Si una mujer que acostumbra a diario a rezar o Shajarit o Minjá, emprendió un viaje en automóvil y llega la hora de rezar, si ella es quien conduce no puede orar mientras conduce porque no puede concentrarse debidamente e inclusive hay temor a que su vida corra peligro. Por lo tanto deberá detener el vehículo a un costado del camino y pararse a rezar.
En cambio si hay otro conductor y ambos tienen prisa por llegar, podrá rezar sentada mientras viaja. Esto se debe a que si se detienen para rezar de pie estará apurada por terminar y no podrá concentrarse debidamente. Por lo tanto es preferible rezar la Amidá sentada pues ya vimos (halajá 3) que a posteriori, quien reza sentado cumple con su deber.
Aunque una persona rece sentada debe juntar sus pies (Mishná Berurá 95:2) y debe intentar orientar su rostro hacia Jerusalém (Mishná Berurá 94:15). Además, en los sitios en los que nuestros sabios indicaron que hay que reverenciar, que intente incorporarse un poco para inclinarse lo más posible (Shulján Aruj 95:4, Aruj Hashulján 18).
Quien viaja en autobús o en tren y por ende dispone de más espacio, de ser posible es bueno que se pare para la Amidá, en caso de que ponerse de pie le dificulte la concentración tanto sea por los vaivenes del vehículo o por timidez ante los demás viajeros, que se siente con los pies juntos y rece. Si puede pararse por breves lapsos para inclinarse que lo haga y posteriormente vuelva a sentarse. Si puede, al finalizar el rezo que camine tres pasos hacia atrás.