Pninei Halajá

14- Paseos

Quienes deseen salir de paseo con la familia, deben planificarlo de modo tal que puedan realizar sus comidas en la sucá. En caso de que hubieran decidido viajar a un sitio en el cual no haya sucá, deben tener el recaudo de no ingerir una comida fija durante todo el paseo y contentarse con frutas, verduras y algunos pocos artículos elaborados a partir de cereales (mezonot) (arriba halajá 5). No obstante, hay quienes opinan que quien sale de paseo tienen permitido ingerir una comida fija fuera de la sucá, ya que, así como durante todo el año quien sale de paseo no se preocupa por comer dentro de una casa techada, de igual manera en Sucot quien decide salir de paseo no precisa tener el recaudo de comer en una sucá. Sin embargo, nos parece que en la práctica no corresponde adoptar una actitud flexible en esta cuestión, ya que solamente quien se ve forzado o en la necesidad de emprender un viaje durante la festividad está exento de la sucá. Empero quien decide salir de paseo con el objeto de disfrutar, decide eximirse del precepto de la sucá sin que para ello medie motivo de fuerza mayor alguno, y, por lo tanto, solamente si se cuida de ingerir las comidas fijas en una sucá tendrá permitido hacerlo.

En general, es correcto cuidar de no perder los días sagrados de Jol HaMo’ed en paseos, pues fueron destinados al estudio de la Torá y a la celebración de las comidas festivas. Y ya aprendimos que una mitad del día debe estar dedicado a D’s por medio del estudio de la Torá y del rezo (Pninei Halajá Mo’adím 10:6). El motivo por el cual está prohibido realizar labores en Jol HaMo’ed es para que las personas se dediquen a la Torá (Talmud Jerosolimitano Mo’ed Katán 2:3).

Cuando una persona consagra las festividades a su placer personal, el Santo Bendito Él dice sobre ella: ‘Estas no son Mis festividades sino las vuestras’, y sobre estas fue dicho: “Vuestros novilunios y festividades Mi alma odia. Son para Mí una carga y un peso agobiante” (Yshaiahu-Isaías 1:14). Sin embargo, aquellas personas que dedican las festividades al estudio de la Torá, al rezo y a las comidas preceptivas, son amadas y queridas ante Él, Bendito Sea (Shelá al Tratado de Sucá, Ner Mitzvá 31).

No obstante, hay viajes que son preceptivos, por ejemplo, quien viaja a saludar a su rabino al cual no acostumbra a ver todos los meses. Asimismo, quien viaja a Jerusalém para visitar y pernoctar en sus patios, acercarse al Monte del Templo y rezar junto al Muro Occidental, el Kotel HaMa’araví, en cierta forma realiza una suerte de peregrinación (Pninei Halajá Mo’adím 1:16-17, 10:6). Quienes emprenden viajes de este tipo, los cuales implican aspectos preceptivos, en caso de que les resulte dificultoso encontrar una sucá en la cual comer, tendrán permitido ingerir comidas fijas fuera de la sucá.

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