Pninei Halajá

Capítulo 03 – La bendición de Hamotzí

01) La bendición por el pan

El pan está hecho de cinco tipos de cereal y por ello al ingerirlo, aparentemente sería necesario recitar la bendición por el fruto de la tierra, «Boré Prí Haadamá», tal como se hace con los diferentes tipos de alimentos que provienen de la tierra. Sin embargo, en virtud de su gran importancia y de ser el principal alimento del ser humano, nuestros sabios estipularon que se recite una bendición especial: «Baruj Atá Ad-onai Elo-heinu Melej HaOlam Hamotzí Lejem Min Haaretz«.

El pan es un alimento singular, mientras todos los animales del mundo comen alimentos naturales tales como hierbas, hojas, semillas, cereales, verduras, frutas y hasta carne el ser humano come pan que es un alimento que se produce por medio de un prolongado proceso. Muchos consideran al pan un alimento natural, sin caer en la cuenta de que para su elaboración se requiere de una larga cadena de labores. Es necesario arar la tierra, sembrar semillas, segar las espigas, separar las semillas de las espigas y los residuos mediante el trillado, el aventamiento y la selección. Es necesario moler los granos y transformarlos en harina, amasar esta con agua y hornear la masa hasta obtener pan. Además, es necesario saber que el horneado es un proceso más complejo y sofisticado que el de cocinar y por lo tanto manifiesta más cabalmente la especial capacidad del ser humano para elaborar sus alimentos (ver adelante 6:10, la norma que se refiere a un alimento cocido como de inferior jerarquía respecto a uno horneado).

Tal como el pan, así es el ser humano. Todos los animales existentes aprenden rápidamente a andar, a obtener su alimento por sí mismos y a procrearse, mientras que el ser humano requiere de largos años para aprender a conseguir su alimento, sus vestimentas, resguardarse del frio y del calor, así como formar una familia. Para el ser humano nada ocurre de manera natural, todo requiere de estudio y aprendizaje, empero una vez que aprende y observa detenidamente, es capaz de reclutar todas las potencialidades de la naturaleza para su servicio, construir casas a partir de tierra y piedras y calefaccionarlas empleando carbón o combustible líquido. Sabe cultivar campos y plantar árboles, extraer abundante alimento y producir variadas prendas de vestir. Logra construir carreteras, fabricar automóviles, barcos y aviones para transportar personas y mercancías.

Los animales casi que no precisan aprender a comunicarse con sus pares mientras que el ser humano requiere de años para aprender a hablar, entender las expresiones faciales y los diferentes sentimientos. Sin embargo, una vez que hubo adquirido estas habilidades, sus relaciones con familiares y amigos serán plenas de infinita significación. El mundo animal no formula interrogantes éticos respecto a sus vidas o sobre la naturaleza que los rodea, sino que se incorporan a esta. Por su parte, el ser humano duda, pregunta y se cuestiona por largos años, durante diferentes generaciones, y en virtud de ello es capaz de captar conceptos abstractos relativos al bien y al mal, la verdad y la mentira, la fe y el destino.

Se puede decir que todos los animales carecen de libre albedrío, así como también de la capacidad de crear algo en el mundo, comen alimentos sencillos tal como se presentan en la naturaleza. Empero el ser humano posee intelecto y capacidad de elección, sobre él recae la responsabilidad de la reparación del mundo y su alimento es producido mediante un largo proceso que requiere del conocimiento. Por esta razón, justamente el pan satisface al corazón del ser humano, tal como está escrito (Tehilim-Salmos 104:15): «Y el pan que sustenta el corazón del hombre».

Aparentemente, una vez que el hombre se esforzó tanto en preparar el pan podría enorgullecerse y pensar que él solo consiguió extraer el pan de la tierra. A los efectos de no incurrir en semejante error, nuestros sabios establecieron la bendición: «Bendito eres Tú HaShem D´s nuestro, rey del universo que extrae el pan de la tierra«. Pues en realidad, todas las propiedades especiales de los cinco cereales y de la tierra, así como también la inteligencia y capacidades humanas para elaborar el pan, provienen de Él Bendito Sea, y por ello Él es quien extrae el pan de la tierra. Y cuando la persona olvida a quien «habló y el mundo cobró existencia», se ve inclinado hacia sus lados más bajos así como tras sus peores instintos y pasiones. Entonces, todas sus habilidades y capacidades actúan en su perjuicio y emplea todos sus grandes emprendimientos para el mal, destruyendo y malogrando. En vez de incrementar la vida y la bendición, es causante de muerte y descomposición. Solamente si ha de recordar a HaShem su D´s y el magnífico propósito que le fue encomendado podrá encaminar todas sus habilidades en la senda del bien, aumentar la vida en el mundo y ser socio de D´s en su reparación y su construcción.

