Pninei Halajá

09. La costumbre de abstenerse de comer legumbres («kitniot»)

01. Los orígenes de esta costumbre en Ashkenaz

El jametz prohibido por la Torá en Pesaj es el producido por los cinco cereales que son: trigo, cebada, centeno, avena y espelta. Sin embargo, existen otras variedades de cereales tales como el arroz y el mijo que, aunque fermenten, su leudado no es equivalente al de los cinco antes mencionados y por lo tanto se permite ingerirlos durante Pesaj. Si bien existe una opinión entre los sabios tanaítas, la de Rabí Iojanán Ben Nurí, quien sostiene que el arroz fermenta igual que los cinco cereales y por ello su ingestión está prohibida por la Torá, la opinión mayoritaria de nuestros sabios es que, aunque leude, se lo puede comer en Pesaj (Talmud Babilonio Tratado de Pesajim 35(A)). Esta fue la posición de los grandes tanaítas y amoraítas (los sabios de la Mishná y del Talmud n. de t.), e incluso acerca de Raba -רבא- se cuenta que comía arroz en la noche del Seder (ídem 114(B)).

Sin embargo, durante el medioevo (hace unos setecientos años) los judíos ashkenazíes comenzaron a adoptar una actitud más estricta y se abstuvieron de comer legumbres. En un comienzo sólo unas pocas comunidades adhirieron a la prohibición, pero a lo largo de las generaciones esta práctica se expandió a todas las congregaciones ashkenazíes.

Esta costumbre fue fundamentada en tres razones:

a) Dado que se acostumbra a cocer legumbres junto a cereales en la misma olla se teme que si se cocina arroz se puede agregar, por error, cebada y demás granos. b) Se acostumbra elaborar harina a partir de legumbres y entonces se teme que las personas legas en temas judaicos, al ver que se cocina y hornea con harina de legumbres sin cuidar que no fermente, puedan llegar a cocinar u hornear con harina de los cinco cereales haciéndola leudar. En los tiempos del Talmud no existía este temor por cuanto que la tradición era clara y firme, pero en virtud de las vicisitudes del exilio se intensificó el temor que entre los judíos que no estudiaron y no saben exactamente qué está permitido y qué prohibido coman por error de los cinco cereales sin cuidar que no fermenten. c) En virtud de la semejanza existente entre los cereales y las legumbres, puesto que ambos son granos que se recogen en el campo y se guardan en los mismos depósitos por largos períodos, se teme que se mezclen unos con los otros y entonces al cocinarse las legumbres los granos de trigo o cebada que se encuentran entre estas habrán de fermentar. Este temor existe incluso en la actualidad pues en los mismos contenedores se almacenan unas veces cereales y otras legumbres sin que se acostumbre a limpiar entre uno y otro uso, de modo tal que al revisar las legumbres es dable encontrar entre ellas granos de cereal. La mezcla tiene lugar también en virtud de que los campos en los que se acostumbra a cultivar los diferentes cereales son sometidos a rotación de cultivos para renovar su vigor y entonces se producen legumbres en estas mismas parcelas. Siempre quedan en los campos semillas de la zafra anterior, y por ello, por ejemplo, si en una parcela se cultivó primeramente trigo y luego aljolva («jilbe»), junto a esta última crecerán algunas espigas de trigo y tras la cosecha encontraremos granos del cereal mezclados con los de la legumbre. Esto ocurre con todas las demás especies. La experiencia empírica nos indica que en algunos casos no tenemos sesenta veces más legumbres que granos de cereal. Esta dificultad se nos presenta en todas las especies de legumbres que son similares en su tamaño a los granos de cereal.

02. La tradición sefaradí respecto de las legumbres y el arroz

En tiempo de los sabios medievales (Rishonim), todas las comunidades sefaradíes acostumbraban a comer todo tipo de legumbres y arroz durante Pesaj, y solamente se tenía el recaudo de revisar o tamizar los granos con mucho cuidado para evitar que se mezclen entre estos granos de cereales. Rabí Iosef Caro escribió en su obra «Beit Iosef» (inciso 453): «salvo los ashkenazíes nadie precisa preocuparse por esta cuestión» y esta es la usanza común en la mayoría de las comunidades sefaradíes.

