Pninei Halajá

Capítulo 08 – La bendición por los frutos y «Shehakol»

01) Los frutos del árbol y de la tierra

Por frutos del árbol se recita «Boré Prí Ha´etz» y por frutos de la tierra «Boré Prí Haadamá». Por ejemplo, por uvas, granadas, manzanas, peras, nueces y almendras se bendice «Boré Prí Ha´etz», al tiempo que por maíz o choclo, lentejas, arvejas, tomates y pepinos – se bendice «Boré Prí Haadamá».

El fruto de la tierra crece rápidamente. En cuestión de pocos meses posterior a la siembra o plantación el fruto es obtenido y las bondades de la tierra se reconocen así más directamente. Por su parte, del fruto el árbol pasa por un proceso más complejo: en los primeros años el árbol debe brotar, crecer y cobrar forma, luego en un proceso relativamente prolongado absorbe nutrientes de la tierra, los procesa y da frutos. Se puede decir que el fruto de la tierra expresa lo más básico y la simpleza, al tiempo que el fruto del árbol manifiesta la sofisticación y la complejidad, y por lo general su sabor suele ser más rico e intenso.

El árbol se asemeja a la persona, ambos precisan pasar por un proceso prolongado hasta arribar a la madurez, empero luego sus frutos son más refinados. Así como en el caso del árbol los tres primeros años está prohibido ingerir sus frutos por entrar en la categoría de «orlá», de igual manera el ser humano debe estudiar Torá y educarse en el cumplimiento de los preceptos antes de comenzar a actuar en el mundo.

En un principio el ser humano era merecedor de ingerir únicamente frutos del árbol, tal como está escrito (Bereshit-Génesis 2:16): «De todo árbol del jardín habrás de comer», e incluso el cereal que es el alimento central del ser humano crecía de un árbol, y en opinión de Rabí Iehudá, el árbol del conocimiento daba por fruto el trigo (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 40(A)). Por su parte, los animales comían frutos de la tierra y hierbas. Después de desobedecer el mandato Divino, Adám descendió de su nivel y para alcanzar su reparación precisó de los frutos de la tierra, ya que ahora requería de correcciones más básicas y sencillas. Incluso el cereal descendió (en su categoría) y comenzó a crecer en la tierra. El ser humano se vio entonces obligado a esforzarse para extraer su alimento de la tierra arando, sembrando, cosechando, moliendo, amasando y horneando, tal como está escrito (Bereshit – Génesis 3:19): «con el sudor de tu frente comerás pan hasta que retornes a la tierra». Por medio de este esfuerzo – extremadamente agotador – el ser humano corrige sus defectos y malas actitudes y a través de un largo proceso se prepara a sí mismo y al mundo para la redención.

Si bien el principal alimento del hombre proviene hoy de la tierra, los frutos del árbol conservan aún una gran importancia por cuanto que elevan y mejoran la calidad de vida del hombre y lo conectan a un grado superior. En el futuro, una vez que el mundo haya sido reparado, el alimento del hombre volverá a provenir de los árboles y no deberá esforzarse en cultivarlo cada año, tal como dijeron nuestros sabios (Talmud Babilonio Tratado de Ketuvot 111(B)): «En el futuro el trigo se elevará como la palma… para que no digas que es trabajoso cosecharla (en virtud de la altura de la palma)… El Santo Bendito Es traerá viento de sus depósitos ocultos y lo hará soplar sobre las espigas y de estas caerá la harina refinada de modo tal que el hombre saldrá al campo y retornará con sus manos colmadas con sustento para sí y para los miembros de su hogar». Respecto de la tierra de Israel dijeron: «en un futuro en la tierra de Israel crecerán panes y tortas ya preparados así como ropas ya confeccionadas» (ver Prí Tzadik Tu BiShvat 1).

El fruto del árbol posee una virtud especial y el fruto de la tierra posee también una importancia propia, y por cada uno de estos es menester agradecer a HaShem por medio de una bendición particular. Por medio de esta se manifiesta la virtud interior del fruto y la chispa sagrada que anida en él se revela e incrementa la bendición en la vida del ser humano.

02) Diferencias entre el fruto de la tierray el fruto del árbol

Quien se equivocó y recitó la bendición de «Boré Prí Haadamá» por un fruto del árbol cumplió igualmente su deber, ya que el árbol crece en la tierra y por lo tanto resulta que no faltó a la verdad en la bendición pronunciada.

Empero si por error bendijo «Boré Prí Ha´etz» por un fruto de la tierra no cumplió con su deber por cuanto que el fruto de la tierra no crece en los árboles, por ende recitó una bendición inadecuada y debe volver a recitar la correcta que es «Boré Prí Haadamá». Por lo tanto, en todo caso de duda respecto del origen de un fruto se bendice «Boré Prí Haadamá». (Shulján Aruj 206:1).