Es por esta razón que la bendición por el pan es tan importante, pues conecta al alimento en el cual se manifiesta la capacidad creativa del hombre con su origen Divino. En mérito de esta bendición la ingestión del pan nos proporciona la capacidad de entender y profundizar, cuidar y cumplir todas las palabras de la Torá.

02) Esmeros especiales en el recitado de la bendición por el pan

Cuando una persona se dispone a recitar la bendición por el pan, es correcto que lo tome con su mano derecha pues de esta forma habrá de bendecir con concentración y respeto (tal como se verá adelante 9:4). Respecto del pan existe una regla especial según la cual, en virtud de su singular importancia, es bueno sostenerlo con ambas manos y los diez dedos aludiendo así a los diez preceptos involucrados en su elaboración (Shulján Aruj 167:4, Mishná Berurá 24).

Tal como es sabido, cuanto más importante y esencial es el tema del que nos ocupamos, mayor es la posibilidad de que este nos eleve o – ¡D´s no lo permita!   – nos degrade. A los efectos de elevarnos y no degradarnos, la Torá nos dio preceptos para que nos guíen. Cuanto más importante es la cuestión, mayor es el número de preceptos que se involucran en ella. Por eso, a modo de ejemplo, alrededor de la vida matrimonial o de la labor sacra en el Templo encontramos numerosos preceptos. Otro tanto ocurre respecto del alimento que sustenta al ser humano. Numerosos preceptos acompañan al proceso de elaboración del pan: 1) Durante el arado del campo se nos ordenó que no pongamos a un toro junto a un burro (en yunta) a realizar la labor. 2) A la hora de sembrar se nos ordenó no hacerlo mezcladamente. 3) Al momento de cosechar el grano se nos ordenó dejar una parte para los pobres (Leket, Shijejá y Peá). 4) Si el trillado del grano es realizado por un animal se nos ordena no hacerlo sufrir tapando su boca de modo tal que le impida comer de la cosecha. 5) Se nos ordenó llevar al Templo las primicias de los frutos cosechados para ofrendarlas a los Cohanim. 6) Tras cosechar los frutos se nos ordenó separar una ofrenda y un diezmo para el cohen. 7) Se nos ordenó separar el primer diezmo para los levitas. 8) Separar un segundo diezmo para ingerirlo con santidad en la ciudad de Jerusalém (en los años 1, 2, 4 y 5 del ciclo de siete años). 9) Separar un diezmo para los pobres (años 3 y 6 del ciclo de 7). 10) Al momento de amasar se nos ordenó separar la «jalá» para el cohen (ver Tur, Beit Iosef y Mishná Berurá allí).

Quien tiene la intención de ingerir dos tipos diferentes de pan es bueno que recite la bendición por el más importante. Esta regla se aplica a todas las bendiciones por el disfrute («hanehenín») de modo tal que, por ejemplo, si se tiene delante dos manzanas corresponde recitar la bendición sobre la mejor de estas de manera que se manifieste la alabanza del modo más completo. Mucho más importante aún es proceder así en el caso del pan y por ello fueron establecidas numerosas y detalladas reglas respecto del orden de importancia y precedencia entre sus diferentes tipos. Las reglas del orden de precedencia en las bendiciones en los demás alimentos se aprendieron de este caso (adelante 9:9).

Este es el orden jerárquico: el pan de trigo antecede al pan de cebada porque el trigo es nombrado antes en el versículo que se refiere a las siete especies y además su sabor es mejor.

Quien desee comer de un pequeño panecillo entero y de un pan grande que ya se comenzó a rebanar, es mejor recitar la bendición sobre el panecillo por estar completo, pues el pan entero es preferible al tamaño del pan.

Para quien desee comer pan de harina integral y pan blanco, cabe recordar aquí que en el pasado se indicaba comer del segundo pues se lo consideraba de superior calidad. Empero en la actualidad muchas personas consideran que el pan integral es mejor. Por lo tanto, quien prefiere el pan integral – debe recitar sobre este la bendición por el pan, y quien no tiene una preferencia clara por uno de los dos tipos – que recite la bendición sobre el pan blanco.

Quien tiene delante suyo dos panes de igual valor y uno es más grande que el otro, es mejor recitar la bendición sobre el más grande por ser más importante (Shulján Aruj 168:1-4, Mishná Berurá 15; Shulján Aruj 211:1-2, Mishná Berurá 33).

03) El corte del pan y la prohibición de interrumpir entre el recitado de la bendición y la ingestión

Dado que el pan completo es más respetable, corresponde recitar la bendición sobre este mientras se mantiene entero. Sin embargo, por otra parte, corresponde que se coma inmediatamente después de haber recitado la bendición y si esta se lleva a cabo sobre un pan entero deberemos demorarnos con su rebanado generando un espacio de tiempo entre que bendecimos y comemos. Por lo tanto, nuestros sabios indicaron que se comience a cortar el pan antes de recitar la bendición y sin llegar hasta el final de la rebanada, de modo tal que si se toma el trozo cortado – esta se mantenga aún suficientemente unida al resto de la hogaza y así se pueda sostener la totalidad del pan. En un caso así el pan todavía se considera entero e inmediatamente después de recitada la bendición se podrá concluir el trozado y saborearlo.

