Pninei Halajá

01) La bendición por el pan

El pan está hecho de cinco tipos de cereal y por ello al ingerirlo, aparentemente sería necesario recitar la bendición por el fruto de la tierra, «Boré Prí Haadamá», tal como se hace con los diferentes tipos de alimentos que provienen de la tierra. Sin embargo, en virtud de su gran importancia y de ser el principal alimento del ser humano, nuestros sabios estipularon que se recite una bendición especial: «Baruj Atá Ad-onai Elo-heinu Melej HaOlam Hamotzí Lejem Min Haaretz«.

El pan es un alimento singular, mientras todos los animales del mundo comen alimentos naturales tales como hierbas, hojas, semillas, cereales, verduras, frutas y hasta carne el ser humano come pan que es un alimento que se produce por medio de un prolongado proceso. Muchos consideran al pan un alimento natural, sin caer en la cuenta de que para su elaboración se requiere de una larga cadena de labores. Es necesario arar la tierra, sembrar semillas, segar las espigas, separar las semillas de las espigas y los residuos mediante el trillado, el aventamiento y la selección. Es necesario moler los granos y transformarlos en harina, amasar esta con agua y hornear la masa hasta obtener pan. Además, es necesario saber que el horneado es un proceso más complejo y sofisticado que el de cocinar y por lo tanto manifiesta más cabalmente la especial capacidad del ser humano para elaborar sus alimentos (ver adelante 6:10, la norma que se refiere a un alimento cocido como de inferior jerarquía respecto a uno horneado).

Tal como el pan, así es el ser humano. Todos los animales existentes aprenden rápidamente a andar, a obtener su alimento por sí mismos y a procrearse, mientras que el ser humano requiere de largos años para aprender a conseguir su alimento, sus vestimentas, resguardarse del frio y del calor, así como formar una familia. Para el ser humano nada ocurre de manera natural, todo requiere de estudio y aprendizaje, empero una vez que aprende y observa detenidamente, es capaz de reclutar todas las potencialidades de la naturaleza para su servicio, construir casas a partir de tierra y piedras y calefaccionarlas empleando carbón o combustible líquido. Sabe cultivar campos y plantar árboles, extraer abundante alimento y producir variadas prendas de vestir. Logra construir carreteras, fabricar automóviles, barcos y aviones para transportar personas y mercancías.

Los animales casi que no precisan aprender a comunicarse con sus pares mientras que el ser humano requiere de años para aprender a hablar, entender las expresiones faciales y los diferentes sentimientos. Sin embargo, una vez que hubo adquirido estas habilidades, sus relaciones con familiares y amigos serán plenas de infinita significación. El mundo animal no formula interrogantes éticos respecto a sus vidas o sobre la naturaleza que los rodea, sino que se incorporan a esta. Por su parte, el ser humano duda, pregunta y se cuestiona por largos años, durante diferentes generaciones, y en virtud de ello es capaz de captar conceptos abstractos relativos al bien y al mal, la verdad y la mentira, la fe y el destino.

Se puede decir que todos los animales carecen de libre albedrío, así como también de la capacidad de crear algo en el mundo, comen alimentos sencillos tal como se presentan en la naturaleza. Empero el ser humano posee intelecto y capacidad de elección, sobre él recae la responsabilidad de la reparación del mundo y su alimento es producido mediante un largo proceso que requiere del conocimiento. Por esta razón, justamente el pan satisface al corazón del ser humano, tal como está escrito (Tehilim-Salmos 104:15): «Y el pan que sustenta el corazón del hombre».

Aparentemente, una vez que el hombre se esforzó tanto en preparar el pan podría enorgullecerse y pensar que él solo consiguió extraer el pan de la tierra. A los efectos de no incurrir en semejante error, nuestros sabios establecieron la bendición: «Bendito eres Tú HaShem D´s nuestro, rey del universo que extrae el pan de la tierra«. Pues en realidad, todas las propiedades especiales de los cinco cereales y de la tierra, así como también la inteligencia y capacidades humanas para elaborar el pan, provienen de Él Bendito Sea, y por ello Él es quien extrae el pan de la tierra. Y cuando la persona olvida a quien «habló y el mundo cobró existencia», se ve inclinado hacia sus lados más bajos así como tras sus peores instintos y pasiones. Entonces, todas sus habilidades y capacidades actúan en su perjuicio y emplea todos sus grandes emprendimientos para el mal, destruyendo y malogrando. En vez de incrementar la vida y la bendición, es causante de muerte y descomposición. Solamente si ha de recordar a HaShem su D´s y el magnífico propósito que le fue encomendado podrá encaminar todas sus habilidades en la senda del bien, aumentar la vida en el mundo y ser socio de D´s en su reparación y su construcción.

Es por esta razón que la bendición por el pan es tan importante, pues conecta al alimento en el cual se manifiesta la capacidad creativa del hombre con su origen Divino. En mérito de esta bendición la ingestión del pan nos proporciona la capacidad de entender y profundizar, cuidar y cumplir todas las palabras de la Torá.

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