Pninei Halajá

Berajot

01) El precepto de recitar «Birkat Hamazón»

Es precepto de la Torá que una vez ingerido pan y habiendo quedado satisfecho se bendiga a HaShem, tal como está escrito (Devarim-Deuteronomio 8:10): «Y comerás y te saciarás y bendecirás a HaShem tu D´s sobre la tierra buena que te ha dado«. Nuestros sabios aprendieron que el «Birkat Hamazón» debe constar de tres partes: 1) Del texto «y bendecirás a HaShem tu D´s» aprendieron que se debe recitar la bendición de «HaZan» («que nutre») en la que bendecimos a D´s por el alimento. 2) De lo que está escrito: «sobre la tierra» aprendieron que se debe agradecer por la tierra de Israel. 3) De lo que agregó la Torá al decir «sobre la tierra buena que te dio» aprendieron que se debe bendecir por lo bueno y lo excelso de la tierra de Israel que es la ciudad de Jerusalém (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 48(B)).

El precepto de la Torá consiste en que quien bendice mencione estos temas en cualquier formato o redacción que desee de acuerdo con su conocimiento y su capacidad de expresión. Luego vinieron Moshé, Yehoshúa, David y Shelomó y establecieron un formato completo y perfecto de acuerdo con la bendición que recibieron en sus respectivos tiempos. Cuando el maná bajó del cielo para alimentar al pueblo de Israel Moshé Rabenu compuso la bendición de «HaZan», mas entonces aún no se había dado redacción a una bendición que agradezca por la tierra buena. Cuando ingresaron a la tierra de Israel Iehoshúa Bin Nun redactó la bendición por la tierra de Israel, mas aún no se había dado redacción a una por su mejor y más excelso sitio. Cuando el Rey David estableció a Jerusalém como ciudad sagrada y capital de su reino redactó la bendición que pide «por Tu pueblo Israel y por Jerusalém Tu ciudad», y cuando su hijo Shelomó construyó el Sagrado Templo agregó «por la casa grande y sagrada». En tiempos en los que el Templo estuvo en pie, se pedía que HaShem haga perdurar su existencia. Una vez que el Santuario fue destruido, los sabios establecieron una versión por la cual pedimos a HaShem que se apiade de nosotros, reconstruya Jerusalém y devuelva su trono a la casa de David y reconstruya el Templo (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 48(B), Rashbá, Rambán, tal como leemos en Beit Iosef 187:1, Shulján Aruj HaRav 187:1-3).

Nuestros sabios dijeron (ídem Berajot, Shulján Aruj 187:1-3) que es obligatorio mencionar las bondades de nuestro país en la bendición que reza por la tierra, la cual es preciada, buena y amplia. Asimismo, se deben recordar la circuncisión y la Torá pues por medio de ambos preceptos tenemos el mérito de heredar la tierra de Israel. Y tal como le fue dicho a nuestro patriarca Abraham cuando fue preceptuado de circuncidarse (Bereshit – Génesis 17:7-8): «Y estableceré Mi Pacto entre Yo y tú y tu descendencia en pos de ti por sus generaciones, por Pacto Eterno. Para ser para ti por D’s y para tu descendencia en pos de ti. Daré para ti y para tu descendencia en pos de tí la tierra que habitas, toda la tierra de Cana´an, como posesión eterna y seré para ellos por D’s«.

Asimismo, estudiamos que en mérito de la Torá y los preceptos hemos de heredar la tierra de Israel, tal como está escrito en el principio de la porción de lectura en la cual se nos preceptúa el «Birkat Hamazón» (Devarim. Deuteronomio 8:1): «Toda la ordenanza – que Yo te ordeno hoy – habréis de observar para cumplir; para que hayáis de vivir, y os multipliquéis, y vengáis y poseáis la tierra, la que prometió HaShem a vuestros patriarcas«. Asimismo, está escrito (Tehilim-Salmos 105:44-45): «Y les dio la tierra de las naciones y tomaron en posesión el fruto de la labor de los pueblos. En aras de que cumplan Sus leyes y Sus enseñanzas. ¡Aleluya!»

Además, nuestros sabios dijeron que es necesario anteponer la mención de la circuncisión a la de la Torá, ya que respecto del Brit Milá se establecieron trece pactos mientras que en torno a la Torá solamente tres. En el Pacto de la Circuncisión se pone de manifiesto la santidad propia con la cual el Eterno consagró al pueblo de Israel, santidad que no depende de nuestra elección y es el fundamento de la entrega de la Torá que nos ordena escoger el bien.

En la tercera bendición los sabios estipularon que se recuerde el Reino de la Casa de David pues por su intermedio Jerusalém fue consagrada, y el asentamiento tanto en la tierra de Israel como en la ciudad de Jerusalém depende de que haya reino de Israel (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 48(B), Shulján Aruj 188:3).

02) Bendición de «HaTov VeHaMeitiv» («Que es bueno y benefactor»)

Nuestros sabios establecieron una bendición más tras la destrucción del Templo de Jerusalém y la ruina del país y es la de «HaTov VeHameitiv». Tras la pérdida de nuestro segundo Santuario parecía que no había ya esperanza de que se reconstruyesen Jerusalém y el Templo por lo que ¿tenía sentido continuar recitando la bendición por la «tierra buena»? Es por ello que nuestros sabios se vieron en la necesidad de redactar una bendición para reforzar la fe de que todo lo que ocurre es para bien y que incluso la destrucción, el exilio y los sufrimientos están destinados a corregirnos y llevarnos nuevamente a una construcción más completa e íntegra del país, de Jerusalém y del Templo.

Nuestros sabios de Yavne redactaron esta bendición en un día especial en que se permitió dar sepultura a los muertos de la ciudad de Betar. Esta era una gran ciudad en la zona de Judea que fungió como capital del gobierno de Bar Kojba y desde ella se tuvo la esperanza de restituir la independencia de Israel y reconstruir el Templo. Cuando Betar cayó la dignidad de Israel fue cercenada y las desgracias se intensificaron de sobre manera. El reino opresor ordenó rastrillar Jerusalém y cambiar los nombres tanto de la sagrada ciudad como del país, para que se pierdan en olvido eterno. Entre otros decretos, ordenaron que no se diese sepultura a los muertos en la defensa de la ciudad de Betar. Tiempo después, al asumir un nuevo monarca, se permitió enterrar a los muertos en cuestión y se vio que había ocurrido un milagro por cuanto que los cadáveres no habían despedido mal olor. Dijeron nuestros sabios (ídem Berajot): «El mismo día que se permitió dar sepultura a los muertos de Betar se redactó la bendición de «HaTov VeHameitiv», «que es bueno y benefactor», (D´s) es bueno ya que los cadáveres no despidieron mal olor y «benefactor» por cuanto que permitió que sean enterrados. Nuestro maestro, el Rabino Kuk, explicó (Ein Ayá a Berajot 48(B)) que del hecho de que los cadáveres no hayan hedido, aprendemos que la destrucción y el exilio no dejaron sin efecto la santidad inherente del pueblo de Israel. En el hecho de que se los haya podido enterrar vemos insinuada la promesa de que en el final de los días volverán a levantarse, y esta es una señal del cumplimiento de todas las promesas de los profetas respecto a la resurrección y la redención.

Dado que el grado de obligatoriedad del recitado de esta bendición es diferente, ya que las tres primeras tienen su origen en la Torá mientras que la cuarta es de origen rabínico, cuando se culminan las primeras quien recita el «Birkat Hamazón» dice «Amén» por lo que recitó: «…que reconstruye Jerusalém con compasión – Amén» (Shulján Aruj 188:1).

Dado que al concluir la tercera bendición llega a su final la serie de bendiciones originadas en la Torá, la cuarta que fue establecida por los sabios se transforma en una unidad en sí misma, por lo que comienza con el formato de «Baruj» («Bendito»), ya que según la regla cuando una bendición es contigua a otra se considera que se respalda en ella y no precisa comenzar con el vocablo «Baruj». Empero cuando se trata de una bendición que tiene validez en sí misma y no como parte de una secuencia – debe comenzar con la palabra «Baruj».

Además, nuestros sabios (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 46:1) dijeron que una vez concluido el «Birkat Hamazón», el invitado debe recitar una bendición por el dueño de casa siendo su versión la siguiente (Shulján Aruj 201:1): «Iehí Ratzón Sheló Ivosh Veló Ikalem Ba´al Habait Hazé, lo Baolam Hazé Veló Baolám Habá, Veiatzlíaj Bejol Nejasav, Veihiú Nejasav Mutzlajim Ukrovim La´ir, Veló Ishlot Satán Bema´asé Iadav Veló Izdakek Lefanav Shum Dvar Jet Vehirhur Meatá Vead Olám» («Quiera D´s que el dueño de esta casa no sea avergonzado en este mundo ni en el venidero, que prosperen sus propiedades y sean cercanas a la ciudad, que Satán no gobierne sus acciones y no precise recurrir a ningún acto de tipo pecaminoso, ni incurra jamás en un mal pensamiento»). Está permitido extenderse y ampliar este formato y esta es la usanza de los judíos sefaradíes. Muchos de entre los ashkenazíes acostumbran a conformarse con la siguiente versión: «HaRajamán Hú Ievarej et Ba´al Habait Hazé» («Que D´s bendiga a este dueño de casa»). Empero, a priori, corresponde recitar la versión de la Guemará (Mishná Berurá 201:5, ver adelante 5:4).

Dado que ya se tuvo el mérito de santificarse por medio del cumplimiento del precepto de «Birkat Hamazón», los hijos de Israel acostumbraron adicionar peticiones personales que comienzan con la palabra «HaRajamán» («El Misericordioso») y otras plegarias relativas a la redención. Si bien no se trata de un decreto rabínico, dado que esto se acostumbra desde los días de los sabios medievales (Rishonim) se trata de una costumbre obligatoria, cada congregación conforme su usanza. Empero, si una persona precisa hablar o irse durante estos agregados, por cuanto que ya concluyó el recitado de las cuatro bendiciones – podrá hacerlo, y luego, cuando pueda, habrá de completar lo que le faltó recitar.

03) El significado de la bendición de «HaZan» («que nutre»)

A los efectos de profundizar en el tema de «Birkat Hamazón», es necesario analizar la porción de lectura de la Torá en la cual se nos ordena recitarlo (Devarim-Deuteronomio 8:1-18). En el primer versículo se nos presenta la intención general:  «Toda la ordenanza -que Yo te ordeno hoy- habréis de observar para cumplir; para que hayáis de vivir, y os multipliquéis, y vengáis y poseáis la tierra, la que prometió HaShem a vuestros patriarcas«. Acto seguido se elucidan dos fundamentos o principios centrales: el primero, que HaShem todo lo nutre, tal como lo expresamos en la primera bendición. El segundo es la alabanza de la tierra de Israel, tal como la expresamos en la segunda y tercera bendición. Centrémonos primeramente en los fundamentos vinculados a la primera bendición, la de «HaZán».

En muchas ocasiones, cuando la persona cuenta con su sustento se olvida de que D´s es quien cuida de él y le mantiene. Por esa razón la Torá ordena (ídem 8:2): «Habrás de recordar todo el camino – por el cual te llevó HaShem tu D’s – hace cuarenta años en el desierto, para afligirte y someterte a prueba, para saber lo que hay en tu corazón: si vas a guardar Sus Mandamientos, o no«. La existencia en el desierto es muy ardua y en virtud de la profusión de problemas se puede llegar a expresar descontento para con D´s, empero, por otra parte, es también posible reforzarse en la fe y concentrarse en la contemplación de los milagros por medio de los cuales D´s mantiene al pueblo de Israel. La prueba más difícil fue la vinculada a la ingestión del maná. El ser humano acostumbra a preocuparse por el mañana y para ello prepara sus alimentos por medio de su labor en el campo, la industria y el comercio. Empero todo ello no era posible en el desierto, estaba prohibido incluso el guardar comida de un día para el siguiente pues la cantidad de maná estaba limitada a las necesidades de una persona en un día y no más que eso. Cada judío debía creer que también mañana HaShem le haría descender maná del cielo. Todo aquel cuya fe se debilitaba sentía hambre, tal como está escrito (ídem 3-4): «Te afligió y te sometió al hambre: empero te hizo comer el maná -que no habías conocido tú ni habían conocido tus padres«.

Por medio de esta singular experiencia, quedó grabada en nuestra conciencia nacional la comprensión de que la naturaleza no existe por sí misma, sino que es HaShem quien todo lo nutre – «para hacerte saber que no solamente de pan vive el hombre sino de todo lo que sale del Mandato de HaShem, vive el hombre. Tu vestimenta no se envejeció sobre ti ni tu pie ha quedado descalzo por cuarenta años«. Esos fueron los primeros cuarenta años desde la aparición del pueblo de Israel en el mundo. Por medio de una vida milagrosa en el desierto aprendimos claramente que todo proviene de HaShem y su objetivo último es procurar nuestro bien, y aunque nos prive de Su bendición por un breve período esto no obedece sino a Su amor para con nosotros, a los efectos de encaminarnos por la senda de la verdad, tal como está escrito (ídem 5-6): » Habrás de saber que así como un hombre castiga a su hijo, HaShem tu D’s te castiga a ti. Y observarás los Mandamientos de HaShem tu D’s, para andar por Sus sendas y para venerarle«.

El precepto se cumple principalmente cuando una persona bendice a D´s tras haber comido y estar satisfecho, tal como está escrito (ídem 10): «Y comerás y te saciarás y bendecirás a HaShem tu D´s sobre la tierra buena que te dio«. Esto se debe a que cuando una persona está satisfecha puede llegar a vanagloriarse y olvidar que todo proviene de HaShem, por ello la Torá continúa advirtiendo (ídem 11-16):  «Cuídate, no sea que olvides a HaShem, tu D´s, al no observar Sus Mandamientos y Sus leyes y Sus fueros que yo te ordeno hoy. No sea que comas y te sacies, y casas buenas edifiques y las habites. Y tu ganado vacuno y tu ganado ovino se multipliquen, y plata y oro se te incremente; y todo lo que es tuyo se multiplique. Y que se enaltezca tu corazón y que olvides a HaShem tu D’s, el que te ha sacado de la tierra de Egipto, de la casa de la servidumbre. El que te ha conducido por el desierto grande y temible: culebras, serpientes abrasadoras y escorpiones, tierra de sed: donde no hay agua; el que sacó para ti agua de la roca. El que te dio a comer maná en el desierto, el cual no habían conocido tus padres, para afligirte y para someterte a prueba, para hacerte el bien en tu final«.

04) La centralidad de la bendición por la tierra de Israel («Birkat HaAretz»)

El segundo fundamento, engarzado en la porción de lectura de la Torá en la que encontramos el precepto de «Birkat Hamazón», es alabar a la tierra de Israel. Nuestros sabios dijeron (Bamidbar Rabá 23:7) que de todas las bendiciones del «Birkat Hamazón» «la más apreciada es la bendición por la tierra (de Israel)». En efecto, el sentido literal del versículo se refiere a la intención de agradecer a D´s por la tierra buena, tal como está escrito (Devarim-Deuteronomio 8:10): «Y comerás y te saciarás y bendecirás a HaShem tu D´s sobre la tierra buena que te dio». La tercera bendición por Jerusalém es también un agradecimiento por la tierra de Israel, ya que Jerusalém es el corazón de la «tierra buena». Asimismo, aprendimos del versículo que inicia el presente capítulo que los preceptos de la Torá se cumplen fundamentalmente en la tierra de Israel, tal cual está escrito (ídem 8:1): «Toda la ordenanza -que Yo te ordeno hoy- habréis de observar para cumplir; para que hayáis de vivir, y os multipliquéis, y vengáis y poseáis la tierra, la que prometió HaShem a vuestros patriarcas».

La explicación radica en que el objetivo principal del pueblo de Israel es revelar la Palabra de HaShem en el mundo confrontando simultáneamente con las complejidades propias de la vida terrenal. Es por ello que la situación en la cual nos alimentamos del maná que descendió del cielo es temporal y está destinada a adquirir la conciencia básica de que HaShem es quien nutre a todos los seres. Sin embargo, el objetivo último es que el ser humano sea socio de HaShem en la reparación del mundo extrayendo alimento de la tierra por medio del arado, la siembra, la plantación y la cría de animales. De este modo habrá de manifestar la imagen Divina que anida en él, extraerá las bondades que el mundo material provee y así se elevará hacia una conexión vívida con HaShem. El maná que descendía del cielo carecía de residuo y se absorbía íntegramente en los órganos sin que hubiera necesidad de evacuar tras la ingestión. Sin embargo, el objetivo principal del ser humano es ingerir alimentos materiales que poseen residuos, que son su parte buena y más deseable puesto que integran en su interior chispas de mayor santidad. Para ello nos fue concedida la tierra de Israel que es una tierra sagrada, y si bien esta es de carácter material, es igualmente santa y los frutos que en ella crecen también lo son.

