Pninei Halajá

05) El volumen de «kazait» para recitar la bendición final

Quien ingiere cualquier cantidad, dado que disfruta – debe recitar una bendición inicial o previa. Empero, el recitado de la bendición final tiene lugar únicamente si se comió el equivalente al volumen de un «kazait», ya que nuestros sabios dijeron «que no se considera ingesta cuando se come menos de un «kazait»». Esto implica que una ingestión inferior resulta tan exigua que no queda de la misma marca o recuerdo del placer experimentado por el cual bendecir.

En razón de la dispersión y los exilios surgió la duda respecto de cuál es el volumen exacto de un «kazait». Algunos juristas sostienen que la aceituna que hoy poseemos es de menor tamaño que aquella a la que se referían nuestros sabios y es inferior a un tercio de huevo. Otros juristas entienden que su volumen equivale aproximadamente a medio huevo. Si bien de los escritos de muchos de los sabios medievales se desprende que la aceituna que los sabios talmúdicos conocían era similar a la que nosotros conocemos en la actualidad, en razón de la regla que detentamos según la cual: «en caso de duda respecto del recitado de bendiciones se adopta la actitud más flexible» («safek berajot – lehakel») – se dictaminó como halajá que no se debe recitar bendición final por una cantidad de alimento inferior al volumen de medio huevo mediano de nuestros días. Podemos explicar que por cuanto que esta ha sido la costumbre en el pueblo de Israel, en la actualidad entendemos que quien ingiere menos que el equivalente en volumen a medio huevo se considera que ingirió una cantidad carente de importancia que no amerita el recitado de la bendición. Dado que el volumen de «kazait» como aquél necesario para que se deba recitar la bendición final fue establecido por los sabios, resulta que la costumbre del pueblo de Israel tiene una vigencia o vigor similar al de los edictos rabínicos.

Empero no cabe temer respecto de la apreciación del volumen de medio huevo, puesto que cuando se les encomienda a las personas apreciar o calcular algo, con certeza algunos habrán de errar calculando de más y otros de menos y de todas maneras nuestros sabios nos legaron estas medidas para el común de las personas. Además, aprendimos que según la opinión mayoritaria de los sabios medievales («Rishonim»), el volumen de un «kazait» es sensiblemente inferior al de medio huevo, y sobre el primero ya correspondería bendecir a los efectos de cumplir con lo establecido por los sabios. Por lo tanto, cada vez que a la persona le parezca que ingirió alimento por un volumen equivalente a medio huevo – debe recitar la bendición final.

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