Pninei Halajá

19 – Labores relativas al reino vegetal

01 – «Arar»

Esta labor es aquella que prepara el suelo para cultivar diversos vegetales y consiste en realizar surcos u hoyos a los efectos de plantar en estos semillas y retoños. La labor del arado transforma a la tierra en más blanda y desmenuzable lo cual facilita la expansión de sus raíces y la absorción de nutrientes.

Quien empareja la tierra, rellenando hoyos o alisando protuberancias trasgrede la prohibición de «arar» pues de este modo la tierra se ve también ablandada y además, al estar emparejada, es más fácil prepararla para la siembra o la plantación. Asimismo, quien cava un hoyo pequeño trasgrede la prohibición de «arar» pues en este se puede plantar una semilla. De la misma forma, quien limpia una parcela de piedras, o le echa fertilizante, o le arranca malezas y espinas realiza una labor derivada de la labor de «arar»(«toladat joresh»), la cual está prohibida por la Torá ya que esta acción mejora el suelo y lo hace más apto para sembrar o plantar. Todo aquel que realiza cualquier acción destinada a mejorar el suelo para sembrar o plantar trasgrede la prohibición de la Torá (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 103(A), Talmud Jerosolimitano 7:2).

Aunque la labor sea realizada sobre un suelo en el cual la persona no tiene intención de sembrar o plantar, dado que realizó una acción que mejora su aptitud para una eventual siembra o plantación, trasgrede la prohibición de «arar» (Eglei Tal Hiljot Joresh, inciso pequeño 16).

Asimismo, se prohíbe cavar un hoyo en la tierra de la maceta por entrar en la definición de la labor de «arar». Tampoco se puede clavar un objeto en la tierra de la maceta pues al hacerlo se genera un orificio apto para la introducción de una semilla (Mishná Berurá 498:91).

Los sabios prohibieron barrer el suelo del patio no sea que se emparejen los hoyos y se trasgreda la prohibición de la Torá. Esto se debe a que si se trata de tierra apta para el cultivo se trasgrede la prohibición de «arar», y si se trata de tierra que funge como piso de patio se trasgrede la prohibición de «construir». Sin embargo, se puede barrer el sector embaldosado del patio.

Está prohibido patear o mover con el pie tierra o arena ya que esto ablanda el suelo y alisa los hoyos. No se debe restregar con el pie saliva que se encuentra sobre el suelo, pero se la puede pisar casualmente con un paso común a los efectos de tapar un poco la vista desagradable, a condición de que no se tenga la intención de esparcirla y alisar hoyos (Shulján Aruj 316:11).

En el caso de quien se le pegó barro a su zapato no lo  podrá frotar sobre el suelo no sea que alise hoyos (Shulján Aruj 302:6). Hay juristas que no temen de esto y lo permiten (Ramá, Turéi Zahav). Quien quiera adoptar la opinión más flexible puede hacerlo, mas a priori, es bueno adoptar la más estricta. Se puede, a priori, restregar los zapatos sobre una superficie metálica dentada («magredet«), baldosas o piedras (Mishná Berurá 302:28, esto se vio arriba 15:2 en las labores referidas a «construir»).

02 – Arrastrar objetos o llevar una carretilla.

Se permite arrastrar sobre el suelo una cama, una silla y un banco ya que al no haber certeza que hacerlo provoque una ranura en el piso no se está ante una prohibición. Inclusive cuando se puede fácilmente levantar una silla y transportarla por el aire y salir de duda – se la puede arrastrar, pues mientras que quien lo haga no tenga la intención de hacer una ranura  y no exista la certeza de que esto ocurra, se trata de una «acción sin intención» («davar sheeinó mitkavén«) la cual se permite (Shulján Aruj 337:1). Sin embargo, cuando existe la certeza que arrastrar los objetos por el suelo va a generar una ranura, esto se prohíbe pues se trata de la labor de «arar». Si bien no se tiene la intención de sembrar en la ranura efectuada, de todas maneras, por cuanto que la misma es apta para la siembra, en la práctica se considera que se  realiza la labor de arado (similar al dictamen de «psik reisha» arriba 9:5).

