Pninei Halajá

22. El carácter del Shabat

01 – El precepto de preservar el carácter de día de descanso del Shabat.

La Torá nos ordenó no realizar labores el día sábado, tal como estás escrito (Shemot 20:10): «pero el día séptimo, Shabat, lo consagrarás  al Eterno tu D´s, y ese día no harás labor alguna». Esto se refiere a las treinta y nueve labores mediantes las cuales se erigió el Tabernáculo, tal como le fue explicado a Moshé en Sinaí (ver arriba 9:1-2). Por su parte, nuestros sabios decretaron límites a los preceptos emanados de la sagrada Torá – esto es «Syaguim laTorá»-, a los efectos de que las personas no realicen acciones por efecto de las cuales puedan llegar a trasgredir alguna de las labores prohibidas por la Torá (arriba 9:3-4). Además se nos ordenó cesar en nuestras labores el día sábado, tal como está escrito (Shemot 23:12): «trabajarás seis días y al séptimo descansarás». La intención de estas palabras es que no solamente no realicemos labores en Shabat sino que además reposemos y descansemos del esfuerzo y el trabajo, esto es, que nadie abra su tienda ni transporte carga alguna como preparativos para su labor de los días de la semana. Si bien quien realiza estas acciones no trasgrede ninguna de las treinta y nueve labores, de todas maneras deja sin efecto el precepto de la Torá de descansar el día sábado (Rambán Vaikrá 23:24, ver Rambám 21:1, ver la próxima halajá).

Como continuación de esto, aprendimos de los profetas que es necesario preservar el carácter del Shabat como día honorable y sagrado, día en el cual no nos ocupemos de cuestiones comunes o mundanas; y quien así lo hace recibe una gran recompensa. Tal como está escrito (Ishaiahu 58:13-14): «Si te abstuvieres por el Shabat de tu camino, de hacer tus deseos en el día consagrado a Mí. Empero, llamares al Shabat deleite, al día consagrado por HaShem y glorificado, y lo honrares al no emprender tus caminos ni hallar tu deseo, ni hablar palabra. Entonces te deleitarás ante HaShem, y te llevaré hasta las cumbres de la tierra, y te nutriré de la heredad de Jacob, tu patriarca, pues el Verbo de HaShem, lo ha hablado».

De lo dicho por el profeta, nuestros sabios aprendieron numerosas indicaciones respecto del Shabat cuyo común denominador refiere a que la conducta de la persona debe ser distinta en este día a la de los demás días de la semana. Así se expresaron (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 113(A)): «y lo honrares– significa que tu indumentaria sabática no sea como la de los días de la semana… no andando durante él en tus propios caminos– no habrás de caminar en Shabat igual que en los días de la semana. Ni ejerciendo tu negocio– tus ocupaciones están prohibidas, mas aquellas referidas a cuestiones celestiales están permitidas. Ni hablando de él– tu conversación sabática no habrá de ser como la de la semana. Hablar de cosas comunes está prohibido, mas pensar en estas está permitido» El status de estas indicaciones es superior al de los decretos de los sabios ya que se originan en el precepto de la Torá de «descansar» o «cesar» («lishbot») y sus principios se elucidan en las palabras de los profetas por lo que se las considera en el nivel de «divrei kabalá» o «tradiciones heredadas» de estos.

Los preceptos referidos a honrar y deleitar el Shabat ya los explicamos (cap. 2, 4, 5, 7). La acción de honrar el Shabat se manifiesta mediante la vestimenta, el aseo del cuerpo, la preparación de la casa y el encendido de velas. El deleite se manifiesta en las comidas sabáticas, el descanso y el estudio de Torá. En este capítulo explicaremos los preceptos y las restricciones destinados a preservar el carácter del Shabat como día sagrado y de descanso.  Estos preceptos son la base de todo lo que nuestros sabios prohibieron por tratarse de «Ovadín Dejol» o acciones mundanas, esto es, que toda acción que es significativamente característica de los días de la semana esté prohibida en Shabat, por ejemplo, juegos de pelota entre adultos, natación, gimnasia, andar en bicicleta y la prohibición de «Muktsé» a los efectos de preservar el Shabat como día de descanso (como se verá en el próximo capítulo). Asimismo, nuestros sabios prohibieron tocar instrumentos musicales en Shabat (adelante 17-19).

Si bien el status de los preceptos de preservar el carácter del Shabat como día de descanso y de no realizar en este día acciones mundanas («Ovadín Dejol») es superior al de las restricciones decretadas por los  sabios, desde el punto de vista de la práctica halájica estas últimas son más estrictas. Esto obedece a que las restricciones de los sabios, por ejemplo, la prohibición de realizar una labor de un modo no habitual – «shimui»- o decirle  a un no judío que la realice – se prohíben aunque sean a los efectos de poder cumplir con un precepto (ver arriba 9:3-4, 11), mientras que las restricciones destinadas a preservar el carácter del Shabat se pueden flexibilizar si se trata de cumplir con un precepto (tal como se explicará a lo largo del presente capítulo). Existen prohibiciones constituidas por estos dos principios las cuales, desde la perspectiva del mandato de preservar el carácter sabático, podrían flexibilizarse y permitirse el hacerlas a los efectos de cumplir con un precepto, pero que por tratarse de decretos restrictivos emanados de los sabios no se las puede trasgredir con ese fin.

02 – Compra-venta.

Está prohibido comprar o vender en Shabat y quien abre una tienda, vende y compra en Shabat igual que en un día de la semana, aunque tenga cuidado de no realizar ninguna de las treinta y nueve labores deja sin efecto un precepto de la Torá. Esto se debe a que la Torá ordenó que Shabat sea un día de descanso o «shabatón» (Shemot 31:15) y quien comercia en su tienda no descansa («shobet») (Rambán Vaikrá 23:24, Ritba, Jatam Sofer). Respecto de Nejemías, líder judío de inicios del Segundo Templo (13:15-21), se cuenta que al llegar a Jerusalém se encontró con que en Shabat el mercado funcionaba, «y allí vivían también comerciantes que traían pescado y otras mercancías que vendían los sábados a los hijos de Iehudá y en Jerusalém. Entonces me peleé con los principales de Iehudá y les dije: ¿Qué cosa mala es esta que hacéis profanando el Shabat? ¿No es lo mismo que hicieron vuestros padres haciendo recaer la ira de D´s sobre nosotros y sobre esta ciudad? ¿Queréis acarrear aún más males sobre Israel profanando el Shabat?». A raíz de estas palabras los comerciantes comenzaron a vender sus mercancías en Shabat pero fuera del perímetro de las murallas de la ciudad, en virtud de lo cual Nejemías ordenó cerrar los portones de la ciudad durante todo el día. Pero los mercaderes y vendedores de toda clase se quedaban fuera de Jerusalém. Entonces les advertí diciéndoles: ¿Por qué os quedáis junto a la muralla? Si lo hacéis de nuevo os echaré mano. Desde entonces no vinieron más en día sábado«.

Todo esto se refiere a quien comercia habitualmente en Shabat y por lo tanto trasgrede una prohibición de la Torá, empero, quien compra o vende eventualmente en Shabat a los efectos de disponer del objeto en cuestión en días de la semana trasgrede una tradición heredada («divrei kabalá») de los profetas, tal como está escrito (Ishaiahu 58:13): «y lo honrares no andando durante él en tus propios caminos, ni ejerciendo tu negocio ni hablando de él», esto es, que una persona no se ocupe de sus cuestiones mundanas en Shabat (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 113(A)). Sin embargo, de lo expresado en el profeta no aprendemos aún que existe una prohibición de comprar o vender a los efectos de poder cumplir con un precepto, por lo que los sabios establecieron un cerco en torno a la Torá y prohibieron todo tipo de compra venta, aunque sea a los efectos de cumplir con un precepto, no sea que por realizarla se termine escribiendo (Rashí y Tosafot a Beitzá 37(A), Mishná Berurá 306:11). Solamente a los efectos de cumplir con el precepto de habitar la tierra de Israel, en Shabat se permitió comprar un inmueble a un no judío de modo tal que éste sea quien escriba el contrato y tome el dinero por sí mismo (Shulján Aruj 306:11, Eliahu Rabá 22, Umor Vektziá, no como Maguén Abraham 19, ver arriba 9:12).