El árbol posee un tronco que dura muchos años y del cual brotan numerosas ramas y de éstas frutos. Incluso si el árbol es de baja altura y lo denominamos arbusto, dado que su tronco perdura de año en año se lo considera árbol. Por ejemplo, en el caso de los arándanos bendecimos «Boré Prí Ha´etz» por cuanto que crecen en arbustos cuyo tronco y ramas perduran por años. Cuando un vegetal es necesario sembrarlo o plantarlo cada año, es claro que por sus frutos bendeciremos «Boré Prí Haadamá».

Respecto de plantas que duran años, por ejemplo la banana y el ananá o piña surge una duda. Por una parte, al final de cada temporada su tronco caduca por completo como en el caso de los frutos de la tierra y por la otra no es necesario volver a plantarlos cada año, pues vuelven a brotar a partir de sus raíces elevándose a una altura de cuatro metros tal como los árboles de buen tamaño. Según la opinión del Rosh, por cuanto que sus raíces perduran de año en año, se recita por estos frutos «Boré Prí Ha´etz»; y según la opinión de los gueonitas, por cuanto que su tronco no perdura, se debe recitar «Boré Prí Haadamá» y así fue establecida la halajá (Shulján Aruj 203:2-3). Incluso se llegó a despertar duda respecto a la papaya, ya que si bien su tronco perdura de año en año, es hueco, resultando ser una suerte de espiga gruesa que da fruto ya en su primer año, tal como en el caso de las verduras; y como resulta dudoso – por el fruto de la papaya se bendice «Boré Prí Haadamá». Otro tanto ocurre con los frutos de la frambuesa y la zarzamora por los que se bendice «Boré Prí Haadamá», ya que todos los años sacan de la tierra nuevas ramas que al segundo año dan fruto y posteriormente se marchitan. Por lo tanto, sobre las frambuesas y zarzamoras no recae la prohibición de «orlá»[1].


[1].  En Vaikrá (Levítico) cap. 19 la Torá nos ordena acerca del precepto de la «orlá» y el «neta revái»: «Y cuando vengan a la tierra y planten todo árbol frutal… tres años les será prohibido, no se comerá; en el cuarto año todos sus frutos serán sagrados para HaShem y en el quinto año podrán comer de sus frutos…» (19:23-24).

La mitzvá de la «orlá» consiste en contar los primeros tres años de vida de los árboles, y la Torá nos enseña que todos los frutos que crezcan en estos primeros tres años, no deben ser comidos ni se

debe tener provecho de ellos. Los frutos del cuarto año del árbol se llaman «perot revái» y sólo

pueden ser consumidos en Jerusalém, por su santidad, y recién a partir del quinto año de vida del

árbol podemos tener provecho en forma normal de los frutos que obtengamos de ese árbol. (N. de Ed.)

03) ¿Por qué alimentos se recita la bendición de «Shehakol»?

Por alimentos que no crecen en la tierra como carne de animal doméstico o silvestre, aves, pescado, huevos, leche y queso, nuestros sabios dispusieron que se bendiga «Shehakol Nihiá Bidvaró». Asimismo, quien bebe agua para aplacar su sed recita «Shehakol Nihiá Bidvaró». Por hongos, aunque parezcan ser fruto de la tierra, dado que no se nutren de esta – su bendición es igualmente «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Shulján Aruj 204:1).

Asimismo, por frutos silvestres y hojas comestibles a consumirse en caso de gran necesidad, se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró»; y aunque hayan crecido en un árbol o en la tierra, por cuanto que estas especies no se plantan con el propósito de comerlas, no tienen la importancia de un fruto y por ende se bendice por estos «Shehakol Nihiá Bidvaró» (tal como se explica en la halajá 6).

Otro tanto ocurre con los jugos de frutas, tal como el de naranja o de manzana. Por estos se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró», aunque el zumo provenga del fruto, ya que su forma cambia sustancialmente al punto que un alimento se torna bebida y de allí el cambio de bendición (tal como se explica en la halajá 15).

Por licor elaborado a base de cebada o, en el caso del café y del té que se elaboran a partir de vegetales o frutos, dado que fueron transformados en bebida se bendice por estos «Shehakol Nihiá Bidvaró» (tal como se explicará en la halajá 17).

Asimismo, quien ingiere alimentos que se estropearon pero aún son comestibles en caso de apremio, por ejemplo: pan que enmoheció o un potaje cuya forma se vio alterada y se estropeó – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró». Empero si se estropeó por completo al grado de no ser comestible no se recita bendición alguna (Shulján Aruj 204:1, Mishná Berurá 1-2).

De igual manera, frutos que se suelen ingerir cocidos como la calabaza o la papa, en caso de ingerirse crudos se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Shulján Aruj 205:1, más adelante halajá 14).

