Tefilá (Plegaria)

03. La extracción del rollo de la Torá del arca y su devolución.

Se acostumbra a recitar versículos al abrirse el arca y mientras se conduce el rollo a la tarima de lectura, así como también durante su devolución. Tal como está impreso en los libros de rezo, cada comunidad conforme a sus costumbres.

Los ashkenazíes acostumbran a entonar primeramente «E-l Erej Apáim…» salvo los días en los que no se recita Tajanún. Tras algunos versículos  acostumbran a decir «Brij Shemei«. Los sefaradíes acostumbran a recitar este pasaje en sábados y días de fiesta únicamente y algunos lo dicen también en Rosh Jodesh (Piskei Teshuvá 134:13).

El oficiante debe sostener el rollo de la Torá con la mano derecha y al entonar «Gadelú» habrá de elevarlo un poco. Según la usanza ashkenazí en sábados y días de fiesta el oficiante debe recitar «Shemá…» y «Ejad…», eleva el rollo y el público repite tras él. Luego debe ir por el lado derecho para traer el rollo al podio de lectura (Ramá 134:2, Mishná Berurá13). Se acostumbra a besar el  rollo de la Torá y acompañarlo unos pasos cuando pasa cerca de uno. La mayoría de las personas acostumbran a besar el rollo directamente con sus bocas mientras que hay quienes lo tocan con sus manos y acto seguido se las besan (ver Piskei Teshuvá 149:1-2). Una persona enferma o resfriada es  bueno que no bese el rollo directamente con su boca para no contagiar a los demás.

El encargado de la sinagoga debe preparar el rollo en el sitio en el cual se debe leer para que no haya necesidad de prepararlo mientras el público espera, pues no sería respetuoso para con éste. Normalmente no es necesario prepararlo, por cuanto que la lectura se lleva a cabo conforme el orden de las porciones semanales. Sin embargo, en los días de fiesta, novilunios y ayunos se leen porciones diferentes que no van de acuerdo al orden semanal, por lo que es necesario preparar los rollos para su lectura  y luego es necesario devolverlos a su capítulo anterior, conforme al orden semanal.

Si por error se extrae otro rollo de la Torá que el deseado, se acostumbra a no cambiarlo aunque el público tenga que esperar a que se coloque en la porción deseada. Esto honra al rollo de la Torá, ya que una vez que es extraído no se lo cambia por otro (Kaf HaJaím 144:13). Hay otros juristas que opinan que se puede cambiar de rollo para evitar que el público pierda tiempo, inclusive si el rollo equivocado ya fue colocado sobre el podio de lectura. En caso de necesidad, si el público es sensible a su tiempo perdido, se puede actuar conforme a esta última opinión (Igrot Moshé Oraj Jaím II 37).

04. El alzado del rollo de la Torá y su posterior devolución.

Los sabios estipularon que se alce el rollo de la Torá para mostrar sus letras a todo el público. En el pasado se acostumbraba a alzar el rollo antes de su lectura (Tratado de Sofrim 14:13-14) y así lo hacen hasta hoy los sefaradíes, algunos ashkenazíes y esa es la costumbre del Arí z´´l. La mayoría de los ashkenazíes acostumbran a alzar el rollo de la Torá después de la lectura para que todos sepan que lo más importante es escuchar la lectura y a partir de esta se le muestra el libro al pueblo (Shulján Aruj 134:2, Mishná Berurá 8, Kaf HaJaím 17, Piskei Teshuvá 9).

Tan importante es la acción de alzar el rollo de la Torá que nuestros sabios dijeron (Talmud Babilonio Tratado de Meguilá 32(A)) que quien lo anuda (el «golel» pero el texto se refiere a quien lo alza) recibe la recompensa de todos los que subieron a leer conjuntamente. Por lo tanto, corresponde invitar a alzar el rollo de la Torá a una de las personas honorables de la comunidad. Hoy día se acostumbra a honrar también con el alzamiento a personas simples, empero la práctica más adecuada es llamar a las personas importantes de la congregación. De todas maneras, se debe tener cuidado de no llamar a alguien a quien se le pueda caer la Torá de entre sus manos.

A priori, al ser alzado, el rollo debe estar abierto en el sitio de lectura, empero si no lo estaba no es necesario volver a alzarlo (ver Piskei Teshuvá 134:4). Para alzar un rollo de la Torá ashkenazí se debe abrir de manera tal que se vean tres columnas escritas (Mishná Berurá 134:8).

Hay personas que alzan el rollo de la Torá erróneamente ya que giran levemente hacia la derecha y hacia la izquierda y muchas personas de entre el público que están sentadas al frente del arca no pueden ver las letras. Quien alza el rollo debe poner cuidado en que todos puedan ver las letras, realizando pausadamente un giro completo (ver Piskei Teshuvá 134:5).

Las personas que ven el rollo alzado deben inclinarse y recitar «Vezot HaTorá…» (Tratado de Sofrim 14:14, Shulján Aruj 134:2). Muchos de los ashkenazíes no tenían la costumbre de inclinarse y hay quienes le dieron a esto explicaciones apologéticas, empero a priori, lo correcto es inclinarse al ver las letras (Har Tzví Oraj Jaim 1:64).

Hay quienes acostumbran a señalar el rollo cuando recitan «Vezot HaTorá…» y luego se besan el dedo. Otros, acostumbran a sostener el tzitzit y señalar con este en dirección del rollo de la Torá y luego lo besan.

Los Gaonitas establecieron que se recite medio Kadish tras la conclusión de la lectura de la Torá, tal como se hace tras el recitado de versículos (Piskei Teshuvá 147:9). A los efectos de no interrumpir demasiado entre el rezo y el «Kadish Titkabal» que se recita después de «Ubá Letzión…» se dice únicamente medio Kadish.

Los ashkenazíes acostumbran a recitar «Iehí Ratzón…» mientras se ata el rollo de la Torá pero en los días en los que no se recita el Tajanún no lo hacen (ver Piskei Teshuvá 147:7).

De acuerdo con la tradición ashkenazí y parte de los sefaradíes, se devuelve la Torá al arca antes de recitar el «Ashrei«. Según la usanza jasídica y la mayoría de los sefaradíes se devuelve la Torá al arca después de «Ubá Letzión…» y el «Kadish Titkabal«.

Se acostumbra a recitar versículos mientras se conduce la Torá y se la introduce en el arca sagrada.

05. El lector de la Torá.

Se debe leer la Torá con sus entonaciones, de acuerdo a la melodía tradicional que pone énfasis en el significado de la lectura. Dado que las entonaciones no están escritas sobre el rollo de la Torá, el lector debe aprenderlas de memoria. En caso de que no haya entre el público alguien que haya estudiado las entonaciones del pasaje a leer, otra persona podrá mirar en un libro impreso y susurrárselas al lector (Mishná Berurá 142:8). En caso de que no haya entre  el público quien pueda leer con las entonaciones, a posteriori, se puede cumplir con el deber de la lectura sin éstas (Shulján Aruj 142:2).

Es necesario leer la Torá con exactitud. En caso de que el lector se equivoque de modo tal que cambió el significado de la palabra, debe volver a leerla correctamente. No se repite la lectura en el caso de un error que no implique un cambio en el sentido de la palabra.

En un inicio se acostumbraba que quien subía a la Torá leyera por sí mismo y de esa manera todos preparaban la lectura o el encargado planificaba con tiempo el orden de los que pasaban para que puedan prepararse. Esta es la usanza actual de los yemenitas.

Empero ya desde la Edad Media (época de los Rishonim), la mayoría de las comunidades acostumbraron a designar un lector de la Torá para todo el público. Quien sube a la Torá bendice antes y después de la lectura y el lector designado lee en su lugar. Esto se hace para evitar ofender a quienes no saben leer la Torá (Ran) a quienes creen que saben pero en realidad no leen correctamente y si el encargado no los invita a leer se molestan (Rosh). (Ver Shulján Aruj 139:1-2; Peninei Halajá Likutim I 4:6).

06. El que sube a la Torá y las bendiciones que recita.

A pesar de que toda persona recita por la mañana las bendiciones de la Torá, los sabios establecieron que quienes son honrados con subir a ella las reciten nuevamente antes y después de la lectura. Esto tiene por cometido afianzar en el corazón de la persona el origen Divino de la Torá.

En un inicio se acostumbraba que solamente el primero y el último que subían bendecían. El primero recitaba la primera bendición previo a la lectura, los demás que subían no bendecían y el último en hacerlo bendecía una vez que esta concluía.

Posteriormente se decretó que todo aquel que subía a la Torá bendiga al principio y al final de su sección. Este decreto se estableció por causa de los que entran y salen de la sinagoga durante la lectura. Los sabios temieron que una persona entre en medio de la lectura y no escuche al primero que bendijo y piense que no se bendice antes de comenzar a leer. Por esta razón, los sabios establecieron que cada uno que sube a la Torá bendiga antes de comenzar la lectura de su sección. Además, los sabios temieron que si una persona sale en medio de la lectura y como no alcanzó a escuchar la bendición del último que subió, puede llegar a pensar que no se bendice al terminar de leer. Por esta razón, se estableció que todo aquel que sube a la Torá bendiga al finalizar la lectura de su sección (Talmud Babilonio Tratado de Meguilá 21(B)). De esto se puede aprender cuán importante es la bendición de la Torá, al punto que nuestros sabios decretaron que todo aquel que sube durante la lectura bendiga al principio y al final, para que no haya un solo judío que piense que no se recitó la bendición antes o después de leer (ver arriba 10:1).

El que sube a la Torá debe repetir la lectura tras el oficiante, palabra por palabra y en voz baja, ya que como él es quien bendijo, en caso de no leerla se teme que su bendición haya sido en vano (Shulján Aruj Oraj Jaim 141:2).

En caso de necesidad o premura también se llama a la Torá a quien no sabe leer en absoluto o a un ciego; aunque si bien el Shulján Aruj es de la opinión que no se debe hacer subir a la Torá a quien no es capaz de leer tras el lectorlas palabras del texto escrito. De todas maneras, el Ramá sentenció conforme a la opinión más flexible e incluso en las comunidades sefaradíes, en caso de necesidad o premura, así actúan (ver Kaf HaJaím 135:16, Ialkut Iosef III 139:4).