Todo esto se refiere a un pan que demora en ser cortado, pero quien tiene delante suyo pan pita o un panecillo que se troza con suma facilidad no precisa comenzar a hacerlo antes de recitar la bendición, sino que deberá bendecir mientras el pan está aún entero y trozarlo inmediatamente después (Shulján Aruj 167:1, Beur Halajá ‘וצריך’).

En Shabat no secomenzará a cortar la jalá antes de recitar la bendición pues en ese día es especialmente preceptivo bendecir sobre dos panes enteros y en caso de comenzar a cortar – la jalá ya no se mantendrá completa (ver Ramá 167:1. Muchos escribieron que se debe señalar el sitio donde se habrá de cortar – Bait Jadash, Rabí Shelomó Luria, Mishná Berurá 274:5).

Se debe cortar el pan en un sitio que esté bien horneado para que la alabanza de la bendición recaiga sobre su mejor parte. En la actualidad los panes son horneados de un modo parejo y se los puede cortar en cualquier parte (Shulján Aruj 167:1).

Inmediatamente después de recitada la bendición se debe ingerir el pan. En caso de haber hablado, aunque tan sólo sea una palabra entre la bendición y la ingestión, se perdió la bendición por tratarse de una interrupción y debe volver a bendecir para poder comer. En caso de haber hablado después de que introdujo el pan en la boca – no se habrá de volver a recitar «Hamotzí» (ver adelante 9:3).

Quien entre el recitado de la bendición y la ingestión del pan habla de algo referente a la comida, por ejemplo, si recitó la bendición y acto seguido pidió que le traigan sal, o un cuchillo, o que le traigan pan al invitado – si bien actuó de un modo reñido con la norma, dado que sus palabras estaban vinculadas a la comida no se las considera una interrupción que se interpone entre la bendición y la ingestión – por lo que no es necesario volver a bendecir (Shulján Aruj Oraj Jaím 167:6).

Es bueno comer el equivalente a un «kazait» de pan (unos 29 gramos) de manera ininterrumpida e inmediatamente después de recitada la bendición a los efectos de darle importancia a la misma. Sin embargo, en caso de necesidad se puede hablar enseguida después de haber tragado algo de pan.

04) ¿Cuándo resulta conveniente que un comensal recite la bendición de «Hamotzí» por todos sus compañeros?

Dos personas que se sientan a comer pan y se pusieron de acuerdo en comer juntos, es conveniente que uno de ellos recite la bendición por el pan en voz alta y por intermedio de esta haga cumplir también a su compañero con su deber, ya que una bendición que se recita para dos personas es más notable o importante que cuando se recita para una sola. Dado que quien escucha el recitado de la bendición cumple de esta manera con su deber, tendrá prohibido hablar hasta que coma ya que eso se consideraría interrupción. Empero si cada uno come por separado y no se esperan el uno al otro – cada cual debe recitar su propia bendición (Shulján Aruj 167:11. Ver adelante 5:2).

Según esto se puede comprender por qué en Shabat cuando toda la familia come junta se espera a que todos hayan terminado de abluir sus manos; recién entonces el dueño de casa recita la bendición de «Hamotzí» en voz alta y los demás comensales responden «Amén» y de ese modo cumplen con su deber de bendecir. Esto se debe a que como se pusieron de acuerdo en comer conjuntamente, la práctica de mayor nivel de excelencia (en el cumplimiento) es que uno recite la bendición de «Hamotzí» para todos. Entonces, cada uno de los presentes debe tener el cuidado de no hablar hasta haber comido.

En el caso de una comida multitudinaria, si bien todos se reunieron para comer juntos es preferible que en cada mesa un comensal recite la bendición de «Hamotzí» para sus compañeros que abluyeron las manos junto a él, pues de esperarse a que todos laven sus manos se podría generar una demora excesiva entre la ablución y el recitado de la bendición.

05) ¿Es necesario agregar sal al pan?

En el pasado se acostumbraba hornear el pan sin sal y al momento de sentarse a comer esta se agregaba o, en su defecto, se lo untaba con ensalada o cualquier otro tipo de alimento. Por ello nuestros sabios, de bendita memoria, indicaron que tras el recitado de «Hamotzí» corresponde ingerir el pan del modo más excelso posible, para así enfatizar la alabanza implícita en la bendición. Por ello se acostumbró aderezar el pan ingerido con sal u otro alimento que realce su sabor. En esos días, quien deseaba comer el pan tal como estaba, sin agregados, no debía adicionar sal.