Se puede enunciar a modo de regla general que la bendición de «Shehakol Nihiá Bidvaró» fue estipulada para dos tipos de alimentos: el primero, alimentos importantes originados en el mundo animal tales como la carne, los productos lácteos, los huevos y los hongos que se alimentan del aire. El segundo, alimentos que cambiaron su naturaleza al punto que perdieron su bendición original, por ejemplo: alimentos que se tornaron en bebidas, alimentos que se estropearon pero que aún son apenas comestibles, artículos cosechados que no alcanzan la importancia de fruto como los frutos silvestres. Una buena parte de los debates halájicos en este capítulo se ocupan de la pregunta ¿en qué etapa un alimento cambia al punto de perder su bendición original y adoptar la de «Shehakol Nihiá Bidvaró»?

04) El significado de la bendición «Shehakol Nihiá Bidvaró» y qué se hace en caso de duda

Dado que la bendición «Shehakol Nihiá Bidvaró» es una alabanza general puede aplicarse a todo tipo de alimentos, ya que si alguien por error recitó «Shehakol Nihiá Bidvaró» por un fruto del árbol o de la tierra e incluso por pan, por un alimento «mezonot» o por vino – cumple igualmente con su deber. Empero, a priori se debe recitar por cada tipo de alimento su bendición apropiada, y sólo en caso de que se dude respecto a un alimento específico si se debe recitar «Shehakol Nihiá Bidvaró» u otra bendición – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Shulján Aruj 204:13, 206:1).

Cuando surge una duda respecto de si se recita por una fruta «Boré Prí Haetz» o en su defecto «Boré Prí Haadamá» – se recita «Boré Prí Haadamá» (arriba halajá 2).  Si bien bendiciendo por esta «Shehakol Nihiá Bidvaró» cumplimos igualmente con nuestro deber, es preferible recitar «Boré Prí Haadamá» por ser una bendición más exacta que expresa el hecho de que se trata de una fruta.

Todo lo que estudiamos en cuanto a que en caso de duda se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró» o «Boré Prí Haadamá» aplica únicamente cuando no hay a quien preguntar o si se trata de un caso dudoso que la halajá todavía no ha aclarado. Pero en caso en el cual se pueda preguntar a un erudito cuál es la bendición que corresponde recitar queda prohibido bendecir «Shehakol Nihiá Bidvaró» o «Boré Prí Haadamá» por las dudas, debiéndose dilucidar cuál es la correcta (Shulján Aruj HaRav 202:24, Mishná Berurá 202:84).

En términos generales, es preferible recitar una bendición especial por cada tipo de alimento pues cada uno de estos aporta al ser humano un beneficio y un placer especial, y si se recita por todo una bendición única y general no se manifiesta adecuadamente la abundancia y plenitud que prodiga D´s sobre el mundo. Por otra parte, si se ha de recitar una bendición especial por el durazno y otra por la naranja, y así por cada especie y tipo, no se apreciará la influencia general de D´s en el mundo, sino que se caerá en un sinnúmero de detalles que aluden a un mundo excesivamente materializado. Por medio de la institución de bendiciones diferentes a tipos diferentes de alimentos se manifiesta por un lado la variedad de la bendición Divina y por el otro se expresa una tendencia general. La bendición de «Shehakol Nihiá Bidvaró» permanece como aquella que manifiesta la generosidad Divina en su generalidad; por una parte no es específica, por lo que es de menor importancia o jerarquía y siempre que se pueda – es necesario recitar la bendición particular correspondiente. Pero, por otra parte, esta bendición expresa la idea general de que «todo fue creado conforme a Su palabra» y justamente en ella se pone énfasis en el origen espiritual de la Creación, ya que HaShem creó Su mundo por medio de la palabra. En la medida que nos topamos más y más con el aspecto general y unificador de la Creación percibimos y comprendemos mejor su origen espiritual.

05) Las cáscaras y las semillas de las frutas

En virtud de la importancia de los frutos del árbol y los de la tierra nuestros sabios instituyeron para estas bendiciones especiales, empero no establecieron bendiciones para los demás alimentos que crecen en los árboles o arbustos y por ende en caso de ser comestibles se recita por estos «Shehakol Nihiá Bidvaró». Por lo tanto, quien desea comer hojas y tallos de árbol o de un arbusto estacional como en el caso de los cabos o racimos tiernos de la vid o las espigas tiernas del cereal – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Shulján Aruj 204:1).

Cáscaras que se acostumbran ingerir junto con las frutas como en el caso de la manzana, la pera y el pepino, se las considera parte integral del fruto y por ello quien las come por separado recita por estas la bendición correspondiente al fruto en cuestión. Por cáscaras de pepino se recita «Boré Prí Haadamá» y por las de manzana y pera «Boré Prí Haetz». Empero por cáscaras que no suelen ingerirse como en el caso de la de naranja, si fueron endulzadas por medio de azúcar o chocolate se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró», ya que como se las suele botar a la basura no se las considera parte integral de la fruta (Mishná Berurá 202:39).

