Pninei Halajá

Capítulo 10 Bendición final («Berajá Ajaroná»)

01) Bendición final

Tal como nuestros sabios establecieron que una persona bendiga antes de comer, de igual manera establecieron que lo haga tras haber comido. Empero existe una diferencia entre la bendición previa y la posterior; la primera tiene por cometido agradecer a D´s poder disfrutar del alimento, y aseveraron nuestros sabios (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 35(A)) que dado que resulta claro y evidente que el hombre tiene prohibido disfrutar de cosa alguna del mundo del Santo Bendito Es sin pronunciar una bendición, no era necesario que la Torá ordenara hacerlo.

Sin embargo, después de la ingestión de un alimento, no resulta evidente que debamos recitar una bendición dado que como ya agradecimos a D´s antes de comer, aparentemente no resulta necesario volver a bendecir. Por ello, la Torá debió ordenarnos específicamente, que una vez que hayamos comido y quedado satisfechos bendigamos a HaShem una bendición general, no solamente por el alimento ingerido sino también por el bien que le ha prodigado al pueblo de Israel, tal como está escrito (Devarim-Deuteronomio 8:10): «Comerás y te saciarás y bendecirás a HaShem tu D´s por la tierra buena que te ha dado». Tal como aprendimos extensamente respecto del «Birkat Hamazón» (4:1-4), una vez que la persona comió y quedó satisfecha puede llegar a pecar de soberbia y verse arrastrada tras sus bajas pasiones y el materialismo. Además, por efecto del sabor agradable de los alimentos y la vitalidad que extrae de ellos, la persona puede elevarse alcanzando una mirada vasta sobre todo el bien que HaShem le ha prodigado al pueblo de Israel. Por ello, en el «Birkat Hamazón» no le agradecemos a D´s únicamente por el alimento ingerido, sino que a partir de este nos enaltecemos en una bendición de agradecimiento general por la tierra buena y todo lo que está vinculado a ella – el pacto (la circuncisión), la Torá, Jerusalém, el reino de David y el Sagrado Templo. De este modo también el alimento ingerido se realza, se encumbra y se le suma una positiva vitalidad. Quien no bendice tras haber comido, no destaca el aspecto espiritual del alimento, no se eleva por su intermedio y por ende dentro de sus entrañas este se torna denso impulsando a la persona hacia los planos más bajos (ver arriba 1:5).

A modo de continuación o extensión del precepto de la Torá, nuestros sabios establecieron que incluso aquella persona que no resulta satisfecha de la ingestión, si alcanzó a ingerir el volumen equivalente a un «kazait» deberá recitar bendición final. Si ingirió un «kazait» de pan deberá recitar «Birkat Hamazón»; si ingirió un «kazait» de una de las siete especies con las que fue bendecida la tierra de Israel – deberá recitar «Me´ein Shalosh»; si ingirió un «kazait» de los demás alimentos – habrá de recitar «Boré Nefashot».

¿Por qué nuestros sabios establecieron el deber de recitar una bendición final tras haber ingerido específicamente el volumen de «kazait»? Porque esta cantidad implica cierta significación amén de una utilidad determinada. Tras ingerir esta cantidad la persona queda con una sensación de bienestar a partir de la cual puede elevarse, contemplar y apreciar la bondad que influye el Creador en Su mundo y entonces, recitar una bendición. Sin embargo, la bendición inicial se recita por cualquier cantidad por mínima que esta resulte, porque se vincula específicamente al placer mismo de la ingestión y, todo aquel que disfruta, aunque sólo sea algo mínimo – debe bendecir. Empero la bendición final es de carácter más general, y solamente si queda una sensación placentera de la ingesta, es posible a partir de esta percibir el bien que prodiga HaShem al mundo y recitarla. Por ello, quien no ingirió un volumen equivalente a un «kazait» o bebió el equivalente a un «reviít» – no bendice (estas cantidades serán explicadas en las halajot 5-10).

Dado que la bendición inicial es por el disfrute de la comida, corresponde recitarla al comienzo de esta estando prohibido interrumpir entre el recitado y la ingestión (arriba 3:1). Empero la bendición final no es únicamente por el disfrute de lo ingerido sino por el beneficio y la satisfacción que obtiene la persona de lo que comió o bebió y por ello también es posible recitarla tras haber transcurrido un tiempo siempre y cuando todavía sienta satisfacción por lo que consumió (adelante halajá 12).

