Pninei Halajá

Pesaj

33. Tzafún – el afikomán

Al concluir la cena se come un «kezait» (un tercio de matzá hecha a máquina) de la matzá partida que se cuidó desde el comienzo del Seder y se llama afikomán. Tras ingerir este ya no se come nada hasta que nos vamos a dormir para que el sabor a matzá permanezca en nuestra boca (Shulján Aruj 477:1, 478:1). Cuando en la matzá partida que se cuidó para el afikomán no hay un «kezait» para cada comensal, el oficiante del Seder deberá dar a cada uno de los presentes un poco de la matzá que se cuidó para el afikomán y le habrá de agregar matzá ´cuidada´ o shemurá hasta completar el «kezait». En caso de que la matzá partida que se cuidó no alcance para dar un trozo de esta a cada uno de los comensales, se les podrá dar un «kezait» de matzá shemurá o ´cuidada´ para que sea ingerida a modo de afikomán.

Asimismo, en caso de que el afikomán se haya perdido, se puede tomar otra matzá ´cuidada´ o shemurá e ingerirla a modo de afikomán (Ramá 477:2).

Está permitido beber agua después de comer el afikomán pues la prohibición de comer tras su ingestión tiene por cometido preservar en la boca su sabor, y dado que el agua es insípida – se permite beberla (Shulján Aruj 478:1, Mishná Berurá 2).

El significado original del vocablo afikomán es el de postre o dulce que se solía ingerir al concluir la comida. En la noche del quince de Nisán, al finalizar la cena se debe ingerir carne del sacrificio de Pesaj, tal como indicaron nuestros sabios en la Mishná (Tratado de Pesajim 119(B)): «no se come postre (afikomán) tras la ingestión del cordero de Pesaj», de modo tal que el sabor de la ofrenda permanezca en nuestras bocas.

En la actualidad que no podemos ofrendar el sacrificio pascual, en recordatorio de este nuestros sabios establecieron que se coma matzá al finalizar el Seder y tras ingerirla ya no se puede comer más nada para que su sabor permanezca en nuestra boca. Y dado que la comida de la noche del Seder se cierra con matzá, esta resulta ser el afikomán, el alimento del final. Por esta razón, al trozo de matzá partida que guardamos hasta el final del Seder la llamamos afikomán.

Dado que la ingesta del afikomán es un recordatorio del sacrificio de Pesaj, así como el cordero pascual era comido cuando ya se estaba satisfecho, otro tanto se hace con esta matzá final (Shulján Aruj 477:1). Estando ya satisfecho («al hasova») significa que si bien el comensal no está ya hambriento, aún tiene apetito para comer más. Empero, si la persona ya se sació al punto de que no tiene deseo de comer más nada – no cumple el precepto con excelencia porque si de él dependiese preferiría ya no comer más. En el caso de quien está tan satisfecho al punto de que le asquea seguir comiendo y debe obligarse a ingerir el afikomán – su ingestión es grosera («Ajilá Gasá») y no se la considera ingestión y de esa manera no cumple con el precepto de comer el afikomán (Mishná Berurá 476:6, Kaf HaJaím 16).

Debe ingerirse el afikomán en el mismo sitio en que se hizo el Seder, por cuanto que es recordatorio del sacrificio de Pesaj y sobre este está escrito (Shemot-Éxodo 12:46): «En una misma casa habrá de ser comido» (Ramá 478:1, Mishná Berurá 4).

34. Dos motivos para comer el afikomán – dos «kezait»

Tal como ya aprendimos, según la opinión mayoritaria de los juristas, el afikomán se come como recordatorio del sacrificio de Pesaj que era ingerido al final de la cena festiva (Rabí Zerajiá HaLeví, Rambán, Or Zarúa, Rosh y otros). Sin embargo, según la opinión de algunos de los grandes sabios medievales (Rashí, Rashbam), al ingerir el afikomán se cumple con la parte principal del precepto de comer matzá al finalizar la comida festiva, pues las matzot se comen junto al sacrificio de Pesaj y como este se comía estando ya satisfechos lo mismo se hace con las matzot. Si bien se recita la bendición por la ingestión de la matzá en el principio de la comida, según su opinión la intención principal del cumplimiento del precepto de comer matzá se debe tener a la hora de comer el afikomán.