Quien ingiere vainas frescas de legumbres como en el caso de las de arvejas, si se comen junto a estas últimas se recita por las arvejas «Boré Prí Haadamá» y se incluye en esta bendición a la vaina. Si se come la vaina únicamente – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Mishná Berurá 204:9).

Por semillas de frutas que son comestibles se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró» porque no son la parte principal de la fruta. Empero si son ingeridas juntamente con la fruta por ser secundarias a esta – la bendición de la fruta las incluye.

Empero, por semillas de girasol se recita «Boré Prí Haadamá» porque son lo principal del fruto. Otro tanto ocurre con las semillas de zapallo, calabaza, y las de sandía – se recita «Boré Prí Haadamá» ya que los frutos en cuestión son cultivados especialmente con la intención de que posean poca pulpa y muchas semillas: además se cultivan principalmente con el objetivo de obtenerlas y entonces, al ser lo principal del producto – se recita por estas «Boré Prí Haadamá» (ver Shulján Aruj 202:3, Mishná Berurá allí).

06) Frutos ácidos (inmaduros) y silvestres y la caña de azúcar

Frutos cuyo sabor es ácido pero que son comestibles en caso de gran necesidad – si crecieron y maduraron de manera natural – se recita por ellos la bendición correspondiente. Si su sabor es ácido por no haber madurado aún – los eruditos debatieron si se puede o no recitar por ellos su bendición por lo que es mejor bendecir «Shehakol Nihiá Bidvaró».

En el caso de frutos que crecen en árboles no frutales que no son tan sabrosos, como las manzanas pequeñas y las peras diminutas que crecen en árboles silvestres, si bien son comestibles en caso de apremio, dado que no fueron plantados con ese propósito carecen de importancia y por estos se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró». Aunque se hayan cocido estos frutos y tornado sabrosos, dado que no fueron plantados con el objeto de producir frutos, carecen de importancia y se bendice por estos «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Shulján Aruj 203:4-5). Asimismo, en el caso de las espigas que crecen silvestres y poseen determinado sabor – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Shulján Aruj 204:1). Empero en el caso de frutas sabrosas, aunque hayan crecido en árboles silvestres se recita «Boré Prí Haetz» (Mishná Berurá 203:5, 204:18-19). Por lo tanto, por el fruto del cactus o la tuna (sabres) que es sabroso se recita «Boré Prí Haetz» (Kaf HaJaím 202:6). Asimismo, por nueces sabrosas que crecen en árboles silvestres se recita «Boré Prí Haetz».

Por la succión de una caña de azúcar se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró» y si bien esta crece de la tierra por lo que hay quienes consideran que se debería recitar «Boré Prí Haadamá», como no se come la caña misma sino que únicamente se succiona su jugo – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Shulján Aruj 202:15, Mishná Berurá 76).

07) Frutas y verduras que crecen en una maceta o jarrón con agua

Por un fruto de la tierra que crece en una maceta o jarrón que no está perforado se bendice «Boré Prí Haadamá» aunque sus raíces no hayan tomado contacto con la tierra, ya que lo que crece pertenece a la tierra y además en la maceta misma hay algo de este elemento.

Hay juristas que dudan si por hojas o frutos de la tierra que crecieron en agua sin la mediación de tierra corresponde o no recitar «Boré Prí Haadamá», por lo que instruyeron que es preferible recitar «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Rabí Shelomo Zalman Auerbach). Empero en la práctica, dado que se trata de plantas o frutos que suelen crecer en la tierra y tienen su origen en otros que sí crecieron en la tierra, corresponde recitar «Boré Prí Haadamá» (Or LeTzión II 14:13, HaRav Eliahu, Shevet HaLeví 1:205).

Pero en el caso de los brotes, los cuales se sabe que crecen en el agua, surgió la duda si recitar «Boré Prí Haadamá» por parecerse a retoños que crecen en la tierra o quizás corresponda bendecir «Shehakol Nihiá Bidvaró» por cuanto que no suelen crecer en la tierra. Debido a la duda corresponde recitar por estos «Shehakol Nihiá Bidvaró».

08) Fruta cortada y puré de frutas

Frutas que fueron cortadas o pisadas mantienen su bendición original. Por ejemplo, quien corta verduras para la ensalada recita por estas «Boré Prí Haadamá» y aunque se ralle la zanahoria se continúa recitando «Boré Prí Haadamá». En caso de hacer lo mismo con manzanas, se recita «Boré Prí Haetz». Quien pisa una banana – recita por esta «Boré Prí Haadamá».