Muchos tienden a pensar, que en la medida que una persona se aleje más de la materialidad y de la degustación de los diferentes sabores de los alimentos, así será más pura y santa. Sin embargo, la Torá nos enseña que en la tierra de Israel la abundancia material, la variedad de alimentos y su exquisito sabor son de una gran importancia pues todos ellos fueron creados por HaShem a los efectos de llevarnos a la completitud. Por ello, la Torá se toma el trabajo de alabar ante nosotros la bondad y los atractivos de la tierra de Israel, tal como está escrito (ídem 7-9): «Pues Adonai tu D’s., te va a traer a una tierra buena, tierra de torrentes de agua, manantiales y acuíferos surgen en el valle y en la montaña. Tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares de aceite, y de miel. Tierra en la que no con pobreza comerás en ella pan: no carecerás de nada en ella; tierra que sus piedras son hierro y de sus montañas extraerás cobre«. Por ello se nos ordenó bendecir a HaShem por todo esto, tal como está escrito (ídem 10): «Y comerás y te saciarás y bendecirás a HaShem tu Dios sobre la tierra buena que te dio«.

En la primera bendición ponemos énfasis en el fundamento según el cual HaShem «todo lo nutre», y así como nos dio el maná en el desierto de modo milagroso – de igual manera mantiene siempre la naturaleza, pudiendo el ser humano apreciar que el origen de todo el alimento que consumimos está únicamente en Él, Bendito Es. En la segunda bendición agradecemos a HaShem por el hecho de que nos concedió la posibilidad de ser socios en la reparación del mundo y en la extracción de alimentos de la tierra, por ello la bendición culmina agradeciendo «por la tierra y por el alimento».

Empero, se teme que el éxito en la construcción de la tierra infunda en el ser humano deseos excesivos y sentimientos de soberbia, haciéndole olvidar su objetivo último. Por ello se nos ordenó (Devarim-Deuteronomio 8:11-18): «Cuídate, no sea que olvides a HaShem, tu D´s., al no observar Sus Mandamientos y Sus leyes y Sus fueros que yo te ordeno hoy. No sea que comas y te sacies, y casas buenas edifiques y las habites. Y tu ganado vacuno y tu ganado ovino se multipliquen, y plata y oro se te incremente; y todo lo que es tuyo se multiplique.  Y que se enaltezca tu corazón y que olvides a HaShem tu D’s… Y digas en tu corazón: mi fuerza y el poder de mi mano me hizo esta riqueza. Has de recordar a HaShem tu D’s, pues es Él que te da fuerza para hacer riqueza; para cumplir Su Pacto – que ha prometido a tus patriarcas – como este día».

Al recordarnos a nosotros mismos durante el «Birkat HaMazón» que HaShem es quien nos ha provisto de alimentos y nos ha concedido la tierra de Israel, comenzamos a entender que la energía, la satisfacción y la alegría que obtuvimos de la ingestión están destinadas a santificarnos y elevarnos.

05) Leyes referentes al recitado de «Birkat HaMazón» y a la educación de los niños

Quien recita la bendición debe escuchar lo que pronuncia y si no articuló claramente las palabras con sus labios – no cumplió con su deber. A priori, debe recitarse la bendición en voz alta pues ello incrementa la concentración. En el caso de quien no sabe hebreo podrá recitarla traducida a un lenguaje que comprenda (Shulján Aruj 185:1-3, Mishná Berurá 1-3, arriba 1:6-7).

A posteriori, quien omitió partes del «Birkat HaMazón», siempre y cuando haya mencionado los fundamentos que es necesario recordar – cumplió con su deber. Estos son los fundamentos: bendecir a D´s por el alimento y en el marco de la bendición pronunciar Su Nombre y recordar que es el Rey del universo (Shulján Aruj 187:1, Mishná Berurá 4). En la segunda bendición hay que agradecer a HaShem por la tierra de Israel, recordar que esta es preciada, buena y amplia; recordar el pacto de la circuncisión y el estudio de la Torá. En la tercera bendición se debe recordar a Jerusalém, al Templo y al reino de David. En la cuarta bendición se debe mencionar una síntesis de su contenido.

En el caso de un niño, hay una edad en la que se le debe enseñar a cumplir con los preceptos («guil jinuj»), esto es cuando entiende, en términos generales, la cuestión del recitado de las bendiciones. La mayoría de los niños arriba a dicho momento alrededor de los seis años, edad en la que se le debe enseñar a recitar las bendiciones y en especial «Birkat Hamazón», que es las más importante de estas. Antes de ello, cuando tienen algún tipo de comprensión respecto de cómo recitar las bendiciones, es bueno comenzar a enseñarles a bendecir, empero aún no están preceptuados de hacerlo. Asimismo, niños que llegaron a la edad de «jinuj», pero aún les resulta difícil recitar «Birkat Hamazón» por completo en virtud de su extensión, es normativamente permitido conformarse con el recitado de una versión abreviada que incluye todos los fundamentos que deben ser mencionados hasta que llegue el momento en que el niño pueda recitar la versión completa. Empero, en la práctica, se suele acostumbrar a los niños a recitar desde el principio la versión completa.

06) Es preceptivo por la Torá bendecir después de haber quedado satisfecho, y por ley rabínica tras haber ingerido el equivalente a un «kazait»

Según la Torá, una persona debe recitar el «Birkat Hamazón» tras haber comido y quedado satisfecha, tal como está escrito (Devarim-Deuteronomio 8:10): «Y comerás y te saciarás y bendecirás«. Los sabios determinaron que una persona que comió un «kazait», por cuanto que disfrutó – que recite todo el «Birkat Hamazón». Nuestros sabios dijeron (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 20(B)) que los ángeles elevaron una queja ante D´s y argumentaron: «Amo del universo, en Tu Torá está escrito (Devarim-Deuteronomio 10:19): ‘HaShem… ante quien no hay favoritismo («Nosé Panim»), ni acepta soborno’ y ¿acaso Tú no actúas con favoritismo hacia el pueblo de Israel? Está escrito (Bamidbar – Números 6:26): ‘HaShem Dirija Su Presencia (‘Isá Panav’) hacia ti’. Les dijo ¿cómo no he de actuar con favoritismo (dirigir Mi Presencia) hacia Israel, si Yo en la Torá escribí ‘Y comerás y te saciarás y bendecirás a HaShem tu Dios’ y ellos son minuciosos y estrictos consigo mismo y bendicen por el equivalente de un «kazait«?

Si tras haber concluido de comer a una persona le surge la duda de si recitó o no «Birkat Hamazón», en caso de que esté satisfecho debe recitarlo dado que cuando se trata de una duda respecto del cumplimiento de un precepto originado en la Torá se debe adoptar la actitud más estricta. En caso de no estar satisfecho, dado que se trata de una duda respecto de un precepto de origen rabínico – no se recita (Shulján Aruj 184:4).

Si su compañero recuerda haberlo visto recitando «Birkat Hamazón» se puede respaldar en este y no volver a recitarlo (Maharsham 4:29). Asimismo, si la persona sabe que normalmente recita el «Birkat Hamazón» inmediatamente después de haber comido, aunque en el momento preciso no recuerde con exactitud si recitó o no, puede confiarse en su hábito y considerar que es muy probable que haya bendecido (según Sefer Halajot Ketanot 2:278, ver Kaf HaJaím 184:21).

Según la mayoría de los juristas, aunque haya comido solamente el equivalente a un «kazait» de pan, si ingirió también otros alimentos y la suma de todos estos lo llevaron a quedar satisfecho debe, de acuerdo con la Torá, recitar «Birkat Hamazón».

Por supuesto que las mujeres también están preceptuadas de recitar «Birkat Hamazón», empero surgió la duda de si el origen de este deber está en la Torá o en los sabios. Quizás en este, como en otros preceptos existe una diferencia entre el deber del hombre y el de la mujer por cuanto que en el caso del hombre se suele poner énfasis en el aspecto del deber y en el de la mujer se enfatiza más el aspecto voluntario. Empero toda la duda ronda en torno de si las mujeres están o no preceptuadas por la Torá de recitar «Birkat Hamazón», pero según los sabios es claro que lo están al igual que los hombres (Shulján Aruj 186:1, Mishná Berurá 187:9).

07) Agregados por Shabat y Fiestas

Nuestros sabios ordenaron mencionar en el «Birkat Hamazón» la santidad de los días sagrados en los cuales se ofrendaban sacrificios de Musaf en el Templo, pues la ingestión de alimentos en esos días difiere de la de los días comunes e implica más preceptos y más santidad, todo lo cual debe manifestarse en el formato de la bendición. En Shabat decimos: «Retzé Vehajalitzenu» («Que sea de Tu agrado fortalecernos»), en Yom Tov (Días de fiesta de la Torá), Jol HaMo´ed (días semifestivos de Pesaj y Sucot) y Rosh Jodesh (Novilunio) se dice: «Ya´alé Veiavó» («Venga a Ti el recuerdo»). Nuestros sabios establecieron que digamos el agregado en la bendición de «Boné Ierushalaim«, porque ella contiene un pedido de compasión y el agregado de nuestros sabios también lo incluye. En «Retzé Vehajalitzenu» pedimos tener el mérito de acceder a la santidad del Shabat, de cesar en nuestras actividades y descansar, así como también presenciar el consuelo de Sión y Jerusalém. En «Ya´alé Veiavó» pedimos a D´s que nos recuerde para bien, tenga compasión de nosotros y nos redima (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 49(A), Tratado de Shabat 24(A), Tosafot allí).

Cuando Yom Tov o Rosh Jodesh caen en Shabat decimos primero «Retzé Vehajalitzenu» pues el Shabat es más frecuente y sagrado, y luego se dice «Ya´alé Veiavó» (Shulján Aruj 188:5, Mishná Berurá 13).

En Janucá y en Purim, días en los que nuestros sabios estipularon que agradezcamos a HaShem por los milagros acaecidos se agrega «Al Hanisim» en la segunda bendición, por la tierra de Israel, ya que se trata de una bendición de agradecimiento.

En el caso de quien comenzó a ingerir «Seudá Shelishit» (la tercera comida de Shabat) antes de que se ponga el sol y terminó de hacerlo tras la salida de las estrellas -agrega «Retzé Vehajalitzenu» en su «Birkat Hamazón», ya que al haber comenzado a comer cuando aún era Shabat, fue durante Shabat que tuvo el deber de bendecir por la ingestión de los alimentos y por ende esto incluye el tener que agregar el texto en cuestión. Lo mismo ocurre en los demás días, si se comenzó a comer en un horario en el cual es obligatorio agregar algo al «Birkat Hamazón», aunque se concluya la comida tras la salida de las estrellas – se debe incluir el agregado que se tornó obligatorio al momento del inicio de la ingesta. Lo mismo aplica en sentido contrario, por ejemplo, quien comenzó a comer en un día común y terminó de hacerlo tras la salida de las estrellas siendo ya Rosh Jodesh, dado que continuó su ingesta más allá del horario de la salida de las estrellas -debe agregar «Ya´alé Veiavó» en el «Birkat Hamazón».

Los juristas debatieron respecto de qué se debe incluir en el «Birkat Hamazón» si Rosh Jodesh cae en la salida del Shabat y se continúa comiendo tras la salida de las estrellas. ¿Deberá mencionar únicamente Rosh Jodesh (Maguén Abraham 183:13), o solamente el Shabat (Ben Ish Jai, Iejavé Da´at 3:55), o acaso debe mencionar a ambos ya que el lapso de la comida une ambos días (Turei Zahav 7, Shulján Aruj HaRav 17)? Hay quienes acostumbran terminar la comida antes de la salida de las estrellas para salir de toda duda y agregar únicamente «Retzé». Según la opinión de mi maestro y rabino el Rav Tzví Iehuda Kuk, de bendita memoria, en caso de desear prolongar la comida más allá de la salida de las estrellas deberá agregar al «Birkat Hamazón» «Retzé y Ya´alé Veiavó» (Olat Reaiá I pág. 364).

08) El caso de quien olvidó agregar «Retzé» o «Ya´alé Veiavó»

Quien olvida agregar «Retzé» o «Ya´alé Veiavó» deberá actuar según lo que resulte obligatorio ingerir en la comida en cuestión, si se trata de una ingesta que requiere comer pan resulta que debería haber recitado «Birkat Hamazón» y mencionado el día. Dado que olvidó los aditivos debe volver a recitarlo. Si se trata de una comida que no requiere ingerir pan no es necesario que vuelva a recitar el «Birkat Hamazón». Por lo tanto, quien olvidó agregar «Retzé» en las dos primeras comidas de Shabat, por cuanto que debía haber ingerido pan -debe repetir el «Birkat Hamazón». Empero si olvidó mencionar «Retzé» en la tercera comida («Seudá Shelishit»), la cual a posteriori también se puede llevar a cabo en ausencia de pan, o si olvidó agregar «Ya´alé Veiavó» en Rosh Jodesh y en Jol HaMo´ed, días en los cuales no es obligatorio ingerir pan -no es necesario que repita «Birkat Hamazón» (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 49(B), Shulján Aruj 188:6-8, Pninei Halajá Shabat 7:6, ídem Zmanim 1:11).

Respecto de las comidas de Yom Tov, todos los juristas coinciden en que si se olvidó mencionar «Ya´alé Veiavó» en la comida de la primera noche de Pesaj y de Sucot -se debe volver a recitar «Birkat Hamazón», pues según todas las opiniones en esas noches es preceptivo ingerir matzá o pan. Sin embargo, existen diferencias de opinión respecto de las demás comidas de Yom Tov, pues hay juristas que entienden que en estas no es obligatorio ingerir pan. En la práctica, según la usanza de los ashkenazíes y parte de los sefaradíes si no se mencionó «Ya´alé Veiavó» en las comidas de Yom Tov se vuelve a recitar «Birkat Hamazón», empero según la usanza de parte de los sefaradíes no es necesario hacerlo.

En las comidas en las que es necesario volver a recitar, aunque apenas haya comenzado la cuarta bendición de «HaTov Veameitiv» debe regresar al principio del «Birkat Hamazón» para recitarlo correctamente. No es suficiente con regresar al principio de la tercera bendición, «Rajem», pues quien ya inició el recitado de la cuarta es considerado como que concluyó el recitado del «Birkat Hamazón» de acuerdo con la Torá y si no cumplió con su deber por haber omitido un párrafo que debía recordar – debe volver a comenzar desde el principio (Shulján Aruj 188:6, Be´ur Halajá ‘לראש’).

En caso de haber recordado que olvidó agregar «Retzé» o «Ya´alé Veiavó» antes de comenzar la cuarta bendición de «HaTov Vehameitiv», nuestros sabios establecieron una versión de bendición complementaria a recitar antes de comenzar la cuarta. Incluso en una situación en la cual quien olvidó agregar y no debería volver a recitar «Birkat Hamazón», nuestros sabios estipularon que igualmente recite la bendición complementaria. Quien desconoce el texto de la bendición complementaria no cumple con los agregados de «Retzé» y «Ya´alé Veiavó» anteriores a «HaTov Vehameitiv» y en caso de que se trata de un agregado obligatorio e indispensable habrá de retornar al principio del «Birkat Hamazón» (Turei Zahav, Mishná Berurá 17, ver Beur Halajá).

Cuando se olvida recitar «Retzé» o «Ya´alé Veiavó» y ya se comenzó con la bendición de «HaTov Vehameitiv» y desde el punto de vista estrictamente halájico ya no se está en el deber de repetir el «Birkat Hamazón», algunos juristas escribieron que es mejor que la persona agregue lo que olvidó decir dentro de los pedidos especiales que comienzan con «HaRajamán». Asimismo, quien olvidó agregar «Al HaNisim», cuya omisión no es motivo para volver a recitar «Birkat Hamazón», es correcto decirlo dentro de los pedidos de «HaRajamán», pues allí la persona puede agregar todos los agradecimientos que desee (Ramá 682:1, Mishná Berurá 4, Pninei Halajá Zmanim 11).