Sin embargo, varios de los juristas más importantes de las últimas generaciones (ajaronim) escribieron que muchas personas piadosas y temerosas de D´s acostumbran abstenerse de ingerir arroz en Pesaj, pues hubo un caso en el cual tras tamizar el arroz varias veces siguieron apareciendo en la comida ya cocida granos de trigo (Prí Jadash, Jidá[1]). En Esmirna se acostumbraba a no comer arroz (Lev Jaím 2:94), y muchos en Marruecos además de arroz se abstenían de ingerir diferentes legumbres secas durante Pesaj. En Bagdad, muchas de las familias acostumbraban abstenerse de ingerir arroz en Pesaj, y a las que sí lo hacían se les indicó que lo revisen dos o tres veces para asegurarse que esté limpio de granos de cereal (Ben Ish Jai Shaná I 96:41). Lo correcto es que cada persona continúe con la tradición que recibió de sus ancestros y en caso de duda o dificultad en cumplir con esta – que consulte con una autoridad halájica.

Existen condimentos tales como el comino, la cúrcuma y la alholva que muchas veces vienen mezclados con granos de cereal y por ello de no mediar una revisación meticulosa está prohibido comerlos en Pesaj. En la actualidad que el arroz suele ser almacenado en silos destinados también a harinas y a sémola, quienes acostumbran comerlo en Pesaj deben adquirir bolsas especialmente supervisadas y luego revisarlo meticulosamente tres veces (Ama Davar[2] 1:61).


[1]. Rabino Jaim David Azulay (1724-1806)

[2]. Rabino Amram ben Eliahu Edery, jurista contempoáneo.

03. Cónyuges de diferentes orígenes

Una pregunta muy común es qué debe hacer una pareja en la que uno de los cónyuges proviene de una familia que acostumbra a abstenerse de ingerir legumbres en Pesaj y el otro de una que acostumbra a comerlas. Una de las grandes autoridades rabínicas medievales, Rabí Shimón Ben Tzemaj Durán (Tashbetz 3:179) escribió que esta es una cuestión sencilla y libre de duda alguna, puesto que no es posible que una pareja esté sentada junta a la misma mesa habitualmente y lo que uno puede comer el otro no. Por ello la mujer debe conducirse según la tradición del marido pues «su mujer es como si fuera él mismo» («Ishtó kegufó»). Aprendimos que cuando una hija de Israel se casa con un cohen pasa a ser ella misma «cohenet» y come de las ofrendas especiales que se le elevaban a los cohanim en días del Templo, al tiempo que una hija de cohén que se casa con un israelita pasa a ser «Israel» y ya no puede comer de estas ofrendas («terumá»). De las leyes sacerdotales aprendemos también que si el marido falleció y la viuda tiene de este un hijo o una hija debe mantener las costumbres del difunto marido, y si no tiene hijos del matrimonio habrá de volver a la tradición de su familia original (empero en caso de que se trate de un matrimonio en el cual el marido no proviene de una familia judía se sigue la tradición de la familia de la mujer pues ella es quien les confiere a los hijos el status de judeidad y no el padre).

El Rabino Moshé Fainstein (Igrot Moshé Oraj Jaím 1:158) explica que el status halájico de la mujer se asemeja al de quien se muda a un sitio en el cual la costumbre es completamente diferente a la que él trae de su familia y si desea radicarse allí de modo permanente debe dejar sin efecto sus costumbres y adoptar las de su nuevo lugar de residencia (según Shulján Aruj Ioré Deá 214:2, Oraj Jaím 468:4, Mishná Berurá 14). De igual manera, una mujer al casarse es como si pasase a residir en la casa del marido de modo permanente por lo que debe seguir las costumbres de este.

Según lo antedicho, una mujer ashkenazí que se casa con un sefaradí puede comer legumbres en Pesaj y no requiere pasar por una liberación de promesas («hatarat nedarim»), pues la norma indica que ella sigue las costumbres de su marido.