Si la fruta fue completamente triturada o molida – puré de fruta – los juristas dudaron si cambia o no su bendición. Hay quienes consideran que a pesar de que la forma del fruto cambió por completo, dado que la fruta antes existente es la que queda – conserva su bendición original (Rambám). Otros entienden que en virtud de que la fruta cambió radicalmente y no conserva su forma primera perdió su bendición original y se recita por esta «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Terumat HaDeshen). Esta última es la práctica habitual.

En resumen, si la fruta fue completamente molida se recita por esta «Shehakol Nihiá Bidvaró» y si no lo fue – conserva su bendición original. Empero, dado que la norma depende de la opinión de la gente común existen excepciones, pues a veces, aunque se haya triturado la fruta por completo, dado que se trata de un procedimiento habitual en esa variedad que aun después del triturado la gente la considera fruta se recita la bendición original correspondiente. Otras veces, la fruta no fue completamente molida, empero a ojos de la gente cambió mucho su forma y por ende – aunque no haya sido completamente triturada se recita por esta «Shehakol Nihiá Bidvaró».

En las siguientes halajot continuaremos aclarando esta norma, mas primeramente habremos de anticipar que en la práctica no existe en esta cuestión tanto temor al equívoco porque quien haya bendecido por frutas trituradas «Boré Prí Haetz» – cumplió con su deber, ya que no mintió en su bendición pues la pulpa resultante tiene su origen en un fruto del árbol. A su vez quien bendijo por frutas no trituradas «Shehakol Nihiá Bidvaró» – cumplió con su deber, ya que para la halajá quien haya bendecido por un fruto entero «Shehakol Nihiá Bidvaró» – cumplió (Shulján Aruj 206:1, Mishná Berurá 3). Siendo así, no cabe temer tanto en estas cuestiones, y en caso de duda la persona que debe bendecir puede analizar por sí mismo y ver: si la fruta triturada conserva aún la forma primaria – que recite la bendición original, y en caso de haber cambiado notoriamente que recite «Shehakol Nihiá Bidvaró».

09) Frutos que no fueron completamente triturados y mantienen su bendición original

Por dátiles que fueron pisados y hechos pasta se recita «Boré Prí Haetz» y al finalizar – la bendición de «Me´ein Shalosh». Esto obedece a que como no fue triturado por completo y no perdió su forma de manera definitiva conserva entonces su bendición original.

En el caso del aguacate o la palta que fue pisada, dado que no fue del todo triturada y preserva su textura – se recita «Boré Prí Haetz». Incluso si se le agregó cebolla o limón para aderezarla, dado que esto no implica un cambio tan notable y todos siguen considerándola palta o aguacate – se recita «Boré Prí Haetz».

Por una ensalada hecha a base de berenjenas pisadas con mayonesa en la que no se tritura la verdura por completo, si se desea ingerir exclusivamente  la ensalada – se recita «Boré Prí Haadamá».

Por «latkes» de papa rallada (en rallador), dado que la papa no fue completamente triturada – se recita «Boré Prí Haadamá». Empero por «levivot» hechas a base de harina de papa, dado que esta fue triturada por completo y no se percibe claramente de qué están hechas – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró». Otro tanto ocurre con el «kugel» de papa, si los trozos de papa son perceptibles – se recita «Boré Prí Haadamá», y si no los son – «Shehakol Nihiá Bidvaró».

A veces se cortan frutas en rebanadas y se altera su forma por medio de secado o freído como en el caso de las rebanadas finas de manzana seca. En un caso así, dado que la manzana no es triturada – no se cambia su bendición original.

10) Frutas que fueron completamente trituradas cuya bendición es «Shehakol Nihiá Bidvaró»

Por puré de frutas trituradas a máquina (con las que se suele alimentar bebés) se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró», ya que pasaron por un molido completo que alteró su forma y por ende cambia también su bendición. Si dentro del puré quedaron trozos de fruta, implica que estas no fueron completamente trituradas, entonces por los trozos se recita «Boré Prí Haetz» y se incluye en la bendición al resto del puré (Ben Ish Jai Pinjás 12).

Por una mermelada común que carece de trozos de fruta, aunque se sepa que está elaborada a partir de ellas, se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró». Si quedaron en la mermelada trozos de fruta – se recita por ellas «Boré Prí Haetz» y se incluye al resto en esta bendición.

Por salsa de tomate se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró» ya que los tomates fueron completamente triturados. Si bien en la actualidad muchos tomates son destinados a la elaboración de salsa, dado que esta tiene por función primordial la de saborizar los platillos cocinados carece de importancia en sí misma –  quien la ingiere recita «Shehakol Nihiá Bidvaró».

Por «bamba» (producto de copetín o botana) se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró», y aunque esté elaborado a partir de harina de maíz y mantequilla de maní, al haber sido triturados completamente se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró». Lo mismo ocurre con el mazapán hecho de almendras trituradas – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró».