07. El orden de los que suben a la lectura.

Nuestros sabios establecieron que con el primer ascenso a la lectura se honre a un cohen, con el segundo a un leví y con el tercero a un israelita. La razón de este decreto es mantener la armonía y la paz entre las personas («mipnei darkei Shalom«) para que no discutan por el honor del primer ascenso. Este decreto estaba destinado a los sábados que es el día en que se reúne la mayor cantidad de judíos en la sinagoga y el temor a las discusiones por los ascensos es mayor (Talmud Babilonio Tratado de Guitín 59(B)). De todas maneras, los sabios medievales escribieron que se debe actuar así también los lunes y jueves y así sentenció la halajá final (Shulján Aruj 135:3). Si no hay un cohen en la sinagoga se llama a un israelita para el primer ascenso y no se llama a un leví tras este (Shulján Aruj 135:6, según Ramá y Beit Iosef se puede llamar primero a un leví y hay quienes opinan que no, ver Mishná Berurá 24, Kaf HaJaím 40).

Si el cohen es del mismo nivel de conocimiento en Torá que el israelita, aunque no mediase el decreto rabínico, debería subir igualmente primero a la Torá por cuanto que está escrito (Vaikrá-Levítico 21:8) «y lo consagrarás (al cohen)». Empero el decreto de nuestros sabios establece que aunque el israelita sea más erudito en la Torá que el cohen, este último ha de subir primero a la lectura para mantener la paz y la armonía entre las personas. Los sabios medievales debatieron respecto de qué hacer en el caso de un cohen lego y un israelita erudito. Según la opinión de Rashbá se debe llamar primero al israelita erudito y en la opinión de Rabí Amram Gaón, Rabí Natronai Gaón y otros sabios medievales se debe dar prioridad al cohen aunque sea lego y así es como se acostumbra en la práctica (Shulján Aruj 135:4).

A veces surge una gran necesidad de agregar una persona más que suba a la lectura de la Torá, como por ejemplo cuando un lunes llegan a la sinagoga dos novios israelitas y como los primeros dos ascensos están reservados para el cohen y el leví, resulta que de no agregar un ascenso uno de los novios quedaría excluido de la lectura. Según la opinión de Ramá se puede agregar un ascenso, empero en la práctica se sentenció que no se puede exceder de tres (Shulján Aruj 135:1, Mishná Berurá 3). La solución puede ser pedirle al cohen que salga de la sinagoga durante la lectura de la Torá, entonces se hace subir a un israelita primero y así cabe hacer subir a los dos novios (ver Iabía Omer VIII 23).

08. La conducta adecuada del público durante la lectura de la Torá.

Está prohibido salir de la sinagoga desde el momento en que comienza la lectura de la Torá y hasta que esta concluye. Quien ya escuchó la lectura de ese día tiene igualmente prohibido salir. En caso de salir, atenta contra el honor de la Torá y sobre él está escrito (Isaías 1:28): «los que abandonan al Eterno serán consumidos». En el caso de quien le urge salir porque su transporte está por partir y si se queda a toda la lectura lo perderá, podrá hacerlo entre las lecturas, ya que entonces el rollo se cierra y la afrenta a la Torá es menor (Shulján Aruj Oraj Jaím 146:1).

Según la ley, no es obligatorio mantenerse de pie durante la lectura de la Torá si bien hay quienes se esmeran en hacerlo, tal como todo el pueblo lo hizo cuando recibimos la ley en Sinai (Ramá Oraj Jaím 146:7). Hay quienes cumplen con mayor rigidez y se ponen de pie cuando se responde al «Barejú» por cuanto que se trata de un asunto relativo a la Santidad y requiere ponerse de pie para su recitado (Mishná Berurá 146:18). La opinión mayoritaria de los juristas es que no es obligatorio estar de pie durante la lectura de la Torá y así se sentenció en el Shulján Aruj (146:4). El Arí  z´´l acostumbraba a mantenerse sentado durante toda la lectura de la Torá incluso cuando se recitaba el «Barejú» (Kaf HaJaím 146:20). Esta es la costumbre generalizada en muchas sinagogas ashkenazíes y sefaradíes.

A partir del momento en que se abre el rollo de la Torá para su lectura, el público no puede hablar ni siquiera sobre halajá (Talmud Babilonio Tratado de Sotá 39(A)). Hay quienes permiten hablar un poco sobre Torá entre lecturas siempre y cuando la conversación no se prolongue hasta la bendición siguiente o la lectura misma (Bait Jadash). Hay otros juristas que consideran que no se puede hablar en las pausas entre lecturas ni siquiera sobre Torá y solo se permite el estudio personal (Eliahu Rabá). Es bueno ser estricto en esta norma ya que quienes comienzan a hablar durante la pausa les resultará difícil dejar de hacerlo cuando quien asciende comience a bendecir.

Un rabino tiene permitido responder una pregunta urgente durante las pausas entre las lecturas (Mishná Berurá 146:6). Asimismo, los encargados de la sinagoga tienen también permitido hablar en estas pausas sobre cuestiones relativas al rezo. En caso de fuerza mayor, el rabino podrá responder preguntas urgentes durante la lectura. De la misma manera, los encargados pueden hablar de cuestiones urgentes e impostergables como por ejemplo averiguar el nombre de la próxima persona a subir o evitar que alguno de los presentes se ofenda porque espera ser invitado para la lectura de la Torá.

09. Quien reza solo y el público que no leyó la Torá.

La lectura de la Torá fue decretada para el público y esta obligación no recae sobre cada individuo por separado (Rambán, a Meguilá 5(A)). Por lo tanto quien se ve en la necesidad de salir en medio de la lectura de la Torá y perdió parte de esta no precisa buscar otro servicio en el cual completarla.

En el caso de quien se encuentra en la disyuntiva entre rezar con Minián y salir antes de la lectura de la Torá o escuchar la lectura y luego rezar solo, es preferible la primer opción pues el deber del individuo es rezar con quórum, siendo que la lectura de la Torá es un deber de la congregación y no individual (ver Minjat Itzjak 7:6, ver Piskei Teshuvá 135:2). Asimismo, quien tenía que rezar solo y luego se enteró de un Minián que aún no leyó la Torá, no está obligado de ir a escuchar la lectura (Iabía Omer IV Ioré Deá 31:3).

Quien llegó tarde al servicio y mientras recita los cánticos de alabanza o las bendiciones del recitado del Shem- el público comenzó a leer la Torá, si va de tener oportunidad de escuchar la lectura más tarde- que continúe con su rezo. Empero si no habrá de tenerla posteriormente, a priori es bueno que se detenga en su rezo y la escuche (Leket Iosher pág. 18; Iabía Omer 7:9).

Si se juntan por la mañana seis personas que rezaron solas y no leyeron la Torá, pueden incorporar otros cuatro y leerla (Beur Halajá 143:1, ver Piskei Teshuvá143:3).

Incluso si las personas en cuestión se reunieron por la tarde, en opinión de muchos de los sabios de las últimas generaciones, podrán completar la lectura de la Torá en el horario de Minjá (Mishná Berurá 135:1). Si bien hay juristas que difieren y sostienen que no se debe leer la Torá después del mediodía, de todas maneras en la práctica, quien quiera completar la lectura por la tarde lo podrá hacer y así lo hicieron muchos de los grandes maestros de Israel (Responsa Iehudá Iaalé a Oraj Jaím 51). Por lo tanto, si hay un Minián de soldados o personas que están de viaje y carecían de rollo de la Torá durante el servicio de Shajarit y por la tarde consiguieron uno, podrán entonces leer lo que les faltó por la mañana (ver Iabía Omer 4:17, Piskei Teshuvá 135:24).

04. El cántico del día.

Dado que el servicio de Shajarit fue establecido como sustituto de la ofrenda diaria permanente de la mañana y tras ésta los levitas acostumbraban a cantar el salmo del día, acostumbramos a recitarlo tras concluir el rezo  (Tratado de Sofrim 18:1). Sin embargo, en un principio no se estableció este cántico como obligatorio y hubo quienes no acostumbraban a recitarlo. Empero al final del tiempo de los Rishonim (sabios medievales) ya todos acostumbraban a recitarlo.

Previo al cántico se menciona el día correspondiente de la semana, «Haiom Iom Rishón Beshabat» etc, a los efectos de cumplir con el precepto de recordar el sábado todos los días de la semana (según Rambán a Shemot 20:8 y el Arí z´´l tal como es mencionado en Kaf HaJaím 132:26).

En la versión «Sefarad» se agrega antes del cántico del día «Tefilá LeDavid (Salmo 86), una serie de versículos que comienzan con «Beit Yaakov» y «Mizmor Shir Hamaalot LeDavid» (salmo 124). En días alegres, en los cuales no se recita «Lamenatzeaj Mizmor LeDavid, Iaanjá Beiom Tzará» que viene inmediatamente después de «Ashrei» también se omite «Tefilá LeDavid» ya que en este se dice «en el día de mi desdicha te clamaré» (Piskei Teshuvá 132:11). Asimismo, en los libros de rezo de la versión Sefarad- jasídica estos capítulos de los salmos son impresos, empero muchos acostumbran a saltearlos y recitan directamente el cántico del día al igual que la usanza ashkenazí.

Existe otra diferencia entre las versiones. Según la usanza ashkenazí se recita primero «Aleinu Leshabeaj«, luego «el cántico del día» y al final «la quema del incienso». En la versión Sefarad se recita primero «el cántico del día», luego «la quema del incienso» y al final «Aleinu Leshabeaj» (Las halajot en este libro están ordenadas según el orden de aparición de los pasajes de la versión Sefarad).

En el caso de quien acostumbra rezar según una de las usanzas y el oficiante lo hace conforme a otra, hay juristas que recomiendan orar según la versión del oficiante y otros opinan que es mejor que ore silenciosamente de acuerdo a la usanza de sus ancestros. En todo caso no habrá de sentarse cuando todos están de pie en «Aleinu Leshabeaj» para no poner énfasis o resaltar la diferencia de versiones (ver arriba 6:5).

05. «La quema del incienso» y «Aleinu Leshabeaj«.

Una vez concluido el cántico del día se acostumbra a recitar «la quema del incienso» («Pitum Haketoret«) y antes de éste «Ein KeElokeinu«. Se lee la quema del incienso por dos razones: la primera, por el incienso que se quemaba  en el Templo de Jerusalém por la mañana y por la tarde, y la segunda para que cada judío tenga el mérito de estudiar a diario las palabras de los sabios. En el libro del Zohar (II 212:2) se alaba de sobremanera el recitado de «la quema del incienso» pues hacerlo mantiene a salvo de desgracias. Hay juristas que sostienen que se debe tener cuidado de no omitir mencionar ninguno de los ingredientes de la mezcla incensaría. Por esta razón, ellos no lo recitaban en días de semana, por miedo a que el apuro de los quehaceres diarios lleve a las personas a saltearse alguno de los ingredientes (Ramá 132:2). En la práctica, la mayoría de los juristas opina que no se debe tener tanta precaución en este tema, sino que a priori es bueno recitar «la quema del incienso» leyéndola del Sidur para evitar errores (Beit Iosef, Mishná Berurá 132:17).

