Pninei Halajá

Capítulo 05 – La convocatoria para bendecir: el «Zimún»

01) La lógica del «Zimún»

Tres personas que comieron juntas pan deben realizar zimún, esto es, agregar una bendición introductoria al «Birkat Hamazón». A los efectos de ampliar un poco respecto del significado del «Zimún», es menester explicar que la reunión de muchas personas posee una gran energía, la interacción y la retroalimentación mutua generan algo suplementario, superior a lo que detentan los individuos por separado. El grupo más pequeño consiste en tres personas, y cuando estas comen juntas, más allá del beneficio y del disfrute que obtienen de los alimentos, se despiertan además en su interior otros sentimientos y de esa forma su comida adquiere el carácter de evento social, y por ello el «Birkat Hamazón» que han de recitar debe también gozar de un estatus superior. En efecto, el «Birkat Hamazón» precedido de «Zimún» es más importante que aquel que no lo está, pues por medio de la unión de tres personas que bendicen juntas se lleva a cabo una consagración del Nombre Divino y la gloria celestial se intensifica. Está escrito (Tehilim – Salmos 34:4): «Exaltad a HaShem junto a mí y ensalcemos su Nombre juntos«. Efectivamente, tiene un valor especial el hecho de que una persona invite a quienes lo acompañan a ensalzar y engrandecer el Nombre de HaShem junto a ella, tal como está escrito (Devarim-Deuteronomio 32:3): «Pues al invocar el Nombre de HaShem – rendid grandeza a nuestro D´s» (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 45(A)).

Existen en el mundo doctrinas espirituales que sostienen que comer es una necesidad deleznable de la cual deberíamos avergonzarnos, y por ende, es mejor comer en soledad a los efectos de no poner de manifiesto semejante escarnio. Según esta posición, la práctica social de reunirse para comer es una costumbre detestable y desagradable, que adjudica al cuerpo y sus pasiones importancia ritual y destruye la capacidad del ser humano de desconectarse, aunque tan sólo un poco, de las cadenas de la materialidad. Empero según la perspectiva de la Torá, el aspecto corporal es negativo únicamente cuando está desconectado de los valores, mas cuando se come a los efectos de adquirir fuerzas, vitalidad y alegría para vivir una vida buena y plena de valores, la comida resulta ser algo positivo.

Sin embargo, es necesario esforzarse en lograrlo, pues, así como se puede enaltecer el acto de comer, de igual forma la gula puede arrastrar al hombre tras ella, hacerle olvidar su objetivo y denigrar su vida. Para ello están destinadas las bendiciones, para recordarle a la persona a quién pertenece el alimento que ingiere, y para que de esa forma entienda su lugar y su misión en el mundo.

Cuando una persona come en compañía de más gente, la ingesta se ve acompañada de sentimientos mucho más intensos. Es así que vemos cómo una buena comida puede estrechar los lazos de amistad entre compañeros y familiares, e incluso puede ser un lugar adecuado para generar cercanía entre personas distantes. Por otra parte, una comida en la cual la dinámica personal no es buena puede despertar sentimientos negativos e intensificar disputas. Dado que la comida en grupo tiene un peso mayor, las bendiciones habituales que alcanzan para elevar la ingesta individual no son suficientes para el grupo y por ello se debe potenciar el «Birkat Hamazón» por medio del agregado de la bendición del «Zimún».

Es menester agregar, que el sentimiento de cohesión que surge de una comida puede hacer de sustituto a los valores sagrados y de esa forma acentuar en exceso el aspecto material de la vida. Por esta razón, cuando tres personas comen juntas deben decir palabras de Torá. Tal como enseña Rabí Shimón (Pirkei Avot 3:3): «Tres personas que comieron sobre una misma mesa y no dijeron sobre ella palabras de Torá, es como si hubiesen comido de las ofrendas de los muertos (es decir, de comidas ofrecidas ante idolatrías), tal como está escrito (Ishaiahu-Isaías 28:8): ‘pues todas las mesas están llenas de vómito y de heces y ningún lugar está limpio’. Empero tres personas que comieron sobre una misma mesa y dijeron sobre ella palabras de Torá es como si hubiesen comido de la mesa del Eterno Bendito Él, tal como está escrito (Iejezkel-Ezequiel 41:22): ‘Y me dijo: esta es la mesa que está delante del Eterno'».

En el caso de diez personas que comen juntas, se les agrega otra virtud, y es que pueden recordar el Nombre de HaShem en el «Zimún», tal como se explicará más adelante (halajá 5).

02) El precepto de hacer «Zimún» cuando se come en grupo

¿Cuándo deben los comensales realizar «Zimún»? Cuando se pusieron de acuerdo para comer juntos, por ejemplo, si se dijeron unos a otros ‘comamos juntos’ o ‘vayamos a comer en tal o cual lugar’. Y aunque no se hayan dicho nada, mas resulta claro que habrán de comer juntos, como en el caso de una familia que cena junta o buenos amigos que comen juntos, es como si hubiesen acordado hacerlo y deben recitar «Zimún». La señal de que se trata de una comida grupal, es que si uno de los participantes se ha de retirar en medio de esta sin motivo justificado, ello será considerado como una conducta reñida con los buenos modales, por cuanto que habían fijado comer juntos y cómo es posible que éste decida abandonar imprevistamente al grupo.

Incluso si hay sólo dos personas que comenzaron a comer y luego se les suma un tercer comensal con la intención de permanecer con ellos hasta el final de la comida – deben recitar «Zimún».

Existe una situación intermedia en la cual es preceptivo mas no es obligatorio recitar «Zimún», y es cuando hay relación entre los comensales, es decir que  comen juntos y conversan un poco entre sí sin haber fijado hacerlo y en caso de que uno de ellos se retire en la mitad no se considerará su conducta como inapropiada. En un caso así las personas no están obligadas a recitar «Zimún», empero de hacerlo, estarán cumpliendo un precepto. Cuando no hay relación alguna entre los comensales, como en el caso de un restaurante en el cual se sientan en mesas separadas, no se suman para el «Zimún».

En una yeshivá u otra institución pública en la cual las personas llegan al comedor para comer a una hora fija, en caso de haber un grupo de compañeros que cuidan de comer siempre juntos al punto de que si uno de los mismos se retira en la mitad de la comida se lo considerará como una conducta inadecuada – deben realizar «Zimún». Quienes no cuidan de sentarse siempre junto a los mismos amigos y comenzar juntos a comer, si uno de ellos se retira en la mitad su conducta no se considerará grosera, pues estos se encuentran en una situación intermedia y no están obligados a recitar «Zimún», empero de hacerlo cumplen con un precepto. En caso de que acostumbren siempre a recitar «Zimún», esta práctica habitual los transforma en una suerte de grupo y por ello parece ser que deben hacerlo. Empero quien a priori quiso apresurarse y no depender de los demás que están sentados a la mesa a su lado ya que decidió para sus adentros que no habría de sumarse a ellos, puede recitar «Birkat Hamazón» sin «Zimún» previo.