09) Aguas finales («Maim Ajaronim»)

Nuestros sabios dijeron que es obligatorio el lavado de las manos antes de «Birkat Hamazón». A esta ablución se la denomina «Maim Ajaronim». El motivo de esta radica en que en el pasado se empleaba sal de Sodoma con la comida y su contacto con los ojos podía llegar a enceguecer (Talmud Babilonio Tratado de Julín 105 (A) y (B)). Además, nuestros sabios dijeron que existe un precepto de abluir las manos previo al «Birkat Hamazón» a los efectos de santificarlas de cara al recitado de la bendición, pues resulta impropio hacerlo con las manos sucias de restos de alimentos (Talmidei Rabenu Ioná y Rosh de acuerdo con Berajot 53(B)). Si bien es obligatorio realizar la ablución de «Maim Ajaronim» no se recita bendición alguna por esta, ya que la razón principal de su institución fue el evitar un riesgo y no se bendice por evitarnos una situación peligrosa.

Según la opinión de los Tosafistas, en la actualidad no es obligatorio hacer «Maim Ajaronim» ya que no empleamos una sal que ponga en riesgo los ojos. Además, algunos de los principales juristas de las últimas generaciones (Ajaronim) sostienen que ni siquiera se trata de una acción preceptiva pues actualmente comemos empleando cubiertos y nuestras manos no se ensucian con los alimentos, por lo que no hay necesidad de lavarlas antes de «Birkat Hamazón».

En la práctica, a pesar de que la opinión mayoritaria de los juristas indica que también en nuestros días se debe abluir con «Maim Ajaronim», muchos suelen adoptar una actitud más flexible, y entre ellos grandes eruditos y mujeres piadosas. Esto obedece a que «Maim Ajaronim» es de origen rabínico y la regla indica que en caso de duda respecto de una norma de este origen se opta por la postura más flexible. Empero quien tiene sucias las manos y de todas maneras tiene la intención de lavarlas -debe hacerlo previo al «Birkat Hamazón» (Shulján Aruj 181:1 y 10).

Los maestros cabalistas agregaron un motivo suplementario, basado en las enseñanzas místicas, y sostienen que por medio de «Maim Ajaronim» se retiran los restos impuros del alimento que quedaron adheridos a las manos y son la parte del «Sitra Ájara» («fuerzas negativas»). Al retirarlos, la persona queda exenta de su acusación ante las Cortes Celestiales (Zohar II 154:2, Zohar Jadash Rut 106:2) y por ello, quienes actúan de acuerdo con la Cabalá cumplen con cuidado y excelencia la ablución de «Maim Ajaronim». Empero, dado que su costumbre es de origen cabalística, esta actitud estricta no recae sobre las mujeres por lo que en muchas familias solamente los hombres realizan esta ablución.

10) Reglas referentes a las Aguas Finales («Maim Ajaronim»)

Quienes acostumbran realizar «Maim Ajaronim» deben abluir solamente dos falanges de los dedos y en el caso del dedo pulgar una sola. Esto obedece a que por encima de las dos primeras falanges no suele llegar suciedad de los alimentos (Shulján Aruj 181:4). Hay quienes realizan esta acción con excelencia y abluyen la totalidad de los dedos (Beur Halajá ‘עד’, Kaf HaJaím 17).

Todas las reglas que resultan indispensables al abluir las manos previo a la ingestión del pan no aplican a «Maim Ajaronim», por lo que no es necesario realizar esta ablución por medio de un recipiente, sino que a priori se puede verter agua de la canilla directamente sobre los dedos. No hay una cantidad específica de agua que deba emplearse, lo principal es que se limpie la suciedad de las manos de las dos primeras falanges de los dedos.

No se realiza «Maim Ajaronim» con agua sumamente caliente pues al hacerlo con un poco de agua tal como se acostumbra, impregnan las manos de la suciedad (ver Shulján Aruj 181:3).

Al momento de abluir los dedos es necesario colocarlos verticalmente para que el agua descienda a través de estos y retiren la suciedad (Talmud Babilonio Tratado de Sotá 4(B). Shulján Aruj 181:5). Es correcto secar los dedos previo al inicio de la bendición (Shulján Aruj 181:8, Mishná Berurá 19).

No se abluyen los dedos directamente sobre el suelo pues nuestros sabios dijeron que los dedos poseen fuerzas negativas («Ruaj Ra´á») que pueden resultar dañinas por lo que la ablución debe llevarse a cabo sobre un recipiente y luego verter el agua en la pileta o fregadero o cualquier otro sitio por donde no pasan personas. A priori, se pueden abluir los dedos con la llave o canilla directamente sobre la pileta o fregadero y así acostumbran hacer muchas personas. Quienes acostumbran abluir sus dedos sobre un recipiente, a priori suelen retirarlo de la mesa o cubrirlo antes de comenzar el «Birkat Hamazón».

Tras la ablución de «Maim Ajaronim» es menester apresurarse en comenzar a recitar el «Birkat Hamazón» de inmediato, ya que nuestros sabios dijeron (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 42(A)): «Ni bien se abluye las manos se bendice». A priori no se debe interrumpir hablando entre la ablución y el recitado de la bendición ni siquiera tratándose de palabras de Torá. Tampoco se debe andar sin propósito o necesidad una distancia superior a los veintidós codos (unos once metros) o permanecer en silencio más que el tiempo que lleva andar esos veintidós codos (ver Mishná Berurá 179:1-2, Beur Halajá allí, y 181:15 y 24).

11) Costumbres vinculadas al recitado del «Birkat Hamazón»

Es correcto no retirar ni el mantel ni el pan de la mesa hasta haberconcluido el «Birkat Hamazón» pues dejar pan sobre la mesa es una muestra clara de que HaShem nos ha brindado alimentos en abundancia y de esa forma el agradecimiento y la alabanza a D´s son expresados de un modo completo. Además, se debe posponer el retiro del pan de la mesa a los efectos de que si se presenta una persona pobre se le pueda dar un trozo. Dijeron nuestros sabios que todo aquel que no deja pan sobre la mesa durante el recitado de «Birkat Hamazón» no ve señal de bendición en su quehacer pues al prepararse para poder compartir su pan con el pobre HaShem le prodiga también de Su bien. Asimismo, cuando una persona deja parte de su pan demuestra estar satisfecho y contento con la porción que le tocó pudiendo conformarse con menos de lo que HaShem le concedió y una persona así es digna de ser bendecida. Empero quien consume todo su pan demuestra no estar conforme con la porción que le tocó en suerte y todo cuanto se le dé, lo acabará y pedirá aún más y alguien así no es digno de ser bendecido.

En caso de haber terminado todo el pan durante la comida es bueno traer otro para que esté sobre la mesa durante el «Birkat Hamazón». Empero, si sobró algo de pan de la comida no es necesario traer más, pues ello se asemeja a la costumbre pagana de traer una hogaza de pan tras concluida la comida en honor a sus dioses. A priori, es preferible que sobre la mesa haya abundante pan de modo tal que sobre hasta el recitado de la bendición (Shulján Aruj 180:1-2, Turei Zahav 1, Mishná Berurá 5).

Quien come fuera de su casa y en caso de dejar restos de pan deberá arrojarlos a la basura, que deje solo pequeñas migas que de todas formas han de caer mientras come y las cuales no habrá de ingerir a los efectos de demostrar que comió y sobró.

Además del pan, se acostumbra dejar sal sobre la mesa para el «Birkat Hamazón», empero no hay halajá dictada respecto de los platos y los utensilios usados así como de los restos de los demás alimentos. Hay quienes actúan con excelencia y los retiran de la mesa para que esta esté limpia en honor al «Birkat Hamazón» (Levush, ver Ben Ish Jai Shelaj 2).

Algunos de los juristas medievales (Rishonim) escribieron que se acostumbra cubrir el cuchillo filoso o retirarlo de la mesa al momento de recitar «Birkat Hamazón» ya que esta se asemeja al altar del Templo, y tal como dijeron nuestros sabios (Talmud Babilonio Tratado de Jaguigá 27(A)), en la actualidad, al carecer de altar para ofrendar sacrificios expiatorios, la mesa alrededor de la cual se recibe invitados actúa como expiación para la persona. Asimismo, se nos ordenó no blandir espada (hierro) alguna sobre las piedras del altar del Templo (Shemot-Éxodo 20:22), ya que es inapropiado colocar aquello que acorta la vida del ser humano (espada / hierro) sobre aquello que la prolonga (el altar). De igual forma, no corresponde colocar un cuchillo que puede llegar a cercenar una vida humana sobre la mesa que está destinada a prolongar la vida y alrededor de la cual se come y se bendice. Se acostumbra retirar el cuchillo precisamente al momento de recitar «Birkat Hamazón» por cuanto que la bendición alude a la cualidad de jesed o de benevolencia mientras que el cuchillo alude a la cualidad del din o rigor. Empero en Shabat y Yom Tov muchas personas no ponen énfasis en esto por cuanto que al tratarse de días imbuidos de santidad y bendición, no hay razón para temer que los cuchillos sobre la mesa puedan resultar una mala señal (ver Beit Iosef Shulján Aruj 180:5, Shulján Aruj HaRav 6).

12) El modo correcto y respetuoso de recitar «Birkat Hamazón»

Es necesario sentarse durante el recitado pues de ese modo es más fácil concentrarse. Incluso quien haya comido de pie o mientras camina dentro de su casa -debe sentarse para el «Birkat Hamazón». No ha de recostarse mostrando así soberbia y falta de respeto, sino que es menester sentarse respetuosamente. A posteriori, si recitó el «Birkat Hamazón» de pie, caminando o recostado cumplió igualmente con su deber (Shulján Aruj 183:9).

Hay quienes realizan este precepto con excelencia y se colocan el saco o chaqueta y el sombrero en honor al «Birkat Hamazón» (Mishná Berurá 183:11). Empero quien no acostumbra vestir traje o sombrero, hacerlo para el recitado -no se le considera una excelencia en el cumplimiento del precepto.

Está prohibido realizar labores durante el recitado de la bendición, incluso algo nimio como acomodar el plato que tiene en frente, a los efectos de no distraerse. Además, quien realiza cualquier acción con sus manos durante el recitado demuestra que no está concentrado, lo cual es una afrenta al Honor Celestial y un desprecio hacia la bendición (Shulján Aruj 183:12, 191:3).

Obviamente que está prohibido interrumpir el «Birkat Hamazón» conversando y hay quien dice que la persona que habla a propósito en medio del recitado a los efectos de interrumpirlo – perdió todo lo que ya dijo y debe comenzar nuevamente a decirlo desde el inicio (Maguén Abraham). Empero en la práctica, a posteriori, si interrumpió el recitado hablando en medio del «Birkat Hamazón» -deberá continuar desde el sitio de la interrupción hasta terminar la bendición (Mishná Berurá 183:25).

Asimismo, está prohibido insinuarle algo a otra persona mediante un gesto en medio del recitado del «Birkat Hamazón». En caso de que haya algo en el lugar que le dificulte concentrarse en el recitado, deberá interrumpir y le señalará a su compañero que lo retire. En caso de haber ingresado al sitio un erudito de la Torá, puede ponerse de pie en su honor.

Quien comió mientras caminaba a causa de que tenía prisa podrá recitar el «Birkat Hamazón» caminando ya que si se ha de detener estará preocupado por la pérdida de tiempo que ello le reporta y no podrá concentrarse adecuadamente (Shulján Aruj 183:11, Mishná Berurá 36). Quien maneja un automóvil y es un chofer experimentado de modo tal que el tráfico no le resulta un agobio, en caso de necesidad – podrá recitar el «Birkat Hamazón» mientras maneja (ver Sha´arei Teshuvá 64:4). El resto de los pasajeros del automóvil pueden a priori bendecir durante el viaje.

13) Bendecir en el sitio donde se come (cuáles alimentos requieren que se bendiga por ellos allí donde fueron ingeridos)

En virtud de la importancia del «Birkat Hamazón» nuestros sabios establecieron que se recite allí donde se comió. A priori, se lo debe recitar en el asiento que ocupó durante la ingesta y en caso de necesidad, mientras permanezca en la misma sala, se considera que bendijo donde comió. A priori, está prohibido salir de la sala donde se comió antes de haber recitado el «Birkat Hamazón» aunque se tenga la intención de regresar.

En caso de haber olvidado recitar el «Birkat Hamazón» y haber salido, o si se equivocó al pensar que está permitido recitarlo en otro sitio, aunque haya viajado ya una gran distancia debe regresar al sitio donde comió para recitarlo. En caso de tener consigo algo de pan, en vez de regresar al sitio donde comió podrá abluir las manos, bendecir «Hamotzí», comer algo del pan y luego recitar el «Birkat Hamazón», ya que al haber también comido allí resulta que recita el «Birkat Hamazón» en el lugar de la ingesta. En caso de gran necesidad, si no trae consigo pan y le resulta engorroso regresar al sitio donde comió -podrá recitar el «Birkat Hamazón» fuera de lugar (Shulján Aruj 184:1-2).

Hay quienes dicen que solamente en el caso del pan es necesario recitar la bendición final allí donde se lo comió (Rashbá). Y en opinión de muchos juristas, todos los productos elaborados a base de los cinco cereales requieren de bendición «in situ», pues todo aquel que debe recitar como bendición final «Al Hamijiá» debe hacerlo allí donde ingirió el alimento (Rif, Tosafot y Rosh). Hay quienes adoptan una actitud más estricta y aplican este principio a todos los productos incluidos en las siete especies con las que la tierra de Israel fue bendecida, por lo que todo aquel que debe recitar la bendición de «Me´ein Shalosh» debe hacerlo allí donde ingirió el alimento (Rambám).

A priori, se debe recitar también «in situ» la bendición de «Boré Nefashot», porque se teme que en caso de irse pueda olvidarse de bendecir (Mishná Berurá 178:36). Empero en el caso de las siete especies y muy especialmente en el de los cinco cereales, corresponde adoptar una actitud estricta y regresar al sitio de la ingesta para recitar la bendición.

14) ¿Hasta cuándo se puede recitar la bendición?

La comida puede extenderse o prolongarse por varias horas, se puede interrumpir entre un platillo y otro por medio de palabras de Torá y de conversación, cantar t bailar y continuar comiendo pues mientras se tenga la intención de seguir comiendo – la primera bendición incluye lo que se va a comer y posteriormente «Birkat Hamazón» habrá de incluir todo lo ingerido. A priori, a los efectos de mantener la continuidad de la ingesta es mejor que no transcurran más de setenta y dos minutos sin comer ni beber. Una vez concluida la comida, se debe apresurar en recitar «Birkat Hamazón» y no habrá de ocuparse en cosa alguna antes de haberlo hecho.

A posteriori, si no recitó «Birkat Hamazón» de inmediato podrá hacerlo mientras dure la sensación de satisfacción por lo ingerido, esto es, mientras se siga sintiendo satisfecho por lo que comió. En caso de que le sobrevenga apetito, al punto de desear seguir comiendo – habrá perdido la oportunidad de bendecir. En general, no se siente apetito por varias horas después de haber comido. En caso de haber ingerido alimentos livianos durante la comida, la sensación de satisfacción suele durar unas dos o tres horas y en caso de haber ingerido alimentos pesados, la sensación de satisfacción puede durar unas seis horas. Quien se olvidó de recitar la bendición tras haber comido y pasaron ya varias horas y duda si siente ya apetito o no que recite «Birkat Hamazón» ya que como en un principio se había sentido satisfecho según la Torá debía recitarlo por lo que en caso de duda debe igualmente hacerlo. En caso de que resulte claro que nuevamente está con apetito o si pasaron ya seis horas – se perdió la oportunidad de recitar «Birkat Hamazón».

Si comió un poco de pan y no quedó satisfecho, mientras que disfruta aún de lo ingerido, esto es, mientras esté menos hambriento de lo que estaba antes de la ingestión en cuestión, puede aún recitar «Birkat Hamazón». Es difícil de calcular estas cuestiones por lo que aquella persona que comió menos de lo necesario para quedar satisfecho – debe apresurarse a recitar el «Birkat Hamazón» inmediatamente después de haber terminado de comer. A posteriori, si pasó ya una hora sin que haya bendecido, según todas las opiniones debe ingerir otro «kazait» de modo tal que pueda recitar «Birkat Hamazón». En caso de que no posea allí otro «kazait» de alimentos, mientras no hayan transcurrido 72 minutos desde que terminó de comer puede todavía recitar «Birkat Hamazón», pero después de pasado ese tiempo -que no lo haga. Solamente en el caso de que le resulte claro que aún está más satisfecho de lo que estaba antes de comenzar a comer, aunque hayan pasado ya 72 minutos -podrá recitar «Birkat HaMazón».

