Pninei Halajá

09 – «Herir» («Jovel»).

Así como la Torá prohíbe quitar la vida de un animal, prohíbe también extraerle sangre, puesto que la sangre es el alma o la vida del mismo; y al extraer un poco de su sangre se le quita vida en ese sitio específico. La prohibición aplica también cuando la sangre no sale del cuerpo y se forma un hematoma pues de ese modo también se le quita vitalidad a ese sitio específico del cuerpo (Shulján Aruj 316:8, Be´ur Halajá ‘והחובל’).

Por lo tanto, quien golpea a su compañero en Shabat con el propósito de herirle y le causó un hematoma, además de la trasgresión de los preceptos del hombre para con su prójimo profana el Shabat por «producir una herida». Quien en un momento de furia golpea a un animal causándole un hematoma, además de trasgredir la prohibición de causar sufrimiento a un animal – trasgrede la prohibición de «herir».

Se prohíbe realizar exámenes de sangre ya que necesariamente se necesita extraer sangre del cuerpo – lo cual está prohibido por la Torá. Sin embargo, se permite hacerlo si es para salvar una vida. Asimismo, está prohibido rascarse una herida de modo tal que sangre o cepillarse los dientes de modo tal que sangren las encías (como se vio arriba 14:2).

Un enfermo que no está en riesgo de vida y necesita una inyección intramuscular, dado que no hay certidumbre de que el pinchazo genere sangrado, un judío podrá aplicarla. Si se trata de una inyección o suero intravenoso y el enfermo no corre riesgo de vida, un judío no podrá aplicarla porque con certeza generará sangrado, empero, se permite pedirle a un no judío que lo haga. Si el paciente corre riesgo de vida un judío podrá aplicarla (adelante 28:7).

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