Todo esto se refiere a quienes están sentados en una misma mesa, empero quienes se sientan en diferentes mesas no se suman para el «Zimún» por carecer de contacto o relación entre sí. Sin embargo, cuando quienes están sentados en diferentes mesas contiguas hablan el uno con el otro pueden sumarse para recitar «Zimún».

En la comida de Shabat, en la cual los comensales suelen cantar juntos y escuchar juntos palabas de Torá, aunque estén sentados en diferentes mesas, se suman todos para el «Zimún». Si son diez las personas deben recitar el «Zimún» correspondiente a ese quorum. Lo mismo ocurre con la comida por un Brit Milá (circuncisión), «Sheva Berajot» (siete bendiciones nupciales), casamiento y similares, dado que todos acudieron a participar del mismo evento se considera que comieron juntos. Aunque en cada mesa haya menos de diez comensales, puesto que todos juntos son más de diez – deben recitar el «Zimún» correspondiente a esa cantidad (diez) (ver adelante 11).

Quienes comen mientras viajan en un vehículo, si viajan como grupo – deben recitar «Zimún». Si cada quien come por separado y es pura casualidad que lo hayan hecho en el mismo sitio – no habrán de recitar «Zimún». En caso de haber establecido entre sí algún tipo de vínculo o relación es preceptivo mas no obligatorio que reciten «Zimún» (Shulján Aruj 193:3).

03) No se debe desarmar un grupo que tiene que recitar «Zimún» ni separarse del mismo

Dos personas que comen juntas que tienen la posibilidad de invitar a una tercera para que coma con ellos, es preceptivo que lo hagan para poder así recitar «Birkat Hamazón» con «Zimún» (Shulján Aruj 193:1, Mishná Berurá 7, ver en la halajá 10 con qué alimento o bebida el tercero se puede sumar para el «Zimún»).

Dado que es preceptivo recitar «Zimún», las tres, cuatro o cinco personas que deben hacerlo no pueden separarse, pues si así lo hicieran, pierden la oportunidad de recitar el «Zimún» y disminuyen la Gloria Celestial. Solamente si el grupo cuenta con seis personas podrán separarse en dos grupos de tres y en cada una de estos se podrá recitar «Zimún» separadamente. Asimismo, diez personas que comieron juntas no pueden separarse a los efectos de no perderse la mención del Nombre de HaShem en el «Zimún». En caso de encontrarse allí veinte personas podrán dividirse en dos grupos ya que ambos podrán recordar el Nombre de HaShem (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 50(A), Shulján Aruj 193:1).

Tres personas que comieron pan juntas y se equivocaron recitando el «Birkat Hamazón» sin previo «Zimún», perdieron la oportunidad de hacerlo. Incluso si sólo dos de las personas se equivocaron y bendijeron sin recitar «Zimún» – perdieron la oportunidad de hacerlo. Empero si sólo una de las personas se equivocó y recitó «Birkat Hamazón» sin previo «Zimún», si bien se perdió la oportunidad de cumplir con un precepto, dado que quedaron dos personas que aún no bendijeron y deben todavía recitar «Zimún», podrán sumar a este último (que olvidó recitarlo) dado que comió con ellas y por lo tanto puede responder «Baruj Sheajalnu Misheló» («Bendito sea Él que de lo suyo comimos») y sumarse al «Zimún» (Shulján Aruj 194:1).

Tres personas que comieron juntas, dos de ellas terminaron y quieren recitar «Zimún» y bendecir y la tercera desea continuar comiendo, esta última debe interrumpir su ingesta y sumarse a los dos primeros en el «Zimún» y posteriormente podrá continuar comiendo y al terminar podrá recitar solo el «Birkat Hamazón». Si bien a priori es preceptivo que el «Zimún» se recite contiguo al «Birkat Hamazón», por tratarse de una preparación para bendecir, en caso de haberse sumado a los dos que ya terminaron de comer se verá en la necesidad de bendecir luego separadamente del «Zimún». De todas maneras, dado que el precepto de recitar «Zimún» se cumple también cuando no se recita junto al «Birkat Hamazón», es menester que sea considerado con la mayoría y se sume al «Zimún». En caso de obstinarse en no sumarse a los dos que ya terminaron de comer, igualmente ellos pueden recitar el «Zimún» contándole en el quorum y en caso de no responder, este se perderá de cumplir con su precepto, empero los dos lo habrán cumplido ya que el tercero se encontraba presente durante el «Zimún», por lo que al margen de su voluntad – igualmente se adiciona a los dos tal que sumen tres.

Si uno desea terminar de comer y separarse del grupo y dos desean continuar comiendo, el primero no puede imponer a sus compañeros el recitado del «Zimún» previo a que terminen de comer; deberá permanecer allí hasta que culminen, reciten «Zimún» y bendigan juntos. Esta es la regla general: se sigue siempre a la mayoría, o sea si comían cinco personas se sigue a tres de ellas. En caso de haber más de diez la mayoría determina si se bendice o se continúa comiendo (Shulján Aruj 200:1).

Si la persona que desea recitar el «Zimún» es el padre o el rabino de los comensales, estos deben honrarlo y sumarse a su «Zimún» (Birjei Iosef 200:2).

Si bien aprendimos que dos personas no están obligadas a tomar en cuenta a una sola persona que desea terminar de comer y recitar «Zimún», es una práctica bondadosa tomarlo en consideración, sumarse al «Zimún» y posteriormente continuar comiendo. Empero si la persona en cuestión se quiere retirar de la mesa antes del final de la comida mostrando una conducta atrevida e insolente, entonces la mayoría no está obligada a tomarlo en consideración, por lo que esta persona debe permanecer en la mesa, esperar a que la mayoría termine de comer y recién entonces recitar «Zimún». En caso de que las dos personas ya hayan terminado de comer, aunque tengan en mente permanecer allí un tiempo más, no tienen derecho a demorar al tercero y deben sumarse al «Zmún» (Beur Halajá 200:1 ‘עד’. Ver en la halajá 11 en qué situaciones sele permite a la persona bendecir sin recitar «Zimún»).

04) ¿A quién le corresponde dirigir el recitado del «Zimún»?