01) La lógica del «Zimún»

Tres personas que comieron juntas pan deben realizar zimún, esto es, agregar una bendición introductoria al «Birkat Hamazón». A los efectos de ampliar un poco respecto del significado del «Zimún», es menester explicar que la reunión de muchas personas posee una gran energía, la interacción y la retroalimentación mutua generan algo suplementario, superior a lo que detentan los individuos por separado. El grupo más pequeño consiste en tres personas, y cuando estas comen juntas, más allá del beneficio y del disfrute que obtienen de los alimentos, se despiertan además en su interior otros sentimientos y de esa forma su comida adquiere el carácter de evento social, y por ello el «Birkat Hamazón» que han de recitar debe también gozar de un estatus superior. En efecto, el «Birkat Hamazón» precedido de «Zimún» es más importante que aquel que no lo está, pues por medio de la unión de tres personas que bendicen juntas se lleva a cabo una consagración del Nombre Divino y la gloria celestial se intensifica. Está escrito (Tehilim – Salmos 34:4): «Exaltad a HaShem junto a mí y ensalcemos su Nombre juntos«. Efectivamente, tiene un valor especial el hecho de que una persona invite a quienes lo acompañan a ensalzar y engrandecer el Nombre de HaShem junto a ella, tal como está escrito (Devarim-Deuteronomio 32:3): «Pues al invocar el Nombre de HaShem – rendid grandeza a nuestro D´s» (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 45(A)).

Existen en el mundo doctrinas espirituales que sostienen que comer es una necesidad deleznable de la cual deberíamos avergonzarnos, y por ende, es mejor comer en soledad a los efectos de no poner de manifiesto semejante escarnio. Según esta posición, la práctica social de reunirse para comer es una costumbre detestable y desagradable, que adjudica al cuerpo y sus pasiones importancia ritual y destruye la capacidad del ser humano de desconectarse, aunque tan sólo un poco, de las cadenas de la materialidad. Empero según la perspectiva de la Torá, el aspecto corporal es negativo únicamente cuando está desconectado de los valores, mas cuando se come a los efectos de adquirir fuerzas, vitalidad y alegría para vivir una vida buena y plena de valores, la comida resulta ser algo positivo.

Sin embargo, es necesario esforzarse en lograrlo, pues, así como se puede enaltecer el acto de comer, de igual forma la gula puede arrastrar al hombre tras ella, hacerle olvidar su objetivo y denigrar su vida. Para ello están destinadas las bendiciones, para recordarle a la persona a quién pertenece el alimento que ingiere, y para que de esa forma entienda su lugar y su misión en el mundo.

Cuando una persona come en compañía de más gente, la ingesta se ve acompañada de sentimientos mucho más intensos. Es así que vemos cómo una buena comida puede estrechar los lazos de amistad entre compañeros y familiares, e incluso puede ser un lugar adecuado para generar cercanía entre personas distantes. Por otra parte, una comida en la cual la dinámica personal no es buena puede despertar sentimientos negativos e intensificar disputas. Dado que la comida en grupo tiene un peso mayor, las bendiciones habituales que alcanzan para elevar la ingesta individual no son suficientes para el grupo y por ello se debe potenciar el «Birkat Hamazón» por medio del agregado de la bendición del «Zimún».

Es menester agregar, que el sentimiento de cohesión que surge de una comida puede hacer de sustituto a los valores sagrados y de esa forma acentuar en exceso el aspecto material de la vida. Por esta razón, cuando tres personas comen juntas deben decir palabras de Torá. Tal como enseña Rabí Shimón (Pirkei Avot 3:3): «Tres personas que comieron sobre una misma mesa y no dijeron sobre ella palabras de Torá, es como si hubiesen comido de las ofrendas de los muertos (es decir, de comidas ofrecidas ante idolatrías), tal como está escrito (Ishaiahu-Isaías 28:8): ‘pues todas las mesas están llenas de vómito y de heces y ningún lugar está limpio’. Empero tres personas que comieron sobre una misma mesa y dijeron sobre ella palabras de Torá es como si hubiesen comido de la mesa del Eterno Bendito Él, tal como está escrito (Iejezkel-Ezequiel 41:22): ‘Y me dijo: esta es la mesa que está delante del Eterno'».

En el caso de diez personas que comen juntas, se les agrega otra virtud, y es que pueden recordar el Nombre de HaShem en el «Zimún», tal como se explicará más adelante (halajá 5).

02) El precepto de hacer «Zimún» cuando se come en grupo

¿Cuándo deben los comensales realizar «Zimún»? Cuando se pusieron de acuerdo para comer juntos, por ejemplo, si se dijeron unos a otros ‘comamos juntos’ o ‘vayamos a comer en tal o cual lugar’. Y aunque no se hayan dicho nada, mas resulta claro que habrán de comer juntos, como en el caso de una familia que cena junta o buenos amigos que comen juntos, es como si hubiesen acordado hacerlo y deben recitar «Zimún». La señal de que se trata de una comida grupal, es que si uno de los participantes se ha de retirar en medio de esta sin motivo justificado, ello será considerado como una conducta reñida con los buenos modales, por cuanto que habían fijado comer juntos y cómo es posible que éste decida abandonar imprevistamente al grupo.

Incluso si hay sólo dos personas que comenzaron a comer y luego se les suma un tercer comensal con la intención de permanecer con ellos hasta el final de la comida – deben recitar «Zimún».

Existe una situación intermedia en la cual es preceptivo mas no es obligatorio recitar «Zimún», y es cuando hay relación entre los comensales, es decir que  comen juntos y conversan un poco entre sí sin haber fijado hacerlo y en caso de que uno de ellos se retire en la mitad no se considerará su conducta como inapropiada. En un caso así las personas no están obligadas a recitar «Zimún», empero de hacerlo, estarán cumpliendo un precepto. Cuando no hay relación alguna entre los comensales, como en el caso de un restaurante en el cual se sientan en mesas separadas, no se suman para el «Zimún».

En una yeshivá u otra institución pública en la cual las personas llegan al comedor para comer a una hora fija, en caso de haber un grupo de compañeros que cuidan de comer siempre juntos al punto de que si uno de los mismos se retira en la mitad de la comida se lo considerará como una conducta inadecuada – deben realizar «Zimún». Quienes no cuidan de sentarse siempre junto a los mismos amigos y comenzar juntos a comer, si uno de ellos se retira en la mitad su conducta no se considerará grosera, pues estos se encuentran en una situación intermedia y no están obligados a recitar «Zimún», empero de hacerlo cumplen con un precepto. En caso de que acostumbren siempre a recitar «Zimún», esta práctica habitual los transforma en una suerte de grupo y por ello parece ser que deben hacerlo. Empero quien a priori quiso apresurarse y no depender de los demás que están sentados a la mesa a su lado ya que decidió para sus adentros que no habría de sumarse a ellos, puede recitar «Birkat Hamazón» sin «Zimún» previo.

Todo esto se refiere a quienes están sentados en una misma mesa, empero quienes se sientan en diferentes mesas no se suman para el «Zimún» por carecer de contacto o relación entre sí. Sin embargo, cuando quienes están sentados en diferentes mesas contiguas hablan el uno con el otro pueden sumarse para recitar «Zimún».

En la comida de Shabat, en la cual los comensales suelen cantar juntos y escuchar juntos palabas de Torá, aunque estén sentados en diferentes mesas, se suman todos para el «Zimún». Si son diez las personas deben recitar el «Zimún» correspondiente a ese quorum. Lo mismo ocurre con la comida por un Brit Milá (circuncisión), «Sheva Berajot» (siete bendiciones nupciales), casamiento y similares, dado que todos acudieron a participar del mismo evento se considera que comieron juntos. Aunque en cada mesa haya menos de diez comensales, puesto que todos juntos son más de diez – deben recitar el «Zimún» correspondiente a esa cantidad (diez) (ver adelante 11).

Quienes comen mientras viajan en un vehículo, si viajan como grupo – deben recitar «Zimún». Si cada quien come por separado y es pura casualidad que lo hayan hecho en el mismo sitio – no habrán de recitar «Zimún». En caso de haber establecido entre sí algún tipo de vínculo o relación es preceptivo mas no obligatorio que reciten «Zimún» (Shulján Aruj 193:3).

03) No se debe desarmar un grupo que tiene que recitar «Zimún» ni separarse del mismo

Dos personas que comen juntas que tienen la posibilidad de invitar a una tercera para que coma con ellos, es preceptivo que lo hagan para poder así recitar «Birkat Hamazón» con «Zimún» (Shulján Aruj 193:1, Mishná Berurá 7, ver en la halajá 10 con qué alimento o bebida el tercero se puede sumar para el «Zimún»).

Dado que es preceptivo recitar «Zimún», las tres, cuatro o cinco personas que deben hacerlo no pueden separarse, pues si así lo hicieran, pierden la oportunidad de recitar el «Zimún» y disminuyen la Gloria Celestial. Solamente si el grupo cuenta con seis personas podrán separarse en dos grupos de tres y en cada una de estos se podrá recitar «Zimún» separadamente. Asimismo, diez personas que comieron juntas no pueden separarse a los efectos de no perderse la mención del Nombre de HaShem en el «Zimún». En caso de encontrarse allí veinte personas podrán dividirse en dos grupos ya que ambos podrán recordar el Nombre de HaShem (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 50(A), Shulján Aruj 193:1).

Tres personas que comieron pan juntas y se equivocaron recitando el «Birkat Hamazón» sin previo «Zimún», perdieron la oportunidad de hacerlo. Incluso si sólo dos de las personas se equivocaron y bendijeron sin recitar «Zimún» – perdieron la oportunidad de hacerlo. Empero si sólo una de las personas se equivocó y recitó «Birkat Hamazón» sin previo «Zimún», si bien se perdió la oportunidad de cumplir con un precepto, dado que quedaron dos personas que aún no bendijeron y deben todavía recitar «Zimún», podrán sumar a este último (que olvidó recitarlo) dado que comió con ellas y por lo tanto puede responder «Baruj Sheajalnu Misheló» («Bendito sea Él que de lo suyo comimos») y sumarse al «Zimún» (Shulján Aruj 194:1).

Tres personas que comieron juntas, dos de ellas terminaron y quieren recitar «Zimún» y bendecir y la tercera desea continuar comiendo, esta última debe interrumpir su ingesta y sumarse a los dos primeros en el «Zimún» y posteriormente podrá continuar comiendo y al terminar podrá recitar solo el «Birkat Hamazón». Si bien a priori es preceptivo que el «Zimún» se recite contiguo al «Birkat Hamazón», por tratarse de una preparación para bendecir, en caso de haberse sumado a los dos que ya terminaron de comer se verá en la necesidad de bendecir luego separadamente del «Zimún». De todas maneras, dado que el precepto de recitar «Zimún» se cumple también cuando no se recita junto al «Birkat Hamazón», es menester que sea considerado con la mayoría y se sume al «Zimún». En caso de obstinarse en no sumarse a los dos que ya terminaron de comer, igualmente ellos pueden recitar el «Zimún» contándole en el quorum y en caso de no responder, este se perderá de cumplir con su precepto, empero los dos lo habrán cumplido ya que el tercero se encontraba presente durante el «Zimún», por lo que al margen de su voluntad – igualmente se adiciona a los dos tal que sumen tres.

Si uno desea terminar de comer y separarse del grupo y dos desean continuar comiendo, el primero no puede imponer a sus compañeros el recitado del «Zimún» previo a que terminen de comer; deberá permanecer allí hasta que culminen, reciten «Zimún» y bendigan juntos. Esta es la regla general: se sigue siempre a la mayoría, o sea si comían cinco personas se sigue a tres de ellas. En caso de haber más de diez la mayoría determina si se bendice o se continúa comiendo (Shulján Aruj 200:1).

Si la persona que desea recitar el «Zimún» es el padre o el rabino de los comensales, estos deben honrarlo y sumarse a su «Zimún» (Birjei Iosef 200:2).

Si bien aprendimos que dos personas no están obligadas a tomar en cuenta a una sola persona que desea terminar de comer y recitar «Zimún», es una práctica bondadosa tomarlo en consideración, sumarse al «Zimún» y posteriormente continuar comiendo. Empero si la persona en cuestión se quiere retirar de la mesa antes del final de la comida mostrando una conducta atrevida e insolente, entonces la mayoría no está obligada a tomarlo en consideración, por lo que esta persona debe permanecer en la mesa, esperar a que la mayoría termine de comer y recién entonces recitar «Zimún». En caso de que las dos personas ya hayan terminado de comer, aunque tengan en mente permanecer allí un tiempo más, no tienen derecho a demorar al tercero y deben sumarse al «Zmún» (Beur Halajá 200:1 ‘עד’. Ver en la halajá 11 en qué situaciones sele permite a la persona bendecir sin recitar «Zimún»).

04) ¿A quién le corresponde dirigir el recitado del «Zimún»?

Es una gran mitzvá ser la persona que dirige el recitado del «Zimún», tal como nos cuenta el Talmud Babilonio (Tratado de Berajot 53(B)) que Rav Huna dijo a su hijo ´si te honran para dirigir el «Zimún» sobre una copa de vino aprópiate de ese precepto, no lo dejes pasar y recita el «Zimún»´. El invitado debe tener especial cuidado en que si es convidado a dirigir el recitado del «Zimún» con una copa de vino no rechazar el ofrecimiento, ya que en su bendición debe incluir una suplementaria para el dueño de casa y en caso de declinar está renunciando a la posibilidad de bendecir al anfitrión. Nuestros sabios dijeron (ídem 55(A)) que quien declina de recitar la bendición sobre una copa de vino provoca que se acorten sus días y sus años. En caso de que el «Zimún» sea sin copa de vino, es igualmente de gran importancia y necesario apremiarse en cumplir con el precepto y corresponde que el invitado no decline a recitarlo (Shulján Aruj 201:3). Por otra parte, una persona no debe perseguir los honores y por ello si sus amigos no lo honran con el recitado del «Zimún», no debe precipitarse a hacerlo contra la voluntad de los presentes.

Cuando entre los comensales se encuentra un erudito de la Torá es preceptivo honrarlo con el recitado del «Zimún». Asimismo, de haber presente un cohen también es preceptivo honrarlo con el «Zimún», ya que nuestros sabios aprenden (Talmud Babilonio Tratado de Guitín 59(B)) de lo escrito en la Torá (Vaikrá – Levítico 21:8): «y lo santificarás» – es preceptivo anteponer al cohen para toda cuestión vinculada con la santidad (Maguén Abraham 201:4). En caso de haber en el lugar un erudito de la Torá y un cohen que no es erudito – el primero precede al segundo. El erudito tiene prohibido rebajarse ante el cohen pues el honor de la Torá antecede al del sacerdocio (Talmud Babilonio Tratado de Meguilá 28(A)).

Empero, de resultar claro que el erudito es aquel que es digno de ser honrado, este tiene permitido cederle el «Zimún» al cohen. Esto también es así cuando el cohen es un erudito, mas el iehudí que es Israel lo es aún más, y si bien la grandeza en la Torá precede a los demás criterios, en un caso así, si el más erudito quiere honrar al cohen con el «Zimún» – esta acción implica un grado importante de generosidad -´midat jasidut´- (Tosafot allí, Ramá 167:14, Mishná Berurá 71). Asimismo, está permitido al sabio decir que honren con el «Zimún» a otra persona a los efectos de enseñarle y motivarle (Shulján Aruj 201:1-2).

Además, nuestros sabios dijeron (Talmud Babilonio Tratado de Sotá 38(B)) que «no se le otorga la copa de vino para recitar la bendición sino a quien posee un buen ojo», esto es, a una persona que detesta el cohecho y es generosa con su patrimonio (Rashí). Esto obedece a que no es una persona envidiosa, se alegra con el bienestar de las demás creaturas y por ende habrá de tener una intención benigna durante el recitado del «Birkat Hamazón» y especialmente durante la bendición que le toca recitar al invitado. Por lo general, un erudito de la Torá se supone que es también poseedor de buen ojo.