Por la «halvá» o «tehina» se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró» ya que las semillas de sésamo fueron trituradas por completo, perdieron su forma original, y no se llaman como antes y por ende perdieron también su bendición original.

Empero en el caso de una golosina elaborada a base de semillas de sésamo, azúcar y miel se recita «Boré Prí Haadamá» ya que está mayoritariamente compuesta de sésamo que no fue triturado y por lo tanto no cambió.

11) Azúcar, productos elaborados a partir de la soja y chocolate – «Shehakol Nihiá Bidvaró»

Por azúcar, sea elaborada a partir de caña de azúcar o de remolacha azucarera – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró». Empero, los principales juristas medievales («Rishonim») debatieron al respecto, y muchos opinaron que dado que la caña de azúcar y la remolacha azucarera están destinadas principalmente a la elaboración de azúcar – se debe recitar por esta «Boré Prí Haadamá». Sin embargo, en la práctica se suele recitar «Shehakol Nihiá Bidvaró», porque el azúcar en su forma se ha modificado tanto, al punto que no es perceptible que tenga origen en un fruto de la tierra o de caña de azúcar. Ya vimos anteriormente que en lo referente a bendiciones se sigue la opinión o se toma en cuenta la percepción de las personas comunes (Shulján Aruj 202:15, Mishná Berurá 76, Beur Halajá allí).

Asimismo, por milanesas (schnitzel), albóndigas y salchichas que están elaboradas a partir de soja – se acostumbra bendecir «Shehakol Nihiá Bidvaró». Aparentemente, correspondería recitar «Boré Prí Haadamá» pues estos alimentos están compuestos de soja que es cultivada con la finalidad de ser molida y fungir como materia prima para estos. Empero, dado que la soja fue molida y no se percibe su origen vegetal, y que su aspecto se asemeja más al de un producto cárnico – se acostumbra bendecir «Shehakol Nihiá Bidvaró». Por la misma razón se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró» por el queso de soja.

También por chocolate se acostumbra bendecir «Shehakol Nihiá Bidvaró». Si bien hay quienes entienden que por chocolate marrón se debe recitar «Boré Prí Haetz» ya que está elaborado a base de granos de cacao que crecen sobre el árbol siendo esta su forma habitual de consumo, y se percibe que el chocolate está hecho a base de estos frutos ya que su color es el del cacao: sin embargo, tal como dijimos anteriormente, por el chocolate se acostumbra recitar «Shehakol Nihiá Bidvaró» porque cambió significativamente desde su forma original al punto de que no se percibe que tenga su origen en una fruta. Además, generalmente se mezcla el chocolate con azúcar y otros ingredientes al punto que el cacao representa solamente el cuarenta por ciento del chocolate. Quien actuó de modo diferente y recitó «Boré Prí Haadamá» por azúcar y por soja, y por chocolate recitó «Boré Prí Haetz», cumplió igualmente con su deber (Mishná Berurá 202:76).

12) Corn flakes, papas fritas, falafel y golosina de coco

Por corn flakes hechos a base de granos de maíz – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró» ya que el maíz fue triturado y su aspecto cambió significativamente.

Por papas fritas y puré hechos de papa se recita «Boré Prí Haadamá».

Por las bolitas de falafel se suele recitar «Shehakol Nihiá Bidvaró». Si bien están hechas principalmente de garbanzo que no fue triturado por completo, dado que se mezcla junto a otros ingredientes y en su aspecto y sabor no se percibe que se trate de esa legumbre – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró». Quien recita en este caso «Boré Prí Haadamá» cumplió igualmente con su deber. Quien come «humus» (pasta elaborada a partir de garbanzo molido mezclado con tehina y otros ingredientes N. de T.), si bien en este caso el garbanzo fue triturado por completo, dado que todos saben que está hecho de garbanzo (humus en hebreo) – se recita «Boré Prí Haadamá».

Por una golosina de coco que contiene mucho azúcar se suele recitar «Shehakol Nihiá Bidvaró». Aunque el coco no esté completamente triturado, dado que se le agregó mucho azúcar – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró». A fortiori se entiende que por galletas de coco se recita también «Shehakol Nihiá Bidvaró».

13) Arroz, galletas de arroz y palomitas de maíz (pop corn)

Por arroz, si bien es una legumbre que no pertenece a los cinco cereales, nuestros sabios establecieron se recite «Boré Minei Mezonot» puesto que nutre («mezín») al igual que los cereales. Empero, dado que no se trata de una de las siete especies, no se recita por este la bendición final de «Me´ein Shalosh» sino únicamente «Boré Nefashot» (Shulján Aruj 208:7).

