Pninei Halajá

11 – La realización de labores durante Jol HaMo’ed

01 – El fundamento de su prohibición

Los días de Jol HaMo’ed son un punto intermedio entre los días festivos y los días comunes, y, en ellos, la realización de ciertas labores está permitida mientras que la de otras está prohibida.

La Torá enfatizó, tanto en la Fiesta de las Matzot como en la de Sucot, que el primero y el último día «Convocatoria sagrada tendréis, en ella no se hará labor alguna» (Vaikrá-Levítico 23:7-8, 35-36). Con respecto al Jol HaMo’ed, sin embargo, no fue dicho explícitamente que esté prohibida la realización de labores. No obstante, teniendo en cuenta que estos días se encuentran en medio de dos festividades y en cierta manera ellos mismos son denominados días de «convocatoria sagrada» (ídem 23:37) y dado que durante estos se ofrendan sacrificios festivos, no se puede trabajar en ellos como si se tratase de un día común. En efecto, nuestros sabios derivaron de un análisis minucioso de una serie de versículos que está prohibido trabajar durante los días de Jol HaMo’ed (Talmud Babilonio Tratado de Jaguigá 18(B)). Dicho esto, existe una diferencia entre un día de Yom Tov en el cual se prohibió toda obra de trabajo (melejet avodá) y los días de Jol HaMo’ed en los cuales se prohibieron solamente algunas labores.

En términos generales, puede decirse que en Shabat se prohibió la realización de toda labor (melajá), mientras que en Yom Tov se prohibió toda obra de labor (melejet avodá) pero sí están permitidas las labores domésticas vinculadas a la preparación de alimentos para ser ingeridos en el día. En Jol HaMo’ed se prohibieron las labores y las acciones que requieren de un gran esfuerzo y no están destinadas a los menesteres festivos o a evitar una pérdida (davar haaved).

Si bien el fundamento de la prohibición de la realización de labores en Jol HaMo’ed se deriva de la santidad con la que la Torá consagró a estos días, los sabios medievales (rishonim) debatieron acerca de la definición exacta de la gravedad de la restricción: ¿Se origina esta en la Torá o en las ordenanzas rabínicas? Muchos escribieron que una labor completa (melajá gmurá) que implique esfuerzo está prohibida por la Torá, y si es realizada para los menesteres festivos o para evitar una pérdida (davar haaved) – estará permitida. Los sabios, sin embargo, decidieron establecer un cerco alrededor de la Torá y prohibieron parte de las labores destinadas a los menesteres festivos o a evitar pérdidas.

Quien realiza una labor prohibida en Jol HaMo’ed entra en la categoría de quien menosprecia las festividades y no tiene porción en el Mundo Venidero (Mishná Avot 3:11, Rashí y Rabí Ovadiá de Bartenura). Nuestros sabios dijeron además (Talmud Babilonio Tratado de Pesajim 118(A)) que «todo aquél que desprecia las festividades se asemeja a quien practica idolatría».

Quien realizó labores en Jol HaMo’ed tiene prohibido disfrutar de su resultado, empero otras personas que no son parte de su hogar pueden hacerlo. En tiempos en los cuales el Beit Din tenía autoridad, se multaba a quien realizaba labores en Jol HaMo’ed y se destruía o malograba lo que había hecho (Shulján Aruj 538:6, Harjavot 11:1,11-13).

02 – Reglas generales de lo prohibido y lo permitido

La prohibición de la realización de labores en Jol HaMo’ed tiene como propósito que estemos libres para disfrutar de la festividad por medio del estudio de la Torá y las comidas festivas. Por ello, la regla general indica que una labor que implica esfuerzo está prohibida. «Esfuerzo» (toraj en hebreo) tiene dos significados: 1) Que requiera mucho tiempo. 2) Que la labor demande concentración. Es por ello que las labores profesionales (melejet umán) están prohibidas, aunque demanden poco tiempo. Por el contrario, labores que no implican esfuerzo están permitidas, aunque no sean realizadas para los menesteres festivos. Por lo tanto, se permite quitar una prominencia del suelo o de la pared, aunque se encuentre en una habitación que no es utilizada en la festividad, a condición de que ello no implique esfuerzo. Asimismo, se permite a un fotógrafo aficionado tomar fotografías que no son necesarias para la festividad y podrían ser tomadas una vez pasada esta. Se permite también encender un fósforo o una luz sin que ello sea necesario, o salir al dominio público llevando objetos innecesarios en los bolsillos (ver en Harjavot 11:2, 1-5).

Se permite realizar labores que llevan tiempo si son necesarias para la festividad como la cosecha de frutas, la caza de animales o la pesca, la molienda de granos de trigo, el exprimido de frutas y el embolsado o enlatado de alimentos para su posterior comercialización en las tiendas (adelante 3). Asimismo, se permite realizar labores destinadas a las demás necesidades humanas durante la festividad, tal como la reparación de una ventana para evitar que entre frío (adelante 5).

Se permite también realizar labores a los efectos de evitar una pérdida y este permiso recibe el nombre de «labor del objeto perecedero» (melejet hadavar haaved). Esta autorización está en cierto modo vinculada a las necesidades de la festividad, ya que le es muy difícil alegrarse a quien teme por una pérdida (ver adelante 12:2).

En la práctica, en Jol HaMo’ed existen cinco tipos diferentes de permiso o autorización: 1) Se permite una labor profesional si está destinada a la preparación de alimentos para la festividad. 2) Para todas las demás necesidades de la festividad se autoriza únicamente una labor amateur. 3) Quien carece de qué comer puede trabajar normalmente para poder adquirir los alimentos para la comida festiva. 4) En caso de pérdida u «objeto perecedero» se permite una labor profesional. 5) En el caso de que exista una necesidad pública en la que, de no realizarse dicha acción en Jol HaMo’ed se dificulte su realización en un momento posterior. En tales circunstancias permite la realización de una labor amateur (melejet hediot) (Mishná Berurá 530:2).

Dicho esto, dado que las halajot de Jol HaMo’ed incluyen numerosas reglas de las cuales se derivan normas que a veces parecen resultar contradictorias, nuestros sabios dijeron (Talmud Babilonio Tratado de Mo’ed Katán 12(A)) que «Las halajot de Jol HaMo’ed son ‘estériles’ y no se aprenden la una de la otra» (debemos entender este dicho como que las leyes relativas a Jol HaMo’ed son decretos únicos de los cuales no se puede desprender dictámenes ulteriores. N. de E.). Esto es, no se puede extrapolar, no es posible deducir a partir de una halajá otras agregadas, sino que se pueden extraer conclusiones prácticas únicamente después de haber estudiado la generalidad de las reglas de Jol HaMo’ed.