A priori, es bueno que al comer el afikomán se tenga la intención de cumplir con los dos motivos: el recordatorio del sacrificio de Pesaj y el precepto de ingerir matzá. Por ambos motivos el afikomán debe ser comido en posición reclinada («bahasibá»), empero, si olvidó reclinarse, por el motivo del recordatorio del sacrificio de Pesaj – no es necesario volver a ingerirlo en posición reclinada; pero si se ingiere como cumplimiento del precepto de ingerir matzá en la noche del Seder, al no haber comido el afikomán en posición reclinada, no se ha cumplido con la mitzvá. Por lo tanto, a priori, se debe volver a comer el afikomán en posición reclinada. Empero, quien ya está satisfecho y le cuesta comer otro «kezait» de matzá, no precisa volver a ingerir el afikomán reclinado y puede respaldarse en el motivo central del afikomán que es el recordatorio del sacrificio de Pesaj. Además, también según Rashbam, al haber tenido la intención de cumplir con el precepto de ingerir matzá y al comerla en el principio de la cena, a pesar de no ser el momento más apropiado para tener semejante intención, de todas maneras, ya cumplió con su deber y por lo tanto el reclinarse en la ingesta del afikomán no es una condición sine qua non.

Hay quienes acostumbran comer dos «kezait» del afikomán, por los siguientes motivos: a) Porque desean expresar de esa manera que la matzá les agrada especialmente, por lo que ingieren una cantidad importante de la misma que alcanza para satisfacerse (Maharil). b) Porque desean mediante su ingestión aludir a los dos motivos y por lo tanto ingieren un «kezait» por el sacrificio de Pesaj y otro por el precepto de comer matzá (Bait Jadash). Mas no es obligatorio proceder así, y quien no desee comer dos «kezait» podrá ingerir uno solo con la intención de cumplir con los dos motivos.

Aprendimos que la medida de «kezait» es aproximadamente un tercio de una matzá hecha a máquina y dos «kezait» son unos dos tercios de esta. Empero este cálculo está realizado según un enfoque estricto (Tosafot) y dado que comer el afikomán es un precepto de origen rabínico y la ingesta de dos «kezait» es un tema discutido, en caso de necesidad se puede cumplir el precepto de ingerir el afikomán con un tercio e incluso con un quinto de matzá hecha a máquina. Ya aprendimos que todo aquel que come la matzá de modo continuo – sin duda que alcanza a comer lo que debe en el tiempo que lleva ingerir media hogaza de pan («zmán ajilat perás»).

35. El recitado del Halel, el Gran Halel («Halel Hagadol») y la bendición por el cántico («Birkat HaShir»)

Tras el recitado de la bendición posterior a los alimentos («birkat hamazón») se bebe la tercera copa y acto seguido se sirve la cuarta para recitar sobre esta el Halel y el Gran Halel.

Previo al Halel se dice «derrama tu ira sobre las naciones que no te han conocido…» y hay quienes acostumbran abrir la puerta para demostrar que se trata de una noche preservada de fuerzas dañinas y no tememos a nuestros enemigos, y en mérito de esta fe, el Mashíaj vendrá y derramará su furia sobre las naciones malvadas que odian al pueblo de Israel (Ramá 480:1). Hay quienes acostumbran ponerse de pie al declarar «derrama tu ira» (Aruj HaShulján allí, y así solía hacer el Rabino Abraham Itzjak HaCohen Kuk). Tras recitar «derrama tu ira» se cierra la puerta.

Acto seguido se continúa con el recitado de la segunda mitad del Halel (arriba halajá 20). En esta parte hay versículos que es preceptivo recitarlos a modo de «zimún» o invitación a los presentes a bendecir, esto es, el mayor de la casa recita primero el versículo y luego todos los demás repiten. Estos son los versículos: «Hodú LaHaShem Ki Tov» («Alabad al Eterno porque es bueno«), «Iomar Na Israel» («Proclame el pueblo de Israel«), «Iomrú na Beit Aharón» («Proclame la casa de Aharón«), «Iomrú Na Ir´ei HaShem» («Proclamen los temerosos de HaShem«), «Ana HaShem Hoshía Na» («Por favor HaShem sálvanos«) y «Ana HaShem Hatzlija Na» («Por favor HaShem corona con éxito nuestras acciones«). A priori, es preceptivo que en el Seder haya tres adultos para recitar estos versículos (Ramá 479:1). Sin embargo, una persona sola al hacerlo también cumple con su deber. En caso de haber dos adultos, podrán pronunciar los versículos conjuntamente (Mishná Berurá 479:10-11).

Luego se recita el gran Halel que es el salmo 136 y posteriormente se recita «Nishmat Kol Jai» concluyendo con la bendición por el cántico. Existen diferentes opiniones respecto del formato que debe tener esta bendición: los sefaradíes terminan recitando el párrafo que culmina el Halel y que comienza con el vocablo «Yehaleluja» («te alabarán») y los ashkenazíes con la bendición de «Ishtabaj» («será loado Tu Nombre») que culmina los versos de alabanza. Luego, se continúa con diferentes cánticos que fueron compuestos en los días de los sabios medievales (ver en la halajá 31 que es bueno concluir el recitado de la bendición antes de medianoche).