En la actualidad el pan que solemos comer viene ya con sal y otros condimentos incluidos por lo que se lo considera importante o de alta gama y, según la norma, se puede recitar sobre este la bendición de «Hamotzí» sin necesidad de agregar aderezo alguno (Shulján Aruj 167:5). Sin embargo, muchos acostumbran cumplir el precepto con especial excelencia y aderezan el pan con sal o alguna ensalada a los efectos de que la ingestión posterior al recitado de la bendición se lleve a cabo del modo más excelso posible.

Existe otro esmero especial en este precepto y es el de colocar la sal sobre la mesa durante la comida, tal como se ordenaba hacer en el Templo de Jerusalém donde se les agregaba sal a los sacrificios ofrendados, como está escrito (Vaikrá-Levítico 2:13): «pondrás sal sobre todos tus sacrificios». Esta práctica sugiere que la mesa donde se come es similar al altar del Santuario y el alimento ingerido se asemeja a un sacrificio ofrendado por cuanto que confiere al hombre del vigor necesario para poder servir a D´s (Ramá allí).

Hay quienes acostumbran agregar sal al pan guiándose por enseñanzas místicas (Maguén Abraham 167:15, Mishná Berurá 33). Esto se debe a que el pan alude a la cualidad del «jesed» o generosidad, pues por su intermedio el ser humano se nutre y por lo tanto vive, mientras que la sal alude o insinúa el «din» o el duro rigor, cualidad a la que cuando se le entrega el dominio del mundo este se ve destruido. Al aderezar el pan con sal sublimamos o corregimos el poder destructor de ella al transformarla en secundaria respecto del pan sumándose así al «jesed» que nutre al mundo y entonces en lugar de ser perjudicial resulta útil. Se acostumbra poner énfasis en esta práctica en Shabat y en días festivos.

06) ¿Por cuáles alimentos y bebidas se debe recitar una bendición durante la comida?

El pan es el alimento principal del ser humano. Vemos que nuestro patriarca Ya´akov al huir de su hermano Esav rezó por pan, tal como está escrito (Bereshit-Génesis 28:20): «Ya´akov formuló un voto diciendo: Si D´s habrá de estar conmigo y habrá de protegerme en esta senda, en la cual yo estoy encaminado y habrá de darme pan para comer y ropa para vestir«. Asimismo, encontramos que durante la hambruna en Egipto, los egipcios se dirigieron a Iosef y le dijeron (ídem 47:15): «Danos pan. ¿Por qué habremos de morir frente a ti?» y estaban dispuestos a vender todo cuanto tenían a cambio de pan. De igual manera, cuando Iosef abasteció de alimentos a la casa de su padre, todo cuanto les dio fue denominado como pan, tal como está escrito (ídem 12): «Sustentó Iosef a su padre y a sus hermanos y a toda la casa de su padre; con pan, de acuerdo al número de los infantes«. También en el libro de Daniel (5:1) nos encontramos con que el Rey Belshatzar, cuando ofreció un gran festín, el texto hebreo dice literalmente que «hizo un gran pan«.

Vemos que en general, el alimento del ser humano es denominado pan y por lo tanto la bendición de «Hamotzí» exime de recitar otras por todos los alimentos que forman parte de la comida, tales como la carne, el pescado, las papas, el arroz, las lentejas, el queso, la ensalada de verduras, las ensaladas cocidas y similares. Y aunque se coma estos alimentos solos, en ausencia de pan, la bendición de «Hamotzí» habilita la ingestión de todos estos. Esto se debe a que la bendición de «Hamotzí» no se refiere específica y únicamente a la ingestión de pan y aquello que ingerimos junto a este, sino a todos los alimentos destinados a satisfacernos, pues el objetivo principal del pan es colmar nuestro apetito. Por ende todo aquello que sea ingerido a los efectos de quedar satisfechos se considera secundario respecto al pan e incluido en su bendición. Es necesario destacar que a los efectos de que la bendición por el pan incluya a las referidas a los demás alimentos aun cuando sean consumidos solos, es necesario que se ingiera por lo menos el equivalente a un «kazait» de pan (unos 29 gramos) antes de pasar a ingerirlos por separado.

Empero alimentos destinados a fungir como postre, los cuales el hombre acostumbra ingerir en función de su buen sabor y no con el objetivo de aplacar el hambre, como por ejemplo: dátiles, uvas, sandía y similares- no están incluidos en la bendición inicial de «Hamotzí». Esto se debe a que la bendición de «Hamotzí» recae únicamente sobre alimentos destinados a alimentar y satisfacer a la persona y son el componente principal de la ingesta, empero los postres que se ingieren en virtud de su buen sabor y se suelen comer al final de la comida o entre las comidas – se consideran un agregado que requiere de una bendición separada.