En virtud de la prohibición de compra – venta hay quienes son estrictos y se abstienen de subastar las «aliot» o bendiciones durante la lectura de la Torá. Muchos acostumbran a adoptar una actitud flexible en esta cuestión y tienen en qué respaldarse, ya que de hecho no se efectivizan ni el pago ni la adquisición en Shabat, y el compromiso de dinero que se asume se  considera que es a los efectos de cumplir con un precepto (Mishná Berurá 306:33, Iejavé Da´at 2:41). Sin embargo, si el monto que se recauda de los donativos de la subasta de las bendiciones a la Torá es bajo, no justifica flexibilizar la norma ni justifica hacer perder tiempo al público presente.

03 – Recibir productos de una tienda o un restaurante.

Quien requiere de alimentos para las comidas sabáticas porque le llegaron  invitados o no se preparó adecuadamente, puede dirigirse al dueño de la tienda y pedirle alimentos, siempre que lo haga discretamente y no se hable de la paga en Shabat, sobreentendiéndose que tras concluir el Shabat vendrá a saldar la cuenta. Esto es, se pide al dueño de la tienda los alimentos de la manera en la cual se le pide prestado a un vecino, sin mencionar la cuestión de la «compra», la «venta» o el «pago». Está permitido decirle al dueño de la tienda que tras concluir el Shabat o en el correr de la semana se pondrá en contacto con él y se pondrán de acuerdo. Si bien el dueño de la tienda entiende de lo antedicho que el cliente tiene la intención de pagar, esto está permitido, dado que no se mencionó explícitamente el tema del pago sino solamente se insinuó.

En este caso, es importante que no se mencione el precio de los productos ni se pesen o midan, tal como se acostumbra hacerlo durante la semana  a los efectos de establecer el importe a ser abonado. Sin embargo, se permite llenar un recipiente no destinado a mediciones y definir que al día siguiente se lo habrá de medir y en función del resultado se habrá de establecer el importe; empero, no se debe mencionar el tema del «pago» en la conversación. Asimismo, se permite llenar un recipiente destinado a mediciones a los efectos de llevar en este los productos deseados, pero se prohíbe medir en este la cantidad requerida para luego pasarlo al recipiente del cliente, pues entonces queda claro que se trataba de una medición.  Se permite también pedir al dueño de la tienda cinco naranjas, o cinco botellas ya que este número no menciona la venta sino que es la forma de expresar la cantidad requerida. Si la persona en cuestión ya llevó anteriormente productos de ese tipo de la tienda, se prohíbe que en el diálogo se mencione la deuda acumulada y calcular la adición generada en virtud de lo que se lleva en ese momento (Shulján Aruj 323:1-4, Mishná Berurá 20, Shmirat Shabat Kehiljatá 29:18.25).

Si el dueño de la tienda cree que el cliente no habrá de recordar de pagarle después de Shabat, podrá pedirle que deje un objeto o una prenda, pero no dirá que se trata de una garantía u objeto empeñado tal como se diría en  los días de la semana (Ramá 307:11).

En el caso de quien en Shabat se lleva productos alimenticios de una tienda no habrá de hacerlo en una caja grande tal como se acostumbra a hacer en los días de la semana, para que las personas no piensen que los transporta a los efectos de comercializarlos. En ese caso, habrá de cargarlos con su mano o al hombro tal como se llevan alimentos a un ágape. Aunque el modo diferente de transportarlos implique ir varias veces a la tienda, es mejor caminar abundantemente a parecer que se comercia. Si en la casa hay invitados que esperan para sentarse a comer, se podrá apurar en transportar todos los alimentos de una vez tal como se haría en un día de la semana. Asimismo, si la persona va a un sitio en el cual las personas no habrán de sospechar que trae productos para comercializar, podrá llevarlos del modo habitual a los efectos de ahorrarse la caminata (opinión o «iesh omrim» en el Shulján Aruj 323:5, Mishná Berurá 25, Ramá 510:8).

El dueño de una tienda o un hotel interesado en permitir a sus clientes recibir productos en Shabat, puede vender antes del día sagrado tarjetas de diferentes colores de modo tal que quien entregue al vendedor o al mesero una tarjeta amarilla reciba la primer comida sabática, al entregar una tarjeta verde reciba la segunda comida, tarjeta roja una bebida, tarjeta azul un pastel etc. Cuando los colores no son suficientes para los diferentes productos, se permite escribir sobre la tarjeta el nombre del producto que quien la detente será acreedor de recibirlo mas no su precio, ya que de esa forma la tarjeta se transforma en un documento económico el cual se prohíbe leer en Shabat (Mishná Berurá 307:50, Shmirat Shabat Kehiljatá 29:26).

04 – Préstamo y regalo.

Tal como se prohíbe comprar y vender en Shabat, se prohíbe también prestar o cobrar una deuda, ya que en esos casos se acostumbra a anotar en documentos y se teme que las personas terminen escribiendo. Por lo tanto, quien necesite pedir a su amigo algún tipo de alimento, vestimenta o silla para el Shabat, habrá de hacerlo mediante una expresión que indique que se trata de un «préstamo» ya que no se acostumbra anotar objetos prestados. Si se trata de un idioma (como el español n. de t.) en el cual no hay diferenciación, como en el hebreo, entre un préstamo de dinero («halvaá») y el préstamo de un objeto («hash´alá») se deberá decir «dame» y no «préstame». Si quien presta teme que quien pidió olvide devolver el objeto en cuestión, podrá pedirle que le deje otro objeto, mas no dirá que se trata de una garantía como se acostumbra a hacer en los días de la semana (Talmud Babilonio Tratado  de Shabat 148(A), Ramá 307:11). Si quien pidió se equivocó y dijo «préstame» (halvaá, esto es, préstamo de dinero) se le habrá de responder que está prohibido realizar un «préstamo» económico en Shabat pero que le podrán «dar prestado» (en el sentido de «hash´alá»)  el objeto (Shulján Shlomó 307:15:2).

Según la opinión de algunos juristas está prohibido entregar o recibir regalos en Shabat, ya que al momento de realizarse el obsequio el objeto  pasa del dominio de quien entrega al de quien lo recibe, lo cual se asemeja a una compra-venta (Maguén Abraham 306:15, Birjei Iosef 7, Mishná Berurá 33). Otros juristas consideran que se puede entregar un presente en Shabat pues no se firman documentos a la hora de hacerlo (Beit Meir según Rif y Rambám). A priori, se actúa conforme a la opinión más estricta y no se entregan presentes en Shabat, empero, en caso de necesidad, si es para cumplir con un precepto, todos coinciden que se puede (Shulján Aruj Oraj Jaím 658:3-4). Por lo tanto, se permite obsequiar en Shabat recipientes o alimentos necesarios para la comida sabática (Mishná Berurá 306:33). Asimismo, se permite entregar premios a niños que participaron del estudio de la Torá, pues estimularlos a hacerlo se considera una necesidad para el cumplimiento de un precepto.

En el caso de quien quiera entregar un regalo de Bar Mitzvá en Shabat, es mejor que haga la acción de «kinián»[1] antes de que el Shabat inicie. Esto es, se le pide a una persona que eleve el regalo (lo tome con sus manos y lo eleve) y de esa forma convertirlo en propiedad del homenajeado antes de entrar Shabat (como si lo estuviera adquiriendo para el joven Bar Mitzvá). En Shabat, se le hace entrega del objeto que ya le pertenecía desde la víspera. De no hacerse así, se puede depositar el regalo en custodia hasta que concluya el Shabat, y entonces el obsequiado hace posesión del mismo (Shmirat Shabat Kehiljatá 29:31). Hay quienes adoptan una actitud más flexible y entregan al homenajeado un presente pues alegrarlo contiene un cierto elemento preceptivo (Eliahu Rabá y Jatam Sofer). En caso de necesidad se puede confiar en estas opiniones (Sridei Esh 2:26).