Se acostumbró  recitar al final del servicio «Aleinu Leshabeaj» para que antes de que nos separemos del rezo, se fijen en nuestros corazones la fe en D´s y la esperanza de la redención y a su vez para que cuando el judío se encuentre durante la jornada con el gentil en el marco de sus quehaceres laborales, no se vea tentado a ir en pos de sus creencias o sus ídolos (Bait Jadash Oraj Jaím 133).

En virtud de la importancia de este rezo se acostumbra a recitarlo de pie e inclinarse levemente al pronunciar «Vaanajnu Kor´im» (Mishná Berurá 132:9).

06. El Kadish y su importancia.

El Kadish es una plegaria singular ya que se ocupa principalmente de la Gloria Celestial, por lo que es necesario responder «Amén» con suma concentración e intención, cuidar de no distraerse y por supuesto de no hablar durante su recitado (Shulján Aruj 56:1, Mishná Berurá 1). Nuestros sabios dijeron que todo aquel que responde «Amén, Iehé Shmé Rabá» etc. con todo su fervor e intención se le revierten decretos celestiales adversos por setenta años (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 119(B), Talmidei Rabenu Ioná). Además dijeron que cuando los judíos entran a la sinagoga y recitan «Iehé Shmé Rabá» en voz alta se les anulan decretos celestiales adversos (Pesikta tal como es citada por las Tosafot). Nuestros sabios agregaron que al responder al Kadish se activa la misericordia para con el pueblo de Israel exiliado y al recitar «Iehé Shmé Rabá» D´s recuerda a Su pueblo, sacude su cabeza con dolor y dice: Feliz del rey a quien se le halaga así en su propia morada, despertándose Su deseo de redimir al pueblo de Israel (ver Talmud Babilonio Tratado de Berajot 3(A)).

El Kadish debe ser recitado en presencia de un Minián ya que por su intermedio consagramos el Nombre de D´s y esto corresponde que sea realizado por la congregación (Edá).

Está redactado en idioma arameo que era el hablado mayoritariamente por los judíos en los días del segundo Templo de Jerusalém. He aquí su traducción: «Que su Gran Nombre sea engrandecido y consagrado en el mundo que creó conforme a Su voluntad, sobre el cual ha de instituir Su reino, hacer brotar Su redención y acercar a Su Mashíaj en vuestros días y durante vuestras vidas (de la grey presente) y durante las vidas de todos los hijos de Israel prontamente y diremos Amén. El público responde «Iehé Shmé…» lo cual se traduce: «Que Su gran Nombre sea bendito por siempre». El oficiante prosigue: «Que Su Nombre sea bendito, alabado, glorificado, ensalzado, enaltecido, honrado, adorado y loado por encima de todas las bendiciones, cánticos,  alabanzas y consolaciones recitadas en el mundo y dirán Amén».

Este es el pasaje más importante del Kadish el cual recibe el nombre de «Medio Kadish» («Jatzí Kadish»). Generalmente a esta plegaria básica se le agregan otros pasajes (como se verá más adelante) mas el núcleo básico es el Medio Kadish. Es importantísimo responder a su recitado, e incluso si uno está en medio de las bendiciones del recitado del Shemá puede interrumpirlas para responder. Es preceptivo apurarse en el recitado de la oración para alcanzar a oír Kadish. Quien ya terminó de rezar y se encuentra ante otros dos servicios, en uno de los cuales se recita Kedushá y en el otro Kadish, es preferible que se sume al último pues es más importante que el primero (Mishná Berurá 56:6).

07. Tipos de Kadish.

Los sabios establecieron que se recite Kadish al finalizar cada una de las etapas del rezo. Al concluir el recitado de las ofrendas y sacrificios se recita «Kadish Derrabanán«, al finalizar el recitado de los cánticos de alabanza y el Tajanún se dice Medio Kadish, tras la «Kedushá Desidra» se recita «Kadish Titkabal«,  al concluir el cántico del día se recita un «Kadish Iatom» (Kadish de los huérfanos o Kadish de Duelo) y al concluir la  lectura de la quema del incienso se recita un «Kadish Derrabanán» (Shibolei Haleket 8). Mediante el recitado del Kadish sellamos y elevamos cada una de las secciones del servicio mediante la Glorificación Divina y continuamos hacia la próxima etapa de la plegaria.

Existen cuatro versiones en el Kadish y las mencionaremos por sus nombres: a) Medio Kadish es el pasaje principal y se lo llama así para diferenciarlo de las demás variantes de esta oración que poseen agregados. En cada sección del servicio en la que no se puede prolongar la interrupción se recita Medio Kadish b) «Kadish Iehé Shlamá«, también llamado «Kadish Shalem» o completo se dice tras recitar versículos del Tanaj y al cual se le agregó un pedido especial de que nosotros y todo el pueblo de Israel tengamos paz y una vida venturosa. Este Kadish culmina con el versículo «Osé Shalom Bimromav… Veimrú Amén«. Como este Kadish es recitado normalmente por quienes están de duelo, adquirió el nombre de «Kadish Iatóm» o Kadish de los huérfanos c) «Kadish Titkabal« es recitado por parte del oficiante al concluir el rezo de la Amidá y en el cual, antes de los agregados del Kadish completo, se inserta un pedido especial de que nuestra plegaria sea aceptada d) «Kadish Derrabanán« se recita tras concluir el estudio de las palabras de los sabios. En este, antes de los agregados del Kadish completo se inserta una plegaria por los estudiosos de la Torá, para que tengan buena y larga vida.

Responder «Amén» a estos agregados no es importante como el hacerlo al núcleo central que es el Medio Kadish y no se debe interrumpir las bendiciones del recitado del «Shemá» o de los cánticos de alabanza para hacerlo.

08. El orden de los diferentes tipos de Kadish que se recitan al final del servicio.

Tras las súplicas (Tajanún) posteriores a la Amidá se recita Medio Kadish. En un día en el que éstas no se recitan, el Kadish se dice inmediatamente después de la Amidá. Se recita solamente Medio Kadish, a los efectos de no interrumpir entre la Amidá y el posterior «Kadish Titkabal» que se recita tras la «Kedushá Desidra«. Mientras el oficiante no recita «Kadish Titkabal» se considera que no finalizó por completo la repetición de la Amidá.

Por lo tanto, el oficiante no necesita retroceder tres pasos de separación del rezo al concluir la repetición de la Amidá ya que los habrá de retroceder al concluir el «Kadish Titkabal«. En días lunes y jueves en los que se lee la Torá, una vez que la lectura concluye se recita Medio Kadish. Una vez finalizada la «Kedushá Desidra» vimos que el oficiante recita «Kadish Titkabal«.

Al finalizar el cántico del día se dice «Kadish Shalem», el que se recita tras la lectura de versículos bíblicos. Las personas que están de duelo acostumbran a recitarlo pues éste reporta beneficio para la elevación del alma del difunto (ver arriba 4:5-6). En caso de que no haya un doliente presente puede recitarlo quien carezca de padre o madre. En caso de que no haya ningún huérfano presente se acostumbra a omitir este Kadish, ya que como los huérfanos acostumbran a recitarlo, no se percibe como apropiado que lo haga alguien con sus dos padres vivos.

Tras el recitado de la quema del incienso se dice un «Kadish Derrabanán«, establecido para ser recitado tras estudiar enseñanzas de los sabios. Los dolientes suelen recitar también este Kadish y en caso de que no haya presente un huérfano de padre o madre es costumbre omitirlo. Si bien de acuerdo con la esencia o base primera de la ley, sería correcto que el oficiante lo recite ya que no se trata de un «Kadish Iatóm«, dado que los huérfanos acostumbran a recitarlo, muchos le dan la misma consideración.

Los sabios elogiaron de sobremanera las virtudes del «Kadish Derrabanán» diciendo que tras la destrucción del Templo es uno de los pilares sobre los cuales se sostiene el mundo (ídem Sotá 49(A)). Esto se debe a que es recitado tras el estudio público de la Torá por lo que combina en sí a este precepto que  equivale al cumplimiento de todos los demás mandamientos junto con la santificación del Nombre Divino que el recitado del Kadish implica (Rashí).

09. «Barjú»

Los sabios estipularon que para quienes llegaron al rezo después de las bendiciones del recitado del Shemá y se perdieron de responder «Barjú» junto al público, que el oficiante repita este texto al concluir el servicio y así los demorados pueden responder «Baruj Ad-onai Hamevoraj Leolám Vaed«. Lo mismo se hace en el servicio de Arvit. De acuerdo a esto, en sábados y días festivos no es necesario que el oficiante agregue «Barjú» al final del servicio ya que quienes llegaron tarde igualmente alcanzaron a escucharlo de quienes bendijeron por la lectura de la Torá (Shulján Aruj 133:1, Maharitz, Mishná Berurá comienzo del inciso 69). En virtud de este razonamiento, los ashkenazíes acostumbran a no repetir «Barjú» al final del servicio los días de semana en los que se lee la Torá. Empero en días en los que no se lee la Torá se repite siempre el «Barjú» sin revisar si hay entre el público alguien que lo requiera. Esto se hace así a los efectos de no molestar a los orantes averiguando entre los mismos si alguien llegó tarde.

De acuerdo con el Arí z´´l siempre se repite «Barjú» al final del servicio ya que según sus intenciones meditativas (Kavanot HaArí) siempre es necesario decirlo dos veces en cada rezo, una vez antes de las bendiciones del recitado del «Shemá» y la segunda al concluir éste. Lo mismo ocurre en el rezo de Arvit. Asimismo, esta es también la costumbre según la usanza Sefarad y jasídica (Kaf HaJaím 133:1).

En todas las tradiciones el «Barjú» es posterior al «Kadish Derrabanán«, que es el último, de modo tal que el último de los demorados alcanzará a oírlo. Se acostumbró que quien recita el último Kadish recita también el «Barjú«. A veces, el último Kadish lo recita un huérfano que aún no llegó a la edad de trece años («edad de mitzvot»). De ser así, hay que poner atención en que el»Barjú» lo recite el oficiante que ya es mayor de trece años (Mishná Berurá 55:4).