02) Bendición de Me´ein Shalosh (Triple)

Por las siete especies de la tierra de Israel se recita la bendición «Meéin Shalosh», que es llamada así («triple») por poseer un resumen de las tres primeras bendiciones del «Birkat Hamazón». La primera bendición del «Birkat Hamazón», «HaZán», está incluida al recordar el alimento ingerido; la bendición por la tierra de Israel («Al Haaretz Veal Hamazón») está incluida al mencionarse que la tierra de Israel es «buena, deseable y amplia»; y la tercera bendición que se refiere a Jerusalém está incluida al mencionarse la santa ciudad y su Templo. Dado que con posterioridad a la destrucción del Templo los sabios agregaron al «Birkat Hamazón» una cuarta bendición – «HaTov VehaMeitiv» («Que D´s es bueno y benefactor»), a los efectos de incluirla en la bendición de «Me´ein Shalosh» se adicionaron las palabras «Ki Atá Tov Umeitiv Lakol» («Porque Tú eres bueno y benefactor para con todos»). De todas maneras, la bendición final continúa llamándose «triple» en referencia a las tres primeras bendiciones del «Birkat Hamazón» que la Torá ordena recitar (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 44(A), Mishná Berurá 208:50, arriba 4:1-2). Las siete especies son: el trigo, la cebada, la vid, el higo, la granada, la oliva y el dátil. Junto al trigo y la cebada se suman tres tipos más de cereal que son el trigo sarraceno o espelta, la avena y el centeno, confirmando así la lista de «los cinco cereales» («jameshet minei dagán»). Si se elaboró pan a partir de cualquiera de estos cinco cereales, por su ingestión se debe recitar posteriormente «Birkat Hamazón» y si se elaboró «mezonot» se recita «Me´ein Shalosh».

Los sabios medievales debatieron respecto del estatus de la bendición de «Me´ein Shalosh». Hay quienes sostienen que es una mitzvá originada en la Torá, porque dos versículos antes de que figure el deber de recitar «Birkat Hamazón», se mencionan las sietes especies con las que fue bendecida la tierra de Israel, de lo cual se entiende que tras ingerirlas se debe bendecir a D´s. Tal como está escrito (Devarim-Deuteronomio 8:8-10): «Tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares de aceite y de miel. Tierra en la que no con pobreza comerás en ella pan, no carecerás de nada en ella; tierra que sus piedras son hierro y de sus montañas extraerás cobre. Comerás y te saciarás y bendecirás a HaShem tu D’s por la tierra buena que te ha dado«. Empero, dado que existe diferencia entre la ingestión de pan que es el alimento principal del ser humano y la de las frutas de las siete especies, se estableció que tras ingerir pan se agradezca y alabe a HaShem en un formato detallado compuesto de tres bendiciones, mientras que por ingerir frutas de las siete especies se determinó la bendición de «Me´ein Shalosh» (Ba´al Halajot Guedolot, Rosh y Rashbá). Otros eruditos medievales opinan que según la Torá, es preceptivo bendecir únicamente tras haber ingerido pan, porque este es el único alimento mencionado en el versículo contiguo al mandamiento.  Los sabios, como continuación de esta idea, dictaminaron que se recite «Me´ein Shalosh» tras la ingestión de las siete especies, ya que como por su intermedio la tierra de Israel se ha visto bendecida, corresponde que al ingerirlas se recite una bendición significativa (Rambám y Sefer Mitzvot Guedolot).

La bendición de «Me´ein Shalosh» es especial en cuanto que fue establecida por especies con las que la tierra de Israel se ha visto bendecida, por ello, los sabios dispusieron que al recitarla se mencione de modo específico el tipo de alimento ingerido. Por productos horneados o cocidos que contienen cereales se recita: «Al HaMijiá Veal Hakalkalá». Por frutas de las siete especies, que son la oliva, el dátil, la uva, el higo y la granada se recita: «Al Haetz Veal Pri Haetz». Por vino se recita «Al Haguefen Veal Pri Haguefen».

Dado que el fundamento del precepto de agradecer a HaShem por el alimento está vinculado a la tierra de Israel, se tiene el recaudo de mencionarlo al culminar o sellar la bendición: «Al Haaretz Veal Peroteha» («por la tierra y sus frutas»). Si la fruta creció en el extranjero se culmina: «Al Haaretz Veal Haperot» («por la tierra y por las frutas»). Asimismo, en el caso del vino, si las uvas crecieron en la tierra de Israel se dice «Veal Pri Gafná» (y por su vid), en el exterior se dice «Veal Pri Haguefen» (y por la vid). En caso de duda respecto de si las frutas crecieron o no en la tierra de Israel se recita la versión del extranjero (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 44(A), Mishná Berurá 208:54).

En Shabat, las Festividades de la Torá y Rosh Jodesh, se menciona en la bendición el día especial, ya que no se asemeja la ingesta de una persona en un día corriente a la de un día sagrado. En caso de haberse olvidado y no haber mencionado el día en la bendición – igualmente cumplió con su deber. En Janucá y en Purim no se recuerda el día al bendecir (Shulján Aruj 208:12).