Se prohíbe realizar en Shabat  un sorteo que defina quién habrá de recibir una porción determinada de comida ya que cada uno quiere recibir la más grande y la más sabrosa, y por ende se teme que se llegue a mencionar el precio de la misma así como a medirla y pesarla. Además, el sorteo implica trasgredir la prohibición de jugar a los dados. Cuando las porciones no son de idéntico precio no se permite sortearlas ni siquiera entre los residentes de la casa. Empero si las diferentes porciones son de precio idéntico, los miembros de la familia pueden sortearlos (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 148(B), 149(A), Shulján Aruj 322:6, adelante 22:8). Se permite sortear el honor de subir a la Torá o recitar Kadish pues no hay aquí nada que requiera cálculo o medida (Mishná Berurá 322:24).


[1].  Acto legal que define y concluye una compra-venta. Hay que saber que según la halajá ninguna transacción comercial puede cerrarse sin un acto físico que la concluya (el tipo del acto dependerá de diversos factores). El «kinián» se utiliza para legalizar un compromiso o para designar un emisario (shlijut, cuando se realiza el kinián de shlijut el emisario no será un simple intermediario, sino que actuará como si fuera la misma persona que lo designó). Es necesario que quien efectúa un kinián tenga determinada edad y posea una capacidad de entendimiento mínima (n. de e.).

05 – Funcionamiento de tribunales, casamientos, ofrendas y diezmos.

Los sabios prohibieron que los tribunales deliberen o se ejecuten sus castigos en Shabat. Asimismo, se prohibió llevar a cabo compromisos, casamientos, divorcios, «jalitzá» y «ievum«[2]. Estas prohibiciones fueron decretadas por temor a que se escriba (Talmud Babilonio Tratado de Beitzá 37(A)). Asimismo, se prohíbe rescatar al hijo primogénito (ceremonia de «Pidión Haben») pues se asemeja a un acto de compra-venta, por lo tanto, si el día treinta y uno desde el nacimiento del niño cae en Shabat la ceremonia se posterga para el domingo. Tampoco se permite consagrar, anatemizar (hacer del mismo un «jerem») o valuar un objeto para el Templo de Jerusalém pues al consagrarlo se lo transfiere a un dominio superior lo cual se asemeja a una compra-venta. Sin embargo, se permite asumir un compromiso de dar «tzedaká» pues al comprometer la suma aún no se hizo posesión de la misma. En caso de que se haya comprado, vendido o realizado alguna de estas acciones en Shabat, lo hecho,  hecho está (Mishná Beitzá 36(B), Shulján Aruj 339:4).

No se separan diezmos, ofrendas o jalá en Shabat pues quien lo hace se asemeja a quien consagra sus frutos a un dominio superior amén de que parece como si los repara o arregla (Talmud Babilonio Tratado de Beitzá 36(B), Rambám 23:14). Si la persona, por error, separa diezmos u ofrendas no intencionalmente, se puede comer de estos frutos en Shabat. Si los separó intencionalmente, lo hecho hecho está y los frutos están permitidos, mas están prohibidos para cualquier judío hasta concluido el Shabat (Mishná Terumot 2:3, Mishná Berurá 339:25).

En el caso de que alguien tema que no habrá de alcanzar a separar diezmos y ofrendas de frutas a ser ingeridas en Shabat, antes de iniciarse el sagrado día que recite el texto de la separación de las frutas que habrá de apartar el sábado sin pronunciar la bendición correspondiente. El recitado en víspera de Shabat es el inicio de la separación, y por medio de este se podrán separar efectivamente los diezmos y las ofrendas en Shabat en su manera habitual recitando la bendición. Además quien teme que no alcanzará a separar «jalá», podrá hacerlo de esta manera.

Esta separación de diezmos y ofrendas realizada en dos etapas, esto es recitando el texto preestablecido sin recitar la bendición  en víspera de Shabat y efectivizando la separación en Shabat, aplica únicamente para quien posee las frutas mas no para otra persona. En el caso de un invitado que teme que su huésped olvide separar los diezmos y las ofrendas, puede pedirle en víspera de Shabat que lo nombre su representante o «sheliaj» para cumplir con el precepto; entonces podrá recitar el texto condicional en víspera de Shabat y separar efectivamente las frutas el mismo sábado (Mishná Dmai 7:1,5, Talmud Jerosolimitano allí, Rambám Ma´aser 9:7-9).


[2]. El «ievum» o levirato es el acto de desposar a la viuda del hermano fallecido –cuando hubo muerto sin haber dejado descendencia- mientras que la «jalitzá» es el acto judicial de liberación de la promesa del levirato (n. de t.).

06 – Inmersión en la Mikve y medición en Shabat.

Tal como es sabido, un judío que compró o recibió un recipiente o un utensilio para comida de un no judío no puede usarlo hasta que lo lleve a la Mikve. Si no  sumergió el recipiente en cuestión antes de Shabat, hay juristas que opinan que no puede sumergirlo en Shabat pues esta acción se asemeja a la reparación de un utensilio («tikún kelí»), ya que previo a la inmersión no era apto para ser usado y mediante esta se transformó en apropiado (Rosh). Otros juristas sostienen que en caso de que sea necesario emplear el utensilio para comer  se lo puede sumergir en la Mikve recitando la bendición correspondiente, ya que la inmersión no se asemeja a la elaboración o reparación de un utensilio pues a posteriori, si se usó sin sumergirlo, el alimento igualmente es kasher (Rif). De encontrarse en las inmediaciones un no judío de confianza, lo mejor es obsequiarle el utensilio en cuestión y pedirle permiso para usarlo, ya que de esa forma el judío puede comer de este sin necesidad de que medie la inmersión en la Mikve (Shulján Aruj 323:7). Es correcto, después de salido el Shabat, pedirle al no judío que vuelva a obsequiarle al judío el utensilio y llevarlo a sumergir a la Mikve pronunciando la bendición correspondiente.

Sin embargo, según todas las opiniones, una persona puede sumergirse en la Mikve en Shabat. Incluso aquellos juristas que consideran que está prohibido sumergir utensilios, dado que la inmersión humana se percibe también como aseo, no se considera necesariamente como una acción reparadora («tikún»). Empero, no se realiza la inmersión en la Mikve de un converso en Shabat pues mediante esta se transforma en una nueva persona y esto es una acción de reparación o «tikún». Además, la inmersión debe llevarse a cabo frente a un tribunal y así como este no puede juzgar o deliberar en Shabat, tampoco puede realizar la inmersión de un converso (Talmud Babilonio Tratado de Ievamot 46(B)). En caso de que el tribunal trasgreda la norma y sumerja a un converso en Shabat, la inmersión es válida y el converso se hace judío (Shulján Aruj Ioré Deá 268:4).

Está prohibido realizar mediciones en Shabat pues se trata de una actividad típica de un día hábil (Shulján Aruj 306:7, Mishná Berurá 34). Por lo tanto, está prohibido pesar a una persona o medir su estatura, medir el largo o el ancho de un mueble o una habitación (Shmirat Shabat Kehiljatá 14:42).

Se permite medir o pesar a los efectos de cumplir con un precepto, por lo tanto, se puede revisar si la Mikve contiene un volumen de agua equivalente a cuarenta «Seá» (Una «Seá» es una medida talmúdica cuya interpretación contemporánea oscila entre los 7.3 y 14.3 litros n. de t.). Asimismo, se permite medir una medicina para dársela a un enfermo y también medir la temperatura de este (Shulján Aruj 306:7, Shmirat Shabat Kehiljatá 40:2). Dado que está permitido hacer para bebés todo aquello que se permite hacer para una persona enferma, en caso de ser necesario se puede medir la cantidad de alimento a suministrarle. Si es necesario revisar si el bebé subió de peso tras la comida –  se lo puede pesar (en balanza no eléctrica, Shmirat Shabat Kehiljatá 37:5).

07 – Caminar pausadamente, correr y saltar.