10. Cuando después de «Aleinu Leshabeaj» se recita otro Kadish.

Tras «Aleinu Leshabeaj» no es necesario recitar otro Kadish «Iehé Shlamá«, pues ya se dijo una vez tras el cántico del día y no cabe decirlo dos veces por versículos en un lapso de tiempo tan breve. Según las intenciones meditativas (Kavanot) del Arí z´´l no corresponde agregar allí otro Kadish siendo esta la usanza de los sefaradíes.

En los servicios ashkenazíes, las personas en duelo suelen recitar dos veces Kadish «Iehé Shlamá» al finalizar el rezo, por los versículos recitados. Un «Kadish Iehé Shlamá» se recita después de «Aleinu Leshabeaj» y otro después del cántico del día. Esto depende de la solución a la pregunta de si se puede recitar elKadish repetidamente.

Los juristas escribieron que cada judío debe escuchar siete Kadish por día para cumplir lo que está escrito (Salmos 119:164): «Siete veces por día Te he de alabar» (Beit Iosef 55:1, Mishná Berurá 55:5). De acuerdo con el Arí z´´l cada día se debe oír Kadish doce veces.

11. Las reglas de Kadish.

Dada la importancia del Kadish sus reglas son semejantes a las de la Amidá. Por lo tanto quien recita Kadish debe hacerlo de pie y se acostumbra a hacerlo con los pies juntos. Así como está prohibido atravesar el área de cuatro codos del orante (ver arriba 17:18), de la misma forma no se puede pasar por los cuatro codos de quien recita Kadish. Esta prohibición rige hasta la finalización del Medio Kadish (Birjei Iosef, Kaf HaJaím 55:9).

Hay quienes opinan que como el Kadish es considerado una cuestión relativa a la santidad, el público debe estar de pie durante su recitado o por lo menos cuando se responde «Iehé Shmé Rabá» (Ramá, Mishná Berurá 56:7-8). Asimismo, se debe estar de pie al responder «Barjú» (Mishná Berurá 146:18). Otros juristas opinan que no es obligatorio estar de pie durante el recitado de cuestiones relativas a la santidad, empero quien estaba parado al iniciarse el Kadish debe mantenerse de pie y quien estaba sentado al comenzar podrá mantenerse así. Esta era la usanza del Arí z´´l (Maharil, Kaf HaJaím 56:20, 146:20-21).

Antes que el oficiante arribe al final del Kadish deberá actuar como al final de la Amidá, inclinándose hacia adelante al retroceder tres pasos, luego se inclinará levemente hacia la izquierda y dirá «Osé Shalom Bimromav«, luego a la derecha y dirá «Hú Iaasé Shalom Aleinu» y finalmente lo hará hacia adelante diciendo «Veal Kol Israel Veimrú Amén» (Shulján Aruj 56:5, 123:1).

Hay quienes acostumbran que el oficiante se inclina levemente en cada pasaje del Kadish en el que el público responde «Amén», otros se inclinan en otros pasajes y otros no se inclinan en absoluto.

Hay diferentes usanzas a la hora de responder «Iehé Shmé Rabá«. Según las costumbres ashkenazí y yemenita (Báladi) la respuesta concluye con las palabras «Lealam Ulealmei Almaiá«. Según las tradiciones jasídica y yemenita (Shami) se dice también «Itbaraj«. Según la sefaradí se continúa hasta finalizar con las palabras «Daamirán Bealmá«. Otra diferencia es que cuando quien recita el Kadish dice «Brij Hú» los ashkenazíes responden «Brij Hú» mientras que entre los sefaradíes, quien alcanzó a terminar de decir «Daamirán Bealmá» responde «Amén» y quien no alcanzó a terminar no responde nada. Al responder «Amén, Iehé Shmé Rabá» se debe pausar entre «Amén» y «Iehé Shmé Rabá» por cuanto que la primera parte es respuesta a lo recitado por el oficiante mientras que la segunda es una alabanza separada (Mishná Berurá 56:2).

12. Kadish después de estudiar.

Después de estudiar es preceptivo recitar Kadish. Si se estudiaron versículos se recita Kadish «Iehé Shlamá«, si se estudiaron palabras de los sabios se recita «Kadish Derrabanán«. Se acostumbra que tras estudiar palabras de los sabios se agregan palabras de Agadá (textos rabínicos de índole no halájico n. de t.) que alegran el corazón, para que el Kadish se recite con alegría en virtud de éstos (Birjei Iosef 55:1, ver Mishná Berurá 55:9). Por lo tanto, después de recitar la quema del incienso se agregan palabras de Agadá que elogian a quien estudia halajá a diario y  a los sabios que propagan la paz en el mundo.

Hay juristas que consideran que no se debe recitar Kadish a menos que diez hayan estudiado conjuntamente versículos o palabras de los sabios (Aruj Hashulján 55:5). Otros juristas opinan que aunque solamente dos personas hayan estudiado juntos y cuando terminaron se les acercaron más personas completando así Minián, pueden recitar Kadish por lo estudiado (Maguén Abraham, Mishná Berurá 54:9, 55:2). Se acostumbra que quien quiere recitar Kadish después de haber estudiado, diga en voz alta «Rabí Jananiá Ben Akashiá Omer: Ratzá HaKadosh Baruj Hú Lezakot Et Israel Lefijaj Hirbá Lahem Torá Umitzvot etc.» Dado que hay diez que oyen este pasaje que es una enseñanza de los sabios estamos ante diez que estudiaron y por lo tanto, según todas las opiniones pueden recitar Kadish. Cuando se recita Kadish después de recitar versículos, es necesario primero recitar en voz alta tres de estos y luego según todas las opiniones se puede recitar Kadish.

01. Su origen.

Nuestros sabios dijeron que «se debe ser siempre cuidadoso en el rezo de Minjá porque mientras el profeta Eliahu estaba rezando esta plegaria D´s le respondió favorablemente» (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 6(B)). Es necesario advertir especialmente respecto de la importancia de esta plegaria ya que la de Shajarit tiene un horario claro y fijo que es al levantarse por la mañana y la de Arvit es posterior a que la persona vuelve a su casa por la noche. Empero durante el horario de Minjá, muchas veces la persona está agobiada por sus quehaceres y debe sobreponerse a estos para destinarle tiempo al rezo de la tarde.

El rezo de Minjá tiene por cometido santificar el quehacer diario de la persona frente a las dificultades y los obstáculos que se presentan. Por esta razón en este rezo precisamente el profeta Elías tuvo una respuesta celestial favorable en su disputa contra los sacerdotes idólatras del dios cananeo Baal.

Durante el servicio de Minjá el hombre consagra o santifica su quehacer material diario y por lo tanto implica una santificación especial del Nombre Divino. Probablemente esta sea la razón por la que el servicio recibió el nombre de Minjá, que significa presente o donativo. Esto se debe a que en el rezo de Shajarit ya cumplimos con nuestro deber de agradecer a D´s por todo lo bueno que nos concedió mientras que rezar Minjá implica agregar a nuestras plegarias aún más. Shajarit se reza por lo que D´s nos concedió con Su gran generosidad mientras que Minjá surge de nuestra vida material y práctica.

02. El orden del servicio.

La mayoría de los Gaonitas y sabios medievales entienden que no se debe recitar las ofrendas o los sacrificios antes de rezar Minjá. Rambám (Hiljot Tefilá 9:8) y el Shulján Aruj no mencionan que se reciten las ofrendas en Minjá. Entre los sabios medievales hay quienes indicaron que se recite la porción de la ofrenda permanente y la quema del incienso antes del servicio de Minjá (Ramá 234:1, 132:2), y quienes se guían según el Arí z´´l ponen mucho énfasis en hacerlo (Kaf HaJaím 132:6, Piskei Teshuvá 132:1).

Todos acostumbran a recitar la alabanza de David («Ashrei«) antes de la Amidá ya que es bueno preparar las loas al Eterno de cara al servicio. Se trata de una suerte de cántico de alabanza previo al rezo (ver arriba 14:1-2). Dado que no es un deber absoluto recitar «Ashrei» antes de Minjá, en caso de que el tiempo apropiado para rezar se esté pasando, el salmo en cuestión es omisible y se puede comenzar directamente con la Amidá (Mishná Berurá  234:6). En caso de que el público esté por comenzar la Amidá, se debe saltear la alabanza de David e iniciar el rezo junto a todos con Minián (Mishná Berurá 108:14, Or Letzión II 15:3).

Tras el «Ashrei«, el oficiante recita Medio Kadish  y acto seguido se comienza a rezar la Amidá en silencio, para después repetirla en voz alta. Los cohanim no bendicen a la congregación en la repetición de la Amidá de este servicio, por temor a que hayan bebido vino en la comida del mediodía, ante lo cual su bendición sería prohibida. Empero en días de ayuno público no se teme tal cosa y por lo tanto se lleva a cabo la bendición sacerdotal.

Después del rezo se recitan súplicas. Según las usanzas sefaradí y jasídica se recitan «Vidui» (confesión) y los trece atributos de la misericordia Divina. Por último se recita «Tajanún» y se hace «Nefilat Apaim» (inclina sobre el rostro). Según las usanzas ashkenazí y yemenita (Báladi) únicamente se inclina sobre el rostro. Tras la finalización de las súplicas el oficiante recita un «Kadish Titkabal«. En los días en los que no se recita Tajanún (ver arriba 21:7-8), el oficiante recita un «Kadish Titkabal» después de la repetición en voz alta de la Amidá.

Los sefaradíes recitan el salmo 67 «Lamenatzeaj Binguinot» y luego un Kadish Iatom (de los huérfanos o de duelo) y finalizan el servicio con «Aleinu Leshabeaj«. Los ashkenazíes no recitan «Lamenatzeaj» y dicen «Kadish Iatom» después de «Aleinu Leshabeaj«.

03. El horario de Minjá se corresponde con el de la ofrenda permanente de la tarde.

Los sabios establecieron el horario del rezo de Minjá según el de la ofrenda permanente de la tarde («bein haarbaim«). Según la base de la ley el horario de esta ofrenda es después de pasadas las seis horas temporales que entonces es el mediodía y el sol comienza a moverse hacia el occidente. Sin embargo, los sabios temieron que las personas se equivoquen respecto de la posición exacta del sol y por lo tanto establecieron que solamente a partir de media hora pasado el mediodía se puede sacrificar la ofrenda permanente de la tarde. Así es que Minjá se puede rezar sólo a partir de este momento (seis horas y media del día).

En la práctica, en el Templo de Jerusalém se acostumbraba mayormente a sacrificar la ofrenda de la tarde a partir de las nueve horas y media temporales, por cuanto que se trata del último sacrificio diario que cierra la labor del Templo y tras este ya no se pueden ofrendar sacrificios de agradecimiento, expiatorios etc. Por esta razón se posponía la ofrenda permanente para una hora más avanzada de la tarde.

