Pninei Halajá

11 – Labor profesional por un precepto cuyo momento de observancia puede pasar

Lo que estudiamos respecto de que en Jol HaMo’ed, en aras de cumplir un precepto se permite únicamente una labor amateur, se refiere específicamente a un precepto común; empero si se trata de un precepto cuyo momento de observancia puede pasar – mitzvá overet – y de no cumplirse en el momento habrá de perderse la oportunidad de hacerlo – en aras de su observancia se permitirá en Jol HaMo’ed la realización de una labor profesional. Este permiso ingresa en la categoría de labores permitidas para evitar una pérdida (melejet davar haaved) (arriba 2), pues, así como el dinero puede perderse, lo mismo ocurre con la oportunidad de cumplir un precepto. Empero, hay un aspecto en el cual la posible pérdida de la oportunidad de cumplir un precepto sobrepasa en importancia a la pérdida económica, pues los sabios permitieron una labor en aras de evitar una pérdida económica únicamente si su realización no fue programada de antemano para esos días, y si se pudo efectuar antes, multan a quien desea realizarla impidiéndosele hacerlo en Jol HaMo’ed (arriba 3). Cuando se trata de un menester preceptivo, sin embargo, los sabios no aplicaron la multa antes mencionada (Beur Halajá 545:3, ‘לעצמו’).

Por lo tanto, allí donde hay un solo rollo de la Torá y resulta que le faltan letras, aunque por negligencia no se haya efectuado la reparación previo a la festividad – se permitirá escribirlas en Jol HaMo’ed a los efectos de ser leído en público. Incluso se permite preparar la pluma para escribir las letras necesarias. Si bien la escritura y la preparación de la pluma son labores profesionales, dado que de no escribirse las letras en cuestión, se perdería el precepto de la lectura de la Torá – resulta ser una labor en aras de evitar una pérdida que se permite en Jol HaMo’ed (Shulján Aruj 545:2, Mishná Berurá 7, 48). Aunque en una sinagoga contigua exista un rollo de la Torá apto para su lectura, se permite reparar el que no lo está para no generar molestia al público al tener que traer la Torá de otra sinagoga (Beur Halajá 545:2, ‘שאם’).

Lo mismo ocurre en el caso de quien no erigió una sucá previo al inicio de la festividad – podrá hacerlo en Jol HaMo’ed. En caso de ser necesario, se permitirá erigirla por medio de una labor profesional, ya que se trata de un precepto cuyo momento de observancia pasa, y de no armar la sucá en Jol HaMo’ed se perderá el cumplirlo (Shulján Aruj 637:1, Beur Halajá ‘עושה’). En el caso de quien posee una sucá pequeña y desea agrandarla para recibir invitados que carecen de una, o para llevar a cabo un banquete de Brit Milá – tendrá permitido agrandarla por medio de una labor profesional, por cuanto que se trata de un precepto cuyo momento de cumplimiento habrá de pasar (Beur Halajá 640:6, ‘וסעודת’).

Asimismo, se permite cortar numerosas ramas de sauce (aravot) en Jol HaMo’ed y venderlas al público en aras de cumplir con un precepto (Shmirat Shabat Kehiljatá 67:41).

En Jol HaMo’ed se llevan a cabo todas las labores necesarias para una persona fallecida, pues conducirse respetuosamente con el difunto es un precepto cuyo momento de observancia posee un tiempo determinado. Por lo tanto, se cosen mortajas de modo profesional, se cava una tumba y se imprimen los avisos fúnebres para avisar al público sobre el horario del funeral. Sin embargo, se prohíbe realizar labores públicas tales que quienes las contemplen no entiendan que se llevan a cabo en honor a un difunto. Por ejemplo, extraer piedras de la cantera para la lápida o talar árboles para elaborar un ataúd (Shulján Aruj 547:10, Mishná Berurá 19, Shmirat Shabat Kehiljatá 67, nota 184. Ver arriba 10:5 en lo referido a cómo se lleva a cabo un funeral durante una festividad).

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