03) Reglas referentes a la bendición de «Me´ein Shalosh»

Es bueno tener el recaudo de recitar la bendición de «Me´ein Shalosh» sentado y en el lugar donde se comió, ya que hay quienes entienden que la normativa de esta bendición es similar a la de «Birkat Hamazón» (Shulján Aruj 183:10, 184:3, ver arriba 4:13-14).

Quien ingirió «mezonot», bebió vino y comió frutas de las siete especies recuerda a las tres en una bendición según su orden de importancia: primero «mezonot», luego el vino y por último las frutas (Shulján Aruj 208:12). Si olvidó mencionar alguno de estos alimentos, a veces lo que sí mencionó incluye lo olvidado y a posteriori – cumplió con su deber. Otras veces, al no incluirlo – debe volver a recitar la bendición.

Quien ingirió «mezonot» en una cantidad que requiere de recitar bendición final e ingirió también frutas de las siete especies o vino en una cantidad que resulta dudoso si requiere o no hacerlo, dado que de todas maneras debe recitar Me´ein Shalosh por el «mezonot» ingerido – es bueno que también recuerde en la bendición tanto el vino como las frutas para de esa forma salir de duda (Turei Zahav 208:19).

Quien ingirió «mezonot» y su compañero ingirió «mezonot» y frutas de las siete especies, en caso de que el primero no recuerde exactamente el texto de la bendición puede cumplir con su deber escuchando el recitado de su compañero a pesar de que este ha de mencionar también las frutas, ya que para quien escucha, esta mención no se considera interrupción (Birjei Iosef 213:1).

Quien ingiere un volumen equivalente a un «kazait» de frutas de las siete especies y otras frutas de árbol que no pertenecen a esta categoría, recita «Me´ein Shalosh» e incluye en esta bendición a las demás frutas ya que al agradecer en esta bendición por frutas del árbol, abarca (y exime al bendecir) esta a todas las ingeridas. Empero si comió una fruta de las siete especies y un fruto de la tierra – recita «Me´ein Shalosh» por el fruto del árbol y «Boré Nefashot» por el de la tierra.

Quien bebió vino y demás bebidas, así como la bendición inicial «Boré Pri Hagafen» incluye a todas las bebidas (arriba 7:4) de igual manera tras haber bebido, el recitado de «Me´ein Shalosh» por el vino las incluye y exime de bendición a todas las restantes (Shulján Aruj 208:15).

04) «Boré Nefashot»

Inicialmente la bendición de «Boré Nefashot» era opcional, y el amoraíta Rav solamente la recitaba tras haber ingerido alimentos importantes tales como huevos o carne. Con el correr del tiempo la costumbre se adoptó como obligatoria y por lo tanto tras cualquier ingestión de alimento o bebida de la categoría correspondiente se recita «Boré Nefashot» (ver Talmud Babilonio Tratado de Berajot 44(B)).

Dado que la bendición inicial era por el placer de la ingestión misma, nuestros sabios establecieron que se recite una bendición especial por cada tipo de alimento, tal que agradezcamos a HaShem por cada uno de modo detallado. Empero la bendición posterior a la ingestión del alimento es por el beneficio general que le redunda al ser humano en virtud de haberlo comido, por lo que redactaron una misma bendición para diferentes tipos de comida. Por ejemplo, quien comió arroz, fruto del árbol, fruto de la tierra y carne y además bebió jugo – inicialmente deberá recitar las bendiciones de «Boré Minei Mezonot» por el arroz, «Boré Pri Haetz» por las frutas, «Boré Pri Haadamá» por el fruto de la tierra y «Shehakol Nihiá Bidvaró» por la carne y el jugo. Empero tras haber comido – habrá de recitar «Boré Nefashot» por todo lo ingerido, pues esta bendición incluye a todos los tipos de alimento y bebida salvo a los pertenecientes a las siete especies (Shulján Aruj 207:1).

En la bendición de «Boré Nefashot» agradecemos y alabamos a HaShem por haber creado una multitud de seres junto con los diferentes tipos de alimentos que les han de permitir completar sus carencias («jesronán»), de modo tal que puedan subsistir. Además, HaShem creó también alimentos suplementarios que permiten deleitarse y vivificar el alma de todo ser creado («lehit´aneg bahem ulehajaiot bahem nefesh kol jai»), ya que el deleite por el buen sabor de los alimentos le suma vitalidad a la persona al tiempo que enriquece su consciencia y su sentir.

