Pesaj

10. La limpieza de los utensilios o recipientes y su preparación de cara a la inmersión en agua hirviendo

Es necesario limpiar bien los utensilios o recipientes previo a su kasherización mediante inmersión en agua hirviendo, ya que esta retira de los mismos los sabores impregnados y adheridos, pero no los limpia de posibles restos de comida que puedan estar aún adheridos. En caso de realizar la inmersión en agua hirviendo sin haberlos limpiado previamente al utensilio de todos los restos de comida, la inmersión fue inútil y deben ser lavados para posteriormente volver a sumergirlos.

Un utensilio que posee ranuras de las que es imposible extraer restos de alimentos que allí quedaron, se debe quemar estos restos (que están en las ranuras) con fuego en las mismas (de un modo similar a la exposición moderada al fuego o “libún kal”), y es mejor hacerlo previo a la inmersión en agua hirviendo (Mishná Berurá 451:25, ver Kaf HaJaím 160). En caso de que este procedimiento pueda dañar el utensilio, se lo puede sumergir un rato en agua con hipoclorito de sodio o detergente, ya que de esa manera los restos de alimento se estropearán dejando de ser propicios para ingerir y luego habrá de sumergirlo en agua hirviendo.

Las asas o mangos de los recipientes o utensilios deben asimismo ser kasherizados, pues cuando estos últimos son metálicos, al calentarse, la alta temperatura se transmite a las asas o los mangos y de alcanzar la temperatura ante la cual la mano se retira (“iad soledet bo”) se considera que la totalidad del recipiente tuvo un uso prohibido y requiere de kasherización. Se deben kasherizar incluso las asas de madera, aunque estas no se calienten tanto como las metálicas, porque a veces el alimento cocinado se desborda o salpica sobre estas y el sabor en cuestión es absorbido y adherido a ellas. Por lo tanto, todo el recipiente debe ser sumergido en agua hirviendo, incluidas las asas (Shulján Aruj 451:12, Mishná Berurá 68).

Sin embargo, cuando el recipiente en sí absorbió un sabor a una temperatura de primer recipiente sobre el fuego, se puede kasherizar el asa mediante el vertido de agua de un primer recipiente, pues su uso y su absorción no son equiparables en intensidad a la de un primer recipiente que se encuentra sobre el fuego (Ramá 451:12).

En muchas ollas las asas vienen aseguradas con tornillos y en sus ranuras quedan restos de comida. Por lo tanto, previo a la inmersión en agua hirviendo se deben desatornillar las asas para retirar los restos de alimentos. En caso de que esto sea dificultoso, se puede sumergir el sitio de las asas en agua con hipoclorito de sodio u otro material que estropee definitivamente los restos de alimento.

11. El motivo por el cual se espera veinticuatro horas previo a la inmersión en agua hirviendo

Se acostumbra a no sumergir en agua hirviendo recipientes o utensilios en el mismo día en que fueron usados, esto es, dentro de las veinticuatro horas en las que absorbieron el sabor prohibido, pues durante ese lapso el sabor continúa siendo óptimo y si el volumen del agua en que es sumergido no es sesenta veces superior al volumen del cuerpo del utensilio, resulta que el agua adquiere el sabor prohibido impregnado en este y lo volverá a introducir en el objeto – por lo que la inmersión no sirvió para nada. Empero, si se esperan veinticuatro horas, el sabor impregnado en el recipiente se estropea y aunque no haya en el recipiente de la inmersión sesenta veces más agua que el volumen del cuerpo del utensilio sumergido, la kasherización será efectiva, pues el sabor estropeado fue expelido al agua y aunque el utensilio lo vuelva a absorber, por tratarse de un sabor desagradable el objeto no se transforma en no apto para su uso. Esto se debe a que el utensilio se transforma en no apto únicamente si el primer sabor prohibido que absorbe es bueno, y continúa en su no aptitud también después que el sabor que lleva impregnado se estropea, empero, si al comenzar la absorción el sabor ya era desagradable – el recipiente no se ha de tornar no apto.

Además, cabe temer que si se sumergen en un mismo recipiente con agua hirviendo utensilios cárnicos junto a utensilios lácteos se pueden liberar sabores óptimos de carne y de leche, y de no haber un volumen de agua sesenta veces mayor que el de alguno de los utensilios, los sabores no se anularán en sesenta mezclándose entre sí y transformando tanto al agua como a los objetos sumergidos en no aptos para su uso por haber absorbido sabores de carne y leche conjuntamente. Sin embargo, una vez que hayan pasado veinticuatro horas los sabores a carne y a leche liberados por los utensilios serán desagradables por lo que estos no se tornarán en prohibidos ni tampoco el agua, porque aquello que da sabor desagradable está permitido (Shulján Aruj 452:2, Mishná Berurá allí). Por esta razón, el utensilio que se sumerge en agua hirviendo no debe haber sido utilizado en esa misma jornada y por ende en ese día no absorbió ni carne, ni leche ni jametz.

En los sitios públicos destinados a la inmersión de utensilios en agua hirviendo no se confía en que las personas tengan el cuidado suficiente de no traer objetos que fueron utilizados en las últimas veinticuatro horas, razón por la cual, a los efectos de evitar inconvenientes, se le agrega al agua algún material que estropee los diferentes sabores, como por ejemplo, hipoclorito de sodio o detergente y de esa manera cualquier sabor que sea liberado se estropea de inmediato. En caso de que el sabor liberado y estropeado vuelva a ser absorbido por los utensilios, por ser desagradable, no los transforma en no aptos para su uso.

12. La inmersión de los utensilios o recipientes en agua hirviendo (“hag´alá”) en la práctica

El agua de la inmersión debe estar bien hirviendo, siendo esta una condición previa indispensable para poder kasherizar utensilios que absorbieron en primer recipiente sobre el fuego, y tal como vimos, a priori realizamos la inmersión de todos los utensilios o recipientes en primer recipiente sobre el fuego. Es necesario sumergir el utensilio en el agua por unos segundos. A veces, la introducción de los utensilios enfría el agua levemente y esta deja de hervir, por lo que en un caso así hay que dejar los utensilios sumergidos hasta que vuelva a hacerlo.

Quien introduce al agua dos utensilios o recipientes de una vez, debe moverlos un poco para que se separen y el agua hirviendo pueda entrar entre ambos (según el Shulján Aruj 452:3-4).

En el caso de un utensilio o recipiente que no puede ser sumergido de una sola vez, se lo puede sumergir por partes, primero una mitad y luego la otra (ídem 451:11).

Se acostumbra, a priori, a enjuagar con agua fría los utensilios ya sumergidos para que no quede sobre éstos agua caliente que permita que el sabor liberado en la inmersión vuelva a ser absorbido. Sin embargo, este enjuague no es condición necesaria para que la kasherización sea efectiva ya que se acostumbra sumergir los utensilios en agua hirviendo por lo menos veinticuatro horas después de su último uso o en agua cuyo sabor fue previamente estropeado, por lo que si el utensilio vuelve a absorber el sabor del agua, no se tornará en no apto para usar (ídem 452:7, Mishná Berurá 34). Por esta razón, utensilios o recipientes que pudieran verse dañados por el enjuague en agua fría, como es el caso de algunos objetos de vidrio, no requieren de este procedimiento. Además, en caso de que sea dificultoso enjuagar en agua fría después de la inmersión no es necesario hacerlo.

Hay personas que temen sumergir sus utensilios o recipientes en agua hirviendo, pero en realidad se trata de un procedimiento sumamente sencillo. Reiteremos someramente sus diferentes etapas: primeramente, se lava el utensilio o recipiente y se espera veinticuatro horas desde la última vez que absorbió un sabor prohibido. Luego se lo sumerge en agua hirviendo. Si es posible, inmediatamente después de la inmersión se le debe enjuagar muy bien en agua fría; de no ser posible, se puede apagar el fuego que arde bajo la olla y esperar a que el agua se enfríe un poco y luego verterla sobre el utensilio que fuera sumergido y así enjuagarlo. A los efectos de realizar el procedimiento de kasherización mediante inmersión en agua hirviendo, se puede usar cualquiera de las ollas de la cocina y esperar veinticuatro horas desde la última cocción de los utensilios a kasherizar, o se vierte detergente en el agua de la inmersión para estropear el sabor.

13. La kasherización de las ollas

Tal como ya aprendimos, una olla en la cual se cocinó leudo, por ejemplo, sopa de sémola, para poder ser usada en Pesaj debe ser kasherizada mediante inmersión en agua hirviendo ya que estando rodeada por esta en todos sus costados habrá de expeler el sabor a jametz. Empero, según el principio de que el utensilio expele tal como absorbió (“kebol´ó kaj poltó”) debería ser suficiente con hervir agua dentro de la olla pues esa fue la manera en que el jametz fue absorbido. Empero, sabemos que en más de una oportunidad a lo largo del año el alimento cocido desbordó la olla por lo que su sabor quedó impregnado también en el borde superior de la misma y este no se eliminará únicamente hirviendo agua en el interior del recipiente. Por ello la kasherización para Pesaj debe consistir en la inmersión de la olla en un tanque grande de agua hirviendo. En caso de que no se disponga de un recipiente suficientemente grande que permita sumergir en su interior la olla en cuestión, los juristas indicaron que se la llene de agua, se la ponga a hervir; en paralelo se habrá de calentar una piedra sobre el fuego y cuando el agua hierva se le ha de introducir en la olla a alta temperatura de modo tal que el líquido elemento desborde, y de esa manera se kashericen el borde superior de la olla así como también su pared exterior. Este procedimiento es efectivo para recipientes que absorbieron jametz mediante desborde, empero, si el recipiente en cuestión fue introducido en otro mayor y en su interior absorbió el sabor prohibido, se trata entonces de una absorción en primer recipiente y por lo tanto la kasherización por desborde no aplica, siendo necesario sumergir todo el recipiente en agua hirviendo (Shulján Aruj 452:6, Mishná Berurá 31).

En una cocina doméstica común es difícil poner a calentar una piedra hasta que alcance altas temperaturas (“even melubenet”), razón por la cual cabe recomendar que se hierva agua en un recipiente pequeño y al momento que el agua en el interior de la olla grande comience a hervir el recipiente pequeño debe ser levemente hundido en el centro del grande – para que de esa manera el agua desborde y kasherice tanto el borde superior como la parte exterior de la olla grande.

En muchos tipos de olla es posible desarmar las asas, siendo correcto introducirlas en agua hirviendo junto con los tornillos. En caso de que las asas no hayan sido desarmadas, si se lavaron bien con detergente y fueron sumergidas en agua hirviendo se considera que la olla fue kasherizada.

Otra problemática que presentan diferentes ollas es que tanto su borde superior como sus tapas exhiben una curvatura en la cual a veces quedan atrapados restos de comida. A priori, se acostumbra aplicar soplete tanto sobre el borde superior de la olla como sobre su tapa para eliminar así todo resto de alimento que pudiera quedar. Empero no es necesario prolongar este procedimiento y hacerlo demasiado exhaustivo, pues una vez que la olla pasó los diferentes lavados con detergente el sabor de los restos de alimento en cuestión está estropeado y dejó de ser apto para ser comido por un perro y ya no se lo considera jametz. En caso de necesidad, quien carece de la posibilidad de aplicar soplete sobre los bordes de la olla y de la tapa puede darse por satisfecho con la inmersión en agua hirviendo (“hag´alá”).