Por esta razón, quien ingiere frutos del árbol recita «Boré Prí Haetz«, quien come sandía recita «Boré Prí HaAdamá» y quien saborea un flan o un helado recita «Shehakol Nihiá Bidvaró«. Todo esto es referido a la bendición inicial por los alimentos, empero respecto de la final no es necesario recitar ninguna bendición por cuanto que «Birkat HaMazón» exime de la necesidad de recitarlas por todos los alimentos consumidos durante la comida, tanto con el propósito de alimentarse o con el de saborear un postre (Shulján Aruj 177:1).

Líquidos que suelen beberse durante la comida tales como agua, jugo y bebidas alcohólicas quedan incluidos en la bendición de «Hamotzí». Asimismo, el café y el té que suelen beberse después de la comida se los considera parte integral de esta y quedan incluidos en el recitado de la bendición de «Hamotzí». Sin embargo en el caso del vino dada su importancia no queda incluido en la misma (adelante 7:3).

Respecto a bebidas alcohólicas que se beben después de la comida, en caso de ser digestivas y destinadas a brindar una buena sensación posterior a la ingesta quedan incluidas en la bendición de «Hamotzí». Empero cuando las bebidas alcohólicas están destinadas a servir como postre para ser saboreadas – se debe recitar por estas la bendición de «Shehakol».

07) Reglas detalladas referidas a la ingestión de frutas durante la comida

Todas las frutas y las verduras que se ingieren junto a los alimentos destinados a satisfacer el apetito, sean tanto crudas como cocidas – quedan incluidas en la bendición inicial de «Hamotzí». Esto incluye el caso de las ciruelas que vienen cocidas con la carne, las pasas de uva que vienen junto al arroz, un guiso dulce de zanahorias ciruelas y damascos («tzimes»), ensalada de zanahoria y ensalada Waldorf que acompañan las porciones principales. Empero, si se sirvió ensalada dulce de zanahorias, o ensalada Waldorf a modo de postre se debe recitar por estas la bendición inicial correspondiente. Otro tanto en el caso de la compota, o sea, frutas cocidas con azúcar que se sirven al final de la comida – requiere del recitado de la bendición inicial correspondiente.

Cuando se sirve al inicio de la comida melón o pomelo (toronja) se debe recitar la bendición inicial correspondiente, pues se trata de una suerte de postre que en vez de venir al final se sirve al principio a los efectos de comenzar la comida con un sabor agradable sin ser realmente parte de esta.  Empero alimentos que se sirven al inicio de la comida para despertar el apetito como en el caso de pickles – son parte integral de la comida y están incluidos en la bendición inicial de «Hamotzí».

En el caso de quien tiene la intención que uno de los platos a servirse esté conformado por frutas tales como uvas, mientras las coma junto con el pan, las uvas resultan secundarias a este y la bendición de «Hamotzí» las incluye. Empero si se tiene la intención de comer de las uvas sin mediar el pan surge la duda de si precisa o no recitar una bendición especial por estas. A los efectos de salir de toda duda es mejor que comience comiendo solamente uvas y recite la bendición de «Boré Prí Haetz» (Mishná Berurá 177:10).

08) Los pasteles y los productos elaborados con harina («mezonot») dentro de la comida

Existen tres opiniones diferentes respecto de la ingestión de alimentos elaborados a base de harina («mezonot») – destinados a formar parte del postre  durante la comida. Hay juristas que entienden que no se recita por este tipo de alimento la bendición de «Boré Minei Mezonot» por cuanto que se asemeja al pan y además llena y por lo tanto es parte integral de la comida y está incluido en la bendición inicial de «Hamotzí» (Rashbá). Por otra parte, están aquellos juristas que entienden que como estos artículos se suelen ingerir a modo de postre y no como parte integral de la comida, por lo que no están incluidos en la bendición inicial de «Hamotzí», se debe recitar por estos la bendición de «Boré Minei Mezonot» (Tosafot). Finalmente, hay juristas que entienden que se trata de una situación dudosa y puesto que en un caso así respecto del recitado de una bendición, se adopta la opinión más flexible («Safek Berajot Lehakel») –  quien come este tipo de alimentos durante la comida no habrá de bendecir por estos «Boré Minei Mezonot» (ver Shulján Aruj 168:7). Empero quienes quieran actuar con excelencia y salir de toda duda es mejor que eviten ingerir alimentos elaborados con harina durante la comida (Jidá).

En la práctica, quienes deseen ingerir «mezonot» con la comida deben decidir cómo encarar su comer. En caso de decidir que estos productos son parte integral de la comida, deben asumir en su pensamiento que la bendición de «Hamotzí» los incluye y por ende no requieren del recitado de una bendición suplementaria. En caso de decidir que esos «mezonot» fungen a modo de postre -deben fijar en su pensamiento que la bendición de «Hamotzí» no los incluye y deben recitar por estos la bendición correspondiente.

Mientras que en virtud de la duda existente no se decidan cómo considerarlos- que no reciten la bendición de «Boré Minei Mezonot» y quienes deseen actuar con excelencia- que se abstengan de consumir estos productos durante la comida.