04. Las especies incluidas en la prohibición

Las especies conocidas incluidas en esta costumbre son: arroz, alfalfa, arvejas, mijo, garbanzos, alholva («jilbe»), girasol (semillas o pepitas negras), mostaza, trigo sarraceno o alforfón, comino, yero, lubia, soja, lentejas, amapola, habas, altramuz amarillo (lupines), lino, alcaravea, cáñamo, arvejas, sésamo, trébol y tamarindo hindú. Productos elaborados a partir de estas legumbres están incluidos en la costumbre de abstenerse de su ingestión como en el caso de los «cornflakes», la harina de maíz y las galletas de arroz.

El azafrán (que en el pasado se lo denominaba «carcúm») está permitido, y en caso de que se tema que en este pueda haber harina mezclada – se prohíbe.

La mostaza y el lino no son legumbres, empero se acostumbra a prohibirlos porque crecen en vainas («sharvit») como las legumbres.

El eneldo («shamir») y el cilantro no son legumbres, pero es necesario revisarlos muy bien pues a veces tienen mezclados granos de trigo.

Respecto de los maníes (cacahuates) las costumbres están divididas. En Jerusalém y muchos otros sitios se abstienen de ingerirlos (Mikraei Kodesh 2:60), mas en Lituania se comían. Quien no sabe qué costumbre detentaba su familia puede comerlos (Igrot Moshé Oraj Jaím 3:63).

La fécula (harina de papa) está permitida en Pesaj, y no cabe argüir que de acuerdo a la costumbre de prohibir las legumbres se debe vedar todo aquello de lo cual se puede extraer harina, pues esta tradición incluye únicamente los productos que los eruditos de Ashkenaz incluyeron en la lista de alimentos prohibidos, y como en ese entonces no habían llegado aún las papas al continente europeo no pende sobre estas prohibición alguna (Igrot Moshé Oraj Jaím 3:63).

Respecto del quinua o quinoa hay juristas que son más estrictos pues en su aspecto se parece a las legumbres, y hay quienes adoptan una actitud más flexible por cuanto que no está incluida en la lista original de alimentos prohibidos pues se comenzó a consumir solamente en la última generación. Además, sus diminutos granos son mucho más pequeños que los de cereal por lo que son fácilmente distinguibles. En la práctica, la opinión central o mayoritaria es la flexible a condición de que sea bien revisada y quien decida ser más estricto verá en ello bendición.

05. Las reglas de esta costumbre

Quienes acostumbran a no ingerir diversas legumbres pueden tenerlas en la casa durante Pesaj y pueden también obtener beneficio de estas, como por ejemplo encender una vela con aceite extraído de una leguminosa (Ramá 453:1).

Quien acostumbra a no comer legumbres en Pesaj puede cocinarlas para quien acostumbra hacerlo y es bueno que haga algún tipo de señal que le recuerde que no las está cocinando para sí. Asimismo, el dueño de una tienda puede vender legumbres durante Pesaj, empero, si se teme que entre estas pueden hallarse mezclados granos de trigo y no hay una cantidad sesenta veces mayor que los anule, que no comercie con estas para no inducir a sus clientes a un error en lo concerniente a las leyes del jametz. En ese caso es bueno incluir a estas legumbres en la venta del jametz.

Si se cocinó una comida de Pesaj y cayeron en su interior algunas legumbres, en caso de ser posible es bueno extraerlas y de no serlo se anulan ante la mayoría del alimento en cocción. Sin embargo, si el guiso está mayoritariamente compuesto por legumbres estará prohibido ingerirlo por considerárselo completamente «kitniot» (Ramá 453:1, Mishná Berurá 8-9).

Quienes se abstienen de ingerir legumbres, pueden comer y cocinar en utensilios limpios en los cuales anteriormente se cocinaron «kitniot».

06. Legumbres que no tuvieron contacto con agua y aceites de legumbres

Desde un punto de vista halájico las legumbres no son un caso más grave que el de los cinco cereales, por lo que todo lo que es kasher con los segundos lo es también con las primeras. Por lo tanto, si las legumbres no tuvieron contacto con agua, o si lo tuvieron, pero se tuvo cuidado que no sea por más de dieciocho minutos hasta ser horneados como las matzot, se las puede ingerir. Hay quienes acostumbran a ser más estrictos en esta cuestión empero la opinión mayoritaria de los juristas es más flexible.