Cuando los comensales son huéspedes o invitados del anfitrión, se acostumbra adjudicar el «Zimún» a uno de los primeros, aun cuando el anfitrión sea el más sabio de entre los presentes. Esto se debe a que en el pasado quien dirigía el «Zimún» recitaba en voz alta todo el «Birkat Hamazón» y las demás personas tenían la intención de cumplir con su deber de bendecir respondiendo a este recitado. Quien realizaba el «Zimún», al llegar a la bendición para el anfitrión la recitaba también en voz alta. Hoy en día que cada persona recita la bendición individualmente cabe otorgarle al invitado el rol de recitar el «Zimún» para que recite la bendición correspondiente al anfitrión («Birkat Haoreaj») en voz alta y los demás comensales puedan responder «Amén».  Empero, en caso de así quererlo el dueño de la casa, puede tomar para sí el precepto de recitar el «Zimún» y algunos grandes eruditos han llevado a cabo esta práctica. Mas si uno de los invitados es un erudito de la Torá y el dueño de la casa no lo es, corresponde honrar al erudito con el «Zimún». De todas maneras, aun cuando el invitado no es quien dirige el recitado del «Zimún», es bueno que diga en voz alta la bendición al anfitrión o «Birkat Haoreaj», para que los demás comensales puedan responder «Amén».

Corresponde destacar que numerosos invitados de entre los oriundos de países europeos (Ashkenaz) acostumbran a contentarse con una breve bendición: «Harajamán Ievarej et Ba´al Habait Hazé» («El Eterno bendecirá al dueño de esta casa»). Muchos juristas se preguntaron sorprendidos el por qué no recitan el formato de la bendición pormenorizada redactada por nuestros sabios (Lejem Jamudot, Mishná Berurá 201:5, tal como se lee arriba 4:2). Es más correcto que también las personas de origen ashkenazí reciten la versión mencionada de la bendición del invitado o «Birkat Haoreaj», y corresponde que este se imprima en todos los libros de bendiciones o «birkonim».

05) La versión – ´nusaj´- del «Zimún»

Así es el precepto del «Zimún», quien dirige el recitado dice a sus compañeros: «Nevarej Sheajalnu Misheló» («Bendigamos a aquél que de lo Suyo hemos comido») y ellos responden: «Baruj Sheajalnu Misheló Ubetuvó Jaínu» («Bendito sea Él que de lo Suyo hemos comido y por cuya bondad vivimos»). Acto seguido, quien dirige el «Zimún» dice tras estos: «Baruj Sheajalnu Misheló Ubetuvó Jaínu» («Bendito sea Él que de lo Suyo hemos comido y por cuya bondad vivimos»). Entonces comienzan a recitar el «Birkat Hamazón».

Se acostumbra que previo al «Zimún» en sí, quien lo recita convoca a los presentes a participar de la bendición diciendo: «Hav Lan VeNivrij» («Bendigamos») o «Rabotai Nevarej» («Señores míos bendigamos»). Dado que los sabios no establecieron el formato o la redacción de modo definitivo existen variantes entre las diferentes usanzas (Mishná Berurá 192:2, Kaf HaJaím 2).

Se considera que la Divina Presencia reposa entre diez judíos que comieron juntos, por eso en este «Zimún» se menciona el Nombre de D´s. Quien dirige el «Zimún» dice: «Nevarej Eloh-einu Sheajalnu Misheló Ubetuvó Jaínu» («Bendigamos a nuestro D´s que de lo Suyo hemos comido y por cuya bondad vivimos). Este a su vez responde: «Baruj Eloh-einu Shejalnu Misheló Ubetuvó Jaínu» («Bendito sea D´s que de lo Suyo hemos comido y por cuya bondad vivimos»). Si tanto quien dirige el «Zimún» como los demás comensales olvidaron de mencionar el Nombre de D´s habrán cumplido con el deber de recitar «Zimún» mas perdieron la recordación del Nombre (Shulján Aruj 192:1-2).

Muchos cumplen con excelencia, acostumbrando a elevarse un tanto al mencionar el Nombre de D´s, empero esto no es obligatorio.

Quien no comió y escuchó a quien dirige el «Zimún» decir: «Nevarej Sheajalnu Misheló», responde tras este «Baruj Umevoraj Shemó Tamid Leolám Vaed» («Bendito y bendecido sea Su Nombre por siempre»), ya que no corresponde que una persona escuche a sus compañeros recitar «Zimún» y se mantenga al margen sin participar de la alabanza a D´s. Si el «Zimún» era en un quorum de diez personas quien no comió responde: «Baruj Eloh-einu Umevoraj Shemó Tamid Leolam Vaed» («Bendito sea nuestro D´s y bendecido Su Nombre por siempre»). En caso de no haber oído a quien dirige el «Zimún» convocar a los comensales a bendecir y solamente escuchó a estos responder: «Baruj Sheajalnu Misheló Ubetuvó Jaaínu» deberá responder tras estos «Amén» (Shulján Aruj 198:1). Asimismo, habrá de responder nuevamente «Amén» cuando quien dirige el «Zimún» repita lo dicho por los demás comensales (Mishná Berurá 198:4). Esto se debe a que el «Zimún» es considerado una bendición y todo aquel que escucha a su compañero recitar una bendición debe responder tras este «Amén». Sin embargo, aquellas personas que responden «Baruj Umevoraj» etc. no responden «Amén» tras sus compañeros ni tras quien dirige el «Zimún», por ser estos últimos socios o partícipes del recitado mismo de la bendición.

Quien ingirió un «kazait» o bebió un «reviít» y todavía no recitó la bendición final posterior a la ingestión, aunque no haya comido con los demás comensales, responde a todo el formato del «Zimún» pues él también puede decir «de lo Suyo hemos comido» (Mishná Berurá 198:1).

06) Quién dirige el «Zimún» y los comensales en el «Birkat Hamazón»

En los días de nuestros sabios, de bendita memoria, se acostumbraba que quien dirigía el «Zimún» recitaba todo el «Birkat Hamazón» en voz alta y los demás comensales se concentraban en su bendición y respondían tras este «Amén»; y de esa manera cumplían con su deber. A priori, así es preferible actuar pues al cumplir todos con su obligación por medio del recitado de una misma bendición se intensifica la Gloria Celestial. Empero los juristas medievales (rishonim) escribieron que por cuanto que a muchos se les dificulta concentrarse en las palabras de quien recita la bendición, es preferible que cada uno de los comensales recite por sí mismo el «Birkat Hamazón» junto a quien dirigió el «Zimún», ya que de esa manera se habrán de concentrar mejor en la bendición (Shulján Aruj 183:7, Mishná Berurá 27). Dado que de todas maneras quien dirige el «Zimún» no hace cumplir a los demás con su deber, muchos prefieren que cada quien bendiga para sí el «Birkat Hamazón» al ritmo que le resulta adecuado. De todas maneras, se considera cumplir con excelencia que quien dirige el «Zimún» recite primero todas las bendiciones en voz alta y los comensales reciten junto a este el «Birkat Hamazón» palabra por palabra, ya que de esa manera gozan de la virtud de «incrementar la Gloria del Rey en presencia de las multitudes del pueblo» («Berov Am Hadrat Melej»). Además, por lo general, de esta manera la concentración es mejor.

Los juristas han debatido el alcance del precepto de recitar el «Zimún», o sea, hasta dónde deben los comensales escuchar atentamente el recitado de quien lo dirige para cumplir así con su deber. Hay quienes sostienen que la bendición del «Zimún» concluye con «Baruj Sheajalnu Misheló Ubetuvó Jaínu«. Según esto, si bien es bueno que los comensales escuchen de quien dirige el «Zimún» la bendición de «HaZán» (la primera del «Birkat Hamazón» n. de t.) y la reciten junto a él en silencio, de todas maneras, aunque no hayan escuchado a este recitar la bendición cumplieron igualmente con su deber de «Zimún». Quien interrumpió en medio de la comida para sumarse al «Zimún» puede continuar comiendo inmediatamente después de haber respondido «Baruj Sheajalnu Misheló Ubetuvó Jaínu«. Esta es la usanza sefaradí (Rif, Rambám y Shulján Aruj 200:2).

Otros juristas opinan que el precepto del «Zimún» continúa hasta el final de la bendición de «HaZán» y así lo ordenaron las autoridades halájicas ashkenazíes. Según esta opinión, quienes participan del «Zimún» deben escuchar a quien lo dirige recitar la primera bendición y quien está en medio de su comida la interrumpe para sumarse al «Zimún» y puede volver a comer recién después de finalizada la bendición de «HaZán». Si quien dirige el «Zimún» no recitó la bendición de «HaZán» en voz alta, los comensales no cumplieron con el precepto del «Zimún» (Tosafot, Rosh, Ramá, Mishná Berurá 183:28, Ben Ish Jai Koraj 9).

En la práctica, a priori, se debe tener el cuidado de que quien dirija el «Zimún» recite en voz alta toda la bendición de «HaZán» y de encontrarse allí numerosos comensales, este deberá poseer una voz potente para poder ser oído por todos. A posteriori, si quien dirige el «Zimún» recitó la primera bendición en voz baja, los comensales cumplieron con el deber del «Zimún».

En caso de una comida con muchos participantes, en la cual es difícil para quien dirige el «Zimún» hacer oír su voz en ausencia de micrófono, es mejor utilizar uno para que todos puedan escucharlo y se sumen al «Birkat Hamazón» y de esa manera se vea incrementada la Gloria Celestial. De todas maneras, se debe recitar el «Zimún» con la voz más potente que se pueda para que la mayor cantidad posible de personas puedan escuchar su voz sin requerir de amplificación.

07) Mujeres en el «Zimún»

Las mujeres no se suman a los hombres para el recitado del «Zimún» de modo tal que de haber presentes dos hombres y una mujer – ésta no se cuenta con ellos dos a los efectos de generar la obligatoriedad del «Zimún». Esto obedece a motivos de recato, ya que el «Zimún» se genera a partir de una comida compartida con afecto entre amigos, la cual produce un gran acercamiento entre personas distantes y no corresponde que exista tal vinculación amistosa entre hombres y mujeres. Por lo tanto, nuestros sabios no establecieron un «Zimún» para hombres y mujeres juntos y no hicieron diferencia entre personas más o menos cercanas, por lo que incluso un padre con su hija y su yerno no suman quorum para «Zimún».

Empero de encontrarse allí tres hombres, dado que por su intermedio ya se generó el deber de recitar «Zimún», las comensales mujeres deben responder a este. Esto no afecta el recato, ya que las mujeres no son socias de los hombres en la generación del deber de recitar «Zimún» sino que se suman para responder a este. Es importante fortalecerse en el cumplimiento de esta halajá pues en numerosas ocasiones cuando en una comida familiar participan tres hombres y también mujeres, y a pesar que recae sobre las mujeres el deber del «Zimún», se suele olvidar de hacer participar a todas las damas del mismo.

Los sabios no establecieron como obligatorio el «Zimún» en el caso de tres mujeres que comieron juntas ya que no todas las mujeres sabían recitar correctamente el «Birkat Hamazón» y muchas se contentaban con el recitado de una versión abreviada expresado con sus propias palabras en vez de recitar el texto oficial, por lo que los sabios no desearon fijar el «Zimún» como una obligación suplementaria. A pesar de todo lo ante dicho, cuando tres mujeres se sientan a comer juntas es preceptivo que reciten «Zimún». Respecto de la norma que se aplica a las mujeres existe una única diferencia y es que, aunque sean diez no recitan «Zimún» con mención del Nombre de D´s pues esto se basa en las leyes del minián y los sabios no establecieron minián para mujeres (Shulján Aruj 199:6-7).

Si bien en la práctica muchas mujeres no acostumbraban a recitar el «Zimún», muchos de los grandes juristas escribieron que es correcto instarlas a que lo hagan. Y aunque se encuentren allí un hombre o dos, las mujeres no deben abstenerse de recitar «Zimún». Los hombres que allí se encuentren deben responder tras la mujer que dirige el «Zimún». Si los caballeros en cuestión ingirieron al menos un «kazait» o bebieron un «reviít», deberán responder conforme el texto regular del «Zimún». Si no ingirieron los alimentos suficientes deberán responder: «Baruj Umevoraj Shemó Tamid Leolam Vaed» (ver halajá 5).

08) Las personas no instruidas en cuestiones de Torá («Am Haaretz»)

En un principio nuestros sabios dijeron que los estudiosos de la Torá («Bnei Torá») no deben sumar para el «Zimún» a quienes no están instruidos en esta, en lo que fue en su momento una protesta de parte de nuestros sabios para con aquellos judíos que ni estudiaban Torá ni ayudaban a los eruditos, por lo que establecieron que no corresponde que los estudiosos compartan con estos una comida. No hay aquí – D´s no lo permita – la intención de separar entre los estudiosos y quienes no lo son. Si estos últimos desean acudir a estudiar Torá se les habrá de enseñar de buena gana, y en caso de que pidan ayuda es preceptivo actuar con ellos generosamente, siendo por supuesto contados para el minián. Empero el acercamiento afectuoso hacia ellos durante una comida, podría dar por tierra con la protesta llevada a cabo contra los «Amei Haaretz». Esto se debe a que la atmósfera parece liberarse y tornarse un tanto  abierta, y a veces incluye la ingestión de bebidas alcohólicas y no corresponde que los Bnei Torá se vinculen tanto a personas que no están conectadas a la Torá. Por ello, aunque hayan comido junto a él y sumen tres, dado que no corresponde que coman juntos no han de recitar el «Zimún» (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 47(B)). Empero si comieron juntos tres «Amei Haaretz» deben realizar «Zimún» (Meiri, Ritba, Beur Halajá 199:3, ‘מזמנין עליו’).

Empero más adelante, en días de los sabios medievales (rishonim) se dio la orden de no alejar a los no estudiosos de la Torá, pues de hacerlo estos formarían un marco propio por separado lo que los llevaría a alejarse aún más del camino de la Torá y los preceptos. Por lo tanto, no se diferencia entre la norma referente al «Zimún» y la referente al minián, y así como para el quorum del rezo se incluye a todo judío que desee sumarse aunque haya cometido trasgresiones graves en público como, por ejemplo, comer puerco u otras comidas prohibidas, de igual manera se incorpora a todo judío que así lo desee al recitado del «Birkat Hamazón» con «Zimún» de tres o de diez. Empero quien comete trasgresiones con el único propósito de desatar la ira de HaShem («over averot lehaj´ís»), como forma de protesta o desafío contra la Torá y quienes la observan, no corresponde sentarse a comer con él y por ende no se lo suma al «Zimún» (Shulján Aruj 199:3).

09) La incorporación de un niño al «Zimún»

Los sabios medievales y los de las últimas generaciones (ajaronim) debatieron respecto de si un niño se suma o no al «Zimún» (Beit Iosef 199:10).

En la práctica, según la costumbre de los ashkenazíes no se suma al niño para el «Zimún» y solamente a partir de que este llega a la edad de trece años se lo puede incorporar (Ramá 199:10).

Según la costumbre de los sefaradíes se suma al niño para el «Zimún» a condición de que entienda a quién se está bendiciendo y tenga al menos seis años. Por lo tanto, si comieron juntos dos adultos y un niño que entiende a quién se bendice, uno de los adultos habrá de recitar el «Zimún». Si comieron nueve adultos y un niño que entiende a quién se bendice, el adulto que recita el «Zimún» habrá de recordar el Nombre de D´s (Rabí Itzjak Bar Shehshet 451 tal como es citado por el Beit Iosef, Shulján Aruj 199:10).

10) Leyes referentes a la incorporación a un «Zimún» – en qué comidas y cuando

Siete personas que ingirieron pan y tres que comieron junto a estos «kazait» de frutas o verduras o incluso bebieron una cantidad equivalente a un «reviít» de cualquier bebida salvo agua – se suman al «Zimún» de diez pues estos tres quedan incluidos en la frase » que de lo Suyo hemos comido» y en su mérito será invocado el Nombre Divino. Si solamente seis ingirieron pan, dado que estos no conforman una mayoría significativa recitarán «Zimún» sin recordar el Nombre Divino (Shulján Aruj 197:2).

Los sabios medievales debatieron respecto del «Zimún» de tres personas. Según Rambám solamente si tres personas comieron pan se suman al «Zimún». En opinión del Rif aunque dos hayan comido pan y el tercero «mezonot», este último se suma al «Zimún». Según el Rosh, aunque el tercero solamente ingiera frutas, verduras o alguna bebida que no sea agua – se suma al «Zimún». En la práctica, si dos personas comieron pan, a priori habrán de pedirle al tercero que coma con ellos pan o al menos «mezonot», y a posteriori, aunque haya también comido con ellos frutas o verduras o si bebió una bebida nutritiva habrán de recitar «Zimún» con él (Shulján Aruj 197:3).