Por productos elaborados con harina que fueron cocidos o fritos en aceite -que llamaremos «frituras profundas» (como sumergido en aceite) – que se sirven como postre, como por ejemplo, en el caso del snack llamado «Bisli», dado que no se asemejan al pan por cuanto que este último a diferencia de los primeros fue horneado- si se ingieren como postre se debe recitar por estos la bendición correspondiente. Empero en el caso de sufganiot (especie de donuts) que se sirven al final de la comida a modo de postre, aunque estén cocidas en aceite, no se recita por estas «Boré Minei Mezonot» porque hay juristas que entienden que están incluidas en la bendición de Hamotzí en virtud de que su masa es similar a la del pan (adelante 6:9). Además, las sufganiot llenan y su ingestión coincide con la intención general de la comida que es aplacar el apetito y todos los alimentos consumidos durante ella están incluidos en la bendición inicial de «Hamotzí». Empero, por cuanto que sobre esta cuestión pende la duda, a priori, es preferible comer las sufganiot al margen de la comida y recitar por estas «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá» después.

09) Después de la comida

En días de nuestros sabios se acostumbraba terminar la comida por completo, y como se tenía la intención de permanecer sentados a la mesa se posponía el recitado de «Birkat Hamazón» y si se servían otros alimentos su ingestión se consideraba separada absolutamente del resto de la comida por lo que se recitaban bendiciones antes y después de ingerirlos. Luego, se cumplía con el deber de recitar «Birkat Hamazón».

Empero en la actualidad, no acostumbramos a finalizar completamente la comida antes de recitar «Birkat Hamazón», pues mientras no lo hemos recitado existe aún la posibilidad de que comamos del pan (Shulján Aruj 177:2).

E incluso aunque se haya cambiado el mantel, dado que aún es posible que alguien quiera comer del pan, consideramos que estamos todavía dentro de la comida. Lo mismo ocurre en los casamientos, cuando los meseros levantan o retiran los cubiertos de la mesa como forma de dar por finalizada su labor, los comensales no están interesados en dar por terminada su comida hasta el «Birkat Hamazón» y es posible que quieran aun comer del pan o de los demás alimentos si les fuesen servidos. Por lo tanto, en nuestros días no existe el estatus de «tras la comida», y si se sirven alimentos a modo de postre se bendice previo a ingerirlos, pero no posteriormente (tal como se explicó arriba en las halajot 6 y 7).

10) ¿Cuál es alcance de la bendición de «Hamotzí»?

La bendición de «Hamotzí» por el pan incluye a todos los alimentos y bebidas que suelen consumirse durante la comida, y aunque esta dure largas horas la bendición inicial sigue vigente para todo cuanto se ingiera.

En el caso de quien decidió terminar de comer de forma definitiva y cambió de idea y deseó comer algo más, los juristas debatieron si debe o no recitar una bendición previo a continuar comiendo.

A los efectos de salir de duda es correcto que se abstenga de continuar comiendo. Y si tras el recitado de «Birkat Hamazón» desea comer o beber deberá recitar las bendiciones correspondientes tanto previas como posteriores.

En caso de ya haber abluido sus manos con las aguas posteriores («maim ajaronim») previo al recitado de «Birkat Hamazón», se lo considera como quien ya lo comenzó a recitar y aunque cambie de idea y quiera comer más, deberá primeramente recitar «Birkat Hamazón», y en caso de así desearlo, podrá comer y beber posteriormente recitando las bendiciones correspondientes tanto las anteriores a la comida como las posteriores (Shulján Aruj 179:1).

Un invitado que pensó que la comida llegó a su fin y en su mente se hizo a la idea que no comerá más y luego trajeron a la mesa más alimentos – podrá seguir comiendo sin recitar bendiciones suplementarias ya que él se respalda en el criterio del anfitrión. Otro tanto ocurre en el caso de quien confía o sigue el criterio de su mujer, o el caso de comensales que se hallan en un salón comedor y que confían o siguen el criterio del cocinero. Empero si el invitado decidió que, aunque le traigan más alimentos no habrá de comerlos y luego cambia de opinión y desea comer, es oportuno que se abstenga de hacerlo y recite «Birkat Hamazón» (Shulján Aruj 179:2).

Quien dejó de comer en medio de la comida a los efectos de rezar, al retornar a la mesa no precisa volver a recitar bendiciones pues no hubo interrupción en su intención de seguir comiendo (Shulján Aruj 178:6). Quien padece de somnolencia estando sentado a la mesa y dormita, aunque sea durante una hora, no se considera que hubo interrupción y podrá seguir comiendo sin necesidad de volver a recitar bendiciones. Empero quien se retiró a su cuarto y durmió en su cama, se considera que interrumpió su intención de seguir comiendo y al retornar a la mesa deberá abluir sus manos recitando «Al Netilat Iadaim» y bendecir antes de comer (Shulján Aruj 178:7, Mishná Berurá 48).

