Pninei Halajá

06. ¿Es necesario revisar migas más pequeñas que la medida de un “kezait” (29 gramos)?

La revisación tiene por cometido buscar trozos de jametz mayores que un “kezait” pues por un trozo de jametz de este tamaño o mayor que se encuentre en el hogar se trasgrede las prohibiciones de poseer jametz y de ver el jametz que se posee. Empero, si el jametz es menor a un “kezait” no se incurre en estas dos prohibiciones. Se debe revisar todo sitio al cual se ingresa con jametz y en el caso de un hogar en el que viven niños pequeños se debe revisar en todo lugar que esté al alcance de sus manos, pero no en armarios o estantes altos a los cuales estos no llegan.

Hay quienes adoptan una actitud más estricta y entienden que la revisación tiene por cometido evitar que quede en la casa cualquier trozo de jametz apto para ser consumido, pues de ocurrir esto se teme que pueda ser ingerido durante la fiesta de Pesaj y entonces se trasgreda una prohibición de la Torá. Si bien no recae castigo sobre quien ingiere una cantidad de jametz inferior a un “kezait”, de todas maneras, la prohibición de la Torá aplica para trozos menores también. Según este argumento toda la casa debe ser minuciosamente revisada y se debe prestar atención a todas las pequeñas migajas que puedan ser jametz. Una revisación de este tipo en una casa promedio debe durar por lo menos dos horas. Sin embargo, en opinión de los juristas más estrictos tampoco se debe prestar atención a las pequeñas migajas que no muestran clara evidencia de ser alimento. De igual manera, no se debe prestar atención a migajas sucias que no son dignas de consumo humano. Por ejemplo, no es necesario revolver en las ranuras que separan a las baldosas, por cuanto que las migas que allí se encuentran son desagradables y no son dignas de consumo humano.

En la práctica la halajá es de acuerdo a la opinión más flexible, ya que la revisación del jametz es un deber de origen rabínico por cuanto que según la Torá quien anuló el jametz con su pensamiento queda liberado de la prohibición de poseerlo o verlo y ya no necesita revisar en su casa, y los sabios son quienes nos ordenaron revisar y eliminarlo amén de anularlo; en caso de una discusión entre ellos, la opinión más flexible es la que adquiere preeminencia.

Todo esto se refiere al hogar, pero aquellos sitios que habrán de albergar los alimentos de Pesaj deben ser cuidadosamente limpiados para que allí no quede ni una partícula de jametz, ya que incluso algo de esta puede inhabilitarlos.

Por lo tanto, es necesario limpiar muy bien la mesa sobre la cual se come, la mesada de mármol y las alacenas de la cocina hasta que no quede allí ni una migaja de jametz.

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