14. Absorción mediante remojo (“kvishá”)

Recipientes en cuyo interior se colocaron alimentos jametz fríos no requieren de inmersión en agua hirviendo, y para kasherizarlos es suficiente con lavarlos bien. Por ejemplo, vasos de los que se bebió cerveza, que como se sabe es completamente jametz (“jametz gamur”), son kasherizables mediante un buen lavado. Esto se debe a que mientras que el jametz no esté a una temperatura que lleve a la mano a retirarse (“iad soledet bo”), el recipiente no absorbe el sabor de su contenido. Mucho más aún si se colocaron galletas jametz sobre platos o fuentes, es claro que para kasherizarlos alcanza con un buen lavado, pues además de no alcanzar una temperatura que lleva a la mano a retirarse (“iad soledet bo”) son secas y en ausencia de líquido el sabor del alimento no pasa al recipiente, y por lo tanto, lo único que hay que hacer es asegurarse de que no hayan quedado en este migas adheridas.

Empero, si la cerveza permaneció en el vaso por más de veinticuatro horas estamos ante un caso de remojo (“kvishá”) y se considera que el sabor a jametz fue absorbido, ya que nuestros sabios establecieron una regla: “remojado se asemeja a cocido” (“kavush kimvushal”), y por lo tanto, no se podrá usar el vaso en cuestión durante Pesaj de no mediar una kasherización.

Es claro que se puede kasherizar estos utensilios mediante inmersión en agua hirviendo, pues si este procedimiento es adecuado para utensilios que absorbieron jametz mediante cocción obviamente que será efectivo para utensilios que lo hicieron mediante remojo. Dado que a los efectos de kasherizar, la absorción por remojo se considera más leve, alcanza con sumergir los utensilios en agua durante tres días. Esto se realiza de la siguiente manera: se coloca el utensilio en remojo con agua durante un día entero y al finalizar este se cambia el agua y se deja al utensilio en remojo por un día más, y luego nuevamente se cambia el agua y se lo deja en remojo otra jornada. Si bien en términos generales este método de kasherización no es sumamente eficiente por cuanto que se podría habilitar los utensilios más rápidamente por medio de inmersión en agua hirviendo, en el caso de utensilios que pudieran verse dañados, el procedimiento de tres días de inmersión en agua fría puede resultar provechoso.

Además, es importante señalar que en el caso de bebidas fuertes tales como el whisky, el sabor a jametz impregna el vaso en sólo dieciocho minutos y quien quiera usarlo durante Pesaj deberá kasherizarlo de alguna de las dos formas arriba detalladas.

01. La mesada de mármol

Normalmente la mesada de mármol tiene contacto con alimentos fríos, pero a veces se apoya sobre ésta alimentos jametz calientes de los que desborda o derrama salsa con un grado de absorción equivalente a la de un primer recipiente que no se encuentra sobre el fuego. Otras veces se apoya masa sobre la mesada y entonces el grado de absorción es más intenso (ver adelante halajá 12).

La mesada de mármol debe ser cuidadosamente limpiada poniendo especial atención que no queden restos de alimento en las ranuras. A priori, correspondería kasherizarla mediante el vertido de agua en ebullición apoyando sobre esta una piedra o un metal incandescentes (“melubanim”), pues de esa forma el agua al tomar contacto con su superficie vuelve a temperatura de hervor alcanzando el grado de kasherización de primer recipiente que no se encuentra sobre el fuego. Empero, dado que este procedimiento es difícil de efectuar, la mesada de mármol se debe kasherizar de una de las dos formas siguientes: a) Tras completar su limpieza verter sobre ésta agua hirviendo teniendo la precaución de que esté completamente seca, de modo tal que el agua vertida la alcance directamente sin enfriarse en el camino por entrar en contacto con otra agua que se encontraba previamente. Además, se debe tener la precaución de usar la mesada de mármol para alimentos calientes de Pesaj únicamente después de que hayan pasado veinticuatro horas desde la última vez en que se empleó para alimentos jametz calientes. b) Tras la limpieza, el mármol debe ser recubierto con papel de aluminio grueso o una tela de hule (plástico tipo p.v.c., el cual no absorbe ni permite pasar líquidos) que se interpongan entre este y los utensilios de Pesaj.

Las personas que adoptan una actitud más estricta acostumbran verter agua hirviendo sobre el mármol amén de cubrirlo también con papel de aluminio grueso o tela de hule.

En el caso de un mármol común sobre el cual nunca se suele apoyar una olla hirviendo, a priori, basta con kasherizarlo limpiándolo y vertiendo sobre éste agua hirviendo.

No se debe kasherizar el mármol haciendo arder sobre este solvente o trementina pues este procedimiento no alcanza el grado de kasherización del vertido de agua hirviendo y esta es la forma adecuada de hacerlo. Sin embargo, limpiar el mármol mediante la aplicación de vaporizador (vapor de agua muy caliente) es tan eficiente como el vertido de agua hirviendo.

02. La pileta de la cocina

En términos generales, la normativa que aplica para el mármol lo hace igualmente para la pileta de la cocina, empero, desde cierto aspecto se trata de un caso más sencillo o más leve, ya que normalmente está en contacto con detergente el cual estropea todo sabor, pero por otra parte si la pileta es de loza requiere de un tratamiento más estricto ya que hay juristas que consideran que este material no es kasherizable mediante inmersión en agua hirviendo.

En la práctica existen dos costumbres: quienes adoptan una actitud más flexible limpian bien la pileta y vierten sobre toda su superficie agua hirviendo. Previo al vertido de agua hirviendo la pileta y el mármol deben ser secados completamente para que ésta caiga directamente sobre ellos sin enfriarse al entrar en contacto con cualquier agua que sobre ellos pudiera hallarse. Por esta misma razón se debe verter el agua primeramente sobre la pileta y recién después sobre el mármol, partiendo de aquellas partes que son contiguas a la pileta para posteriormente hacerlo sobre las más alejadas.

Según la costumbre de quienes adoptan una actitud más estricta, además de verter agua hirviendo, se coloca dentro de la pileta un recipiente de plástico o se la recubre con papel de aluminio grueso para que los utensilios de Pesaj no tengan contacto directo con ella por cuanto que anteriormente estuvo allí apoyado jametz. Además, tienen la precaución de no verter agua hirviendo sobre la pileta durante los días de Pesaj.

03. La rejilla[1] de la cocina o estufa a gas, la cocina eléctrica y la cocina o estufa cerámica

Durante todo el año se acostumbra a emplear la misma rejilla de la cocina o estufa tanto para cárnico como para lácteo pues, aunque se haya derramado sobre ésta un poco de salsa de cualquiera de los dos tipos, el fuego que allí prevalece habrá de quemarlo y estropearlo. Sin embargo, de cara a Pesaj, en virtud de la gravedad de las prohibiciones del jametz, se acostumbra a kasherizar la rejilla de la cocina mediante exposición moderada al fuego (“libún kal”) (Ramá 451:4, Mishná Berurá 34). En su defecto se puede recubrir los hierros sobre los que se apoyan las ollas con papel de aluminio grueso que se interponga entre el sitio sobre el que se apoyaron comidas jametz y las ollas de Pesaj. Sin embargo, a posteriori, si alguien no expuso las rejillas a un fuego moderado ni las recubrió con papel de aluminio, todo lo que cocine será apto para Pesaj. Los demás elementos de hierro que no tienen contacto con las ollas, así como la bandeja de derrame esmaltada y las hornallas, deben ser bien limpiados de restos de alimentos. Pero dado que estas partes no entran en contacto directo con las ollas no es necesario ni exponerlos moderadamente al fuego ni recubrirlos de papel de aluminio. Se acostumbra encender todas las hornallas de la cocina o estufa durante media hora. Además, es necesario tener cuidado de no comer alimentos que se derramaron o cayeron de la olla sobre la bandeja de derrame que se encuentra debajo de la rejilla ya que como se vuelcan o derraman indistintamente comidas cárnicas y lácteas, la bandeja se torna prohibida en virtud de la mezcla de sabores.

Si se tiene la certeza que se limpió cuidadosamente la bandeja de derrame esmaltada y durante las últimas veinticuatro horas no se derramó sobre ésta alimento alguno, ni cárnico ni lácteo, entonces estará permitido comer lo que sobre ella cayese. Empero, si no se cumplen estas dos condiciones antes mencionadas se debe adoptar una actitud más estricta y prohibir lo que caiga sobre la bandeja de derrame, no sea que haya absorbido sabor que es mezcla de carne y leche. Si cayó sobre la bandeja de derrame un trozo grande de alimento, se puede cortar el lado que tuvo contacto con ésta y comer el resto.

Cocina o estufa eléctrica: Se debe limpiar bien y calentar a una temperatura elevada durante media hora.

Cocina o estufa cerámica cuya superficie tiene aspecto de vidrio templado y se colocan las ollas directamente sobre esta – se kasheriza limpiándola cuidadosamente y encendiéndola a su máxima temperatura durante media hora, pues “tal como absorbe así expele”.


[1]. Se refiere a lo que se halla por encima de la hornalla, donde se apoyan las ollas. También se lo denomina «parrilla».

04. El horno

A los efectos de poder kasherizarlo, es menester primeramente limpiarlo concienzudamente y luego tenerlo encendido en su máxima temperatura durante media hora. Las asaderas o torteras son más difíciles de kasherizar ya que absorbieron mediante exposición al calor requiriendo entonces ser expuestas a un calor intenso (“libún jamur”), y dado que este procedimiento las ha de dañar no se kasherizan (ver arriba 9:7). Por ello, es necesario comprar asaderas o torteras especiales para Pesaj y las de todo el año se deben lavar bien y guardarlas junto a los demás utensilios jametz. Quien carece de asaderas o torteras especiales para Pesaj puede usar desechables de aluminio y, junto con el horno, que kasherice también la rejilla interior que las habrá de sostener.

En el caso de los hornos modernos que se limpian por sí mismos a una temperatura de 500° Celsius, estos no requieren de limpieza previa a la kasherización pues este procedimiento es equiparable a una exposición intensa al calor (“libún jamur”) y es suficiente para tornarlo apto para Pesaj.

05. La placa para calentar en Shabat (“Plata shel Shabat”)

A veces, sobre la placa para calentar en Shabat se vuelcan salsas de alimentos que contienen jametz y dado que esta es la fuente de calor – se trata de una absorción de primer recipiente que se encuentra sobre el fuego. A veces, caen sobre la placa alimentos secos jametz como en el caso de tartas, cereales cocidos o kugel (pastel de papa o espagueti) – por lo que se considera a esta una absorción mediante exposición a una fuente intensa de calor en ausencia de líquidos (“beliá baur”) que requiere de exposición al fuego (“libún”) para ser kasherizada. Empero, por cuanto que este procedimiento puede dañarla es necesario limpiarla bien, calentarla durante una hora y luego envolverla en papel de aluminio grueso para separarla de los utensilios de Pesaj.

06. El horno microondas

El horno microondas suele ser kasherizado en cuatro etapas: a) Debe ser limpiado concienzudamente de todo resto de comida que pudiera haber quedado por causa de derrames de alimentos o vapor. b) Se esperan veinticuatro horas para que cualquier sabor adherido o impregnado se vea estropeado. c) Por cuanto que la absorción de jametz tiene lugar por medio del vapor que emiten los alimentos al ser calentados, se kasheriza poniendo a calentar un plato pequeño con agua durante tres minutos. d) Dado que cabe sospechar que algún alimento al calentarse pudiera haberse derramado sobre el plato giratorio, debe colocarse algo que se interponga entre este y los utensilios de Pesaj.