03 – La preparación de alimentos

Dado que el precepto de alegrarnos durante la festividad lo cumplimos por medio de las comidas, en Jol HaMo’ed está permitido realizar toda labor necesaria a los efectos de prepararlas, incluidas labores profesionales (melejet umán) o aquellas que impliquen un gran esfuerzo. Si bien en Yom Tov se permite también realizar labores a los efectos de preparar alimentos, existe una diferencia significativa entre ambos casos: en Yom Tov se permitieron únicamente aquellas labores que una persona acostumbra a realizar en el seno de su hogar, tales como cocinar u hornear; mientras que en Jol HaMo’ed se permitieron todas las labores necesarias para la preparación de alimentos, incluidas aquellas que se llevan a cabo en el campo o en las fábricas. A diferencia de Yom Tov que está permitido realizar labores únicamente para preparar la comida del día, en Jol HaMo’ed está también permitido preparar alimentos para el resto de los días festivos, incluso para el Shabat posterior a la festividad si cae junto al último día de Yom Tov (Shulján Aruj 533:1).

Por lo tanto, en Jol HaMo’ed está permitido recoger o cosechar frutas y verduras, empaquetarlas y transportarlas en camiones rumbo a las tiendas y los mercados. Asimismo, está permitido pagar a los empleados su salario, anotar recibos y todo lo necesario para cumplir con lo indicado por la ley. Se permite también utilizar máquinas avanzadas para cosechar y empacar, porque se autoriza la labor profesional (melejet umán) (Mishná Berurá 530:1). Igualmente, se permite faenar aves y animales, kasherizarlos y transportarlos a las tiendas para su posterior consumo en la festividad.

En Jol HaMo’ed se permite también realizar labores a los efectos de preparar las comidas que se podrían haber llevado a cabo antes de la festividad, ya que los sabios no quisieron de ninguna manera limitar los preparativos para no afectar la alegría festiva (Mishná Berurá 533:1). Dicho esto, a priori, cuando es posible, es mejor preparar los alimentos necesarios en los campos y las fábricas antes de la festividad para que los días de Jol HaMo’ed queden liberados para la alegría festiva.

Cuando se realizan labores con el fin de vender alimentos al público en general o de manera masiva, si se teme que quienes lo vean puedan pensar que son preparativos para después de la festividad, estos deberán realizarse discretamente, para que las personas no pierdan el respeto a la prohibición de la realización de labores en Jol HaMo’ed. Empero, cuando resulta claro que el trabajo se lleva a cabo para los menesteres festivos – no es necesario realizarlo discretamente. Por lo tanto, trabajadores de panaderías, incluidos los empleados encargados de la venta al público, tienen permitido trabajar públicamente pues todos saben que preparan pan fresco para la festividad. Sin embargo, los empleados de las fábricas de conservas y de chocolates, aunque estén preparando alimentos para su consumo durante la festividad, deberán trabajar discretamente, porque para quienes los vean esto no habrá de resultar claro (Shulján Aruj 533:5, 537:15, Levush allí, Shmirat Shabat Kehiljatá 66:13).

Durante Jol HaMo’ed está prohibido realizar una labor destinada a los días comunes posteriores a la festividad. Sin embargo, no es necesario limitarse a preparar solo lo exactamente necesario para la comida festiva, sino que se prepara en abundancia para todos los días de fiesta, y, si quedan sobrantes después de concluida la festividad, – se podrá disfrutar de ellas, a condición de que no sea una triquiñuela en la que uno no simule pretender preparar únicamente para la fiesta cuando en realidad prepara para los días posteriores a esta (Shulján Aruj 533:1).

Un agricultor que cultiva frutas, verduras y granos en sus campos, aunque pueda adquirirlos en la tienda – tendrá permitido tomarse el trabajo de ir a su parcela a cortar lo que desee para su consumo (Shulján Aruj 537:15).

04 – Utensilios empleados para la preparación de alimentos para las comidas festivas

En Jol HaMo’ed está permitido reparar utensilios o artefactos destinados a preparar los alimentos necesarios para la festividad (majshirei ojel nefesh) como hornallas a gas, hornos, licuadoras, cuchillos y brochets. Cuando es necesaria una reparación profesional, incluso cuando esta demande un tiempo prolongado, – se permite llamar a un técnico judío y pagarle por su trabajo. Esto es así, ya que tal como se permite hacer cualquier tarea a fin de elaborar alimentos para la festividad, de igual manera se permite reparar los utensilios por medio de los cuales dichos alimentos se preparan. Aun cuando sea posible pedir a los vecinos cocinar en sus hornallas, está permitido llamar a un técnico para que repare la hornalla propia (Shulján Aruj 540:7, Mishná Berurá 28).

Sin embargo, existe un aspecto diferencial importante y es con respecto a los alimentos. Aun cuando hubiera sido posible prepararlos con anterioridad a la festividad, y sin embargo no se hizo, sino que se pospuso la tarea para los días de Jol HaMo’ed, estará permitido prepararlos durante Jol HaMo’ed de manera artesanal. No es así, sin embargo, en el caso de los utensilios y artefactos. En el caso de estos, si pudieron haber sido reparados antes de la festividad y esto se pospuso para Jol HaMo’ed – estará prohibido repararlos. Si la reparación no se postergó voluntariamente para Jol HaMo’ed sino que esta es fruto de la negligencia o de la pereza – estará permitido reparar el aparato por medio de un profesional en Jol HaMo’ed (Ramá 540:8, Mishná Berurá 27, Sha’ar Hatziún 23).

Todo lo anterior se refiere a utensilios, empero en el caso de los «utensilios de utensilios», aun cuando no hubiese posibilidad de repararlos previo a la festividad no se podrá hacerlo durante Jol HaMo’ed por medio de una labor profesional. Sin embargo, se permitirá una labor amateur (melejet hediot) sin costo. Por ejemplo, está prohibido reparar profesionalmente redes para peces, pues estas no los preparan para su ingestión como el horno o las hornallas de la cocina, sino que simplemente ayudan a atraparlos (Shulján Aruj 541:1). Asimismo, cuando se precisa una escalera para bajar alimentos de un depósito alto, queda prohibido hacerlo por medio de una labor profesional y se permite únicamente por medio de una labor amateur, ya que la escalera no participa directamente de la preparación de alimentos sino que simplemente ayuda a traerlos. De igual manera, está prohibido reparar por medio de labor profesional una mesa sobre la cual se come, un lavavajillas o un mármol sobre el cual se preparan alimentos por cuanto que todos estos son «utensilios de utensilios» (majshirei majshirim).

Cuando una canilla o llave de agua de la cocina se rompe, si resulta dificultoso utilizar otra canilla del hogar para preparar los alimentos festivos – se permite repararlo por medio de una labor profesional. Esto se debe a que se hablamos de un instrumento necesario para la preparación de alimentos (majshir ojel nefesh) y por su intermedio llega a nosotros el agua necesaria para beber o cocinar. Igualmente, cuando el sistema eléctrico se descompone se permite repararlo por medio de una labor profesional, pues su correcto funcionamiento es necesario para la iluminación del sitio donde se habrá de comer, al igual que para el funcionamiento del horno y del calentador eléctrico de agua.