Allí donde hay un «Eruv» se permite llevar un carrito de bebé sobre el suelo aunque es claro que las ruedas crearán surcos y ranuras sobre el mismo, ya que las ruedas en cuestión no cavan ni remueven la tierra como en la labor de arar sino que la apisonan de modo que resulta inservible a los efectos de  preparar la tierra para sembrar o plantar. Inclusive se permite inclinar el carro del bebé hacia los costados, pues aún en esta circunstancia no existe certidumbre de que la tierra sea revuelta y por ende preparada para la siembra (Shmirat Shabat Kehiljatá 28:48, Iejavé Da´at 2:52).

03 – «Sembrar» («Zorea»)

La labor de sembrar es aquella que causa el crecimiento de vegetales, por ejemplo: la siembra de semillas, el plantado de retoños, el injerto de un árbol o su replante. Asimismo, toda acción que mejora el crecimiento de las ramas o los frutos está prohibida por la Torá. Por lo tanto, está prohibido podar ramas o arrancar malezas que crecen alrededor de las plantas ya que estas acciones estimulan el crecimiento de las mismas. Asimismo, está prohibido regar plantas o abonar la tierra a su alrededor. Tampoco se permite esparcir una pomada sobre la excoriación de un árbol para curarlo (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 73(B), Rambám Shabat 7:3, 8:2).

Está prohibido dejar un carozo de palta en un recipiente con agua así como dejar una rama en agua para que echen raíces y comiencen a crecer.

En el marco de la prohibición de «sembrar» se prohíbe poner semillas en agua para que den brotes y posteriormente poder sembrarlas en la tierra o para usar los brotes generados. De la misma forma, se prohíbe poner semillas en remojo para que se ablanden y estén aptas para echar raíces y crecer (Shulján Aruj 336:11). Empero, se permite poner granos de cebada en remojo para ablandarlos y así sirvan como alimento animal ya que no se tiene la intención de que crezcan y además antes de que echen raíces se los habrá de retirar del agua para dárselos a los animales (Mishná Berurá 336:51).

Se debe tener cuidado de no arrojar semillas sobre tierra húmeda pues pueden crecer y entonces se las estaría sembrando en Shabat. Empero, se permite arrojar semillas en un sitio en el cual no habrán de crecer. Por lo tanto se permite arrojar semillas donde las personas pisan o frente a animales que habrán de comérselas en el curso de un día o dos (Shulján Aruj 336:4).

No se permite cerrar un invernadero o abrirlo a los efectos de acelerar el crecimiento de los vegetales que allí se encuentran. Empero, si en la casa hay una planta, se permite levantar la persiana o abrir la ventana para beneficio de los residentes aunque las entradas de sol y aire ayuden indirectamente al crecimiento de la planta en cuestión, ya que la ventana o persiana no fueron abiertas a los efectos de facilitar el crecimiento del vegetal y el beneficio obtenido por el mismo es escaso, por lo que no se prohíbe (Se trata de un caso de «psik reisha beshení derabanán, beshinui ubegrama«, esto es, una acción inevitable no deseada de origen rabínico de segundo grado, realizado de un modo diferente al habitual y de manera indirecta, Har Tzví Oraj Jaím 133, Iejavé Da´at 5:29).

04 – «Regar»

El riego de plantas está prohibido por entrar en el ámbito de la labor de «sembrar», ya que el riego ayuda al crecimiento de la planta. Empero, antes de entrar el Shabat se permite abrir las mangueras de riego o los aspersorios de modo tal que la acción de riego se prolongue entrado el Shabat. Asimismo, se permite programar un computador de modo tal que comience la función de riego en Shabat, dado que durante el día sagrado el judío no realiza labor alguna. En el caso de quien abrió los tubos de riego antes de Shabat puede cerrarlos posteriormente ya que el cierre no implica la realización de labor alguna (ver arriba 2:9).

Quienes comen en el jardín deben tener precaución de no tocar con las manos plantas o sus raíces (Shulján Aruj 336:3). En las plantas pequeñas que tienen raíces cortas, la prohibición de tocar aplica únicamente a la planta en sí, mientras que en el caso de plantas grandes no se puede tocar el cantero que la rodea.