07. La máquina lavavajillas

Se debe limpiar bien el filtro pues a menudo quedan allí atrapados restos de alimento. Se activa la máquina en su máxima temperatura con sus bandejas en su interior ya que la regla indica que “tal como se absorbe así se expele”. Empero, en el caso de las bandejas, de ser sencillo y posible deben ser cambiadas, pero si esto resulta dificultoso pueden ser kasherizadas mediante su uso habitual, esto es por medio de un lavado normal en la máquina pues “tal como absorbe así se expele”

Previo al uso de la máquina lavavajillas con los utensilios de Pesaj se debe esperar veinticuatro horas desde su último uso con los utensilios jametz. Sin embargo, hay quienes adoptan una actitud más estricta y consideran a la máquina lavavajillas como un primer recipiente que se encuentra sobre el fuego, el cual para ser kasherizado es menester introducir en su interior un hierro a elevada temperatura (“melubán”) que haga hervir el agua en su interior. La idea principal de la halajá es conforme a la opinión más flexible.

08. La mesa sobre la cual se come

En el pasado se solía kasherizar la mesa sobre la cual se comía mediante el vertido de agua hirviendo, y hubo quienes adoptaban una actitud más estricta y vertían agua hirviendo sobre una piedra a alta temperatura («even melubenet») para que de esa manera la kasherización sea la adecuada como para un primer recipiente. Pero nuestras actuales mesas son delicadas por lo que semejante procedimiento las dañaría, las hincharía o causaría el desprendimiento de su cobertura.

Por ello, lo principal es limpiar bien la mesa y cubrirla de nylon o papel para de esa manera generar una separación permanente entre esta y tanto los utensilios como los alimentos de Pesaj. Además, sobre esta mesa recubierta corresponde colocar un mantel. Asimismo, es bueno abstenerse de colocar ollas que hierven directamente sobre esta mesa.

Los manteles que se usaron durante todo el año con alimentos jametz se kasherizan mediante su lavado en la máquina de lavar.

Quienes deseen amasar durante Pesaj deben preparar superficies especiales para ese propósito pues es sumamente difícil kasherizar mesas para este fin.

En el caso de una mesa sobre la cual durante todo el año no se colocan alimentos jametz calientes y carece de ranuras o rajaduras – alcanza con limpiarla bien y no es necesario recubrirla.

09. El refrigerador y los armarios de la cocina

Dado que el refrigerador y los armarios de la cocina no tienen contacto con los alimentos a altas temperaturas, solamente se teme que puedan haber quedado en éstos migajas de jametz, por lo que se kasherizan mediante su limpieza. En sitios a los que resulta complicado acceder para limpiarlos y se teme que puedan haber quedado allí retenidas migajas de jametz, se vierte agua enjabonada u otro material que estropee su sabor y las haga no aptas para ser comidas por un perro.

En tiempos en los que los estantes eran confeccionados de madera natural solían exhibir ranuras y rajaduras lo cual tornaba dificultoso limpiarlos adecuadamente. Por ello, los juristas de las últimas generaciones ordenaron cubrirlos con papel o con un mantel (Mishná Berurá 451: 115). Sin embargo, en el caso de los estantes lisos como los que solemos tener en la actualidad, no se teme que pueda haber quedado sobre ellos resto alguno de jametz y por lo tanto tras una buena limpieza ya no es necesario recubrirlos con papel o un mantel.

10. Ollas, sartenes, fuentes que no son de loza y cubiertos

Las reglas referentes a la inmersión de utensilios en agua hirviendo o “hag´alá” fueron explicadas en el capítulo anterior. El principio general indica que el tipo de kasherización guarda relación con la forma de absorción (arriba 10:8); de todas maneras, a priori, se acostumbra sumergir todo en agua hirviendo en un primer recipiente (10:9). Previo a la inmersión se debe limpiar bien los utensilios o recipientes a ser kasherizados (10:10). Aprendimos también cómo se lleva a cabo en la práctica este procedimiento (10:12) y cómo se kasheriza una olla que por sus dimensiones resulta imposible introducirla en otra mayor (10:13).

Según el Shulján Aruj, una sartén se kasheriza para Pesaj mediante inmersión en agua hirviendo y durante el resto del año mediante exposición al calor intenso (“libún”), mientras que en opinión de Ramá, se requiere este procedimiento también para Pesaj (10:4). Una sartén de teflón no se puede kasherizar ya que se suele fritar en esta en ausencia de aceite burbujeante y muchas veces casi sin aceite, por lo que para ser kasherizada requiere de una exposición intensa a un calor incandescente (“libún jamur”) y por cuanto que no puede resistir semejante procedimiento – resulta imposible hacerlo.

Los utensilios suelen ser kasherizados mediante inmersión en agua hirviendo en un primer recipiente que está sobre el fuego a pesar de que, por lo general, absorben en grado de segundo recipiente, pues a priori, se acostumbra kasherizar todos los utensilios mediante inmersión en agua hirviendo en un primer recipiente sobre el fuego. Si bien a veces se utilizó un tenedor con alimentos que se encontraban sobre el fuego, por cuanto que exponer a este cubierto a un calor incandescente lo dañaría y además se anula en la mayoría de los otros cubiertos que no experimentaron ese uso, cabe kasherizarlo mediante inmersión en agua hirviendo (“hag´alá”) (arriba 10:9).

11. La picadora y la licuadora

Diversos artefactos eléctricos fueron creados para picar vegetales y demás alimentos o a los efectos de mezclarlos y amasarlos (licuadora o “food processor”). A veces en estos se rallan y se mezclan productos calientes o picantes.

Estos deben ser kasherizados según las reglas conocidas tomando siempre en cuenta dos problemas: a) Restos de jametz que pudieran haber quedado atrapados en las ranuras o los orificios; b) El sabor a jametz que pudo haberse adherido a las paredes del recipiente.

Si estos aparatos fueron utilizados con alimentos fríos no picantes, no hay riesgo de que se haya absorbido sabor y sólo nos preocupa que no hayan quedado restos de comida ocultos en sus ranuras.  Por lo tanto, deben ser limpiados concienzudamente. En caso de que efectivamente hayan quedado restos de alimento atrapados en las ranuras del aparato, se los debe remojar en agua con jabón u otro producto que arruine el sabor para que dejen de ser aptos para la ingestión de un perro.

La picadora cuenta con orificios destinados a ventilar el motor para que no se sobrecaliente, allí pueden entrar partículas de harina y trozos de masa y se teme que a la hora de utilizarla con alimentos destinados a Pesaj puedan caer sobre éstos restos de jametz y como es dificultoso limpiarla – es mejor no kasherizarla. En caso de gran necesidad debe abrirse el motor para limpiarlo o tapar los orificios por completo. Esta es la norma para todo aparato sobre el cual recaiga este tipo de temor.

Si el aparato fue usado con alimentos calientes y no se tuvo recaudo de cuidarlo de que no tome contacto con jametz durante todo el año, se teme que el sabor a leudo pueda haber sido absorbido, por lo que todas las partes que tuvieron contacto con alimentos calientes deben ser sumergidas en agua hirviendo (“hag´alá”).

Si el aparato en cuestión fue utilizado con alimentos picantes sin tener el recaudo de cuidarlo de jametz durante todo el año, aunque fuesen fríos, se teme que en virtud de la alta fricción y el carácter picante de los alimentos procesados el sabor a jametz se haya impregnado, por lo que todas las partes que tuvieron contacto con alimentos deben ser sumergidas en agua hirviendo (Shulján Aruj Ioré Deá 96:1, Kaf HaJaím 1).

Si el aparato sirvió para amasar, según la tradición sefaradí debe ser sumergido en agua hirviendo (“hag´alá”) y según la ashkenazí debe ser expuesto a un calor intenso no incandescente (“libún kal”) (Shulján Aruj 451:17).

12. Utensilios varios

Copas de plata: A priori, las copas de las que se bebe el vino del kidush y demás bebidas alcohólicas deben ser sumergidas en agua hirviendo pues a veces caen en estas migas de pan junto con las diferentes bebidas, y según algunos juristas el sabor a jametz es absorbido en dieciocho minutos (arriba 10:14).

Biberón de plástico: Es bueno cambiarlo para Pesaj pues absorbe sabores por medio de vertido de líquidos calientes de un primer recipiente. En caso de necesidad puede ser lavado y sumergido en agua hirviendo para su posterior uso durante la fiesta.

Calentador eléctrico de agua y calentador de agua de Shabat que se coloca sobre la placa eléctrica (“Plata de Shabat”): Debe ser kasherizado mediante inmersión en agua hirviendo (“hag´alá”) por si cayó en su interior alguna migaja de jametz y su sabor fuera absorbido. En la práctica, la kasherización se lleva a cabo llenando el calentador con agua al máximo de su capacidad, poniéndolo a hervir y luego vaciándolo del modo en el cual se acostumbra a servirse el agua. Es bueno, en primera instancia limpiarlo bien de todos los sedimentos minerales que pudieran haberse acumulado. En caso de que se acostumbre a colocar a calentar sobre la tapa del calentador panes para las comidas sabáticas, esta también debe ser sumergida en agua hirviendo.

Termo: Se limpia cuidadosamente y luego se kasheriza mediante inmersión en agua hirviendo. En caso de que esto resulte dificultoso se lo puede kasherizar vertiendo agua hirviendo por el pico y sobre este.

Tostador mediante presión: requiere de una exposición intensa al fuego (“libún jamur”) y dado que este procedimiento puede averiarlo no se kasheriza.

Los utensilios empleados para amasar jametz requieren a priori, según opinión de Ramá, de exposición moderada al fuego (“libún kal”) y por cuanto que pueden averiarse no se kasherizan (451:16-17). Según la opinión del Shulján Aruj se los puede kasherizar mediante inmersión en agua hirviendo. A priori se adopta la actitud más estricta conforme la opinión de Ramá (Kaf HaJaím 451:196:263).

Dientes postizos: Hay que limpiarlos minuciosamente antes de que entren en rigor las prohibiciones del jametz, sin que sea necesario sumergirlos en agua hirviendo pues no se acostumbra a introducir en la boca alimentos o líquidos a esa temperatura y, por lo tanto, así como se come tanto carne como leche con los mismos dientes postizos haciendo que medie únicamente un lavado entre comida y comida, de igual manera se los usa en Pesaj.

13. Objetos de loza o porcelana

Objetos de loza que absorbieron jametz mediante calor, aunque tan sólo sea por medio de calor de segundo recipiente, la inmersión en agua hirviendo no resulta efectiva para kasherizarlos. Si bien la exposición al calor intenso (“libún”) es efectiva para quemar el sabor que absorbieron, dado que se teme que los objetos pueden averiarse mediante este procedimiento – los sabios prohibieron kasherizar de esta manera (arriba 10:7). Sin embargo, si los utensilios en cuestión fueron utilizados con jametz frio se los puede kasherizar mediante un buen lavado, y si alojaron o contuvieron líquidos jametz durante veinticuatro horas – se los puede kasherizar sumergiéndolos en agua durante tres días (arriba 10:14).

