Pninei Halajá

07 – Inyecciones, suero y amamantamiento.

Si un enfermo cuya vida no corre riesgo requiere de una inyección o de un suero de aplicación intramuscular – está permitido inocularle dado que no es necesario que sangre. En el caso de una persona que no está enferma pero que sufre, se le puede pedir a un gentil que le administre  la inyección en cuestión.

Sin embargo está prohibido administrar una inyección o aplicar un suero si son intravenosos ya que al hacerlo hay sangrado y algunos juristas consideran que esto está prohibido por la Torá. Por lo tanto, mientras el enfermo no corra peligro de vida se debe aplicar la opinión más estricta. Si la aguja del suero ya está conectada al cuerpo desde antes de Shabat – se puede colocar una bolsa nueva de líquido para un enfermo que no corre riesgo de vida (Shmirat Shabat Kehiljatá 33:7). Un gentil puede aplicar un suero o inyección intravenosos a un enfermo que no corre riesgo de vida.

Cuando es necesario desinfectar una herida o esterilizar una aguja con yodo o agua oxigenada, no se hará mediante un algodón o una venda por causa de la prohibición sabática de «exprimir». Se habrá de verter el yodo o el agua oxigenada directamente sobre el sitio que necesita ser desinfectado, y para esto se pueden utilizar como ayuda un material sintético que no absorbe o una paleta.

Es correcto preparar tanto la jeringa como la aguja y desinfectarlas cuando se sabe que en Shabat será necesario aplicar una inyección a un paciente es correcto. Si esto no fue realizado o si no es médicamente posible se puede preparar la inyección en Shabat ya que no implica trasgredir prohibición alguna de la Torá (ver Shmirat Shabat Kehiljatá 33:8-10).

Una mujer que amamanta y sufre de un exceso de leche, puede extraer el sobrante para malograrlo, vertiéndolo, por ejemplo, en la pileta o en un recipiente que contiene jabón. Si bien está prohibido por la Torá extraer leche de la mama en Shabat por tratarse de una derivación de la labor de «trillar» («Dash») (Shulján Aruj 328:34, arriba 10:17), los sabios permitieron transgredirla en caso de sufrimiento siempre que la leche sea malograda ya que se trata de una prohibición rabínica (Shulján Aruj 330:8). A estos efectos, se permite utilizar una bomba extractora manual o eléctrica que fue activada en víspera de Shabat mediante un «timer», tal que la mujer se conecta a esta a la hora de su puesta en funcionamiento (Shmirat Shabat Kehiljatá 36:22 nota 63). Cuando los médicos consideran que se trata de una necesidad imperante del bebé, cuya principal alimentación es la leche materna y durante la semana la mujer que amamanta no pierde oportunidad de extraerla, en Shabat podrá hacerlo en aras de dárselo a su hijo lactante por tratarse de una situación que puede implicar riesgo de vida (ver Shmirat Shabat Kehiljatá 36:22 nota 67).

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