Quienes se suman deben tener cuidado en recitar la bendición final por lo que ingirieron después del «Zimún», y si se equivocaron y la recitaron antes del «Zimún» – ya no podrán sumarse a este. Por supuesto que quien recita el «Zimún» debe ser uno de los que ingirió pan.

¿Hasta cuánto tiempo después, dos personas que ingirieron juntas pan pueden sumar a un tercero para el «Zimún»? Mientras no decidieron dar por terminada su comida y todavía se encuentran en un estado en el cual de traerse a la mesa un alimento que a ellos les gusta de sobremanera comerían del mismo aunque sólo sea algo. Esto se debe a que en una situación de este tipo se considera que no terminaron de comer por completo y en caso de llegar una tercera persona, si los dos comensales no tienen prisa, es preceptivo que esperen a que el tercero coma y pueda sumarse al «Zimún». Si bien en la práctica los dos primeros no habrán de comer junto al tercero, dado que podían haberlo hecho y habrán de esperarlo hasta que éste coma, se suman los tres para el «Zimún» (Shulján Aruj 197:1).

11) El caso de quien necesita salir antes del «Zimún», por ejemplo, en una comida nupcial

La obligación que pende sobre el individuo de permanecer junto a sus compañeros hasta el «Zimún» aplica a situaciones comunes, empero en caso de fuerza mayor o gran necesidad está permitido separarse del grupo y recitar «Birkat Hamazón» sin «Zimún». Por ejemplo, quien precisa salir para evitarse una pérdida económica a los efectos de cumplir con un precepto – puede recitar «Birkat Hamazón» sin «Zimún». En una situación así, se considera una práctica piadosa que sus compañeros se sumen a él y reciten «Zimún», especialmente cuando los demás comensales son dos, es bueno que se sumen a éste en el «Zimún» pues de no ser así se habrán de perder el cumplimiento del precepto.

Esta regla se aplica muy a menudo en las comidas nupciales, ya que suelen ser muy largas y a muchas personas se les dificulta permanecer hasta que estas finalizan. Hay quienes en virtud de estas prolongadas comidas se les habrá de dificultar levantarse al día siguiente para rezar o habrán de sentir cansancio en sus respectivos trabajos. Otras personas acostumbran a fijar sesiones de estudio por las noches y en caso de quedarse hasta el final de la comida nupcial habrán de perdérselas. Todas estas personas y sus similares tienen permitido recitar «Birkat Hamazón» sin previo «Zimún». Empero quien no está realmente necesitado de retirarse, por cuanto que participó junto a los demás durante la comida, es su deber quedarse hasta el «Zimún» y las siete bendiciones correspondientes al «Birkat Hamazón» de comida nupcial («Sheva Berajot»).

De todas maneras, quien sabe de antemano que se verá en la necesidad de salir antes de la finalización de la comida – es correcto que tenga en mente que si bien come junto a sus compañeros de mesa no ha de conformar un grupo con ellos. En este caso es bueno que avise a quienes se sientan junto a él que deberá retirarse antes del final y de ese modo no se verá en el deber de recitar «Zimún» y podrá recitar solo el «Birkat Hamazón», aun cuando no medie un motivo de gran necesidad. En caso de que sus compañeros de mesa deseen sumarse a él en el «Zimún» – que lo recite con ellos pues de hecho comió en su compañía a pesar de que no fijó que habría de comer con ellos hasta el final, y por lo tanto pueden sumársele.

12) Quién participó del recitado de un «Zimún», ¿podrá sumarse a otro?

Tres personas que comieron juntas y una de estas deseó recitar «Birkat Hamazón» y retirarse y sus amigos aceptaron sumársele al «Zimún», en caso de que luego llegue otra persona y coma con ellos y desee recitar «Zimún», no podrán sumársele por cuanto que ellos ya cumplieron con su deber de recitar «Zimún» y no se puede recitarlo dos veces en una misma comida.

Empero si una persona se suma a sus dos compañeros que deseaban retirarse y recitó junto a ellos «Zimún» y luego llegaron otros dos y comieron junto a él, podrá sumárseles a los efectos de recitar «Zimún», por cuanto que hay dos personas que aún no cumplieron con su deber de recitarlo y pueden entonces sumar a un tercero que comió junto a ellos. Empero esta persona que ya recitó el «Zimún» no puede ser quien guíe su recitado porque ya cumplió previamente con su deber. De esta forma, la persona que ya recitó «Zimún» puede sumarse a dos nuevos comensales, y luego a otros dos sucesivamente de manera ilimitada. Siempre que haya in situ dos personas que aún no cumplieron con el precepto de recitar «Zimún» – esta persona puede comer junto con ellas un volumen equivalente a un «kazait» y a pesar de ya haber cumplido con su deber puede sumarse a un nuevo «Zimún» (Mishná Berurá 200:9).

Cuando diez personas comieron juntas y parte de ellas terminaron de comer y piden a quienes continúan haciéndolo que se les sumen al «Zimún» que incluye el recordatorio del Nombre Divino, tal como ya aprendimos en la halajá 3, si quienes terminaron de comer son la mayoría – la minoría se les debe sumar. Si quienes terminaron son minoría, la mayoría no está obligada a sumárseles, empero sería una acción piadosa de su parte el hacerlo. De todas maneras, cuando quienes están aún en medio de la comida se suman al «Zimún» de diez y luego continúan comiendo – podrán recitar «Zimún» al final de su comida sin mencionar el Nombre Divino, ya que por haberse sumado a un quorum de diez para recordarlo no perdieron el derecho de recitar «Zimún» para sí al final de su comida. Incluso en caso de haber quedado diez, no habrán de recitar «Zimún» mencionando el Nombre Divino pues ese precepto ya lo cumplieron y no se puede cumplir con él dos veces en una misma comida.

Si allí se sumaron cinco que todavía no recitaron «Zimún» y junto a quienes ya lo hicieron mencionando el Nombre Divino suman diez, y comieron junto a estos un «kazait» suplementario, los cinco nuevos tienen el deber preceptivo de recitar «Zimún» mencionando el Nombre Divino. Aunque no sean la mayoría del quórum, de todas maneras, a los efectos de recordar el Nombre Divino en el «Zimún» no hay necesidad que sean mayoría, sino que alcanza conque no sean minoría, siempre y cuando quien dirige el recitado del «Zimún» sea uno de los cinco nuevos (Mishná Berurá 200:9).

13) Copa de vino de bendición

Nuestros sabios establecieron que se bendiga «Birkat Hamazón» con una copa de vino a los efectos de que se recite con alegría y con carácter festivo, y esta copa es llamada «copa de bendición» («Kos Shel Berajá»). El vino tiene la particularidad de que nutre y alegra, y al bendecir a D´s con una copa de vino demostramos que la bendición es completa y que agradecemos al Eterno tanto por los alimentos que nos dio como por el contenido trascendente que confiere significación y alegría a nuestras vidas. En efecto, en el «Birkat Hamazón» expresamos el contenido Divino de nuestra existencia en este mundo que es el revelar la Presencia Divina en la tierra buena que HaShem nos dio por medio del pacto (circuncisión) y de la Torá, Jerusalém, el reino de Israel y el Sagrado Templo. Hay quienes no reflexionan sobre este punto y ven al «Birkat Hamazón» como un deber que recae sobre la persona, la cual tras haber disfrutado debe pagar un «impuesto» bajo la forma de una bendición a D´s. Pero en verdad el «Birkat Hamazón» es el punto álgido de toda la comida, pues a través del hecho de haber quedado satisfechos y de haber disfrutado de los alimentos podemos alcanzar el nivel sublime en el cual agradecemos y bendecimos a D´s. Cuando lo hacemos con una copa de vino, la alegría espiritual expresada en el «Birkat Hamazón» se manifiesta también bajo la forma de alegría corporal, pues tras haber tenido el mérito de bendecir a D´s bebemos del vino y nos alegramos ante HaShem.

Nuestros sabios dijeron (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 51(A)): «todo aquel que bendice con una copa llena de vino recibe heredad ilimitada» y «tiene el mérito de recibir porción en dos mundos, este y el venidero». Por medio de la inserción del contenido Divino del «Birkat Hamazón» con la alegría y el disfrute de este mundo, la bendición de HaShem se manifiesta de manera completa en este mundo y en el venidero. Dado que se trata de una bendición Divina carece de límites y aunque se manifieste en este mundo físico finito se expande ilimitadamente.

Los juristas debatieron respecto de en qué situación o circunstancia corresponde recitar «Birkat Hamazón» sobre una copa de vino. Algunos consideran que incluso una persona sola debe bendecir con una copa de vino y en caso de carecer de este y prevé que en un par de horas habrá de llegarle – mientras tanto no ha de comer pan para no tener que recitar «Birkat Hamazón» sin copa de vino. En caso de ser dos los comensales, cada uno debe bendecir con una copa de vino, y en caso de ser tres alcanza con una copa de vino para todos y quien dirige el «Zimún» lo recita sobre esta (Rosh y Tur).

Otros juristas entienden que solamente cuando hay deber de recitar «Zimún» de tres o de diez el «Birkat Hamazón» pasa a ser importante y requiere de copa de vino, empero cuando no se recita «Zimún» no se bendice con copa de vino (Hagahot Mordejí en nombre de Rabí Itzjak). Los kabalistas dijeron que, una persona sola que desee recitar «Birkat Hamazón» con una copa de vino – no tiene permitido hacerlo. Hay quienes entienden que, aunque se recite el «Zimún» en presencia de un «minián» no hay obligación de hacerlo con una copa de vino, sino que se trata de un precepto cuyo cumplimiento denota una especial excelencia (Rif y Rambám).

En la práctica, cuando no hay quienes reciten «Zimún» no se bendice con una copa de vino (Mishná Berurá 182:16), y cuando se bendice con «Zimún» es preceptivo hacerlo con una copa de vino mas no resulta obligatorio. Por ello, también quienes acostumbran a cumplir preceptos con excelencia, cuando se les dificulta conseguir vino o les incomoda beberlo o si no quieren esforzarse en conseguirlo no bendicen con una copa de vino. En Shabat y en Yom Tov se acostumbra poner mayor énfasis en esta práctica. Asimismo, en eventos alegres de importancia, cuando recitan el «Zimún» diez personas, se acostumbra a hacerlo con una copa de vino.

14) Leyes referentes a la copa de vino para la bendición

Nuestros sabios establecieron que varias bendiciones se reciten con una copa de vino: «Birkat Hamazón», «Birkat HaKidushín» (la bendición de enlace bajo el palio nupcial) y el «Kidush». En cada situación en la que nuestros sabios establecieron que se bendiga con una copa de vino se refieren a un vaso que contenga al menos el equivalente a un «reviít» de esta bebida (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 76(B)) que equivale al volumen de un huevo y medio (ver adelante 10:10).

La copa debe estar completa sin defecto o rotura algunos en su borde o en su base. Cuando se carece de una copa entera, a posteriori se puede recitar «Kidush» con una que posee alguna rotura. Empero si esta tiene una rajadura a través de la cual el vino fluye hacia afuera o si esta no contiene un «reviít» de vino no es apta (Shulján Aruj 183:3, Mishná Berurá 11, Shaar Hatziún 14).

Es correcto escoger una copa bonita para el «Kidush». En caso de que se disponga únicamente de un vaso desechable sencillo, a posteriori se puede recitar la bendición con este (Tzitz Eliezer 12:23 Pninei Halajá Shabat 6:6).

Es necesario tener el recaudo de que la copa esté completamente limpia y si se bebió de esta o si se ensució de cualquier otro modo – es menester que se la acondicione lavándola por dentro y enjuagándola por fuera (Shulján Aruj 183:1). A posteriori, cuando resulta difícil enjuagar la copa se la puede limpiar con una servilleta (Mishná Berurá 1).

Si bien desde el punto de vista de la norma alcanza con una copa que tenga capacidad para un «reviít», si esta tiene una capacidad mayor corresponde llenarla de vino pues es honroso para la bendición que sea recitada con una copa que fue llenada abundantemente. Hay quienes acostumbran cumplir la norma con excelencia y llenan la copa hasta el borde de modo tal que resulta claro que durante el recitado de la bendición, quien bendice habrá de volcar algo de vino. Empero se considera de mayor excelencia llenar la copa hasta cerca del borde para que no se derrame vino por parte de quien bendice y esta era la intención de nuestros sabios cuando se refirieron a «una copa colmada de vino» (Turei Zahav 183:4, Shulján Aruj HaRav 4, Mishná Berurá 183:9. Asimismo, queda demostrado de la Guemará en Berajot 52(B) de la explicación de las palabras de los discípulos de Hilel).

Nuestros sabios dijeron que se debe verter agua en el vino para que su ingestión sea agradable, pues en su tiempo el vino era de fuerte sabor («yain jai») y si no se atenuaba con agua su sabor era demasiado vigoroso (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 52(B)). Además, indicaron que se termine de servir la copa con la bendición por la tierra de Israel para de esa forma exteriorizar la alabanza de la tierra cuyos vinos son fuertes (ídem 51(A)). Empero, hoy en día que compramos el vino listo para beber, no es necesario suavizarlo pues antes de ser embotellado su sabor ya estaba acondicionado a la perfección (Ramá 183:2). Quienes detentan la usanza kabalísitica acostumbran a atenuar el vino con un poco de agua durante la bendición por la tierra de Israel (Kaf HaJaím 6).

Se debe servir el vino de la botella en aras del cumplimiento del precepto de la copa de bendición y es bueno hacerlo inmediatamente antes de recitarla (Ramá 183:2, Maguén Abraham 3).

Nuestros sabios dijeron (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 51(A)) que primeramente se tome la copa con ambas manos para de esa forma manifestar el cariño que se tiene por el precepto, y luego cuando se recite el «Zimún» y se bendiga es menester sostenerla únicamente con la mano derecha que es la más importante. Se debe sostener la copa con todos los dedos de modo tal que estos la rodeen, así como también elevar la copa un palmo por sobre la mesa de modo tal que todos los presentes la vean. Quien bendice debe mantener su vista sobre la copa para de esa forma no distraerse. En caso de así necesitarlo, puede mirar en el Sidur, y es bueno que este sea colocado cerca de la copa de modo tal que pueda mirar a ambos al mismo tiempo. Una vez que haya bebido del vino es bueno que también su esposa beba del mismo y de ese modo la bendición se extienda a ambos (Shulján Aruj 183:4).

15) La ingestión del vino

Tras concluir «Birkat Hamazón», quien dirigió el «Zimún» bendice «Boré Prí Haguefen» y bebe del vino. Desde el punto de vista de la norma, a los efectos de cumplir con el precepto de la copa de bendición alcanza con que quien dirigió el zimún ingiera el equivalente a «meló logmav», esto es, la cantidad de vino que llena todo el espacio de la boca cuando una de las mejillas está inflada y equivale a la mayor parte de un «reviít». Empero como no bebió un «reviít» completo se perdió la oportunidad de recitar la bendición final por el vino y por ello es conveniente que beba un «reviít» (volumen equivalente a un huevo y medio, 75 centímetros cúbicos) y después de hacerlo que recite la bendición de «Me´ein Shalosh» (ver Shulján Aruj 190:3).

Si a quien recitó el «Zimún» se le dificulta ingerir el vino en una cantidad de «meló logmav», puede bendecir y probar un poco de este y que uno de los comensales beba en su lugar la cantidad de «meló logmav» (Shulján Aruj Oraj Jaím 190:4). Si algunos de los comensales beben conjuntamente la cantidad de «meló logmav» los juristas debatieron respecto de si cumplieron o no con el precepto de la copa de bendición, y a posteriori nos respaldamos en la actitud más flexible (Shulján Aruj Oraj Jaím 271:14, Mishná Berurá 73, Pninei Halajá Shabat 6:5).

Si bien desde el punto de vista del precepto basta con que uno de los comensales beba de la copa de la bendición «meló logmav», es excelentemente preceptivo que todos beban de este vino, tal como se acostumbra hacer en el Kidush, de modo tal que todos sean socios partícipes en el cumplimiento. Específicamente, es preceptivo que la esposa también beba de la copa sobre la cual se ha recitado la bendición pues esto ayuda a que la misma se extienda a ambos (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 51(B)).

