Pninei Halajá

Shabat

06 – El timer («Shaón Shabat») y la postergación de su accionar.

Las prohibiciones de Shabat entran en vigor desde su inicio, empero antes de esto se permite realizar acciones cuyas consecuencias se prolongarán durante el día. Un ejemplo notorio de esto es la activación del timer conectado al flujo eléctrico y que lo interrumpe o reestablece conforme a la previa programación. De esta manera, hoy día se puede hacer que las lámparas eléctricas se enciendan y apaguen en el correr del  Shabat. Por ejemplo, antes de Shabat se pueden encender las luces de la casa y programar el timer para que se apaguen a la hora de ir a dormir y nuevamente se enciendan a la hora de la comida de la mañana, para luego volver a apagarse hasta el nuevo encendido a la hora de la tercera comida («Seudá Shelishit«). Asimismo, se puede instalar un timer en el tomacorriente y conectarle un horno eléctrico o un ventilador para que se enciendan y apaguen a las horas deseadas.

En el caso de una persona que programó un timer para que las luces en Shabat se apaguen a las once de la noche y al final cambió de idea y quiso continuar estudiando hasta las doce, hay juristas que, basados en las sentencias de los sabios, opinan que no puede hacer cambios mientras las lucres funcionan y postergar el horario de apagado de luces moviendo las manecillas del timer ya que lo consideran parte del sistema de iluminación. Esto se puede aprender de la norma que prohíbe colocar una cáscara de huevo llena de aceite junto a una vela para que ésta no tome del aceite en cuestión (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 29(b), ídem Beitzá 22(A)).

Por otra parte, el Rabino Auerbach y otros rabinos consideran que quien pospone la acción de apagado de luces se asemeja a quien tiene una vela encendida en la habitación y al comenzar a soplar el viento cierra la ventana para evitar que se apague, lo cual es permitido conforme todas las opiniones y permite que la vela continúe ardiendo. Esto se debe a que la acción no se realiza en el cuerpo mismo de la vela sino que impidió que ingrese el viento, por lo tanto no hay acción prohibida. Asimismo, quien pospone la acción del timer no realiza acción alguna en el cuerpo mismo de la lámpara o aparato eléctrico sino que evita, por un tiempo más, la puesta en funcionamiento del dispositivo. Dado que su uso está permitido, no se debe considerar como «Muktze» a los botones del timer.

Dado que la línea de razonamiento de los juristas más flexibles es muy sólida y es la práctica más acostumbrada, se puede, a priori, confiar en esta postura. Por lo tanto, toda acción que prolongue el estado actual del timer está permitida. Si la electricidad está desconectada se permite prolongar esta situación y así la luz se ha de encender más tarde. Si la electricidad está conectada, se permite prolongar esta situación para que la luz se apague más tarde. Asimismo, cuando la luz está apagada se permite bajar el botón que enciende las lámparas para que una vez que llegue la hora en la que el timer las enciende, estas permanezcan apagadas (Shmirat Shabat Kehiljatá 13:26-33).

Empero, no se permite cambiar el timer de modo tal que se adelante el momento de encendido o apagado. Por ejemplo, si este estaba programado para que apague las luces a la medianoche y las personas decidieron irse a dormir más temprano – se prohíbe adelantar el horario de apagado. Aunque el apagado no se realice con las manos puesto que las luces no se apagan de inmediato sino tiempo después de que se mueven las manecillas del timer, de todas maneras provocar el apagado está prohibido rabínicamente. Asimismo, si se le programó de modo tal que encienda las luces a las 10:00 de la mañana, se prohíbe mover los botones para que se encienda más temprano ya que los sabios prohibieron provocar el encendido de una luz.

07 – El botón regulador del termostato.

La norma que se aplica sobre los aparatos eléctricos que funcionan con termostato es similar a la que rige sobre el timer. En opinión de algunos de los juristas está prohibido modificar el botón del termostato. En opinión del Rabino Auerbach y otros juristas, se permite cambiar el estado del botón en cuestión para prolongar el estado actual.

Por ejemplo, quien antes de iniciar Shabat activa un radiador para  calefaccionar la casa a un grado medio y durante el sagrado día ve que el clima es más cálido de lo que pensó y prefiere que la estufa caliente menos, habrá de esperar hasta que el termostato interrumpa el funcionamiento del radiador y entonces girará el botón regulador y lo cambiará a una temperatura menor, de modo tal que el lapso de interrupción del calefaccionamiento sea más prolongado y luego el calentador funcione por menos tiempo. Empero, está prohibido disminuir la temperatura mientras el radiador funciona ya que esto acelera el momento de apagado.

En caso que se desee que el radiador caliente más durante Shabat, se habrá de esperar a que el radiador funcione y llegue al punto de calor en el cual es necesario retirar la mano («iad soledet bó» o sea, por lo menos 71 C°). En este momento se procederá a girar el botón que regula el termostato y ponerlo en una temperatura mayor para que de esa manera la estufa continúe funcionando por más tiempo. Empero, si esto se hace cuando la temperatura es menor a «iad soledet bó» se trasgrede una prohibición, puesto que se provoca que se cocine el aceite en el interior del radiador. Cuando la estufa no funciona, igualmente se prohíbe girar el botón a una temperatura mayor ya que esto provoca un cambio en la situación y puede generar el encendido inmediato del calefactor.

La misma norma aplica respecto del aire acondicionado o refrigerador que poseen botones reguladores del termostato. Mientras funciona el motor que enfría se permite girar el botón regulador del termostato y ponerlo en una temperatura inferior, ya que de esa forma el enfriamiento se prolongará por más tiempo. Cuando el motor deja de enfriar, se permite girar el botón regulador del termostato y ponerlo en una temperatura superior, ya que de esa manera el motor del refrigerador prolongará su funcionamiento (Minjat Shlomó 10, Shmirat Shabat Kehiljatá 23:24).

Todo esto es así a condición de que el termostato no se regule escribiendo  sobre una pantalla. Empero, si el cambio se realiza oprimiendo botones que cambian el nivel de la temperatura y aparece en la pantalla electrónica como en muchos de los acondicionadores de aire – se prohíbe por tratarse de la labor de escribir y porque cada presión dactilar genera de inmediato una acción eléctrica.

08 – Abrir un refrigerador u horno eléctrico y el ingreso a una habitación con aire acondicionado.

Se prohíbe abrir en Shabat la puerta de un refrigerador cuando esto genera una actividad eléctrica. Por ejemplo, en la mayoría de los refrigeradores encontramos una lamparita que se enciende al abrirse la puerta, y si no se desconectó antes de Shabat se prohíbe abrirla durante este día. Asimismo, hay refrigeradores que al abrirse o cerrarse la puerta se activa o desactiva el funcionamiento de los ventiladores interiores o de diferentes sistemas electrónicos, por lo que no se los puede abrir en Shabat.

Sin embargo, si se tuvo la precaución que al abrirse la puerta del refrigerador la lamparita no se encienda, se podrá hacerlo. De todas maneras, hay juristas que permiten abrir la puerta únicamente cuando el motor está en funcionamiento mas no cuando este no funciona, ya que abrir la puerta causa el ingreso de aire caliente y como el motor es activado por el termostato interior resulta que abrir la puerta puede poner al motor en funcionamiento de inmediato o al menos acelerar su activación.

Empero, la halajá permite abrir un refrigerador también si el motor no está en funcionamiento ya que quien lo hace no tiene la intención de poner el motor en funcionamiento y no es seguro que la apertura active el motor, pues quizás este ya debía comenzar a funcionar de todas maneras. Incluso si la apertura de la puerta causa la activación del motor, esto ocurre de un modo indirecto o «Grama«, ya que la apertura de la puerta por sí misma no es la que activa el motor sino únicamente permite el ingreso de aire caliente que influirá después en su activación. Por lo tanto, no se ha de temer por la duda de una acción indirecta o «Grama» realizada sin intención.

Asimismo, se permite beber agua fría de un bebedero sin prestar atención si el motor que enfría funciona o no. De la misma manera, se permite ingresar a una habitación en la cual funciona el aire acondicionado regulado mediante termostato. Si bien al abrir la puerta este puede verse activado, no se trata de algo prohibido por cuanto que no hay certidumbre de que la acción en cuestión ponga en funcionamiento al acondicionador de aire, y por lo tanto se trata de «Grama» o activación indirecta. También se permite abrir la puerta o ventana en una habitación en la cual funciona un acondicionador de aire para frio – calor o un radiador que regulan su temperatura mediante termostato, ya que quien abre una puerta o ventana no tiene la intención de activarlos y tampoco se tiene la certidumbre de que la apertura de puerta o ventana cause la activación, y en caso de que así ocurra se trataría de un caso de «Grama«.

Empero, en el caso de un horno de cocina que funciona con termostato, muchos juristas son de la opinión de que se debe ser estricto en cuanto a que no debe ser abierto cuando los calentadores no funcionan, ya que al ser pequeño su apertura puede influir directamente y activarlos. Por esta razón, se fabrican hornos que poseen «modo Shabat» por efecto del cual funcionan constantemente a temperatura fija sin influencia del termostato. Cuando el horno funciona en «modo Shabat» se lo puede abrir ilimitadamente de acuerdo a todas las opiniones.

09 – Cuando nos olvidamos de desconectar la luz del refrigerador.

Está prohibido abrir o cerrar un refrigerador en Shabat si se olvidó desconectarle la luz, pues al hacerlo esta se enciende o apaga. Si los alimentos que se encuentran adentro son necesarios para el Shabat y hay en la proximidad un no judío, se le puede pedir a este que abra el refrigerador para su propio beneficio, esto es, ofreciéndole algo del contenido. Dado que el no judío abrió el refrigerador para sí – el judío tiene permitido retirar de este aquello que le es necesario. Si bien está prohibido pedirle a un no judío que realice una labor en Shabat, en este caso se le pide sólo que abra el refrigerador (cosa que no se considera una «melajá»), y a raíz de esto la luz se habrá de encender. Luego, se puede pedir al gentil que apague la lámpara para que sea posible más tarde abrir o cerrar el refrigerador. Apagar el foco eléctrico está prohibido rabínicamente por lo que se permite pedir a un no judío que realice una labor prohibida por los sabios si es para el precepto del Shabat (arriba 9:11, ver adelante 25:5).

En caso de no encontrarse en el sitio un no judío y el alimento guardado en el interior del refrigerador es muy necesario, se lo puede desconectar de la corriente eléctrica en un momento en el cual no funcione el motor. Es necesario tomar precaución de hacerlo de un modo diferente al habitual («shinui«), como por ejemplo, insertando una madera o plástico puntiagudos entre la ficha y el tomacorriente, ya que el primero es «Muktze» y no se lo puede mover en Shabat tal como se acostumbra (ver adelante 23:14).

En caso de haber duda si se desconectó o no la lámpara del refrigerador, se lo puede abrir ya que no se tiene la intención de encender el foco sino de abrir la puerta del artefacto. En caso de que se encienda será de acuerdo al modo de «pesik reisha» (consecuencia inevitable mas no deseada de una acción), lo cual no está prohibido. Si bien hay quienes son estrictos en este punto la opinión principal es conforme a la de los flexibles.

En caso de que se haya abierto la puerta del refrigerador y la lámpara se haya encendido, se puede retirar alimentos de su interior y no se ha de cerrar la puerta de nuevo por completo. Esto se logra poniendo allí un repasador o paño, para que así la lámpara no se apague y se pueda volver a abrir el refrigerador cuando se desee.

10 – Lavavajilla.

Está prohibido activar en Shabat una máquina lavavajilla ya que toda activación eléctrica está prohibida. Además este aparato calienta agua para lavar los platos y calentar agua implica trasgredir la prohibición de cocinar.

Quien después de comer acostumbra a retirar los platos sucios de la mesa e introducirlos en el lavavajilla, puede hacerlo, y sólo después de concluido Shabat podrá poner el aparato en funcionamiento. Sin embargo, quien no acostumbra a retirar los platos y colocarlos en el lavavajilla – no podrá hacerlo ya que en Shabat no se puede preparar o adelantar trabajo para los días hábiles de la semana.

Tampoco se puede usar un lavavajilla con timer ya que de no mediar el cierre de la puerta el aparato no se activa, por lo que al hacerlo se provoca que comience a funcionar (Shmirat Shabat Kehiljatá 12:37). Sin embargo, en caso de gran necesidad, cuando es necesario lavar muchísimos platos en Shabat y se dificulta hacerlo manualmente, se puede. Esto obedece a que cerrar la puerta del lavavajilla se considera una acción «Grama» (indirecta) que no encierra una labor real, y en caso de gran necesidad es permitida (ver arriba 9:9, Responsa «MeRosh Tzurim» 30).

Si se neutraliza el mecanismo que conecta el cierre de la puerta con la activación del lavavajilla, de modo tal que si no se cierra la puerta igualmente comienza a funcionar a una hora determinada, se permite colocar platos sucios en el interior del aparato para ser lavados en Shabat (Rabino Faust «LeOhavai Iesh» 1).

11 – Puertas eléctricas.

Está prohibido acercarse a una puerta eléctrica que se abre cuando uno se aproxima a la misma, ya que todo aquel que se acerca se considera como que  activa el mecanismo de modo directo. No hay diferencia si el mecanismo se activa mediante una superficie de pisado ubicada delante de la puerta o mediante un ojo electrónico o sensor de volumen etc. Tal como aprendimos (halajá 2), la opinión mayoritaria de los juristas, y entre ellos el Rav Kuk de bendita memoria, es que toda activación de artefacto eléctrico está prohibida por la Torá.

