia importante a la que todos concurren y en la cual los eruditos de la Torá disertan sobre temas referentes a la ley y la fe. Esta importante praxis decretada por los sabios tiene su fundamento en la orden dada por Moshé en la porción de «Vaiakhel»: «El Santo Bendito Sea le dijo a Moshé: congrega comunidades multitudinarias y enséñales públicamente las leyes del Shabat para que aprendan para todas sus generaciones a reunir a las multitudes sábado a sábado en las casas de estudio, para enseñarles lo prohibido y lo permitido, para que Mi Gran Nombre sea  loado entre mis hijos». De aquí que dijeron nuestros sabios: Moshé instituyó que el Pueblo de Israel en cada tiempo festivo estudie los temas referentes al mismo, leyes de Pesaj en Pesaj, leyes de Shavuot en Shavuot, leyes de Sucot en Sucot. Dijo Moshé a los hijos de Israel: si vosotros cumplís con este orden de estudio, Hashem va a considerar como que lo habéis coronado en Su reino, tal como está escrito «Por tanto sois Mis testigos, dice el Eterno, y Yo soy Hashem» (Yalkut Shimoní Vaiakhel 408).

Está prohibido fijar una comida durante la disertación (Shulján Aruj 290:2). Nuestros sabios dijeron que esta es una de las razones por las cuales gente rica pierde sus posesiones. Hubo una familia en Jerusalém que fijó su comida a la hora de la disertación, y por esta razón dejó de existir (Tratado de Guitín 38(B)).

Rabí Zeira contaba que en un inicio pensó que toda la gente que corría para llegar a la disertación estaba profanando el Shabat por no caminar pausadamente. Empero, tras oír las palabras de Rabí Iehoshúa ben Leví que decía: «es bueno correr para cumplir con un precepto, inclusive en Shabat», él también comenzó a correr para llegar a la disertación (Tratado de Berajot 6(B)). Dado que la disertación era para todo público, resultaba muy difícil adaptar su nivel de dificultad al de todos y cada uno de los asistentes. En algunos casos los alumnos ya sabían todo lo que el rabino disertaba y en otros no entendían nada. Sobre esto dijeron nuestros sabios que la mayor recompensa por asistir a la disertación es el correr para llegar a ella (Tratado de Berajot 6(B)). Esto se debe a que en virtud de que la gente corre, se apresura y se aglomera, aumenta la dignidad de la Torá, la Divina Presencia se posa entre los hijos de Israel y de esa manera tienen la posibilidad de reforzar su fe y su conexión a la Torá y los preceptos. De todas maneras, quien no asiste a la disertación debe estudiar Torá a la misma hora, y de ninguna manera habrá de fijar su comida o un paseo en ese momento (Mishná Berurá 290:7).

Lo más importante de la disertación es poder enseñarle al público general halajot prácticas y orientarlo en los caminos de Hashem, tal como dicen nuestros sabios (Yalkut Shimoní Vaiakhel 408): «enseñar e instruir al Pueblo de Israel lo prohibido y lo permitido por la Torá». Una vez Rabí Abahu y Rabí Jía Bar Aba coincidieron en un mismo lugar; Rabí Abahu disertó sobre Agadá y Rabí Jía lo hizo sobre Halajá. La mayoría de los oyentes de Rabí Jía abandonaron su disertación y se pasaron a la de Rabí Abahu. Rabí Jía se molestó pues Rabí Abahu hizo una excepción  a la norma aceptada en cuanto a que la disertación debe versar sobre Halajá y no sobre Agadá, y si bien Rabí Abahu intentó disculparse, Rabí Jía siguió molesto (Tratado de Sotá 40(A)). Es muy razonable pensar que Rabí Abahu consideró que el público estaba en un nivel bajo por lo que era necesario atraerlo y animarlo con palabras de fe y Agadá, al tiempo que Rabí Jía entendió que el público estaba apto para escuchar una disertación de Halajá.

En la práctica, todo depende del público y de lo que necesita. En general es bueno combinar en la misma disertación palabras de Halajá y sus motivos junto con cuestiones de fe y ética habiendo sido esta la usanza de muchos de los grandes maestros del Pueblo de Israel (ver Tur Oraj Jaím 290, Bait Jadash, Maguén Abraham, Shulján Aruj HaRav 290:3, Mishná Berurá 6).

Sobre los líderes comunitarios pende la responsabilidad de reforzar el estudio público de Torá en Shabat estableciendo distintas clases en variados temas, tanto para hombres como para mujeres, jóvenes y adultos, sobre Halajá, Agadá, Tanaj y Talmud, para que de esta manera todos los segmentos de la población puedan asistir. Asimismo, es importante fijar una disertación central para todo público tal que de esa manera se pueda encumbrar a la Torá y fortalecer su status en la sociedad.

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