Pninei Halajá

11 – La liberación de los votos.

Los judíos acostumbran a liberar sus promesas o votos en la víspera de Rosh Hashaná, para así ingresar al nuevo año, limpios del pecado por promesas incumplidas (Shelá Masejet Yomá 2-4, Jaié Adam 138:8). Hay quienes acostumbran liberar los votos también en Yom Kipur, haciéndolo en el recitado de «Kol Nidrei» al inicio del sagrado día.

La liberación de los votos aplica a las promesas que la persona hizo y olvidó así como también para buenas prácticas que una persona realizó tres veces sin puntualizar que lo hacía sin asumirlas como compromiso personal («bli neder»). Además, la liberación de los votos se aplica para acciones preceptivas que la persona asumió cumplir sin puntualizar que lo hacía, sin que se trate de una promesa o compromiso personal («bli neder»).

Sin embargo, una promesa que la persona recuerda haber asumido no se puede liberar a menos que el deudor describa, en detalle, el tenor de la misma delante de un tribunal de tres jueces que lo libere en virtud de su arrepentimiento (Shulján Aruj Ioré Deá 228:14).

A los efectos de dejar sin efecto los votos, la persona debe presentarse ante tres hombres y pedirles su liberación. Tres personas comunes pueden liberar votos a condición de que sean capaces de entender cuestiones de Torá y les sea claro el significado de la liberación de una promesa (ver Shulján Aruj Ioré Deá 228:1).

La liberación consiste en que los tres jueces digan tres veces: «estás liberado» («mutar laj») o «lo tienes permitido» («sharui laj») o «estás perdonado» («majul laj»). En los libros de rezo o sidurim aparece la redacción exacta del pedido de liberación de los votos y de la liberación misma.

Dado que la liberación de votos no se considera un juicio, se puede llevar a cabo por la noche y se permite que los miembros del tribunal sean cercanos entre sí o cercanos a quien pide la liberación. Por lo tanto, tres hermanos pueden fungir como tribunal de liberación de votos de un cuarto hermano (Shulján Aruj 228:3). Sin embargo, en el caso de una mujer que pida se la libere de sus votos, su marido no puede formar parte del tribunal (Shulján Aruj 234:57).

La costumbre es que quien pide la liberación de sus votos esté de pie y los tres que liberan permanezcan sentados tal cual lo hacen los integrantes de un tribunal. Es posible que muchas personas se paren ante los tres y pidan conjuntamente la liberación de sus votos,  y estos a su vez los liberen a todos de una vez. Hay quienes cumplen esta práctica con excelencia y liberan de sus votos uno por uno (Maté Efraim 581:49).

Hay juristas que consideran que si una persona contrae un voto en sueños debe liberarlo, mientras que otros opinan que un voto contraído en sueños requiere de un quorum de diez para dejarlo sin efecto. Si bien la opinión mayoritaria de los juristas sostiene que una promesa asumida en sueños no requiere de liberación por carecer de sustancia, a priori actuamos conforme a la opinión más estricta (Shulján Aruj 210:2). En caso de que no sea fácil reunir un quorum de diez, entonces la persona habrá de liberar su voto delante de tres como en las demás promesas (Ramá allí). Si bien cuando una persona duda si contrajo o no un voto en sueños, en víspera de Rosh Hashaná no precisa liberarlo delante de diez; de todas maneras hay quienes cumplen esta práctica con excelencia y liberan sus votos tal cual lo expresado anteriormente por precaución a que haya prometido en sueños y luego se haya olvidado (Da´at Torá 619:1).

Las mujeres cumplen con la liberación de votos mediante la plegaria de «Kol Nidrei» que se recita en la sinagoga en la noche de Yom Kipur. Por esta razón, las mujeres acostumbran a poner cuidado de asistir a «Kol Nidrei». Una mujer casada, puede designar a su marido como enviado y pedirle que cuando él libere sus votos haga lo mismo con los de ella pues marido y mujer son considerados como una misma unidad.  La mujer es como el mismo cuerpo del hombre y cuando él está de pie ante el tribunal de tres, también ella está con él allí. En el caso de una mujer no casada, no puede designar a una mujer o un hombre como enviado para que libere los votos en su nombre (Shulján Aruj 234:56, Tur Zahav 46, Rav Pealim IV Oraj Jaím 34).

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