Nuestro mundo está lleno de carencias, y nosotros corremos, nos esforzamos y trabajamos durante los días de la semana para poder completarlas. Sin embargo en Shabat, por tratarse de un adelanto del mundo venidero, se nos ordenó cesar de toda labor como si todo estuviera ya reparado y pronto. Por lo tanto, no tenemos necesidad alguna de apresurarnos y solamente tenemos que deleitarnos en la santidad del día, para contemplarlo desde una perspectiva espiritual, interior y completa del universo, tal como fue creado por HaShem. Es preceptivo que esta actitud espiritual se manifieste también en la forma de caminar haciéndolo pausadamente, tal como enseñaron nuestros sabios (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 113(A)): » y lo honrares no andando durante él en tus propios caminos» (Ishaiahu 58:13), que tu andar sabático no se parezca al de la semana.

Por lo tanto, en Shabat está prohibido correr o andar con pasos largos. Esto aplica si la persona camina para su menester, debiendo hacerlo pausadamente, empero, si se dirige a una clase de Torá o a un rezo es preceptivo que corra (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 6(B), Shulján Aruj 301:1). Al correr en estas circunstancias no se le falta el respeto al Shabat sino que por el contrario, esto expresa el carácter auténtico del día, descanso de las ocupaciones mundanas que sirve de estímulo para la dedicación al servicio Divino.

En caso de haber beneficio personal se autoriza correr y saltar, por lo tanto, se permite hacerlo para resguardarse de la lluvia o saltar por sobre un charco para no mojar los zapatos. Asimismo, se permite correr para contemplar algo placentero (ídem Shabat 113(B), Shulján Aruj 301:2-3), a niños y jovencitos que disfrutan corriendo se les permite que participen de carreras y juegos similares pues no implican esfuerzo sino disfrute (Shulján Aruj 301:2). De la misma forma, adultos tienen permitido disfrutar saltando junto a sus hijos pequeños como forma de juego.

08 – Gimnasia y andar en bicicleta.

Está prohibido correr para hacer ejercicio ya que no se trata de placer sino de esfuerzo. Si bien quienes lo hacen disfrutan del esfuerzo, el placer se deriva del hecho de que sienten que están cuidando la salud y no del ejercicio en sí mismo. También en el caso de quien se encuentra en muy buen estado físico y acostumbra correr con frecuencia y disfruta de ello, tiene prohibido hacerlo por tratarse de una actividad típica de los días de la semana («Ovadín Dejol») y quienes lo ven perciben que le falta el respeto al Shabat transformándolo en un día común. Sin embargo, y si bien se trata de acciones típicas de un día hábil («Ovadín Dejol») se permite saltar y ejercitarse a quien disfruta de ello, a condición de que no se agote ni se entrene de acuerdo a un programa preestablecido, ni se ejercite con aparatos. Asimismo, y por esta misma razón se prohíbe jugar con un balón y a los niños se les prohíbe hacerlo con un balón que los adultos juegan con él.

Se permite caminar en Shabat por tratarse de una actividad saludable a condición de que se lo haga a un ritmo habitual sin extender o acelerar los pasos. Si bien en Shabat no debemos realizar actividades sanitarias, por cuanto que al caminar no se percibe que la persona realiza una actividad de esta índole y muchas personas disfrutan del pasear, se permite caminar por salud (Mishná Berurá 301:7). Asimismo, se permite realizar pequeños ejercicios para descontraer músculos o liberar articulaciones.

Los juristas de las últimas generaciones coinciden en que no se debe andar en bicicleta en Shabat. Algunos dicen que es para prevenir salir del área de Shabat, otros lo prohíben para evitar que la persona repare un eventual desperfecto en la bicicleta. La principal razón es por tratarse de una actividad típica de día de semana («Ovadín Dejol»), pues la función principal de la bicicleta es llevar a la persona al trabajo o a su actividad deportiva.

09 – Caminar por necesidades mundanas.

Está prohibido caminar hacia el campo o la fábrica propios, aunque sea pausadamente, a los efectos de planificar la labor de la semana, tal como está escrito (Ishaiahu 58:13): » y lo honrares no andando durante él en tus propios caminos, ni ejerciendo tu negocio». Empero, cuando no es claro que su intención es planificar la actividad de la semana, la caminata en cuestión estará permitida. Por lo tanto, una persona puede pasear en Shabat aunque el camino escogido pase junto a su campo. En ese caso tiene permitido mirarlo casualmente y pensar en su labor a condición de que no sea evidente que lo contempla con ese propósito (Shulján Aruj 306:8, ver allí).

Asimismo, todo aquel que construye una casa no habrá de contemplarla en Shabat pues queda claro que está planificando la labor. Todo aquel que tiene planificado reformar o ampliar su apartamento, tiene prohibido observarlo de modo tal que quede claro que está planificando los trabajos. Quien quiere comprar apartamento tiene prohibido ver unidades en venta. Sin embargo, puede caminar por una calle en la que se están construyendo edificios nuevos, y si bien su intención es mirarlos, mientras mantenga apariencia de quien simplemente pasea y no se detenga a contemplarlos detenidamente – no parece como quien planifica la compra. Asimismo, una persona que tiene pensado comprar electrodomésticos tiene permitido observarlos al caminar por la calle frente a una tienda, mas no habrá de revisar los precios (Shmirat Shabat Kehiljatá 29:10). Los piadosos no habrán de pensar en absoluto sobre estas cuestiones en Shabat.

Al atardecer está prohibido caminar en dirección del límite del área de Shabat –»Tjum Shabat»- para así ni bien concluye el día poder arrendar jornaleros. También lo está caminar en dirección de la tienda o fábrica para poder comenzar a trabajar de inmediato al salir el Shabat. Esto obedece a que se percibe claramente que la persona camina en Shabat rumbo a su trabajo por lo que «ejerce su negocio». Empero, si no se percibe que se dirige hacia allí con ese propósito, por ejemplo, si muchas personas acostumbran pasear en esa dirección, aunque al concluir el Shabat vaya a arrendar jornaleros para comenzar su labor, esto no estará prohibido ya que la prohibición aplica solamente cuando es claro que la persona camina para cuestiones mundanas (Shulján Aruj 306:1, Mishná Berurá 1, Beur Halajá ‘שמעיין’, Shulján Aruj 307:9, Mishná Berurá 40).

10 – Hablar de cuestiones vinculadas a labores o cuentas.

Es preceptivo honrar el Shabat mediante la palabra, tal como está escrito (Ishaiahu 58:13): «…ni ejerciendo tu negocio ni hablando de él», lo cual fue explicado por nuestros sabios de la siguiente manera (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 113(A)): «que tu conversación sabática no sea como la de los días hábiles», o sea, no hablar en Shabat de cosas que está prohibido hacer. Por lo tanto, no se debe decir «mañana voy a viajar con el automóvil», «escribiré una carta» o «compraré tal o cual cosa». Por ende, se infiere que una persona no puede pedir a su amigo que al día siguiente viaje y le haga un mandado o escriba para él una carta o le compre algo (Shulján Aruj 307:1). La prohibición recae sobre lo que piensa hacer en un futuro, empero se puede hablar de lo que ya está hecho, a condición de que no se tenga la intención de indicar a su amigo cómo hacer una labor por medio del relato.

Está prohibido hablar de cosas que está prohibido hacer en Shabat, empero se puede pensar sobre estas, tal como enseñaron nuestros sabios (Talmud Babilónico Tratado de Shabat 113(A)): «´ni hablando de él´ – hablar está prohibido, pero se permite pensar». Una conversación que insinúa la realización de una labor se considera pensamiento permitido. Por ejemplo, se prohíbe decir: «mañana hablaré con fulano por teléfono», sin embargo, se permite decir: «mañana hablaré con fulano» a pesar de que es claro que lo hará telefónicamente. Asimismo, se prohíbe decir: «mañana viajaré a Jerusalém» pues viajar está prohibido, pero se permite decir «mañana iré a Jerusalém» pues andar (a pie) está permitido. Aunque Jerusalém se encuentre más allá del área de Shabat de quien habla, dado que si se hubiese hecho un «Eruv» que abarque ambas localidades estaría permitido realizar la caminata, no se trata de algo completamente prohibido y se puede decir. Aunque el interlocutor entienda que la intención de lo dicho es la de viajar a Jerusalém y que se le está ofreciendo la posibilidad de viajar con él, se trata sólo de una insinuación y está permitido.