Se puede volcar agua si no se lo hace sobre la planta o sus raíces. Si bien es posible que al final el agua llegue a las raíces de la planta en cuestión o que permita que crezcan en el lugar plantas silvestres, no hay  prohibición pues no hay intención en el acto (Kaf HaJaím 336:27).

Se prohíbe verter agua sobre tierra no apta para plantar pues el agua ablanda el suelo y lo vuelve apto para la siembra o el plantado, y por ende se trata de la labor de «arar» (Mishná Berurá 336:26, Sha´ar Hatziún 18).

05 – El uso de una pileta cuya agua se vierte en el patio.

En el caso de una pileta (o fregadero) cuyas aguas fluyen por una tubería que desagua en tierra sobre la cual crecen plantas, su uso estará prohibido en Shabat para quien tiene interés en regarlas. De más está decir que está prohibido usar la pileta en Shabat si a priori se arregló el tubo de tal forma que riegue las plantas.

Empero, en el caso de quien no tiene interés en regar las plantas por no ser suyas o por no tener interés en su crecimiento, según la opinión de muchos juristas se puede usar la pileta aunque el agua finalmente riegue las plantas. En caso de necesidad se puede confiar en esta opinión. Sin embargo, quien vierte agua directamente sobre las plantas, aunque no tenga intención de regarlas – trasgrede una prohibición ya que contribuye a su crecimiento. De todas maneras, en este caso está permitido ya que el agua es vertida sobre las plantas de un modo indirecto, que recibe el nombre de «Koaj Shení» o «Grama» (Shmirat Shabat Kehiljatá 12:19). Si el agua que fluye de la pileta llega a las plantas que ya fueron regadas más de lo necesario, por ejemplo, tras una copiosa lluvia o si abundante agua fue vertida sobre estas desde la pileta antes de Shabat, aunque se tenga interés en que las plantas crezcan se puede usar la pileta ya que el uso no es beneficioso para los vegetales en cuestión.

Si llovió en Sucot y se tapó tanto el «Sjaj» (techo vegetal) como la «Sucá» con un techo corredizo para que no se mojen y tras concluir las lluvias se quiere volver a correr el techo aunque con esta acción habría un fuerte flujo de agua sobre las plantas, se lo puede correr tanto en Shabat como en Yom Tov ya que no implica beneficio alguno para la vegetación que ya fue abundantemente regada por la lluvia. Sin embargo, si la lluvia caída fue poca – no se puede correr el techo pues implicaría el inevitable riego de la vegetación, lo cual se prohíbe por ingresar en el ámbito de la labor de «sembrar».

06 – «Cosechar» («Kotzer»)

Esta labor consiste en separar o cortar el vegetal de su origen de crecimiento, como en los casos de la siega de los cereales, la vendimia, la recolección de dátiles, aceitunas, higos o cualquier otro tipo de fruta o rama. En el marco de esta labor se prohíbe arrancar una rama de un árbol que no da frutos a los efectos de usarla para calefaccionar o construir, arrancar hierbas que crecieron sobre la pared u hongos que crecieron sobre el borde de un balde (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 73(B), 107(B)). Asimismo está prohibido retirar del agua un carozo de palta o aguacate, o bien una rama que ya ha comenzado a echar raíces.

Según la Torá no está prohibido arrancar frutas, ramas u hojas de un árbol que se resecó por completo pues como ya no extrae su vitalidad de la tierra quien arranca algo de este no lo desconecta de su origen de crecimiento. Empero, dado que esta acción se percibe como «cosechar» – los sabios la prohibieron (ver Shulján Aruj 336:12).

En el caso de una rama que se desprendió del árbol en víspera de Shabat – no recae sobre esta la prohibición de «cosechar» y se puede arrancar frutas de la misma. Si se trata de una rama de una especie aromática se puede arrancar de esta hojas o ramas para oler (Ramá 336:8).

07 – La prohibición del uso de un árbol en Shabat.

