Pninei Halajá

02.  Evitar molestias durante el rezo.

Durante el rezo de la «Amidá» no se debe sostener en las manos un objeto que tememos que se pueda caer, por ejemplo un libro, una bandeja cargada, monedas, un cuchillo o un alimento pues esto puede causar la pérdida de la concentración, empero se puede sostener un Sidur pues sirve para rezar (Shulján Aruj 96:1-2). Asimismo, hay que tomar precaución de esto también en las demás secciones del rezo.

En el caso de un objeto que carece de valor y no se teme que le ocurra algo como en el caso de un tallo de una planta, a priori no se debe sostener durante la Amidá pues no es respetuoso pararse a rezar sosteniendo algo innecesario (ver Mishná Berurá 96:1-5).

Antes de iniciarse el rezo hay que apagar el teléfono celular. En sinagogas o sitios donde hay libros de oración no se deben usar los teléfonos celulares a modo de «Sidur», para no distraerse y para que no parezca que se leen mensajes durante el rezo. Quien carece de «Sidur» y precisa usar el celular debe primero bloquear la opción de recepción de llamadas o mensajes.

Quien piensa que durante el rezo pueda ser llamada para una cuestión de suma urgencia, puede dejar el aparato encendido mas lo pasará a modo de vibración  para que la recepción del llamado no perturbe el servicio religioso.

A priori no se debe rezar con una mochila pendiendo de su espalda pues no es esa una manera decorosa de presentarse ante personas importantes y menos aún de pararse a orar. En caso que la mujer se encuentre de paso y le resulte más cómodo dejar la mochila colgada de sus hombros, si ésta es pequeña y tiene un volumen inferior a los cuatro «kavin» (4.8 litros aprox.) podrá rezar con ella. Si la mochila tiene un volumen que exceda dicha medida no podrá rezar cuando esta pende de sus hombros, pues un bulto semejante puede distraerle de su concentración (Shulján Aruj 94:4).

Una mujer que por carecer de bolsillos sostiene en sus manos una billetera con dinero o cualquier otro objeto valioso y teme que si los apoya en alguna parte podrían ser robados, y además carece de alguien en quien confiarlos para que se los cuide,  a posteriori, es mejor que los mantenga asidos durante el servicio ya que de esta manera estará menos preocupada (Mishná Berurá 96:6, Kaf HaJaím 7). Asimismo, quien lleva una mochila grande sobre sus espaldas y teme que se la puedan robar, de no tener alternativa podrá rezar cargándola.

Una mujer no puede rezar mientras carga un bebé en sus brazos pues tiene que estar pendiente de que éste no se caiga. Además, el niño puede distraerla. Aunque el bebé penda de un «kanguro» (porta bebés) no es respetuoso pararse así a rezar. En caso de que se carezca de alternativa, aquella mujer que tenga la certeza que puede concentrarse en el rezo cargando con el bebé en un «kanguro», por razones de fuerza mayor se le permite rezar así. En caso que ella tema no poder concentrarse, que no rece y cumpla con su deber mediante el recitado de las bendiciones matinales y de la Torá, ya que bendiciones se pueden recitar mientras se carga un bebé.

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