La bendición de «Boré Nefashot» difiere de la de «Shehakol Nihiá Bidvaró». Esta última es una bendición general, y a posteriori exime con su recitado a todos los alimentos ingeridos, por lo que quien ignora cuál es la bendición específica que debe ser recitada por un alimento determinado, ya sea «Boré Minei Mezonot» o «Shehakol Nihiá Bidvaró», puede recitar la segunda. Por el contrario, en el caso de la bendición final una no incluye a otra, o sea, si se debía recitar «Me´ein Shalosh» no puede recitar «Boré Nefashot» a modo de sustituto y viceversa (Mishná Berurá 202:55).

05) El volumen de «kazait» para recitar la bendición final

Quien ingiere cualquier cantidad, dado que disfruta – debe recitar una bendición inicial o previa. Empero, el recitado de la bendición final tiene lugar únicamente si se comió el equivalente al volumen de un «kazait», ya que nuestros sabios dijeron «que no se considera ingesta cuando se come menos de un «kazait»». Esto implica que una ingestión inferior resulta tan exigua que no queda de la misma marca o recuerdo del placer experimentado por el cual bendecir.

En razón de la dispersión y los exilios surgió la duda respecto de cuál es el volumen exacto de un «kazait». Algunos juristas sostienen que la aceituna que hoy poseemos es de menor tamaño que aquella a la que se referían nuestros sabios y es inferior a un tercio de huevo. Otros juristas entienden que su volumen equivale aproximadamente a medio huevo. Si bien de los escritos de muchos de los sabios medievales se desprende que la aceituna que los sabios talmúdicos conocían era similar a la que nosotros conocemos en la actualidad, en razón de la regla que detentamos según la cual: «en caso de duda respecto del recitado de bendiciones se adopta la actitud más flexible» («safek berajot – lehakel») – se dictaminó como halajá que no se debe recitar bendición final por una cantidad de alimento inferior al volumen de medio huevo mediano de nuestros días. Podemos explicar que por cuanto que esta ha sido la costumbre en el pueblo de Israel, en la actualidad entendemos que quien ingiere menos que el equivalente en volumen a medio huevo se considera que ingirió una cantidad carente de importancia que no amerita el recitado de la bendición. Dado que el volumen de «kazait» como aquél necesario para que se deba recitar la bendición final fue establecido por los sabios, resulta que la costumbre del pueblo de Israel tiene una vigencia o vigor similar al de los edictos rabínicos.

Empero no cabe temer respecto de la apreciación del volumen de medio huevo, puesto que cuando se les encomienda a las personas apreciar o calcular algo, con certeza algunos habrán de errar calculando de más y otros de menos y de todas maneras nuestros sabios nos legaron estas medidas para el común de las personas. Además, aprendimos que según la opinión mayoritaria de los sabios medievales («Rishonim»), el volumen de un «kazait» es sensiblemente inferior al de medio huevo, y sobre el primero ya correspondería bendecir a los efectos de cumplir con lo establecido por los sabios. Por lo tanto, cada vez que a la persona le parezca que ingirió alimento por un volumen equivalente a medio huevo – debe recitar la bendición final.

06) Volumen y no peso

Las medidas a las que se refirieron los sabios son de volumen y no de peso, puesto que resulta obvio que los judíos no cargaban habitualmente balanzas en sus bolsillos. Es así como los sabios nos transmitieron las medidas en términos accesibles tales como el volumen de una aceituna o el de un huevo. Tal como ya aprendimos, la instrucción práctica es que el volumen de un «kazait» (aceituna) es el de medio huevo («jatzí beitzá»). En caso de que el alimento contenga grandes espacios huecos no se los incluye en el cálculo del volumen, empero en el caso de espacios pequeños que no son del todo perceptibles, estos no alteran el cálculo y cada vez que parece que el volumen del alimento equivale al de medio huevo incluidos los pequeños orificios – se debe recitar la bendición final.

Sin embargo, hubo juristas sefaradíes que acostumbraban pesar las medidas en virtud de que resulta dificultoso calcular o estimar un volumen, ya que a veces el alimento es largo, en otros casos cuadrado, y a veces posee grandes huecos u hoyos que no se incluyen en el volumen final. Además, hay quienes entienden que también se debe restar del cálculo estimativo los huecos pequeños  lo cual hace muy complicado estimar el volumen por lo que se recurre al peso. Empero también estos juristas coinciden con el principio general de que la medida depende del volumen y no del peso. Esta fue la costumbre ancestral en el pueblo de Israel, estimar el volumen del alimento incluyendo los huecos pequeños y solamente en el caso de los huecos grandes que no son parte de su textura – no se adicionan al estimativo. Y esta es la halajá.

Por ejemplo, en el caso del pan, los huecos grandes que a veces se generan en este no se suman al estimativo del volumen, pero los hoyos pequeños que están presentes en toda la hogaza sí son incluidos para estimar el volumen de medio huevo. Asimismo, esta es la norma respecto de las galletas de arroz, el pop corn o palomitas de maíz, bamba, crema chantilly (como la que viene en el interior de la golosina llamada «Crembo») y similares, alimentos que al no contener huecos de importancia se estima el volumen por simple observación.