Nuestros sabios establecieron un límite de precaución en torno a la prohibición de «cosechar» y vedaron el uso de un árbol en Shabat para evitar el posible arrancado de una rama u hoja.

Por lo tanto, se prohíbe trepar o apoyarse en un árbol. Asimismo, se prohíbe apoyar sobre éste objetos o tomar los que estaban ya colocados sobre el mismo. Si el viento hizo volar una prenda en Shabat y esta quedó atrapada en el árbol – no se la puede bajar.  De la misma forma, se prohíbe tomar un balón que cayó sobre un árbol y se prohíbe sacudirlo para bajarlo (Shulján Aruj 336:1, Mishná Berurá 3). Se debe tener cuidado de no colocar sobre un árbol, en víspera de Shabat, objetos que se necesitarán durante el día (Mishná Berurá 336:12); empero, se permite tocar un árbol sin hacer uso del mismo y sin sacudirlo (Ramá 336:13).

Se prohíbe hacer uso del árbol así como también de aquellos objetos que se apoyan en él. Por ejemplo, está prohibido hamacarse en un columpio amarrado a un árbol aunque esté atado a este solamente en uno de sus lados (del columpio), descolgar una prenda que se secó sobre una cuerda amarrada a un árbol, subirse a una escalera apoyada sobre un árbol o tomar objetos de una bolsa o canasta que pende de este.

Si se clavó una estaca en un árbol grueso y sobre ésta se colgó una hamaca, se la puede usar pues se considera a la estaca como adjunto o lateral al árbol; («tzidei haetz») por lo tanto a la hamaca se la considera lateral de lateral («tzidei tzdadim») y esta situación no fue prohibida por lo sabios. Sin embargo, si el árbol oscila a raíz del hamacarse de la persona, en opinión de muchos de los juristas de las últimas generaciones, se prohíbe el empleo de los laterales de laterales del mismo (Maguén Abraham, Mishná Berurá 336:63, Shmirat Shabat Kehiljatá 26:17).

De la misma forma, se permite bajar una prenda de una cuerda amarrada a una estaca clavada en un árbol pues en este caso la cuerda ya es considerada «lateral de lateral». Si en víspera de Shabat se apoyó una escalera sobre una estaca clavada en un árbol, se podrá subir por esta en Shabat pues la escalera es considerada «lateral de lateral». Sin embargo, se prohíbe apoyar una escalera sobre una estaca o colgar de esta una canastilla pues al hacerlo se está empleando un lateral del árbol (Shulján Aruj 336:13, Mishná Berurá 63).

En el caso de un árbol añejo cuyas raíces sobresalen del suelo y se desea sentarse sobre estas, se podrá hacerlo si están más bajas que tres palmos del suelo pues se las considera parte del terreno y en Shabat está permitido sentarse en el piso. Si las raíces se elevan más que tres palmos del suelo (unos veintitrés cm.), se consideran parte del árbol y por lo tanto no se podrá sentar sobre estas (Shulján Aruj 336:2).

08 – Reglas suplementarias

Lo que los sabios prohibieron es el uso del árbol o similares, por ejemplo, arbustos que poseen ramas fuertes de las cuales crecen frutos duros, como la calabaza; empero, no decretaron prohibición sobre diferentes hierbas blandas. Por lo tanto, se permite sentar sobre el césped a pesar de que al hacerlo se muevan hierbas.

Se prohíbe oler un fruto aún conectado al árbol si ya está maduro para su consumo, no sea que se lo arranque para ingerirlo. Empero, se permite oler plantas aromáticas en su sitio de crecimiento pues no hay razón  para arrancarlas, ya que se pueden oler estando conectadas. Sin embargo, si el aroma proviene de las ramas del árbol, no se las puede sostener con la mano pues se las considera como árbol, el cual está prohibido mover. Si las ramas son blandas como en el caso del mirto («Hadas») se permite sostenerlas con la mano y acercarlas a la nariz paras olerlas adecuadamente teniéndose, por supuesto, la precaución de no arrancarlas.

