Pninei Halajá

04 – El descenso concatenado de la bendición y el juicio.

Si bien el veredicto se escribe en Rosh HaShaná y se sella en Yom Kipur, la conducta de la persona a lo largo del año influye significativamente. Esto se debe a que la bendición de vida que es adjudicada a la persona en Rosh HaShaná desciende concatenada y gradualmente al mundo mediante los novilunios y el Shabat y en el derrotero descendente la bendición puede tomarse para bien o para mal. Esta es la regla: los días sagrados tienen por finalidad derramar bendición sobre el mundo, cada día según su particularidad, y junto a la bendición aparece el juicio a los efectos de que la primera llegue a quien la merece.

Dado que la bendición desciende vía los novilunios, estos también fungen como días de juicio y por lo tanto son apropiados para la teshuvá, expiación y perdón. Quienes cumplen preceptos con excelencia acostumbran a hacer teshuvá en la víspera del novilunio (Un pequeño Yom Kipur o Yom Kipur Katán).

También el Shabat es sagrado y bendito y por su intermedio se recibe la bendición para los seis días hábiles. A los efectos de que la bendición descienda de manera apropiada, en Shabat se debe retornar a D´s por amor. El vocablo «Shabat» está emparentado con el vocablo «Teshuvá» (que significa retorno o arrepentimiento).

La bendición que desciende mediante los novilunios y el Shabat llega hasta los días hábiles, ya que cada día tiene una santidad particular y en cada jornada se manifiesta o revela una faceta especial de la Divinidad que es exclusiva a ese tiempo. Tal como dijo Rabí Iosei: «El ser humano es juzgado diariamente». Más aún, cada hora tiene una particularidad que permite revelar un aspecto único de la Divinidad y por lo tanto existe una suerte de juicio a cada hora. Tal como dijo Rabí Natán: «El ser humano es juzgado a cada hora» (Talmud Babilonio Tratado Rosh HaShaná 16(A)). Como contraparte de la bendición y el juicio de cada jornada, rezamos tres rezos diarios, Shajarit, Minjá y Arvit para así mejorar la sentencia del día.

Las sentencias de los juicios que se realizan en novilunios, Shabat y demás días no alteran el veredicto que fue escrito y sellado al comienzo del año. Esto se debe a que si bien el veredicto anual está definido desde principios del año, la forma de implementarse aún no está fijada y ésta es de suma importancia tanto para bien como para mal. Se puede ejemplificar esto con el presupuesto anual del Estado, el cual si bien es establecido a principio de año mediante la ley presupuestal y el gobierno carece de autoridad para modificarlo; de todas maneras cada ministro tiene la potestad para establecer de qué manera se distribuirá y hasta los funcionarios tienen la posibilidad de influir en su ejecución tanto para bien como para mal (ver Talmud Babilonio Tratado de Brajot 58(A)).

Nuestros sabios, de bendita memoria, expresaron una idea similar (Talmud Babilonio Tratado de Rosh HaShaná 17(B)) en el sentido de que las acciones que se realizan durante el año pueden inclinar el juicio para bien o para mal: «¿De qué manera para bien? Si los hijos de Israel eran malvados en Rosh HaShaná y se les sentenció un año de pocas lluvias y luego hicieron teshuvá, adicionarles lluvias no se puede pues el decreto ya fue emitido, empero el Kadosh Baruj Hu hace descender las precipitaciones en los momentos apropiados sobre las tierras más necesitadas (y así a pesar de lo limitado de la cantidad de agua el suelo es bendecido en abundancia). ¿De qué manera para mal? Si los hijos de Israel eran completamente justos en Rosh HaShaná y se les decretó un año de abundantes lluvias, pero luego se descarriaron, disminuirles la cantidad de agua no se puede  pues el decreto ya fue emitido, empero el Kadosh Baruj Hu hace descender las precipitaciones a destiempo sobre suelos que no las necesitan» y de esa manera no disfrutan de la bendición.

El orden correcto es que nos despertemos y comencemos a retornar en arrepentimiento en el mes de Elul, que aceptemos el Yugo Celestial en Rosh HaShaná para que de esa manera nuestra sentencia sea inscrita favorablemente, continuemos elevándonos en nuestra teshuvá hasta Yom Kipur y nuestra sentencia será sellada para bien, y en virtud de esta continuemos andando por la senda de Hashem, aprehendamos la santidad de los Shabatot, Fiestas y Novilunios para que de esta forma abunden la luz y la bendición todos los días, a toda hora y en todo momento.

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