Es una gran mitzvá ser la persona que dirige el recitado del «Zimún», tal como nos cuenta el Talmud Babilonio (Tratado de Berajot 53(B)) que Rav Huna dijo a su hijo ´si te honran para dirigir el «Zimún» sobre una copa de vino aprópiate de ese precepto, no lo dejes pasar y recita el «Zimún»´. El invitado debe tener especial cuidado en que si es convidado a dirigir el recitado del «Zimún» con una copa de vino no rechazar el ofrecimiento, ya que en su bendición debe incluir una suplementaria para el dueño de casa y en caso de declinar está renunciando a la posibilidad de bendecir al anfitrión. Nuestros sabios dijeron (ídem 55(A)) que quien declina de recitar la bendición sobre una copa de vino provoca que se acorten sus días y sus años. En caso de que el «Zimún» sea sin copa de vino, es igualmente de gran importancia y necesario apremiarse en cumplir con el precepto y corresponde que el invitado no decline a recitarlo (Shulján Aruj 201:3). Por otra parte, una persona no debe perseguir los honores y por ello si sus amigos no lo honran con el recitado del «Zimún», no debe precipitarse a hacerlo contra la voluntad de los presentes.

Cuando entre los comensales se encuentra un erudito de la Torá es preceptivo honrarlo con el recitado del «Zimún». Asimismo, de haber presente un cohen también es preceptivo honrarlo con el «Zimún», ya que nuestros sabios aprenden (Talmud Babilonio Tratado de Guitín 59(B)) de lo escrito en la Torá (Vaikrá – Levítico 21:8): «y lo santificarás» – es preceptivo anteponer al cohen para toda cuestión vinculada con la santidad (Maguén Abraham 201:4). En caso de haber en el lugar un erudito de la Torá y un cohen que no es erudito – el primero precede al segundo. El erudito tiene prohibido rebajarse ante el cohen pues el honor de la Torá antecede al del sacerdocio (Talmud Babilonio Tratado de Meguilá 28(A)).

Empero, de resultar claro que el erudito es aquel que es digno de ser honrado, este tiene permitido cederle el «Zimún» al cohen. Esto también es así cuando el cohen es un erudito, mas el iehudí que es Israel lo es aún más, y si bien la grandeza en la Torá precede a los demás criterios, en un caso así, si el más erudito quiere honrar al cohen con el «Zimún» – esta acción implica un grado importante de generosidad -´midat jasidut´- (Tosafot allí, Ramá 167:14, Mishná Berurá 71). Asimismo, está permitido al sabio decir que honren con el «Zimún» a otra persona a los efectos de enseñarle y motivarle (Shulján Aruj 201:1-2).

Además, nuestros sabios dijeron (Talmud Babilonio Tratado de Sotá 38(B)) que «no se le otorga la copa de vino para recitar la bendición sino a quien posee un buen ojo», esto es, a una persona que detesta el cohecho y es generosa con su patrimonio (Rashí). Esto obedece a que no es una persona envidiosa, se alegra con el bienestar de las demás creaturas y por ende habrá de tener una intención benigna durante el recitado del «Birkat Hamazón» y especialmente durante la bendición que le toca recitar al invitado. Por lo general, un erudito de la Torá se supone que es también poseedor de buen ojo.

Cuando los comensales son huéspedes o invitados del anfitrión, se acostumbra adjudicar el «Zimún» a uno de los primeros, aun cuando el anfitrión sea el más sabio de entre los presentes. Esto se debe a que en el pasado quien dirigía el «Zimún» recitaba en voz alta todo el «Birkat Hamazón» y las demás personas tenían la intención de cumplir con su deber de bendecir respondiendo a este recitado. Quien realizaba el «Zimún», al llegar a la bendición para el anfitrión la recitaba también en voz alta. Hoy en día que cada persona recita la bendición individualmente cabe otorgarle al invitado el rol de recitar el «Zimún» para que recite la bendición correspondiente al anfitrión («Birkat Haoreaj») en voz alta y los demás comensales puedan responder «Amén».  Empero, en caso de así quererlo el dueño de la casa, puede tomar para sí el precepto de recitar el «Zimún» y algunos grandes eruditos han llevado a cabo esta práctica. Mas si uno de los invitados es un erudito de la Torá y el dueño de la casa no lo es, corresponde honrar al erudito con el «Zimún». De todas maneras, aun cuando el invitado no es quien dirige el recitado del «Zimún», es bueno que diga en voz alta la bendición al anfitrión o «Birkat Haoreaj», para que los demás comensales puedan responder «Amén».

Corresponde destacar que numerosos invitados de entre los oriundos de países europeos (Ashkenaz) acostumbran a contentarse con una breve bendición: «Harajamán Ievarej et Ba´al Habait Hazé» («El Eterno bendecirá al dueño de esta casa»). Muchos juristas se preguntaron sorprendidos el por qué no recitan el formato de la bendición pormenorizada redactada por nuestros sabios (Lejem Jamudot, Mishná Berurá 201:5, tal como se lee arriba 4:2). Es más correcto que también las personas de origen ashkenazí reciten la versión mencionada de la bendición del invitado o «Birkat Haoreaj», y corresponde que este se imprima en todos los libros de bendiciones o «birkonim».

05) La versión – ´nusaj´- del «Zimún»

Así es el precepto del «Zimún», quien dirige el recitado dice a sus compañeros: «Nevarej Sheajalnu Misheló» («Bendigamos a aquél que de lo Suyo hemos comido») y ellos responden: «Baruj Sheajalnu Misheló Ubetuvó Jaínu» («Bendito sea Él que de lo Suyo hemos comido y por cuya bondad vivimos»). Acto seguido, quien dirige el «Zimún» dice tras estos: «Baruj Sheajalnu Misheló Ubetuvó Jaínu» («Bendito sea Él que de lo Suyo hemos comido y por cuya bondad vivimos»). Entonces comienzan a recitar el «Birkat Hamazón».

Se acostumbra que previo al «Zimún» en sí, quien lo recita convoca a los presentes a participar de la bendición diciendo: «Hav Lan VeNivrij» («Bendigamos») o «Rabotai Nevarej» («Señores míos bendigamos»). Dado que los sabios no establecieron el formato o la redacción de modo definitivo existen variantes entre las diferentes usanzas (Mishná Berurá 192:2, Kaf HaJaím 2).

Se considera que la Divina Presencia reposa entre diez judíos que comieron juntos, por eso en este «Zimún» se menciona el Nombre de D´s. Quien dirige el «Zimún» dice: «Nevarej Eloh-einu Sheajalnu Misheló Ubetuvó Jaínu» («Bendigamos a nuestro D´s que de lo Suyo hemos comido y por cuya bondad vivimos). Este a su vez responde: «Baruj Eloh-einu Shejalnu Misheló Ubetuvó Jaínu» («Bendito sea D´s que de lo Suyo hemos comido y por cuya bondad vivimos»). Si tanto quien dirige el «Zimún» como los demás comensales olvidaron de mencionar el Nombre de D´s habrán cumplido con el deber de recitar «Zimún» mas perdieron la recordación del Nombre (Shulján Aruj 192:1-2).

