Pninei Halajá

06- Cuando el ‘tiomet’ se separa o divide

Cada una de las hojas del lulav está compuesta de dos frondas que se unen entre sí en su parte dorsal. Esta unión es llamada ‘tiomet’ y por su intermedio, ambas frondas se tornan unidas cual gemelos. Cuando los lulavim continúan creciendo y se transforman en ‘jariot’, las partes superiores de las hojas se van abriendo y la primera en hacerlo es la hoja central superior. Dado que las hojas del lulav están naturalmente cerradas por medio del ‘tiomet’, si éste último se abre, generará una deficiencia en el lulav y por ello, aunque conserve aun aspecto de tal, resultará inválido para ser utilizado en el primer día festivo, pues entonces las especies deben estar completas o íntegras. Sin embargo, el resto de los días de la festividad este lulav resultará apto.

Las eminencias halájicas debatieron respecto de qué significa que el ápice o ‘tiomet’ se haya separado (‘nejleká hatiomet’). Hay quienes consideran que solamente cuando se separó la mayor parte del ‘tiomet’ de la mayor parte de las hojas – el lulav resultará inválido (Rif y Rambám). Otros, entienden que la norma de la separación del ‘tiomet’ se refiere a la hoja central superior, por cuanto que es aquella que más destaca o sobresale, y, por ende, si se separó la mayor parte de su ‘tiomet’ – el lulav será inválido (Gueonim y Ran). Y así procedemos en la práctica, el primer día de Sucot no tomamos un lulav en el que la mayor parte del ‘tiomet’ de su hoja central se haya abierto. Hay quienes proceden con excelencia y a priori toman un lulav cuyo ‘tiomet’ de la hoja central superior no se haya abierto o separado en absoluto. En la práctica, en el caso de la mayoría de los lulavim, la mayor parte de la hoja superior está cerrada de modo tal que casi todos los lulavim son también aptos para el primer día festivo. No obstante, son pocos los lulavim en los cuales algo de la hoja central no se haya abierto, y cuanto más desarrollado y bonito sea el lulav, aumentan las probabilidades de que parte de la hoja superior se abra. Consideramos que es preferible tomar un lulav grande y hermoso cuya hoja superior este algo abierta a tomar uno pequeño y marchito cuya hoja superior esté cerrada. En caso de quien tema que su hoja central continúe abriéndose al grado de que al llegar el primer día festivo esté abierto en su mayoría, podrá unirlo y así salvarlo de su invalidación.

Si en la parte superior del lulav hay dos hojas centrales, cada una de ellas debe tener la mayor parte del ‘tiomet’ entero. Pero si estas dos hojas se separaron una de otra, por cuanto que son dos hojas separadas el lulav resulta apto (Mishná Berurá 645, Prí Megadim Mishbetzot Zahav 4).

Hay juristas que prefieren tomar un lulav que posee una ‘kora’, que es una especie de recubrimiento marrón que une o pega a las hojas entre sí, y en su opinión, mientras ésta se encuentre sobre las hojas éstas se considerarán cerradas. Otros eruditos consideran que a priori, es mejor tomar un lulav sin ‘kora’ por dos motivos: en primer lugar, consideran que la ‘kora’ no sirve para poder considerar a la hoja central como ‘cerrada’ y si bien no cabe temer que bajo esta la mayor parte de la hoja esté abierta, ya que se trata de un caso muy poco frecuente, de todas maneras, es razonable que la hoja esté parcialmente abierta por lo que no se acostumbra a considerar un lulav recubierto de ‘kora’ como excelente. En segundo lugar, según la costumbre de Ashkenaz se acostumbra a sacudir las hojas del lulav durante los ‘na’anuím’ o las sacudidas, y cuando el lulav posee ‘kora’ resulta imposible realizar este efecto.

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