En el caso de una persona que se quedó Shabat en un hotel o un hospital que posee puertas eléctricas, debe encontrar una apertura alternativa para poder ingresar por esta sin activar el mecanismo eléctrico. Cuando un no judío se acerca a la puerta eléctrica para que se abra para poder entrar, el judío tiene permitido sumarse y aprovechar a hacerlo (ver adelante 25:1-2). Sin embargo, si un judío que no respeta Shabat entra por la puerta eléctrica, está prohibido hacerlo junto a este pues no se puede disfrutar o sacar provecho de una profanación del sábado. Además, sacar ventaja de una trasgresión de Shabat implica una profanación del Nombre Divino («Jilul HaShem«). Si bien hay juristas que a este respecto adoptan una actitud más flexible, corresponde ser estricto y únicamente en caso de gran necesidad, de no mediar otra solución, se puede, a posteriori, actuar según la actitud flexible.

Se puede entrar por la puerta eléctrica abierta por un médico o una enfermera que llegaron a su trabajo en el hospital ya que los ampara el hecho de que salvan vidas («Pikuaj Nefesh«). A priori, la dirección del hospital debe realizar esfuerzos que apunten a reducir la profanación del Shabat en el nosocomio y preparar, de antemano, puertas que no requieran de activación eléctrica.

En el caso de quien se acerca por error a una puerta eléctrica y provoca que esta se abra, hay juristas que opinan que a priori no se mueva de su sitio ya que de hacerlo provocará que la puerta se cierre. Lo que proponen es que la persona en cuestión no se mueva hasta que llegue un no judío, le pida que se pare en su sitio y entonces salga, para así luego, cuando el no judío se retire, la puerta se habrá de cerrar. Empero, si la espera le causa pesar al judío, puede abandonar el sitio ya que él simplemente procura ir por su camino y no le importa si la puerta se mantiene abierta o si se cierra. Este sería un caso de «Psik reisha dela nija lei» (consecuencia inevitable de una acción que no es de su interés), de una acción que es causada indirectamente («Grama«) por lo que no está prohibido. En el caso de que quien abrió la puerta involuntariamente quiso entrar por esta, de mediar gran necesidad, podrá ingresar ya que no tuvo la intención de realizar una labor. Empero, si tuvo la intención de abrir la puerta y se recordó que eso está prohibido, no habrá de ingresar, ya que un judío no puede disfrutar de una labor realizada involuntariamente en Shabat (Shulján Aruj 318:1, ver adelante 26:4).

12 – Cuando al ingresar a una habitación se enciende automáticamente la luz.

No se debe ingresar a una habitación que tiene instalado un mecanismo eléctrico que enciende la luz o el aire acondicionado al entrar. Quien lo hace no puede argüir que no tuvo la intención de encender la luz o el aire acondicionado ya que es sabido que al entrar es lo que habría de ocurrir.

Este problema suele presentarse con habitaciones y baños de hoteles y quienes se alojan deben tener la precaución de hacer que los mecanismos en cuestión sean desconectados. Quien no lo hizo y Shabat ya comenzó, habrá de pedir a un no judío que le abra la puerta y se quede con él un poco de tiempo para que disfrute así tanto de la luz como de la climatización. Recién entonces se pueda considerar que los encendió para sí y por ende un judío podrá disfrutar de estos posteriormente (adelante 25:2).

Si se está dentro del baño y se sabe que al salir de este se apagarán tanto la luz como el aire acondicionado, en caso de que sea posible o fácil permanecer en el interior del mismo o si está por llegar un no judío que puede desactivar el mecanismo automático, es mejor esperar. Empero, si la espera causa al judío malestar podrá salir del baño. Esto obedece a que los mecanismos de luz y aire se apagan automáticamente a los efectos de ahorrarle electricidad al hotel y a quien sale del baño no le importa, por lo que estamos ante un caso «Psik reisha dela nija lei» (consecuencia inevitable no procurada) de una prohibición rabínica, pues el apagado de luces o climatización es una acción prohibida rabínicamente según todas las opiniones. En caso de necesidad se puede actuar con flexibilidad (ver arriba 9).

Sin embargo, tal como aprendimos, luego no podrá volver a la habitación, pues al ingresar la luz y el aire acondicionado se encenderán por lo que sólo en caso de que un no judío le acompañe podrá hacerlo. Por lo tanto, nuestro consejo para un caso así es pedir a un no judío que desconecte el mecanismo automático y entonces podrá entrar y salir de la habitación sin limitante alguna.

13 – El uso del portero eléctrico, la pantalla y el timbre a la entrada de un edificio.

En algunos edificios hay un portero que cuida la entrada cuya labor es ver por pantalla de circuito cerrado de televisión quién entra o sale del predio y si son residentes o sus invitados. Para permitir el ingreso de estos, oprime el botón que activa el mecanismo eléctrico que permite abrir la puerta. Dado que el judío tiene beneficio de que el cuidador lo vea en la pantalla, no puede pararse en un sitio en el cual su rostro sea visible para el primero. Asimismo, un judío que quiere entrar a un edificio tiene prohibido oprimir el botón del timbre del intercomunicador para así pedir al portero que le abra, pues ya aprendimos que activar cualquier aparato eléctrico en Shabat está prohibido.

Por lo tanto, se debe tener cuidado de que la ubicación del portero no sea lejos de la puerta, tal que cuando un judío quiera entrar pueda pararse en un lugar que no sea filmado por la cámara y pueda golpear la puerta con la mano. Entonces, el no judío habrá de identificarlo y le abrirá. Si el no judío decide abrirle la puerta mediante el botón que activa la apertura eléctrica, el judío no está ante una prohibición ya que el primero podría haber abierto la puerta con la mano, y al hacerlo por medio de la electricidad, lo hace por su comodidad y no para la del judío.

En caso de que haya un no judío que esté ingresando al edificio, si bien activa un mecanismo eléctrico a esos efectos, lo hace para sí, en su propio beneficio, por lo que un judío puede ingresar junto a él. Si un judío activó indebidamente mecanismos eléctricos para ingresar al edificio, no se puede entrar junto a él porque no se puede disfrutar de una labor que implicó la trasgresión del Shabat, y además hacerlo implica profanar el Nombre Divino. Si bien hay juristas que son flexibles a este respecto, lo correcto aquí es optar por la opinión estricta. Solamente en caso de gran necesidad, si no hay otra manera de hacerlo, se puede, a posteriori, actuar conforme a la opinión flexible (ver arriba halajá 11).

En caso de que los golpes y llamados de quien quiere entrar no son escuchados por el portero y sólo si se oprime el botón del timbre eléctrico se percatará de su presencia y le abrirá, hay juristas que consideran que en caso de gran necesidad se puede oprimir el botón de un modo diferente al habitual y hay otros que consideran que aún así esto estará prohibido. En caso de gran necesidad, de no mediar otra solución, quien quiera respaldarse en la opinión flexible podrá hacerlo, a condición de que implemente esta autorización de modo excepcional pues de no ser así se trata de una falta de respeto al Shabat.

14 – La actividad de los sensores en el dominio público y en el hogar.

Se permite pasar por un sitio en el cual fue instalada una cámara que registra a los transeúntes ya que quien allí camina no tiene interés en ser filmado, y por lo tanto no es responsable de que su figura haya sido captada por la cámara. Asimismo, se puede entrar por una puerta que posee detector de metales ya que quien lo hace no tiene interés en que la actividad eléctrica en cuestión se lleve a cabo. Se puede también caminar por una calle en la que se instalaron sensores que registran los movimientos de los transeúntes. De la misma forma, se puede caminar por un sitio que tiene instalado un sistema de cuidado eléctrico que activa un farol o luz al pasar por sus inmediaciones ya que quienes transitan no tienen interés en que se encienda luz alguna. Empero, si esto no implica esfuerzo, es mejor transitar por otro camino, pues no es honroso para el Shabat que se activen indirectamente sistemas de iluminación eléctrica.

En el caso de una casa cuyo sistema de alarma es desactivado en Shabat, mas los sensores continúan funcionando y cada vez que se pasa delante de estos se encienden lamparitas o su imagen se registra en una pantalla, hay juristas que prohíben transitar por ahí pues se generan actividades eléctricas. Quien quiera pasar por ahí, deberá desconectar por completo todo el sistema o cubrir los sensores de modo tal que no registren los movimientos de las personas (ver Responsa «HaRav Harashí» pág. 174).

Hay juristas que permiten pasar pues quien lo hace no tiene beneficio alguno de que su imagen sea registrada por los sensores, y la razón por la cual no cesan su funcionamiento es por el agobio que implica hacerlo (Siaj Najum 25). La halajá principal es de acuerdo a la opinión flexible, empero, de ser posible, es preferible desconectar los sensores para que no funcionen  en Shabat.

Es obligatorio apagar el farol que se enciende cuando alguien pasa delante del sensor ya que el transeúnte tiene beneficio de la luz encendida. Aunque no tenga beneficio alguno de esta, no es honroso para el Shabat causar el encendido de una luz. En caso de gran necesidad, si el mecanismo está activado y no hay otra manera de entrar a la casa, se puede pasar por allí arrastrándose de modo tal que el farol no se active, y si igualmente ocurre, será de un modo diferente al habitual y además se ha de tener cuidado de hacerlo con los ojos cerrados para no disfrutar de la luz encendida.

15 – Sistemas de alarma en Shabat.

Existen dos tipos de solución para los hogares que requieren de sistema de alarma contra robos. La más recomendada es activar el sistema en víspera de Shabat con un timer de modo tal que durante las horas en que la gente duerme o está afuera el sistema funcione y en horas en las que la gente entra o sale el sistema cese. La desventaja de esta solución es que si se quiere cambiar los horarios se necesitará cambiar el sistema, y si esto requiere de una acción de carácter eléctrico estará absolutamente prohibida. Si el timer está conectado externamente al sistema de alarma, se podrá extender el horario  de acuerdo a lo explicado anteriormente (ver halajá 6, en caso de gran necesidad se puede también acortar).

La segunda solución existente es disponer de una llave «Grama«. Esto es, una llave que cuando se gira en una dirección desconecta el sistema de alarma y si se gira para el otro lo activa. A los efectos de que no implique trasgredir prohibición alguna, se requiere que el giro de la llave no cause inmediatamente una actividad eléctrica sino que debe activar un mecanismo que causa que tras un lapso de tiempo se active o desactive la electricidad del sistema de alarma de modo indirecto. Si bien a priori «Grama» está prohibido en Shabat, de no mediar alternativa en caso de pérdida económica se puede optar por una actitud más flexible.

Otra pregunta que surge es si se permite conectar el sistema de la alarma de la casa o del automóvil a un centro de vigilancia que recibe el aviso en el momento en el que esta suena y llaman para ver qué pasó. En caso de no haber respuesta envían un patrullero con vigilantes para intentar apresar a los ladrones. Hay juristas estrictos que consideran que se debe exigir a la compañía de seguridad que no trasgredan el Shabat mediante el empleo de guardias no judíos, aunque, de no mediar alternativa, permiten contratar una compañía de seguridad que no ponga cuidado en ello. En caso de que se reciba una señal de alarma en el comando central de la empresa de vigilancia y se llame a la casa vigilada para ver si acudir o no, aunque los guardianes sean gentiles, se debe responder al llamado para evitar un viaje innecesario.

16 – Desactivar una alarma que se activó en Shabat.

¿Se podrá o no desactivar una alarma que comenzó a sonar en Shabat por causa de que alguien o algo rozaron el automóvil o por efecto del ingreso no cuidadoso de una persona a la casa? Si la alarma se activó de día y va a dejar de sonar pronto, no hay permiso de realizar acción alguna que la desactive; en cambio, si va a sonar prolongadamente a lo largo del día o brevemente pero de noche en un sitio que ha de molestar a otras personas causándoles malestar por privarles de sueño, impedirles el relax o el disfrute del Shabat, se permite desactivar la alarma mediante el quiebre de una prohibición rabínica mediante el método de «Shvut de Shvut«[1] (ver arriba 9:11). Esto obedece a que desactivar la alarma es trasgredir una prohibición rabínica (ver arriba halajá 1) y si se hace de un modo diferente al habitual, como por ejemplo oprimiendo el botón del control remoto mediante una cucharita o con el reverso del dedo, la acción se realiza del modo «Shvut de Shvut»

Incluso, si a raíz de la desactivación de la alarma algunas lámparas se encienden por un instante, dado que estas no son necesarias, se trata de un caso de «Psik reisha de la nija lei» o sea, consecuencia inevitable pero no deseada de una acción (arriba 9:5).

Sin embargo, hay juristas que prohibieron hacerlo aunque permiten hacerlo únicamente mediante un no judío. Si los vecinos no religiosos amenazan con llamar a la policía lo cual generará mayor profanación del Shabat, se les puede indicar dónde está el control remoto y si quieren, en vez de llamar a la policía podrán desactivar la alarma (Melajim Omnaij 10:6). Empero, en la práctica, dado que se trata de una necesidad importante conectada al cumplimiento de un precepto, se puede desactivar la alarma mediante «Shvut de Shvut» (ver Ohalá Shel Torá Oraj Jaím 23, y en la respuesta del Rav Lior en Kedushat Shabat I pág. 303).


[1]. «Shvut» significa prohibición rabínica de Shabat y por ende Shvut de Shvut significa trasgredir una prohibición rabínica de un modo prohibido rabínicamente, lo cual hace que se trate de una prohibición menor (n. de t.).

