Pninei Halajá

17 «Sabio conocedor de los pensamientos íntimos» («Jajam HaRazim»)

Quien divisa seiscientos mil judíos reunidos en un mismo lugar en la tierra de Israel bendice: «Baruj Atá Ad-onai Eloh-einu Melej Haolám Jajam HaRazim» («…Conocedor de los pensamientos íntimos»). En cambio, quien ve seiscientos mil gentiles malvados, por ejemplo, cuando se reúnen para manifestar su odio o para propósitos idólatras se dice: «Bosha Imjem Meod Jafrá Ioladtejem, Hiné Ajarit Goim Midbar Tziá Vaaravá» («Que se avergüence grandemente vuestra madre, aquella que os dio a luz, ya que el destino de las naciones malvadas es un páramo desierto y seco») (Irmiahu-Jeremías 50:12, Talmud Babilonio Tratado de Berajot 58(A), Rambám Hiljot Berajot 10:11, Shulján Aruj 224:5).

Una de las grandes maravillas del pueblo de Israel es que a pesar de las grandes diferencias existentes, sus integrantes conforman una misma nación. Existen diferencias de estatura, aspecto, vigor físico, salud, y más aún, existen diferencias todavía mayores en cuestiones de índole espiritual. Hay quienes son más virtuosos y quienes menos, hay quienes tienen una buena percepción general y otros que son más detallistas, hay quienes son más intelectuales y otros más emocionales, hay quienes son más pacientes y otros más radicales, hay quienes son más sociables y otros que son más solitarios. Si bien muchas veces estas diferencias generan grandes discusiones y tensiones, a pesar de ello, justamente en virtud de las diferencias, todos juntos conforman el sensacionalmente armónico sistema de una nación creativa y efervescente. Por ello bendecimos «Jajam HaRazim», pues Él sabe cómo amalgamar a un pueblo de Israel único, a partir de esa gama de virtudes y aptitudes de quienes lo conforman, haciendo que reciban la Torá y reparen el mundo a la luz de los principios Divinos («Letakén Olám BeMaljut Shad-ai»).

Si bien en las demás naciones encontramos también diferentes personas que se reúnen y crean una cultura, sin embargo, esta es limitada y temporaria. Ningún otro pueblo logró sobrevivir más allá de un período determinado de tiempo ya que al final, las fuerzas individuales que habían en él predominaron, el tejido social se desintegró y los individuos se volvieron a agrupar en torno a otra cultura temporaria. Por ello, no se bendice por las demás naciones «Jajam HaRazim». Si estas están aglutinadas en torno a objetivos ruines, no sólo que no se bendice, sino que corresponde expresar el desacuerdo hacia su mala conducta y señalar que su destino será la perdición. Por el contrario, en el caso del pueblo de Israel, a pesar de las grandes diferencias existentes entre sus integrantes y las agudas diferencias de opinión que los dividen, la nación no se desintegra. Por ello, fuimos creados por un «Conocedor de los pensamientos íntimos», tal que finalmente, las diferentes fuerzas se reúnen en un mismo sistema poseedor de una potencia vital y creativa sin parangón.

Sin embargo, solamente en la tierra de Israel se revela esta fuerza unificadora, tal como está escrito (Shmuel-Samuel II 7:23): «Y quién como Tu pueblo Israel, una sola nación sobre la tierra (de Israel)», por ello, únicamente en la tierra de Israel, al divisar seiscientos mil judíos se recita: «Jajam HaRazim» (Olat Raaiá I pág. 387, según Rambám, Rabí Manoaj y Eliahu Rabá).

Libros de Pninei Halajá a precios especiales

Índice de halajot en el capítulo

Índice de capítulos

Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
Ordenar ahora
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.