Muchos cumplen con excelencia, acostumbrando a elevarse un tanto al mencionar el Nombre de D´s, empero esto no es obligatorio.

Quien no comió y escuchó a quien dirige el «Zimún» decir: «Nevarej Sheajalnu Misheló», responde tras este «Baruj Umevoraj Shemó Tamid Leolám Vaed» («Bendito y bendecido sea Su Nombre por siempre»), ya que no corresponde que una persona escuche a sus compañeros recitar «Zimún» y se mantenga al margen sin participar de la alabanza a D´s. Si el «Zimún» era en un quorum de diez personas quien no comió responde: «Baruj Eloh-einu Umevoraj Shemó Tamid Leolam Vaed» («Bendito sea nuestro D´s y bendecido Su Nombre por siempre»). En caso de no haber oído a quien dirige el «Zimún» convocar a los comensales a bendecir y solamente escuchó a estos responder: «Baruj Sheajalnu Misheló Ubetuvó Jaaínu» deberá responder tras estos «Amén» (Shulján Aruj 198:1). Asimismo, habrá de responder nuevamente «Amén» cuando quien dirige el «Zimún» repita lo dicho por los demás comensales (Mishná Berurá 198:4). Esto se debe a que el «Zimún» es considerado una bendición y todo aquel que escucha a su compañero recitar una bendición debe responder tras este «Amén». Sin embargo, aquellas personas que responden «Baruj Umevoraj» etc. no responden «Amén» tras sus compañeros ni tras quien dirige el «Zimún», por ser estos últimos socios o partícipes del recitado mismo de la bendición.

Quien ingirió un «kazait» o bebió un «reviít» y todavía no recitó la bendición final posterior a la ingestión, aunque no haya comido con los demás comensales, responde a todo el formato del «Zimún» pues él también puede decir «de lo Suyo hemos comido» (Mishná Berurá 198:1).

06) Quién dirige el «Zimún» y los comensales en el «Birkat Hamazón»

En los días de nuestros sabios, de bendita memoria, se acostumbraba que quien dirigía el «Zimún» recitaba todo el «Birkat Hamazón» en voz alta y los demás comensales se concentraban en su bendición y respondían tras este «Amén»; y de esa manera cumplían con su deber. A priori, así es preferible actuar pues al cumplir todos con su obligación por medio del recitado de una misma bendición se intensifica la Gloria Celestial. Empero los juristas medievales (rishonim) escribieron que por cuanto que a muchos se les dificulta concentrarse en las palabras de quien recita la bendición, es preferible que cada uno de los comensales recite por sí mismo el «Birkat Hamazón» junto a quien dirigió el «Zimún», ya que de esa manera se habrán de concentrar mejor en la bendición (Shulján Aruj 183:7, Mishná Berurá 27). Dado que de todas maneras quien dirige el «Zimún» no hace cumplir a los demás con su deber, muchos prefieren que cada quien bendiga para sí el «Birkat Hamazón» al ritmo que le resulta adecuado. De todas maneras, se considera cumplir con excelencia que quien dirige el «Zimún» recite primero todas las bendiciones en voz alta y los comensales reciten junto a este el «Birkat Hamazón» palabra por palabra, ya que de esa manera gozan de la virtud de «incrementar la Gloria del Rey en presencia de las multitudes del pueblo» («Berov Am Hadrat Melej»). Además, por lo general, de esta manera la concentración es mejor.

Los juristas han debatido el alcance del precepto de recitar el «Zimún», o sea, hasta dónde deben los comensales escuchar atentamente el recitado de quien lo dirige para cumplir así con su deber. Hay quienes sostienen que la bendición del «Zimún» concluye con «Baruj Sheajalnu Misheló Ubetuvó Jaínu«. Según esto, si bien es bueno que los comensales escuchen de quien dirige el «Zimún» la bendición de «HaZán» (la primera del «Birkat Hamazón» n. de t.) y la reciten junto a él en silencio, de todas maneras, aunque no hayan escuchado a este recitar la bendición cumplieron igualmente con su deber de «Zimún». Quien interrumpió en medio de la comida para sumarse al «Zimún» puede continuar comiendo inmediatamente después de haber respondido «Baruj Sheajalnu Misheló Ubetuvó Jaínu«. Esta es la usanza sefaradí (Rif, Rambám y Shulján Aruj 200:2).

Otros juristas opinan que el precepto del «Zimún» continúa hasta el final de la bendición de «HaZán» y así lo ordenaron las autoridades halájicas ashkenazíes. Según esta opinión, quienes participan del «Zimún» deben escuchar a quien lo dirige recitar la primera bendición y quien está en medio de su comida la interrumpe para sumarse al «Zimún» y puede volver a comer recién después de finalizada la bendición de «HaZán». Si quien dirige el «Zimún» no recitó la bendición de «HaZán» en voz alta, los comensales no cumplieron con el precepto del «Zimún» (Tosafot, Rosh, Ramá, Mishná Berurá 183:28, Ben Ish Jai Koraj 9).

En la práctica, a priori, se debe tener el cuidado de que quien dirija el «Zimún» recite en voz alta toda la bendición de «HaZán» y de encontrarse allí numerosos comensales, este deberá poseer una voz potente para poder ser oído por todos. A posteriori, si quien dirige el «Zimún» recitó la primera bendición en voz baja, los comensales cumplieron con el deber del «Zimún».

En caso de una comida con muchos participantes, en la cual es difícil para quien dirige el «Zimún» hacer oír su voz en ausencia de micrófono, es mejor utilizar uno para que todos puedan escucharlo y se sumen al «Birkat Hamazón» y de esa manera se vea incrementada la Gloria Celestial. De todas maneras, se debe recitar el «Zimún» con la voz más potente que se pueda para que la mayor cantidad posible de personas puedan escuchar su voz sin requerir de amplificación.

07) Mujeres en el «Zimún»

Las mujeres no se suman a los hombres para el recitado del «Zimún» de modo tal que de haber presentes dos hombres y una mujer – ésta no se cuenta con ellos dos a los efectos de generar la obligatoriedad del «Zimún». Esto obedece a motivos de recato, ya que el «Zimún» se genera a partir de una comida compartida con afecto entre amigos, la cual produce un gran acercamiento entre personas distantes y no corresponde que exista tal vinculación amistosa entre hombres y mujeres. Por lo tanto, nuestros sabios no establecieron un «Zimún» para hombres y mujeres juntos y no hicieron diferencia entre personas más o menos cercanas, por lo que incluso un padre con su hija y su yerno no suman quorum para «Zimún».