05 – Necesidades corporales

Así como se permite realizar toda labor necesaria para la preparación de alimentos, de igual manera se permite realizar cualquier labor relativa a una necesidad corporal. Cuando existe una necesidad de este tipo se permite pagar a un profesional para que la efectúe. Por ejemplo, si en días invernales se rompe la ventana, se permitirá repararla por medio de un especialista para evitar que el frío ingrese al hogar. Asimismo, en días fríos se permite reparar la calefacción por medio de un profesional para poder así calentar la casa. En días especialmente calurosos, se permite también reparar el aire acondicionado de la casa por medio de un profesional, porque evitar un gran sufrimiento a los miembros del hogar entra en la categoría de necesidad corporal (Mishná Berurá 540:19, Beur Halajá 542, ‘אפילו’, Shmirat Shabat Kehiljatá 66: nota 203).

También se permite reparar los desagües o los baños por medio de una persona idónea y así evitar un gran sufrimiento de los residentes del hogar (ver Shmirat Shabat Kehiljatá 66:58).

Se permite reparar la ducha por medio de un técnico, pues ducharse es considerado una de las necesidades corporales. No obstante, cuando es posible utilizar la ducha, se prohíbe reparar la bañera por cuanto que se trata de un placer suntuario que no resulta indispensable para la festividad.

Cuando la reparación en cuestión, destinada a satisfacer una de las necesidades corporales implica un trabajo grande y público que se prolonga en el tiempo, tal como romper una pared para reparar la cañería – se puede autorizar únicamente si resulta sumamente necesario para la alegría festiva. Cuanto mayor sea la necesidad, mayor es la medida en la que se pueden permitir trabajos prolongados y públicos (ver adelante 12:2, Shmirat Shabat Kehiljatá 66: nota 67).

Cuando el único teléfono disponible de la familia se daña, estará permitido repararlo, pues en virtud de lo indispensable que resulta el aparato en la actualidad, su reparación entra en la categoría de necesidad corporal. Cuando hay una gran necesidad de contar con un teléfono suplementario, se permitirá también repararlo.

Una mujer tiene permitido maquillarse, peinarse y trenzar su cabello ilimitadamente, incluso por medio de una maquilladora profesional a la que le paga por su trabajo, pues en Jol HaMo’ed se permite toda labor que embellece el cuerpo. Asimismo, una mujer tiene permitido depilarse, pero no puede cortarse el pelo, ya que nuestros sabios decretaron que no nos cortemos el pelo en Jol HaMo’ed (adelante 9). De igual manera, una mujer tiene permitido realizar un tratamiento que en un inicio le provoque a su cutis adquirir una tonalidad rojiza a condición de que el procedimiento mejore su aspecto en la festividad (ídem Mo’ed Katán 8(B), 9(B), Shulján Aruj 546:5). Empero a priori, es preferible llevar a cabo los tratamientos profesionales antes de la festividad para recibirla del modo más digno y estético posible y para que los días queden libres para la alegría festiva.

Joyas, ropa y pelucas no son consideradas necesidades corporales, sino que entran en la generalidad de lo necesario para la festividad. Por lo tanto, se las puede reparar únicamente por medio de una labor amateur y gratuita pero no profesional.

Está permitido recibir dinero por cuidar bebés porque esto entra en la categoría de las necesidades corporales (Shmirat Shabat Kehiljatá 66: nota 160).

06 – Medicina

Tal como en Jol HaMo’ed se permite realizar toda labor necesaria para la preparación de alimentos, también se permite llevar a cabo todo procedimiento médico destinado a mitigar un dolor o una molestia, por hallarse estos en la categoría de necesidad corporal (Shulján Aruj 532:2). Una persona sana tiene también permitido tomar medicamentos y aplicarse pomadas o ungüentos a los efectos de mantener su salud.

Quien sufre de dolor de muelas tiene permitido ir al dentista para que este lo someta al procedimiento que haga falta, aunque en la práctica, los dolores vayan a desaparecer recién después de la festividad. Sin embargo, en Jol HaMo’ed está prohibido continuar tratamientos que no están destinados a evitar el dolor o salvar un diente. En Jol HaMo’ed se prohíbe también pedir cita para una ortodoncia o una limpieza bucal ya que no es necesario que se lleven a cabo en la festividad. El hacerlo en esos días implica un desprecio por la festividad y se asemeja a quien programa su labor para realizarla durante la fiesta (ver Shmirat Shabat Kehiljatá 66: nota 88 y 92).

De igual manera, está prohibido pedir cita para una revisión periódica durante Jol HaMo’ed, ya que esto no reporta beneficio para la festividad. Sin embargo, si se trata de un médico especialista, en cuyo caso de no aceptarse el turno fijado para esos días se habrá de perder la posibilidad de ser revisado por un profesional de esa jerarquía, – se permite aceptar el turno y acudir a la consulta, pues esto se asemeja a una situación de «pérdida económica» (davar haaved).

Quien ha de ser intervenido quirúrgicamente con cierta urgencia debe intentar programar la operación para antes de la festividad. De no ser esto posible, si se teme que hasta pasada la festividad su situación haya empeorado o tanto en cuanto el paciente vaya a sufrir, aunque no se trate de un caso de riesgo de vida – se permite realizar la intervención en Jol HaMo’ed.

En el caso de alguien al que se le rompen las gafas, si los ha de precisar durante la festividad, podrá llevarlos a la óptica para repararlos por tratarse de una necesidad corporal. Está prohibido, sin embargo, cambiarle el armazón por motivos estéticos, y tampoco se pueden reparar lentes de sol, ya que no se necesitan por cuestiones de salud (Igrot Moshé Oraj Jaím 3:78, Shmirat Shabat Kehiljatá 66: nota 88).

07 – Menesteres festivos en prendas de vestir y labor amateur

Tal como estudiamos, se permite realizar labores incluso profesionales, si se trata de necesidades corporales tales como obtener alimentos o medicinas y, de ser necesario, se permite abonar el importe correspondiente. Sin embargo, en el caso de los demás menesteres festivos, únicamente se permite realizar labores no profesionales y está prohibido abonar por ellas. Se prohíbe, incluso, delegar la labor para que la realice un profesional gentil durante Jol HaMo’ed (Shulján Aruj 541:4-5, adelante 12:15).

Por lo tanto, quien precisa reparar una vestimenta que se descosió para vestirla durante la festividad podrá repararla por medio de una labor amateur. Esto es, que la repare una persona común cuya costura es evidente que no es profesional, y lo haga según su modo habitual. En el caso de quien sabe coser profesionalmente, deberá reparar la prenda de un modo diferente al habitual (beshinui), haciendo sus puntadas más distanciadas la una de la otra y no en línea recta (Shulján Aruj 541:5). Se permite coser un botón que se cayó pues se trata de una labor amateur, e incluso un profesional puede coserlo del modo habitual.