Objetos de porcelana cuyo aspecto es similar a la loza y su superficie es lisa cual vidrio: según la opinión mayoritaria de los juristas se los trata como si fueran loza y no pueden ser kasherizados y esta es la halajá en la práctica (Mishná Berurá 451:163, Kaf HaJaím 305). Sin embargo, hay juristas que entienden que por cuanto que su superficie es lisa como la del vidrio no absorben nada y en caso de que haya otros elementos de duda, se suelen unir las posturas a los efectos de flexibilizar el dictamen.

14. Objetos de vidrio

En tiempo de los sabios medievales (Rishonim) se despertó una polémica respecto de los utensilios de vidrio, pues como se trata de un material duro y de superficie lisa, aunque entren en contacto con alimentos calientes no absorben ese sabor, por lo que si utensilios de vidrio fueron empleados con alimentos jametz o sustancias prohibidas alcanza con lavarlos bien para poder usarlos con los alimentos de Pesaj o bien, los que estén permitidos (Rabía, Rosh, Rashbá, Ran, Shulján Aruj 451:26).

Por otra parte, están los juristas que entienden que como el vidrio se elabora a partir de arena al igual que la loza, aunque en la práctica no absorba, los utensilios elaborados sobre esta base entran en la categoría de los de loza y no son kasherizables. En caso de haber sido utilizados con alimentos jametz calientes no hay posibilidad de habilitarlos para Pesaj (Rabenu Iejiel, Samag, Rabenu Peretz, Tefilat Haderej, Ramá).

Hay sabios medievales que adoptaron una postura intermedia y entienden que un objeto de vidrio no se asemeja a uno de metal, y por lo tanto si fue utilizado con alimentos jametz que estaban a temperatura de ebullición debe ser kasherizado mediante inmersión en agua hirviendo (“hag´alá”) (Rambám, Or Zarúa, Shibolei Haleket). En términos generales la mayoría de los rabinos sefaradíes adopta a este respecto una actitud más flexible y la mayoría de los ashkenazíes una más estricta.

En la práctica, a priori, en Pesaj es mejor no usar un utensilio de vidrio que fue utilizado para jametz y en caso de gran necesidad se puede kasherizar mediante inmersión en agua hirviendo. En el caso de quien proviene de una familia en la cual se acostumbró a adoptar la opinión más flexible – puede continuar actuando de esa manera.

15. Utensilios de metal esmaltado

Hay utensilios metálicos que están recubiertos de una fina capa de esmalte a los efectos de embellecerlos. En el caso de las ollas, generalmente el interior de estas es pintado de blanco y la cara exterior es adornada con diferentes colores. Al igual que el vidrio, el esmalte es elaborado a partir de arena pero mediante un proceso de producción diferente. En un inicio los juristas dudaban respecto de qué hacer con el esmalte porque los artesanos que los elaboraban guardaban en secreto su composición. Luego, al descubrirse que se elabora a partir de arena se despertó la duda de si se le debe aplicar o no la misma normativa que a la loza. En la práctica, se indica que las ollas de esmalte sean kasherizadas tal como las de metal mediante inmersión en agua hirviendo, y hay juristas que recomendaron sumergirlas tres veces. Respecto de Pesaj, en virtud de la gravedad de la prohibición del jametz hay quienes indican no kasherizar esmalte mediante inmersión en agua hirviendo.

16. Utensilios de plástico y demás materiales

Utensilios o recipientes de plástico que absorbieron sabor a temperatura de hervor se kasherizan mediante inmersión en agua hirviendo como en el caso de todos los demás utensilios o recipientes. Esta regla se aplica también para todos los utensilios de plata, cobre, hierro, aluminio y similares. Asimismo, esta es la regla que se aplica a los utensilios de cuero, madera y hueso. Solamente respecto de la loza que posee una composición singular que lo hace absorber mucho sin poder expeler todo lo que en este se impregna, se estableció que no hay manera de kasherizarlo. Hay quien dice que lo mismo aplica para los utensilios de vidrio.

01. El precepto de ingerir matzá

La Torá nos ordena comer matzá la noche del quince de Nisán, tal cual está escrito (Shemot-Éxodo 12:18): «por la noche, habréis de comer panes ázimos» y además está escrito (ídem 15): «Siete días pan ázimo comeréis«. Por medio de las reglas de interpretación exegética de la Torá nuestros sabios dedujeron que la intención del texto no es que comamos panes ácimos durante todos los siete días, sino que se trata del alimento principal que se come durante toda la fiesta en sustitución del pan, mas quien prefiera contentarse con ingerir frutas, verduras, lácteos y carne durante esos días puede hacerlo.

En términos simples digamos que quien ingiere matzá los siete días de Pesaj no cumple con un precepto y, tal como dijeron nuestros sabios, comer matzá los siete días de Pesaj es «opcional» («reshut») (Talmud Babilonio Tratado de Pesajim 120(A)). Sin embargo, muchos de los grandes eruditos escribieron que si bien la ingestión de matzá es preceptiva únicamente en la noche del Seder al grado de que sólo en esa oportunidad se recita la bendición especial de «al ajilat matzá» («que nos ordenaste ingerir matzá»), el resto de los días si bien no es obligatorio ingerirla – quien lo hace cumple un precepto. El hecho de que nuestros sabios hayan categorizado como «opcional» la ingesta de matzá durante todos los días de Pesaj posteriores a la noche del quince indica que en comparación con el deber de la ingesta en la noche del Seder, el resto de los días de la fiesta un judío tiene la potestad de decidir si desea o no continuar cumpliendo con el mandato festivo ingiriendo panes ácimos. Según la opinión de los sabios, un texto bíblico no se desprende de su sentido literal («ein hamikrá iotzé midei peshutó») y está escrito (Shemot-Éxodo 12:15): «Siete días pan ázimo comeréis». Esto es lo comentado tanto por Ibn Ezra como por Jezkuni, lo mismo se desprende de los escritos del Rosh y así acostumbró a actuar el Gaón de Vilna. Empero, también según estos sabios el precepto implica ingerir el equivalente al volumen de una aceituna («kazait» o 29 g.) en cada comida y quien ingiere más que esto no lleva a cabo un mejor cumplimiento.

02. Matzá cuidada u observada («matzá shemurá»)

Es preceptivo cuidar las matzot para que no leuden, tal cual está escrito (Shemot-Éxodo 12:17): «Habréis de observar los panes ázimos» refiriéndose a las matzot que se ingieren para cumplir con la mitzvá («Le-shem mitzvá») en la noche del Seder, tal como lo indica el versículo siguiente (ídem 18): «habréis de comer panes ázimos, por la noche». En el resto de los días de la festividad las matzot ingeridas entran en la misma categoría que cualquier otro alimento, esto es, mientras no contengan jametz estará permitido comerlas. Empero, las «matzot mitzvá», o sea, aquellas que es preceptivo ingerir en la noche del Seder deben ser cuidadas especialmente y se las denomina «matzot cuidadas» («matzot shemurot»).

¿A partir de cuándo hay que cuidarlas? A priori, a partir del momento de la cosecha del trigo. Se acostumbra segar el trigo cuando está todavía un tanto húmedo pues si se seca por completo y luego cae sobre éste lluvia habrá de leudar. Asimismo, una vez que el grano de trigo es almacenado se debe tener cuidado que en el silo no tenga contacto alguno con agua.

Es posible cumplir con el precepto de ingerir «matzá cuidada» mediante panes ácimos que fueron supervisados desde el momento de la molienda del trigo, ya que mientras que el grano no exhiba señales de fermentación y no haya motivos para considerar que su status cambió para mal – no se teme que pueda haberse humedecido o pueda haber fermentado. De todas maneras, en un caso así no estamos hablando de una matzá especialmente excelente («mehuderet») ya que fue supervisada solamente desde el momento de la molienda del grano.

En caso de gran necesidad, de no haber harina que haya sido supervisada desde el momento de la cosecha se puede tomar del mercado harina común y cumplir con el precepto del cuidado a partir del amasado (Shulján Aruj Oraj Jaím 453:4). Y aunque en el sitio en cuestión se acostumbre a enjuagar levemente los granos de trigo previo a la molienda, se puede aún tomar un poco de harina común del mercado pues muy probablemente por un ligero enjuague los granos no fermentarán. Pero si en el lugar en cuestión se acostumbra a poner a los granos brevemente en remojo, no se puede comprar harina común en el mercado pues a priori se la considera como «jametz» (Mishná Berurá 451:24). Por lo tanto, en la práctica, no se debe comprar harina en tiendas que carezcan de supervisión especial de Pesaj pues en muchas oportunidades los granos de trigo se ponen a remojar y se teme que hayan leudado.

En la práctica, actualmente se acostumbra cumplir el precepto de la ingestión de matzá con excelencia comiendo matzot cuidadas, y para la noche del Seder se compran aquellas que fueron supervisadas desde el momento de la cosecha. La costumbre de cumplir el precepto con excelencia se arraigó de tal manera que actualmente las matzot que fueron supervisadas desde el momento de la molienda no se las denomina «cuidadas», a pesar de que para la halajá sí lo son y por su intermedio se puede cumplir con el precepto de ingestión de matzá la primera noche.

03. ¿Acaso el cuidado de la matzá requiere de la intención de cumplir con un precepto?

El cuidado de las matzot con las cuales se habrá de cumplir con el precepto de la ingestión de panes ácimos en la noche del Seder encierra dos significados. El primero, extremar el cuidado de evitar la fermentación. El segundo, que la elaboración de la matzá sea llevada a cabo con una intención especial, en aras del cumplimiento del precepto de ingerirla en la noche del quince de Nisán. Por lo tanto, se debe cuidar que las matzot sean amasadas y horneadas a manos de judíos observantes, en quienes se pueda confiar que tendrán la intención de elaborarlas en aras del cumplimiento del precepto y no a manos de gentiles, menores de edad o discapacitados mentales, que no nos proveen la certeza de que tendrán la intención adecuada (Sheiltot, Rashbá).

Hay juristas que ponen en tela de juicio el segundo significado, y en su opinión, el precepto de cuidar las matzot implica una extrema supervisión únicamente en el caso de aquellas que van a ser ingeridas la primera noche, sin que sea necesario que la elaboración en sí de las mismas se lleve a cabo con una intención especial. Por lo tanto, también gentiles y menores de edad son aptos para amasar y hornear estas matzot, a condición de que un judío adulto los supervise y cuide que sean suficientemente ágiles en su labor para que la masa no leude y la supervisión sea con la intención de cumplir con el precepto de comer matzá la noche del quince de Nisán (Rabí Aharón Haleví).

En la práctica, durante el amasado es necesario poner énfasis en los dos significados del cuidado, y por ello es menester que sean judíos quienes procesen la masa y horneen las «matzot mitzvá» teniendo la precaución de que ésta no leude y además, con la intención («kavaná») de que sean elaboradas para cumplir con el precepto de ingerir matzá en la noche del Seder. Sin embargo, durante la cosecha del cereal y durante su molienda alcanza con poner atención al primer significado únicamente y por ello está permitido que ambos procedimientos sean efectuados por gentiles, a condición de que se cuente con la supervisión permanente de un judío que vigile que no tenga lugar fermentación alguna durante el proceso (Shulján Aruj 460:1, Mishná Berurá 460:3, Sha´ar Hatziún 4).

