Pninei Halajá

09. La colocación de trozos de jametz y la posibilidad de ser ayudado por los miembros de la familia

Se acostumbra a esconder trozos de jametz en la casa antes de la revisación para que quien revisa los encuentre, pues de no ocurrir esto es posible que la bendición haya sido recitada en vano. Empero, la verdad es otra. Aunque se revise y no se encuentre nada la bendición no resulta en vano, pues el objetivo de la búsqueda es cerciorarse de que en la casa no haya jametz y si la revisación fue realizada el objetivo fue alcanzado. Además, la bendición está orientada a todo el proceso que se inicia con la revisación y culmina con la eliminación y la anulación del jametz. En efecto, el formato de la bendición es “que nos ordenaste eliminar el jametz” y no “revisar el jametz”, por lo tanto, aunque no se encuentre migaja alguna al día siguiente se habrá de continuar con el proceso de eliminación del jametz por lo que la bendición no habrá de resultar vana (Ramá 432:2, Mishná Berurá 13).

Sin embargo, no se debe dejar sin efecto una tradición del pueblo de Israel, y el mismísimo Arí Z”l solía revisar colocando diez trozos de jametz. Hay quienes explican que esta costumbre tiene por finalidad dejar en posesión de quien revisa algo de jametz para que tenga qué anular y no olvide hacerlo. Hay quienes opinan que en virtud de esas diez migajas la persona no será negligente en la revisación (Jok Yaakov 432:14). Por lo tanto, allí donde la casa fue limpiada concienzudamente y desde el punto de vista de la norma alcanza con revisarla ligeramente, es necesario colocar las migajas en sitios que quien revise las pueda encontrar fácilmente, y en sitios que no fueron limpiados adecuadamente es menester esconder las migajas un poco más. De todas maneras, es bueno que quien esconda las migajas anote dónde las colocó para que si quien revisa no las encuentra se las pueda ubicar y eliminar.

Tras la revisación es necesario anular aquel jametz que no fue hallado y quizás quedó en la casa (tal como se verá adelante 5:1). El jametz que se encontró en la revisación y aquel que se tiene intención de comer a la mañana siguiente debe ser bien guardado para que no se esparza nuevamente por la casa.

En el caso de quien le resulte difícil revisar toda la casa que pida ayuda a los miembros de su familia. Ellos deberán estar de pie a su lado cuando recita la bendición, deberán responder “Amén” y luego se dispersarán por la casa y revisarán. En caso de que el dueño de casa no pueda revisar deberá pedir a otra persona que lo haga en su lugar y éste último será quien recite la bendición (Shulján Aruj 432:2, Mishná Berurá 10).

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