Quien no sabe reparar su prenda de manera amateur, puede pedir a un amigo sastre que la repare de un modo diferente al habitual, como un aficionado, a condición de que no se le pague por ello. Esto se debe a que el pago transforma a la acción en importante y en profesional. Esta es la regla general: está prohibido pagar por todo aquello que está permitido realizar únicamente por medio de una labor amateur – está prohibido pagarlo.

Quien antes de Yom Tov sabía que su prenda de vestir estaba rota, que iba a necesitarla durante la festividad y a pesar de ello pospuso su reparación para los días de Jol HaMo’ed – tendrá prohibido repararla en esos días incluso por medio de una labor amateur, por cuanto que programó su labor para los días festivos (Mishná Berurá 540:9).

Está permitido planchar prendas de vestir de modo casero, para vestirlas durante la festividad, empero se prohíbe marcarles los pliegues tal como lo hace el planchado profesional (Shulján Aruj 541:3, Mishná Berurá 9).

En Jol HaMo’ed está prohibido reparar calzado por medio de una labor profesional, empero se permite una reparación menor de tipo amateur como pueda ser, por ejemplo, quitarle un clavo (Shulján Aruj y Ramá 541:4).

En Jol HaMo’ed está permitido lustrar los zapatos, y si bien hay quienes son más estrictos en ello, la idea principal es conforme a la opinión permisiva, por tratarse de una labor amateur necesaria para la festividad.

08 – Necesidades hogareñas vinculadas a la festividad y la labor amateur

Se permite lavar el piso con un trapo, se prohíbe limpiarlo de un modo especial o encerarlo por tratarse de una labor profesional. Asimismo, está prohibido realizar en el hogar una limpieza especial, diferente a las que se suele llevar a cabo una vez cada varias semanas (por ejemplo, limpiar las ventanas), ya que quien lleva a cabo labores de mantenimiento que se efectúan cada varias semanas, demuestra que programó su labor para realizarla durante la festividad y con ello menoscaba su esencia (Shulján Aruj 540:2, Shmirat Shabat Kehiljatá 66:47). De igual manera, se permite limpiar las alfombras y aspirarlas con una aspiradora doméstica, pero se prohíbe someterlas a una limpieza profunda o sacudirlas en el balcón tal como se suele hacer en contadas ocasiones durante el año.

Se permite reparar temporalmente de un modo amateur muebles que se rompieron si esto no demanda un gran esfuerzo. Por ejemplo, se permite pegar la pata de una silla, pero se prohíbe hacerlo profesionalmente.

Cabe recalcar que todo el permiso para limpiar la casa o las alfombras y reparar los muebles de manera amateur es a condición de que la labor esté destinada a los menesteres festivos. Sin embargo, cuando no se tiene la intención de seguir usando la casa en Jol HaMo’ed, estará prohibido esforzarse en su preparación y en su limpieza para los días posteriores a Jol HaMo’ed (Shulján Aruj y Ramá 541:4-5, Mishná Berurá 12).

Si un trozo de cemento se pegó al suelo y molesta para caminar o afea la casa, se permitirá retirarlo con la mano o por medio de una herramienta de manera amateur, aunque esto implique un esfuerzo (ver arriba halajá 2).

Se permite regar las plantas por medio de una manguera o de un tipo de recipiente con el que se suele hacerlo cada varios días, tanto si las plantas se encuentran en macetas como si están en el jardín, a condición de que el riego esté destinado a embellecer tanto la casa como el jardín en los días festivos. Asimismo, se permite cortar flores y ramas para decorar la casa durante la festividad, por cuanto que el riego o el corte de las flores es una labor amateur (Shmirat Shabat Kehiljatá 66:57). En caso de que de no hacerlo se pueda  ocasionar daño a las plantas, estará permitido regarlas aunque no sea para menesteres festivos, ya que esto entra en la categoría de labor para evitar una pérdida (melejet davar haaved) (adelante 12:2).

09 – Afeitado y corte de cabello

Dado que es preceptivo afeitarse y cortarse el cabello previo a la festividad, nuestros sabios prohibieron hacerlo en Jol HaMo’ed. Esto es, a pesar de que la regla indica que en Jol HaMo’ed se permite realizar una labor destinada al cuidado corporal, razón por la cual se permite retirar del cuerpo todo cabello que implique una molestia, nuestros sabios prohibieron cortar el cabello y la barba en estos días porque temieron que de ser esto posible las personas pospusieran los cortes para Jol HaMo’ed, deshonrando así la festividad e ingresando al Yom Tov con el cabello crecido y desaliñado. Por efecto de esta prohibición, las personas habrán de apresurarse a cortar su cabello antes de la festividad (ídem Mo’ed Katán 14(A), Shulján Aruj 531:1-2).

En el pasado, los sabios flexibilizaron su criterio para con aquellas personas provenientes de una lejana costa que llegaban en caravana al inicio de una festividad y que por lo tanto no habrían tenido ocasión de cortarse el cabello, permitiéndoles hacerlo durante Jol HaMo’ed de manera discreta (ídem Mo’ed Katán 13(B), Shulján Aruj 531:4-5). En la actualidad, sin embargo no se debe ser flexible en esta cuestión porque los viajes son breves y en todas partes es posible cortarse el cabello. De todas maneras, quien se perdió en un paraje desértico durante semanas y recién durante la festividad logró ser rescatado – podrá cortarse el cabello en Jol HaMo’ed de manera discreta.

Tal como ya hemos estudiado, la prohibición recae únicamente sobre el cabello de la cabeza y la barba, que al crecer más de la cuenta según lo acostumbrado por la persona, le hacen verse desarreglada pareciendo despreciar así la festividad. Con respecto al resto del vello corporal, sin embargo, incluido el bigote, los sabios no decretaron nada por lo que está permitido cortarlo en la festividad (Shulján Aruj 531:8, Sha’ar Hatziún 15). Cuando una persona tiene heridas debajo del cabello de la cabeza tendrá permitido cortarlo para aliviar su sufrimiento o curarse (Mishná Berurá 531:21).

Está permitido cortar el cabello de un niño pequeño a quien este le creció tanto al grado de que le molesta. Esto se debe a que aún no ha llegado a la edad en la cual está obligado a cumplir preceptos, con lo que no tiene el deber de prepararse para la festividad, y de todas maneras los sabios no decretaron sobre él la prohibición del corte de pelo en Jol HaMo’ed (Shulján Aruj 531:6). Quienes acostumbran festejar el primer corte de cabello de un niño al llegar este a la edad de tres años pueden hacerlo en Jol HaMo’ed. En caso de que el niño cumpla años antes de la festividad, se permite también posponer el corte de cabello para Jol HaMo’ed e incrementar así la alegría (Gan HaMelej, Sha’arei Teshuvá 531:7).