Únicamente en el caso de que la víspera de Pesaj cayese en víspera de Shabat, se ofrendaba el sacrificio permanente de la tarde a las seis horas y media temporales del día, puesto que el sacrificio pascual se ofrendaba solamente después de concluido éste. A los efectos de alcanzar a sacrificar todos los corderos pascuales del pueblo de Israel antes de que se inicie el Shabat era necesario adelantar la ofrenda permanente lo más posible.

Este es el origen de que el horario del servicio de Minjá esté dividido en dos partes: la «Gran Minjá» (Minjá Guedolá) y la «Pequeña Minjá» (Minjá Ketaná). El horario de la «Gran Minjá» es a partir de las seis horas y media (temporales) hasta las nueve horas y media. Según la norma, en este horario se podía ofrendar el sacrificio permanente de la tarde, empero en la práctica se hacía en contadas ocasiones. La ofrenda permanente se ofrendaba comúnmente en la Minjá Ketaná cuyo horario es desde las nueve horas y media (temporales) hasta el final de las doce horas, o sea, el final del día. La primera Minjá recibe la denominación de Guedolá o «grande» pues su horario es más extenso (tres horas), mientras que la segunda tiene un horario más reducido y por lo tanto se la denomina «Ketaná«. Vimos anteriormente que estas horas son «temporales», esto es, se divide el día en doce partes y a cada una de estas se la llama «hora temporal». En el verano estas horas temporales son más extensas y en el invierno son más breves (ver arriba 11:10).

Dado que en la práctica la ofrenda permanente se sacrificaba en la Pequeña Minjá,  según Rambám, a priori se debe rezar Minjá en este horario y sólo a posteriori se puede cumplir con el deber en horario de la Gran Minjá, y así sentenció el Shulján Aruj (233:1). Por otra parte, hay juristas que consideran que como por la base de la ley la ofrenda permanente de la tarde se podía sacrificar a partir de las seis y media, se puede, a priori, rezar en el horario de la Gran Minjá (Rif y Rosh). Hay quienes sostienen que a priori corresponde adelantar el rezo de Minjá todo lo posible ya que los diligentes se adelantan en el cumplimiento de los preceptos (Rabí Saadiá Gaón).

En la práctica, es mejor rezar en el horario de la Pequeña Minjá. Empero en caso de necesidad se puede a priori rezar en el horario de la Gran Minjá. Por ejemplo, en el caso de quien se le presentan dos alternativas: rezar  la Gran Minjá con Minián o la Pequeña Minjá solo habrá de preferir la primera opción. Asimismo, quien acostumbra a almorzar pasado el inicio del horario de la «Gran Minjá», si bien según la halajá puede apoyarse en las opiniones más flexibles y por lo tanto, comer antes de rezar (ver halajá 6), a priori es mejor que lo haga antes con Minián y esta es la costumbre extendida en muchas ieshivot.

04. La finalización del horario de Minjá.

El horario de Minjá es hasta el anochecer (erev), empero los juristas debatieron respecto del momento exacto de finalización de éste. La respuesta al debate radica en resolver cuál es el momento exacto de  finalización del horario del sacrificio de la ofrenda permanente de la tarde. Hay quienes sostienen que el horario del vertido de la sangre de la ofrenda permanente era hasta la puesta del sol y por lo tanto se puede rezar Minjá hasta el atardecer (Talmidei Rabenu Ioná, Gaón de Vilna, Mishná Berurá 233:14). Otros juristas opinan que se puede rezar Minjá hasta la noche, pues la labor de la ofrenda permanente de la tarde se prolongaba hasta ese entonces, tanto sea en las labores de vertido de la sangre o quema de los sebos como las libaciones. Esta última opinión es compartida por la mayoría de los juristas (Shulján Aruj y Ramá 233:1).

En la práctica, es importante procurar culminar el servicio de Minjá hasta la puesta del sol, empero a posteriori se puede confiar en la opinión mayoritaria de los juristas y rezar hasta trece minutos y medio después de ésta. Según todas las opiniones, hasta ese momento no comenzó aún la noche (de hecho hasta 4.8 grados por debajo del horizonte). En ese horario aún se pueden recitar los trece atributos de la misericordia e inclinarse sobre el rostro (Mishná Berurá 131:17, Iejavé Da´at 6:7).

En el caso de quien tiene la posibilidad de rezar solo antes de la puesta del sol o con Minián después de esta, hay juristas que consideran que es mejor rezar solo antes, empero la opinión mayoritaria es rezar junto a la congregación después.

En el caso de un Minián que empezó tarde, hay juristas que opinan que no se debe omitir la repetición del oficiante aunque se recite después de la puesta del sol. Otros juristas sostienen que es preferible omitir la repetición del oficiante para no recitarla después del atardecer. Su recomendación es que el oficiante comience las tres primeras bendiciones de la Amidá en voz alta para recitar Kedushá. Las dos opiniones son válidas halájicamente y en caso de que haya rabino en la sinagoga es él quien debe definir estas cuestiones.

05. Actividades prohibidas antes de rezar Minjá.

A los efectos de no olvidarnos de rezar Minjá, los sabios establecieron que a partir del mediodía toda persona debe cuidarse de no comenzar una actividad que pueda distraerlo, al punto que se olvide de rezar. Por lo tanto, no se ha de comenzar una actividad que es difícil de interrumpir en la mitad y su finalización pueda prolongarse hasta pasado el horario del Minjá. Tampoco se ha de iniciar una labor que sea pasible de generar un desperfecto de tal índole que su reparación pueda extenderse más allá del horario de Minjá. No se ha de ir de compras que puedan demorarse hasta el final del horario del rezo. Tampoco se ha de ir a nadar a la piscina si se teme que puede permanecer allí hasta pasado el horario del rezo.

Empero si no hay lugar al temor de olvidar el rezo, toda actividad está permitida. Por ejemplo, quien se encuentra en un sitio en el cual será llamado a rezar Minjá, puede iniciar cualquier labor. Se puede asimismo, comenzar cualquier actividad cuando se sabe que el lugar de trabajo cierra indefectiblemente antes de finalizar el horario de Minjá. De la misma forma, se puede hacer compras en un sitio en el cual se llama a las personas a rezar Minjá en público o si se le pidió a un amigo que le recuerde este rezo. También está permitido nadar en un sitio en el que la piscina se cierra antes de que concluya el horario de Minjá o en el caso de una persona que acostumbra a nadar en un horario fijo por lo que no se teme que se le pase el horario de Minjá.

Si una persona  comenzó una labor que puede demorarse mucho tiempo, pero previamente calculó que podrá terminarla antes del final del horario de Minjá, por cuanto que ya comenzó no se lo molesta para que la deje por la mitad. Habrá de rezar una vez terminada la labor. Si le parece que su actividad se va a prolongar hasta después de pasado el horario de Minjá, habrá de suspender de inmediato y rezar.

Si bien nuestros sabios dijeron que no se ha de cortar el pelo en el  horario de Minjá, los sabios de las últimas generaciones (Ajaronim) son de la idea de que hoy día, en que el corte de pelo lleva poco tiempo y no se teme que ocurra un contratiempo con la tijera  o la máquina cortadora y se demore, ya que cada peluquero posee varias se puede cortar el pelo en este horario (Mishná Berurá 232:6, Kaf HaJaím 14).

06. Comida anterior al rezo de Minjá.

A partir del mediodía hay que tener cuidado de no olvidarse de rezar Minjá, por esta razón no se ha de iniciar una comida importante antes de hacerlo. Una comida importante se considera aquella de la que participan muchos comensales, como por ejemplo tras una circuncisión, un banquete de los siete días posteriores a una boda (sheva berajot) o el rescate de un primogénito. Una comida de Shabat no es considerada una «comida importante». En caso de premura se puede comenzar una comida importante antes de rezar Minjá, a condición de que resulte claro a los comensales de que esta concluirá antes de que pase el horario del rezo y además tendrán que recordarse de rezar tras la ingesta.

Media hora antes de que comience el horario de Minjá Ketaná, esto es unas tres horas temporales antes de que se ponga el sol, está prohibido ingerir una comida aunque sea liviana si aún no se rezó. Si alguien tomó la responsabilidad de recordar a la persona de que tiene que rezar, ésta podrá comer. En vez de acordar con alguien que nos recuerde, se puede poner un reloj despertador para que suene a la hora de rezar. Empero se debe cuidar  que ni bien el reloj suene se suspenda la comida y se vaya a rezar (Ramá 232:2, Beur Halajá ויש, Halijot Shlomó 2:12).

Hay quienes cumplen este precepto con excelencia y una vez pasado el mediodía no ingieren siquiera una comida liviana antes de rezar Minjá. Por lo tanto en muchas ieshivot se acostumbra a rezar Minjá temprano al mediodía para que tras el servicio se pueda comer el almuerzo conforme a todas las opiniones halájicas.

07. La opinión de Rabí Iehudá.

La costumbre más extendida es conforme a la opinión de los sabios en cuanto a que el horario de Minjá se extiende hasta el final del día y a partir de la salida de las estrellas es horario de rezar Arvit (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 26(A)). Empero en opinión de Rabí Iehudá el horario de rezar Minjá es hasta la «fracción de la Minjá» (Plag HaMinjá). «Plag» en hebreo significa fracción o mitad, esto es, se divide el horario de la Minjá Ketaná en dos. Vimos anteriormente (halajá 3) que el horario de Minjá Ketaná es desde las nueve horas y media del día (en horas temporales) hasta el final de las doce. Esto implica que se extiende por dos horas y media temporales por lo que la fracción –»plag»- es una hora y cuarto. La primera fracción es horario de Minjá mientras que la segunda ya es horario en el que se puede rezar Arvit según Rabí Iehudá.

Esto se debe a que en la práctica, los cohanim se apresuraban a degollar el animal de la ofrenda permanente de la tarde y verter su sangre en la primera fracción de la Minjá Ketaná, por lo que este es horario de Minjá.  En la segunda fracción se quemaban los órganos de la ofrenda sobre el altar y dado que el servicio de Arvit se instituyó como sustituto de la quema de órganos, según esta opinión estamos ya en horario de rezar Arvit. Según la opinión de los sabios, por cuanto que se puede verter la sangre del sacrificio permanente de la tarde hasta el final del día, este es el horario final para rezar Minjá. Para ellos, el horario de Arvit se corresponde con el del recitado del Shemá, o sea, a partir de la salida de las estrellas.

