Hay juristas que sostienen que también las mujeres deben recitar el pasaje de las ofrendas permanentes («Parashat Hatamid«) ya que los rezos fueron establecidos en correspondencia con los sacrificios diarios permanentes. Dado que las mujeres tienen el deber de rezar Shajarit (de acuerdo a la opinión mayoritaria de los juristas, ver arriba 2:2) de la misma forma corresponde que reciten el pasaje de las ofrendas permanentes. Otros juristas consideran que además de «Parashat Hatamid» es bueno que reciten toda la sección de la ofrenda de sacrificios.
En la práctica, la costumbre más extendida y la opinión halájica mayoritaria es que las mujeres no reciten «Parashat Hatamid«. Esto obedece a que el fundamento del deber femenino de rezar es el de suplicar ante Hashem y no el de sustituir el trabajo de los sacrificios del Templo de Jerusalem. Más aún, tampoco los hombres tienen el deber de recitar la sección de la ofrenda de los sacrificios y en términos estrictamente halájicos ni siquiera tienen el deber de recitar «Parashat Hatamid» sino que se trata de una costumbre que se transformó en deber. Aquella mujer que desee cumplir con excelencia y recitar tanto la ofrenda permanente como el pasaje de la quema de inciensos («Pitum Haketoret«) vendrá sobre ella la bendición.