En nuestros días se despertó una gran interrogante: ¿Le está permitido afeitarse en Jol HaMo’ed a aquel que acostumbra hacerlo a diario? Hay quienes entienden que la prohibición se mantiene inamovible ya que nuestros sabios decretaron no cortarse el cabello ni afeitarse en Jol HaMo’ed. En la práctica, no obstante, nos parece que todo aquel que acostumbra afeitarse a diario y tuvo la precaución de hacerlo de cara al primer día festivo – puede afeitarse en Jol HaMo’ed, ya que no fue descuidado en honrar la festividad y el afeitado en víspera de Yom Tov no le dura para todos los días festivos, por lo que tiene permitido y hasta está preceptuado de hacerlo en los días intermedios. Esto resulta especialmente preceptivo previo al Shabat Jol HaMo’ed y previo al Yom Tov final. Empero, en el caso de aquel cuyo padre acostumbra adoptar una actitud más estricta, – es preferible no faltarle el respeto al progenitor y actuar como él.

10 – El corte de uñas

Quien tiene las uñas crecidas, es correcto que se las corte en honor a la festividad. Empero a posteriori, según la opinión mayoritaria de los juristas, quien no se haya cortado las uñas previo a la festividad puede también hacerlo en Jol HaMo’ed, tal como se permite hacer todo aquello que resulta provechoso para el cuerpo (Rif, Rambám, Rosh, Sefer Mitzvot Gadol, Shulján Aruj 534:1). Hay quienes adoptaron una actitud más estricta y entienden que, así como los sabios prohibieron cortarse el cabello en Jol HaMo’ed, de igual modo prohibieron cortarse las uñas, para de esa forma motivar a las personas a que lo hagan previo a la festividad y no ingresen a esta con las uñas largas (Sefer Mitzvot Katán, Terumá).

Si bien la opinión principal es la flexible, los judíos ashkenazíes y algunas de las comunidades sefaradíes acostumbraron a adoptar una actitud estricta y no cortarse las uñas en Jol HaMo’ed (Maguén Abraham, Mishná Berurá 2, Aruj HaShulján 2). Asimismo, quien acostumbra cortar sus uñas cada víspera de Shabat podrá hacerlo en la víspera de Shabat Jol HaMo’ed, aunque no se las haya cortado en la víspera de la festividad (Najalat Shiv’á 2:57).

11 – La prohibición de lavar ropa

Es preceptivo lavar la ropa previo a la festividad, y para que las personas no sean negligentes en ello, los sabios prohibieron lavar ropa en Jol HaMo’ed.  Esto es, a pesar de que según las reglas de la halajá se debería permitir lavar ropa en Jol HaMo’ed si es para vestirla durante la festividad por tratarse de una labor amateur destinada a los menesteres festivos, esto se prohibió para que las personas no pospongan el lavado de ropa para Jol HaMo’ed por estar entonces libres de trabajo, menospreciando así la festividad e ingresando a esta cuando sus ropas están sucias (ídem Mo’ed Katán 14(A), Shulján Aruj 534:1). Por lo tanto, está prohibido lavar camisas, pantalones, vestidos, faldas o polleras, trajes y demás; pero se permite lavar ropa de bebés y niños pequeños que suelen ensuciarse a menudo. Esto se debe a que aunque lave sus ropas antes de la festividad, estas van a volver a ensuciarse, por lo que es mejor lavarlas para que las usen durante los días festivos (tal como se explica en la siguiente halajá).

Se permite quitar una mancha de una prenda de vestir de adultos por medio de agua o quitamanchas, porque las manchas no están incluidas en el decreto rabínico. Sin embargo, mientras se tenga aún una prenda limpia, es mejor vestirla y no limpiar la mancha. En caso de que la prenda que se manchó es la que uno se quiere poner – se permite limpiar la mancha para vestirla en Jol HaMo’ed o en la festividad (ver Shmirat Shabat Kehiljatá 66:72).

Los sabios permitieron a quien tiene solamente una prenda lavarla durante Jol HaMo’ed, pues aunque la lave previo a la festividad, por lógica esta podrá ensuciarse durante los siete días festivos, y los sabios no tuvieron la intención de decretar sobre esta persona que vista ropa sucia en estos días. Por lo tanto, quien tiene una sola camisa que se ensució, o quien tiene un solo vestido que se ensució – podrá lavarlos. Es necesario tener cuidado de lavar la prenda de manera discreta, esto es, con una máquina de lavar doméstica y evitar tenderla afuera.

Por el contrario, quien posee dos prendas, aunque se le ensucien y se lamente por vestirlas, los sabios no le permitieron lavarlas en la festividad, porque estas deberían alcanzar para todos los días festivos. Aunque una de las prendas resulte menos elegante, se considera a la persona como quien posee dos y tendrá prohibido lavar ropa en Jol HaMo’ed. Asimismo, una mujer que posee un vestido completo y por otra parte una pollera o falda y una camisa, se la considera como quien posee dos prendas, y aunque ambas estén un poco manchadas – estará prohibido lavarlas y deberán ser vestidas tal como están.

Quien posee una prenda para Shabat y festividades y otra para los días comunes, si no acostumbra a salir con ropa de días de semana en Shabat, se lo considera como quien posee una sola prenda para Shabat y festividades y en caso de que esta se ensucie podrá lavarla a máquina previo al segundo Yom Tov.

Cuando todas las prendas se ensuciaron mucho, a tal punto que para evitar avergonzarse la persona preferiría no salir de su casa, tendrá permitido lavar una prenda para no tener que quedarse encerrado en su hogar (planchado doméstico se permite, tal como vimos arriba en la halajá 7).

12 – Prendas que está permitido lavar

Prendas que suelen ensuciarse a menudo, como ropa de bebés y niños pequeños – pueden lavarse en Jol HaMo’ed para ser vestidas durante la festividad. Esto se debe a que nuestros sabios prohibieron lavar ropa durante la festividad, con la finalidad de que sean lavadas antes de Yom Tov y no se posponga el lavado para Jol HaMo’ed, empero no decretaron sobre prendas que, aunque sean lavadas antes de la festividad, será necesario volver a lavarlas en el correr de la misma. Y no es necesario lavarlas de manera discreta, porque todos saben que está permitido lavar este tipo de ropa.

Sin embargo, es necesario lavar toda la ropa de los bebés y niños antes de Yom Tov, y solamente después de que hayan usado toda su ropa limpia, se permitirá lavar las prendas necesarias para la festividad. Si al niño no le queda una prenda limpia para la festividad estará permitido lavarle ropa, aunque tenga todavía una prenda limpia para los días comunes. Es importante tener cuidado de no lavar conjuntamente con las prendas destinadas a los días festivos con otras destinadas a los días comunes posteriores. En caso de no haber lavado la ropa antes de la festividad, la opinión de muchos de los juristas es que corresponde adoptar una actitud estricta y no lavar en Jol HaMo’ed porque parece como si se hubiese programado realizar la labor en tiempo festivo. En la práctica, no se debe castigar a los niños adoptando este criterio y, a posteriori, se permite lavar prendas que se ensuciaron en la festividad junto a las que no fueron lavadas antes del primer Yom Tov.