En la práctica esta discusión no se ha resuelto y la conclusión del Talmud  (Berajot 27(A)) es que las personas pueden elegir actuar tanto según la opinión de los sabios como según la de Rabí Iehudá. Los sabios medievales agregaron que la libertad de elección está condicionada a que se opte de manera constante por una sola usanza, quien escoge la opinión de Rabí Iehudá no habrá de rezar Minjá después de «Plag HaMinjá» y quien optó por la opinión de los sabios no rezará Arvit antes de que salgan las estrellas. Empero está prohibido rezar Minjá después de «Plag HaMinjá» según la opinión de los sabios y Arvit antes de que salgan las estrellas según la opinión de Rabí Iehudá (ver adelante 25:6-7, allí se explica que a priori se debe aplicar un solo método y en caso de necesidad se puede aplicar el otro).

01. El recitado del «Shemá» y sus bendiciones.

Es precepto de la Torá recitar el Shemá en la noche y en la mañana, tal como está escrito en las dos primeras secciones de este recitado, («Shemá Israel» y «VeahaIm Shamoa«): «al acostarte y al levantarte». Asimismo es preceptivo recordar la salida de Egipto de noche y de día, tal como está escrito (Devarim–Deuteronomio 16:3): «para que te acuerdes siempre del día en que saliste de la tierra de Egipto, todos los días de tu vida». Del hecho que está escrito «todos los días», nuestros sabios aprendieron que es preceptivo recordar el Éxodo de día y  de noche (Mishná Berajot 12:2). A esos efectos se recita también el tercer pasaje del Shemá, «Vaiomer«, al final del cual se menciona la salida de Egipto. Este tercer pasaje es la porción que habla del tzitzit, precepto que aplica solo de día, siendo un pasaje básicamente matutino y en realidad se podría recordar la salida de Egipto por las noches mediante otros versículos. Empero como el pasaje de «Vaiomer» es muy conocido por todos, se acostumbró a usarlo como recordatorio del Éxodo también por las noches (Tosfot Iom Tov en Mishná Berajot ídem). Además, la porción de «Vaiomer» junto a las dos primeras de «Veahavta» y «Vehaiá» suma doscientas cuarenta y ocho palabras  (ver arriba 15:12) y los tres pasajes implican la aceptación completa del yugo celestial (arriba 15:3-4). Las reglas del recitado del Shemá ya fueron explicadas en el capítulo 15.

Los sabios de la Gran Asamblea establecieron que se reciten dos bendiciones antes  del recitado de «Shemá» y dos bendiciones posteriores. La primera es «Maariv Aravim» («que haces que las tardes oscurezcan») que es una alabanza a D´s por el paso del tiempo y es paralela a la bendición de «Iotzer Or» («que formas la luz») del servicio de Shajarit. La segunda bendición es «Ahavat Olam» («amor eterno») en la que se alaba a D´s por amar al pueblo de Israel y entregarle la Torá. La tercera bendición es «Emet Veemuná» («verdad y confiable es todo esto») en la cual se alaba a D´s y se le agradece por la redención. La cuarta bendición es «Hashkivenu» («permítenos acostar en paz») en la que pedimos a D´s que cuide de nosotros por la noche mientras dormimos (ver 16:1). De esta forma vemos que hay siete bendiciones que acompañan al recitado del Shemá, tres en Shajarit y cuatro en Arvit. El Talmud Jerosolimitano  (Tratado de Berajot 1:5) dice que esto se hizo en concomitancia con el versículo (Salmos 119:164) que reza: «Siete veces por día Te alabo»

02. El rezo de Amidá de Arvit.

Nuestro patriarca Yaakov instituyó el rezo de Arvit (arriba 1:7) y por esta razón los miembros de la Gran Asamblea indicaron que se rece la Amidá por la noche, estableciendo que el horario del recitado correspondería con el de la quema de los órganos y los sebos de los sacrificios, los cuales eran quemados de noche si no se alcanzaba a hacerlo durante el día (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 26(B)). Empero, inicialmente, los sabios establecieron este rezo como opcional, lo cual implica que es un acto de bien hacerlo, mas no una obligación. Entonces, quien estaba ocupado cumpliendo con otro precepto o si ya se había ido a dormir o si por cualquier otra razón se le dificultaba rezar Arvit, no estaba obligado a hacerlo. La diferencia entre Shajarit y Minjá por un lado y Arvit por el otro, radicaba en que los primeros rezos fueron establecidos  como sustitutos de las ofrendas permanentes de la mañana y la tarde y el vertido de las respectivas sangres. En cambio, el rezo de Arvit fue establecido como sustituto de las quemas de sebos y órganos sobre el altar de sacrificios, que si bien era preceptivo quemarlos, de no hacerse, la ofrenda ya sacrificada seguía siendo válida. Por esta razón el rezo de Arvit inicialmente era opcional.

Sin embargo, con el correr del tiempo, todos los judíos acostumbraron a rezar Arvit al grado de que en días de los sabios medievales se trataba ya de un rezo obligatorio. A pesar de su actual obligatoriedad, en Arvit no se lleva a cabo la repetición de la Amidá por parte del oficiante. Esto se debe a que como inicialmente era opcional no era necesario repetirla para que los legos puedan cumplir con su deber (Shulján Aruj 137:1).

Las mujeres están exentas del rezo de Arvit. Aquellos juristas que sostienen que las mujeres deben recitar todos los rezos establecidos por nuestros sabios consideran que esto se aplica a Shajarit y Minjá, que fueron obligatorios desde el inicio, mas no para Arvit, servicio del cual están exentas. La costumbre de los hombres de aceptar Arvit como rezo obligatorio no recae entonces sobre ellas.

03. El orden del rezo de Arvit.

Los sabios medievales escribieron que se acostumbra a recitar tres versículos antes de «Barjú» que inician con la expresión «Y Él que es misericordioso expiará el pecado», a los efectos de pedir la absolución de las trasgresiones realizadas durante el día. Además, en la noche, la cualidad del Rigor Divino está tensada y las fuerzas del mal tienen permiso de causar daño, por lo que pedimos Su expiación (ver Tur y Beit Iosef 137, Kaf HaJaím 235:5). En Shabat y días festivos (Iom Tov) no se recita «Vehú Rajum«.

Según la usanza sefaradí, antes de «Barjú» se recitan tres versículos «Ad-onai Tzvaot etc.» y de acuerdo a la usanza jasídica «Shir Hamaalot» etc. Según estas dos usanzas, posteriormente se recita Medio Kadish  y luego «Vehú Rajum«. Si se estudió antes del rezo y al final se recitó «Kadish Al Israel«, no es necesario decir otro Medio Kadish para no abusar de su recitado (Ialkut Iosef III 236:1).

Al recitar «Barjú» se da inicio a las bendiciones del recitado del Shemá, por lo que posterior a éste está prohibido hablar, tal como lo está en medio de uno de los tres pasajes del Shemá (Mishná Berurá 236:1, 54:14, ver arriba 16:4). Por lo tanto, quien no alcanzó a recitar «Vehú Rajum» antes de «Barjú«, no lo habrá de hacer después de éste, para no interrumpir en medio de las bendiciones del «Shemá«.

Según la usanza sefaradí, no se responde Amén tras las bendiciones recitadas por el oficiante  para no interrumpir en medio del Shemá, por lo que es bueno terminar el recitado de cada pasaje junto al oficiante o poco después de este, tal que según todas las opiniones no haya que responder Amén (Ben Ish Jai Pekudei 5). Según la usanza ashkenazí, se responde Amén después de las bendiciones del oficiante y esto no se considera interrupción. Empero tras la bendición «Ahavat Olám«, los ashkenazíes también procuran no contestar Amén a los efectos de no interrumpir entre esta y el recitado del Shemá, terminando junto al oficiante o poco después de éste (ver arriba 16:4, todas las cuestiones del recitado de Shemá se explicaron en el capítulo 16).

Al concluir la bendición de «Hashkivenu«, los judíos originarios de España acostumbran a responder Amén a la bendición recitada por ellos mismos pues es la última de una serie de bendiciones. Los judíos de origen ashkenazí no responden Amén a la bendición recitada por ellos mismos y solamente lo hacen en la de «Boné Ierushalaim» (tercera bendición de la plegaria de agradecimiento por los alimentos n. de t.) en  Birkat Hamazón (Shulján Aruj 215:1, 236:4).

Entre las bendiciones del recitado del Shemá y la Amidá, el oficiante dice Medio Kadish y tras concluir ésta dice «Kadish Titkabal«. Después, según la usanza sefaradí se recita «Shir Lamaalot Esá Einai«, luego las personas en duelo recitan «Kadish Iatom» y una de estas al final dice «Barjú» para quienes llegaron tarde al servicio y no lo escucharon al principio del mismo. Después se recita «Aleinu Leshabeaj» y luego ya no se dice Kadish alguno. Según la usanza ashkenazí, enseguida después del «Kadish Titkabal» se dice «Aleinu Leshabeaj» y luego los que están en duelo recitan Kadish Iatom y uno de estos al final dice «Barjú» para quienes llegaron tarde al servicio. En caso de que no haya alguien en duelo que diga Kadish, el oficiante dice «Barjú«.

04. Adjuntar la redención al rezo.

Los judíos salieron de Egipto de día, por lo que este horario es el principal en cuanto a redención se trata. Por lo tanto, el deber de adjuntar la redención al rezo recae principalmente sobre el servicio matinal De todas maneras, dado que la redención comenzó de noche, también es obligatorio adjuntarla al rezo en el servicio de Arvit. Empero, no se es igual de meticuloso en la adjunción en Arvit como en Shajarit, por lo que los sabios pudieron establecer la bendición de «Hashkivenu» entre la de «Gaal Israel» («que redimes a Israel») y el inicio de la Amidá por considerar a la primera continuación de la segunda. Esto se debe a que los sabios veían a la bendición de «Gaal Israel» referida a la redención en general, mientras que a «Hashkivenu» como la bendición que pide por la redención particular del individuo que busca salvarse de los peligros de la noche. Sin embargo,  si los sabios hubiesen sido meticulosos o estrictos en cuanto a no interrumpir entre la redención y el rezo, no se podría haber agregado «Hashkivenu«.

Se recita Medio Kadish entre la bendición del recitado del Shemá y la Amidá. Esto se debe a que en la estructura del rezo, los sabios instituyeron que haya siempre un Kadish separando una sección de la otra. En Shajarit, dada la gravedad o importancia de la adjunción de la redención al rezo no se instituyó el recitado de un Kadish entre «Gaal Israel» y la Amidá. Empero en Arvit, como la obligación de adjuntar redención al rezo es menor, se incorporó un Kadish entre las bendiciones del recitado del Shemá y la Amidá.