Esta norma se aplica únicamente al arroz, por ser el que más se asemeja a los cinco cereales. Empero en el caso del maíz y del mijo, aunque estos también alimentan y hay quienes elaboran a partir de estos pan, nuestros sabios no establecieron bendecir «Boré Minei Mezonot». Cuando no fueron triturados o molidos se recita por estos «Boré Prí Haadamá», y en caso de haber pasado por este proceso y se elaboró pan a partir de estos – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró». En los países de Sudamérica se acostumbra comer pan de maíz, siendo esta la forma habitual de ingerirlo – por lo cual se recita «Boré Prí Haadamá» (ver Mishná Berurá 208:33).

En el caso del arroz, se recita «Boré Minei Mezonot» solamente si fue cocido o amasado y horneado, empero tras ser ligeramente tostado o brevemente cocido se recita «Boré Prí Haadamá» (Shulján Aruj 208:7-8).

En el caso de la galleta de arroz se han generado dudas, ya que no se elaboran a partir de la cocción del grano de arroz sino mediante su inflado y aglomeración a altas temperatura y presión. Hay juristas que entienden que se debe recitar por estas «Boré Prí Haadamá» y otros consideran que se debe recitar «Shehakol Nihiá Bidvaró». Nos parece que la práctica habitual es recitar por ellas «Shehakol Nihiá Bidvaró». Tras ingerirlas, todos coinciden que se debe recitar «Boré Nefashot».

En el caso de las palomitas de maíz o pop corn que están elaboradas a partir de granos de maíz inflados al calor, muchos escribieron que se debe recitar «Boré Prí Haadamá» porque no cambiaron por efecto de la trituración, sino que fueron inflados. Hay quienes entienden que se debe recitar «Shehakol Nihiá Bidvaró» siendo esta la costumbre aceptada.

14) Frutas crudas y cocidas

Quien ingiere una fruta de un modo habitual, tanto cruda como cocida, recita la bendición correspondiente – si se trata de un fruto de la tierra recita «Boré Prí Haadamá» y si es fruto del árbol recita «Boré Prí Haetz». Quien ingiere la fruta de un modo no habitual, esta pierde su importancia, empero por cuanto que continúa siendo comestible en caso de gran necesidad – recita la bendición más general «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Shulján Aruj 205:1, 202:12).

Por ejemplo, la papa y la calabaza, se suelen ingerir cocidas y no crudas. Por lo tanto, se recita por estas «Boré Prí Haadamá». Si se ingieren crudas, de ser comestibles en caso de gran necesidad – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Shulján Aruj 205:1). Empero si no son dignas de ser consumidas siquiera en situaciones de gran necesidad, como en el caso del ají picante (chili) y demás condimentos, no se recita bendición alguna (Shulján Aruj 202:16).

Frutos del árbol tales como manzanas o peras que se suelen comer tanto crudas como cocidas – en ambos casos se recita «Boré Prí Haetz».

Hay alimentos como el caso del ajo que no se suelen ingerir solos sino siempre acompañando otros alimentos principales haciendo de saborizante, por lo que el vegetal pierde su jerarquía particular, y quien desee ingerirlo debe recitar solamente «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Mishná Berurá 205:5).

Todo depende de la costumbre del lugar. Por ejemplo, hace unos cien años en Europa se solía comer el repollo o col solamente cocido o en vinagre y quien lo ingería crudo bendecía «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Mishná Berurá 205:4). Por otra parte, en el Medio Oriente se acostumbra comer el col o repollo también en estado crudo por lo que se recita «Boré Prí Haadamá» (Kaf HaJaím 205:8). En la actualidad, en la tierra de Israel, también los ashkenazíes se acostumbraron a ingerir el repollo o col crudo por lo que cambió la norma respecto de esta verdura y también estos bendicen «Boré Prí Haadamá».

En estas normas, aunque la persona se haya equivocado, a posteriori se cumplió igualmente con el deber. Por ejemplo, si debía bendecir por una fruta cocida «Boré Prí Haetz» y se equivocó al pensar que no es ese su modo habitual de consumo y recitó «Shehakol Nihiá Bidvaró» – cumplió con su deber ya que en el caso de cualquier alimento habiendo recitado esta bendición alcanza para cumplir con su obligación («Latzet yedei jová»).

Por el contrario, quien ingirió una papa cruda por la cual debía haber recitado «Shehakol Nihiá Bidvaró» ya que no suele ingerirse en ese estado, pero se equivocó y recitó «Boré Prí Haadamá» – cumplió con su deber porque en efecto, la papa cruda es un fruto de la tierra (Shulján Aruj 206:1, Mishná Berurá 3).

