Quien ingiere una fruta de un modo habitual, tanto cruda como cocida, recita la bendición correspondiente – si se trata de un fruto de la tierra recita «Boré Prí Haadamá» y si es fruto del árbol recita «Boré Prí Haetz». Quien ingiere la fruta de un modo no habitual, esta pierde su importancia, empero por cuanto que continúa siendo comestible en caso de gran necesidad – recita la bendición más general «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Shulján Aruj 205:1, 202:12).
Por ejemplo, la papa y la calabaza, se suelen ingerir cocidas y no crudas. Por lo tanto, se recita por estas «Boré Prí Haadamá». Si se ingieren crudas, de ser comestibles en caso de gran necesidad – se recita «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Shulján Aruj 205:1). Empero si no son dignas de ser consumidas siquiera en situaciones de gran necesidad, como en el caso del ají picante (chili) y demás condimentos, no se recita bendición alguna (Shulján Aruj 202:16).
Frutos del árbol tales como manzanas o peras que se suelen comer tanto crudas como cocidas – en ambos casos se recita «Boré Prí Haetz».
Hay alimentos como el caso del ajo que no se suelen ingerir solos sino siempre acompañando otros alimentos principales haciendo de saborizante, por lo que el vegetal pierde su jerarquía particular, y quien desee ingerirlo debe recitar solamente «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Mishná Berurá 205:5).
Todo depende de la costumbre del lugar. Por ejemplo, hace unos cien años en Europa se solía comer el repollo o col solamente cocido o en vinagre y quien lo ingería crudo bendecía «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Mishná Berurá 205:4). Por otra parte, en el Medio Oriente se acostumbra comer el col o repollo también en estado crudo por lo que se recita «Boré Prí Haadamá» (Kaf HaJaím 205:8). En la actualidad, en la tierra de Israel, también los ashkenazíes se acostumbraron a ingerir el repollo o col crudo por lo que cambió la norma respecto de esta verdura y también estos bendicen «Boré Prí Haadamá».
En estas normas, aunque la persona se haya equivocado, a posteriori se cumplió igualmente con el deber. Por ejemplo, si debía bendecir por una fruta cocida «Boré Prí Haetz» y se equivocó al pensar que no es ese su modo habitual de consumo y recitó «Shehakol Nihiá Bidvaró» – cumplió con su deber ya que en el caso de cualquier alimento habiendo recitado esta bendición alcanza para cumplir con su obligación («Latzet yedei jová»).
Por el contrario, quien ingirió una papa cruda por la cual debía haber recitado «Shehakol Nihiá Bidvaró» ya que no suele ingerirse en ese estado, pero se equivocó y recitó «Boré Prí Haadamá» – cumplió con su deber porque en efecto, la papa cruda es un fruto de la tierra (Shulján Aruj 206:1, Mishná Berurá 3).