Por esta razón, en muchas partes se acostumbra que en las noches de Rosh Jodesh, antes de iniciar la Amidá, el encargado de la sinagoga anuncia: «Iaalé Veiavó» o en la noche del siete del mes de Jeshván en que se comienza a pedir lluvias anuncia: «Tal Umatar«. En Shajarit no se puede interrumpir con palabras por lo que el encargado de la sinagoga o el oficiante llaman la atención del público respecto del cambio en el formato del rezo mediante un golpe sobre la mesa. En cambio en Arvit, que se puede ser más flexible, se puede anunciar mediante la palabra (Shulján Aruj 236:2, Mishná Berurá 7). Hay quienes anuncian mediante un golpe sobre la mesa también en el servicio de Arvit para no interrumpir con palabras (ver Kaf HaJaím 236, Tov, Piskei Teshuvá 236:6).

En el caso de quien se demora y llega al servicio cuando la congregación está por iniciar la Amidá, habrá de rezar junto a esta y luego habrá de completar las bendiciones faltantes del Shemá. Sin embargo, en Shajarit la halajá indica que se rece según el orden ya que en la mañana adjuntar la redención al rezo antecede a rezar con Minián. Según lo visto, en Arvit la adjunción de la redención a la Amidá no antecede al rezo con Minián (Shulján Aruj 236:3).

05. El comienzo del horario de Arvit es a partir de la salida de las estrellas.

El horario de recitado del Shemá de la noche es «al acostarte», esto es, cuando las personas suelen irse a dormir. El inicio de este horario es cuando oscurece. Los sabios establecieron una señal para distinguir el momento y es cuando se ven en el firmamento tres estrellas medianas. Esto se debe a que en el caso de las estrellas que se divisan grandes como ser Venus, Marte o Júpiter es posible verlas también de día o al atardecer («Bein Hashemashot«). Empero a la salida de las tres estrellas que les siguen en tamaño, las cuales divisamos de tamaño mediano, es señal de que comenzó la noche (Hazmanim Bahalajá cap. 49-50). A este momento se le denomina «la salida de las estrellas». A los efectos de que las personas no confundan las estrellas más grandes con las medianas, los sabios medievales establecieron que se espere hasta que se divisen tres estrellas pequeñas (Talmidei Rabenu Ioná, Shulján Aruj 235:1).

Empero, surgió la discusión respecto de cómo establecer la hora de salida de las estrellas. Hay juristas que opinan que se debe fijar de acuerdo a la vista de los expertos que saben dónde han de observarse las primeras estrellas, por lo que las divisan dieciocho minutos pasada la puesta del sol. A veces, las ven quince minutos pasada la puesta del sol. Del debate talmúdico (Shabat 35(B)) se desprende que el lapso entre la puesta del sol y la salida de las estrellas equivale al tiempo que lleva caminar tres cuartos de «mil», o sea un lapso de entre trece minutos y medio y dieciocho. Hay quienes opinan que el momento de la salida de las estrellas se define según la mayoría de las personas que logran divisar tres estrellas medianas, entre veinticinco y treinta minutos después de la puesta del sol. Todos estos cálculos se realizaron sobre la base de astros medianos, empero ya vimos que según los sabios medievales se debe esperar hasta divisar tres estrellas pequeñas, lo cual implica una espera de unos minutos más.

En la práctica, muchos acostumbran a comenzar el servicio de Arvit veinte minutos antes de la puesta del sol y así es la halajá final según numerosos  juristas. A priori es bueno comenzar Arvit treinta minutos después de la puesta del sol. La medida exacta es cuando el sol se encuentra 6.2 grados por debajo del horizonte. En el caso de quien reza en un Minián en el cual se recitó el Shemá anteriormente, es bueno que vuelva a recitar la primera porción de este después de «Aleinu Leshabeaj»  para salir de toda duda. En el caso de quienes quieren ser más estrictos consigo mismos, pueden recitar también la porción «Vehaiá Im Shamoa» y hay quienes agregan también la de «Vaiomer«.

06. El inicio del horario del rezo según la opinión de los sabios y según la opinión de  Rabí Iehudá.

El horario para rezar Arvit fue establecido en relación al de la quema de sebos y órganos de la ofrenda permanente sobre el altar del Templo.  Ya vimos arriba (24:7) que a este respecto debatieron los sabios con Rabí Iehudá. Según los primeros se puede rezar Minjá hasta la noche y una vez entrada ésta se reza Arvit. Según Rabí Iehudá se puede rezar Minjá hasta la fracción de la tarde (Plag Haminjá) que es una hora y cuarto temporal antes del fin del día y enseguida después comienza el horario de rezar Arvit. En la práctica, la persona puede escoger actuar, de acuerdo a la opinión de los sabios o a la de Rabí Iehudá. Esta decisión está condicionada a que la persona sea coherente en su decisión y siga una sola usanza. Si elige actuar según Rabí Iehudá, deberá poner atención en no rezar Minjá pasado el horario de Plag Haminjá y si decide actuar según la opinión de los sabios, habrá de poner atención en rezar Arvit después que salgan las estrellas. Empero está prohibido rezar Minjá después de Plag Haminjá según la opinión de los sabios y Arvit antes de la salida de las estrellas, según la opinión de Rabí Iehudá.

Si bien según Rabí Iehudá el horario de Arvit  y las bendiciones del recitado del Shemá comienza con la fracción de la Minjá, de todas maneras el horario para recitar el Shemá es a partir de la salida de las estrellas. Por lo tanto, quien reza Arvit antes de la salida de las estrellas debe volver a recitar las tres porciones del Shemá después que estas salieron (Shulján Aruj 235:1).

A priori, no se debe alternar usanzas y cada quien debe actuar de manera consistente, o siempre como sentenciaron los sabios o siempre como lo hizo Rabí Iehudá. Nosotros acostumbramos a actuar conforme la opinión de los sabios. Empero en caso de necesidad, una persona puede actuar según la opinión de Rabí Iehudá. Por ejemplo, durante el verano en el que el Shabat entra tarde, hay quienes prefieren recibirlo más temprano para que los niños pequeños puedan participar del rezo y de la comida familiar. Estas personas rezan Arvit según la opinión de Rabí Iehudá, o sea antes de la puesta del sol. Asimismo, quien llega a un sitio en el que se acostumbra actuar conforme la opinión de Rabí Iehudá, a pesar de que acostumbra rezar Arvit después de la salida de las estrellas, es mejor que participe del rezo público con Minián según la usanza de Rabí Iehudá a que rece solo según la usanza de los sabios.

07. Juntar a posteriori Minjá con Arvit antes de horario.

En diferentes comunidades se acostumbró rezar los servicios de Minjá y Arvit uno a continuación del otro, entre Plag Haminjá y la salida de las estrellas. En tiempo de los sabios medievales esto se practicaba especialmente en Europa Central y Occidental (Ashkenaz) y en las últimas generaciones (tiempo de los ajaronim) especialmente entre sefaradíes. Muchos de los grandes juristas se opusieron a esta praxis e intentaron anularla por tratarse de una usanza contradictoria. Esto es así por cuanto que si se reza Minjá después de Plag Haminjá según la opinión de los sabios, no se puede rezar al mismo tiempo Arvit conforme la opinión de Rabí Iehudá. Por ello es correcto instaurar una clase de Torá entre ambos servicios, para que de esa manera todos tengan el mérito de haber estudiado amén de rezar Arvit en su horario apropiado.

De todas maneras, los sabios de las últimas generaciones enseñaron que en vez de esperar hasta después de la salida de las estrellas, lo cual puede causar que se dispersen los orantes y no se rece Arvit con Minián, se puede rezar Arvit a continuación de Minjá. Los que participan en este servicio de Arvit deben recitar el Shemá más tarde, esto es, después de la salida de las estrellas.

En el caso de una persona que acostumbra siempre rezar Arvit después de  la salida de las estrellas de acuerdo a la opinión de los sabios y llega a un sitio en el cual, por necesidad, se acostumbra a rezar Arvit antes de que sea noche, inmediatamente después de Minjá, hay juristas que opinan que es mejor que rece con la congregación por el Minián y otros opinan que es mejor que mantenga su costumbre y rece Minjá con la congregación, pero que rece Arvit de manera individual después que salgan las estrellas.

08. Fin del horario de recitado del Shemá y rezo de Arvit.

Según la Torá, el horario de recitado del Shemá nocturno es durante toda la noche, tal como está escrito «al acostarte», siendo toda la noche el periodo en que la gente acostumbra acostarse a dormir. Empero nuestros sabios limitaron el horario y establecieron que se recite el Shemá hasta la medianoche, para que las personas no pospongan el recitado y al final se duerman y pierdan de  cumplir con el precepto. Sin embargo, a posteriori, si la persona no cumplió con el recitado del Shemá antes de medianoche, podrá recitarlo, junto con sus bendiciones, hasta que despunte el alba ya que según la Torá el horario de recitado es toda la noche.

En el caso de quien por fuerza mayor no pudo recitar el Shemá hasta que despuntó el alba, podrá hacerlo hasta el amanecer (los horarios fueron explicados arriba en 11:2). Cuando se recita el Shemá después que despunta el alba se dicen tres bendiciones; mas la cuarta,  «Hashkivenu«, no se recita por cuanto que ya no es hora de acostarse a dormir. Tampoco se reza Arvit después que despunta el alba pues este servicio fue establecido para la noche y al despuntar el alba ya empezó el día (Mishná Berurá 235:34, Shaar Hatziún 41).

A priori, es preferible recitar el Shemá y rezar Arvit inmediatamente después que salen las estrellas, pues los diligentes se apresuran en cumplir con los preceptos. Empero quien se dedica al estudio de la Torá puede, a priori, postergar su rezo hasta después de concluido el estudio. Por esta razón, en las ieshivot se acostumbra a rezar Arvit una vez concluida la sesión nocturna de estudio y no cuando salen las estrellas. Quien prefiere rezar en un Minián tardío porque considera que habrá de concentrarse mejor,  puede, a priori, posponer su rezo de Arvit. Por supuesto que es preferible rezar tarde con Minián a hacerlo solo ni bien salen las estrellas.

09. Cosas que están prohibidas antes del rezo de Arvit.

Está prohibido comenzar a comer media hora antes que salgan las estrellas. Incluso una comida liviana lo está, no sea que ésta se prolongue, la persona se canse y se quede dormida. Asimismo está prohibido beber alcohol en ese horario, mas se pueden comer frutas y verduras e incluso se permite ingerir hasta el volumen de un huevo de pan o «mezonot». Si se comenzó a comer antes de iniciarse la media hora anterior a la salida de las estrellas, podrá continuar haciéndolo ya que comenzó a comer en horario permitido siempre y cuando tenga la posibilidad de recitar el Shemá al concluir la ingesta (Mishná Berurá 235:21).