17 – El reloj despertador, el reloj electrónico y el álbum digital.

Un reloj despertador eléctrico que comenzó a sonar no se le puede apagar la alarma pues esto implica interrumpir una actividad eléctrica. Si el sonido causa malestar, se puede envolver el reloj en una frazada y colocarlo en un sitio que no moleste. Si no hay manera de librarse del ruido, y este es potente y molesta al sueño sabático, se lo puede apagar de un modo diferente al habitual de acuerdo al modo «Shvut de Shvut«, con el cometido de cumplir un precepto (tal como se vio en la halajá anterior).

Antes de que el reloj comience a sonar se puede mover la perilla para suspender el ruido. Asimismo, se permite mover las manecillas del reloj para postergar el momento del sonido, sin embargo, adelantarlo se permite solamente si es a los efectos de cumplir un precepto o por una necesidad importante (ver arriba halajá 7). Si el cambio de horario a activarse implica una actividad eléctrica o digitar el horario deseado, toda modificación estará prohibida.

En Shabat se permite llevar en la muñeca un reloj electrónico que deja ver la hora sin mediar actividad eléctrica alguna. Aunque el reloj contenga un computador se lo puede usar pues su uso principal es permitido (ver adelante 22:8). Empero, quien sabe que puede llegar a equivocarse y activar el computador incorporado no podrá usar el reloj en Shabat. Es claro que no se puede usar un reloj que requiere de oprimir un botón para ver la hora y además es «Muktze«.

Está prohibido usar un reloj electrónico que mide temperatura y la exhibe en la pantalla, pues la persona al caminar provoca cambios en el accionar del aparato. No cabe argüir que uno no tiene necesidad de este indicador ya que si así fuese el fabricante no lo incorporaría y las personas no lo comprarían. Sin embargo, no hay prohibición si el reloj mide la temperatura pero mientras no se oprima un botón esta no aparece sobre la pantalla, ya que esta acción se lleva a cabo mediante «Grama», de modo indirecto, y bajo el formato de «Psik reisha dela eijpat lei«, o sea, consecuencia inevitable que no es de interés.

Hay juristas que se conducen de un modo estricto y no usan un reloj que se carga mediante los movimientos de la mano o mediante la luz, pues cada vez que la persona se mueve o se encuentra en un sitio iluminado genera la actividad eléctrica de cargar el reloj. Otros juristas son más flexibles a condición de que el reloj pueda funcionar un par de días más sin ser recargado, de modo tal que la carga efectuada en Shabat no sea necesaria. Quien quiera optar por la norma flexible puede hacerlo y quien prefiera la más estricta – será bendecido.

Antes de Shabat no es obligatorio interrumpir la actividad del álbum digital destinado a decorar y exhibir durante toda la semana diferentes fotos de familiares o paisajes, ya que todos saben que este artefacto funciona continua y automáticamente todos los días.

18 – Soluciones «Grama» de diferentes instituciones.

Hay quienes opinan que se puede incorporar en los aparatos eléctricos un mecanismo especial que los active de modo «Grama», esto es, indirectamente, de modo tal que en caso de necesidad se los pueda usar  en Shabat. Uno de los métodos de «Grama» se llama «Hasarat Hamonea» («quitar el impedimento»). Otro método se basa en un escáner que revisa cada tantos segundos y si percibe que el botón de encendido de la máquina fue movido – la pondrá en funcionamiento. De esta manera, oprimir el botón o mover la llave no activó la máquina sino que solamente causó su activación. Un tercer método se basa en «Hamshajat Hamatzav» («continuar la situación actual»). En este sistema el aparato está programado para comenzar a funcionar por un segundo cada tantos segundos y si la llave de encendido es movida, la próxima vez que el aparato se encienda no se ha de apagar.

Hay otros juristas que opinan que no se puede hacer uso de este tipo de patentes, ya que cuando el aparato es preparado a priori para causar una actividad eléctrica no se la considera «Grama» sino como activación común.

En la práctica, consideramos que si la persona causa la activación de un aparato eléctrico poco tiempo después de que movió la perilla de un modo semejante a la activación que se realiza en los días de la semana, aunque medie un mecanismo que produce que la actividad sea del tipo «Grama» o indirecto, se debe prohibir su uso. No importa qué es lo que ocurre al interior del aparato, mientras funcione de un modo habitual no entra en la categoría de «Grama» o activación indirecta. Por lo tanto, no se permite emplear ascensores o puertas  eléctricas mediante «Grama» ya que se desea que comiencen a funcionar en un tiempo contiguo al momento de activación. Por lo tanto está prohibido desplazarse en «Kalnoit«[2] pues funciona de un modo similar al del resto de la semana.

Empero, cuando la acción humana causa la activación del aparato tras un período significativo de tiempo, esto es, si el mecanismo que activa el aparato funciona en modo indirecto quitando un impedimento («Hasarat Hamonea«) mediante un escáner o continuando la situación actual («Hamshajat Hamatzav«), recae sobre ésta la definición de «Grama» y se puede realizar en Shabat en caso de gran necesidad. Así se procede en el caso de la activación de la alarma; con un giro de la llave el sistema se pone en funcionamiento en modo «Grama» tal que en la práctica esto llevará unos diez minutos en efectivizarse. Al haber esta dilación entre el giro de la llave y la activación de la alarma estamos efectivamente ante un caso de «Grama»  y en caso de gran necesidad se permite.


[2]. (Medio de transporte individual eléctrico similar a los carros de golf muy utilizados por personas mayores para desplazarse en áreas extensas tales como kibutzim, parques etc. n. de t.

01 – Escribir y borrar

La labor de escribir permite expresar una idea de un modo exacto, significativo y perdurable mediante letras y/o números. En el Tabernáculo se escribían letras sobre los postes para saber cuál habría de instalarse en el lado norte o en el lado sur, cuál iría primero en el lado norte, cuál segundo y así en todos los lados. A veces surgían errores al escribir por lo que era necesario «borrar» para volver a anotar otras letras (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 103(A), Rashí 73(A)).

Aparentemente «escribir» se nos presenta como una labor liviana o fácil que carece de sustancia y no debería estar incluída en la lista de las treinta y nueve labores graves prohibidas en Shabat. Empero, esta labor es la base del accionar del ser humano. Por más sabio y memorioso que fuera, se le habría de dificultar el recordar con exactitud dónde era necesario colocar cada parante del Tabernáculo. Lo mismo ocurre con todas las cuestiones complejas; si no se escriben no se pueden recordar con exactitud y no se pueden recrear el conocimiento acumulado y los logros ya obtenidos. Mediante la escritura, el ser humano puede desarrollarse científicamente y sofisticar su estilo de vida.

A los efectos de que el conocimiento sea exacto es necesario a veces borrar letras equivocadas para poder escribir las correctas en su lugar. Quien borra una mancha de la hoja de papel a los efectos de poder escribir realiza la labor de «borrar», pues al hacerlo preparó un espacio para escribir (Shulján Aruj 340:3).

Hay veces en las que el mero hecho de borrar, aunque no sea con la intención de escribir posteriormente, es considerado una labor. Por ejemplo, si se escribió en el Sefer Torá una letra de más y solamente una vez borrada este se transformará en un rollo apto (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 104 (B), Beur Halajá 340:3,’המוחק’).

El estampado de un sello también se considera escritura y no hay diferencia si se sostiene el sello con la mano izquierda o la derecha ya que con ambas es cómodo hacerlo. Asimismo, poner en funcionamiento una máquina impresora, copiadora o enviar un fax están prohibidos por la Torá pues en virtud de estas acciones se escriben letras o trazan figuras con significado (ver Maguén Abraham Oraj Jaím 32:57, Turéi Zahav Ioré Deá 271:8, Igrot Moshé Oraj Jaím IV 40:10).

De la misma manera, está prohibido tipear letras en el computador o guardarlas en la memoria, tomar fotografías o grabar voces. Dado que todas estas acciones no generan letras o figuras estables, en opinión de muchos juristas, se trata de labores prohibidas rabínicamente.

02 – Los límites de la prohibición y los permisos para casos en los que peligra la vida.

Es sumamente importante definir exactamente los límites de cada labor, qué está prohibido por la Torá y qué fue prohibido rabínicamente, teniendo todo esto  implicancias de índole práctica. Por ejemplo, cuando es necesario escribir en el hospital o en el ejército con el propósito de salvar vidas, a priori, se debe restringir la prohibición y realizarla de un modo tal que implique únicamente una trasgresión a una prohibición rabínica. Primeramente aclararemos aquello que está prohibido por la Torá y aquello que lo está por decisión rabínica, para luego detallar cómo se ha de escribir en caso de que sea necesario para salvar una vida.

La escritura prohibida por la Torá es aquella que se realiza de modo habitual con la mano derecha, empero, quien escribe de un modo diferente al habitual con la mano izquierda – trasgrede una prohibición rabínica. Quien acostumbra escribir con ambas manos tendrá prohibido, por la Torá, hacerlo con cualquiera de las dos (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 103(A)).

Quien escribe sosteniendo el lapicero de un modo diferente al habitual, por ejemplo, con la boca, el pie o el reverso de su mano, trasgrede una prohibición rabínica (Rambám 11:14).

La escritura prohibida por la Torá es aquella que perdura por un lapso importante de tiempo, por lo tanto, quien escribe con lápiz o lapicero sobre papel – trasgrede una prohibición de la Torá, mas quien escribe con jugo de fruta cuyo color se destiñe rápidamente o quien escribe con un lapicero sobre la hoja de un árbol que está en vías de secarse y desintegrarse – trasgrede una prohibición rabínica.

En la opinión de la mayoría o casi la totalidad de los juristas, la prohibición de escribir originada en la Torá aplica a todos los idiomas (Rambám 11:10, Beur Halajá 306:11). En opinión de algunos juristas trasgrede la prohibición de la Torá solamente quien escribe con letras aptas para un Sefer Torá, mas quien escribe con otro tipo de letras, esto es, en un idioma extranjero o en hebreo cursivo (manuscrito) – trasgrede únicamente una prohibición rabínica (Or Zarúa).

Quien precisa escribir a los efectos de salvar una vida, si no se teme que demorar un poco implique riesgo, se habrá de limitar la trasgresión escribiendo con la mano izquierda. En el caso de un ambidiestro acostumbrado a escribir con ambas manos, que apoye el lapicero en el reverso de su mano o entre los dedos meñique y anular. A priori, es necesario conseguir un «lapicero de Shabat», esto es, uno cuya escritura se desvanece en cuestión de días, por lo que sólo está prohibido rabínicamente. A la hora de escribir en computadora, de ser posible, es correcto escribir de un modo diferente al habitual, como por ejemplo, con el reverso del dedo, mediante una cucharita o similares, y además, es preferible hacerlo con escritura cursiva.

En resumen, cuando es necesario escribir a los efectos de salvar una vida es  preferible hacerlo con un «lapicero de Shabat» que en opinión de todos los juristas sólo está prohibido rabínicamente y en caso de ser posible es correcto escribir de un modo diferente al habitual. En caso de que no sea posible escribir con un «lapicero de Shabat», se puede escribir en el computador o con un lapicero normal empero se debe intentar hacerlo de un modo diferente al habitual y en letra manuscrita.

03 – Borrado y escritura que se realizan de modo casual

En el caso de un pastel sobre el cual se escribieron letras con crema o dulces pequeños etc. no se le puede cortar donde se hallan esas letras. Si se dibujó sobre el pastel en cuestión una figura con significado como un árbol o una casa – no se la puede cortar. Si bien el pastel se corta a los efectos de comerlo, dado que las letras y la figura poseen importancia y es notorio que el corte las borra, los sabios prohíben hacerlo (Mordejai, Ramá 340:3). Sin embargo, cortar entre las letras es permitido, y si bien la palabra se verá separada en partes pero las letras permanecen enteras – no se trasgrede la prohibición de borrar. Por lo tanto, quienes quieran preparar un pastel de estos para Shabat, deberán hacerlo de modo tal que se pueda cortar porciones entre letra y letra. Luego, estará permitido ingerir los trozos de pastel aunque al hacerlo se desvanezcan las letras ya que al comer no se considera que se está «borrando».

Cuando las letras o las figuras decorativas están estampadas en la masa de la galletita con el mismo material que la compone no hay prohibición de cortarlas o quebrarlas ya que carecen de importancia,  por lo que no hay prohibición de borrarlas de manera casual (Mishná Berurá 340:15).

Hay juristas que sostienen que está prohibido, rabínicamente, usar un libro que tiene letras impresas sobre las orillas  de sus hojas, puesto que estas se borran y se recomponen cada vez que este se abre o cierra (Levush, Maguén Abraham). En la práctica, si se carece de otro libro se lo puede emplear ya que en opinión de muchos juristas acercar una hoja a la otra no implica escribir ni separarlas implica borrar. Además, dado que el libro está destinado a ser abierto y cerrado constantemente hacerlo no se considera siquiera escritura o borrado temporarios y no recae sobre esto prohibición alguna (Ramá, Tur Zahav, Mishná Berurá 340:16).

Hay juristas que opinan que está prohibido abrir el empaque de un alimento de un modo tal que provoque el rasgado de letras o figuras y se permite, únicamente, si es posible hacerlo sin rasgarlas (según Turéi Zahav). Otros juristas sostienen que no hay prohibición alguna ya que en la práctica todas las formas de las letras se mantienen y solamente fueron alejadas unas de las otras (según Ramá). A priori, es bueno conducirse según la opinión más estricta, empero, si no hay manera de abrir el empaque sin rasgar las letras o las figuras se puede actuar según la opinión más flexible, ya que quien abre el  empaque no procura borrar letras  y la labor se realiza de modo destructivo («derej kilkul«, es decir que arruinamos el envoltorio).