Empero de encontrarse allí tres hombres, dado que por su intermedio ya se generó el deber de recitar «Zimún», las comensales mujeres deben responder a este. Esto no afecta el recato, ya que las mujeres no son socias de los hombres en la generación del deber de recitar «Zimún» sino que se suman para responder a este. Es importante fortalecerse en el cumplimiento de esta halajá pues en numerosas ocasiones cuando en una comida familiar participan tres hombres y también mujeres, y a pesar que recae sobre las mujeres el deber del «Zimún», se suele olvidar de hacer participar a todas las damas del mismo.

Los sabios no establecieron como obligatorio el «Zimún» en el caso de tres mujeres que comieron juntas ya que no todas las mujeres sabían recitar correctamente el «Birkat Hamazón» y muchas se contentaban con el recitado de una versión abreviada expresado con sus propias palabras en vez de recitar el texto oficial, por lo que los sabios no desearon fijar el «Zimún» como una obligación suplementaria. A pesar de todo lo ante dicho, cuando tres mujeres se sientan a comer juntas es preceptivo que reciten «Zimún». Respecto de la norma que se aplica a las mujeres existe una única diferencia y es que, aunque sean diez no recitan «Zimún» con mención del Nombre de D´s pues esto se basa en las leyes del minián y los sabios no establecieron minián para mujeres (Shulján Aruj 199:6-7).

Si bien en la práctica muchas mujeres no acostumbraban a recitar el «Zimún», muchos de los grandes juristas escribieron que es correcto instarlas a que lo hagan. Y aunque se encuentren allí un hombre o dos, las mujeres no deben abstenerse de recitar «Zimún». Los hombres que allí se encuentren deben responder tras la mujer que dirige el «Zimún». Si los caballeros en cuestión ingirieron al menos un «kazait» o bebieron un «reviít», deberán responder conforme el texto regular del «Zimún». Si no ingirieron los alimentos suficientes deberán responder: «Baruj Umevoraj Shemó Tamid Leolam Vaed» (ver halajá 5).

08) Las personas no instruidas en cuestiones de Torá («Am Haaretz»)

En un principio nuestros sabios dijeron que los estudiosos de la Torá («Bnei Torá») no deben sumar para el «Zimún» a quienes no están instruidos en esta, en lo que fue en su momento una protesta de parte de nuestros sabios para con aquellos judíos que ni estudiaban Torá ni ayudaban a los eruditos, por lo que establecieron que no corresponde que los estudiosos compartan con estos una comida. No hay aquí – D´s no lo permita – la intención de separar entre los estudiosos y quienes no lo son. Si estos últimos desean acudir a estudiar Torá se les habrá de enseñar de buena gana, y en caso de que pidan ayuda es preceptivo actuar con ellos generosamente, siendo por supuesto contados para el minián. Empero el acercamiento afectuoso hacia ellos durante una comida, podría dar por tierra con la protesta llevada a cabo contra los «Amei Haaretz». Esto se debe a que la atmósfera parece liberarse y tornarse un tanto  abierta, y a veces incluye la ingestión de bebidas alcohólicas y no corresponde que los Bnei Torá se vinculen tanto a personas que no están conectadas a la Torá. Por ello, aunque hayan comido junto a él y sumen tres, dado que no corresponde que coman juntos no han de recitar el «Zimún» (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 47(B)). Empero si comieron juntos tres «Amei Haaretz» deben realizar «Zimún» (Meiri, Ritba, Beur Halajá 199:3, ‘מזמנין עליו’).

Empero más adelante, en días de los sabios medievales (rishonim) se dio la orden de no alejar a los no estudiosos de la Torá, pues de hacerlo estos formarían un marco propio por separado lo que los llevaría a alejarse aún más del camino de la Torá y los preceptos. Por lo tanto, no se diferencia entre la norma referente al «Zimún» y la referente al minián, y así como para el quorum del rezo se incluye a todo judío que desee sumarse aunque haya cometido trasgresiones graves en público como, por ejemplo, comer puerco u otras comidas prohibidas, de igual manera se incorpora a todo judío que así lo desee al recitado del «Birkat Hamazón» con «Zimún» de tres o de diez. Empero quien comete trasgresiones con el único propósito de desatar la ira de HaShem («over averot lehaj´ís»), como forma de protesta o desafío contra la Torá y quienes la observan, no corresponde sentarse a comer con él y por ende no se lo suma al «Zimún» (Shulján Aruj 199:3).

09) La incorporación de un niño al «Zimún»

Los sabios medievales y los de las últimas generaciones (ajaronim) debatieron respecto de si un niño se suma o no al «Zimún» (Beit Iosef 199:10).

En la práctica, según la costumbre de los ashkenazíes no se suma al niño para el «Zimún» y solamente a partir de que este llega a la edad de trece años se lo puede incorporar (Ramá 199:10).

Según la costumbre de los sefaradíes se suma al niño para el «Zimún» a condición de que entienda a quién se está bendiciendo y tenga al menos seis años. Por lo tanto, si comieron juntos dos adultos y un niño que entiende a quién se bendice, uno de los adultos habrá de recitar el «Zimún». Si comieron nueve adultos y un niño que entiende a quién se bendice, el adulto que recita el «Zimún» habrá de recordar el Nombre de D´s (Rabí Itzjak Bar Shehshet 451 tal como es citado por el Beit Iosef, Shulján Aruj 199:10).

10) Leyes referentes a la incorporación a un «Zimún» – en qué comidas y cuando

Siete personas que ingirieron pan y tres que comieron junto a estos «kazait» de frutas o verduras o incluso bebieron una cantidad equivalente a un «reviít» de cualquier bebida salvo agua – se suman al «Zimún» de diez pues estos tres quedan incluidos en la frase » que de lo Suyo hemos comido» y en su mérito será invocado el Nombre Divino. Si solamente seis ingirieron pan, dado que estos no conforman una mayoría significativa recitarán «Zimún» sin recordar el Nombre Divino (Shulján Aruj 197:2).

Los sabios medievales debatieron respecto del «Zimún» de tres personas. Según Rambám solamente si tres personas comieron pan se suman al «Zimún». En opinión del Rif aunque dos hayan comido pan y el tercero «mezonot», este último se suma al «Zimún». Según el Rosh, aunque el tercero solamente ingiera frutas, verduras o alguna bebida que no sea agua – se suma al «Zimún». En la práctica, si dos personas comieron pan, a priori habrán de pedirle al tercero que coma con ellos pan o al menos «mezonot», y a posteriori, aunque haya también comido con ellos frutas o verduras o si bebió una bebida nutritiva habrán de recitar «Zimún» con él (Shulján Aruj 197:3).

Quienes se suman deben tener cuidado en recitar la bendición final por lo que ingirieron después del «Zimún», y si se equivocaron y la recitaron antes del «Zimún» – ya no podrán sumarse a este. Por supuesto que quien recita el «Zimún» debe ser uno de los que ingirió pan.

