Pninei Halajá

12- Los casos del niño, del novio y del doliente

Un niño pequeño que llegó a la edad en la que debe ser educado en el cumplimiento de los preceptos (guil jinuj), está preceptuado de habitar la sucá y lo adultos están preceptuados de no permitirle ingerir una comida fija ni dormir fuera de la sucá. La edad de ‘jinuj’ es aquella en la cual el niño entiende las reglas generales del precepto, esto es, el deber de comer y dormir en la sucá. La mayoría de los niños pequeños llegan a este grado de consciencia a la edad de cinco o seis (Shulján Aruj 640:2). Sin embargo, a veces, los niños sufren al dormir en la sucá ya que son más sensibles al frio, o porque temen, y entonces ingresan en la categoría de quien sufre (mitzta’er) por lo que están exentos de dormir en la sucá. Otro tanto ocurre cuando adultos están sentados y estudian o conversan en la sucá, y al niño pequeño se le dificulta conciliar el sueño allí. En un caso así, se permitirá hacerlo dormir en la casa para luego pasarlo a la sucá.

Está prohibido contraer matrimonio en las festividades, para no mezclar entre las diferentes alegrías (Tratado de Mo’ed Katán 8(A)). Sin embargo, quienes se casan antes de Sucot continúan con los siete días de celebración por el enlace durante la festividad. Dijeron nuestros sabios que un novio está exento de la sucá, ya que esta no es cerrada como la casa y los novios se avergüenzan de alegrarse en ella libremente.

Dijeron nuestros sabios que también los acompañantes del novio y todos aquellos que vienen a alegrarlo y a comer con él están exentos de la sucá, ya que por lo general ésta resulta poco espaciosa y no alcanza para dar cobertura a todos los que acuden a celebrar, y por este motivo se llevaban a cabo los banquetes nupciales (sheva berajot) fuera de la sucá (Tratado de Sucá 25(B), Shulján Aruj 640:6). No obstante, todas las demás comidas preceptivas deben ser efectuadas en la sucá, incluida aquella que celebra la realización de un Brit Milá (circuncisión), el rescate de un primogénito, un Bar Mitzvá y la finalización del estudio de un Tratado del Talmud. Esto es así ya que estas comidas preceptivas no son lo suficientemente importantes como para sobreponerse al precepto de habitar la sucá (Gaón de Vilna, Beur Halajá 640:6). En la actualidad se acostumbra a realizar la comida de sheva berajot en la sucá a pesar de que por ello se deba invitar a menos personas.

Una persona que está de duelo está preceptuada de habitar la sucá, y si bien puede preferir ‘permanecer en soledad sobrellevando su congoja’, debe sobreponerse y cumplir los preceptos festivos (Tratado de Sucá 25(A), Shulján Aruj 640:5). Y en realidad, no hay duelo durante la festividad, ya que todo aquel que lo inicia antes de su comienzo, debe levantar la shiv’á ni bien ésta sobreviene. En el caso de quien sufre la pérdida de un familiar en primer grado durante Sucot, no se sienta en shivá durante la festividad e inmediatamente después del funeral continúa habitando la sucá. En un caso así, comenzará la shiv’á solamente después de concluida la festividad.

En el caso del onén, esto es, alguien a quien le falleció un familiar de primer grado que aún no ha sido enterrado, está exento del precepto de la sucá por cuanto que está ocupado con el precepto de darle sepultura a su ser querido, y por ende está dispensado o liberado de la necesidad de ocuparse de otros preceptos (Mishná Berurá 640:31, Sha’ar Hatziún 48).

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