Cada persona precisa aprender a estimar un volumen de medio huevo en los diferentes alimentos. A los efectos de acostumbrarse a hacerlo, es bueno colocar un huevo o medio junto a diferentes alimentos. Ya aprendimos que no se debe temer en demasía el errar en esto ya que los sabios le concedieron a cada persona la autoridad de calcular por sí misma el volumen, a pesar de que es razonable suponer que habrá de equivocarse estimando tanto de más como de menos.

07) El lapso que transcurre hasta que se ingiere una hogaza de pan («zman ajilat perás[1]«)

Quien ingiere un volumen equivalente a un «kazait» con prolongadas interrupciones, si desde que comenzó a comer y hasta que finalizó transcurrió menos tiempo que el que demora comerse una hogaza de pan «zman ajilat perás» (que es la cantidad de pan que solía ingerirse en una comida) entonces se considera que estamos ante una misma ingestión y se debe recitar la bendición final correspondiente. Empero si comió la cantidad de «kazait» en un lapso mayor de tiempo – no se la considera como una ingestión y no habrá de recitar la bendición final.

Sin embargo, surgió la duda de cuántos minutos le lleva en la práctica a una persona promedio comer la cantidad equivalente a una hogaza de pan («shiur perás»). Según la opinión de quienes ‘extienden’ los tiempos, se trata de nueve minutos, y según la opinión más «breve» – tres minutos. En la práctica, es bueno alcanzar a ingerir el volumen equivalente a un «kazait» en un lapso de cuatro minutos. De todas maneras, resulta claro que quien ingirió el volumen equivalente a una aceituna (medio huevo) en un lapso de seis minutos debe recitar bendición final. Esto es así ya que «la medida de tiempo que lleva comer una hogaza de pan» fue establecida según la mayoría de las personas, y como de diferentes personas surgieron diferentes mediciones – se debe seguir la medida promedio que es seis minutos.


[1]. «Perás» en arameo significa «mitad», en los días de nuestros sabios talmúdicos se acostumbraba comer dos comidas diarias. A estos efectos se horneaba una hogaza de pan que alcanzaba para dos comidas.

08) Excelencia en el cumplimiento en lo referente a medidas («beriá» y «kazait»)

Hay juristas que sostienen que quien ingiere algo entero, en su estado original de creación («beriá»), por ejemplo, una uva, una semilla de granada, un garbanzo o una arveja – debe recitar la bendición final. Si bien el volumen de lo ingerido es sensiblemente inferior al de una aceituna, dado que posee una importancia especial ya que es una creación entera («beriá») – se debe recitar la bendición final (según el Talmud Jerosolimitano). Si bien se dictaminó la halajá de que todo aquel que no ingirió el equivalente a un «kazait» no bendice (Rif, Rambám), a priori, a los efectos de no ingresar en área de dudas – corresponde no ingerir una beriá o creatura entera si no se ingiere además el volumen necesario para que se deba recitar bendición final (Rosh, Shulján Aruj 210:1). En caso de que muerda un trozo de una «beriá» y luego coma el resto, dado que no se llevó a la boca toda la «beriá» de una vez, no se considera que ingirió una en su totalidad (Ben Ish Jai Matot 5). Asimismo, si no se traga el carozo del fruto, por ejemplo, el del dátil, cereza o aceituna – no se considera que se ingirió una «beriá» (Mishná Berurá 210:7 y 9).

Asimismo, quienes cumplen con excelencia («mehadrín») corresponde que ingieran menos que el volumen de una aceituna actual, y entonces según todas las opiniones – no habrán de recitar bendición final; o que ingieran el volumen de medio huevo y más, por lo que entonces según todas las opiniones – deben recitar bendición final. Empero si ingirieron un volumen que va desde el de una aceituna hasta menos que el de medio huevo, según parte de los juristas deberán recitar la bendición, empero en la práctica no habrán de hacerlo ya que en caso de duda en lo referente a bendiciones se adopta la opinión más flexible (arriba halajá 5).

Todo esto aplica para quienes desean ser estrictos consigo mismos, empero por la norma simple esto no es obligatorio, y quien desee ingerir una cantidad que entra en el rango de la duda – puede hacerlo y luego no habrá de recitar bendición final, en virtud de que en caso de duda en lo referente a bendiciones se adopta la opinión más flexible.