¿Hasta cuánto tiempo después, dos personas que ingirieron juntas pan pueden sumar a un tercero para el «Zimún»? Mientras no decidieron dar por terminada su comida y todavía se encuentran en un estado en el cual de traerse a la mesa un alimento que a ellos les gusta de sobremanera comerían del mismo aunque sólo sea algo. Esto se debe a que en una situación de este tipo se considera que no terminaron de comer por completo y en caso de llegar una tercera persona, si los dos comensales no tienen prisa, es preceptivo que esperen a que el tercero coma y pueda sumarse al «Zimún». Si bien en la práctica los dos primeros no habrán de comer junto al tercero, dado que podían haberlo hecho y habrán de esperarlo hasta que éste coma, se suman los tres para el «Zimún» (Shulján Aruj 197:1).

11) El caso de quien necesita salir antes del «Zimún», por ejemplo, en una comida nupcial

La obligación que pende sobre el individuo de permanecer junto a sus compañeros hasta el «Zimún» aplica a situaciones comunes, empero en caso de fuerza mayor o gran necesidad está permitido separarse del grupo y recitar «Birkat Hamazón» sin «Zimún». Por ejemplo, quien precisa salir para evitarse una pérdida económica a los efectos de cumplir con un precepto – puede recitar «Birkat Hamazón» sin «Zimún». En una situación así, se considera una práctica piadosa que sus compañeros se sumen a él y reciten «Zimún», especialmente cuando los demás comensales son dos, es bueno que se sumen a éste en el «Zimún» pues de no ser así se habrán de perder el cumplimiento del precepto.

Esta regla se aplica muy a menudo en las comidas nupciales, ya que suelen ser muy largas y a muchas personas se les dificulta permanecer hasta que estas finalizan. Hay quienes en virtud de estas prolongadas comidas se les habrá de dificultar levantarse al día siguiente para rezar o habrán de sentir cansancio en sus respectivos trabajos. Otras personas acostumbran a fijar sesiones de estudio por las noches y en caso de quedarse hasta el final de la comida nupcial habrán de perdérselas. Todas estas personas y sus similares tienen permitido recitar «Birkat Hamazón» sin previo «Zimún». Empero quien no está realmente necesitado de retirarse, por cuanto que participó junto a los demás durante la comida, es su deber quedarse hasta el «Zimún» y las siete bendiciones correspondientes al «Birkat Hamazón» de comida nupcial («Sheva Berajot»).

De todas maneras, quien sabe de antemano que se verá en la necesidad de salir antes de la finalización de la comida – es correcto que tenga en mente que si bien come junto a sus compañeros de mesa no ha de conformar un grupo con ellos. En este caso es bueno que avise a quienes se sientan junto a él que deberá retirarse antes del final y de ese modo no se verá en el deber de recitar «Zimún» y podrá recitar solo el «Birkat Hamazón», aun cuando no medie un motivo de gran necesidad. En caso de que sus compañeros de mesa deseen sumarse a él en el «Zimún» – que lo recite con ellos pues de hecho comió en su compañía a pesar de que no fijó que habría de comer con ellos hasta el final, y por lo tanto pueden sumársele.

12) Quién participó del recitado de un «Zimún», ¿podrá sumarse a otro?

Tres personas que comieron juntas y una de estas deseó recitar «Birkat Hamazón» y retirarse y sus amigos aceptaron sumársele al «Zimún», en caso de que luego llegue otra persona y coma con ellos y desee recitar «Zimún», no podrán sumársele por cuanto que ellos ya cumplieron con su deber de recitar «Zimún» y no se puede recitarlo dos veces en una misma comida.

Empero si una persona se suma a sus dos compañeros que deseaban retirarse y recitó junto a ellos «Zimún» y luego llegaron otros dos y comieron junto a él, podrá sumárseles a los efectos de recitar «Zimún», por cuanto que hay dos personas que aún no cumplieron con su deber de recitarlo y pueden entonces sumar a un tercero que comió junto a ellos. Empero esta persona que ya recitó el «Zimún» no puede ser quien guíe su recitado porque ya cumplió previamente con su deber. De esta forma, la persona que ya recitó «Zimún» puede sumarse a dos nuevos comensales, y luego a otros dos sucesivamente de manera ilimitada. Siempre que haya in situ dos personas que aún no cumplieron con el precepto de recitar «Zimún» – esta persona puede comer junto con ellas un volumen equivalente a un «kazait» y a pesar de ya haber cumplido con su deber puede sumarse a un nuevo «Zimún» (Mishná Berurá 200:9).

Cuando diez personas comieron juntas y parte de ellas terminaron de comer y piden a quienes continúan haciéndolo que se les sumen al «Zimún» que incluye el recordatorio del Nombre Divino, tal como ya aprendimos en la halajá 3, si quienes terminaron de comer son la mayoría – la minoría se les debe sumar. Si quienes terminaron son minoría, la mayoría no está obligada a sumárseles, empero sería una acción piadosa de su parte el hacerlo. De todas maneras, cuando quienes están aún en medio de la comida se suman al «Zimún» de diez y luego continúan comiendo – podrán recitar «Zimún» al final de su comida sin mencionar el Nombre Divino, ya que por haberse sumado a un quorum de diez para recordarlo no perdieron el derecho de recitar «Zimún» para sí al final de su comida. Incluso en caso de haber quedado diez, no habrán de recitar «Zimún» mencionando el Nombre Divino pues ese precepto ya lo cumplieron y no se puede cumplir con él dos veces en una misma comida.

Si allí se sumaron cinco que todavía no recitaron «Zimún» y junto a quienes ya lo hicieron mencionando el Nombre Divino suman diez, y comieron junto a estos un «kazait» suplementario, los cinco nuevos tienen el deber preceptivo de recitar «Zimún» mencionando el Nombre Divino. Aunque no sean la mayoría del quórum, de todas maneras, a los efectos de recordar el Nombre Divino en el «Zimún» no hay necesidad que sean mayoría, sino que alcanza conque no sean minoría, siempre y cuando quien dirige el recitado del «Zimún» sea uno de los cinco nuevos (Mishná Berurá 200:9).