Si la persona comenzó a comer en un horario en el que no le está permitido hacerlo, habrá de suspender la ingesta para recitar el Shemá que es obligatorio por la Torá, empero las bendiciones de este recitado y la Amidá que son obligaciones de origen rabínico, las podrá cumplir después de la comida (Shulján Aruj 235:2).

Si la persona en cuestión pidió a un compañero que no está comiendo que le recuerde más tarde recitar Shemá y rezar Arvit, podrá en caso de necesidad comenzar a comer también después de la salida de las estrellas (Mishná Berurá 235:18). Si se trata de dos personas que precisan comer y aún no rezaron Arvit, en caso de necesidad podrán acordar entre ellos que se habrán de recordar mutuamente rezar Arvit y de esta forma no se teme que se olviden (ver Mishná Berurá en el prólogo 669). Asimismo, quien acostumbra a rezar siempre con Minián a una hora fija y sabe que no habrá de olvidarse, en caso de premura podrá comer antes de rezar Arvit (ver Aruj Hashulján 232:16).

En muchas ieshivot, durante el verano  se comienza a cenar en la media hora anterior a la salida de las estrellas y se confían en el hecho de que el horario de Arvit es fijo, públicamente conocido y además durante la cena todos se recuerdan unos a otros que deben rezar una vez concluida esta. Si bien a priori corresponde ingerir la cena después de rezar Arvit, es correcto proceder de la manera antes mencionada  a los efectos de mantener fijos los horarios de estudio. En caso de posponer la cena para después del servicio la sesión de estudio de la tarde se haría muy prolongada y la de la noche demasiado breve, lo cual redundaría en la pérdida de estudio (Bitul Torá).

En el caso de quien deba comer antes del servicio de Arvit mas no tiene Minián fijo ni quien le recuerde hacerlo más tarde, podrá hacerse a sí mismo una señal que le recuerde rezar, por ejemplo colocar un reloj despertador que suene más tarde o pedirle a un amigo que lo llame para recordarle rezar, y una vez que este lo haga recitar de inmediato el Shemá y  la Amidá (Halijot Shelomó 2:12). A posteriori se puede amarrar algo a la ropa, de modo tal que no se la pueda quitar para ir a dormir sin prestar atención al nudo que le debe recordar recitar el Shemá y rezar (ver Piskei Teshuvá 235:8).

Así como está prohibido comer en la media hora previa a la salida de las estrellas, está prohibido dormir de manera permanente en este horario. En caso de premura, dado que al inicio de la noche la mayoría de las personas acostumbran a estar despiertas, una persona puede designar a alguien para que lo despierte antes del horario del rezo (ver Aruj Hashulján 232:17).

Una persona que tiene la intención de rezar Arvit sola, no habrá de comenzar a estudiar después de salidas las estrellas sin antes rezar. Empero antes de la salida de las estrellas puede comenzar a estudiar aunque tenga la intención de continuar estudiando de corrido después de este horario. Si la persona acostumbra a rezar en la sinagoga con un Minián fijo en un horario más tardío, podrá comenzar a estudiar en su casa después de salidas las estrellas ya que no se teme que olvide su hábito (Shulján Aruj 89:5, Mishná Berurá 89:30-31. 235:17).

Hay juristas que consideran que todo lo que nuestros sabios prohibieron hacer antes de rezar Minjá, por ejemplo, una labor que puede llegar a prolongarse, fue asimismo prohibido hacer antes de rezar Arvit (Rashbá, Mishná Berurá 235:17). Otros juristas consideran que estas labores están vedadas únicamente antes del servicio de Minjá, ya que por la tarde las personas están acostumbradas a trabajar y se pueden distraer con su quehacer y perderse el horario del rezo. En cambio por la noche no es común que se prolongue tanto una labor (Aruj Hashulján 235:16, así se entiende de lo escrito por Rambám  y otros sabios medievales). A priori, cuando en la práctica se teme que la labor se prolongue mucho corresponde optar por la opinión más estricta (ver 24:5).

01. El orden del recitado del «Shemá» al acostarse

Dijeron nuestros sabios (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 60(B)) que «quien va a su cama a dormir recita desde «Shemá Israel» hasta «Vehaiá Im Shamoa» y luego dice la bendición de «Baruj Hamapil» etc». Asimismo, dijo Rabí Iehoshúa Ben Leví: «Aunque la persona haya recitado el Shemá en la sinagoga (en el rezo de Arvit n. de t.), es preceptivo que también lo haga en su cama». Esta opinión fue respaldada en las palabras del Salmos (4:5): «Discurrid con vuestro corazón sobre vuestro lecho y callad» (ídem Berajot 4(B)).

Rabí Iehoshúa Ben Leví acostumbraba adicionar en su recitado previo a irse a dormir el salmo 91 «Oh Tú que vives al amparo del Altísimo», así como también el salmo 3 «Oh Eterno, cómo han aumentado mis adversarios» pues son efectivos contra las malas influencias (Talmud Babilonio Tratado de Shevuot 15(B)) y muchos siguen esta usanza. En el transcurso de las generaciones muchos acostumbraron a adicionar otros salmos, versículos y plegarias,  mas como se trata de agregados tardíos las usanzas varían entre las diferentes tradiciones y comunidades. Hay quienes sostienen que es bueno recitar también la porción de «Vehaiá Im Shamoa» y hay quienes consideran que es bueno recitar las tres porciones (del Shemá).

En síntesis, de acuerdo a lo decretado por nuestros sabios, se debe recitar la porción de «Shemá Israel» y la bendición de «Hamapil«, empero, los demás salmos antes mencionados no es obligatorio recitarlos; sin embargo, esta práctica se ha extendido en virtud de la usanza de Rabí Iehoshúa Ben Leví que adicionaba los demás salmos para protegerse así de las malas influencias («mazikim») (ver Maguén Abraham 239:2).

Hay quienes ponen mayor cuidado en pronunciar la bendición de «HaMapil» cercanos a dormirse, después del «Shemá» y todos los restantes versículos. De acuerdo a la usanza de los Cabalistas, se pronuncia la bendición de «HaMapil» antes del «Shemá» y los versículos precitados.

Empero, quien teme dormirse, debe comenzar por el «Shemá» y «HaMapil» y de ese modo estará seguro que alcanzará a decir antes de dormirse lo establecido por nuestros sabios de bendita memoria (véase Mishná Berurá 239:2).

02. La bendición de «Hamapil»

Hubo quienes temían recitar la bendición de «Hamapil» ya que en caso de no lograr conciliar el sueño resultaría pronunciada en vano («berajá lebatalá»). Sin embargo, en la práctica, del hecho de que los sabios hayan establecido la bendición se deduce que no temieron que esto ocurriese. Esto se debe a que se trata de una bendición de agradecimiento a D´s por el sueño, y aunque alguien no logre conciliarlo su agradecimiento no resulta dicho en vano (Jaié Adam 35:4). Empero, a priori los sabios establecieron esta bendición para quien se dispone a dormir, por lo que quien tiene planeado no dormir en una noche determinada, no habrá de recitar «Hamapil» en esa ocasión.

No se recita «Hamapil» por sueño diurno. Hay quienes dicen que previo a este es bueno recitar «Vihí Noam» (Mishná Berurá 239:8, y ver Beur Halajá en la palabra סמוך). Previo a un sueño breve o pasajero durante la noche tampoco se ha de recitar «Hamapil«, pero dormir sobre una cama por un lapso mínimo  de media hora ya se considera sueño permanente o «shenat keva» (Eshel Abraham 239, Beit Baruj 35:10). En el caso de quien se fue a dormir por la noche tras recitar «Hamapil«, luego se levantó para sus quehaceres y posteriormente volvió a acostarse, no habrá de volver a recitar la bendición  pues esta se dice una sola vez por noche (Beit Baruj 35:9, y ver en Piskei Teshuvá 239:1,4). Quien se durmió sin recitar «Hamapil» y se despertó en medio de la noche con intención de seguir durmiendo, deberá recitarla antes de volverse a dormir. En caso de no querer levantarse de la cama, puede frotar las manos con la frazada y bendecir (Shulján Aruj Oraj Jaím 4:23, Mishná Berurá 61, a diferencia de Piskei Teshuvá 239:1 que obliga a lavar las manos (netilat iadaim)).

Hay quienes aprenden de la Kabalá del Arí z»l que solamente aquel que se va a dormir antes de la medianoche debe recitar la bendición de «Hamapíl» y quien se acuesta pasada la medianoche no debe hacerlo. Esta es la usanza de muchos sefaradíes, quienes en caso de irse a dormir pasada la medianoche recitan «Hamapil» sin pronunciar el Nombre Divino (beló shem umaljut) (Kaf HaJaím 239:8, ver Iejavé Daat 4 pág. 122-124). La usanza de los ashkenazíes  y de parte de los sefaradíes es que se recite «Hamapil» cuando se va a dormir antes de que despunte el alba.

03. Otras leyes

Quien tiene necesidad de hacer algo después de haber recitado «Shemá» y «Hamapil» tiene permitido hacerlo. De la misma manera se puede comer, beber u ordenar algo con premura, ya que «Hamapil» es una bendición diferente a las del disfrute («nehenín») en las que está prohibido interrumpir entre el recitado y la ingestión. La bendición «Hamapil» se trata de un agradecimiento por el sueño nocturno, por lo tanto se puede hacer algo después de recitarla. Empero, a priori, es bueno que el sueño sea a continuación del recitado del «Shemá» (ver Ramá 239:1, Tzitz Eliezer 7:27, Iejavé Daat 4 pág. 118-122, Piskei Teshuvá 239:3. De todas maneras la Mishná Berurá 239:4 es más estricta tras el recitado de «Hamapil»).

Se puede recitar el orden del «Shemá» sobre la cama recostado, empero habrá de hacerlo echado sobre uno de los lados.

Los moralistas (Baalei Hamusar) escribieron que es bueno realizar una evaluación (jeshbón nefesh) del día previo a dormir y en caso de recordar haber realizado una mala acción se debe confesar ante D´s y proponerse no volver a hacerla. Asimismo antes de irse a dormir es bueno perdonar a todo aquél que haya actuado contra nuestra persona o nos haya hecho sufrir, para que nadie resulte castigado por nuestra causa y en mérito de ello seamos bendecidos con longevidad (Mishná Berurá 239:9).

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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