Pninei Halajá

03- Orden de la toma del lulav y del recitado de la bendición

Se toma el lulav, los hadasim y las aravot con la mano derecha y el etrog con la izquierda. Esto se debe a que las tres especies son más importantes que el etrog, y por ello corresponde tomarlas con la diestra que es la mano importante y fuerte. En caso de haberse equivocado y haber cambiado de manos, igualmente cumplió con su deber.

Hay quienes dicen que una persona zurda debe también tomar el lulav con la mano derecha como la mayoría de las personas porque en su caso esta mano es importante por cuanto que ésta alude a la cualidad de la benevolencia (jesed) (Shulján Aruj 651:3), y así se procede de acuerdo con la Kabalá. Otras autoridades halájicas consideran que, dado que para el zurdo la izquierda es su mano fuerte e importante, debe tomar con esta las tres especies y con la derecha el etrog (Ramá).

Es preciso tener el recaudo de tomar las cuatro especies en el sentido o la dirección de su crecimiento, con su raíz hacia abajo y su extensión hacia arriba. En el caso del etrog, su cabo hacia abajo y su parte más fina (el ‘jotem’) hacia arriba, pues así es como crece esta fruta en el árbol. En caso de que se haya dado vuelta alguna de las especies, dado que se la tomó de un modo diferente al del sentido de su crecimiento, no se habrá cumplido el precepto (Tratado de Sucá 37(B), 45(B), Shulján Aruj 651:2).

Se toma el lulav de modo tal que su tallo esté de frente al rostro de la persona, y se acerca o adosa al etrog al amarrado del conjunto de las tres especies (Shulján Aruj 651:11). De ese modo, se sacude en las cuatro direcciones, hacia arriba y hacia abajo, tal como se explicará en la siguiente halajá.

Nuestros sabios establecieron que previo al cumplimiento del precepto se recite la siguiente bendición: “Baruj Atá HaShem Elokeinu Melej HaOlám Asher Kideshanu BeMitzvotav VeTzivnau Al Netilat Lulav” (“Bendito eres Tú HaShem… que nos consagró con Sus preceptos y nos ordenó tomar el lulav”). A los efectos que el recitado de la bendición sea todo lo contiguo posible al cumplimiento del precepto, previo a este se toman las cuatro especies, pero el etrog es sostenido en posición inversa, con el cabo hacia arriba y su ‘jotem’ hacia abajo, de manera tal que no se esté cumpliendo con él el precepto, e inmediatamente después de la bendición se le da vuelta y se lo sacude junto al lulav (ver Shulján Aruj 651:5). El primer día, previo al cumplimiento del precepto se adiciona la bendición de ‘Shehejeianu’ (Shulján Aruj 651:6).

Se acostumbra a estar de pie durante el recitado de la bendición y el cumplimiento del precepto. La bendición recitada se mantiene vigente para todos los lulavim que la persona tome y sacuda a lo largo del día (Shulján Aruj 651:5).

Se acostumbra a recitar la bendición por el lulav previo al inicio del Halel (Shulján Aruj 644:1). Y hay quienes proceden con excelencia y lo hacen en la sucá antes de ir a la sinagoga para conectar así a ambos preceptos (Arí, Shela). Quienes rezan en el minián de ‘vatikín’[1] (lúzcase maestro) no pueden recitar la bendición del lulav en la sucá previo al inicio del rezo, ya que a priori, el horario de tomar el lulav es con posterioridad a la salida del sol (tal como se explicó en la halajá 1).

Se toman el lulav y el etrog en las manos y quien coloca las especies en un recipiente y luego se toma ese recipiente, no cumplió con su deber. No debe haber nada que se interponga entre las manos y las especies, sin embargo, la manga hecha de hojas de palma trenzadas no se considera que se interponga ya que está destinada a servir a las especies. Hay quienes adoptan una actitud más estricta y se quitan los anillos de los dedos, pero según la halajá estos no implican interposición ya que cubren únicamente una parte pequeña de la mano (Shulján Aruj 651:7).

Quien tenga una mano vendada pero sus dedos se encuentren por fuera de la venda, de modo tal que pueda sostener las especies, a posteriori, podrá cumplir con el precepto (Ikarei HaD.T. (Daniel Tireni) 33:25). En caso de no poder sostener las especies con sus dedos habrá de cumplir el precepto únicamente con su otra mano, de modo tal que habrá de bendecir por el lulav sosteniéndolo, para luego dejarlo y sostener el etrog, pues ya aprendimos en la halajá anterior que, a posteriori, se pueden tomar las especies una tras la otra.


[1]. Lúzcase maestro

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