09) La cantidad de pastel o torta necesaria a los efectos del recitado de la bendición final

Quien ingiere el equivalente a un «kazait» de pastel o torta, o sea, el volumen de medio huevo – debe recitar posteriormente «Al Hamijiá». Aunque el pastel contenga ingredientes tales como huevos, azúcar y aceite, de modo tal que la harina propiamente dicha no alcanza el volumen de un «kazait», dado que los demás componentes son secundarios respecto a ésta, se le suman para alcanzar el «kazait». Esto es así a condición de que la harina sea por lo menos un octavo del resto de los ingredientes (Shulján Aruj 208:9, Mishná Berurá 43:48). En la práctica, casi todos los pasteles que conocemos – incluídas las tortas elaboradas sin batido – contienen al menos un octavo de harina.

Si la cantidad de harina en la masa es inferior a un octavo de los demás ingredientes – no se recita la bendición de «Al Hamijiá» tras la ingestión de un «kazait» del pastel sino «Boré Nefashot». Esto se debe a que el porcentaje de harina es tan bajo que no predomina por sobre los demás ingredientes, sino que se suma a estos. Sin embargo, antes de ingerir este pastel se debe recitar «Boré Minei Mezonot», porque a los efectos de la bendición inicial no se requiere de un porcentaje mínimo determinado, y mientras que la harina esté destinada a dar sabor a la mezcla se la considera predominante y en virtud de ella se fija la bendición a recitar (Shulján Aruj 208:2-3, adelante 11:4).

Un pastel que está relleno de frutas (por ejemplo «Shtrudel») o queso, dado que el relleno es un componente importante por sí mismo y además no está mezclado con harina, no se suma a esta, y sólo si se comió un «kazait» de la masa junto a sus componentes – se habrá de recitar finalmente «Al Hamijiá». En caso de no haber en la masa el equivalente a un «kazait», mas junto con el relleno sí lo hay – se habrá de bendecir «Boré Nefashot» (ver arriba 14 y 11:7).

10) Cantidad que se ha de beber para recitar bendición final

Quien bebe un «reviít» (halog) que es el volumen equivalente a un huevo y medio – debe recitar bendición final. Hay juristas que entienden que para la bebida aplica la misma normativa que para la comida, por lo que quien bebe un volumen equivalente a medio huevo debe recitar bendición final (Tosafot). Quienes cumplen de manera más estricta, acostumbran tomar en cuenta la opinión de las Tosafot, por lo que no beben una cantidad superior al volumen de medio huevo e inferior a un «reviít». Empero en la práctica no hay necesidad de tomar en cuenta su opinión, por lo que todo aquel que bebió menos que un «reviít» (unos 75 mililitros) no habrá de recitar bendición final (Shulján Aruj 210:1. En las últimas generaciones era aceptado considerar al «reviít» como 86 mililitros, empero según medición exacta se llega a que son 75 mililitros, lo cual es menos de la mitad de un vaso común).

Lapso: hay juristas que entienden que la ingestión de bebidas es similar a la de los alimentos y por lo tanto quien bebió un «reviít» durante el tiempo que lleva comer una hogaza de pan («zman ajilat perás») (seis minutos) es necesario recitar bendición final (Raavad). Otros juristas entienden que la ingestión de bebidas difiere de la de alimentos, ya que se acostumbra a beber de manera continua por lo que si se bebió la cantidad equivalente a un «reviít» más lentamente de lo que se suele hacer – no se debe recitar bendición final (Maguén Abraham según Rambám). Dado que seguimos la regla que indica que en caso de duda referente al recitado de una bendición se adopta la posición más flexible, todo aquél que bebe un «reviít» en un tiempo mayor que el comúnmente aceptado – no recita la bendición final. Empero si bebió de manera continua con breves interrupciones para tragar y respirar – debe recitar la bendición final.

Según la opinión de algunos juristas, quien ingiere una bebida que suele beberse lentamente, por ejemplo, café caliente, té caliente o sopa, aunque no la haya bebido de modo continuo – recita la bendición final porque esa es la forma de beberse (Guinat Vradim). Hay juristas que acostumbraron a actuar de esta manera en la práctica, empero según la opinión mayoritaria no se debe diferenciar entre una bebida caliente y una fría, y todo aquél que bebió un «reviít» en un lapso mayor que el acostumbrado – no recita bendición final. A priori, a los efectos de actuar conforme a todas las opiniones, es bueno que la persona beba o coma algo más para poder así recitar «Boré Nefashot» libre de toda duda.

11) Queso blanco, yogur y helado son considerados alimento

Estudiamos que existe una diferencia significativa entre el alimento y la bebida, ya que se recita bendición final por haber ingerido un «kazait» de alimento (medio huevo) durante un lapso de hasta seis minutos («zman ajilat perás») y por un «reviít» de bebida (huevo y medio) que se bebió de modo continuo tal como se acostumbra. Hay dos diferencias fundamentales entre el alimento y la bebida. La primera radica en que la bebida es líquida y si se vierte sobre un plato se extiende hacia todos los costados. Cuando no lo hace, se trata de alimento. La segunda diferencia radica en que el alimento se mastica con los dientes o al menos se lo procesa un tanto con la lengua mientras que el líquido es directamente bebido.