Se  puede caminar sobre tierra con zapatos que tienen grabados letras u otras figuras en las suelas a pesar de que al hacerlo se impriman las formas en el suelo.

Quien escribió con un lapicero sobre su propia mano, podrá lavarla y secarla de modo habitual ya que normalmente las letras no se borran por efecto de un solo lavado o secado. Empero, quien tiene interés en quitar lo escrito en la mano, habrá de lavarla y secarla de modo suave para no ayudar a borrarlo.

04 – Escritura no permanente, juegos de letras y rompecabezas.

Tal como aprendimos, las acciones de escribir de modo no permanente así como también la de borrar sin la intención de reescribir – están prohibidas  rabínicamente. Por lo tanto, está prohibido escribir y borrar letras sobre vidrios empañados. De la misma manera, está prohibido escribir o borrar letras sobre arena (Mishná Berurá 340:20-21).

Está prohibido marcar con la uña una señal en una hoja a los efectos de recordar que hay allí algo novedoso o para reparar, ya que la marca perdura, y  por lo tanto está prohibido rabínicamente (ídem 340:25, Kaf HaJaím 51). Empero, se permite doblar el vértice de la hoja pues no se tiene la intención de dejar una marca permanente en el papel por ser el doblez mismo la señal.

Hay juristas que flexibilizan la norma en el caso de un enfermo al que le permiten emplear una cinta adhesiva que mide la temperatura corporal, ya que no implica escribir pues las letras ya se encontraban impresas en la cinta y aparecen momentáneamente en virtud del calor para luego desaparecer (Iejavé Da´at 4:29). Hay quienes lo prohíben por considerarlo escritura momentánea (Shmirat Shabat Kehiljatá 40:2). Dado que se trata de una norma de origen rabínico, se puede aplicar el criterio más flexible en caso de necesidad (Tzitz Eliezer 14:30, adelante 28:11).

De la misma manera, a priori, no se  debe realizar una revisación médica que provoca coloración, y en caso de necesidad se puede aplicar el criterio más flexible (adelante 28:11).

Se permite colocar cubos de colores uno junto a otro y formar con ellos una letra; asimismo se permite darle a un hilo la forma de una letra pues tanto los primeros como el último ya existían previamente, y lo único que se hizo fue ordenarlos bajo la forma de una letra. Se permite también colocar un naipe contiguo a otro de modo tal que juntos forman una letra, palabra o significado, pues todo estaba ya escrito y lo que se hizo fue acercar uno a otro.

Todo esto aplica cuando las partes no se ensamblan una con otra o con una pizarra, empero si lo hacen, la mayoría de los juristas contemporáneos lo consideran labor prohibida rabínicamente. Por lo tanto, estos consideran que está prohibido clavar partes de letras en una pizarra y formar así letras completas por tratarse de la prohibición de «escribir». Asimismo está prohibido armar un rompecabezas, pues trazar formas que poseen significado se incluye en la prohibición de «escribir». Hay juristas que lo permiten por cuanto que esta acción no implica ninguna escritura, pues todo ya estaba previamente escrito y lo único que se hace es colocar las piezas del rompecabezas una junto a la otra. Sin embargo, esta opinión tampoco autoriza armar las piezas a los efectos de que posteriormente la figura permanezca de modo definitivo.

En la práctica, quienes quieran aplicar con los niños una actitud más flexible podrán hacerlo, empero en el caso de adultos corresponde ser más estrictos por ser esta la opinión mayoritaria de los juristas. En términos generales, es necesario comprender que el tiempo sabático debe ser empleado para estudiar Torá,  por lo que hay quienes consideran que en Shabat todos los juegos están prohibidos para los adultos (adelante 22:13, 24:7).

Se permite usar un candado de números ya que el girarlos no implica escribir pues estos ya estaban previamente escritos y sólo cambian su ubicación momentáneamente para formar una cifra determinada y que el dispositivo se abra (Tzitz Eliezer 13:44).

05 – La labor de «pintar» o «colorear».

Esta labor está destinada a embellecer. En el Tabernáculo se teñían  de color celeste o carmesí o rojo los hilos de lana que conformaban el tejido de las paredes y las cortinas. Si bien al momento de escribir se colorea la hoja con las letras, hay una diferencia entre ambas labores pues la escritura procura expresar una idea y aunque se dibuje una figura determinada, como por ejemplo, una casa o un árbol, se realiza la labor de «escribir» ya que se está expresando una idea. Empero, la labor de «pintar» no tiene por objetivo expresar una idea sino embellecer el objeto coloreado. Por lo tanto, quien dibuja una figura que tiene significado sobre un papel o una pared, realiza la labor prohibida de «escribir» y si lo hace para embellecerla realiza la labor prohibida de «pintar» (Talmud Jerosolimitano Tratado de Shabat 7:2).

Por ende, la Torá prohíbe pintar en Shabat paredes, armarios, utensilios, telas y ropas. No importa de qué color se pinta, puesto que si embellece está prohibido por la Torá. Incluso se prohíbe la pintura transparente que concede brillo pues este también es considerado un color. Aunque la pared ya esté previamente pintada, la Torá prohíbe pintarla de otro color o reforzar el existente.

Asimismo, la Torá prohíbe lustrar zapatos. Aunque la pomada sea transparente, esto está igualmente vedado ya que se le concede brillo a los zapatos. Además, si se aplica pomada sobre el zapato se trasgrede la  prohibición de «untar», y a veces también la de «curtir», pues la pomada mejora el cuero (Mishná Berurá 327:12 y 16). Aunque la pomada haya sido aplicada sobre el zapato en víspera de Shabat no se lo podrá lustrar para que brille pues esto implica un agregado al color. Empero, se puede quitar el polvo del zapato lentamente con un trapo (Shmirat Shabat Kehiljatá 15:40).

Cuando el color perdura, la prohibición de pintar es de la Torá, mas si el color se desvanece al poco tiempo la prohibición es rabínica (Rambám Shabat 9:13).

En el caso de una persona a quien se le colorearon las manos con sangre, frutas y demás objetos, a priori podrá lavarlas y solo después usar una toalla para no mancharla. Asimismo, cuando se vuelca jugo sobre el mantel no se ha de secar esparciéndolo sobre este pues al hacerlo se lo pinta. Si bien el coloreado de este mantel es por efecto de haberse ensuciado, hay juristas estrictos que consideran que como se realizó sobre un tipo de tela que se acostumbra a teñir, se trata de una prohibición rabínica (Shulján Aruj 320:20). En caso de necesidad se puede optar por una actitud más flexible, pues muchos juristas consideran que no aplica la prohibición cuando una tela se colorea al  ensuciarse (Mishná Berurá 320:59, Kaf HaJaím 122).

Cuando se trata de una venda o un pañuelo de papel que no se acostumbra a teñir, se los puede usar a priori para limpiar con estos tanto sangre como otros tintes sin que medie prohibición, ya que estos se pintan al ensuciarse y no están destinados a ser teñidos (Shulján Aruj HaRav 302, Kuntres Aharón).

Según todas las opiniones de los juristas, no se debe tener cuidado del color que adquieren nuestros labios o manos a la hora de ingerir frutillas, fresas u otros alimentos que poseen coloración, pues no se acostumbra a pintar la piel por medio de estos y además se adquiere el color al ensuciarse (Mishná Berurá 320:58). Sin embargo, se prohíbe pintar a los efectos de maquillarse, tal como vimos anteriormente (14:4).

Los juristas debatieron si se puede bajar el agua cuando en el inodoro hay desinfectante de color. Hay quienes opinan que como no se tiene interés de colorear el agua, aunque el color permanezca largo tiempo se trata de una prohibición rabínica. Por otra parte, hay juristas que sostienen que como la función principal del líquido en cuestión es desinfectar y el color aparece como consecuencia secundaria, se puede bajar el agua.

En la práctica es preferible emplear desinfectante incoloro, pero quien se encuentra en un sitio en el cual este es de color puede igualmente bajar el agua. Aquellos que prefieran una actitud más flexible y prefieran usar desinfectante de color tienen en qué respaldarse.

06 – Las labores de «desollar», «curtir» y «trazar».

Hay cuatro labores vinculadas a la elaboración de pieles a los efectos de escribir y estas son: «desollar», «curtir» («Meabed»), «alisar» («Memajek») y «trazar» («Mesartet»).

En el pasado se acostumbraba a escribir sobre pieles tanto cuestiones sacras como profanas, mientras que hoy se escribe sobre pergamino únicamente rollos de la Torá, tefilín y mezuzot. Además, el cuero sirve para elaborar prendas de vestir, zapatos, carteras y tapizados para sofás. En el Tabernáculo se elaboraban pieles para las paredes del santuario. Allí, la labor de «trazar» servía para preparar el espacio a ser escrito sobre los postes.

La labor de «desollar» implica retirar la piel del animal faenado. El cuero posee dos capas, la exterior que recibe el nombre de pergamino («Klaf«) sobre la cual se escriben rollos de la Torá, tefilín y mezuzot y la capa interior que recibe el nombre de «Dojsostos» sobre la cual se permite escribir únicamente mezuzot. Quien separa ambas capas, una de otra, trasgrede una derivación («toladá«) de la labor de «desollar». Si bien existe la prohibición de retirar piel, se permite hacerlo con un pollo cocido pues esta labor no aplica sobre carne preparada o apta para el consumo humano.

«Curtir» («Meabed») implica remojar la piel en cal, sal u otro material que absorba  del cuero los diferentes líquidos y ácidos para que de ese modo el cuero perdure cientos de años. Toda acción que transforma al cuero en apto para su uso entra en la categoría de la labor de «curtir». Por lo tanto, no se debe aplastar un cuero para endurecerlo ni tampoco ablandarlo con las manos; tampoco se le puede aplicar aceite para hacerlo suave y flexible (Rambám Shabat 11:6). Anteriormente (12:9) se explicó el curtido en los alimentos.

«Alisar» («Memajek») implica transformar el cuero en liso mediante el retirado de pelos y otras protuberancias. En general, esta labor recae sobre todo alisamiento mediante lija o lima de una superficie áspera, por ejemplo, madera o piedra (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 75(B)). Asimismo, está prohibido frotar utensilios de plata con un producto que alisa su superficie (Shulján Aruj 323:9), pulir un utensilio metálico con esponja de aluminio y afilar un cuchillo (Mishná Berurá 323:40).

La labor de alisar posee una derivación («toladá») que es untar («Memareaj»). O sea, esparcir un material de forma lisa y pareja sobre una superficie o sobre un cuerpo. Por lo tanto, quien unta una pomada sobre un parche trasgrede una prohibición de la Torá (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 75(B) y ver adelante 28:8). Asimismo, se prohíbe untar una crema sobre el cuerpo tal como se vio anteriormente (14:5), untar pomada sobre los zapatos y frotar el cuero de los zapatos para darles brillo aunque sea sin pomada (ver Aruj HaShulján 327:4, Shmirat Shabat Kehiljatá15:40). Arriba (12:11) se explicó que no se aplica la prohibición de «alisar» sobre alimentos.

«Trazar» es marcar renglones a los efectos de que la escritura sea prolija. Quien traza una línea recta sobre cuero, madera o piedra para marcar dónde deben ser cortados – trasgrede esta prohibición. No se prohíbe trazar con un cuchillo líneas sobre un pastel o la cáscara de una naranja a los efectos de que el corte sea exacto, ya que las prohibiciones de «cortar a medida» («Mejatej»)  y «trazar» («Mesartet») no aplican a alimentos (Mishná Berurá 322:12 y 18, Shmirat Shabat Kehiljatá 11:15).

01 – «Arar»

Esta labor es aquella que prepara el suelo para cultivar diversos vegetales y consiste en realizar surcos u hoyos a los efectos de plantar en estos semillas y retoños. La labor del arado transforma a la tierra en más blanda y desmenuzable lo cual facilita la expansión de sus raíces y la absorción de nutrientes.

Quien empareja la tierra, rellenando hoyos o alisando protuberancias trasgrede la prohibición de «arar» pues de este modo la tierra se ve también ablandada y además, al estar emparejada, es más fácil prepararla para la siembra o la plantación. Asimismo, quien cava un hoyo pequeño trasgrede la prohibición de «arar» pues en este se puede plantar una semilla. De la misma forma, quien limpia una parcela de piedras, o le echa fertilizante, o le arranca malezas y espinas realiza una labor derivada de la labor de «arar»(«toladat joresh»), la cual está prohibida por la Torá ya que esta acción mejora el suelo y lo hace más apto para sembrar o plantar. Todo aquel que realiza cualquier acción destinada a mejorar el suelo para sembrar o plantar trasgrede la prohibición de la Torá (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 103(A), Talmud Jerosolimitano 7:2).

Aunque la labor sea realizada sobre un suelo en el cual la persona no tiene intención de sembrar o plantar, dado que realizó una acción que mejora su aptitud para una eventual siembra o plantación, trasgrede la prohibición de «arar» (Eglei Tal Hiljot Joresh, inciso pequeño 16).

Asimismo, se prohíbe cavar un hoyo en la tierra de la maceta por entrar en la definición de la labor de «arar». Tampoco se puede clavar un objeto en la tierra de la maceta pues al hacerlo se genera un orificio apto para la introducción de una semilla (Mishná Berurá 498:91).