Por lo general, niños a partir de la edad de nueve años en adelante, ya no ensucian sus ropas por lo que no hay autorización para lavarlas en Jol HaMo’ed. Dicho esto, si se trata de niños que suelen ensuciarse con frecuencia, se permite lavar su ropa para ser usada durante la festividad aunque tengan ya nueve o diez años de edad.

Las toallas para las manos que suelen cambiarse cada día o cada dos y manteles que se ensucian a menudo – si se han ensuciado todos, se permite lavar lo necesario para la festividad en Jol HaMo’ed (Shulján Aruj 534:1). Lo mismo sucede con los calcetines y la ropa interior, los cuales suelen cambiarse a diario a causa de la transpiración.

Tras haber usado toda la ropa interior limpia, se permite lavar lo necesario para el resto de la festividad.

13 – Escritura

Al igual que todas las labores, también la escritura está prohibida durante Jol HaMo’ed, por lo que está prohibido escribir, aunque tan solo sea una letra de rollos de la Torá, tefilín y mezuzot. Igualmente, se prohíbe escribir documentos legales o cuentas comerciales, y tampoco se pueden escribir trabajos o exámenes (Shulján Aruj 545:1,6).

Se prohíbe escribir profesionalmente durante la festividad incluso si se trata de un menester festivo, esto es, letras de imprenta o escritura cursiva que denota esfuerzo por embellecer lo escrito y enderezarlo. Empero se permite escribir de modo amateur si es para un menester festivo, tal como suelen escribir las personas cuando lo hacen sin especial esmero por embellecer la letra. Por lo tanto, quien desee adquirir productos alimenticios para la festividad puede escribir en letra cursiva la lista de alimentos que necesita.

Asimismo, se permite escribir en letra cursiva una carta amistosa a un amigo, pues eso también es menester festivo, ya que por su intermedio se incrementan la alegría y la amistad. Y solo con la condición de que no haya programado esa labor para realizarla durante Jol HaMo’ed, pues si desea escribir a sus amistades que no lo posponga para la festividad (Mishná Berurá 545:31).

Asimismo, se permite escribir la dedicatoria a un presente que se obsequia a un amigo. Si desea obsequiarle un libro puede escribir sobre este una dedicatoria (Shulján Aruj 545:5). Hay juristas que adoptan una actitud más estricta y entienden que se permite escribir la dedicatoria con escritura amateur, esto es, escribir la primera línea torcida; y quien desea adoptar una actitud más flexible puede hacerlo, ya que en la práctica es la opinión de la mayoría de los juristas (ver Mishná Berurá 35).

La escritura en una computadora es considerada escritura amateur, por lo tanto, se permite escribir una lista de compras en la computadora e igualmente se permite enviar un mensaje de texto (SMS) por teléfono o enviar una carta amistosa por correo electrónico. Empero toda escritura que no sea necesaria en la festividad está prohibida, ya que también las labores amateurs resultan prohibidas si no se realizan en aras de satisfacer los menesteres festivos.

Quien estudia Torá y desea resumir temas con escritura amateur o en la computadora a los efectos de concentrarse mejor en su estudio – podrá hacerlo, ya que se trata de escritura en aras del cumplimiento de un precepto (ver adelante 12:11, 12:13, allí se aclarará la norma respecto de la acción destinada al cumplimiento de un precepto).

Imprimir en una impresora es considerada por parte de los juristas como una labor profesional (melejet umán), y si bien se trata de una acción muy sencilla, dado que su consecuencia es una labor profesional corresponde a priori conducirse conforme la opinión más estricta y no hacerlo en Jol HaMo’ed (adelante 12:14 se aclarará la norma respecto de la escritura destinada a la labor del tribunal rabínico y una posible pérdida o «davar haaved»).

14 – Juegos y la labor creativa

Si bien la escritura, el dibujo, el corte, el pegado y la costura se incluyen entre las labores prohibidas en Jol HaMo’ed, los niños pequeños tienen permitido escribir, dibujar, cortar, pegar o coser si es bajo la forma de juego. Esto es así porque no pueden dedicarse al estudio de la Torá como los adultos y naturalmente suelen jugar el día entero, siendo esta la actividad que les brinda placer por lo que resulta para ellos una necesidad o menester festivo. Mientras se lleve a cabo de manera amateur estará permitido. Incluso, los adultos tienen permitido ayudarles en sus juegos porque se trata de una labor amateur destinada a un menester festivo.

Sin embargo, un adulto tiene prohibido dibujar, plegar papel de modo artístico (origami) o realizar otras tareas creativas para su deleite, porque naturalmente los adultos tienden a embellecer su obra lo más posible lo cual las transforma en labores profesionales o melejet umán, las cuales están prohibidas en Jol HaMo’ed. Asimismo, está prohibido preparar para los niños pequeños producciones de alto nivel, pues ya estudiamos que labores profesionales en Jol HaMo’ed se permiten únicamente para necesidades corporales o a los efectos de preparar alimentos para la festividad; mientras que para otros deleites se permiten únicamente labores amateurs. En la medida que el niño se acerca a la edad en la que debe comenzar a cumplir con los preceptos, se le debe inculcar a dejar de jugar por medio de la realización de las labores antes mencionadas en Jol HaMo’ed y dedicarse más a la Torá y a todo lo que le satisfaga que no implique la realización de una labor.

Un adulto tiene permitido llevar niños a talleres creativos tales como pintura sobre recipientes de arcilla durante Jol HaMo’ed e incluso tendrá permitido ayudar al niño en su labor. Sin embargo, un adulto tiene prohibido pintar sobre dichos recipientes.

Está permitido jugar juegos en la computadora a pesar de que se escriben letras o generan figuras que quedan registradas en la memoria. También los adultos pueden jugar a estos juegos por cuanto que se trata de una labor no profesional y las labores amateurs en aras de disfrutar están permitidas en Jol HaMo’ed. Esto es así a condición de que estas actividades no vayan a postergar o anular la ocupación principal festiva que es el estudio de la Torá.

15 – Viajes, paseos y esparcimiento

Se permite en Jol HaMo’ed viajar a los efectos de realizar un paseo, pues todo aquello que los judíos suelen disfrutar sin implicar un esfuerzo se considera como menester festivo y para esto se permite realizar una labor amateur tal como conducir un automóvil. Sin embargo, está prohibido viajar si no es por una necesidad festiva, como el caso de tomar clases de conducir o por algo relacionado con el trabajo para después de la festividad.