De igual manera, quien quiere tomar un taxi al concluir el Shabat puede consultar a su amigo taxista: «¿te parece que podrás pasar por mí al concluir el Shabat?». Esto se permite por cuanto que no preguntó si podrá venir a buscarlo en taxi a pesar de que su amigo comprendió que esa era la intención. Empero, no habrá de decirle: «por favor, ven por mí al concluir el Shabat» pues está prohibido insinuar en lenguaje imperativo. Asimismo, quien quiere arrendar un jornalero para el domingo puede decirle en Shabat: «espero encontrarte el domingo», mas no le dirá: «por favor ven a mi casa el domingo» (ídem Shabat 150(A), Shulján Aruj 307:7).

Está prohibido hablar de cuentas que tienen provecho comercial, mas, se permite hablar de cuentas que carecen de beneficio. Por lo tanto, está prohibido hablar del importe que se debe abonar a los obreros, pero se puede hablar de los haberes ya pagados. De la misma manera, está prohibido contar en cuánto se vendió una casa a quien está interesado en comprar una, pero se le puede contar a quien no tiene intención de hacerlo. Asimismo, se permite contar cuánta cosecha rindió el campo el año pasado, o cuál es el presupuesto del Estado y similares, ya que estos datos no guardan relación con acciones que quien relata o escucha planea realizar durante la semana (Shulján Aruj 307:6).

De todas maneras, se debe limitar las conversaciones mundanas en Shabat. En el caso de quien se deleita con este tipo de relatos puede abundar un poco en estos, pues se trata de parte de su deleite material sabático. Mas no habrá de hablar demasiado de estas cuestiones, así como tampoco habrá de exagerar en sus comidas o en su sueño para de esa manera no afectar las horas que debe dedicar al estudio de Torá. Ya vimos que por lo menos, se deben dedicar seis horas al estudio sabático (Shulján Aruj y Ramá 307:1, Mishná Berurá 4 y ver arriba 5:1).

11 – Caminar y hablar a los efectos de cumplir con un precepto.

Se permite hablar en Shabat de una labor prohibida si es a los efectos de cumplir con un precepto. Esta finalidad también habilita a caminar para ver cosas que requieren que se realicen labores con ellas y sacar cuentas económicas. Tal como está escrito (Ishaiahu 58:13): » y lo honrares no andando durante él en tus propios caminos, ni ejerciendo tu negocio ni hablando de él» ante lo que nuestros sabios explican (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 113(A)): «tus negocios están prohibidos, pero los del cielo están permitidos». Por lo tanto, en caso de necesidad se permite ir a contemplar una sinagoga en construcción, caminar hasta el borde del área de Shabat para  preparar todo lo necesario para un muerto o una novia para ni bien salido el Shabat ocuparse de estos. Asimismo, se permite caminar al atardecer del Shabat en dirección del sitio desde el cual se viajará a consolar a los deudos (ídem 151(A), Shulján Aruj 306:3, Shmirat Shabat Kehiljatá 29:13).

En caso de necesidad se permite hablar de modo mundano de cuestiones referidas a un precepto, por ejemplo, calcular el costo de un banquete nupcial o de una fiesta de circuncisión que son comidas preceptivas. También está permitido planificar la contratación de un grupo musical así como de los vestidos de novia. Sin embargo, se prohíbe acordar la contratación efectiva del mismo, pues la compra-venta se prohíbe aunque sea a los efectos de cumplir con un precepto. No se puede hablar en Shabat respecto de la contratación del fotógrafo ni de la adquisición de vestimenta para los padres de la novia o sus hermanas pues esto no está incluido en la generalidad de lo necesario para cumplir con el precepto.

Está permitido realizar una colecta de fondos en la cual la persona se compromete a desembolsar una suma determinada para caridad o para la sinagoga. Asimismo, se permite a padres calcular el monto necesario para la educación religiosa científica o profesional de sus hijos. Los educadores tienen permitido deliberar sobre el presupuesto del colegio y de las diferentes clases. Un director de colegio tiene permitido consultar a un maestro si está dispuesto a enseñar en su institución y contarle cuál sería su salario mensual empero está prohibido definir la paga. Asimismo, se permite hablar de necesidades comunitarias tales como abrir un camino o fijar un impuesto pues las necesidades comunitarias se consideran preceptivas (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 150(A), Shulján Aruj 306:6). Corresponde flexibilizar la norma sólo cuando hay un beneficio para el cumplimiento del precepto, empero si de todos modos esta será la norma a seguir aunque no se delibere en Shabat, es mejor abstenerse de hablar de cosas mundanas o de ir a verlas aunque sea con ese propósito (Mishná Berurá 307:1).

En caso de necesidad, se permite anunciar un objeto perdido en Shabat aunque se trate de «Muktzé», como en el caso de un monedero o una billetera, para así poder cumplir con el precepto de devolver el objeto perdido una vez concluido Shabat (Shulján Aruj 306:12). Allí donde se dificulta conseguir «matzot» para Pesaj o las cuatro especies para Sucot, se permite anunciar en Shabat dónde se los puede adquirir (Mishná Berurá 306:55).

12 – Lo que está permitido y prohibido leer.

Está prohibido leer contratos de compra-venta o documentos en Shabat, estados de cuenta del banco, cuentas de electricidad o agua, precios que figuran en un anuncio o junto a los artículos en el escaparate. Todo aquel que lee estas cosas se ocupa de cuestiones mundanas en Shabat (Rosh). Además, se teme que leer estas cuestiones lleve a la persona a escribir o borrar (Rambám).

En opinión de Rambám, en Shabat sólo se pueden leer cuestiones relativas a la santidad y se prohíbe leer cuestiones mundanas inclusive estudiar ciencias, para no actuar en Shabat como en un día de la semana y que al final por distracción se termine escribiendo. Empero, en la práctica se acostumbra a actuar conforme a la opinión mayoritaria de los juristas (Rashí, Rabí Itzjak Hazakén, Rosh) quienes consideran que lo que está prohibido es lo relativo a cuentas y cuestiones comerciales y a los efectos de que no se lean prohibieron también leer cuestiones mundanas carentes de importancia. Empero se permite leer cuestiones mundanas de importancia, por ejemplo, aquellas relativas al cuidado corporal tales como dietas saludables o los contenidos nutritivos impresos en las cajas de los alimentos. Asimismo, se permite también estudiar ciencias y otras áreas del saber.

Está prohibido leer cuestiones mundanas cualesquiera o cuentos sin importancia; mas quien se deleita en ello podrá hacerlo pero de modo casual, pues los sabios no decretaron sobre lecturas placenteras. Empero, cuentos de ficción que generan pesar o preocupación no se deben leer en Shabat (Mishná Berurá 306:38, 307:3). En principio los relatos tristes de la historia judía o de la biografía de grandes justos se pueden leer ya que implican estudio de Torá y ética, aunque es preferible reservar para Shabat cosas más alegres.

Por la base de la ley se permite leer cuestiones de sabiduría en los periódicos y quien se deleita leyendo noticias y comentarios periodísticos puede hacerlo de modo casual, pero se prohíbe leer noticias que producen pesar. Se permite leer artículos generales sobre la economía que no son guías prácticas respecto de qué hacer, pero se prohíbe leer artículos que indican cómo debe procederse en los negocios o inversiones. Se prohíbe también leer propagandas de artículos que quizás se adquieran en el futuro.

Si bien tal como aprendimos se permite leer partes del periódico, es correcto abstenerse de hacerlo en Shabat por estar llenos de propagandas y noticias que afligen por lo que es difícil diferenciar lo permitido de lo prohibido. Además, la lectura de periódicos consume el tiempo destinado al estudio sabático de Torá. Solamente se permite leer las cuestiones de sabiduría y noticias que no afligen en el excusado.

