Pninei Halajá

01. La anulación del jametz de noche y de día

Tal como ya aprendimos (arriba 3:4) se cumple con el precepto de cesar el jametz de dos maneras: mediante la acción práctica y mediante el pensamiento. El orden para la cesación del jametz consiste en cuatro pasos: la revisación del jametz y posteriormente su primera anulación que se lleva a cabo en la noche del 14 de Nisán, la eliminación del jametz al día siguiente y su posterior segunda anulación. Habiendo ya estudiado las halajot de la revisación del jametz pasemos a estudiar las correspondientes a su anulación.

Inmediatamente después de la revisación eliminamos el jametz de manera espiritual mediante la anulación.  A los efectos de simplificar esta labor se redactó un formato de anulación en idioma arameo pues fue compuesto en un tiempo en el cual las grandes masas judías entendían únicamente esta lengua.

Este es el formato de la anulación (versión ashkenazí): «Kol jamira Vejamía Deika Birshutei, Deló Jazitei Udeló Biartei, Livtil Ulehavei Hefker Keafra Deara», que puede también ser recitado en hebreo: «Kol Jametz Useor Sheiesh Birshutí, Sheló Reitiv Usheló Biartiv, Ibatel Vihié Keafar Haaretz» («Todo leudo o levadura que se encuentre en mi posesión y no lo haya visto y no lo haya eliminado que sea anulado y se transforme en polvo de la tierra»)  (En la versión sefaradí se recuerda solamente el jametz pues este incluye a la levadura. Asimismo, se recuerda solamente la cuestión de la anulación pues esta incluye la renuncia a su propiedad, ver Jazón Ovadiá p. 32).

Tras la eliminación práctica del jametz que tiene lugar en la mañana del día 14 de Nisán (tal como se vio en la halajá 3) este vuelve a ser anulado. Si bien ya fue anulado el 14 por la noche tras la revisación, esta primera anulación se refiere a aquel jametz que pasó desapercibido o que no se encontró al revisar, mientras que el jametz que se tiene la intención de ingerir en la cena y en el desayuno no se puede anular pues es de importancia para nosotros. Además, el jametz que encontramos tampoco es anulado porque tenemos la intención de cesarlo a la mañana siguiente mediante su quemado. Más aun, si tuviésemos la intención de anular por la noche el jametz que habremos de comer por la mañana esta sería una demostración de que en realidad se trató solamente de un formalismo y por lo tanto resultó inútil. Es así como en la noche anulamos únicamente el jametz que no logramos encontrar en la revisación y no aquel que guardamos para las comidas faltantes y para lo que será quemado. Dado que es posible que hayamos pasado por alto u olvidado parte de este jametz, lo volvemos a anular por la mañana para no incurrir en las prohibiciones de haber poseído y haber visto el jametz que poseemos. Es necesario tener el cuidado de anular el jametz hasta el final de la quinta hora, pues al entrar la sexta pasa a estar prohibido obtener beneficio de este y ya no es posible anularlo (Shulján Aruj Oraj Jaím 434:2).

El formato de la anulación de la mañana es levemente diferente al de la noche, pues en este último se anula solamente el jametz que no se encontró en la revisación, mientras que en el matutino se anula todo el jametz por completo. Este es el texto de la anulación de la mañana: «Kol Jamirá VaJamiá Deika Birshutei, Dejazitei Udeló Jazitei, Debiartei Udeló Biartei Libtil Ulehavei Hefker Keafra Deara«. Su traducción al hebreo es: «Kol Jametz Useor Sheiesh Birshutí, Shereitiv Ushelo Reitiv, Shebiartiv Usheló Biartiv, Ibatel Vihié Keafar Haaretz» («Todo leudo o levadura que se encuentra en mi posesión, si lo vi o si no lo vi, si lo eliminé o si no lo eliminé, que sea anulado y se transforme en polvo de la tierra»).

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