Se permite viajar en autobús, tren o taxi y pagar por el viaje si es para un menester festivo. Se permite a choferes judíos trabajar por dinero en los autobuses o trenes durante Jol HaMo’ed, por tratarse de una necesidad pública. Respecto de los choferes de taxi es correcto que se abstengan de trabajar. En caso de ser una necesidad pública, puede continuar trabajando durante Jol HaMo’ed.

Quien tiene que viajar en Jol HaMo’ed puede efectuar reparaciones leves en su automóvil, de aquellas que un amateur es capaz de realizar. Otro tanto ocurría en el pasado cuando las personas montaban sus caballos, y los sabios permitieron ocuparse del caballo de modo amateur, esto es, arreglar sus cascos o herraduras (ídem Mo’ed Katán 10(A), Shulján Aruj 536:1). Por lo tanto, en caso de necesidad se permite cambiar una rueda o realizar una labor de reparación simple que no requiere de herramientas especiales o conocimientos profesionales. Sin embargo, una reparación de tipo profesional se permite únicamente en caso de ser necesario evitar una pérdida (tal como se verá adelante 12:2).

Se permite lavar los parabrisas del automóvil, empero se prohíbe lavar al automóvil entero porque todo aquel que llevara a cabo tareas de mantenimiento que suelen realizarse una vez cada varias semanas – estaría disminuyendo el sentido de la festividad. Empero, si debido a un paseo de Jol HaMo’ed el automóvil se ensucia demasiado al grado que resulta vergonzoso viajar en él se lo puede lavar si es para utilizarlo durante los días festivos.

Consideramos que el permiso que se dio para realizar paseos en Jol HaMo’ed tiene por intención facilitar excursiones breves que no cansan ni demandan ingentes esfuerzos y encajan en la tendencia general de estos días, esto es: descansar de la realización de labores y alegrarse por medio de las comidas festivas y el estudio de la Torá. Ya aprendimos (arriba 1:6, 10:6) que se debe dedicar la mitad del día al estudio de la Torá y por ende los paseos entran en la otra mitad del día en la que deben llevarse a cabo también las comidas. Sin embargo, nos parece que si es en aras de ascender a la ciudad sagrada de Jerusalém – se permite realizar un viaje prolongado.

16 – Comercio y compras

El comercio está prohibido en Jol HaMo’ed, incluidas la compra y la venta, el alquiler o la renta como propietario o inquilino, porque la festividad fue dada a los hijos de Israel para que en ella coman, beban y estudien Torá, mientras que la ocupación en el comercio demanda esfuerzo y preocupación y puede llevar también a un mal momento cuando una transacción no resulta exitosa. Si bien una transacción menor no genera un gran esfuerzo ni preocupaciones, por cuanto que el comercio carece de límite y muchas veces se comienza con algo pequeño y uno se ve arrastrado a una transacción mayor y más complicada – los sabios prohibieron toda tarea comercial durante Jol HaMo’ed (ídem Mo’ed Katán 10(B), Rosh, Shulján Aruj 539:1, Mishná Berurá 2, Aruj HaShulján 3-4).

Empero cuando se trata de la preparación de alimentos para las comidas festivas se permite comprar y vender (ídem Mo’ed Katán 13(A) y (B)). Incluso si fue posible comprar todos los productos necesarios para la comida festiva antes de iniciar la festividad, se los permite adquirir durante Jol HaMo’ed de manera ilimitada, pues los sabios no quisieron establecer restricciones que pudiesen menguar la alegría festiva. No es necesario limitar la adquisición de alimentos durante Jol HaMo’ed, sino que se permite comprar en grandes cantidades de modo tal que alcance para toda la festividad incluido el Shabat contiguo al Yom Tov final, y en caso de que sobren alimentos para los días comunes posfestivos se podrá disfrutar de estos. Empero se prohíbe comprar intencionalmente de más para los días posteriores a la festividad (Shulján Aruj y Ramá 539:11, tal como vemos arriba en la halajá 3).

Quien acostumbra comprar productos alimenticios en empaques grandes por resultar más económicos puede hacerlo también en Jol HaMo’ed ya que esa es la forma de adquirirlos. Asimismo, cuando se otorga un descuento significativo a quien adquiere una cantidad importante se permite agregar más productos para los días posteriores a la festividad pues no hacerlo implica una pérdida (davar haaved). Empero al igual que en todos los casos de pérdida, el permiso fue dado para quien no planificó realizar la labor durante Jol HaMo’ed, esto es, para quien no programó realizar la compra con descuento durante la festividad. Sin embargo, si esta compra en Jol HaMo’ed fue programada para esos días – estará prohibido comprar en esta más allá de lo necesario para la festividad (Shulján Aruj 539:1, Mishná Berurá 4, ver Sha’ar Hatziún 537:49, y ver adelante 12:3).

En general, artículos que no son productos alimenticios como ropa, zapatos, utensilios de cocina, electrodomésticos o libros de estudio – si resultan muy necesarios para la festividad, se pueden adquirir en Jol HaMo’ed. Por ejemplo: una mujer que posee una prenda de vestir festiva y desea otra prenda nueva más bonita, no podrá comprarla durante Jol HaMo’ed. Empero si su prenda festiva se rasgó o ensució, podrá adquirir una prenda elegante nueva para vestir en la festividad. Sin embargo, en la práctica, por diversos motivos, este permiso casi nunca se efectiviza. En primer lugar, porque no se trata de alimentos y la condición para poder comprar en Jol HaMo’ed es que no se supiera antes de la festividad que la adquisición era necesaria. Si se supo, pero fue negligente y no lo adquirió, – ya no se podrá hacerlo porque se trata de una labor programada para ser efectuada durante la festividad (Mishná Berurá 539:4, 540:9, Rabí Shlomó Zalman Auerbach en Shmirat Shabat Kehiljatá 67 nota 130).

Además, se prohíbe comprar de quien abre su comercio de modo prohibido para no colaborar con los transgresores. En la práctica, casi todos los comercios que están públicamente abiertos lo hacen transgrediendo la prohibición (adelante 12:6). De esto resulta que todo el permiso aplica a comprar de quien cierra su tienda durante la festividad y vende de manera privada a quien se lo pide o si se compra en el comercio de un gentil. Es también necesario saber, que el permiso de comprar una prenda o un mueble en la tienda de un gentil es a condición de que no sea necesario preparar el artículo por medio de labor profesional. En caso de que esto sea necesario – estará prohibido (adelante halajá 18). Además, debe señalarse que a veces se permite adquirir un producto que no resulta necesario para la festividad porque de no hacerlo estaríamos ante una pérdida, tal como se explicará más adelante (12:7).