Los juristas debatieron respecto de los aceites o licores elaborados a partir de legumbres. Según la opinión de los más flexibles la prohibición de «kitniot» no rige sobre los aceites extraídos de las legumbres, y según la opinión de los más estrictos sí lo hace. La opinión intermedia entiende que si las legumbres fueron enjuagadas con agua pasan a estar prohibidas y el aceite extraído de estas también lo estará, empero, si las legumbres sin mojar fueron molidas y se extrajo de éstas aceite, el mismo estará permitido.

Los aceites de soja, canola y algodón no están incluidos en la prohibición; de todas maneras, muchos acostumbran a abstenerse de los aceites de soja y canola y quien desee adoptar una actitud más flexible puede hacerlo. Respecto del aceite de algodón todos acostumbran a adoptar una actitud flexible y permitirlo.

El aceite de lecitina que se extrae de la colza y se mezcla posteriormente en el chocolate no está incluido en la prohibición de «kitniot», pero hay quienes se abstienen de consumirlo en Pesaj.

En el caso de chocolates o golosinas que exhiben un sello de kashrut que reza: «Únicamente para quienes ingieren legumbres en Pesaj», desde el exclusivo punto de vista de la norma pueden ser ingeridos por quienes se abstienen de comer kitniot pues estas se hicieron parte de la mezcla antes de Pesaj y quedaron anuladas en virtud de ser componente minoritario («batel berov»). Además, en estos casos se trata generalmente de aceites elaborados a partir de legumbres y muchos de los grandes juristas consideran que la prohibición de «kitniot» no recae sobre los aceites. Sin embargo, por cuanto que hay quienes son estrictos en esta materia las instituciones encargadas de expedir certificaciones de kashrut escriben sobre el producto que está autorizado exclusivamente para quienes ingieren legumbres en Pesaj.

07. En caso de necesidad: personas enfermas y niños pequeños

También en Ashkenaz era claro que la prohibición de ingerir legumbres no es equiparable en su gravedad a la de jametz y, por lo tanto, en caso de necesidad o premura como por ejemplo en años de sequía o hambruna, las autoridades rabínicas autorizaron ingerir «kitniot». De todas maneras, en años de sequía los rabinos debatieron si se trata de una contingencia suficientemente urgente como para permitir las legumbres. Algunos tendían a adoptar una actitud más flexible y otros a ser más estrictos. Hubo quienes permitieron comer legumbres únicamente a los pobres mas lo prohibieron a los ricos pues tenían la posibilidad de adquirir otros alimentos. En estas cuestiones en cada sitio se debe de actuar en concordancia con las indicaciones del Rabinato aceptado que es la autoridad halájica local.

Algunas autoridades rabínicas de las últimas generaciones escribieron que también cuando se adopta una actitud más flexible corresponde inicialmente hacerlo con aquellas legumbres cuyo aspecto difiere claramente del de los granos de cereal, y sólo en caso de carecer de alternativa se puede permitir el arroz, el mijo o el trigo sarraceno o alforfón cuyo aspecto es similar al de los granos de cereal (Nishmat Adam).

Algunos de los eruditos de las últimas generaciones escribieron también que aun cuando se adopta una actitud más flexible se debe sumergir las legumbres brevemente en agua hirviendo («lejalot» – el concepto de «jalitá» es remojar en agua), ya que mediante este procedimiento también los cereales pierden la capacidad de leudar. Si bien en la práctica actualmente no se aplica este método para permitir el uso de cereales en Pesaj (arriba 2:7), de todas maneras, en caso de fuerza mayor de ser necesario habilitar legumbres, es mejor tomar las precauciones posibles (Jatam Sofer Oraj Jaím 122, Mishná Berurá 453:7).

En el caso de una persona enferma que necesita comer legumbres durante Pesaj, aunque su dolencia no implique peligro de vida, por ejemplo, quien padece de estreñimiento puede ingerir granos de lino puestos en remojo que ayudan a superar esta dificultad. De igual manera se permite alimentar a bebés que así lo necesiten con derivados de arroz (Jaié Adam 127:6). Corresponde adjudicarles a estas personas platos y cubiertos especiales, y, de todas maneras, las legumbres deben ser cuidadosamente revisadas de toda posible presencia de granos de cereal.

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