Quien tiene la intención de ingerir alimentos que tiene en su casa y en la mitad de la comida llegaron amigos y le trajeron más comida, o si tras terminar lo que tenía en su casa cambió de idea y pidió que le traigan más alimentos de la tienda o de los vecinos – debe recitar bendición previa por estos alimentos pues con seguridad no los tenía en mente cuando bendijo «Hamotzí» (Mishná Berurá 174:18).

11) ¿Está permitido salir de la casa en medio de la comida?

A priori, es necesario guardar el recaudo de no salir de la casa en medio de la comida pues hay juristas que entienden que todo aquél que lo hace de hecho la interrumpió y en caso de desear continuar comiendo deberá recitar primeramente «Birkat Hamazón» por lo ya comido y luego «Hamotzí» por lo que desea comer (Rambám). Sin embargo, a posteriori, si salió de su casa en medio de la comida tras haber ingerido aunque sea un «kazait» de pan -podrá volver a comer sin recitar «Hamotzí», pues a posteriori se confía en la opinión de los juristas que entienden que salir de la casa no se considera interrupción a los efectos de la comida. Esa es también la norma a aplicar en el caso de quien precisa salir de la casa en medio de la comida para cumplir con un precepto o cualquier otra cuestión de urgencia, si tiene claro que luego habrá de volver a la mesa a continuar comiendo -podrá salir sin recitar «Birkat Hamazón» y al regresar continuará comiendo sin recitar «Hamotzí» y recién al terminar de comer definitivamente bendecirá «Birkat Hamazón» (Rosh, Ramá 178:2). Empero si al salir de la casa se olvidó por completo de la comida, por ejemplo, si no tenía intención de volver a la mesa para continuar comiendo y además se ausentó por más de una hora -en caso de desear seguir comiendo deberá abluir sus manos y recitar «Hamotzí» (Shulján Aruj 170:1, Mishná Berurá 9).

Existe una situación en la cual según todas las opiniones estará permitido salir de la casa en medio de la comida y es cuando uno de los comensales habrá de quedarse en la mesa hasta el final de la comida. Entonces, de mediar necesidad como en el caso de salir a recibir a un novio y a una novia o a un invitado importante -los comensales tienen permitido salir de la casa. Al retornar a la mesa, según todas las opiniones, no necesitarán volver a recitar «Hamotzí» pues la persona que se quedó en la casa sentada a la mesa – mantiene para todos los demás el carácter continuo de la comida (Shulján Aruj 178:2).

Viajeros pueden, a priori, comenzar a comer en un sitio y continuar comiendo en el camino por cuanto que en virtud de su ocupación carecen de sitio fijo y la bendición que recitaron al principio aplica para todas partes (Shulján Aruj 178:4).

Según la opinión de muchas autoridades, una persona puede, a priori, comenzar a comer en un sitio y continuar haciéndolo en otro. Esto ocurre cuando alguien desea sumarse a un evento de «Sheva Berajot» después de haber comido o si se desea terminar de comer en compañía de amigos. Esta es la usanza de los ashkenazíes y parte de los sefaradíes. Para la otra parte de los sefaradíes la intención inicial en la bendición de «Hamotzí» no mantiene su vigencia y quien desee seguir comiendo en otro lugar deberá primeramente recitar «Birkat Hamazón» y luego habrá de comenzar una nueva comida en el otro sitio. Sin embargo, según esta usanza existe igualmente una alternativa y es la de recitar «Hamotzí» junto a la puerta de su casa y solamente después sentarse a comer a la mesa. Entonces, al haber iniciado su comida en la puerta de su casa demostró que su estatus es similar al del viajero y por ende podrá continuar con su comida en otra parte.

12) Alimentos que se ingieren antes de la comida

Quien desea acompañar la comida con pan, no deberá comer o beber antes, sino que abluya sus manos y recite «Hamotzí» y luego beba o coma todo cuanto desee, pues el ingerir alimentos o bebidas antes de sentarse a comer genera en reiteradas ocasiones el recitado de una bendición innecesaria. Esto se debe a que pudiendo incluir todas las diferentes bendiciones en la del «Hamotzí», al comenzar a comer o beber antes de recitarla termina recitando una bendición suplementaria innecesariamente. Esto y más, tras haber comido y bebido, esta persona ingresa en un ámbito de duda respecto de si debe o no recitar bendiciones finales. Es posible que deba recitar bendiciones finales por aquello que ingirió antes de sentarse a comer y por otra parte quizás sea conveniente que no las recite, pues el «Birkat Hamazón» posterior a la comida incluye todo cuanto se comió antes de «Hamotzí».

