Pninei Halajá

01 – Reglas generales relativas a la persona enferma en Shabat

Existen tres niveles de enfermedad: a) Con riesgo de vida, b) Común, esto es, una persona enferma con malestar general que no corre riesgo de vida, c) Persona levemente enferma o con un dolor en una parte específica del cuerpo.

  1. a) Persona enferma con riesgo de vida: en Shabat y en beneficio de estas personas se hace todo aquello que se acostumbra a hacer en días de la semana, ya que todas las prohibiciones sabáticas quedan sin efecto a los efectos de salvar una vida, tal como lo aprendimos en el capítulo anterior.
  2. b) Enfermedad común: no se quiebran prohibiciones sabáticas de la Torá para tratar a una persona enferma que necesita estar en cama y que su vida no corre peligro. A efectos de brindarle asistencia se permite quebrar las de origen rabínico (tal como se explicará en la siguiente halajá).
  3. c) Persona con afección corporal parcial que sufre de dolores: se trata de quien se maneja como una persona sana pero sufre de una afección determinada. Sobre esta persona rigen todas las prohibiciones sabáticas de los sabios, incluyendo las dobles prohibiciones rabínicas denominadas «Shvut Deshvut», al igual que en el caso de personas completamente sanas. Sin embargo, si la persona afectada sufre, se pueden realizar en su beneficio acciones de «Shvut Deshvut», esto es, prohibiciones rabínicas mediante gentiles o de un modo diferente al habitual (Shulján Aruj 307:5, Mishná Berurá 328:3, arriba 9:11). Nuestros sabios agregaron una prohibición suplementaria y es la de que un enfermo con afección corporal parcial no debe tomar medicamentos en Shabat. Los juristas debatieron respecto de si la prohibición aplica también sobre aquellas medicinas que comúnmente se producen en fábricas (la totalidad de las reglas respecto de la persona a la que lo aquejan dolores se explicarán en las halajot 3-5).

La idea general del Shabat es la de aceptar la realidad tal cual es, con serenidad y parsimonia. Si no hay una prenda lavada, usamos una sin lavar; si olvidamos preparar un alimento, nos conformamos con lo que hay o pedimos ayuda a los vecinos; si nos olvidamos de encender la calefacción, vestimos un abrigo y si olvidamos encender el aire acondicionado sufriremos un poco de calor. Si bien a veces las leyes sabáticas pueden provocar malestar, eximen a la persona del peso y la responsabilidad de estar constantemente atenta a que todos los pequeños detalles se encuentren perfectamente en orden. Por ello, el Shabat es un buen obsequio en el que la fe, la serenidad y el reposo que se desprenden de la aceptación de la realidad tal cual es – deleitan y elevan a la persona.

Esta es la línea de pensamiento que siguieron nuestros sabios en todos sus decretos, uno de los cuales es la prohibición de brindar asistencia médica  en Shabat, por lo que la persona habrá de aceptar un dolor que le causa molestia o incomodidad, pues hacerlo es también parte del reposo sabático. Empero, cuando el dolor genera sufrimiento y deja sin efecto el deleite del Shabat, los sabios permitieron trasgredir prohibiciones leves de origen rabínico («Shvut Deshvut») a los efectos de paliarlo. Si se trata de una enfermedad, los sabios dejaron sin efecto sus prohibiciones para tratar al afectado, pues es preceptivo preservar la salud corporal.

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