Pninei Halajá

23) Por cuáles poblados se bendice y cuándo

Según el decreto de los sabios se debe recitar «que establece la frontera de la viuda » por toda localidad judía en la tierra de Israel que se divisa por vez primera, y luego, si pasaron treinta días sin divisarlo – se debe bendecir nuevamente (Shulján Aruj 224:10 y 13). Aparentemente, según esto se debe bendecir al ver Tel Aviv, Netania y los demás poblados adyacentes.

Empero, una vez que gracias a D´s hay zonas de nuestra tierra que están habitadas por judíos desde hace ya generaciones se olvidó en esas localidades el pesar del exilio y quien contempla esas casas habitadas por judíos no logra apreciar su influencia en la repoblación del país y ya no percibe que la viuda se restableció en su dominio. En las bendiciones por fenómenos que vemos detentamos una regla general y es que se bendice únicamente por algo que al divisarlo resulta novedoso. Por lo tanto, en todas las áreas masivamente habitadas por judíos no se recita «Matziv Gvul Almaná».

Sin embargo, en regiones que aún no están masivamente habitadas y en las que es necesario realizar ingentes esfuerzos para poder cumplir el precepto de habitar la tierra de Israel y a los efectos de que no caigan en manos de otra nación ni permanezcan desiertas, al divisar en ellas un poblado judío, aunque sea ya de larga data – se habrá de bendecir. Entre las zonas en las que aplica este principio mencionamos: Judea y Samaria, el Golán, el Neguev, parte de la Galilea y del Valle de Jezreel. Y creemos que quien no se entusiasma demasiado al ver el poblado, la primera vez que lo ha de avistar debe igualmente bendecir, pues quien contempla en esas zonas casas judías habitadas ve cómo se restablece la viuda en su dominio. La segunda vez que ve el mismo poblado, si pasaron ya treinta días desde la anterior y la persona se asombra al notar cómo los judíos se asientan en la tierra de Israel – habrá de bendecir. En cambio, si ello no ha de despertar su entusiasmo – no habrá de hacerlo, pues ya vimos que, según nuestros sabios, por una visión rutinaria no se bendice. Si al llegar a ese lugar una segunda vez y observa que en el poblado se construyó un nuevo barrio – habrá de bendecir.

Lógicamente la emoción resulta ser mayor en los asentamientos nuevos de las regiones antes mencionadas, y cada vez que pasan treinta días desde la última  vez que los divisó – se puede volver a bendecir.

Especialmente si desde entonces se han construido en estos poblados nuevas casas – quien las divisa debe bendecir. Asimismo, creemos que al inaugurar una casa nueva en un nuevo poblado – se debe recitar «Matziv Gvul Almaná».

Creemos que en el caso de Jerusalém, nuestra esplendorosa y gloriosa ciudad sagrada, sobre cuyos escombros nos enlutamos y por su construcción rezamos, si bien la presencia judía en ella data de mucho tiempo atrás y ya es habitada por cientos de miles de judíos – corresponde bendecir por cada nuevo barrio que se construye en ella. Inclusive se puede bendecir por un par de nuevos edificios, ya que la reconstrucción de Jerusalém expresa de la mejor manera el restablecimiento de la viuda en su dominio. Sin embargo, también en el caso de esta ciudad, quien no presta debida atención o no se alegra al ver un nuevo poblado o ciudad – no habrá de bendecir.

Quien duda respecto de estas halajot puede recitarla citando el texto original de la Guemará que reza: «Tanu Rabanán, HaroéBatei Israel Bishuván Omer: Baruj Atá Ad-onai Eloh-einu Melej Haolám Matziv Gvul Almaná» («Enseñaron nuestros maestros: quien divisa casas habitadas por judíos en la tierra de Israel bendice…»). De esa manera no ingresará en la duda de bendición en vano pues hay quienes entienden (Yaavetz) que en el marco del estudio de la Guemará se puede recitar una bendición entera y por otra parte de este modo se cumple con el precepto ya que de esta manera se recita el Nombre Divino.

Sea Su voluntad que por medio del restablecimiento de la viuda en su dominio y el agradecimiento en virtud de ello, se cumpla en nosotros el versículo: «que como el júbilo del novio con su amada, se regocije sobre ti Tu D´s» (Ishaiahu-Isaías 62:5).

«Y te desposaré por siempre. Y te desposaré con rectitud y justicia, benevolencia y compasión. Y te desposaré con fidelidad y tendrás conocimiento de HaShem». (Oshea-Oseas 2:21).

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