Se permite publicar y leer propagandas de objetos para el cumplimiento de preceptos en los boletines de Shabat, por ejemplo, libros de temas sagrados o casas en los ishuvim o hitnajaluiot (asentamientos). Cuando el precio de estos artículos es barato y su publicación puede estimular al lector a cumplir un precepto, se permite tanto publicar el precio como leerlo en Shabat (ver Mishná Berurá 306:55, 307:1, 323:20).

Los sabios prohibieron leer en Shabat la lista de invitados a un banquete o el menú a ser servido pues esta lectura se asemeja a la de documentos, y además, se teme que la persona corrija la lista escribiendo o borrando a los efectos de no equivocarse a la hora de conciliar el número de comensales y la cantidad de comida (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 149(A), Shulján Aruj 307:12-13). Empero, cuando la conciliación es muy necesaria  a los efectos de servir una comida sabática o para evitar ofensas personales, se nos permite servirnos de esa lista ya que hoy en día disponemos de abundantes alimentos y no se preparan números exactos de porciones sino que siempre se hace de más; por lo tanto la tensión en torno a la lista es menor y no se teme que las personas terminen escribiendo. Empero, si el encargado de la comida está muy tenso, es correcto que revise la lista junto a otra persona para quedar a salvo de escribir por error.

El encargado («Gabai») de la sinagoga tiene permitido llamar a la Torá de una libreta o manojo de tarjetas por cuanto que es con el fin de cumplir con un precepto. No se debe temer que la persona borre o escriba pues se encuentra en un sitio público y si por olvido llegase a escribir – las personas a su alrededor le recordarán que es Shabat. Asimismo, el encargado de la sinagoga puede leer los nombres de las personas que suben a la Torá de una lista confeccionada por la familia que celebra ese sábado una alegría. Empero, si estos quieren cambiar la lista, no se habrá de revisar sin que medie la presencia de al menos otra persona, de modo tal que si por error se procede a anotar algo – la otra persona presente recordará que se está en sábado.

13 – Juegos en Shabat

Los juristas debatieron si se permite jugar en Shabat. Algunos sostienen que no por cuanto que el Shabat debe ser destinado al estudio de Torá y el jugar hace perder tiempo de estudio («bitul Torá»). Por lo tanto, según esta opinión se prohíbe jugar ajedrez, damas, sheshbesh, billar y juegos de pelota (inclusive dentro de la casa). Dado que está prohibido jugar con ellos, resultan ser «Muktzé» (Rabí Aharón Sasón, Birjei Iosef 338:1, Petaj HaDvir 4).

Hay juristas que sostienen que desde el punto de vista estrictamente normativo no hay prohibición de jugar en Shabat, a condición de que no se juegue por dinero (Ramá 338:5, Maamar Mordejai). Hubo rabinos que acostumbraban a jugar ajedrez en Shabat por tratarse de un juego que demanda pensar y desarrolla la inteligencia (Shiltei Guiborim).

En la práctica, es correcto que los mayores de trece años adopten la actitud estricta y no jueguen a la pelota o al ajedrez y demás juegos en Shabat, ya que en opinión de algunos juristas esto está prohibido y además es correcto no acostumbrarse a desaprovechar tiempo de estudio de Torá («bitul torá«) en Shabat. Quienes deseen adoptar la actitud más flexible tienen en quien apoyarse (ver Shulján Aruj 308:45, Maguén Abraham 338:5, Mishná Berurá 21, Kaf HaJaím 39). Además, se debe educar a los niños pequeños a incrementar el estudio de Torá en Shabat; sin embargo, todos los juristas concuerdan que no se les debe prohibir jugar a estos juegos (tal como se explicará en 24:7).

Juegos que implican una gran organización como fútbol o tenis – no se deben jugar en Shabat por tratarse de acciones típicas de días hábiles (adelante 24:9).

14 – Remuneración en Shabat.

Los sabios prohibieron recibir remuneración por trabajo que se realiza en Shabat pues entra en el marco de la prohibición de compra-venta («mekaj umemkar«). Esta prohibición aplica también a trabajos permitidos en Shabat como hacer guardia para prevenir robos o labores de mesero (Talmud Babilonio Tratado de Baba Metzía 58(A), Shulján Aruj 306:4). Asimismo, está prohibido recibir paga por alquilar un lugar o utensilios en Shabat (Mishná Berurá 246:3) e inclusive, a posteriori, se prohíbe disfrutar de la paga sabática (Shulján Aruj 245:6, Mishná Berurá 243:16).

Empero, se permite incluir la paga del Shabat en aquella por lo realizado en días hábiles, por ejemplo, si se arregla que la persona habrá de trabajar como mesero en Shabat y otro par de horas después de que este concluya. Si bien en la práctica la mayor parte de las horas trabajadas tienen lugar el día sábado y la paga principal es por estas; dado que de antemano se acordó que se trabaje el sábado por la noche la paga es también por esas horas por lo cual se considera que la paga de Shabat quedó incluida en la del día hábil. Empero, de no mediar un acuerdo por efecto del cual se habrá de trabajar algunas horas en un día de la semana y en la práctica lo haya hecho, cada día hábil que trabajó se toma por separado y la paga de Shabat no queda incluida en la de los demás días y no se puede recibir (Jaiéi Adám 60:8, Mishná Berurá 306:21, Shmirat Shabat Kehiljatá 28:64-68).

En este orden de cosas, se permite rentar una habitación si el tiempo del alquiler se extiende a una parte del viernes o bien al sábado por la noche. Asimismo, el dueño de un taxi puede alquilar su coche a un no judío a condición de que el alquiler se extienda o al viernes o al sábado en la noche, para que así la paga por Shabat se incluya en la de los días de la semana. Además se permite recibir interés bancario por el tiempo del depósito del sábado, ya que el cálculo del día no coincide con los horarios de entrada y salida del Shabat, por lo que la ganancia de este díaqueda incluida en la de los demás.

Quien se sumerge en la «Mikve» en Shabat puede pagar después de salido el día,  pues si bien se trata del cumplimiento de un precepto el pago no es por la inmersión sino por la limpieza y calefacción del sitio que se realizaron en el día de la víspera.

El sábado por la noche se permite dar un regalo a quien trabajó voluntariamente durante el Shabat como mesero u ordenando la sinagoga, ya que obsequiar un presente no es obligatorio y no se lo puede considerar como paga (Prí Megadim, Mishná Berurá 306:15).

Los juristas debatieron respecto de si una persona puede recibir dinero por «jazanut» (canto litúrgico) y demás preceptos que realiza el sábado. Hay quienes opinan que la prohibición de recibir paga el Shabat aplica también a los preceptos, por lo que no se permite recibir dinero por ejercer como cantor sinagogal sabático. Otros opinan que se permite recibir paga por una labor  preceptiva en Shabat, empero, no se ve bendición en ello. En la práctica, es correcto acordar previamente que la paga será también por algo a ser realizado fuera del horario de Shabat, por ejemplo, en el caso del «jazán», por los preparativos previos al rezo o por algún rezo suplementario importante a recitarse en días hábiles, de modo tal que la paga por el sábado quede incluida en la percibida por la labor en día laboral (Shulján Aruj y Ramá 306:5).

En el caso de un doctor que es llamado para dar asistencia médica en Shabat puede exigir paga el sábado por la noche, pues si sabe que no ha de recibir ningún importe es probable que no acceda a prestar atención en el futuro (Mishná Berurá 306:24, Minjat Shabat 90:19, Shmirat Shabat Kehiljatá 28:75).

15 – Preparativos en Shabat para la semana, arreglar la casa y acomodar la  mesa.

El Shabat está destinado a la santidad y al descanso. Por lo tanto, realizar un esfuerzo en ese día para preparar algo para la semana implica una falta de respeto al Shabat, por lo que los sabios prohibieron preparar en Shabat actividades para la semana.