A priori, antes de comenzar la elaboración de las matzot se debe recitar en voz alta que toda la labor a realizar es en aras de producir «matzot mitzvá» y si sólo pensó en ello mas no lo declaró, a posteriori se cumplió igualmente con el requerimiento (Beur Halajá 460:1, según Prí Megadim). La intención de la elaboración debe enfocarse en las matzot que se comen en la noche del Seder; en caso de que la intención se haya enfocado genéricamente en «matzot para Pesaj» se cumplió igualmente con la norma (Shulján Aruj HaRav 453:14).

04. Las matzot elaboradas a mano y por medio de máquinas a los efectos del cumplimiento del precepto de su ingestión

A partir del momento en que se comenzó a producir máquinas para la elaboración de matzá surgió una importante discusión entre los juristas respecto de dos cuestiones: a) Si las matzot elaboradas de esta manera son kasher sin que medie sospecha alguna de fermentación. b) Si por su intermedio se puede cumplir con el precepto de ingerir matzá en la noche del Seder.

Respecto de la sospecha de fermentación, hay acuerdo en cuanto a que ello depende de la calidad de la máquina y del nivel de supervisión, y por lo tanto mientras haya supervisores inspeccionando que no ocurra alguna sospecha de leudado – las matzot serán kasher. Por ello, justos y piadosos acostumbran a comer en Pesaj matzot elaboradas mediante el uso de máquinas.

Sin embargo, la segunda cuestión sigue siendo objeto de debate. Hay juristas que sostienen que el precepto de cuidar las matzot requiere que todo el proceso del amasado y del horneado se lleve a cabo con la intención expresa de elaborar «matzot mitzvá», y dado que la máquina carece de intención resulta que no se puede por medio de estas matzot cumplir con el precepto de la ingestión en la noche del Seder.

Por otra parte, la opinión mayoritaria de los juristas indica que se puede cumplir con el precepto mediante matzot elaboradas por medio de máquinas y esto obedece a una serie de razones. Primeramente, hay juristas que explican que el precepto del cuidado requiere tener la precaución de que no haya fermentación durante la elaboración y no importa si esta se tiene en la labor manual o durante el funcionamiento de la máquina (según Rabí Aharón Haleví). Además, la máquina es activada por una persona, y si ella la pone en funcionamiento con la intención de elaborar «matzot mitzvá» todas sus acciones resultarán en aras de cumplir con el precepto.

En la práctica, se puede también cumplir con el precepto de comer matzá en la noche del Seder mediante matzot elaboradas por medio de máquinas. Muchos cumplen con excelencia ingiriendo matzot elaboradas a mano y horneadas bajo estricta supervisión. No es necesario comer matzot elaboradas a mano durante toda la noche del Seder sino únicamente los volúmenes equivalentes a una aceituna (29 gr.) que es preceptivo ingerir en esa oportunidad (tal como se verá a continuación 16:22-25).

05. ¿Corresponde comer matzot cuidadas («matzot shemurot») durante toda la fiesta?

El precepto de cuidar las matzot se aplica a aquellas que debemos ingerir en la noche del quince de Nisán y se efectiviza sometiéndolas a un cuidado especial. Esto significa que podemos comer matzot que no fueron cuidadas si de acuerdo a las leyes de la halajá no cabe temer que hayan leudado, pero no son aptas para fungir como «matzot mitzvá», pues no fueron sometidas a un cuidado especial con la intención del cumplir con el precepto. Según esto, se puede comer durante todo Pesaj matzot ksherot para la fiesta pero que no fueron especialmente cuidadas («shemurot»).

Sin embargo, hay quienes tienen el recaudo de comer matzot cuidadas durante todo Pesaj. Esto obedece a dos razones: a) Hay quienes consideran que si bien no es obligatorio ingerir matzá durante toda la fiesta, quien lo hace cumple con un precepto (tal como se explicó en la halajá 1) y entonces quien desee cumplir con éste debe comer matzot cuidadas. Empero según esto es posible contentarse con ingerir el volumen de matzá equivalente a una aceituna (29 gr.) en cada comida. Asimismo, cabe conformarse con las matzot comunes que están cuidadas desde la molienda del cereal, y ya vimos (en la halajá 2) que desde el punto de vista de la norma se cumple con el precepto de comer matzá («matzat mitzvá») con una que fue cuidada desde ese momento. b) Se teme del jametz, pues de todos los alimentos que se ingieren durante Pesaj la matzá es el más expuesto a fermentar y por ello si no se cuidan los granos de trigo desde el momento de la cosecha se teme que algunos puedan haber leudado. Según esto, cabe hacer el esfuerzo de comer matzot cuidadas («shemurot») desde la cosecha durante toda la fiesta.

Es necesario saber que en la actualidad, la ventaja de las matzot cuidadas desde la cosecha se manifiesta en una mejor supervisión a lo largo de todo el proceso productivo, interrumpiendo el funcionamiento de las máquinas cada dieciocho minutos para limpiarlas y, por lo tanto, se trata de una serie completa de mejoras comparativas en la kashrut de la elaboración.

En resumen, las matzot comunes que son cuidadas desde la molienda son, a priori, kasher para su consumo durante toda la fiesta, incluso para quienes sostienen que es preceptivo ingerirlas todos los siete días, e ingiriéndolas efectivamente cumplen. Quienes buscan cumplir con mayor excelencia ingieren matzá cuidada desde la cosecha del grano pues está más supervisada en cuanto a evitar que leude.

06. Agua que reposó («maim shelanu»)

Nuestros sabios prohibieron amasar las matzot para Pesaj con agua tibia pues su temperatura elevada acelera los procesos de fermentación, y de no ser sumamente diligentes en elaborarlas y hornearlas se teme que leuden. La prohibición se extiende incluso al agua fresca común que es dable encontrar en aljibes o manantiales, por temor a que se pueda haber calentado por contacto con la tierra que absorbió calor del sol. Por lo tanto, nuestros sabios establecieron que el agua se extraiga el día anterior y repose durante la noche en un sitio fresco. Esta es denominada «agua que reposó» y de ésta se prepara matzá para Pesaj (Shulján Aruj 455:1 y 3).

En los países cálidos surge el problema de que en cualquier sitio que el agua repose se habrá de calentar un poco; y paradójicamente, si permanece en el manantial se mantendrá a una temperatura más baja. El dictamen halájico es que de todas maneras el agua debe reposar tal como lo estipularon nuestros sabios, y en caso de haberse calentado un poco debe ser puesta a enfriar en un refrigerador o en salas frigoríficas (Mikraei Kodesh Pesaj 2:7).

Hay juristas que entienden que no se debe tomar agua de la llave o canilla para ponerla a reposar a los efectos de usarla en la elaboración de matzá por temor a que esta provenga de reservorios descubiertos y por ende pueda haberse calentado por exposición al sol; además, se teme que el cloro contenido en el agua pueda acelerar el proceso de fermentación (Shiurim Metzuianim Bahalajá 109:3). Sin embargo, en la práctica no se teme que esto ocurra y sólo unas pocas personas que tienen el recaudo de comer matzot hechas a mano extraen ellos mismos el agua de pozos o de manantiales. En el caso de las fábricas de matzot elaboradas mediante máquinas, éstas extraen el agua de la llave o la canilla, la filtran cuidadosamente y la ponen a reposar en un sitio fresco toda la noche y de esa forma utilizan «agua que reposó» (nuestro maestro el Rabino Tzví Iehuda Kuk acostumbraba poner a reposar agua extraída de la llave o canilla).

07. El cuidado de que no ocurra fermentación alguna durante el proceso del amasado

Se muele la harina destinada a las matzot por lo menos un día antes de su amasado pues la molienda la calienta un poco y de no esperarse se teme que la masa leude (Shulján Aruj 453:9).

No se le agrega sal o pimienta a la masa pues quizás hagan que la misma se caliente y aumente el peligro de fermentación (ídem 455:5-6).

A priori, no se pone de una vez más harina que la medida de jalá (un kilo y medio aproximadamente), pues es difícil para una persona amasar eficiente y rápidamente una cantidad mayor y se teme que partes de la masa puedan leudar. A posteriori, si se amasa una cantidad mayor, mientras no haya permanecido inmóvil dieciocho minutos y no exhiba señales de fermentación la matzá será kasher (ídem 456:1-2).

Cuando varias personas se ocupan simultáneamente del amasado, cortado y alisado de la masa, según algunos juristas es posible elaborar una cantidad mayor y así muchos acostumbran a hacerlo. Sin embargo, a priori, corresponde ser más estrictos y no amasar de una vez una cantidad mayor a la estipulada por nuestros sabios (Mishná Berurá 456:7).

Cuando el amasado se lleva a cabo por medio de una máquina, se acostumbra, a priori, elaborar grandes cantidades.

No se debe amasar en un sitio caliente, pues la temperatura elevada acelera la fermentación. Por lo tanto, no se amasa en exposición al sol, y en un día de excesivo calor («sharab») no se amasa a la intemperie o en la proximidad de una ventana (Shulján Aruj 459:1). A posteriori, si se amasó en un sitio caliente y la masa no exhibe señales de fermentación – la matzá será kasher (ídem 459:5).

A priori, no se debe dejar reposar la masa ni siquiera un instante (ídem 459:2). En caso de que las manos de quien amasa se hubieren calentado deberá refrescarlas con agua fría, y hay quienes tienen la precaución de refrescar sus manos de tanto en tanto durante el proceso del amasado (Mishná Berurá 459:27).

08. Otras reglas referentes a las matzot

Se debe calentar muy bien el horno para que inmediatamente después de introducir la masa en su interior esta comience a hornearse, pues si la temperatura no ha de ser suficientemente alta la masa puede leudar antes de hacerse. Asimismo, es claro que no se debe hornear al sol, y de haberlo hecho, aunque la temperatura haya sido muy elevada y sea claro que la masa no leudó, con esta matzá no se cumple con el precepto de la ingestión en la noche del quince de Nisán, pues ésta es llamada «pan de la pobreza» y si se horneó al sol no entra en la categoría o denominación de pan (Shulján Aruj HaRav 461:6).

Sin embargo, no es necesario hornear las matzot directamente al fuego, sino que también se puede hornear haciéndolo arder debajo de una chapa o una superficie cerámica, de modo tal que al colocar la masa sobre estas se cocine perfectamente ya que se encuentran a una muy elevada temperatura (Shulján Aruj 461:2). Asimismo, se puede hornear en un horno eléctrico, puesto que se calienta mediante cuerpos metálicos incandescentes que se asemejan al fuego. Empero, existe duda respecto de las matzot hechas en un horno de microondas, ya que hay juristas que sostienen que no son aptas para cumplir con el precepto de ingerir pan ácimo la noche del quince de Nisán pues no se hornearon al fuego (para Rabí Shlomo Zalman Auerbach estas matzot no son aptas y según el Rabino Israelí sí lo son, Mikraei Kodesh Harari p. 335).

No se adorna las matzot con dibujos, no sea que para efectuarlos se mantenga la masa en reposo y en el ínterin leude. En Pesaj no se hace una matzá de un grosor mayor a un palmo («tefaj» 7.6 cm.) pues se teme que el fuego no logre cocerla adecuadamente y entonces ésta fermente (Shulján Aruj 460:4-5). Empero, está permitido elaborar matzá cuyo grosor sea levemente inferior a un palmo. La usanza de los judíos ashkenazíes es elaborar matzot finas y duras para que de esa forma el fuego las pueda cocer bien y casi que no cabe temer que puedan poseer jametz (ver Ramá 460:4). Entre los sefaradíes hay quienes acostumbran a hacer matzá del grosor de un dedo y otros acostumbran a hacerla crocante como los ashkenazíes, ya que la hornean varios días antes de Pesaj y en caso de que no sean finas y crocantes no se conservan bien hasta la fiesta (Kaf HaJaím 460:44).