Al igual que en el caso del «Kidush», se debe poner esmero en que el vino de la copa de bendición no esté estropeado. Vino estropeado es aquel del cual ya se bebió. El vino se considera estropeado – pagúm – sólo para una nueva ingestión, esto es, el sobrante del «Kidush» del viernes por la noche es considerado estropeado para el «Kidush» de la mañana de Shabat. Empero el Shabat por la noche, quienes escucharon el «Kidush» pueden beber de la copa, aunque quien lo recitó ya haya bebido de esta. Esto es así porque esa ingestión se considera como continuación de quien recitó el «Kidush», por lo que el vino remanente en la copa no se lo considera estropeado para cumplir con él como precepto. Esta es la práctica habitual de muchos, por efecto de la cual, la mujer bebe de la copa con la que su marido recitó «Kidush». Sin embargo, respecto de los demás comensales y en especial aquellos que no pertenecen al núcleo familiar cercano, no es educado proceder así pues a muchas personas no les gusta beber de un vaso del que ya bebió otra persona previamente. Así se sentenció la halajá final, que una persona no debe dar de beber a su compañero de un vaso del cual él bebió previamente no sea que le provoque rechazo y se avergüence en decirlo. Además, quizás quien bebió primeramente del vaso está enfermo y el segundo al beber se estaría contagiando (Shulján Aruj Oraj Jaím 170:16, Mishná Berurá 37, adelante 12:5).

Por lo tanto, es preferible que quien recita la bendición vierta de su vaso a los demás vasos, empero en un caso así la ingestión de los demás comensales no es una continuación directa de la de quien bendijo, y dado que él ya bebió del vino este pasa a resultar estropeado para los demás comensales y no es digno de ser parte de la copa de bendición. La solución a esto es que quien recita la bendición, al terminar de beber agregue más vino a su copa lo cual hace que el vino pase del status de estropeado al de apto y luego de esa copa que sirva a los demás. Una mejor solución es que una vez recitada la bendición «Boré Prí Haguefen» y antes de comenzar a beber, quien recite vierta de la copa de la bendición a otro vaso del cual habrá de beber; de esa forma el remanente en la copa no se estropea y podrá servir de este a los demás comensales. Si el vino que queda en la copa no es suficiente para todos los que desean beber, podrá agregar más vino de la botella al que ya está en la copa y entonces servir a los vasos de los comensales.

La manera más excelente de proceder es que antes del «Birkat Hamazón» se sirva vino en los vasos de todos los comensales que deseen probar del de la copa de la bendición. No es necesario enjuagar previamente los vasos ni tampoco que cada uno de estos contenga un «reviít» de vino, sino que se sirvan la cantidad que deseen beber posterior al recitado de la bendición, pues en el caso de la copa de bendición lo principal es la copa de quien la recita y sólo en esta se debe tener el recaudo de que esté limpia y contenga un «reviít». Una vez que quien dirige el «Zimún» culmine el «Birkat Hamazón» debe recitar la bendición por el vino, todos responderán «Amén» y beberán de sus respectivos vasos. Esta forma es considerada como la más excelente porque no hay interrupción alguna entre que se escucha la bendición de «Haguefen» y se bebe del vino, y además este no es estropeado en absoluto por parte de la ingestión de quien recita la bendición.

Sin embargo, muchos son los que no ponen hincapié en cuestiones relativas a los modales y dan a beber a todos los comensales de la copa que bebió quien realizó la bendición: quien no siente repulsión por ello bebe de la misma y quienes sienten rechazo se abstienen de beber. Empero la forma más excelente de hacerlo, tanto en el caso del «Kidush» como del «Birkat Hamazón» es cuidar que no haya ningún defecto o desagrado posible respecto del vino de la copa de bendición para que todos puedan cumplir el precepto excelentemente y beber del vino.

Es importante destacar que los comensales cumplen con su deber mediante la bendición sobre el vino de quien dirige el «Zimún» únicamente si tuvieron la intención de que así sea. En cambio, si pensaron que no se les serviría vino y finalmente les trajeron la copa de la bendición o les sirvieron vino, deben recitar la bendición «Boré Prí Haguefen» antes de beberlo (Shulján Aruj 190:5).

01) Las bendiciones por las cinco especies de cereales

Nuestros sabios establecieron bendiciones especiales por cinco cereales: trigo, cebada, espelta, centeno y avena.

En términos generales, los cinco cereales son plantas estacionales por lo que aparentemente su bendición debería ser «Boré Prí HaAdamá». Empero, en virtud de su importancia -ya que de estos se extrae el alimento principal del ser humano, tanto el pan como todo tipo de platillos – nuestros sabios estipularon una bendición especial a los efectos de agradecer a HaShem de modo detallado por un componente central de nuestro sustento. Por el pan se bendice: «Hamotzí Lejem Min Haaretz», y por pasteles, guisados o platillos hechos a base de cereales se bendice: «Boré Minei Mezonot».

Se puede comer de los cinco cereales en cinco diferentes situaciones y en cada una de estas la bendición a recitar cambia. Pasemos a enumerarlas:

1) Quien ingiere granos de trigo o cebada crudos, dado que aún no se elevaron a su estado de excelencia bendice: «Boré Prí HaAdamá». Existe duda respecto de la bendición final (tal como se explicará en la halajá 13).

2) Quien come harina molida de cualquiera de los cinco cereales, dado que los ingiere en un estado inferior, se considera que descienden de su nivel inicial, por lo que se recita por ella la más sencilla de las bendiciones: «Shehakol Nihiá Bidvaró» (Shulján Aruj 208:5).

3) Quien cocinó granos de cereal como en el caso de sémola, trigo burgol o avena quaker, o si elaboró de la harina de estos platillos tales como fideos,    «ptitim»[1] y tartas, dado que se elevaron a un grado de platillo que alimenta y satisface recita la bendición: «Boré Minei Mezonot». Una vez que haya comido la cantidad equivalente a una «aceituna» o «kazait» (medio huevo) bendice: «Al Hamijiá» que es la Bendición Triple «Me´ein Shalosh» (Shulján Aruj 208:2).

4) Quien amasa harina y la hornea transformándola en pan, primero bendice «Hamotzí Lejem Min Haaretz» y luego «Birkat Hamazón» (168:9).

5) Existe otro tipo de alimento que se encuentra en un estatus intermedio entre el guisado o platillo cocido y el pan y es el de «artículo horneado que no es pan» («Pat Habaá Bejisanín»). Se trata de alimentos horneados tales como pasteles o galletas cracker los cuales por una parte son similares al pan por tratarse de masa horneada y por la otra no se acostumbra a fijar con ellos una comida como ocurre en el caso del pan, sino que se ingieren como postre. Nuestros sabios fijaron que quien ingiere de estos productos, en la medida en que se consume entre comidas (a modo de «snack», «botana» o «picada» N. de T.) por placer o para aplacar el hambre y dado que se carece de la intención de llenarse con estos tal como se hace en una comida regular – su ingestión no se asemeja en importancia a la del pan y se bendice por estos «Boré Minei Mezonot» y posteriormente «Al Hamijiá». Empero si alguien decidió que estos alimentos conformarán su comida pasan entonces a la categoría de pan por lo que se deben abluir las manos recitando la bendición correspondiente, luego recitar la bendición de «Hamotzí» y posteriormente «Birkat Hamazón». Todo esto aplica porque se trata de alimentos que fueron horneados, empero quien fija su comida con fideos o «ptitim» que son cocidos y no horneados – deberá recitar «Boré Minei Mezonot» y «Al Hamijiá».


[1].  Los «ptitim», también llamados «arroz de Ben Gurión» fueron inventados en Israel en días del racionamiento durante los primeros años del Estado. Están elaborados de los mismos elementos que la pasta, pero a diferencia de esta pasan por un proceso de horneado (N. de T.).

02) ¿Qué es un artículo horneado que no es pan («Pat Habaá Bejisanín»)?

Existen tres explicaciones de parte de los sabios medievales respecto de las características o la definición de esta categoría de alimentos (cuyas reglas se explicaron al final de la halajá pasada): 1) Artículos de masa horneada y rellena como por ejemplo «orejas de Hamán» o strudel de manzana. En este caso se llama «Pat Habaá Bejisanín» porque la masa actúa a modo de bolsillo («kis») que es rellenado con todo tipo de productos dulces tales como amapola, cacao o nueces (Rabenu Jananel). 2) Artículos horneados a cuya masa se le agregaron ingredientes que modifican su sabor respecto del pan, por ejemplo: pasteles o galletas dulces, o «mallawah»[2] que es una masa a la que se le agrega abundante aceite (Rambám). 3) Masa horneada dura que debe ser masticada como en el caso de las galletas cracker o las «matziot»[3] (Rav Hai Gaón).

En la práctica, acostumbramos considerar a los tres tipos de alimentos como «Pat Habaá Bejisanín» los cuales tienen en común el ser horneados tal como el pan, pero por otra parte se acostumbra a ingerirlos a modo de refrigerio entre horas o en comidas ligeras. Por lo tanto, mientras no se decide hacer de estas una comida fija, previo a su ingestión se bendice «Boré Minei Mezonot» y posteriormente «Al Hamijiá»; mas cuando se las transforma en alimento principal de una comida importante entran en la categoría de pan para todo menester (Shulján Aruj 168:7).

A veces, una persona piensa comer un poco de un artículo horneado que es «mezonot» («Pat Habaá Bejisanín»), por lo que en primera instancia recita la bendición «Boré Minei Mezonot», pero una vez que empieza a comer se ve atraído a comer más y más al punto que termina ingiriendo la cantidad correspondiente a una comida fija, entonces, aunque haya previamente bendecido «Mezonot» posteriormente habrá de recitar «Birkat Hamazón». Si tras haber probado de los «mezonot» decide hacer de este alimento su comida fija, y si lo que piensa comer de ese momento en adelante es una cantidad equivalente a esta, que se lave las manos y bendiga «Hamotzí». En caso de que lo que piensa comer posteriormente es inferior a la cantidad que equivale a una comida fija, puede seguir comiendo con la bendición de «Boré Minei Mezonot» que recitó inicialmente. Al finalizar la ingesta, dado que ingirió el equivalente a una comida fija o importante – habrá de recitar «Birkat Hamazón» (Shulján Aruj 168:6, Mishná Berurá 26).


[2]. Alimento típico de los judíos yemenitas (N. de T.)

[3]. Galleta salada seca y crocante hecha a base de trozos de matzá cuya ingestión es común entre ashkenazíes (N. de T.).

03) Cantidad de producto de «mezonot» horneado que se debe consumir para considerarlo una comida fija o de importancia

Tal como ya estudiamos, una persona que desea ingerir pan, aunque sólo se trate de una cantidad ínfima, debe recitar la bendición de «Hamotzí» ya que el pan está destinado a hacer de la ingesta una comida fija, y por ende, aunque se coma muy poco de este se recita la bendición importante. Empero en el caso de los demás productos de masa de los cinco cereales horneados, por ejemplo, galletas o pasteles, dado que no se suele establecer con estos una comida fija – se recita «Boré Minei Mezonot» y «Al Hamijiá». Solamente cuando hacemos de estos alimentos una comida fija o de importancia se elevan a la categoría de pan, entonces para ingerirlos, es necesario abluir las manos con la bendición correspondiente, luego recitar «Hamotzí» y posteriormente «Birkat Hamazón».

La cantidad requerida para que una ingesta se considere fija, es la que se suele consumir normalmente en una comida, de modo tal que el comensal quede satisfecho y no precise ingerir nada más hasta la próxima comida. No es posible definir una cantidad o volumen determinado para esto porque hay alimentos horneados aireados y es necesario comer un gran volumen de estos para sentirse satisfecho, al tiempo que otros alimentos son más macizos y producen sensación de satisfacción con una ingesta menor. Por lo tanto, todo debe medirse según parámetros habituales; si la persona suele quedar satisfecha con la cantidad que piensa ingerir debe bendecir previamente «Hamotzí» y posteriormente «Birkat Hamazón».

No se debe temer el no saber con qué cantidad de alimento se suele alcanzar la sensación de satisfacción, pues cualquier cantidad que se ingiera que haga que la persona se sienta satisfecha tal como queda después de una comida normal o habitual, significa que transformó a ese alimento ingerido en su comida fija – entonces debe recitar «Hamotzí» y «Birkat Hamazón». Solo quien sabe que su caso es significativamente diferente a las demás personas, por ejemplo, si queda satisfecho con una cantidad mucho mayor o menor que el común de la gente, debe calcular según lo aceptado por la mayoría. En un caso así, debe igualmente calcular según su parecer y a estos efectos no serán necesarios sondeos considerables.

Ancianos o niños que quedan satisfechos con una cantidad menor de alimentos no precisan calcular según el común de la gente sino según lo aceptado entre personas de su edad.

Hay juristas que opinan que para considerar una ingesta como fija, esta debe poseer un volumen de producto «mezonot» horneado equivalente a cuatro huevos, aunque por lo general una persona no quede satisfecha con esta cantidad. Si según su criterio, con esta cantidad de alimento ya es suficiente para estos efectos – en la práctica no se dicta halajá. Según esta opinión mientras la persona que ingiere un producto horneado de «mezonot» de un volumen de cuatro huevos no ingiera de este una cantidad con la que se suele quedar satisfecho en una comida normal – requiere que se bendiga «Boré Minei Mezonot» antes y «Al HaMijiá» después. Empero a priori, es preferible no ingerir un volumen equivalente a cuatro huevos para no ingresar en un área de duda. En un caso así, es mejor comer menos que este volumen y recitar la bendición de «Boré Minei Mezonot» o comer una cantidad que suele satisfacer y recitar «Hamotzí» previamente y luego «Birkat Hamazón», en concordancia con todas las opiniones.

04) Establecer una comida fija con «mezonot» sumando otros alimentos

Quien tiene la intención de comer otros alimentos junto a un producto horneado «mezonot», por ejemplo, ensaladas y queso, o carne y pescado, debe calcular la cantidad total de estos elementos. Esto a condición de que el artículo «mezonot» horneado sea el componente central de la ingesta, lo cual implica ingerir del mismo un volumen equivalente a por lo menos cuatro huevos. No existe diferenciación entre un artículo horneado aireado o macizo – en caso de contener un volumen equivalente a cuatro huevos se lo considera el componente central de la comida. Solamente en caso de que el producto horneado posea huecos de aire significativos se calcula su volumen restándole los espacios vacíos.

Vemos que esta cuestión depende de dos condiciones: 1) Que se ingiera del alimento «mezonot» una cantidad equivalente a por lo menos el volumen de cuatro huevos. 2) Que la persona quede satisfecha de lo que comió tal como suele quedar después de una comida regular. En caso de cumplirse ambas condiciones la persona hizo de la ingestión de «mezonot» una comida fija («kavá seudá»). Por lo tanto deberá abluir sus manos recitando la bendición correspondiente y luego bendecir por el artículo horneado «Hamotzí» sin recitar bendiciones por los demás alimentos pues estos quedan incluidos en la primera bendición, tal como el pan que incluye en su bendición a la de todos los demás alimentos a ingerirse durante la comida. Al terminar de comer se debe recitar «Birkat Hamazón».

Así como no se debe temer no saber calcular la cantidad de alimentos que transforma una ingesta de «mezonot» en una comida fija, de igual forma tampoco se debe temer equivocarse en el cálculo del volumen equivalente a cuatro huevos, pues los sabios establecieron esta medida pensando en personas que carecen de instrumental de medición y tomaron en cuenta que alguien puede calcular un poco de más y otra persona un poco de menos. Todo depende del entender de la persona que come, si piensa que el alimento «mezonot» que va a ingerir tiene un volumen equivalente a cuatro huevos y que junto a los demás platillos servidos habrá de quedar satisfecho – en un caso así hace de esa ingesta una comida fija con «mezonot» y debe recitar tanto «Hamotzí» antes como «Birkat Hamazón» después sin temor a haberse equivocado (El volumen de un huevo es de unos 50 ml, un envase individual de yogurt suele contener el volumen de cuatro huevos).

05) ¿Cómo salir de duda?