Se permite caminar sobre pasto aunque sea razonable pensar que al hacerlo algunas hierbas serán arrancadas, pues quien lo hace no tiene la intención y además no se tiene la absoluta certeza de que esto ocurra. Sin embargo, cuando el pasto está muy crecido y es evidente que se verá arrancado, no se podrá caminar sobre el mismo (Shulján Aruj 336:3, Be´ur Halajá allí).

Así como los sabios prohibieron utilizar un árbol en Shabat, prohibieron asimismo montar un animal, no sea que el jinete arranque una rama de un árbol para dirigir a la bestia. También prohibieron extraer miel de un panal pues se percibe o se ve como arrancar algo de su origen (Shulján Aruj 321:13).

Se permite colocar un animal junto a un atado de hierbas para que coma de estas sin que se considere una trasgresión a la prohibición de «cosechar», ya que la bestia come para sí y no se nos ordenó cuidar que nuestros animales cuiden Shabat, sino únicamente que no realicen labores para nosotros (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 122(A), Shulján Aruj 324:13).

09 – Ramas y flores en un florero.

La prohibición de «Muktzé» no recae sobre ramas, tallos, espigas y flores que fueron cortados antes de Shabat y están destinados a embellecer el ambiente o aromatizarlo. Por lo tanto, se permite mover un florero que contiene ramas decorativas y/o aromáticas. Asimismo, se permite quitar las ramas del agua para contemplarlas u olerlas sin que se incurra en la prohibición de «cosechar» ya que carecen de raíces. Asimismo, se permite devolver al agua ramas que carecen de flores o con flores que ya terminaron de abrirse sin que se incurra en la prohibición de «sembrar», ya que el agua no habrá de provocar que continúen creciendo sino únicamente habrá de mantener sus frescura y evitar su marchitamiento.

Sin embargo, está prohibido poner en agua ramas que poseen retoños o brotes de flores o flores que comenzaron a abrirse y aún no lo han hecho por completo, ya que esta acción causa su florecer. Si bien está permitido retirarlas del agua sin que se incurra en la prohibición de «cosechar» ya que no echaron allí raíces, una vez retiradas no se las puede devolver al florero. Por lo tanto, quien recibe en Shabat un ramo de flores algunas de las cuales aún no se han abierto, no las habrá de colocar en agua para no causar que sigan creciendo y floreciendo y las colocará en un florero sin agua.

10 – Plantas en macetas

Así como se prohíbe arrancar una rama o una hoja  de una planta que crece en la tierra, se prohíbe igualmente hacerlo de una que crece en una maceta. En el caso de una maceta que posee un orificio inferior, al estar la planta conectada a la tierra, quien arranca de esta algo trasgrede la prohibición de «cosechar» de la Torá. En el caso de una maceta carente de orificio inferior, quien arranca de esta planta trasgrede una prohibición rabínica, ya que esta no está conectada a la tierra y no es la forma natural de crecimiento de la misma (Shulján Aruj 336:7, Mishná Berurá 42). Asimismo, se prohíbe regar plantas que crecen en macetas (Mishná Berurá 336:41).

Se prohíbe mover una maceta de su sitio en Shabat ya que esta es «Muktzé» por tratarse de un instrumento para una labor prohibida, y no se puede regar las plantas que contiene ni cortarlas. Empero, se permite mover en Shabat un utensilio para una labor prohibida si el sitio que ocupa es necesario (ver adelante 23:8). Si se trata de una maceta que se acostumbra llevar de un sitio a otro para fines decorativos o para oler, dado que su uso principal es permitido no recaerá sobre esta la categoría de «Muktzé».

A veces, se prohíbe mover una maceta por incurrirse en las prohibiciones de «sembrar» o «cosechar». Por ejemplo, una maceta colocada sobre la tierra que posee un orificio inferior del tamaño de una pequeña raíz, a través del cual se  conecta al suelo que es su fuente vital – no se la puede retirar de la tierra y colocar sobre una base de plástico por incurrirse en la labor de «cosechar». Si la planta estaba apoyada sobre una base de plástico no se la puede retirar de allí y colocarla sobre tierra pues se incurre en la labor de «sembrar».

