Pninei Halajá

01- El tiempo del precepto

El lulav se toma de día y no de noche. Se acostumbra a tomarlo en el rezo de Shajarit, y quien no lo hizo entonces puede hacerlo después, y en caso de que el sol ya se haya puesto habrá de tomarlo sin recitar la bendición correspondiente, y en caso de que ya hayan salido las estrellas – se habrá perdido la oportunidad de cumplir el precepto (Shulján Aruj 652:1, Mishná Berurá 2).

Es preceptivo asir el lulav durante el recitado del Halel y sacudirlo mientras se dicen los versículos que rezan “Agradeced a HaShem porque es bueno, Su benevolencia es eterna” (“Hodú LaHaShem Ki Tov Ki Leolam Jasdó”) y “HaShem por favor, sálvanos” (“Ana HaShem Hoshía Na”). Dado que nuestros sabios instituyeron el recitado de una bendición por tomar el lulav, [esta se dice antes de comenzar el Halel, y hay quienes se adelantan a hacerlo en la sucá antes del inicio del rezo (adelante 3).

A priori no se debe tomar el lulav antes de que salga el sol, que es cuando la gran luminaria comienza a ser divisada en el Este. No obstante, quien precise levantarse temprano para salir de viaje y no pueda tomar el lulav después de la salida del sol, habrá de tomarlo recitando la bendición correspondiente a partir del despunte del alba, esto es, a partir del momento en el cual se percibe la primera luz en el Este (Shulján Aruj 652:1, Pninei Halajá Tefilá 11:2).

Tal como ya aprendimos (4:1), según la Torá es preceptivo tomar el lulav únicamente en el primer día de la festividad, y solamente en el Templo de Jerusalém era deber hacerlo durante los siete días. Así se procedía en los días en los que el Templo estaba en pie: en todas partes se tomaba el lulav únicamente en el primer día festivo, al tiempo que el resto de los días únicamente quienes peregrinaban al Santuario lo tomaban. Cuando el primer día festivo de Sucot caía en Shabat, los habitantes de la tierra de Israel tomaban el lulav, y para evitar transportarlo por el dominio público se estableció tomarlo en el hogar (Tratado de Sucá 42(B)).  Por su parte, quienes residían en el extranjero no tomaban el lulav porque no sabían a ciencia cierta cuándo había sido consagrado el mes en el Beit Din, y por ello, ante la duda, debían celebrar dos días festivos del exilio. Dado que no se tenía la certeza de que el Shabat fuera efectivamente el primer día festivo, nuestros sabios decretaron que no se tome el lulav ese día no sea que a pesar de que se había dispuesto tomarlo en el hogar, podría haber personas que por equivocación lo transportasen por el dominio público profanando así el Shabat (Tratado de Sucá 43(A)).

Una vez destruido el Templo de Jerusalém, nuestros sabios establecieron que en todas partes se tome el lulav siete días como recordatorio del Santuario, y por otra parte, decretaron que en la tierra de Israel, en caso de que el primer día festivo caiga en Shabat, tampoco se tome el lulav para que todos los hijos de Israel en todas partes procedan de la misma manera (Tratado de Sucá 44(A)). También después de que se comenzaron a consagrar los meses según el calendario fijo y ya no cabían dudas respecto de cuándo habría de caer el primer día festivo, la prohibición quedó en pie, y por ello no se toma el lulav en el primer día de Sucot cuando este cae en Shabat (Rambám Hiljot Lulav 7:16-18).

Respecto del motivo de esta normativa, quizás pueda decirse que tras la destrucción del Templo se debilitó la influencia del precepto de tomar el lulav y por ello resultaba necesario reforzarlo, estableciendo que se cumpla en todas partes durante los siete días festivos. Por otra parte, el temor de que el Shabat fuera profanando creció notablemente, ya que [este permaneció como el fundamento de la vida y de la bendición para la existencia del pueblo de Israel. Debe decirse que la santidad del Shabat resulta más beneficiosa en nuestros días que el precepto de tomar el lulav, y para que las personas no terminen profanando el Shabat, D’s no lo permita, se decretó que cuando el primer día de Sucot caiga en Shabat no se cumpla con la mitzvá del lulav. En la práctica, resulta que en los años en que el primer día festivo cae en Shabat, no se cumple el precepto de tomar el lulav tal como es prescrito por la Torá, ya que el resto de los días de Sucot se toma solamente por prescripción rabínica.

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