A priori, a los efectos de salir de duda, es correcto planificar desde un principio lo que se va a comer tomando en cuenta las dos condiciones antes mencionadas: o comer de los artículos «mezonot» una cantidad equivalente al volumen de cuatro huevos tal que conjuntamente con los demás alimentos alcance para quedar satisfecho y entonces según todas las opiniones recitar «Hamotzí» antes y «Birkat Hamazón» después; o comer menos que el volumen de cuatro huevos de productos «mezonot», tal que conjuntamente con los demás alimentos no alcance para quedar satisfecho y entonces, según todas las opiniones, se deben recitar las bendiciones de «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá»  después. Además, en un caso así se deberán recitar las bendiciones correspondientes antes y después de los demás alimentos.

Si aún así la persona en cuestión sigue dudando y no sabe decidir si lo que habrá de comer será suficiente para quedar satisfecho, o si sabe que conjuntamente con los demás alimentos comerá hasta quedar satisfecho empero el volumen de «mezonot» que habrá de consumir es claramente inferior al de cuatro huevos, dado que se encuentra en una situación de duda – que recite las bendiciones de «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá» después y por todos los demás alimentos que recite las bendiciones correspondientes. Es preferible que deje de ingerir artículos «mezonot» antes de quedar satisfecho y recite entonces la bendición final de «Al Hamijiá» y entonces, todo lo que habrá de comer después no se suma a los «mezonot» ingeridos. En un caso así todas las opiniones concuerdan en que por los «mezonot» recite «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá» después – al tiempo que por los demás alimentos deberá recitar las bendiciones correspondientes.

Este es el lugar apropiado para llamar la atención ante un error muy común: a veces las personas invitan a sus amigos y familiares a una fiesta de Bar Mitzvá o Bat Mitzvá o, con todas las diferencias del caso, al recordatorio de un fallecido y desean honrarlos con una comida que satisface, empero como procuran evitarle a los comensales la molestia de abluir las manos y posteriormente recitar «Birkat Hamazón», en vez de pan se sirven galletas cracker y pasteles junto con  carne, pescado, fiambres o carnes frías, ensaladas, tartas y compota. A los efectos de la halajá práctica, dado que en este tipo de comidas se acostumbra ingerir «mezonot» en un volumen de cuatro huevos y también se suele quedar satisfecho – se deben abluir las manos, recitar «Hamotzí» por el producto «mezonot» horneado y posteriormente recitar «Birkat Hamazón». Y aunque no se ingieran «mezonot» en un volumen equivalente a cuatro huevos, tal como estudiamos, por cuanto que de esa ingesta hemos de quedar satisfechos, entramos en área de duda. A veces, en este tipo de comidas se sirven panes endulzados y se piensa que la bendición correspondiente es «Boré Minei Mezonot». En un caso así, se cometen dos errores: 1) Por lo general, estos panes levemente endulzados son considerados pan y aunque se ingiera poco de los mismos se debe previamente abluir las manos y recitar la bendición de «Hamotzí» (tal como se explicará en la siguiente halajá). 2) Además se suele comer de estos panes más que el volumen de cuatro huevos y por lo tanto, quien esté interesado en servir a sus invitados una comida que satisface, es correcto que disponga de pan de modo tal que todos entiendan que deben abluir sus manos y recitar la bendición de «Hamotzí». Al finalizar la ingesta todos tendrán el mérito de poder recitar la versión extensa de «Birkat Hamazón» que es un precepto de la Torá y contiene cuatro bendiciones importantes.

06) Jalá (pan trenzado) dulce

Tal como ya aprendimos, un producto horneado que no es pan e integra la categoría de mezonot («Pat Habaá Bejisanín») entra en una categoría intermedia: si se ingiere entre comidas se recita la bendición «Boré Minei Mezonot» y posteriormente «Al Hamijiá» y si con estos se establece una comida fija se recita «Hamotzí» antes y «Birkat Hamazón» después de ella. La pregunta que surge es dónde exactamente pasa el límite para considerar el pan como tal y el producto horneado «mezonot».

La regla general es que se considera pan a aquello sobre lo cual se acostumbra a establecer una comida como fija. Por el contrario, todo aquello que se considera refrigerio, tanto sea por placer o para apaciguar un tanto el apetito se lo considera «mezonot». Según esto, una jalá dulce y panecillos endulzados son considerados pan, pues se suelen ingerir en las comidas y no para degustarlos entre estas. Además, la jalá o los panecillos suelen comerse acompañados de diferentes ensaladas o se hace con estos sándwiches de queso o atún, por lo que se los emplea a modo de pan. Por lo tanto, aunque se coma de estos tan sólo un poco – se debe recitar «Hamotzí» antes y «Birkat Hamazón» después. Para que quede claro y recurriendo a nuestro lenguaje habitual, todo producto que es llamado «pan», «jalá» (pan trenzado) o «panecillo» suele formar parte de una comida fija. Por el contrario, si lo denominamos «pastel», es porque no lo solemos ingerir a modo de comida fija. En el caso de un producto horneado que dudamos si clasificarlo como pan o pastel – recitamos por este la bendición de «Boré Minei Mezonot». Quien quiera salir de duda que haga de este producto una comida fija y recite «Hamotzí» (tal como se vio en halajot 3 y 4), o que lo ingiera para llenarse dentro de una comida que incluye pan a fin de alcanzar su satisfacción, y entonces según todas las opiniones, el «Hamotzí» recitado por el pan lo incluye.

Muchos de los judíos de origen sefaradí acostumbran recitar la bendición de «mezonot» por la jalá dulce, pues en el pasado no se acostumbraba servirla en la comida sino como refrigerio. Empero en la práctica, por jalá dulce o panecillos endulzados se debe recitar siempre «Hamotzí» antes y «Birkat Hamazón» después, ya que están destinados a servirse en las comidas y no a modo de postre o de refrigerio entre estas.

07) Matzá

Cuando se establece una comida fija con matzá es claro que se debe recitar «Hamotzí» antes y «Birkat Hamazón» después. Surge la pregunta: ¿qué debe hacerse si se come matzá fuera del marco de una comida?

Hay juristas que entienden que se debe recitar «Boré Minei Mezonot» pues entra en una de las definiciones de «Pat Habaá Bejisanín» por ser un producto horneado duro que debe ser masticado como en el caso de las galletas. Dado que la matzá es también dura se debe recitar «Boré Minei Mezonot». Sin embargo, en Pesaj, la matzá funge como pan y quien ingiere aunque tan sólo sea un poco de esta – debe recitar «Hamotzí» antes y «Birkat Hamazón» después, pero el resto del año bendice únicamente «Boré Minei Mezonot» (Guinat Vradim).

Por otra parte, muchos juristas escribieron que por cuanto que la matzá en Pesaj hace de pan, se la considera pan durante todo el año. Además, existe una diferencia entre el propósito de la matzá y el de las galletitas, pues la primera suele ser servida en comidas mientras que las segundas suelen ser ingeridas como postre o con propósito degustativo. Por lo tanto, aunque se ingiera la matzá a modo de snack o refrigerio, se debe recitar «Hamotzí» antes y «Birkat Hamazón» después. Esta es la usanza de los judíos ashkenazíes.

La costumbre de los judíos sefaradíes es seguir la opinión que entiende que durante todo el año la matzá entra en la misma categoría que las galletas cracker y matziot, por las que se recita la bendición de «Boré Minei Mezonot». Sin embargo, a priori, es mejor salir de duda e ingerir la matzá en el marco de una comida en la que hay pan para que quede incluida en la bendición de «Hamotzí». Empero quien desee ingerir matzá fuera del marco de una comida, según la usanza sefaradí recita la bendición de «Boré Minei Mezonot» (Iejavé Da´at 3:12). Al concluir Pesaj, durante el día posterior a la fiesta (Isru Jag), mientras no sea posible aún comprar pan, según la usanza sefaradí se continúa bendiciendo «Hamotzí» por la matzá pues en ese momento esta funge como pan (Or LeTzión 12:3).

08) Producto horneado a base de masa rellena de queso o carne (burrecas o empanadas)

Surge la pregunta respecto de los productos horneados hechos a base de masa similar a la del pan que es rellenada con queso o con carne.

Algunos juristas consideran que por estos productos se debe recitar «Boré Minei Mezonot», ya que una de las definiciones de los artículos horneados que no son pan («Pat Habaá Bejisanín») es que son rellenos. En virtud del queso o la carne que son introducidos en la masa no se acostumbra a hacer de estos una comida fija y por lo tanto se recita la bendición de «Boré Minei Mezonot» (Tania, Turei Zahav 168:20).

Otros juristas entienden que este enfoque es válido únicamente respecto de la masa que es rellenada con dulce, azúcar o amapola entrando así en la categoría de «Pat Habaá Bejisanín» (artículo horneado que no es pan) cuya bendición correspondiente es «Boré Minei Mezonot»; empero si el relleno es de alimentos tales como carne o queso que suelen acompañar en su ingesta al pan transformándolo en comida fija – este artículo horneado entra en la categoría de pan y se bendice por este «Hamotzí» (Rabí Ieshaiahu ben Eliah de Trani, Shelá, y esto parece desprenderse del Shulján Aruj 168:17).

En la práctica, la halajá depende de la finalidad del artículo horneado. Si se trata de un alimento con el cual se acostumbra a establecer una comida fija se lo considera pan, y aunque se coma de este tan sólo un poco se recita la bendición de «Hamotzí» antes y «Birkat Hamazón» después. En caso de tratarse de un artículo horneado que suele ingerirse como complemento entre comidas, su bendición es «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá» después y sólo en caso de que se haga con este una comida fija se recita «Hamotzí» y «Birkat Hamazón». En general, un producto horneado grande está destinado a fijar con él una comida y uno pequeño suele ingerirse a modo de alimento complementario. Empero en el caso de las burrecas (suerte de empanada de hojaldre originaria de Turquía y los países balcánicos muy popular en el universo gastronómico israelí N. de T.), aunque se trate de una de gran tamaño, mientras no se tenga la intención de hacer sobre esta una comida fija se recita «Boré Minei Mezonot», por cuanto que su masa es muy diferente de la del pan ya que se la mezcla con aceite.

09) Pizza

En la mayoría de los casos recae sobre la pizza la misma normativa que sobre el pan, pues por lo general las masas de ambos alimentos se semejan. Si bien en el caso de la pizza se agrega sobre la masa salsa de tomate, queso y condimentos varios, estos no alteran el criterio de la base que continúa siendo pan. La pizza es completamente similar a una rebanada de pan sobre la que se untaron diferentes agregados, y para comer aunque tan sólo sea un poco de esta, se debe recitar la bendición de «Hamotzí» antes y «Birkat Hamazón» después.

Empero si la masa fue amasada con agua mezclada con huevo o con leche, en caso de que esto altere el sabor del producto horneado entra en la categoría de «Pat Habaá Bejisanín», y entonces, si no se fija sobre este una comida – se bendice «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá» después; en caso de sí fijarse – se recita «Hamotzí» antes y «Birkat Hamazón» después. Tal como ya aprendimos (en las halajot 3 y 4), para que una comida tenga el estatus de fija debe cumplir con dos condiciones: la primera que el producto «mezonot» horneado posea un volumen de por lo menos cuatro huevos; la segunda que el comensal quede satisfecho de su ingestión tal como queda después de una comida regular. En la práctica, comúnmente, en una sola porción no se suelen cumplir las dos condiciones simultáneamente, pues, aunque posea un volumen de cuatro huevos, no suele generar la sensación de satisfacción que reporta una comida común. Esta es la razón por la cual se suele preparar la masa de la pizza con agua mezclada con leche, para que se pueda comer una porción de esta como algo temporario, recitando las bendiciones de «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá» después. Empero si se comen dos porciones comunes de pizza, sin duda que se ingirió un volumen superior al de cuatro huevos de «mezonot» y por lo general esta cantidad es suficiente como para quedar satisfechos tal como con una comida común, por lo que en un caso así – se deben lavar las manos, bendecir «Hamotzí» antes y «Birkat Hamazón» después.

10) Por un alimento cocido siempre se recita «Boré Minei Mezonot»

Todo lo que aprendimos respecto de que a veces recitamos «Hamotzí» por un producto que es «mezonot», se refiere a una masa que fue horneada. Pero en el caso de cereales cocidos, tales como fideos, «ptitim», avena con leche o agua, aunque se ingiera de estos una cantidad importante – se recita «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá» después. La razón por la cual nuestros sabios diferenciaron entre los productos horneados y los cocidos radica en que los primeros guardan una cierta similitud con el pan, tanto en su forma como en su preparación por haber sido horneados. Por lo tanto, cuando ingerimos alimentos «mezonot» horneados entre comidas recitamos «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá» después y cuando fijamos con estos una comida recitamos «Hamotzí» antes y «Birkat Hamazón» después. Empero los alimentos cocidos son sumamente diferentes al pan y por ello, aunque se fije con estos una comida se recita «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá» después.

Lo mismo ocurre en el caso del «Bisli»[4] y «mandalaj»[5], dado que son preparados por medio de fritura en aceite profundo, se los considera cocidos y aunque se fije con estos una comida se recita «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá» después. Otro tanto ocurre con las «sufganiot»[6], las cuales al freírse en aceite profundo se las considera cocidas y aunque se fije con estas una comida se recitará «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá» después (si las «sufganiot» son horneadas entran en la categoría de «Pat Habaá Bejisanín»).

Otro tanto ocurre en el caso del «kugel»[7], ya que los fideos que lo conforman fueron previamente cocidos y aunque el «kugel» propiamente dicho haya sido luego horneado, no adquiere forma similar a la del pan. Además antes de elaborarlo, los fideos ya eran aptos de ser ingeridos, por lo que permanece en su categoría de alimento cocido y aunque se fije con este una comida se bendice únicamente «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá» después.

Según la opinión de muchos, quien fija su comida con wafles no habrá de recitar «Hamotzí» antes y «Birkat Hamazón» después, ya que son muy delgados y no se los considera pan en absoluto, y aunque se ingiera una gran cantidad de estos se recita «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá» después (Esto es lo que se entiende de Mishná Berurá 168:38, Pitjei Halajá VIII 33).


[4]. Snack salado y duro muy popular en Israel (N. de T.).

[5]. Similar al crotón, muy popular entre judíos ashkenazíes (N de T.).

[6]. Especie de bollo frito en aceite profundo y relleno con diferentes tipos de dulce, se suelen comer en Janucá por cuanto que recuerdan el milagro del aceite (N. de T.).

[7]. Tarta muy popular entre judíos ashkenazíes que puede estar compuesta de espaguetis o papa y se cuece a fuego lento durante el Shabat. Se suele servir caliente en la segunda comida sabática (N. de T.).

11) Mallawah, Kubane y Djajnun (alimentos yemenitas).

El «mallawah» es una especie de masa de hojaldre que se elabora capa tras capa y entre una y otra se unta margarina. Posteriormente se lo fríe u hornea. Dado que contiene ingentes cantidades de margarina, aunque guarda cierta similitud con un pan pita, entra en la categoría de «Pat Habaá Bejisanín» por lo que si se fija con este una comida – se bendice «Hamotzí» antes y «Birkat Hamazón» después. En caso de que se ingiera a modo de alimento transitorio – se recita «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá» después.

Tal como ya aprendimos hay dos criterios que definen una comida como fija:  que posea un volumen superior a los cuatro huevos y que el comensal quede satisfecho sin que haga diferencia si quedó satisfecho únicamente del producto horneado o de este juntamente con otros alimentos. Una porción de «mallawah» posee aproximadamente el volumen de cuatro huevos empero no llena como una comida común. Por lo tanto, quien tiene la intención de ingerir sólo una porción debe recitar «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá» después, y quien tiene la intención de comer dos porciones de «mallawah» o una porción acompañada de otros alimentos, todo lo cual suma una cantidad que satisface al igual que una comida común – debe abluir sus manos, recitar «Hamotzí» antes y «Birkat Hamazón» después.

Quien tiene la intención de comer un poco más de una porción entra en duda si habrá de ingerir o no la cantidad suficiente para establecer con «mallawah» una comida fija. Por lo tanto, quien sabe que habrá de quedar satisfecho con esa cantidad – que recite «Hamotzí» antes y «Birkat Hamazón» después; en el caso de quien considere que no – que recite «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá» después.

Otro tanto ocurre en el caso del Kubane o el Djajnun, ambos productos de masa que se hornean en una olla, los cuales por contener abundante aceite no son considerados como pan cuya finalidad es la de conformar una comida fija. Por ello, quien come de estos alimentos entre comidas recita «Boré Minei Mezonot» antes y «Al Hamijiá» después y si fijó con estos su comida recita «Hamotzí» antes y «Birkat Hamazón» después.

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