En términos simples, la cuarta copa se bebe inmediatamente después de la bendición por el cántico que pone el sello final a la lectura de la Hagadá que estipularon nuestros sabios de bendita memoria, en los días de la Mishná, mientras que los cánticos que se entonan posteriormente tienen su origen únicamente en la tradición. Existen quienes acostumbran beber la cuarta copa tras haber cantado algunos cánticos suplementarios para que estos también sean recitados con vino y puedan ser incluidos en el orden de la Hagadá (ver Mishná Berurá 480:6). En resumen, que cada familia siga con su tradición particular.

Según la usanza sefaradí no se recita bendición antes de beber la cuarta copa y según la usanza ashkenazí sí se hace (como fue explicado en la halajá 21). Tras haberla bebido se recita la bendición final por la vid y el fruto de la vid («al haguefen veal prí haguefen»).

36. La quinta copa – la del profeta Eliahu

Se despertó una gran duda respecto de la quinta copa. Hay juristas que consideran que beber una quinta copa es un precepto excelso para cumplir, por lo que al finalizar el Halel se ha de beber la cuarta copa y la quinta se ha de beber al finalizar el Gran Halel y la bendición que le sigue. Otros juristas entienden que los sabios le brindan la oportunidad de beber una copa más a quien así lo desee, al tiempo que otros eruditos entienden que está prohibido beber la quinta copa.

En la práctica, no se acostumbra beber de la quinta copa, pero se acostumbra servirla y se la llama «la copa del profeta Eliahu». El Gaón de Vilna explicó que recibe ese nombre pues en todo caso de debate o duda halájico no resuelto solemos decir que cuando venga el profeta Elíahu lo resolverá, y por ello servimos la quinta copa en su honor pues cuando arribe nos indicará si corresponde o no beberla.

Esto también puede ser explicado del hecho que nuestros sabios estipularon que se beban cuatro copas de vino que se corresponden con las cuatro expresiones de liberación que fueron pronunciadas en la salida de Egipto: «os sacaré«, «os salvaré«, «os libraré» y «os tomaré» (Shemot-Éxodo 6:6-7). En ese pasaje se menciona también otra expresión de redención: «y os traeré a vosotros a la tierra«. Dado que esta expresión no está directamente asociada a la salida de Egipto, los sabios no nos ordenaron beber por ella una quinta copa, empero dijeron que es preceptivo hacerlo para aludir con esta a la redención completa cuyo inicio es el ingreso a la tierra de Israel. Es probable que la duda se origine en la pregunta de si tras la destrucción del Templo somos dignos de beber esta quinta copa. Quizás tras la destrucción del Templo corresponde únicamente que bebamos aquellas copas asociadas a la salida de la servidumbre de Egipto, pues esta redención sigue siendo evidente en nosotros; y también en un tiempo como este, en el cual las naciones del mundo esclavizan nuestro cuerpo, nuestras almas siguen siendo libres, pues a partir del Éxodo quedó claro que somos la nación escogida por D´s, recibimos la Torá y ninguno de los pesares por los que atravesamos quebraron nuestro espíritu y nuestra fe en HaShem, nuestro Salvador. Por ello bebemos cuatro copas de vino que se corresponden con las cuatro expresiones de redención. Empero la quinta copa no se corresponde únicamente con el éxodo, sino que alude a la redención completa la cual depende del ingreso a la tierra de Israel, ya que en este país la Divinidad se manifiesta en todos los ámbitos de la vida, en la Torá, en la profecía, así como también en la bendición de HaShem que reposa en la construcción del Estado y el florecimiento del pueblo. Este es el tema central del Sagrado Templo, unir Cielos y tierra y revelar Su unicidad, de Quien a todo le da vida. En efecto, el número cinco alude al punto interior y único que está en medio de las cuatro direcciones cardinales, y quizás la raíz de la duda se deriva de la pregunta de si tras la destrucción del Templo corresponde o no beber la quinta copa que alude a la redención definitiva.

La solución a esta disyuntiva es servir la quinta copa sin beberla como a cualquier otra de las copas hasta que se revele el profeta Elíahu, y al aparecer sabremos que llegó el momento de beber la quinta copa por nuestra completa redención.

Acostumbramos servir la copa del profeta Elías tras la ingestión de la tercera copa, que es cuando servimos a todos la cuarta. Se acostumbra mantener la copa del profeta Eliahu cubierta hasta la mañana y entonces devolvemos el vino a la botella y con este se realiza el kidush de la mañana.