15) Jugo de frutas

Respecto del jugo de frutas como el de zanahoria y el de naranja – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró». Incluso si son puros y no se los diluyó en absoluto con agua, y aunque hayan quedado algunos pequeños trozos de fruta: dado que estas tuvieron un cambio tan significativo al punto de pasar de alimento a bebida, pierden su bendición inicial y reciben la general de «Shehakol Nihiá Bidvaró». La única fruta que no desciende de su jerarquía inicial tras haber sido exprimida es la uva, que tras este procedimiento se transforma en vino y recibe la bendición especial de «Boré Prí Hagafen» (tal como se vio arriba 7:3).

También cuando el jugo sale del fruto de modo natural como en el caso de la miel de dátil o el jugo que se acumula en el interior del melón, o la leche de coco – dado que se trata de un líquido se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Shulján Aruj 202:8, Ben Ish Jai Pinjas 9).

Todo esto ocurre justamente en caso de que la bebida se separe de la fruta. Empero quien la esté ingiriendo y durante la ingesta o con posterioridad a la misma desea beber el jugo que salió de ella, dado que la bebida está subordinada o es secundaria respecto a la fruta – queda incluida en su bendición. Por ello, quien come un pomelo o toronja y recita «Boré Pri Haetz», puede luego beber el jugo que se acumula en el fondo del plato por cuanto que es secundario respecto de la fruta y su bendición queda incluida en la ya recitada (Ben Ish Jai allí).

16) Sopa de verduras (sin cereales)

Quien ingiere sopa cuyo principal sabor proviene de las verduras que contiene recita por estas «Boré Prí Haadamá» e incluye en esta bendición al resto de la sopa. Incluso si la mayor parte de la sopa está compuesta de líquido y quedan en esta sólo unas pocas verduras, dado que el sabor de la sopa proviene de estas y ellas resultan ser el ingrediente principal – se recita por las mismas «Boré Prí Haadamá» y se incluye en esta bendición al líquido restante. En caso de que el sabor provenga de un caldo en polvo y no de las verduras, el agua no es considerada sopa de verduras y por ende no es secundaria respecto de estas, por lo que por los vegetales se ha de recitar «Boré Prí Haadamá» y por el agua «Shehakol Nihiá Bidvaró» (ver adelante 11:9, en las reglas de primario y secundario en la sopa).

Por caldo se recita siempre «Shehakol Nihiá Bidvaró». Aunque todo su sabor provenga de las verduras y queden en él trozos de estas, que no sea necesario masticarlos – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró». Sin embargo, la mayoría de los juristas medievales entiende que como el sabor del caldo proviene de verduras que suelen ser cocidas – se recita «Boré Prí Haadamá». De todas maneras, en la práctica, dado que se trata de una norma discutida, por caldo limpio se acostumbra recitar «Shehakol Nihiá Bidvaró».

Empero por sopa de arvejas o lentejas se recita «Boré Prí Haadamá», y aunque estas hayan sido pisadas hasta tornarse irreconocibles, dado que gracias a estas la sopa se torna espesa – se recita «Boré Prí Haadamá».

17) Compota, café y té

El caso de la compota que contiene frutas cocidas y líquido es similar al de la sopa de verduras. De ingerirse las frutas con el líquido – por las primeras se recita «Boré Prí Haetz» y en esta bendición se habrá de incluir al líquido; y aunque al final quede líquido sin fruta, podrá seguir ingiriéndolo sin necesidad de recitar «Shehakol Nihiá Bidvaró» ya que este es secundario a las frutas y se incluyen en estas.

Empero, si se ha de ingerir únicamente el líquido de la compota, los grandes juristas medievales debatieron si se debe recitar «Boré Prí Haetz» o «Shehakol Nihiá Bidvaró». Por cuanto que existe al respecto duda – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró».

Empero si se hace jugo a partir de frutas cocidas pertenecientes a las siete especies, surge un gran problema respecto de la bendición final. En opinión de quienes consideran que se debe recitar al principio «Boré Prí Haetz», se aplica la misma norma que con los frutos de las siete especies y al final se debe recitar por estas «Me´ein Shalosh» – «Al Haetz». Según quienes opinan que primeramente se debe recitar «Shehakol Nihiá Bidvaró» al final se debe recitar «Boré Nefashot». En este caso no hay otra alternativa, porque cualquier bendición que se recite será finalmente recitada en vano según alguna de las corrientes de opinión, y resulta que por el jugo no se podrá recitar bendición final. Quien desee salir de toda duda – que no ingiera la compota salvo en el marco de una comida en la cual el «Birkat Hamazón» incluye todo lo ingerido. En su defecto, que ingiera un alimento cuya bendición final es «Boré Nefashot», y un fruto de las siete especies cuya bendición final es «Al Haetz» y con estas que incluya al líquido de la compota que contiene frutas de las siete especies (Shulján Aruj 202:11).

Por café y té se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró». Si bien su sabor proviene de un fruto o de hojas de una planta por medio de la cocción – dado que se ingieren como bebida se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró».

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