Por lo tanto, yogur, queso, gelatina, postrecitos y helado, por cuanto que no se pueden beber y hay que procesarlos, aunque tan sólo sea con la lengua para poder ingerirlos, son considerados alimento y por lo tanto si se ingiere un «kazait» de estos en seis minutos («zman ajilat perás») – se debe recitar la bendición final. Si se agita el yogur hasta tornarlo líquido se lo considerará una bebida. En el caso de la sopa, aunque sea espesa, mientras se expanda como un líquido se la considera bebida.

En el caso de los helados en palito o paletas («kartiv» o «artik») hechos a base de agua con azúcar, quien los lame o chupa estando estos fuera de su boca se considera que los bebe, y dado que no es razonable suponer que alcance a ingerir así un «reviít» en el tiempo que suele llevar beber esa cantidad – no habrá de recitar bendición final. Empero si muerde el helado, aunque luego lo chupe dentro de su boca, se lo considera alimento y en caso de haber comido un volumen equivalente a medio huevo durante seis minutos – deberá recitar la bendición final.

Quien bebió un reviít de dos tipos diferentes de líquido cuya bendición es idéntica, o quien comió un «kazait» de dos alimentos diferentes cuya bendición es la misma – se suman ambos tipos a los efectos de recitar la bendición final. Empero, si bebió la mitad de la cantidad necesaria de líquido y comió la mitad de la cantidad necesaria de alimento, no recita bendición final ya que alimento y bebida no se suman entre sí (Mishná Berurá 210:1).

12) ¿Hasta cuándo se puede recitar la bendición final?

Se debe recitar la bendición final inmediatamente después de haber terminado de comer o beber y no se debe hacer nada antes de bendecir, ya que no es correcto que una persona se dedique a sus quehaceres y se olvide de bendecir. A posteriori, mientras la persona disfruta y se siente todavía satisfecha de lo que ingirió, o sea está más satisfecha de lo que estaba antes de la ingestión – puede recitar la bendición final. A veces esto es difícil de estimar puesto que justamente el comer despierta el apetito. De todas maneras, dentro de la media hora posterior a haber finalizado la ingestión se puede siempre bendecir sin temor alguno. Si ya pasó media hora y la persona duda si está más satisfecho que antes o no – es mejor que ingiera un poco más del mismo alimento y recite entonces la bendición final (respecto de la bendición inicial ver arriba 9:5-7). En caso de no tener la posibilidad de comer más, siempre y cuando no hayan transcurrido setenta y dos minutos desde que terminó de comer o beber puede todavía recitar la bendición. Luego – no habrá de bendecir. No obstante, si le resulta claro que todavía se siente más satisfecho que antes de la ingestión – puede bendecir aún después de pasados los setenta y dos minutos.

Quien ingiere una comida que satisface o llena aunque no haya ingerido pan, a posteriori, aunque hayan pasado ya varias horas, mientras siente la sensación de estar satisfecho – debe recitar la bendición final. A partir del momento en que empieza a sentir algo de hambre y desea comer algo más – perdió de recitar la bendición final (ver arriba 4:14 el análisis de esta medida).

13) Quien prueba alimentos y bebe con interrupciones, ¿cuándo habrá de bendecir?

A veces una persona tiene la intención de comer a lo largo de las próximas horas diferentes tipos de frutas o artículos «mezonot» o beber varias copas, ante lo cual surge la pregunta: ¿es correcto recitar una bendición inicial antes de comenzar la ingesta y luego una bendición final por todo lo ingerido al concluirla, o es mejor bendecir por cada ingestión de alimento y por cada copa de líquido tanto antes como después? La regla general indica que, si las ingestiones de comida o bebida se consideran como una continuidad – es mejor recitar por toda una sola bendición. En caso de que las ingestiones se consideren separadas por haber transcurrido una larga interrupción entre ambas o si fueron ingeridas en sitios distintos, es mejor que se bendiga por cada ingestión por separado. A veces se dan situaciones en las que otros factores influyen sobre esto, por ejemplo, alimentos que son servidos y colocados delante de la persona o el estar sentado a la mesa junto con amigos. Pasemos a explicar la halajá:

Quien está sentado en un sitio y tiene la intención de hacer interrupciones de menos de media hora entre las ingestiones de alimento o de bebida, es correcto que fusione todas las ingestas de alimento o bebida y recite tanto al principio como al final una bendición por todo. Si resulta que las interrupciones habrán de exceder la media hora, dado que se trata de un lapso relativamente prolongado – es mejor que recite las bendiciones correspondientes tanto iniciales como finales por cada alimento y por cada bebida. De todas maneras, a posteriori, si la interrupción entre las ingestiones es inferior a los setenta y dos minutos – se podrá recitar una bendición general por todo tanto inicial como final.