Los sabios prohibieron barrer el suelo del patio no sea que se emparejen los hoyos y se trasgreda la prohibición de la Torá. Esto se debe a que si se trata de tierra apta para el cultivo se trasgrede la prohibición de «arar», y si se trata de tierra que funge como piso de patio se trasgrede la prohibición de «construir». Sin embargo, se puede barrer el sector embaldosado del patio.

Está prohibido patear o mover con el pie tierra o arena ya que esto ablanda el suelo y alisa los hoyos. No se debe restregar con el pie saliva que se encuentra sobre el suelo, pero se la puede pisar casualmente con un paso común a los efectos de tapar un poco la vista desagradable, a condición de que no se tenga la intención de esparcirla y alisar hoyos (Shulján Aruj 316:11).

En el caso de quien se le pegó barro a su zapato no lo  podrá frotar sobre el suelo no sea que alise hoyos (Shulján Aruj 302:6). Hay juristas que no temen de esto y lo permiten (Ramá, Turéi Zahav). Quien quiera adoptar la opinión más flexible puede hacerlo, mas a priori, es bueno adoptar la más estricta. Se puede, a priori, restregar los zapatos sobre una superficie metálica dentada («magredet«), baldosas o piedras (Mishná Berurá 302:28, esto se vio arriba 15:2 en las labores referidas a «construir»).

02 – Arrastrar objetos o llevar una carretilla.

Se permite arrastrar sobre el suelo una cama, una silla y un banco ya que al no haber certeza que hacerlo provoque una ranura en el piso no se está ante una prohibición. Inclusive cuando se puede fácilmente levantar una silla y transportarla por el aire y salir de duda – se la puede arrastrar, pues mientras que quien lo haga no tenga la intención de hacer una ranura  y no exista la certeza de que esto ocurra, se trata de una «acción sin intención» («davar sheeinó mitkavén«) la cual se permite (Shulján Aruj 337:1). Sin embargo, cuando existe la certeza que arrastrar los objetos por el suelo va a generar una ranura, esto se prohíbe pues se trata de la labor de «arar». Si bien no se tiene la intención de sembrar en la ranura efectuada, de todas maneras, por cuanto que la misma es apta para la siembra, en la práctica se considera que se  realiza la labor de arado (similar al dictamen de «psik reisha» arriba 9:5).

Allí donde hay un «Eruv» se permite llevar un carrito de bebé sobre el suelo aunque es claro que las ruedas crearán surcos y ranuras sobre el mismo, ya que las ruedas en cuestión no cavan ni remueven la tierra como en la labor de arar sino que la apisonan de modo que resulta inservible a los efectos de  preparar la tierra para sembrar o plantar. Inclusive se permite inclinar el carro del bebé hacia los costados, pues aún en esta circunstancia no existe certidumbre de que la tierra sea revuelta y por ende preparada para la siembra (Shmirat Shabat Kehiljatá 28:48, Iejavé Da´at 2:52).

03 – «Sembrar» («Zorea»)

La labor de sembrar es aquella que causa el crecimiento de vegetales, por ejemplo: la siembra de semillas, el plantado de retoños, el injerto de un árbol o su replante. Asimismo, toda acción que mejora el crecimiento de las ramas o los frutos está prohibida por la Torá. Por lo tanto, está prohibido podar ramas o arrancar malezas que crecen alrededor de las plantas ya que estas acciones estimulan el crecimiento de las mismas. Asimismo, está prohibido regar plantas o abonar la tierra a su alrededor. Tampoco se permite esparcir una pomada sobre la excoriación de un árbol para curarlo (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 73(B), Rambám Shabat 7:3, 8:2).

Está prohibido dejar un carozo de palta en un recipiente con agua así como dejar una rama en agua para que echen raíces y comiencen a crecer.

En el marco de la prohibición de «sembrar» se prohíbe poner semillas en agua para que den brotes y posteriormente poder sembrarlas en la tierra o para usar los brotes generados. De la misma forma, se prohíbe poner semillas en remojo para que se ablanden y estén aptas para echar raíces y crecer (Shulján Aruj 336:11). Empero, se permite poner granos de cebada en remojo para ablandarlos y así sirvan como alimento animal ya que no se tiene la intención de que crezcan y además antes de que echen raíces se los habrá de retirar del agua para dárselos a los animales (Mishná Berurá 336:51).

Se debe tener cuidado de no arrojar semillas sobre tierra húmeda pues pueden crecer y entonces se las estaría sembrando en Shabat. Empero, se permite arrojar semillas en un sitio en el cual no habrán de crecer. Por lo tanto se permite arrojar semillas donde las personas pisan o frente a animales que habrán de comérselas en el curso de un día o dos (Shulján Aruj 336:4).

No se permite cerrar un invernadero o abrirlo a los efectos de acelerar el crecimiento de los vegetales que allí se encuentran. Empero, si en la casa hay una planta, se permite levantar la persiana o abrir la ventana para beneficio de los residentes aunque las entradas de sol y aire ayuden indirectamente al crecimiento de la planta en cuestión, ya que la ventana o persiana no fueron abiertas a los efectos de facilitar el crecimiento del vegetal y el beneficio obtenido por el mismo es escaso, por lo que no se prohíbe (Se trata de un caso de «psik reisha beshení derabanán, beshinui ubegrama«, esto es, una acción inevitable no deseada de origen rabínico de segundo grado, realizado de un modo diferente al habitual y de manera indirecta, Har Tzví Oraj Jaím 133, Iejavé Da´at 5:29).

04 – «Regar»

El riego de plantas está prohibido por entrar en el ámbito de la labor de «sembrar», ya que el riego ayuda al crecimiento de la planta. Empero, antes de entrar el Shabat se permite abrir las mangueras de riego o los aspersorios de modo tal que la acción de riego se prolongue entrado el Shabat. Asimismo, se permite programar un computador de modo tal que comience la función de riego en Shabat, dado que durante el día sagrado el judío no realiza labor alguna. En el caso de quien abrió los tubos de riego antes de Shabat puede cerrarlos posteriormente ya que el cierre no implica la realización de labor alguna (ver arriba 2:9).

Quienes comen en el jardín deben tener precaución de no tocar con las manos plantas o sus raíces (Shulján Aruj 336:3). En las plantas pequeñas que tienen raíces cortas, la prohibición de tocar aplica únicamente a la planta en sí, mientras que en el caso de plantas grandes no se puede tocar el cantero que la rodea.

Se puede volcar agua si no se lo hace sobre la planta o sus raíces. Si bien es posible que al final el agua llegue a las raíces de la planta en cuestión o que permita que crezcan en el lugar plantas silvestres, no hay  prohibición pues no hay intención en el acto (Kaf HaJaím 336:27).

Se prohíbe verter agua sobre tierra no apta para plantar pues el agua ablanda el suelo y lo vuelve apto para la siembra o el plantado, y por ende se trata de la labor de «arar» (Mishná Berurá 336:26, Sha´ar Hatziún 18).

05 – El uso de una pileta cuya agua se vierte en el patio.

En el caso de una pileta (o fregadero) cuyas aguas fluyen por una tubería que desagua en tierra sobre la cual crecen plantas, su uso estará prohibido en Shabat para quien tiene interés en regarlas. De más está decir que está prohibido usar la pileta en Shabat si a priori se arregló el tubo de tal forma que riegue las plantas.

Empero, en el caso de quien no tiene interés en regar las plantas por no ser suyas o por no tener interés en su crecimiento, según la opinión de muchos juristas se puede usar la pileta aunque el agua finalmente riegue las plantas. En caso de necesidad se puede confiar en esta opinión. Sin embargo, quien vierte agua directamente sobre las plantas, aunque no tenga intención de regarlas – trasgrede una prohibición ya que contribuye a su crecimiento. De todas maneras, en este caso está permitido ya que el agua es vertida sobre las plantas de un modo indirecto, que recibe el nombre de «Koaj Shení» o «Grama» (Shmirat Shabat Kehiljatá 12:19). Si el agua que fluye de la pileta llega a las plantas que ya fueron regadas más de lo necesario, por ejemplo, tras una copiosa lluvia o si abundante agua fue vertida sobre estas desde la pileta antes de Shabat, aunque se tenga interés en que las plantas crezcan se puede usar la pileta ya que el uso no es beneficioso para los vegetales en cuestión.

Si llovió en Sucot y se tapó tanto el «Sjaj» (techo vegetal) como la «Sucá» con un techo corredizo para que no se mojen y tras concluir las lluvias se quiere volver a correr el techo aunque con esta acción habría un fuerte flujo de agua sobre las plantas, se lo puede correr tanto en Shabat como en Yom Tov ya que no implica beneficio alguno para la vegetación que ya fue abundantemente regada por la lluvia. Sin embargo, si la lluvia caída fue poca – no se puede correr el techo pues implicaría el inevitable riego de la vegetación, lo cual se prohíbe por ingresar en el ámbito de la labor de «sembrar».

06 – «Cosechar» («Kotzer»)

Esta labor consiste en separar o cortar el vegetal de su origen de crecimiento, como en los casos de la siega de los cereales, la vendimia, la recolección de dátiles, aceitunas, higos o cualquier otro tipo de fruta o rama. En el marco de esta labor se prohíbe arrancar una rama de un árbol que no da frutos a los efectos de usarla para calefaccionar o construir, arrancar hierbas que crecieron sobre la pared u hongos que crecieron sobre el borde de un balde (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 73(B), 107(B)). Asimismo está prohibido retirar del agua un carozo de palta o aguacate, o bien una rama que ya ha comenzado a echar raíces.

Según la Torá no está prohibido arrancar frutas, ramas u hojas de un árbol que se resecó por completo pues como ya no extrae su vitalidad de la tierra quien arranca algo de este no lo desconecta de su origen de crecimiento. Empero, dado que esta acción se percibe como «cosechar» – los sabios la prohibieron (ver Shulján Aruj 336:12).

En el caso de una rama que se desprendió del árbol en víspera de Shabat – no recae sobre esta la prohibición de «cosechar» y se puede arrancar frutas de la misma. Si se trata de una rama de una especie aromática se puede arrancar de esta hojas o ramas para oler (Ramá 336:8).

07 – La prohibición del uso de un árbol en Shabat.

Nuestros sabios establecieron un límite de precaución en torno a la prohibición de «cosechar» y vedaron el uso de un árbol en Shabat para evitar el posible arrancado de una rama u hoja.

Por lo tanto, se prohíbe trepar o apoyarse en un árbol. Asimismo, se prohíbe apoyar sobre éste objetos o tomar los que estaban ya colocados sobre el mismo. Si el viento hizo volar una prenda en Shabat y esta quedó atrapada en el árbol – no se la puede bajar.  De la misma forma, se prohíbe tomar un balón que cayó sobre un árbol y se prohíbe sacudirlo para bajarlo (Shulján Aruj 336:1, Mishná Berurá 3). Se debe tener cuidado de no colocar sobre un árbol, en víspera de Shabat, objetos que se necesitarán durante el día (Mishná Berurá 336:12); empero, se permite tocar un árbol sin hacer uso del mismo y sin sacudirlo (Ramá 336:13).

Se prohíbe hacer uso del árbol así como también de aquellos objetos que se apoyan en él. Por ejemplo, está prohibido hamacarse en un columpio amarrado a un árbol aunque esté atado a este solamente en uno de sus lados (del columpio), descolgar una prenda que se secó sobre una cuerda amarrada a un árbol, subirse a una escalera apoyada sobre un árbol o tomar objetos de una bolsa o canasta que pende de este.

Si se clavó una estaca en un árbol grueso y sobre ésta se colgó una hamaca, se la puede usar pues se considera a la estaca como adjunto o lateral al árbol; («tzidei haetz») por lo tanto a la hamaca se la considera lateral de lateral («tzidei tzdadim») y esta situación no fue prohibida por lo sabios. Sin embargo, si el árbol oscila a raíz del hamacarse de la persona, en opinión de muchos de los juristas de las últimas generaciones, se prohíbe el empleo de los laterales de laterales del mismo (Maguén Abraham, Mishná Berurá 336:63, Shmirat Shabat Kehiljatá 26:17).

De la misma forma, se permite bajar una prenda de una cuerda amarrada a una estaca clavada en un árbol pues en este caso la cuerda ya es considerada «lateral de lateral». Si en víspera de Shabat se apoyó una escalera sobre una estaca clavada en un árbol, se podrá subir por esta en Shabat pues la escalera es considerada «lateral de lateral». Sin embargo, se prohíbe apoyar una escalera sobre una estaca o colgar de esta una canastilla pues al hacerlo se está empleando un lateral del árbol (Shulján Aruj 336:13, Mishná Berurá 63).

En el caso de un árbol añejo cuyas raíces sobresalen del suelo y se desea sentarse sobre estas, se podrá hacerlo si están más bajas que tres palmos del suelo pues se las considera parte del terreno y en Shabat está permitido sentarse en el piso. Si las raíces se elevan más que tres palmos del suelo (unos veintitrés cm.), se consideran parte del árbol y por lo tanto no se podrá sentar sobre estas (Shulján Aruj 336:2).

08 – Reglas suplementarias

Lo que los sabios prohibieron es el uso del árbol o similares, por ejemplo, arbustos que poseen ramas fuertes de las cuales crecen frutos duros, como la calabaza; empero, no decretaron prohibición sobre diferentes hierbas blandas. Por lo tanto, se permite sentar sobre el césped a pesar de que al hacerlo se muevan hierbas.