No se cumple con el deber de ingerir matzá mediante panes ácimos robados o hurtados (Shulján Aruj 454:4). A veces, una persona toma matzá sin pagarla de inmediato, pero en caso de que el vendedor exprese su deseo de recibir el pago en el acto, el adquirente deberá abonar lo que se le pide. En caso de que el vendedor sea quien va tras el comprador en procura de que le abone y el adquirente le responde con esquivos, este último no habrá de cumplir con el precepto de ingerir matzá pues los panes ácimos no le pertenecen (Mishná Berurá 454:15).

01. Prohibición de realización de labores en víspera de Pesaj

En tiempos en los que el Sagrado Templo de Jerusalém estaba en pie, la persona que traía una ofrenda tenía prohibido realizar labores durante toda esa jornada pues tenía el carácter de día festivo («Yom Tov»), y por lo tanto no correspondía que realizase labores mientras su sacrificio personal era ofrendado sobre el altar. Lo mismo ocurre el día de la víspera de Pesaj, día en el cual todo el pueblo de Israel debe elevar su Korban Pesaj y por lo tanto es un día festivo para todos. Sin embargo, dado que el horario del sacrificio es a partir del mediodía la prohibición de realización de labores aplica desde ese momento. Después de la destrucción del Templo el decreto se mantuvo igualmente inamovible, por lo que queda prohibido realizar una labor ´importante´ (como una ´labor madre´ -Av Melajá-) el día catorce de Nisán pasado el mediodía. Esta norma tiene además otro motivo, el de evitar que la persona esté sumida en sus quehaceres y olvide quemar su jametz y preparar las matzot, el vino y demás enseres para la noche del Seder.

En algunos sitios se acostumbró a adoptar una actitud más estricta y allí las personas se abstuvieron de realizar labores desde la mañana del día catorce de Nisán, siendo esta práctica de carácter obligatorio en esos ámbitos. Empero, en la práctica, la usanza aceptada en todas partes es permitir desarrollar tareas hasta mediodía.

Si bien nuestros sabios decretaron que debemos abstenernos de realizar labores importantes en toda víspera de Shabat para así disponer del tiempo necesario para poder realizar los diversos aprontes, en víspera de Pesaj la norma es de carácter más estricto. Nuestros sabios dijeron que quien realiza labores en víspera de Shabat no verá en ellas señal de bendición, mientras que quien realizaba labores en la víspera de Pesaj era castigado socialmente con aislamiento («menudé»). Respecto de la víspera de Shabat se sentenció para la halajá que la prohibición de realizar labores entra en vigor a partir del horario de «Minjá Ketaná», esto es, unas dos horas y media temporales o halájicas previo a la puesta del sol, mientras que en víspera de Pesaj la prohibición entra en vigor a partir del mediodía.

02. ¿Qué labores está prohibido realizar?

La prohibición de realización de labores en la víspera de Pesaj pasado el mediodía se aplica a labores completas de las que las personas suelen ganarse el sustento, como coser ropa, fabricar muebles o plantar retoños. Sin embargo, está permitido cocinar, limpiar la casa o viajar hacia donde se habrá de celebrar la fiesta. En términos generales, la prohibición de realizar labores en la víspera de Pesaj se asemeja en gran medida a la prohibición de realizar labores en los días festivos intermedios («jol hamoed») y en cierta manera es un tanto más leve que en estos. Por lo tanto, todo aquello que fue permitido por nuestros sabios realizar en «jol hamoed» está permitido hacerlo en víspera de Pesaj.

Existen tres tipos de labor: labor completa («melajá guemurá»), labor de elaboración por parte de un artesano («melejet umán letikún») y labor de un amateur («melejet hediot»). Labores completas tales como la costura de vestimenta, la elaboración de muebles o el corte de cabello están prohibidas aunque se realicen gratuitamente, empero, un arreglo de ropa aunque requiera de la intervención de un artesano no se la considera labor completa. Por lo tanto, estará prohibido realizar una reparación de ropa a cambio de un pago mas estará permitida si es gratuita y necesaria para la fiesta. Una labor amateur que se realiza para la fiesta, por ejemplo, un pequeño arreglo que todos saben realizar como coser un botón, estará permitida incluso por dinero a condición de que se trate de un trabajo ocasional. Asimismo, una persona puede escribir resúmenes e innovaciones de su estudio. Empero quien obtiene su sustento tipeando o copiando no podrá hacerlo pues para él se trata de una labor completa (Shulján Aruj 468:1-2).

Si bien está prohibido cortarse el pelo pasado el mediodía, está permitido afeitarse con una afeitadora personal pues se trata de una labor amateur. Asimismo, está permitido planchar ropa, lustrar zapatos y cortar las uñas pasado el mediodía como preparativo para la fiesta. Hay quienes cumplen la norma con excelencia afeitándose y cortándose las uñas antes del mediodía.

Tal como dijimos, todas las labores que está permitido realizar en «jol hamoed» se pueden efectuar también pasado el mediodía de la víspera de Pesaj. Estos son los cinco tipos de permisos de realización de labores existentes en jol hamoed: a) Labores artesanales o profesionales pagas destinadas al cuidado del cuerpo y especialmente a la preparación de la comida festiva. b) Labores amateur pagas o labores profesionales gratuitas al servicio de los menesteres festivos. c) Una labor destinada a evitar una pérdida significativa se permite incluso mediante un artesano o profesional pago. d) Labores necesarias para la comunidad o para el cumplimiento de un precepto. e) Una persona necesitada que carece de dinero para adquirir los enseres de la fiesta tiene permitido realizar cualquier trabajo para poder comprarlos (Pninei Halajá Moadim caps. 11 y 12).

03. El ayuno de los primogénitos

Los primogénitos judíos acostumbran ayunar en víspera de Pesaj en recuerdo del milagro del que fueron beneficiados en Egipto cuando todos los primogénitos egipcios fueron muertos y los israelitas sobrevivieron.

A los efectos de aclarar el significado de la décima plaga con la que fue azotado Egipto es necesario explicar que todo primogénito, amén de ser el mayor de los hermanos, encierra en su interior una expresión de originalidad pues al nacer una nueva generación en la familia comenzó a manifestarse. Por lo tanto, sobre el primogénito recae una gran responsabilidad. Si opta por el camino del bien ha de revelar la raíz de lo novedoso, el más importante de los fundamentos que es la fe en el Creador del mundo y sus hermanos irán en pos suyo. En caso de elegir el mal camino negará la Divinidad ensoberbeciéndose al pensar que su persona es la más grande e importante, dedicándose a ensalzar su honor y satisfacer sus bajas pasiones. Este fue el gran pecado de los egipcios que se creían dueños del mundo y negaron a HaShem, y cuando se les ordenó que liberen a los hijos de Israel para que puedan servir a su D´s y recibir la Torá se obstinaron en retenerles y no les permitieron salir. El Faraón, que a su vez era primogénito, fue quien lideró la altivez y la herejía egipcias. El primer día de Pesaj posee también un aspecto de ´primogenitura´, pues es el primer día en el cual D´s comienza a revelarse en el mundo. Hasta ese entonces ocurrieron milagros personales a personas determinadas y desde entonces HaShem comenzó a manifestarse por medio de una nación entera, el pueblo de Israel.  Cuando llegó el gran día destinado a revelar el fundamento de la fe en el mundo en las cortes celestiales surgió una gran acusación contra los primogénitos egipcios que negaron a HaShem, se empecinaron e impidieron la revelación de la Luz Divina por medio del pueblo de Israel. Al iniciarse la Revelación Divina, a la medianoche, fueron castigados y diezmados. Entonces, los primogénitos israelitas que expresaban su fe en D´s mediante el sacrificio de un cordero que era un dios del panteón egipcio y la posterior unción de la sangre del animal en los postes y los dinteles de las puertas con gran entrega y sacrificio, se salvaron y fueron consagrados.

Cada año tenemos el privilegio de poder revivir esta noche especial que es la del Seder de Pesaj en la cual se manifiesta la raíz misma de la fe. Empero, al ir anocheciendo surge y va tomando fuerza una acusación en las cortes celestiales contra los primogénitos y se exige saber si están realmente conectados a la Torá, a sus preceptos y si revelan el Nombre Sagrado de D´s como corresponde. Por ello, en virtud de esta revisión celestial los primogénitos judíos acostumbran ayunar y retornar a D´s en la víspera de Pesaj.

Este es el más leve de los ayunos existentes pues todos los demás fueron establecidos por los sabios, mientras que este es una costumbre que muchos primogénitos llevaron a la práctica, pero nunca fue establecido por nuestros maestros como norma obligatoria y por esta razón su gravedad suele ser más leve. Por ejemplo, quien sufre de dolor de cabeza o de ojos, aunque no se lo considere enfermo está exento del ayuno de los primogénitos mientras que en esa circunstancia está obligado a cumplir con los demás ayunos. Asimismo, quien teme que en caso de ayunar no podrá cumplir adecuadamente los preceptos específicos de la noche del Seder como ingerir matzá y relatar la salida de Egipto – es mejor que no ayune. Además, se acostumbra que todo aquel que participa en ese día de una comida de mitzvá está exento de ayunar (Birjei Iosef 470, Mishná Berurá 470:2:10).

04. ¿Sobre quién recae este ayuno?

A los efectos de este ayuno existen dos clases de primogénitos, ya que en Egipto murieron todos ellos durante la décima y última plaga. El primer tipo de primogénito es el primer hijo del padre que es quien hereda el doble en la parcela familiar. Aunque la madre ya haya tenido hijos anteriormente de otro matrimonio o si un embarazo anterior a este primogénito culminó en aborto por lo que no es el primero de su madre y está exento de redención («pidión haben»), de todas maneras, por ser el primero del padre a los efectos de la herencia recae sobre él el ayuno.

El segundo tipo es el primerizo por parte de la madre, el cual abrió su matriz («peter rejem») y requiere de redención del primogénito («pidión haben») aunque a su padre ya le hayan nacido anteriormente otros hijos con otra mujer, por lo que éste no hereda doble porción en la parcela familiar. En caso del primer hijo de la mujer que haya nacido mediante cesárea, por cuanto que no resulta primogénito ni para la herencia ni para la redención, no precisa ayunar en víspera de Pesaj (Kaf HaJaím 470:3, y hay quienes de todas maneras cumplen con excelencia y participan de una comida de mitzvá por la culminación del estudio de un tratado de la Torá Oral).

Los primogénitos de entre los cohanim y los levitas acostumbran también ayunar, y aunque la Torá los eximió de la necesidad de redención («pidión haben») igualmente son primerizos (Mishná Berurá 470:2).

Una hija primeriza no tiene el deber de ayunar y si bien hay quien entiende que en Egipto también murieron primogénitas, la usanza extendida es que no ayunen (Ramá 470:1, Jidá y Ben Ish Jai).

En el caso de quien le nace un primer hijo, aunque el padre no lo sea, se acostumbra que éste ayune hasta que su vástago alcance la mayoría de edad (Ramá 470:2). En caso de que el padre también sea primogénito, su ayuno se considera como si fuera del hijo y si participa de una comida de mitzvá y queda exento de ayunar – exime también a su hijo.