Está prohibido tender las camas en Shabat para dormir el sábado por la noche, pero se permite hacerlo para que la habitación esté ordenada en Shabat; lo mismo con la mesa sobre la que se comió. Asimismo, después de concluida la tercer comida, si las personas se han de quedar en la casa hasta que termine Shabat se permite acomodar la mesa o retirar los platos sucios llevándolos a la pileta de la cocina. Empero, si acomodar la mesa sirve únicamente para después de Shabat, por ejemplo, si faltan pocos minutos para que este concluya o si se está por salir de la sala en la que se comió, no se puede acomodar la mesa pues no se debe realizar trabajos en Shabat que sirvan de preparativo para días laborables (Mishná Shabat 113(A), Mishná Berurá 302:19).

Asimismo, se permite lavar los platos si se tiene la intención de comer con ellos nuevamente en ese Shabat. Si se usaron numerosos utensilios y es necesario un vaso, si no hay uno limpio al alcance  se pueden lavar todos los vasos por cuanto que se puede emplear cualquiera de ellos; igualmente, de necesitarse un plato. Empero, si no se tiene la intención de comer o beber con estos utensilios en Shabat se prohíbe lavarlos (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 118(A), Shulján Aruj 323:6, Mishná Berurá 323:26).

En el caso de quien durante toda la semana acostumbra a no dejar platos sucios en la pileta y considera una falta de respeto al Shabat dejar en ella acumulados platos sucios por horas, aunque no necesite los utensilios hasta después de salido el Shabat podrá lavarlos para que su casa esté ordenada en honor al sagrado día. Empero no se permite lavar las ollas por tratarse de «Muktzé» y esfuerzo innecesario («tirjá ieterá») (Responsa de Rabí Shimón Grinfeld Oraj Jaím 1:61, Tzitz Eliezer 14:37) (Ya vimos anteriormente 13:4-5 cómo se puede limpiar en Shabat una mesa que se mojó de agua o jugo. Arriba 15:9, cómo se puede limpiar el piso).

Está prohibido doblar el talit para que esté sin arrugas el próximo sábado, pero se lo puede doblar para que durante el Shabat no esté tirado de un modo no digno (ver arriba 13:9).

Tampoco se permite preparar en Shabat para la semana aunque se trate de una cuestión relativa al cumplimiento de un precepto. Por ejemplo, está prohibido preparar un rollo de la Torá para que esté en la porción que ha de ser  leída en un día laboral o el próximo sábado (Mishná Berurá 667:5). En caso de haber necesidad se puede correr el rollo de modo tal que esté listo para la siguiente porción de lectura y estudiar de allí algunos versículos; siendo así se le considera que la acción estuvo destinada al estudio de Torá de ese Shabat (Aruj HaShulján 667:2). Asimismo se permite traer a la sinagoga un libro para ser usado el sábado por la noche, a condición de que se estudie un poco de éste en Shabat.

Se permite estudiar en Shabat para exámenes de materias religiosas que tendrán lugar en un día de la semana ya que el mismo estudio es preceptivo. Es preferible no estudiar en Shabat para un examen de una materia secular pues el Shabat debe ser un día dedicado o consagrado al estudio de la Torá; además el objetivo principal de este estudio es tener éxito en la prueba y no incrementar la sabiduría. En caso de gran necesidad se puede adoptar una actitud más flexible ya que los estudios seculares tienen un valor intrínseco. Sin embargo, no se puede estudiar para un examen de inglés u otra lengua foránea pues ese estudio carece de valor intrínseco. Se prohíbe también estudiar para una materia que requiere resolver ejercicios por escrito, pues se permite hacerlo para cuestiones relativas a la sabiduría únicamente cuando no hay temor de que la persona pueda incurrir, por distracción, en las trasgresiones de escribir o borrar.

Una persona no debe decir para sí en sábado «iré a dormir ahora para tener fuerzas para la noche» ya que de esa manera deshonra el Shabat por prepararse en este día para la semana. Sin embargo, si no lo dice sino que solamente lo piensa, esto no estará prohibido pues el dormir en Shabat es un placer (Sefer Jasidim, Mishná Berurá 290:4, ver arriba 5:3).

Cuando Yom Tov se inicia al salir Shabat, está prohibido preparar durante el día para Yom Tov.  A posteriori, si preparó en Shabat algo para la semana, podrá disfrutar de lo realizado.

16 – Permisos para preparar en Shabat para días de la semana.

La prohibición de preparar en Shabat para días de la semana recae específicamente sobre acciones que implican esfuerzo, empero, cuestiones sencillas que la persona acostumbra a hacer  de modo rutinario se pueden realizar aunque sirvan para días hábiles, ya que se trata de acciones que no implican una falta de respeto al Shabat.

Por ejemplo, tras bendecir las cuatro especies el primer día festivo de Sucot, se permite volver a ponerlas en agua a pesar de que esto se hace a los efectos de que no se marchiten y estén aptas para el día siguiente (Talmud Babilonio Tratado de Sucá 42(A), Shulján Aruj 654:1). Quien estudia de un libro puede colocar un marcador de libros al final de la lectura a pesar de que esto se hace a los efectos de que al día siguiente se sepa dónde continuar estudiando. Quien llevó un Sidur o libro de oraciones a la sinagoga puede traerlo de vuelta a su casa (allí donde hay «Eruv») a pesar de que no lo volverá a usar en Shabat.

Se permite devolver al refrigerador alimentos que sobraron de la comida sabática tal como se hace siempre. Se permite verter agua sobre los utensilios que están sucios en la pileta de la cocina tal como se hace siempre para evitar que los restos de comida se peguen. Quien sale de su casa el sábado después del mediodía puede llevar la llave y un suéter, aunque serán usados recién el sábado por la noche. Sin embargo, no habrá de decir que lo hace para el sábado en la noche (ver Shulján Aruj 416:2, Shmirat Shabat Kehiljatá 28:89).

En caso de gran necesidad y a los efectos de evitar esfuerzos innecesarios, se permiten realizar en Shabat acciones livianas de cara a los días de la semana, a pesar de que no se acostumbran a hacer cotidianamente. Se actúa así con la condición de que no se vea que se realizan para días hábiles y así no faltar el respeto al Shabat. Por ejemplo, quien va a un sitio en el cual es difícil encontrar vino para la havdalá puede llevarlo consigo, a condición que lo haga cuando es pleno Shabat aún y entonces no parezca que lo está transportando para la salida del día. Si toma del vino en la tercera comida sabática («Seudá Shelishit«) a priori puede llevarlo (ver Jaiéi Adam 153:6, Mishná Berurá 667:5).

En caso de gran necesidad y a los efectos de evitar pérdidas, los sabios permitieron realizar acciones que queda claro que están destinadas a los días de la semana, por ejemplo entrar a la casa utensilios que están afuera y se pueden dañar con la lluvia o poner en el freezer alimentos que se pueden estropear si se quedaran fuera de este (Shulján Aruj 308:4, Mishná Berurá 321:21).

17 – Tocar instrumentos musicales y emitir sonidos.

Nuestros sabios prohibieron tocar instrumentos musicales en Shabat o Yom Tov por temor a que, por error, ocurra un desperfecto y sea reparado trasgrediendo así la prohibición de la Torá (Rambám Shabat 23:4). Sin embargo, en el Templo de Jerusalém las prohibiciones sabáticas de los sabios («Shvut») no tenían efecto, por lo que mientras se sacrificaban las ofrendas tanto en Shabat como Yom Tov, se tocaban flautas, arpas, liras, trompetas y címbalos (Talmud Babilonio Tratado de Beitzá 11(B)).

En el marco de la prohibición de tocar instrumentos musicales se prohíbe también tocar el Shofar en Shabat. Incluso en Rosh Hashaná que cae en día de la semana, tras cumplir con el precepto en todos sus detalles, no se lo toca más. En el caso de niños por debajo de los trece años de edad, se puede tocar el Shofar todo el día para que aprendan a hacerlo (Ramá 596:1, Mishná Berurá 3-5).