13) Copa de vino de bendición

Nuestros sabios establecieron que se bendiga «Birkat Hamazón» con una copa de vino a los efectos de que se recite con alegría y con carácter festivo, y esta copa es llamada «copa de bendición» («Kos Shel Berajá»). El vino tiene la particularidad de que nutre y alegra, y al bendecir a D´s con una copa de vino demostramos que la bendición es completa y que agradecemos al Eterno tanto por los alimentos que nos dio como por el contenido trascendente que confiere significación y alegría a nuestras vidas. En efecto, en el «Birkat Hamazón» expresamos el contenido Divino de nuestra existencia en este mundo que es el revelar la Presencia Divina en la tierra buena que HaShem nos dio por medio del pacto (circuncisión) y de la Torá, Jerusalém, el reino de Israel y el Sagrado Templo. Hay quienes no reflexionan sobre este punto y ven al «Birkat Hamazón» como un deber que recae sobre la persona, la cual tras haber disfrutado debe pagar un «impuesto» bajo la forma de una bendición a D´s. Pero en verdad el «Birkat Hamazón» es el punto álgido de toda la comida, pues a través del hecho de haber quedado satisfechos y de haber disfrutado de los alimentos podemos alcanzar el nivel sublime en el cual agradecemos y bendecimos a D´s. Cuando lo hacemos con una copa de vino, la alegría espiritual expresada en el «Birkat Hamazón» se manifiesta también bajo la forma de alegría corporal, pues tras haber tenido el mérito de bendecir a D´s bebemos del vino y nos alegramos ante HaShem.

Nuestros sabios dijeron (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 51(A)): «todo aquel que bendice con una copa llena de vino recibe heredad ilimitada» y «tiene el mérito de recibir porción en dos mundos, este y el venidero». Por medio de la inserción del contenido Divino del «Birkat Hamazón» con la alegría y el disfrute de este mundo, la bendición de HaShem se manifiesta de manera completa en este mundo y en el venidero. Dado que se trata de una bendición Divina carece de límites y aunque se manifieste en este mundo físico finito se expande ilimitadamente.

Los juristas debatieron respecto de en qué situación o circunstancia corresponde recitar «Birkat Hamazón» sobre una copa de vino. Algunos consideran que incluso una persona sola debe bendecir con una copa de vino y en caso de carecer de este y prevé que en un par de horas habrá de llegarle – mientras tanto no ha de comer pan para no tener que recitar «Birkat Hamazón» sin copa de vino. En caso de ser dos los comensales, cada uno debe bendecir con una copa de vino, y en caso de ser tres alcanza con una copa de vino para todos y quien dirige el «Zimún» lo recita sobre esta (Rosh y Tur).

Otros juristas entienden que solamente cuando hay deber de recitar «Zimún» de tres o de diez el «Birkat Hamazón» pasa a ser importante y requiere de copa de vino, empero cuando no se recita «Zimún» no se bendice con copa de vino (Hagahot Mordejí en nombre de Rabí Itzjak). Los kabalistas dijeron que, una persona sola que desee recitar «Birkat Hamazón» con una copa de vino – no tiene permitido hacerlo. Hay quienes entienden que, aunque se recite el «Zimún» en presencia de un «minián» no hay obligación de hacerlo con una copa de vino, sino que se trata de un precepto cuyo cumplimiento denota una especial excelencia (Rif y Rambám).

En la práctica, cuando no hay quienes reciten «Zimún» no se bendice con una copa de vino (Mishná Berurá 182:16), y cuando se bendice con «Zimún» es preceptivo hacerlo con una copa de vino mas no resulta obligatorio. Por ello, también quienes acostumbran a cumplir preceptos con excelencia, cuando se les dificulta conseguir vino o les incomoda beberlo o si no quieren esforzarse en conseguirlo no bendicen con una copa de vino. En Shabat y en Yom Tov se acostumbra poner mayor énfasis en esta práctica. Asimismo, en eventos alegres de importancia, cuando recitan el «Zimún» diez personas, se acostumbra a hacerlo con una copa de vino.

14) Leyes referentes a la copa de vino para la bendición

Nuestros sabios establecieron que varias bendiciones se reciten con una copa de vino: «Birkat Hamazón», «Birkat HaKidushín» (la bendición de enlace bajo el palio nupcial) y el «Kidush». En cada situación en la que nuestros sabios establecieron que se bendiga con una copa de vino se refieren a un vaso que contenga al menos el equivalente a un «reviít» de esta bebida (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 76(B)) que equivale al volumen de un huevo y medio (ver adelante 10:10).

La copa debe estar completa sin defecto o rotura algunos en su borde o en su base. Cuando se carece de una copa entera, a posteriori se puede recitar «Kidush» con una que posee alguna rotura. Empero si esta tiene una rajadura a través de la cual el vino fluye hacia afuera o si esta no contiene un «reviít» de vino no es apta (Shulján Aruj 183:3, Mishná Berurá 11, Shaar Hatziún 14).

Es correcto escoger una copa bonita para el «Kidush». En caso de que se disponga únicamente de un vaso desechable sencillo, a posteriori se puede recitar la bendición con este (Tzitz Eliezer 12:23 Pninei Halajá Shabat 6:6).

Es necesario tener el recaudo de que la copa esté completamente limpia y si se bebió de esta o si se ensució de cualquier otro modo – es menester que se la acondicione lavándola por dentro y enjuagándola por fuera (Shulján Aruj 183:1). A posteriori, cuando resulta difícil enjuagar la copa se la puede limpiar con una servilleta (Mishná Berurá 1).

Si bien desde el punto de vista de la norma alcanza con una copa que tenga capacidad para un «reviít», si esta tiene una capacidad mayor corresponde llenarla de vino pues es honroso para la bendición que sea recitada con una copa que fue llenada abundantemente. Hay quienes acostumbran cumplir la norma con excelencia y llenan la copa hasta el borde de modo tal que resulta claro que durante el recitado de la bendición, quien bendice habrá de volcar algo de vino. Empero se considera de mayor excelencia llenar la copa hasta cerca del borde para que no se derrame vino por parte de quien bendice y esta era la intención de nuestros sabios cuando se refirieron a «una copa colmada de vino» (Turei Zahav 183:4, Shulján Aruj HaRav 4, Mishná Berurá 183:9. Asimismo, queda demostrado de la Guemará en Berajot 52(B) de la explicación de las palabras de los discípulos de Hilel).

Nuestros sabios dijeron que se debe verter agua en el vino para que su ingestión sea agradable, pues en su tiempo el vino era de fuerte sabor («yain jai») y si no se atenuaba con agua su sabor era demasiado vigoroso (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 52(B)). Además, indicaron que se termine de servir la copa con la bendición por la tierra de Israel para de esa forma exteriorizar la alabanza de la tierra cuyos vinos son fuertes (ídem 51(A)). Empero, hoy en día que compramos el vino listo para beber, no es necesario suavizarlo pues antes de ser embotellado su sabor ya estaba acondicionado a la perfección (Ramá 183:2). Quienes detentan la usanza kabalísitica acostumbran a atenuar el vino con un poco de agua durante la bendición por la tierra de Israel (Kaf HaJaím 6).

Se debe servir el vino de la botella en aras del cumplimiento del precepto de la copa de bendición y es bueno hacerlo inmediatamente antes de recitarla (Ramá 183:2, Maguén Abraham 3).