17 – La prohibición de esforzarse en el transporte de objetos

Toda acción que implique un esfuerzo ingente y que no sea para la festividad, aunque no implique la realización de una labor, fue prohibido por nuestros sabios que se haga en Jol HaMo’ed en público para que las personas se alegren en la festividad y no la desprecien. Por lo tanto, los sabios prohibieron (ídem Mo’ed Katán 13:1) transportar muebles y objetos de una casa a otra. Cuando se trata de dos casas contiguas de modo tal que no sea necesario atravesar por la vía pública, dado que el traspaso no implica un esfuerzo tan importante y se efectúa discretamente – se permitirá. Otro tanto ocurre cuando hay dos apartamentos en un mismo edificio, se permite pasar muebles y objetos de uno al otro (Shulján Aruj 535:1, Levush 1, Mishná Berurá 6).

Una mudanza completa de un apartamento estará prohibida, aunque sea dentro del mismo edificio, por implicar un gran esfuerzo.

Cuando es necesario transportar objetos para un menester festivo, como en el caso de mesas, sillas y ventiladores para una comida o una cama para los invitados, si resulta que quienes vean la acción van a pensar que se realiza para un menester festivo – estará permitido hacerlo, y si resulta que quienes lo vean habrán de pensar que se trata de un menester de días comunes – como en el caso del transporte de un armario – esto estará prohibido.

A los alumnos que visitan su yeshivá en Jol HaMo’ed con la intención de retornar a sus hogares, les está prohibido aprovechar el viaje para cargar con ellos ropa de cama y libros para ser usados con posterioridad a la festividad. No obstante, si durante Jol HaMo’ed pueden transportar sus objetos a la yeshivá aprovechando el viaje en automóvil de alguien ya que después de la festividad deberán alquilar para ello un vehículo, dado que se trata de una situación que puede generar una pérdida – los alumnos podrán traer consigo sus enseres durante Jol HaMo’ed (Shulján Aruj 538:3).

Además, los sabios prohibieron también traer vestimenta, muebles y utensilios de lo de un profesional que no son necesarios para la festividad porque el transportarlos implica un esfuerzo que no es menester festivo y se teme que quienes lo contemplan pueden pensar que se pidió al profesional que los repare durante la festividad.

Sin embargo, cuando los artículos en cuestión resultan necesarios para la festividad – se los podrá traer de lo del profesional hasta la casa. Por lo tanto, se permite traer sillas para una comida, una manta o frazada para su uso durante la festividad e incluso un refrigerador o un horno para los alimentos festivos (y se permite también llevarlos a reparar, tal como se explicó arriba en la halajá 4).

Los sabios prohibieron sacar basura del patio a un basurero central en Jol HaMo’ed porque se trata de un esfuerzo importante e innecesario. Si la basura se acumuló en el patio al punto que este se tornó sucio, se permitirá sacar la basura al basurero público (Talmud Babilonio Tratado de Pesajim 55(B), Shulján Aruj 535:3). En la actualidad que los patios son pequeños y la basura abundante, es necesario activar el servicio de recolección de residuos durante Jol HaMo’ed por tratarse de una necesidad pública y un menester festivo (adelante 12:9).

18 – Judíos y gentiles en Jol HaMo’ed

Tal como los sabios prohibieron pedirle a un gentil que realice una labor para un judío en Shabat, de igual manera prohibieron en Jol HaMo’ed pedirle a un no judío que realice una labor que un judío mismo tiene prohibido efectuar (Shulján Aruj 543:1, Mishná Berurá 1). Y aunque el judío calcule que de no rentar los servicios del gentil para la realización de una labor en Jol HaMo’ed tendrá que pagarle más después de la festividad – está igualmente prohibido. Esto se debe a que el permiso de realizar una labor para evitar una pérdida aplica únicamente cuando la persona habrá de perder algo que ya está en sus manos (Jaié Adam Regla 106:12, Mishná Berurá 2).

Está permitido pedir a un gentil que realice una labor que un judío tiene permitido efectuar de modo amateur o diferente al habitual tal como coser una prenda para la festividad (arriba halajot 7-8). En caso de que el gentil desee realizar la labor a su manera de modo profesional – no es necesario realizarle observación alguna (ver Shmirat Shabat Kehiljatá 68: nota 137). Asimismo, un judío para el que un gentil realizó en Jol HaMo’ed por propia iniciativa una labor podrá disfrutar de la misma (Piskei Tosafot, Kaf HaJaím 543:5).

Si bien un judío tiene prohibido decir a un gentil que realice para él una labor prohibida en Jol HaMo’ed, si es a los efectos de cumplir con un precepto en Jol HaMo’ed – está permitido. Por lo tanto, se permite pedir a un gentil que concluya la construcción de una sinagoga para que se pueda rezar en esta (Mishná Berurá 543:1, Sha’ar Hatzi’un 544:10).

Se permite encargar a un gentil un trabajo antes de la festividad si se cumplen dos condiciones: 1) Que el gentil sea un trabajador independiente o contratista, de modo tal que reciba un pago global por la ejecución de la labor y él decida cuándo trabajar. O que el gentil sea socio de las ganancias del trabajo en cuestión por lo que trabaja para su propio beneficio. 2) Que no se trate de una labor que suele realizarse en régimen de arriendo, de manera que quienes vean su realización no sospechen que se trata de un judío que renta los servicios de un gentil. Dado que las casas suelen construirse en régimen de contratación, el gentil tiene permitido continuar construyendo la casa del judío en Jol HaMo’ed (Shulján Aruj 543:2, Beur Halajá 244:1,’או לקצור’).

Mercaderías que un judío tienen prohibido adquirir en Jol HaMo’ed, también estará prohibido decirle a un gentil que se la compre, aunque el pedido se formule antes de iniciar la festividad (Beur Halajá 539:1, ‘בין לקנות’). Empero, se permite decirle a un gentil «compra para ti y luego te lo compraré de modo tal que salgas ganando». En este caso se permite incluso prestar dinero al gentil para que efectúe la transacción (Shulján Aruj 307:3, Mishná Berurá 13, Shmirat Shabat Kehiljatá 68:34).

Se permite encargar a un gentil una labor en Jol HaMo’ed a condición de que la realice después de la festividad, y se debe tener el recaudo de que no pese, mida ni detalle cómo será efectuada la labor porque se trata de acciones características de días comunes (maasé shel jol). Si luego el gentil no respeta lo acordado y realiza la labor durante la festividad – no se le debe reclamar por cuanto que se acordó con él que lo hiciera pasada la festividad (Shulján Aruj y Ramá 543:3).

Hay juristas que sostienen que un judío no puede cocinar o realizar otras labores para un gentil en Jol HaMo’ed, porque todas las acciones autorizadas en la festividad son para menesteres y alegría festivos, y dado que el gentil no está preceptuado de alegrarse en la festividad – está prohibido realizar labores para él (Jaié Adam 106:11). Hay juristas que lo permiten (ver Shevet Haleví 8:124:2). En la práctica, cuando se trata de una gran necesidad, a los efectos de consagrar el Nombre Divino o evitar odio antijudío, se permite realizar una labor para un gentil en Jol HaMo’ed (ver Shmirat Shabat Kehiljatá 68:37 y ver las Harjavot).

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