Pninei Halajá

01- El precepto de las cuatro especies

Es preceptivo tomar las cuatro especies en Sucot: etrog, lulav (palma), hadas (mirto) y aravá (sauce), tal como fue dicho (Vaikrá-Levítico 23:40): “y tomaréis vosotros en el primer día: fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos y sauces del río y os regocijaréis ante HaShem vuestro D’s, siete días”. El fruto del árbol hermoso es el etrog, las ramas de palmera es el lulav, las ramas de árboles frondosos es el hadas y los sauces de río es la aravá (Tratado de Sucá 35(A), ver en Meiri y Ritba allí, Rambám en su introducción a la Mishná).

Dado que el lulav es la más alta de las cuatro especies, la generalidad del precepto recibe su nombre, y por ello recitamos la bendición que reza: “que nos ha santificado con Sus preceptos y nos ordenó en lo concerniente a tomar el lulav”.

De acuerdo con nuestra Torá es preceptivo tomar el lulav únicamente en el primer día de la festividad, tal como fue dicho (ídem): “y tomaréis vosotros en el primer día”. Solamente en el área del Templo de Jerusalém se nos ordenó tomarlo durante los siete días, tal como continúa el versículo “y os regocijaréis ante HaShem vuestro D’s, siete días”. En la práctica, dado que era preceptivo ascender a Jerusalém en las tres festividades de peregrinación, resulta que en los días del Templo muchos en el pueblo de Israel cumplían el precepto durante siete días.

Tras la destrucción de nuestro Santuario, Rabán Yojanán Ben Zakai estableció que se tome el lulav durante siete días en todas partes como recordatorio del Templo, ya que nuestros sabios dijeron que por medio del recuerdo y de la observancia de los preceptos que se solían cumplir en su recinto, habremos de curar la herida de la destrucción y acercamos la redención (Tratado de Sucá 41(A)).

Se toman un etrog, un lulav, tres ramas de hadas (mirto) y dos de aravá (sauce). En caso de necesidad alcanza con un hadas y una aravá mas no se recita la bendición (Shulján Aruj 651:1).

En caso de que las especies fuesen muy pequeñas – no son aptas para el precepto. Estas son sus medidas: el etrog debe tener por lo menos el volumen de un huevo, la longitud del lulav (su tallo) debe ser como mínimo de cuatro palmos. Los hadasim y las aravot deben tener una longitud mínima de tres palmos. A partir de allí no hay límite, esto es, no hay medidas máximas de las cuatro especies y mientras puedan ser llevadas o transportadas son aptas. A continuación, nos extenderemos en estas reglas (halajot 7,8,9 y 12).

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