Se prohíbe oler un fruto aún conectado al árbol si ya está maduro para su consumo, no sea que se lo arranque para ingerirlo. Empero, se permite oler plantas aromáticas en su sitio de crecimiento pues no hay razón  para arrancarlas, ya que se pueden oler estando conectadas. Sin embargo, si el aroma proviene de las ramas del árbol, no se las puede sostener con la mano pues se las considera como árbol, el cual está prohibido mover. Si las ramas son blandas como en el caso del mirto («Hadas») se permite sostenerlas con la mano y acercarlas a la nariz paras olerlas adecuadamente teniéndose, por supuesto, la precaución de no arrancarlas.

Se permite caminar sobre pasto aunque sea razonable pensar que al hacerlo algunas hierbas serán arrancadas, pues quien lo hace no tiene la intención y además no se tiene la absoluta certeza de que esto ocurra. Sin embargo, cuando el pasto está muy crecido y es evidente que se verá arrancado, no se podrá caminar sobre el mismo (Shulján Aruj 336:3, Be´ur Halajá allí).

Así como los sabios prohibieron utilizar un árbol en Shabat, prohibieron asimismo montar un animal, no sea que el jinete arranque una rama de un árbol para dirigir a la bestia. También prohibieron extraer miel de un panal pues se percibe o se ve como arrancar algo de su origen (Shulján Aruj 321:13).

Se permite colocar un animal junto a un atado de hierbas para que coma de estas sin que se considere una trasgresión a la prohibición de «cosechar», ya que la bestia come para sí y no se nos ordenó cuidar que nuestros animales cuiden Shabat, sino únicamente que no realicen labores para nosotros (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 122(A), Shulján Aruj 324:13).

09 – Ramas y flores en un florero.

La prohibición de «Muktzé» no recae sobre ramas, tallos, espigas y flores que fueron cortados antes de Shabat y están destinados a embellecer el ambiente o aromatizarlo. Por lo tanto, se permite mover un florero que contiene ramas decorativas y/o aromáticas. Asimismo, se permite quitar las ramas del agua para contemplarlas u olerlas sin que se incurra en la prohibición de «cosechar» ya que carecen de raíces. Asimismo, se permite devolver al agua ramas que carecen de flores o con flores que ya terminaron de abrirse sin que se incurra en la prohibición de «sembrar», ya que el agua no habrá de provocar que continúen creciendo sino únicamente habrá de mantener sus frescura y evitar su marchitamiento.

Sin embargo, está prohibido poner en agua ramas que poseen retoños o brotes de flores o flores que comenzaron a abrirse y aún no lo han hecho por completo, ya que esta acción causa su florecer. Si bien está permitido retirarlas del agua sin que se incurra en la prohibición de «cosechar» ya que no echaron allí raíces, una vez retiradas no se las puede devolver al florero. Por lo tanto, quien recibe en Shabat un ramo de flores algunas de las cuales aún no se han abierto, no las habrá de colocar en agua para no causar que sigan creciendo y floreciendo y las colocará en un florero sin agua.

10 – Plantas en macetas

Así como se prohíbe arrancar una rama o una hoja  de una planta que crece en la tierra, se prohíbe igualmente hacerlo de una que crece en una maceta. En el caso de una maceta que posee un orificio inferior, al estar la planta conectada a la tierra, quien arranca de esta algo trasgrede la prohibición de «cosechar» de la Torá. En el caso de una maceta carente de orificio inferior, quien arranca de esta planta trasgrede una prohibición rabínica, ya que esta no está conectada a la tierra y no es la forma natural de crecimiento de la misma (Shulján Aruj 336:7, Mishná Berurá 42). Asimismo, se prohíbe regar plantas que crecen en macetas (Mishná Berurá 336:41).

Se prohíbe mover una maceta de su sitio en Shabat ya que esta es «Muktzé» por tratarse de un instrumento para una labor prohibida, y no se puede regar las plantas que contiene ni cortarlas. Empero, se permite mover en Shabat un utensilio para una labor prohibida si el sitio que ocupa es necesario (ver adelante 23:8). Si se trata de una maceta que se acostumbra llevar de un sitio a otro para fines decorativos o para oler, dado que su uso principal es permitido no recaerá sobre esta la categoría de «Muktzé».

A veces, se prohíbe mover una maceta por incurrirse en las prohibiciones de «sembrar» o «cosechar». Por ejemplo, una maceta colocada sobre la tierra que posee un orificio inferior del tamaño de una pequeña raíz, a través del cual se  conecta al suelo que es su fuente vital – no se la puede retirar de la tierra y colocar sobre una base de plástico por incurrirse en la labor de «cosechar». Si la planta estaba apoyada sobre una base de plástico no se la puede retirar de allí y colocarla sobre tierra pues se incurre en la labor de «sembrar».

Por lo tanto, quien necesite mover una maceta por necesitar del espacio que esta ocupa debe tener cuidado de hacerlo junto con su base de plástico.

En el caso de una maceta que se cayó y parte de su tierra se volcó, no se la podrá devolver por tratarse de una acción que mejora la situación de la planta y se trasgrede las prohibiciones de «arar» y «sembrar». Además, la tierra es «Muktzé» y no se la puede mover. Si al caerse la maceta no se volcó tierra de la misma pero quedaron al descubierto las raíces de la planta, aunque al devolverla a su sitio quedaran nuevamente cubiertas de tierra, no se podrá enderezar la maceta ni siquiera con el pie (de un modo tal que no recae sobre este la prohibición de «Muktzé»), ya que al cubrirse de tierra las raíces se incurre en la prohibición de «sembrar» (se permite abrir una ventana en una habitación en la cual hay una planta en una maceta tal como se explicó en la halajá 3).

11 – «Apilar» («Me´amer»)

La labor de «apilar» consiste en reunir la cosecha en gavillas o pilas. Quien recoge frutas cosechadas en cajones o las apila en un montón – trasgrede la prohibición de «apilar». Quien recoge ramas o cañas cortadas para encender con estas fuego – también trasgrede la prohibición de «apilar».

En términos generales, esta labor se realiza con vegetales que crecen en la tierra y contiguo a su sitio de crecimiento ya que la recolección de la cosecha se realiza allí donde esta crece. Hay especies tales como el higo, del que se quiere formar aglomerados de pasas con forma de pastel, cuya recolección y agrupamiento se realiza en dos etapas, ambas dos prohibidas por la Torá, a pesar de que la segunda no se lleva a cabo en el campo.

En una primera instancia se recogen del campo y aquí la prohibición es «apilar». En una segunda etapa se agrupan y pegan para crear el aglomerado con forma de pastel («Igul Dvelá»), y quien lo realiza, aunque se encuentre en su casa, trasgrede una derivación («toladá») de la prohibición de «apilar» pues ese es el modo de elaborar estos aglomerados («dveilot») (Shulján Aruj 340:10, Mishná Berurá 38, ver Menujat Ahavá II 5:2).

Si se dispersaron frutas en el patio, una por aquí y otra por allí, aunque no lo hicieron en el sitio donde crecieron y recogerlas no implica «apilar», de todas maneras los sabios prohibieron hacerlo por tratarse de una acción típica de un día común («ovadín dejol») y que se ve como tal. Empero, se permite recoger algo de frutas y comerlas. Si las frutas cayeron en un mismo sitio, aunque se hayan desparramado un poco se las puede recoger en una canasta. Si cayeron sobre pedregullo y tierra, aunque lo hayan hecho en un mismo sitio no se las puede recoger en una canasta por tratarse de la labor de «seleccionar» («Borer»), pero se las puede recoger una por una y comerlas (Shulján Aruj 335:5).

Si las frutas se desparramaron en la casa se las puede recoger pues hacerlo allí no se asemeja a la labor de «apilar» (Mishná Berurá 340:37).

Si bien la labor de «apilar», según la Torá, recae únicamente sobre vegetales que crecen en la tierra, los sabios prohibieron recoger sal de los hornos que la secan ya que existe una cierta cercanía entre esta y los cultivos de la tierra y esta acción se asemeja a la labor de «apilar» (Shulján Aruj 340:9). En virtud de esto, varios de los juristas de las últimas generaciones indicaron que no se recojan en Shabat huevos puestos en víspera de Shabat (Eglei Tal 66 citando a Or Zarúa, Ktzot Hashulján. En Shevet Haleví IV 39, es más flexible). Huevos que fueron puestos en Shabat son «Muktzé» y no se puede tomar ni uno solo de estos.

La prohibición de «apilar» no recae sobre productos vegetales que fueron transformados, por lo tanto, se permite pegar juntas frutas cocidas. Asimismo, prendas hechas de fibra vegetal se las puede amontonar sin incurrir en la prohibición de «apilar» ya que cambiaron respecto de su forma natural (Aruj Hashulján 340:3).

01 – La cesación de las labores de los animales.

Así como el pueblo de Israel está preceptuado de cuidar el Shabat, de la misma forma debe dar descanso a sus animales en ese día. Respecto de esta cuestión existen dos preceptos: uno positivo («asé«), tal como está escrito (Shemot 23:12): «Seis días habrás de hacer tus trabajos, empero en el séptimo habrás de cesar para que descanse tu buey y tu asno y repose el hijo de tu esclava y el extranjero»

El segundo es un precepto restrictivo («lo taasé«), tal como está escrito (Shemot 20:10): «pero el séptimo día lo consagrarás al Eterno Tu D´s y ese día no harás labor alguna, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu animal ni el extranjero que esté en tu casa». El precepto de dar descanso a los animales no pertenece a las treinta y nueve labores prohibidas sino que es un precepto separado y quien lo trasgrede no es castigado ni con pena de muerte ni con castigo corporal («Malkot») (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 154(A), Rambám Shabat 20:1-2).

Si bien la Torá menciona como animales al buey y al asno, la prohibición aplica a todos los animales, entre ellos aves y peces (Mishná Berurá 305:1). Por lo tanto, está prohibido enviar palomas mensajeras en Shabat o hacer empujar un bote mediante delfines amaestrados. La Torá menciona al buey y al asno pues es habitual realizar labores, tanto de arado como de carga de bultos por su intermedio.

De cualquier modo que el hombre cause que un animal cargue, sea mediante azotes, empujándolo o mediante el arengar de su voz, trasgrede la prohibición de la Torá. Esta prohibición se denomina «dirigir asnos» («mejamer»). Aunque el animal pertenezca a un no judío o a nadie, está prohibido causar que lleve carga. Empero, si el animal le pertenece al judío, además de trasgredir el precepto restrictivo antes mencionado, este dejó de cumplir uno positivo, el de dar descanso a su animal (Shulján Aruj 266:1-2, Mishná Berurá 7-8). El precepto de dar descanso al animal aplica también para Yom Kipur (los juristas debatieron respecto de si aplica en Yom Tov o días festivos de la Torá, Mishná Berurá 246:19).

En el marco de este precepto, el judío tiene prohibido alquilar su animal a un no judío para que lo haga trabajar en Shabat, por ejemplo arando campos o llevando carga. Si un judío alquiló su animal teniendo en mente que este habrá de retornar a él antes de Shabat y no llegó, debe considerarlo ajeno a su propiedad antes de entrar el Shabat para no trasgredir lo estipulado por la Torá (Shulján Aruj 246:3). Si un judío y un no judío son socios en la posesión de un animal, el judío no puede permitir que su socio gentil haga trabajar a la bestia en Shabat. Empero, si desde un principio compraron el animal bajo un acuerdo mediante el cual en Shabat la bestia le pertenece al no judío y en virtud de ello otro día de la semana se le adjudica en forma específica al judío, el gentil podrá hacerlo trabajar en Shabat pues en ese día es de su propiedad exclusiva (Shulján Aruj 246:5).

Un judío puede permitir a un no judío que monte un animal de su propiedad en Shabat de acuerdo al principio de que «un ser vivo se sostiene o se transporta a sí mismo» por lo que montar el animal no se considera hacerlo llevar carga, ni siquiera la ropa que el gentil viste, pues son secundarios o aleatorios a su cuerpo. Empero, los sabios decretaron que el judío no use su animal de ninguna forma, esto es que tampoco lo monte, ni se apoye en él ni coloque sobre su lomo objeto alguno, ni se siente en un carruaje que está amarrado a un animal aunque el cochero sea un no judío que lo dirige en su propio beneficio (Shulján Aruj 305:18). La razón del decreto es no hacer trabajar al animal (Talmud Jerosolimitano Tratado de Beitzá 5:2) y además evitar que por montar sobre este, el judío arranque una rama a fin de azuzarlo y trasgreda así la prohibición de «cosechar» (Talmud Babilonio Tratado de Beitzá 36(B)).

Un judío tiene prohibido sacar un animal cuyo propietario es judío fuera del «Tjum Shabat», área en los alrededores de la localidad que se habita y en que se permite caminar en Shabat; área que se define de acuerdo al domicilio del dueño del animal (ver adelante 30:3). Si el dueño del animal lo entregó a un pastor, tanto judío como no judío, el área en cuestión se fija de acuerdo al domicilio del pastor (Shulján Aruj 397:3-5). La prohibición consiste en que el animal sea sacado del área de Shabat por iniciativa de su dueño, empero no se prohíbe que el animal salga por sí mismo de este área o que el pastor no judío lo haga (Ramá 305:23, Mishná Berurá 79).

02 – ¿Cuándo un animal sale de su dominio y cuándo no?

