Pninei Halajá

07 – Halel

Es preceptivo agradecer, alabar y ensalzar a HaShem por las festividades que nos otorgó, y a esos efectos recitamos el Halel. Sin embargo, no es necesario recitar Halel en todas las festividades sino solo en aquellas que reúnen las siguientes tres condiciones: a) La fecha recibe el nombre de Mo’ed o «momento de reunión»; b) En ese día está prohibido realizar labores; c) La fecha posee un orden propio de ofrendas en el Templo. Por lo tanto, se recita Halel en los siete días de la festividad de Sucot porque se denominan Mo’ed, en estos está prohibido realizar labores y además en cada jornada festiva se ofrenda un número diferente de bueyes. Asimismo, se recita Halel en Sheminí Atzeret, en el primer Yom Tov de Pesaj y en Shavuot.

Empero, en Jol HaMo’ed de Pesaj y en el último Yom Tov de esa festividad no se recita Halel. Y si bien estos días son denominados Mo’ed y en ellos se prohíbe la realización de labores, dado que en todos ellos se ofrendan la misma cantidad de sacrificios carecen de la innovación o novedad que sí posee el primer Yom Tov (Talmud Babilonio Tratado de Arajín 10(A) y (B)). Hay quienes agregaron otro motivo y es el de que en el séptimo día de Pesaj estamos un tanto acongojados por el ahogo de los egipcios en el mar. Tal como le dijera el Santo Bendito Es a los ángeles que querían pronunciar cánticos ante Él: «Mis creaturas se ahogan en el mar, ¡¿y vosotros entonáis cánticos?!». Sin embargo, los hijos de Israel de aquella generación sin duda que debían alegrarse y entonar cánticos por su salvación pero no hay un precepto que nos ordene recitar por ello Halel año tras año. Dado que no se recita Halel el séptimo día de Pesaj que es festivo, no corresponde hacerlo en los cinco días anteriores de Jol HaMo’ed ya que son inferiores a este en cuanto a santidad. Por lo tanto, sólo el primer día de Pesaj debemos recitar Halel (Shibolei Haleket según el Midrash, Beit Iosef Oraj Jaím 490:4, Mishná Berurá 7).

Si bien no hay precepto de recitar Halel en los seis últimos días de Pesaj ni en los novilunios, los judíos acostumbraron hacerlo y para que quede claro que es recitado en virtud de la costumbre y no de manera obligatoria se saltean dos párrafos de la versión completa (el Halel consiste en los capítulos 113-118 de los Salmos, salteándose Salmos 115:1-11 y 116: 1-11).

Los sabios medievales (rishonim) debatieron con respecto al recitado de la bendición por el Halel en los últimos seis días de Pesaj y en los novilunios (Rosh Jodesh). Según Rambám y Rashí dado que el origen del recitado radica solamente en la costumbre no se bendice ya que el cumplimiento de una costumbre no es acompañado por el recitado de una bendición. En opinión de Rabenu Tam, Rosh y Rabenu Nisim se recita bendición por el cumplimiento de una costumbre importante como el Halel. En la práctica, la usanza ashkenazí indica que incluso una persona sola recita la bendición por el Halel, y la usanza de la mayoría de los judíos sefaradíes del norte de África es que el oficiante recite primero la bendición Likró et Hahalel (Recitar el Halel) y al finalizar diga Yehaleluja en voz alta y por medio de sus bendiciones haga cumplir a todos con su recitado, empero quien reza solo no las recita. Que cada persona continúe con la tradición de sus antepasados.

Se acostumbra a recitar Halel tras la finalización de la Amidá en Shajarit. Se debe procurar recitar el Halel en público. Según la opinión de muchos juristas quien llega tarde a la sinagoga e ingresa cuando el público ya lo está recitando debe sumarse al recitado y solo después habrá de recitar los Salmos de Alabanza (Pesukei Dezimrá) (Mishná Berurá 422:16). Véase en Pninei Halajá Zmanim (1:13) sobre las diferentes costumbres en el recitado del Halel.

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