37. ¿Está permitido beber café o jugo tras finalizar el Seder?

Ya aprendimos que nuestros sabios establecieron que al finalizar la cena se ingiera el afikomán como recordatorio del sacrificio de Pesaj que era comido cuando los comensales ya estaban satisfechos, y así como tras la ingestión del cordero de Pesaj estaba prohibido comer cualquier otra cosa para que perdure el sabor de la ofrenda en la boca, de igual manera nuestros sabios prohibieron comer después del afikomán.

Asimismo, prohibieron también beber vino, lo cual tiene su origen en varias razones: si todavía no se concluyó la lectura de la Hagadá, se teme que la persona pueda embriagarse por causa del vino y no pueda concluir el recitado del Halel como corresponde. Además, si bebe otra copa de vino puede parecer como si la persona agrega una copa más a las cuatro estipuladas por lo sabios.

Tampoco se puede beber vino tras la finalización del Seder pues es preceptivo ocuparse de las leyes de Pesaj y de la salida de Egipto hasta que nos venza el sueño y si se bebe vino u otra bebida alcohólica esto no será posible (Rabenu Ioná, Rosh). Además, si se toma más copas, aunque haya terminado el Seder se teme aún pueda parecer que la persona que lo hace agrega más copas de las estipuladas o que comienza una nueva ronda de bebida (Rambán, Ran).

Según la opinión de algunos juristas, tras comer el afikomán está prohibido también beber café o jugo, pues estos menguan de la boca el sabor a matzá, y así como se prohíbe comer tras la ingesta del afikomán – de igual manera se prohíbe beber cualquier bebida que posea sabor. Si bien tras comer el afikomán se beben otras dos copas de vino, por ser parte del precepto no se considera que quiten el sabor de la mitzvá. Según esta opinión, tras la conclusión del Seder se permite únicamente beber agua.

Por otra parte, varios juristas consideran que tras la finalización del Seder se puede beber café o jugo, pues se entiende que únicamente los alimentos sólidos quitan el sabor de la matzá del afikomán del paladar, mas no los líquidos.

En la práctica, quien desee beber café o jugo tras la finalización del Seder puede hacerlo, pues la opinión mayoritaria de los juristas lo permite. Empero, a priori es bueno ser más estricto y limitarse a no beber líquido alguno salvo agua. En el caso de quien quiera beber café para poder seguir estudiando y relatando las leyes de Pesaj y la salida de Egipto, a priori que lo haga.

38. Es preceptivo relatar el éxodo y estudiar las leyes de Pesaj toda la noche

Hay quienes acostumbran leer el Cantar de los Cantares tras concluir la Hagadá pues este libro alude al amor existente entre el Eterno y el pueblo de Israel.

Si bien leyendo la Hagadá ya cumplimos con nuestro deber de relatar la salida de Egipto, es preceptivo continuar narrando los milagros y las maravillas que le hizo HaShem a nuestros antepasados durante el éxodo hasta que nos venza el sueño. El estudio de las halajot de Pesaj están también incluidas en este precepto (Shulján Aruj 481:2, Maharal Guevurot HaShem cap. II). Sin embargo, el precepto no incluye la argumentación y discusión de intrincados, complejos e ingeniosos posibles argumentos o formalismos («pilpul») sobre esta temática (Derashot Jatam Sofer 265).

Es mejor no extenderse en la lectura de la Hagadá previo a la cena para que los niños y demás comensales puedan permanecer despiertos hasta la ingestión de la cuarta copa. Parecería ser que aquello que dijeron nuestros sabios respecto de que quien se extiende en el relato de la salida de Egipto durante toda la noche es digno de elogio, se refiere al estudio posterior a la conclusión del Seder.

Quien teme que en caso de quedarse despierto hasta tarde por la noche no podrá levantarse como corresponde para el rezo de Shajarit de la mañana siguiente, que intente prolongar su estudio del relato del éxodo hasta pasada la medianoche (Sidur Yaavetz, Kaf HaJaím 481:11).

En la noche del Seder se acostumbra recitar el Shemá previo al sueño y la bendición de «Hamapil» mas no el resto de los versículos, pues durante todas las noches a lo largo del año estos son recitados como protección contra influencias malignas que pudieran afectar negativamente al sueño, empero esta noche está protegida de toda influencia nociva y es propicia para la redención (Ramá 481:2, ver Ben Ish Jai 96:38).

Quiera D´s que, así como tuvimos el mérito de poder estudiar las leyes de la noche del Seder conforme a su normativa, sus sentencias y sus estatutos, que tengamos también el mérito de llevarlas a cabo.

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