Si una persona coloca delante suyo una fuente con frutas o galletas o una jarra con agua, dado que se encuentra delante suyo y tiene la intención de seguir comiendo o bebiendo de lo servido, todo lo comido o bebido se considera como una misma unidad o continuado y entonces, aunque a veces realice interrupciones por lapsos superiores a media hora, es mejor que recite una sola bendición por todo al inicio y una al final que ponga fin a su comida o bebida.

Cuando un grupo se reúne en el marco de una fiesta y tienen delante suyo diferentes tipos de alimentos y bebidas, el hecho de que estén sentados juntos (más allá del alimento y la bebida que tienen servido), habrá de unir todo lo que consuman tanto sólido como líquido en una única ingestión, por lo que deberán recitar una bendición inicial por todo lo que habrán de comer y beber, y al concluir la ingesta habrán de recitar una bendición final. Por ejemplo, si tenían delante suyo «mezonot», frutas y jugo, habrán de recitar primeramente «Boré Minei Mezonot», «Boré Pri Haetz» y «Shehakol Nihiá Bidvaró». Al finalizar deberán recitar las bendiciones de «Me´ein Shalosh» y «Boré Nefashot». También, aunque pasen algunas horas entre lo primero que se ingiere y el final de la fiesta, mientras estén allí sentados y de tanto en tanto prueben algo de la comida y de la bebida – no pierden la bendición inicial recitada por todo lo ingerido o bebido inicialmente. Hay quienes procuran cumplir con excelencia y tienen el recaudo de que no pasen más de setenta y dos minutos sin comer o beber algo. De todas maneras, quien realizó una interrupción de más de setenta y dos minutos en su ingestión no perdió la bendición final, ya que no experimentó mientras tanto hambre o sed, pues de haber estado hambriento o sediento habría comido o bebido de lo que tenía servido delante suyo.

06) Galleta cracker y lo que se le unta

Quien unta queso o chocolate sobre una galleta cracker o al agua, aunque la capa sea espesa, siempre que tenga por objetivo darle sabor a la galleta, aunque el producto untado sea muy sabroso y deseado resulta secundario ante la galleta. En un caso así se recita por la cracker untada «Boré Minei Mezonot» y si se alcanzó a ingerir un «kazait de la misma se recita la final «Al Hamijiá y el producto untado queda incluido en la bendición. Lo mismo ocurre si se coloca fiambre para saborizar la galleta.

Empero, si lo que se desea comer es el fiambre y para ello se lo coloca sobre la galleta pues resulta más sabroso ingerirlos juntos – ninguno de los dos componentes resultará secundario frente al otro, por lo que inicialmente se deberá recitar «Boré Minei Mezonot» e ingerir un bocado de la galleta y luego se recitará «Shehakol Nihiá Bidvaró» e ingerir del fiambre, para posteriormente continuar comiéndolos juntos. Lo mismo se hace cuando se desea comer una galleta con un trozo de pescado, con mucho queso o muchas verduras. Si se desea ingerir cada uno de los componentes se deberá recitar una bendición por la galleta y otra por lo que desea colocar sobre esta, para luego poder comer los dos alimentos juntos (Mishná Berurá 212:6, 168:45).

Respecto de la bendición final, si se ingirió un «kazait» de la galleta y otro «kazait» de lo que se le colocó encima, si bien los ingirió juntos, dado que ninguno resulta secundario y no fueron horneados juntos se trata de dos alimentos separados por lo que al final se habrá de recitar «Al Hamijiá» y «Boré Nefashot».

Si al comensal se le despierta la duda respecto de si el alimento que viene sobre la galleta es o no secundario respecto de esta, inicialmente habrá de recitar bendición separada por la galleta y otra por el otro alimento y luego los seguirá comiendo juntos. En este caso no hay sospecha de que se haya recitado una bendición en vano, ya que desde un principio no se tuvo la intención de incluir al alimento que va sobre la galleta en la bendición de esta. Respecto de la bendición final, si ingirió un «kazait» de la galleta deberá recitar «Al Hamijiá» y por el otro alimento no recitará «Boré Nefashot» pues quizás quedó incluido en la bendición de «Al Hamijiá». Solamente si se come un «kazait» separado del otro alimento también se habrá de recitar al final «Boré Nefashot». Asimismo, si en las galletas no había el volumen de un «kazait» y del otro producto sí lo había – se recitará al final «Boré Nefashot».