Tal como aprendimos anteriormente, se debe cesar de labores a un animal en Shabat y en el marco de la norma se incluye que no salga al dominio público o al «carmelit«[1] (área intermedia) llevando una carga. Así como una persona tiene permitido salir al dominio público portando sus vestimentas pues son secundarias o aleatorias a su cuerpo, de la misma forma se puede sacar a un asno que sufre de frío con una almohadilla sobre su lomo con la finalidad de darle calor (Shulján Aruj 305:7). Asimismo se prohíbe sacar a un perro envuelto en una prenda que cubre su cuerpo,  por cuanto que como no tiene una necesidad real de vestirlo, se la considera como carga. Si no se saca al perro se lo puede vestir pues no hay prohibición de portar objetos dentro del dominio privado («reshut ha-iajid»).

Se permite sacar un animal con una venda destinada a proteger una herida o con una cobertura destinada a evitar que su lana se ensucie. Esto es así, siempre y cuando estén bien ajustadas al cuerpo y no haya riesgo de que se caigan y terminen siendo cargadas en el dominio público («reshut ha-rabim») o en el «carmelit» (Shulján Aruj 305:6). Se prohíbe sacar un animal con un bozal destinado a evitar que coma de campos ajenos por cuanto que este protector no es para beneficio del animal sino para el de los dueños del terreno (Shulján Aruj 305:11).

Se prohíbe llevar un animal al que le cuelga un cencerro de su cuello, pues este genera sonidos y los sabios prohibieron realizar acciones que generen sonido similar a los instrumentos musicales. Empero, si el cencerro está taponeado y no emite sonido alguno se puede llevar al animal por el dominio privado mas no por el público, pues parece como si se lo llevase al mercado para su venta ya que así se acostumbraba llevar un animal para venderlo (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 53(A), 54(B), Mishná Berurá 305:42-3. Empero el cencerro en sí no es considerada una carga pues es secundario a las riendas).

Se permite sacar un caballo con su cabestro («resen») o a un asno con sus riendas pues es habitual usarlas para asegurarse que los animales vayan por la senda y no se escapen. Sin embargo, se prohíbe sacar a un asno con cabestro, pues este es mucho más fuerte que el control que requiere ese animal. La regla es la siguiente: todo aquel instrumento o elemento con el que se controla al animal habitualmente no se considera carga y aquel instrumento que implica un control exagerado, sí se lo considera (Shulján Aruj 305:1, Mishná Berurá 8).

Se permite que un no vidente salga al dominio público con un perro guía cuya correa va amarrada a su collar pues esa es su forma habitual de salir, para que en caso de necesidad se lo pueda controlar amarrándolo con esta (Shulján Aruj 305:5, Mishná Berurá 12). La persona que camina con el perro sosteniendo la correa no se considera que la transporte puesto que esta es secundaria al cuerpo del perro. Empero, es necesario tener cuidado de sostener la correa desde su extremo para que no sobresalga de la mano un palmo y además que no llegue a estar a un palmo del suelo, pues de estas dos maneras parece como si la persona estuviese transportándola. Si la correa es excesivamente larga se la puede enrollar alrededor del cuello del perro para que así no cuelgue (Shulján Aruj 305:16).

Se permite que un no vidente salga al dominio público guiado por un perro, y si bien el invidente sostiene la correa amarrada al perro, esto no se prohíbe ya que al estar la correa siempre sujeta al collar del can no se considera que la transporte (Sin embargo, el Aruj Hashulján 31:17 es más estricto .Empero, consideramos oportuno permitirlo. Así opina Mikvé HaMaim 4:39, Menujat Ahavá III 27:49 y Yalkut Iosef 305:59).

Se permite sacar un perro al dominio público portando una matrícula identificadora que siempre pende del collar o de la oreja, la cual permite saber quiénes son los dueños y evita que el can sea dañado.


[1]. Lugar público carente de los requisitos que caracterizan a un dominio público o privado; como por ejemplo: un campo abierto, mares y ríos, un arroyo que atraviesa un dominio privado y tenga diez «tefajim» (lit. palmos, unos 80-96 cm.) de profundidad y cuatro «tefajim» (32-37cm.) de ancho, etc. En el «carmelit», la prohibición de transportar o llevar es de carácter rabínico.

03 – Alimentación de bestias y animales.

Se permite parar una bestia junto a atados de hierbas para que coma de estos sin que se considere que se incurre en la prohibición de «cosechar»,  pues esta come sola y no se nos ordenó que hagamos cuidar Shabat a los animales sino únicamente se nos prohibió que trabajen para nosotros (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 122:1, Shulján Aruj 324:13).

Se permite a la persona dar alimento y agua a una animal que se encuentra bajo su posesión y depende de él, como en el caso de vacas, gallinas y gatos. También si los animales pertenecen a otro judío se les puede dar comida y agua. Sin embargo, se prohíbe dar alimento o agua a animales que son autosuficientes, por ejemplo: abejas o palomas de palomar. Si bien darles comida no implica la realización de una labor, los sabios lo prohibieron por cuanto que se trata de un esfuerzo innecesario («Tirjá Meiuteret«) (Shulján Aruj 324:11, Be´ur Halajá ‘ויוני’).

Se permite colocar alimento frente a animales silvestres hambrientos, por ejemplo: perros o gatos carentes de dueño pues aprendimos que el Kadosh Baruj Hú se apiada de todas sus creaturas, tal como está escrito (Salmos 145:9): «y Su misericordia es para con todas Sus creaturas» por lo que es correcto que la persona imite la conducta Divina (Aruj HaShulján 324:2-3, ver Mishná Berurá 31).

Los animales entran en la categoría de «Muktzé», por lo que se prohíbe sostenerlos incluso a alguno de sus miembros. Sin embargo, de ser esto necesario, por ejemplo hacerlos llegar hasta el alimento, está permitido para evitar «sufrimiento animal» («tza´ar ba´alei jaím«), a condición de que no se eleve una parte del cuerpo del animal por encima del suelo (Shulján Aruj 308:39-40, Mishná Berurá 151).

En el caso de animales a los que se les dificulta comer si no se les introduce la comida en la boca, esto se podrá hacer a condición de que no se los alimente contra su voluntad, o sea, que no se empuje el alimento más allá de su faringe o gaznate en un sitio del cual no podrán quitarlo pues se trata de un esfuerzo innecesario (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 155(B), Shulján Aruj 324:9-10).

En el caso de los gansos que son engordados a la fuerza, al punto que no son capaces de comer  a menos que se les empuje comida más allá de sus faringes ya que si no se procede así sufrirán de hambre, se le puede decir a un no judío que lo haga una vez sola durante el Shabat. De no haber un no judío, los juristas debatieron respecto de si un judío tiene permitido hacerlo para evitar «sufrimiento animal» (Mishná Berurá 324:27). En general es preferible no engordar gansos, pues esta acción implica para ellos sufrimiento y para el judío acarrea la trasgresión de una serie de prohibiciones (ver Be´ur Halajá allí, Shmirat Shabat Kehiljatá 27:26).

Se permite cortar alimentos para animales a los cuales se les dificulta ingerirlo no trozado, por ejemplo los calabacines que se colocan delante de las bestias, o carne no casher dura. Empero, se prohíbe cortarles alimentos que ellos pueden consumir  sin trozar, por tratarse de un esfuerzo innecesario (Shulján Aruj 324:3-8).

04 – Ordeñado en Shabat.

La Torá prohíbe ordeñar una vaca o cualquier bestia en Shabat por tratarse de una acción que separa la leche del cuerpo del animal. Esta labor a la que llamamos «mefarek» o «separar» es una derivación («toladá«) de la labor de «trillar» («dash»), pues así como se prohíbe separar el grano de su espiga, se prohíbe también separar la leche del cuerpo de la vaca (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 95(A)).

El problema radica en que si no se ordeña la vaca lechera en Shabat, esta sufrirá enormemente pues las ubres producen una gran cantidad diariamente y si durante una jornada completa no se les retira la leche se le inflige un gran dolor. Por lo tanto, los sabios permitieron decirle a un no judío que ordeñe la vaca en Shabat. Si bien los sabios prohibieron pedir a un gentil que realice para nosotros labores en Shabat, en este caso se trata de evitar el sufrimiento de un animal y ante esto los sabios dejaron sin efecto su prohibición. La leche extraída es «Muktzé» durante todo el Shabat y tras concluir el sagrado día, el judío puede beberla y venderla (Shulján Aruj 305:20).

En caso de no haber un no judío, quien sí lo es puede ordeñar la vaca malogrando o estropeando la leche, por ejemplo: ordeñando a tierra o dentro de un recipiente que contiene un producto que la arruine. Esto se debe a que el único ordeñe prohibido por la Torá es aquél que procura obtener leche, empero un ordeñado en el cual la leche se habrá de malograr está prohibido rabínicamente y se lo permitió a los efectos de evitar penuria al animal. Sin embargo, una prohibición de la Torá no se puede trasgredir para evitar sufrimiento animal.

Hoy en día la producción de leche se ha sofisticado y la acción del ordeñado se realiza mediante ordeñadoras mecánicas, de las cuales salen tubos que en sus extremos traen una especie de copas (pezoneras) que se adjuntan a la ubre y extraen la leche. En caso de haber un gentil, se le puede pedir que active la ordeñadora y que coloque las pezoneras en las ubres en Shabat pues de no hacerlo las vacas sufrirán. En caso de no haber allí un no judío, se acostumbra a activar la ordeñadora en víspera de Shabat mediante un «timer» o un mecanismo que difiere el funcionamiento. En Shabat, antes que la ordeñadora comience a funcionar,  se colocan las pezoneras sobre las ubres y luego la máquina comienza su labor y extrae la leche. Así resulta que el judío no realizó una labor con sus propias manos pues cuando colocó las pezoneras en la ubre la máquina aún no funcionaba, y  si bien al colocarlas causó que una labor se realice, de todas maneras esto no está prohibido por la Torá pues sólo se prohíbe la acción manual directa, tal como está escrito (Shemot 20:10): «No harás labor alguna»  y los sabios son aquellos que prohibieron causar que la labor sea realizada. En el caso en que las vacas padecerán si no se las ordeña, los sabios permitieron realizar la acción de modo indirecto («Grama») la cual está prohibida rabínicamente, para así liberar a las vacas de la abundante leche que contienen sus ubres y poder usufructuarla después de Shabat.

En caso que sea necesario colocar las pezoneras en las ubres cuando la máquina ya está en funcionamiento, si se ordeña con el fin de preservar la leche se trasgrede una prohibición de la Torá por lo que se debe ordeñar y verter en el piso para arruinarla. De este modo la labor que se trasgrede es únicamente rabínica, la cual está permitido quebrar a los efectos de evitar el sufrimiento animal (Shmirat Shabat Kehiljatá 27:50. Respecto de la extracción de leche de una mujer que sufre por causa de acumulación ver arriba 11:17).

05 – Cargar mascotas y animales enfermos

Tal como aprenderemos más adelante (23:5) todo objeto carente de uso en Shabat se lo considera «Muktzé» y se prohíbe moverlo. Los animales entran en esta definición por lo que no se los puede cargar en Shabat. En caso de que sea necesario moverlos de sitio a los efectos de evitarles sufrimiento, los sabios permitieron tomarlos y arrastrarlos mas no permitieron levantarlos (Shulján Aruj Oraj Jaím 308:39-40).

Aparentemente, esta regla aplica también para las mascotas tales como perros y gatos, a los cuales no se los puede cargar y solamente se los puede empujar o arrastrar a los efectos de evitarles sufrimiento (así indica Yalkut Iosef II pág. 383, Orjot Shabat19:124).

Sin embargo, nos parece que la categoría de «Muktzé» se aplica sobre animales con los que no se acostumbra a jugar, empero mascotas a las cuales sus dueños acostumbran a alzar y jugar con ellos durante toda la semana  no entran en esa categoría y estos pueden tocarlos y alzarlos. Lo mismo ocurre con los perros que guían a personas ciegas, los cuales no son «Muktzé en Shabat». Así sentenciaron el Rav Moshé Fainstein  (Igrot Moshé Oraj Jaím V 22:21) y el Rav Auerbach (Shulján Shelomó 308:74). Si bien hay quienes adoptan una actitud más estricta, dado que las leyes de «Muktzé» son de origen rabínico la halajá final es conforme a la opinión de los juristas más flexibles.

En el caso de un pez que saltó de la pecera y si se lo devuelve a esta es de suponer que habrá de vivir, aunque sea «Muktzé» se lo puede devolver. Esto obedece a que en caso de emergencia y de no mediar otra solución, se puede tocar «Muktzé» a los efectos de evitar sufrimiento animal. Si bien en esta cuestión hay juristas que adoptan una actitud más estricta se puede confiar en los juristas de opinión más flexible (ver Shulján Aruj 305:19, Mishná Berurá 70, Shmirat Shabat Kehiljatá 27:28).

Cuando uno de los peces de la pecera muere y se teme que si no se lo retira puede contagiar a los demás y hasta causarles la muerte, aunque es «Muktzé», se lo puede quitar para salvar a los otros. Si hay un perro o un gato es bueno dárselos para que lo coman (ver Shmirat Shabat Kehiljatá 27:29).

06 – «Cazar»

La caza de animales es una de las labores que se realizaba en el Tabernáculo cuando se cazaban «tejashim»[2] para con sus pieles elaborar las coberturas o paños («ieriot») del Santuario. También se atrapaban moluscos para con su tinta teñir los hilos de las mismas (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 73(A), y Rashí, ídem 75(A)).