Por lo tanto, quien necesite mover una maceta por necesitar del espacio que esta ocupa debe tener cuidado de hacerlo junto con su base de plástico.

En el caso de una maceta que se cayó y parte de su tierra se volcó, no se la podrá devolver por tratarse de una acción que mejora la situación de la planta y se trasgrede las prohibiciones de «arar» y «sembrar». Además, la tierra es «Muktzé» y no se la puede mover. Si al caerse la maceta no se volcó tierra de la misma pero quedaron al descubierto las raíces de la planta, aunque al devolverla a su sitio quedaran nuevamente cubiertas de tierra, no se podrá enderezar la maceta ni siquiera con el pie (de un modo tal que no recae sobre este la prohibición de «Muktzé»), ya que al cubrirse de tierra las raíces se incurre en la prohibición de «sembrar» (se permite abrir una ventana en una habitación en la cual hay una planta en una maceta tal como se explicó en la halajá 3).

11 – «Apilar» («Me´amer»)

La labor de «apilar» consiste en reunir la cosecha en gavillas o pilas. Quien recoge frutas cosechadas en cajones o las apila en un montón – trasgrede la prohibición de «apilar». Quien recoge ramas o cañas cortadas para encender con estas fuego – también trasgrede la prohibición de «apilar».

En términos generales, esta labor se realiza con vegetales que crecen en la tierra y contiguo a su sitio de crecimiento ya que la recolección de la cosecha se realiza allí donde esta crece. Hay especies tales como el higo, del que se quiere formar aglomerados de pasas con forma de pastel, cuya recolección y agrupamiento se realiza en dos etapas, ambas dos prohibidas por la Torá, a pesar de que la segunda no se lleva a cabo en el campo.

En una primera instancia se recogen del campo y aquí la prohibición es «apilar». En una segunda etapa se agrupan y pegan para crear el aglomerado con forma de pastel («Igul Dvelá»), y quien lo realiza, aunque se encuentre en su casa, trasgrede una derivación («toladá») de la prohibición de «apilar» pues ese es el modo de elaborar estos aglomerados («dveilot») (Shulján Aruj 340:10, Mishná Berurá 38, ver Menujat Ahavá II 5:2).

Si se dispersaron frutas en el patio, una por aquí y otra por allí, aunque no lo hicieron en el sitio donde crecieron y recogerlas no implica «apilar», de todas maneras los sabios prohibieron hacerlo por tratarse de una acción típica de un día común («ovadín dejol») y que se ve como tal. Empero, se permite recoger algo de frutas y comerlas. Si las frutas cayeron en un mismo sitio, aunque se hayan desparramado un poco se las puede recoger en una canasta. Si cayeron sobre pedregullo y tierra, aunque lo hayan hecho en un mismo sitio no se las puede recoger en una canasta por tratarse de la labor de «seleccionar» («Borer»), pero se las puede recoger una por una y comerlas (Shulján Aruj 335:5).

Si las frutas se desparramaron en la casa se las puede recoger pues hacerlo allí no se asemeja a la labor de «apilar» (Mishná Berurá 340:37).

Si bien la labor de «apilar», según la Torá, recae únicamente sobre vegetales que crecen en la tierra, los sabios prohibieron recoger sal de los hornos que la secan ya que existe una cierta cercanía entre esta y los cultivos de la tierra y esta acción se asemeja a la labor de «apilar» (Shulján Aruj 340:9). En virtud de esto, varios de los juristas de las últimas generaciones indicaron que no se recojan en Shabat huevos puestos en víspera de Shabat (Eglei Tal 66 citando a Or Zarúa, Ktzot Hashulján. En Shevet Haleví IV 39, es más flexible). Huevos que fueron puestos en Shabat son «Muktzé» y no se puede tomar ni uno solo de estos.

La prohibición de «apilar» no recae sobre productos vegetales que fueron transformados, por lo tanto, se permite pegar juntas frutas cocidas. Asimismo, prendas hechas de fibra vegetal se las puede amontonar sin incurrir en la prohibición de «apilar» ya que cambiaron respecto de su forma natural (Aruj Hashulján 340:3).

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