Cuando la víspera de Pesaj cae en Shabat se acostumbra a pasar el ayuno para el jueves.

05. La costumbre de usar la conclusión de un tratado del Talmud como motivo de exención del ayuno

La mayoría de los primogénitos, en la víspera de Pesaj acostumbra participar de una ceremonia de conclusión del estudio de un tratado del Talmud inmediatamente después del rezo de Shajarit y una vez que ésta llega a su fin se trae algo de comida y todos prueban de ella. En este caso, los primogénitos tienen permitido servirse de los alimentos ya que se trata de una comida de mitzvá en la cual nos alegramos por el cumplimiento del precepto de estudiar la Torá y la conclusión de un tratado. Dado que los primogénitos quiebran su ayuno en esta comida de mitzvá, quedan exentos de continuar absteniéndose de comer.

De todas maneras, en las últimas generaciones los juristas han debatido a este respecto. Algunos adoptaron una actitud más estricta y dictaminaron que sólo quien culmina por sí mismo el estudio de un tratado del Talmud puede participar de la comida de mitzvá, pero los demás primogénitos que no están tan vinculados a la alegría de la ocasión no pueden con ella quebrar su ayuno mediante la celebración de su colega. Esto es especialmente relevante al caso de los que culminan tratados y no acostumbran celebrar comidas de mitzvá durante todo el año, así como de los primogénitos que no acostumbran participar de las celebraciones de culminación de sus amigos, y solamente previo a Pesaj se celebran culminaciones para todos los primeros hijos y parece que no vienen a alegrarse con el cumplimiento del precepto de la «Seudat Mitzvá» sino a liberarse del ayuno. Además, ocurre que muchas veces quien culmina el tratado no lo hace exactamente antes de Pesaj sino una o dos semanas antes y posterga la celebración para la víspera de la fiesta para quedar exento del ayuno mediante una comida de mitzvá. En opinión de los juristas más estrictos esta conducta no es correcta pues lo principal de la alegría tiene lugar al concluir el estudio y no al leer las últimas líneas para poder llevar a cabo una culminación en víspera de Pesaj (Teshuvá Meahavá II 261, Nodá Biehudá).

Sin embargo, la práctica aceptada es respaldarse en los juristas más flexibles que entienden que todos los participantes de la comida de mitzvá quedan exentos de ayunar, aunque durante el resto del año no acostumbren a participar de este tipo de eventos y aunque hayan pospuesto la conclusión del tratado para la víspera de Pesaj. El motivo de este dictamen es que en la práctica corresponde alegrarse ante la conclusión de un tratado del Talmud y la comida que se sirve es de mitzvá. Además, el ayuno de los primogénitos tiene su origen en la costumbre y no en un decreto obligatorio; el mismo no es mencionado ni por el Talmud ni por Rambám y algunos de los sabios medievales más importantes (Rishonim) entienden que los primogénitos no están obligados a ayunar en víspera de Pesaj, y en cada oportunidad en que nos encontramos ante una discusión de índole rabínica la postura más flexible es la que prevalece. Otro argumento es que en las últimas generaciones no estamos acostumbrados a ayunar con frecuencia y si los primogénitos van a ayunar es probable que se vean afectados los preparativos para la fiesta y en la noche del Seder van a tener prisa en terminar la lectura de la Hagadá para dar por terminado el ayuno. Solamente quien sabe que el ayuno no habrá de afectar sus preparativos para la fiesta ni su cumplimiento de los diversos preceptos en la noche del Seder podrá ser estricto consigo mismo y ayunar en la víspera de Pesaj. Esta fue la usanza del Rav Kuk y la de su hijo mi maestro el Rabino Tzví Iehuda Kuk, ambos dos primogénitos que ayunaban en la víspera de Pesaj.

Una ceremonia de conclusión de estudio en la cual todos los participantes quedan exentos de ayunar es aquella en la que se termina de estudiar un tratado del Talmud Babilonio o del Jerosolimitano o la conclusión del estudio de los seis órdenes de la Mishná, a condición de que el estudio haya implicado la cabal comprensión del texto y no solamente una simple lectura.

06. La prohibición de comer matzá el día catorce de Nisán

Nuestros sabios prohibieron comer matzá en la víspera de Pesaj para que su ingestión resulte provechosa por la noche y para que pueda distinguirse o diferenciarse entre la ingestión de matzá anterior a Pesaj y la de la matzá preceptiva en la noche del Seder. Esta prohibición recae también sobre niños pequeños que entienden que el significado de la matzá es un recordatorio de la salida de Egipto. Sin embargo, está permitido dar de comer matzá en víspera de Pesaj a niños pequeños que todavía no entienden su significación.

La prohibición entra en vigor con el despuntar del alba y hay quienes son más estrictos y se abstienen de comer matzá desde el inicio del mes de Nisán, otros se abstienen treinta días antes de iniciarse la fiesta. Sin embargo, desde el punto de vista de la norma está prohibido comer matzá únicamente el día catorce de Nisán (Mishná Berurá 471:12).

En las bases del ejército de Israel y en los hospitales se acostumbra eliminar el jametz varios días antes de Pesaj, pues de no hacerlo así se teme que quede leudo en las cocinas y en los campamentos. A los efectos de que los soldados y los pacientes puedan alimentarse, en los días previos a Pesaj se les sirve matzot y de todas maneras en víspera de la fiesta los comensales deben abstenerse de ingerirlas.

La prohibición de ingerir matzot en la víspera de Pesaj aplica también a pequeños trozos de ésta que fueron amasados con aceite o con vino, tal que aunque esta mezcla sea horneada, mientras que la forma de la matzá sea distinguible en los trozos, la bendición anterior a su ingesta es «hamotzí lejem min haaretz» y está prohibido comerlos el catorce de Nisán. Sin embargo, si los trozos de matzá amasados y horneados perdieron su forma original su bendición será «boré minei mezonot» y se pueden comer en la víspera de Pesaj (así parece desprenderse de lo escrito por Ramá 471:2 y Mishná Berurá 19-20). Hay juristas que son más estrictos en esta cuestión y consideran que aunque la matzá haya sido molida y transformada en harina, posteriormente amasada con aceite o algún líquido dulce y de la mezcla resultante se horneó un pastel o galletas sin que ésta conserve en absoluto la forma original de la matzá – igualmente estará prohibido ingerirla. Esto se debe a que la bendición de «hamotzí» todavía recae sobre este alimento ya que de ingerirse una cantidad determinada se trataría de una comida importante («keviat seudá») que demandaría bendecir «hamotzí» por lo tanto continúa llamándose «matzá» y la prohibición de ingesta de matzá en la víspera de Pesaj recae también sobre artículos elaborados a base de harina de matzá (Gaón de Vilna, Rav Kuk, Jazón Ovadiá).

Sin embargo, si de las migas de matzá se hicieron «kneidlaj» o «matza balls» y fueron cocinadas, todas las opiniones concuerdan que se pueden ingerir en víspera de Pesaj pues tras la cocción los trozos de matzá dejan de denominarse como tales; aunque se coma de este platillo una cantidad que implica una comida importante («keviat seudá») su bendición será «boré minei mezonot» por cuanto que se trata de una comida que fue cocida y no horneada (Mishná Berurá 20). Incluso si se cocinó una matzá entera cuyo volumen es de un «kezait» (29 gr.), aunque su bendición es «hamotzí» la mayoría de los juristas considera que se puede comer en víspera de Pesaj (como se explica más adelante cap. 14).

07. En resumen: ¿cuáles alimentos pueden ingerirse en víspera de Pesaj?

Tal como aprendimos, a mediodía del catorce de Nisán comienza, según la Torá, la prohibición de ingerir jametz, y a los efectos de erigir un vallado protector en torno a la norma original nuestros sabios agregaron dos horas. De esto se desprende que en víspera de Pesaj se puede comer jametz hasta el final de la cuarta hora temporal o halájica y tal como es dable ver en las tablas horarias existen dos maneras de calcularlas: según el método de Maguén Abraham se comienza a contar desde que despunta el alba («alot hashajar») y según el método del Gaón de Vilna («Grá») desde la salida del sol. A priori, es conveniente ser más estricto y terminar de comer jametz hasta el final de la cuarta hora según el cálculo de Maguén Abraham, mas en caso de necesidad, por cuanto que la prohibición de comer jametz pasada la cuarta hora es de origen rabínico se puede adoptar una actitud más flexible y hacerlo según el cálculo del Gaón de Vilna (arriba 3:6).

Una vez pasadas las cuatro horas surge un problema para aquellas personas que acostumbran a no comer legumbres («kitniot») en Pesaj y es qué pueden comer para quedar satisfechos. Está prohibido ingerir tanto jametz como legumbres, y nuestros sabios prohíben comer matzá el día catorce para que les resulte apetitiva en la noche del Seder. Respecto de pasteles o galletas elaboradas a base de harina de matzá vimos en la halajá anterior que las opiniones de los juristas están divididas. En la práctica, en un caso de duda respecto de una norma rabínica está permitido adoptar una actitud más flexible y quien sea más estricto será bendecido. «Kneidlaj» elaborados a base de harina de matzá cocida – según todas las opiniones se pueden ingerir.

En el caso de matzá enriquecida («matzá ashirá»), esto es, harina que fue amasada con jugo de fruta, vino o aceite según la usanza de los judíos sefaradíes estará permitido ingerirla tanto en Pesaj como en su víspera, mas para los ashkenazíes su consumo estará prohibido (Shulján Aruj 462:1-4). Actualmente, en virtud de las grandes dudas que se despertaron respecto del proceso de elaboración de la «matzá ashirá», muchos de los juristas, entre ellos también sefaradíes, consideran que corresponde abstenerse de ingerirla inclusive en la víspera de Pesaj pasado el mediodía (arriba 8:1).

Para quienes sí acostumbran ingerir «matzá ashirá» (que fue elaborada de un modo confiable en cuanto a su kashrut), pueden ingerirla hasta el final de la novena hora temporal del día («shaá zemanit»). Empero al comenzar la décima, unas tres horas comunes antes de iniciarse la fiesta, nuestros sabios prohibieron ingerir todo tipo de alimentos elaborados a base de harina cuya bendición es «boré minei mezonot», para poder comer las matzot y la cena festiva con mayor apetito en la noche del Seder. Quien sienta apetito en esas horas puede ingerir frutas, verduras, carne o pescado siempre y cuando lo haga moderadamente para tener apetito por la noche. En el caso de quien sea muy sensible y de comer carne u otro alimento al mediodía ya no llegará con apetito a la cena – debe planificar sus comidas durante el día catorce de tal manera que por la noche coma las matzot con apetito (Shulján Aruj 471:1-2).

08. El horneado de las matzot y el recitado del orden del sacrificio de Pesaj («Seder Korban Pesaj»)

Hay quienes extreman excelencia en su práctica y acostumbran hornear las matzot mitzvá (aquellas con las que habrán de cumplir el precepto de ingerir matzá en la noche del Seder n. de t.) pasado el mediodía del catorce de Nisán, que era el tiempo apropiado cuando se sacrificaba el cordero de Pesaj («Korbán Pesaj») (Shulján Aruj 458:1). Muchos acostumbran a no hornear las matzot pasado el mediodía pues implica un gran esfuerzo y en ese tiempo se suele estar ocupado con los preparativos caseros previo al Seder. Hay juristas que sostienen que conviene hornear las matzot antes por temor a una posible fermentación, ya que en esa hora una ínfima porción de jametz transforma en prohibida toda la masa mientras que antes del mediodía si la masa leudó levemente se anula en sesenta partes y ya no vuelve a tornarse activo («jozer vene´or») una vez entrada la fiesta (Mishná Berurá 458:3, arriba 7:1). Nuestro maestro, el Rav Kuk de bendita memoria, no horneaba matzot pasado ya el mediodía de la víspera de Pesaj (Moadei HaReaiá p. 284).