En caso de que todavía haya que esperar para sentarse a comer y mientras tanto la persona desea ingerir o beber algo, a los efectos de salir de duda -debe realizar una pausa de media hora o al menos quince minutos entre que termina su refrigerio y se sienta a comer. De esa forma todas las opiniones halájicas coinciden en que debe recitar las bendiciones finales correspondientes por lo ingerido antes de la comida. Otra posibilidad es que tras ingerir su refrigerio anterior a la comida recite la bendición final correspondiente, acto seguido salga a dar una breve vuelta a los efectos de generar una interrupción entre el refrigerio y la comida. Así es como se debe actuar en los banquetes de los casamientos en los que se sirve un aperitivo previo a la ceremonia religiosa. En un caso así se debe recitar bendición anterior y posterior por lo que se ingiere y entonces habrá una interrupción entre esa ingesta y la comida festiva posterior a la jupá. Lo mismo se debe hacer en caso de una ceremonia de Brit Milá. A veces se come algo de «mezonot» o se beben bebidas ligeras antes del banquete preceptivo. En este caso lo correcto es hacer una interrupción entre lo que se ingirió previo a la ceremonia y la comida preceptiva, y en caso de no poderse efectuar una interrupción de quince minutos es conveniente salir a dar una breve vuelta.

En el caso de quien comenzó a comer y a beber y enseguida debe sentarse para la comida principal sin tener la posibilidad de salir a dar un corto paseo, deberá hacer una interrupción entre las ingestas o esperar quince minutos- y para ello debe conocer los detalles de la norma que se explicitan en la nota al pie de página[a].


[a]. Si antes de comer ingirió carne, papas y demás alimentos que suelen formar parte de una comida por generar sensación de satisfacción y se suelen incluir en la bendición de Hamotzí, dado que decidió ingerirlos antes de la comida los transformó en una ingesta separada y debe recitar por estos alimentos las bendiciones finales correspondientes. En caso de haber olvidado recitarlas antes de comenzar la comida igualmente debe completarlas. En caso de ya haber recitado «Birkat Hamazón», se perdió la oportunidad de recitar las bendiciones finales de lo que ingirió antes de la comida principal en virtud de que ingresa en un terreno dudoso en cuanto a la norma. b) En caso de haber ingerido frutas antes de la comida – si tiene la intención de continuar comiéndolas durante la misma no debe recitar por estas la bendición final. En caso de no tener intención de ingerir frutas durante la comida debe actuar conforme al inciso a. c) En el caso de alimentos destinados a abrir el apetito, no se recita la bendición final sobre los mismos por cuanto que se ingresa en un ámbito de duda. d) Por agua se recita bendición final, en caso de haber olvidado hacerlo antes de comenzar la comida, si tiene la intención de continuar bebiéndola durante ella no habrá de recitar bendición final, mas en caso de no tener intención de beber agua durante la comida, debe completar la bendición final incluso después de haber recitado «Birkat Hamazón». e) Por productos panificados que ingresan en la categoría de mezonot de los cuales se duda si ingresan o no en la categoría de «pat habaá bejisanín» (masa rellena como en el caso del strudel de manzana, una masa que recibió un aditivo que la torna diferente a la del pan o una masa dura y crocante como en el caso de bagel o galletas cracker), en virtud de la duda existente no se recita sobre estos la bendición final. f) En el caso de «mezonot» cocidos como «ptitim» o aquellos que entran consensuadamente en la categoría de «pat habaá bejisanín» se deberá recitar por estos la bendición final, y en caso de haber comenzado ya la comida no habrá de hacerlo.

Arriba, escribí a modo de consejo que cuando una persona se ve en la necesidad de comenzar una comida y existe la duda de si debe o no recitar la bendición final que salga a dar una vuelta breve y en virtud de ello podrá recitar antes de salir la bendición final. Respecto de alimentos por los que no se requiere recitar la bendición in situ, salir del lugar en cuestión implica una interrupción, ver adelante 4:13 y 9:7. Respecto de alimentos que sí requieren de bendición in situ, si bien a los efectos prácticos se sentenció que la salida del lugar no implica interrupción, empero según Rambám y quienes coinciden con él sí se la considera interrupción. Además, según la opinión de Rashbá y quienes lo siguen los «mezonot» no requieren de bendición in situ y respecto de las siete especies con las que la tierra de Israel fue bendecida otros sabios medievales consideran que no requieren de bendición in situ (ver adelante 4:13, Shulján Aruj 178:5). Entonces, se puede sumar a quienes consideran que el cambio de lugar implica una interrupción (y esto es lo que escribe Keren LeDavid Oraj Jaím 59). Más aún, incluso para quienes consideran que al ingerir «mezonot» o las siete especies la salida del lugar no implica una interrupción, en este caso en el que se trata de dos ingestiones diferentes el paseo realizado tiene más importancia como interrupción por tratarse de una ocupación diferente, y por ello influye en tornar obligatoria la bendición final por lo ingerido antes de salir al paseo.

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