Se permite emitir sonidos no musicales con utensilios o con las manos; por lo tanto, se puede aplaudir para llamar la atención de un amigo golpear la puerta con la mano o un utensilio para que los residentes en la casa escuchen y la abran. Asimismo, se permite golpear un vaso o una botella con la palma de la mano a los efectos de pedir silencio a los presentes,   hacer sonido mediante los dedos gordo y mayor para despertar a un amigo o hacer reír a un bebé (Shulján Aruj 338:1).

Los juristas debatieron respecto de si una persona puede tocar un timbre manual, hacer sonar una campana o golpear la puerta con la argolla de metal que viene incorporada a esta para que le abran. Hay juristas que lo prohíben pues emitir esos sonidos se asemeja a tocar instrumentos musicales (Ramá) y hay quienes lo permiten por cuanto que no se tiene la intención de hacer música (Shulján Aruj 338:1). Si en los días hábiles se utiliza timbre eléctrico, en Shabat se permite usar campana no eléctrica o un objeto que golpea la puerta (Mishná Berurá 338:7).

Se permite colocar sobre un Sefer Torá una corona que posee campanillas  aunque estas emitan sonido. Dado que la intención principal de estas es adornar y honrar al rollo de la Torá lo cual es una necesidad preceptiva y quien porta el Sefer no tiene la intención de hacerlo sonar – esto no se prohíbe (Siftei Cohen y Maguén Abraham a diferencia del Turei Zahav).

Hay juristas que prohíben abrir una puerta conectada a campanas por tratarse estas de instrumentos musicales (Turei Zahav y Eliahu Rabá). Hay juristas que sí lo permiten pues quien entra no tiene la intención de generar el sonido sino de abrir la puerta (Maguén Abraham). A priori, es correcto retirar las campanas de la puerta antes de Shabat, y si no se retiraron se podrá igualmente ingresar por esa puerta (ver Mishná Berurá 338:6).

Se permite silbar pues se considera como un sonido que se emite a partir de la boca y no como el toque de un instrumento musical; hay incluso quienes permiten también usar los dedos para hacerlo (Aruj HaShulján 338:7). (Respecto de juguetes que emiten sonidos ver adelante 24:7).

18 – Batir palmas y bailar.

En el marco de la prohibición de tocar instrumentos musicales, nuestros sabios prohibieron también bailar y batir palmas sobre los muslos al cantar, por temor a que esto lleve a que se toquen efectivamente instrumentos musicales y se los elabore (Talmud Babilonio Tratado de Beitzá 36(B)). Sin embargo, se permite aplaudir de un modo diferente al habitual, batiendo, por ejemplo, el reverso de una mano sobre la palma de la otra ya que de esa manera se recuerda que es Shabat y no se corre riesgo de terminar elaborando un instrumento musical (Talmud Jerosolimitano Beitzá 5:2). Se entiende que una danza ligera, en la cual no se despegan los dos pies del piso al mismo tiempo, no es considerado el tipo de danza prohibido por los sabios (ídem).

La prohibición de danzar es justamente cuando se canta y por temor a que se termine tocando instrumentos musicales, pero si no se canta está permitido saltar un poco por placer, batir palmas o golpear con estas sobre la mesa para despertar a un amigo.

En la práctica, muchos acostumbran a danzar, batir palmas y percutir sobre la mesa a la hora de cantar en Shabat. Respecto de esta cuestión los juristas se dividen en dos grupos:

En opinión de muchos se trata de una costumbre errónea. A pesar de ello los sabios no protestaron ya que la prohibición no figura expresamente en la Torá y es mejor que la gente trasgreda  no intencionalmente  a que lo haga exprofeso (Talmud Babilonio Tratado de Beitzá 30(A)). Empero, cuando es posible puntualizar la halajá se debe enseñar a no batir palmas y no bailar, tal como lo establecieron los sabios (Rif, Rambám, Shulján Aruj 339:3). En Simjat Torá, que se trata de una alegría especial y preceptiva en honor a la Torá, los que optan por la actitud más estricta también bailan y baten palmas (Maharik en nombre de Rav Hai Gaón). Empero en el resto de alegrías de mitzvá, por ejemplo bodas, no flexibilizaron su opinión (Mishná Berurá 339:8).

Hay juristas que sí lo hicieron y entienden que todo el sentido del decreto es para evitar que se elabore un instrumento musical; hoy día que los instrumentistas no saben hacerlo, el decreto está sin efecto y se permite bailar y batir palmas (Tosafot Beitzá 30(A)’תנן’). Hay quienes no aceptan esta idea pues todos los músicos saben afinar las cuerdas de sus instrumentos, como en el caso del violín o la guitarra o tensar la lonja de su tambor, y esto también se considera elaborar un instrumento («tikún klí»). Empero, la razón por la que se flexibilizó al norma es que el decreto fue promulgado en días en los que se acostumbraba tocar instrumentos musicales a partir de personas que danzaban y batían las palmas. El decreto quedó sin efecto porque hoy día muchos cantan, danzan y baten palmas sin por ello integrar instrumentos a la alegría (Aruj HaShulján 339:9).

Hay juristas que entienden que desde que en las últimas generaciones los grandes maestros del jasidismo ensalzaron las virtudes del canto y la danza a los efectos de despertar los corazones al apego a D´s mediante la alegría, el canto y la danza se transformaron en necesidades preceptivas, y tal como se flexibilizó la norma respecto de Simjat Torá debe flexibilizarse para todo Shabat (Dvar Iehoshúa II 42).

Consideramos que en opinión de los juristas más flexibles es correcto no percutir sobre la mesa pues esto se parece a tocar el tambor lo que está prohibido según todas las opiniones, aunque sea con motivo preceptivo. Además, el temor a que se toque el tambor está vigente hoy día pues muchos acostumbran a traer «darbukot» o pequeños tambores para hacer ritmo a la hora que cantan. Empero a la hora de cantar durante el rezo, se permite a quien dirija el coro o a los que cantan que percutan sobre el podio; asimismo puede plegarse a este permiso también quien dirige los cantos en la mesa sabática.

19 – Música y películas de aparatos electrónicos.

Es claro y consensual entre los diferentes juristas que no se puede escuchar radio o ver televisión en Shabat. Esto es así aunque el aparato se encienda antes de comenzar Shabat y una vez iniciado el sagrado día no se realice ninguna labor. Esto obedece a varias razones: si se trata de una estación de transmisión en la que trabajan judíos, estos están trasgrediendo Shabat y no se puede disfrutar o tener beneficio de su profanación. Aunque todos los funcionarios de la estación sean no judíos, está prohibido escuchar o ver las emisiones realizadas en Shabat. Primeramente se trata de una falta de respeto al Shabat. Ya vimos (2:9) que hay quienes dicen que está prohibido activar en víspera de Shabat un molino de trigo que continúe funcionando durante el sábado ya que el sonido de este afecta el honor sabático. Escuchar radio o ver televisión es mucho más grave pues el molino emite un sonido que no se tiene la intención de escuchar, mientras que al activar una radio o televisión en víspera de Shabat, la intención es oírlas durante el  sábado, y ante esto todos coinciden que se le falta el respeto al día sagrado. Además, se trata de una acción típica de días de la semana, por lo que se debe prohibir la radio o la televisión para evitar que nuestra conducta sea idéntica en Shabat y en los días hábiles. Además, cabe temer que ocurra un desperfecto con el aparato y se lo repare en Shabat o se le quiera modular la potencia y por lo tanto se cambie la forma de conexión (arriba 17:2). Cabe agregar que se decretó no tocar instrumentos musicales en Shabat para evitar que se los termine reparando o elaborando. Por lo tanto, está prohibido escuchar radio o ver televisión en Shabat aunque se enciendan en la víspera del sagrado día.

Por estas razones aquí enumeradas está prohibido encender un grabador o un video mediante un «timer» (ver Iesodei Ieshurún Maarejet Erev Shabat Pág. 32, Tzitz Eliezer 3:16, Shmirat Shabat Kehiljatá 42:43, Iabía Omer 1:20, Yalkut Iosef III 318:34-38).

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