Nuestros sabios dijeron (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 51(A)) que primeramente se tome la copa con ambas manos para de esa forma manifestar el cariño que se tiene por el precepto, y luego cuando se recite el «Zimún» y se bendiga es menester sostenerla únicamente con la mano derecha que es la más importante. Se debe sostener la copa con todos los dedos de modo tal que estos la rodeen, así como también elevar la copa un palmo por sobre la mesa de modo tal que todos los presentes la vean. Quien bendice debe mantener su vista sobre la copa para de esa forma no distraerse. En caso de así necesitarlo, puede mirar en el Sidur, y es bueno que este sea colocado cerca de la copa de modo tal que pueda mirar a ambos al mismo tiempo. Una vez que haya bebido del vino es bueno que también su esposa beba del mismo y de ese modo la bendición se extienda a ambos (Shulján Aruj 183:4).

15) La ingestión del vino

Tras concluir «Birkat Hamazón», quien dirigió el «Zimún» bendice «Boré Prí Haguefen» y bebe del vino. Desde el punto de vista de la norma, a los efectos de cumplir con el precepto de la copa de bendición alcanza con que quien dirigió el zimún ingiera el equivalente a «meló logmav», esto es, la cantidad de vino que llena todo el espacio de la boca cuando una de las mejillas está inflada y equivale a la mayor parte de un «reviít». Empero como no bebió un «reviít» completo se perdió la oportunidad de recitar la bendición final por el vino y por ello es conveniente que beba un «reviít» (volumen equivalente a un huevo y medio, 75 centímetros cúbicos) y después de hacerlo que recite la bendición de «Me´ein Shalosh» (ver Shulján Aruj 190:3).

Si a quien recitó el «Zimún» se le dificulta ingerir el vino en una cantidad de «meló logmav», puede bendecir y probar un poco de este y que uno de los comensales beba en su lugar la cantidad de «meló logmav» (Shulján Aruj Oraj Jaím 190:4). Si algunos de los comensales beben conjuntamente la cantidad de «meló logmav» los juristas debatieron respecto de si cumplieron o no con el precepto de la copa de bendición, y a posteriori nos respaldamos en la actitud más flexible (Shulján Aruj Oraj Jaím 271:14, Mishná Berurá 73, Pninei Halajá Shabat 6:5).

Si bien desde el punto de vista del precepto basta con que uno de los comensales beba de la copa de la bendición «meló logmav», es excelentemente preceptivo que todos beban de este vino, tal como se acostumbra hacer en el Kidush, de modo tal que todos sean socios partícipes en el cumplimiento. Específicamente, es preceptivo que la esposa también beba de la copa sobre la cual se ha recitado la bendición pues esto ayuda a que la misma se extienda a ambos (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 51(B)).

Al igual que en el caso del «Kidush», se debe poner esmero en que el vino de la copa de bendición no esté estropeado. Vino estropeado es aquel del cual ya se bebió. El vino se considera estropeado – pagúm – sólo para una nueva ingestión, esto es, el sobrante del «Kidush» del viernes por la noche es considerado estropeado para el «Kidush» de la mañana de Shabat. Empero el Shabat por la noche, quienes escucharon el «Kidush» pueden beber de la copa, aunque quien lo recitó ya haya bebido de esta. Esto es así porque esa ingestión se considera como continuación de quien recitó el «Kidush», por lo que el vino remanente en la copa no se lo considera estropeado para cumplir con él como precepto. Esta es la práctica habitual de muchos, por efecto de la cual, la mujer bebe de la copa con la que su marido recitó «Kidush». Sin embargo, respecto de los demás comensales y en especial aquellos que no pertenecen al núcleo familiar cercano, no es educado proceder así pues a muchas personas no les gusta beber de un vaso del que ya bebió otra persona previamente. Así se sentenció la halajá final, que una persona no debe dar de beber a su compañero de un vaso del cual él bebió previamente no sea que le provoque rechazo y se avergüence en decirlo. Además, quizás quien bebió primeramente del vaso está enfermo y el segundo al beber se estaría contagiando (Shulján Aruj Oraj Jaím 170:16, Mishná Berurá 37, adelante 12:5).

Por lo tanto, es preferible que quien recita la bendición vierta de su vaso a los demás vasos, empero en un caso así la ingestión de los demás comensales no es una continuación directa de la de quien bendijo, y dado que él ya bebió del vino este pasa a resultar estropeado para los demás comensales y no es digno de ser parte de la copa de bendición. La solución a esto es que quien recita la bendición, al terminar de beber agregue más vino a su copa lo cual hace que el vino pase del status de estropeado al de apto y luego de esa copa que sirva a los demás. Una mejor solución es que una vez recitada la bendición «Boré Prí Haguefen» y antes de comenzar a beber, quien recite vierta de la copa de la bendición a otro vaso del cual habrá de beber; de esa forma el remanente en la copa no se estropea y podrá servir de este a los demás comensales. Si el vino que queda en la copa no es suficiente para todos los que desean beber, podrá agregar más vino de la botella al que ya está en la copa y entonces servir a los vasos de los comensales.

La manera más excelente de proceder es que antes del «Birkat Hamazón» se sirva vino en los vasos de todos los comensales que deseen probar del de la copa de la bendición. No es necesario enjuagar previamente los vasos ni tampoco que cada uno de estos contenga un «reviít» de vino, sino que se sirvan la cantidad que deseen beber posterior al recitado de la bendición, pues en el caso de la copa de bendición lo principal es la copa de quien la recita y sólo en esta se debe tener el recaudo de que esté limpia y contenga un «reviít». Una vez que quien dirige el «Zimún» culmine el «Birkat Hamazón» debe recitar la bendición por el vino, todos responderán «Amén» y beberán de sus respectivos vasos. Esta forma es considerada como la más excelente porque no hay interrupción alguna entre que se escucha la bendición de «Haguefen» y se bebe del vino, y además este no es estropeado en absoluto por parte de la ingestión de quien recita la bendición.

Sin embargo, muchos son los que no ponen hincapié en cuestiones relativas a los modales y dan a beber a todos los comensales de la copa que bebió quien realizó la bendición: quien no siente repulsión por ello bebe de la misma y quienes sienten rechazo se abstienen de beber. Empero la forma más excelente de hacerlo, tanto en el caso del «Kidush» como del «Birkat Hamazón» es cuidar que no haya ningún defecto o desagrado posible respecto del vino de la copa de bendición para que todos puedan cumplir el precepto excelentemente y beber del vino.

Es importante destacar que los comensales cumplen con su deber mediante la bendición sobre el vino de quien dirige el «Zimún» únicamente si tuvieron la intención de que así sea. En cambio, si pensaron que no se les serviría vino y finalmente les trajeron la copa de la bendición o les sirvieron vino, deben recitar la bendición «Boré Prí Haguefen» antes de beberlo (Shulján Aruj 190:5).

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