Se acostumbra recitar el orden del sacrificio de Pesaj («Seder Korbán Pesaj») tras el rezo de Minjá de la víspera de la fiesta. Este orden incluye versículos relativos a la elevación de esta ofrenda. Nuestros sabios, de bendita memoria, dijeron que tras la destrucción del Templo de Jerusalém, recitar y estudiar el orden de la ofrenda de los sacrificios se considera en cierta manera como sustituto de su realización (Talmud Babilonio Tratado de Meguilá 31(B)).

El Maharal de Praga (Guevurot HaShem 5:36-37) enseña que el tema central del sacrificio pascual es la expresión o manifestación de la Unicidad de D´s y como derivación de ésta, la manifestación de la unidad del pueblo de Israel que tiene por cometido revelar el Nombre de D´s en el mundo. Por esta razón el sacrificio de Pesaj se come en grupo («javurá»), el cual se acordó con anterioridad a la faena para que al efectuarse se trate de una ofrenda colectiva de personas que se reunieron especialmente con ese propósito. Durante el Seder está prohibido ir de grupo en grupo para no alterar su unidad. El sacrificio pascual se ingiere con matzá y con maror a los efectos de manifestar la unidad intrínseca de los diferentes valores insinuados en «Pesaj» (ofrenda pascual), «matzá» y «maror». La Torá nos ordena asar la ofrenda pascual pues ello unifica la carne y está prohibido que algún hueso del cordero se quiebre pues ello simboliza desconexión.

En tiempos en los cuales no podemos ofrendar el sacrificio pascual la Unicidad de D´s no se revela en el mundo como corresponde, y los judíos están dispersos y divididos entre sí. Quiera D´s que se construya el Sagrado Templo pronto en nuestros días y que tengamos el mérito de ofrendar todos juntos el sacrificio pascual como otrora. «Altísimo que moras en los altos, yergue a esta incontable congregación y dirige a tus retoños para plantarlos ya redimidos en Sión con grande algarabía».

01. El orden de la eliminación del jametz y las tres comidas

Cuando el día catorce de Nisán cae en Shabat, se revisa el jametz recitando la bendición correspondiente en la noche del jueves, comienzo del trece de Nisán (viernes), ya que en el día sábado no se pueden efectuar ni su revisación ni su eliminación. Una vez concluida la revisación se lo anula como todos los años. A la mañana siguiente, que es viernes, se quema el jametz encontrado y es bueno hacerlo hasta la sexta hora a fin de que no se cometan errores a ese respecto los demás años (Shulján Aruj 444:1-2). Asimismo, se debe dejar jametz para las dos primeras comidas sabáticas.

Si en víspera de Pesaj estuviese permitido ingerir matzot, las comeríamos en las comidas del Shabat, para no tener complicaciones con el jametz. Pero dado que está prohibido comer matzá en víspera de Pesaj para que esta nos resulte apetecible y deseada en el momento de su ingestión preceptiva (noche del Seder de Pesaj, arriba 13:6), debemos dejar pan jametz para las dos primeras comidas de Shabat. Para no complicarse con comida jametz tan próximo al inicio de la fiesta, muchos acostumbran cocinar para este sábado platillos «kasher lePesaj» (aptos para Pesaj n. de t.) e inician la comida sabática con el kidush y la ingestión de pan jametz con algún tipo de ensalada en una habitación de la casa que no está destinada a fungir como comedor durante Pesaj. Tras concluir la ingesta del pan los comensales se lavan las manos, sacuden su ropa de posibles migas y pasan al sitio que hará de comedor durante Pesaj y allí se comen los platillos preparados para ese sábado.

La primera comida sabática tiene lugar en la noche del viernes y la segunda el sábado por la mañana. Esta segunda comida debe concluirse hasta el final de la cuarta hora temporal o halájica del día, pues este es el plazo límite para la ingesta de jametz en víspera de Pesaj (el horario suele ser publicado en los medios de comunicación comunitarios, ver arriba 3:6). Para poder terminar de comer en ese horario es menester adelantar el rezo de Shajarit de ese sábado.

Tras la segunda comida sabática se recogen todos los restos de jametz de las fuentes (bowls) y del mantel y, como en Shabat no se los puede quemar, es bueno arrojarlos al inodoro y de esa manera quedarán definitivamente eliminados. A los efectos de que la eliminación del jametz en Shabat sea lo más sencilla posible, se acostumbra planificar el menú sabático de modo tal que sea fácil recoger los restos finales de jametz y eliminarlos. Luego es necesario anular el jametz recitando la fórmula correspondiente hasta el final de la quinta hora. Una vez concluida la segunda comida es menester cepillarse bien los dientes (arriba 11:12).

En la tercera comida del Shabat nos enfrentamos a un problema pues está prohibido ingerir jametz desde el final de la cuarta hora, pero tampoco se puede ingerir matzá el día catorce de Nisán. Por esta razón cumplimos con esta comida ingiriendo carne, pescado y frutas (Shulján Aruj 444:1). Asimismo, está permitido comer kneidlaj o «matza balls» y en la opinión de muchos juristas se permite también cocinar matzot enteras y comerlas. De todas maneras, esta tercera comida no debe ser abundante para poder comer matzá por la noche con apetito.

02. Más reglas

En caso de caer víspera de Pesaj en Shabat se adelanta el ayuno de los primogénitos para el jueves, que es doce de Nisán (Shulján Aruj y Ramá 470:2). Ya aprendimos (13:5) que actualmente se acostumbra concluir el estudio de un tratado del Talmud en vez de realizar el ayuno.

A los efectos de no demorar el inicio del Seder es bueno tener preparado todo lo necesario para el mismo desde el viernes: cocinar los diferentes platillos, preparar el jaroset, el maror, el zeroa y luego congelarlos o mantenerlos en el refrigerador. Solamente después de concluido el Shabat se debe sacarlos de la nevera, ya que está prohibido preparar durante el Shabat lo necesario para la fiesta. Tampoco se puede poner o tender la mesa del Seder en Shabat pues no se puede preparar en Shabat para Yom Tov, por lo tanto la mesa se coloca inmediatamente después de acabado el sábado. En caso de que no se hayan preparado los diferentes platillos ni la keará (platón alegórico de Pesaj) antes de Shabat, deben prepararse de inmediato con su conclusión.

Antes de Shabat deben prepararse candelabros dobles, para Shabat y para Yom Tov, pues no se permite fijar velas en la fiesta. En caso de no haberse preparado con antelación se permite introducir las velas en el candelabro sin pegarlas (Pninei Halajá Moadim 2:2).

01. Y le contarás a tu hijo en ese día

Es un precepto positivo de la Torá relatar acerca de la salida de Egipto en la noche del quince de Nisán, y cuanto más nos extendamos y profundicemos en el relato, aclarando la gran generosidad que el Eterno nos prodigó salvándonos de los egipcios y vengando nuestro oprobio, explicando las señales y las maravillas que HaShem mostró entonces sobre la tierra en nuestro favor, elucidando las leyes festivas y alabando a HaShem – ello merece ser elogiado.  El precepto principal es relatarle lo sucedido a los niños, tal cual está escrito (Shemot-Éxodo 13:8): «y habrás de narrar a tu hijo, en aquel día, diciendo: Por causa de esto ha hecho HaShem para mí (portentos) al salir yo de Egipto«. Sin embargo, quien carece de hijos está igualmente preceptuado por la Torá de recordar la salida de Egipto en la noche del Seder, tal cual está escrito (ídem vers. 3): «Ha de recordarse el día, éste, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de esclavitud; ya que con la fuerza del Poder os ha sacado HaShem a vosotros de aquí«.

Dos preceptos nos ordenan educar a los niños: primeramente, enseñarles Torá para que puedan entender el mundo correctamente y vivir en él según el camino de D´s; lo cual incluye acostumbrarlos a cumplir los preceptos pues no se le puede enseñar a un niño el precepto del Shabat o de la kashrut, entre otros, sin acostumbrarlos en el cumplimiento práctico (Pninei Halajá Shabat 24:1). En segundo término, estamos preceptuados de relatarles a los niños la salida de Egipto en la noche del Seder. Aparentemente esto nos presenta una pregunta ya que podría incluirse el relato de la salida de Egipto en el marco del precepto general de enseñarle al niño Torá, y, de hecho, ¿qué se agrega específicamente en la noche del Seder? La respuesta apunta a que el propósito de esta noche es el de transmitir a los niños los fundamentos de la fe que anteceden al estudio común o rutinario de Torá. Nuestros pequeños deben saber cómo se formó el pueblo de Israel, que HaShem lo escogió de entre todas las naciones, le encomendó el gran cometido de recibir la Torá y traer al mundo la posibilidad de la reparación total («Tikún Olam»[1]). Los progenitores no habrán de vivir en este mundo eternamente y los niños son quienes deberán portar sobre sus hombros la transmisión de la tradición, del gran rol que le reservó el Eterno al pueblo de Israel hasta completar esa reparación, el «tikún» que mencionamos. Ese es el mensaje de la noche del Seder y todos sus preceptos apuntan a transmitirlo.

La obligación de estudiar Torá también se aprende del versículo «Las enseñaréis a vuestros hijos a hablar de ellas» (Devarim-Deuteronomio 11:19), de lo cual nuestros sabios explican que para quien es preceptivo enseñarle a su hijo, él mismo debe aprender (Talmud Babilonio Tratado de Kidushín 29(B)). De esto podemos deducir que el tema central de la Torá es prodigar vida en el mundo e incrementarla y no solamente elevar a quienes la estudian. Por ello, la Torá destacó en este precepto, el de enseñar a los hijos, su propósito esencial que es el de influenciar positivamente a todo el pueblo de Israel por todas las generaciones; y de esto se desprende que cada judío individualmente está preceptuado de estudiar Torá según su capacidad. Esto y más, cuando una persona estudia con el propósito de enseñar, su aprendizaje es más intenso y profundo. Otro tanto ocurre con el precepto de relatar la salida de Egipto, su énfasis primario es transmitir la responsabilidad de detentar la tradición a los hijos, y en virtud de ello es claro que los padres habrán de profundizar en la comprensión de su rol para ser dignos del propósito superior que el Eterno le reserva al pueblo de Israel.


[1].  Tikún Olam es el concepto del judaísmo que significa «reparar el mundo», lo que sugiere la responsabilidad compartida de la humanidad para curar, reparar y transformar el mundo. La expresión Tikún Olam ya se utiliza en la Mishná en el siglo II de la EC en la frase «Mip´nei Tikún Haolam (por el bien del tikún del mundo) para indicar que una práctica debería ser seguida no porque es exigida por la ley bíblica sino porque ayuda a evitar la falta de armonía social (Mishná Guitín 4:2, Talmud Babilonio Tratado de Pesajim 88(B)) (N. de Ed.).

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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