La Torá prohíbe la captura de especies que se acostumbra a cazar, por ejemplo: animales, pájaros y peces para comer su carne o utilizar su piel y loros para deleitarse con su belleza. Sin embargo, quien caza especies que no se acostumbra a cazar, por ejemplo moscas o insectos, trasgrede únicamente una prohibición rabínica (ídem 106(B), Shulján Aruj 316:3).

Animales domésticos que no se escapan de sus amos por ejemplo vacas, asnos o perros, por cuanto que de todas maneras están a disposición de sus dueños no recae sobre estos la prohibición de «cazar» o «atrapar» (Ramá 316:12, Mishná Berurá 59). Sin embargo no se los puede tomar con la mano por ser «Muktzé», y en caso de necesidad se los puede sostener y llevarlos al establo o casilla a condición de que no se los alce (Shulján Aruj 308:40, arriba 20:3).

Si se trata de un animal domesticado a medias que suele escaparse de las manos de quien lo quiere tomar y a la noche acostumbra retornar a su jaula los sabios prohíben atraparlo (Ramá 316:12, Mishná Berurá 57 y 59). En caso de emergencia, a los efectos de evitar pérdida o sufrimiento animal se puede confiar en la opinión más flexible y atraparlo (ver Shulján Aruj allí, Shmirat Shabat Kehiljatá 27:36).

La Torá prohíbe la caza completa en Shabat, esto es, atrapar el animal con la mano, redes o jaula, de modo tal que se pueda hacer con este lo que se desee. Quien ahuyenta al animal hacia un sitio en el cual le será fácil atraparlo corriendo un paso o nadando un paso o una brazada – trasgrede la prohibición de la Torá. Empero quien ahuyenta al animal hacia un sitio más amplio, de modo tal que cuando lo quiera atrapar necesitará correr varias veces o recurrir a una trampa, no trasgrede la prohibición de la Torá pues no lo tiene completamente atrapado. Empero recae sobre esta situación una prohibición rabínica porque en el nuevo sitio podrá atrapar al animal con mayor facilidad.  Si lo ha de cazar en este nuevo sitio, si bien atraparlo será más fácil, habrá de trasgredir la prohibición de la Torá pues lo que ésta prohíbe es el atrapado definitivo (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 106(B), Shulján Aruj 316:1).

Se prohíbe también la caza con la ayuda de un perro, aunque, si se ordenó al perro que atrape un animal empleando únicamente la voz y sin realizar acción corporal alguna – se trasgrede únicamente una prohibición rabínica. Si se realizó algún tipo de acción para ayudar a atrapar al animal, se infringe una prohibición de la Torá (Ramá 316:2, Mishná Berurá 10).

Se permite colocar trampas en víspera de Shabat para cazar animales ya que no se realiza acción alguna durante el día sagrado. Sin embargo, si se colocan las trampas en Shabat la trasgresión es a una norma rabínica y no de la Torá, pues no se tiene la certeza de que la trampa atrape a un animal (Mishná Berurá 316:18). Se permite liberar un animal atrapado, pues está prohibido cazar mas no está prohibido liberar un animal de su trampa (Mishná Berurá 316:25).

Quien desee alimentar un animal o loro que se encuentran en una jaula y naturalmente desean escaparse, debe tener cuidado de no abrirla nisiquiera por un breve lapso.  Si por error se abrió la puerta de la jaula: en caso de que se trate de una jaula pequeña, de modo que el encerrar al animal en su interior la Torá lo considera «cazar» – no se podrá cerrar la puerta ni siquiera a posteriori. Empero, si se trata de una jaula muy grande, encerrar al animal en su interior implica una trasgresión rabínica únicamente, y se puede, a posteriori, cerrar la puerta, ya que los animales estaban en su interior desde la víspera de Shabat (Prí Megadim, Be´ur Halajá 316:6 ‘והלך’).


[2].  No se sabe con certeza a qué animal actual corresponde, en Acadio «tahsu» significa piel de oveja y en egipcio ths significaba piel tensada (diccionario de Abraham Ben Shoshan).

07 – Caza no intencional.

Así como está prohibido perseguir un animal para atraparlo, se prohíbe también aprovechar la oportunidad en la que el animal quedó encerrado en un sitio estrecho para hacerlo. Por lo tanto, si un ciervo entra a la casa, se prohíbe cerrar la puerta para dejarlo encerrado, y si entró un pájaro por la ventana no se puede cerrar la ventana (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 106(B), Shulján Aruj 316:5). Si se desea cerrar la puerta o la ventana para que la casa no quede desguarecida ante posibles ladrones o para que no entre frio – se debe expulsar primeramente a los animales que entraron.

Si a los residentes de la casa se les dificulta expulsar a los animales que ingresaron porque se escondieron  y escapan a diferentes sitios, en caso de necesidad se pueden cerrar puertas y ventanas ya que no se tiene la intención de atraparlos sino únicamente se desea proteger la casa de posibles malhechores o del frio. Además, una vez cerrada la puerta o la ventana ya no se considera a los animales como cazados o atrapados pues todavía es necesario esforzarse para hacerlo.

En el caso de una ventana que posee un mosquitero sobre el cual hay moscas, si se quiere cerrar la ventana para evitar que entre frio o calor se debe primeramente espantarlas para que no queden atrapadas entre el vidrio de la ventana y el mosquitero. En caso de que sea difícil espantarlas se puede cerrar la ventana aunque estén aún sobre el mosquitero, ya que no se tiene la intención de atraparlas sino únicamente protegerse del calor o del frío. Además, las moscas no están del todo cazadas ya que si se las quiere atrapar, al abrir la ventana estas pueden escaparse.

Asimismo, quien quiere cerrar una caja que contiene moscas las habrá de espantar primeramente para luego cerrarla. En caso de que se dificulte espantarlas a todas, se habrá de colocar un objeto entre la tapa y la caja para que quede un espacio por el cual puedan salir. De no ser esto posible, se permite cerrar la caja a pesar de que haya quedado una mosca atrapada pues quien lo hace no tiene la intención de atraparla sino de cerrar la caja. Además, la mosca no está atrapada por completo pues en caso de que alguien la quiera atrapar – al abrirse la caja la mosca puede huir.

08 – «Degollar»

La labor de «degollar» es aquella por medio de la cual se le quita la vida al animal. A la hora de erigir el Tabernáculo se degollaron «tejashim» y cabras para poder emplear sus pieles para las coberturas (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 73(A), 75 (A)).

La Torá no solamente prohíbe degollar sino que también prohíbe quitarle la vida a cualquier ser vivo tanto sea mediante golpe, asfixia o cualquier otro medio. Quien mata a una pequeña hormiga trasgrede una prohibición de la Torá de «degollar». Quien toma un pez del agua, dado que de ese modo le quita la vida, también incurre en una prohibición de la Torá de «degollar». Asimismo, quien introduce sus manos en las entrañas del animal y extrae su  nonato, trasgrede la prohibición de la Torá de «degollar» (ídem 107(B)).

La prohibición de la Torá aplica cuando el degüello o faena se realizan con el propósito de usufructuar el cuerpo del animal, tanto se trate de su carne, su cuero o su sangre. Empero, quien mata a un animal destruyéndolo o malográndolo – trasgrede una prohibición rabínica. Por ejemplo, quien pisa hormigas para matarlas trasgrede una prohibición rabínica.

En el caso de quien caminando las hormigas se interponen en su camino, habrá de saltearlas para no matarlas pues si lo hace trasgrede una prohibición rabínica. En caso de que haya en el lugar un enjambre de hormigas tal que no se pueda pasar por el lugar sin matar alguna, deberá esquivarlo. En caso de que no haya alternativa salvo caminar sobre estas, podrá hacerlo por cuanto que no tiene la intención de matarlas y es bueno que camine sobre los bordes de los zapatos e intente no hacerlo.

Asimismo, cuando hay insectos en el retrete que habrán de morir si se deja correr el agua, de ser posible es mejor esperar a que salgan volando o arrastrándose. En caso de que no salgan o si es necesario tirar el tanque de inmediato por una cuestión de dignidad humana, se podrá hacerlo.

Asimismo, cuando hay hormigas en la pileta o fregadero, de ser posible es mejor sacarlas de allí soplando. De ser esto difícil, se permite lavar los platos o las manos a pesar de que de esa forma el agua se las puede llevar o ahogar y posiblemente mueran. Ya que no se tiene interés en matarlas y se necesita el agua – no estará prohibido hacerlo.

09 – «Herir» («Jovel»).

Así como la Torá prohíbe quitar la vida de un animal, prohíbe también extraerle sangre, puesto que la sangre es el alma o la vida del mismo; y al extraer un poco de su sangre se le quita vida en ese sitio específico. La prohibición aplica también cuando la sangre no sale del cuerpo y se forma un hematoma pues de ese modo también se le quita vitalidad a ese sitio específico del cuerpo (Shulján Aruj 316:8, Be´ur Halajá ‘והחובל’).

Por lo tanto, quien golpea a su compañero en Shabat con el propósito de herirle y le causó un hematoma, además de la trasgresión de los preceptos del hombre para con su prójimo profana el Shabat por «producir una herida». Quien en un momento de furia golpea a un animal causándole un hematoma, además de trasgredir la prohibición de causar sufrimiento a un animal – trasgrede la prohibición de «herir».

Se prohíbe realizar exámenes de sangre ya que necesariamente se necesita extraer sangre del cuerpo – lo cual está prohibido por la Torá. Sin embargo, se permite hacerlo si es para salvar una vida. Asimismo, está prohibido rascarse una herida de modo tal que sangre o cepillarse los dientes de modo tal que sangren las encías (como se vio arriba 14:2).

Un enfermo que no está en riesgo de vida y necesita una inyección intramuscular, dado que no hay certidumbre de que el pinchazo genere sangrado, un judío podrá aplicarla. Si se trata de una inyección o suero intravenoso y el enfermo no corre riesgo de vida, un judío no podrá aplicarla porque con certeza generará sangrado, empero, se permite pedirle a un no judío que lo haga. Si el paciente corre riesgo de vida un judío podrá aplicarla (adelante 28:7).

10 – La caza y eliminación de serpientes, escorpiones, insectos y mosquitos.

Salvar la vida antecede al cumplimiento del Shabat, por lo que se permite matar en Shabat animales que puedan poner en peligro la vida humana tales como serpientes y escorpiones venenosos. Asimismo, se mata un perro o animal que se enfermó de rabia, así como serpientes y escorpiones que se sospecha que puedan ser venenosos.

Se prohíbe matar animales cuya mordedura es dolorosa mas no implica riesgo a la vida, por ejemplo serpientes y escorpiones no venenosos. Está prohibido matarlos de un modo similar al que se emplea en días de la semana, empero se permite hacerlo pisándolos al pasar. La razón de este permiso radica en que matar animales cuando no se tiene la intención de usufructuar sus cuerpos sino destruirlos – está prohibido sólo rabínicamente y a los efectos de evitar grandes molestias los sabios permitieron matarlos pisándolos al pasar. Sin embargo, no se los puede matar de modo directo, no sea que las personas aprendan de este caso que se puede matar animales aunque no medie riesgo de daño alguno. Si el animal persigue a un ser humano, se lo puede matar del modo habitual.

Aunque el animal en cuestión no esté persiguiendo a una persona, se permite taparlo con un recipiente invertido para que no pueda causar daño. Esta acción no precisa ser realizada de un modo diferente al habitual pues quien coloca el recipiente no tiene la intención de atrapar o cazar a los animales, sino que intenta alejarlos para no ser picado por ellos (Shulján Aruj 316:7, Mishná Berurá 27).

Empero, en el caso de animales cuya mordedura no resulta dolorosa, por ejemplo mosquitos o pulgas, los sabios no permitieron matarlos. Si un mosquito o pulga se posa sobre la piel, en caso de que no sea posible quitarlos de ahí sin atraparlos – los sabios permitieron hacerlo y alejarlos a condición de que no se los mate ni se los aplaste, no sea cosa que mueran. Si bien está prohibido rabínicamente atrapar un animal sin la intención de utilizarlo, en este caso en que el objetivo es alejar la molestia – los sabios adoptaron una actitud más flexible (Shulján Aruj 316:9). Quien procura atrapar una pulga que se encuentra sobre su piel pero bajo su ropa – no se le debe de advertir o rezongar (Mishná Berurá 316:37, Sha´ar Hatziún 63).

Si  hay mosquitos o insectos en la habitación – se puede aplicar un insecticida en aerosol para ahuyentarlos, a condición que no se fumigue directamente sobre ellos y se les deje una ventana abierta para que puedan escaparse, de modo tal que su muerte no sea indefectible. Sin embargo, está prohibido fumigar encima de los insectos o en un sitio en el cual no tienen un lugar por el cual escapar, pues en ese caso, indefectiblemente, se los habrá de matar y por ende se habrá de trasgredir la prohibición (Iabía Omer 3:20, ver Shmirat Shabat Kehiljatá 25:6).

Está permitido untar repelente de mosquitos mas no en forma de pomada (ver arriba 14:5).

Se permite colocar tabletas que repelen mosquitos sobre un aparato eléctrico que calienta, de modo tal que al hacerlo el aroma de la tableta se esparza y ahuyente a los insectos. Sin embargo, es mejor colocar la tableta un tanto alejada del lugar que se calienta para que no alcance una temperatura que obliga a la mano a retirarse («Iad soledet bó«) pues se teme incurrir en la prohibición de «cocinar» (Hajashmal Bahalajá II pág. 364). Empero, de haber duda respecto de si la tableta se ha de calentar hasta la temperatura de «Iad soledet bó» – está permitido colocarla sobre la misma fuente de calor.

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