Pninei Halajá

11. La bendición sacerdotal («Birkat Cohanim»)

Es un precepto positivo de la Torá que los cohanim bendigan al pueblo de Israel, tal como está escrito (Bamidbar – Números 6:22-27): «Y le dijo el Eterno a Moisés: «Dile a Aharón y a sus hijos: ‘Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: Que el Eterno te bendiga y te guarde. Que el Eterno haga resplandecer Su rostro sobre ti y te de Su merced. Que el Eterno alce Su faz sobre ti y te conceda la paz. Y pondrán Mi Nombre sobre los hijos de Israel y Yo los bendeciré».

En la bendición sacerdotal aprendemos un hecho fundamental, y es que D´s es quien Nos bendice y por lo tanto el hecho de presenciarla a diario arraiga en nosotros esa convicción (Moré Nevujim III cap. 44, ver en Jinuj 378, Haakedá 74). Cuanto mayor sea nuestra conciencia del hecho de que el Santo Bendito Sea es quien bendice al pueblo de Israel con amor, más receptivos habremos de estar para recibir dicha bendición. El libre albedrío es el fundamento del mundo, y por ende la bendición que recibimos del Creador es proporcional a nuestro esfuerzo. En palabras de la Kabalá, «El despertar superior depende del despertar inferior». Esto significa que al despertarse en nuestro seno el deseo de recibir Su bendición, se activa la Voluntad Superior de bendecir al pueblo de Israel. Mediante el cumplimiento del precepto de la bendición sacerdotal, el pueblo de Israel expresa su deseo de recibir la Bendición Celestial.

En los días del sagrado Templo, los cohanim recitaban la bendición sacerdotal al concluir la ofrenda de los sacrificios. La Torá nos describe el octavo día posterior a la inauguración del tabernáculo y aquel en el que los cohanim comenzaron a servir en este, de la siguiente manera: «Y alzó Aharón sus manos hacia el pueblo y los bendijo, y descendió después de ofrecer la ofrenda por el pecado, la ofrenda ígnea que ascendía en su totalidad al Cielo (Olá) y el sacrificio pacífico» (Vaikrá– Levítico 9:22). De aquí vemos que la bendición sacerdotal tuvo lugar al concluir los sacrificios. Esto se debe a que tras la ofrenda de los sacrificios que expresan nuestra disposición a anularnos y entregar nuestras vidas en pos de D´s, somos dignos de recibir Su bendición.

Los sabios establecieron que fuera del área del Templo la bendición sacerdotal fuese recitada durante el rezo, ya que este suplanta a los sacrificios. Existe una similitud entre los sacrificios y el rezo en cuanto a que en ambos se manifiesta el anhelo de la cercanía con D´s, y así como los cohanim bendecían después de ofrendar los sacrificios, se estableció que realicen su bendición  al concluir la Amidá.

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