Además de la prohibición de cruzar dos especies entre sí, la Torá prohibió también poner a trabajar juntos a dos animales de diferentes especies, por ejemplo, arar un campo por medio de una yunta de un buey con un burro, o atar un carruaje a un caballo y a un burro, tal como fue dicho (Devarim-Deuteronomio 22:10): «No ararás con buey y con asno juntos». La Torá trajo el ejemplo del buey con el burro por tratarse de dos especies domésticas con las cuales resulta cómodo trabajar, sin embargo, la prohibición recae sobre cualquier combinación de dos especies animales distintas que se pongan a trabajar juntas. El que transgrede no es únicamente el cochero al atar al caballo y al burro al carruaje y guiar su andar, sino todo aquel que colabore con ello. E incluso quien estimula con su voz al burro y al buey, dado que influye en ellos para que continúen tirando del carruaje o del arado transgrede una prohibición de la Torá (Shulján Aruj Yoré De’á 297:11, 13 y 14).
Esta prohibición fue dicha únicamente para los hijos e Israel. Por lo tanto, si un judío contrata los servicios de un gentil para que traslade su mercadería, y este decide hacerlo con un carro tirado por un caballo y un burro, esto no está prohibido, ya que el judío no tiene injerencia en la cuestión (Aruj HaShulján Yoré De’á 297:21). Sin embargo, un judío tiene prohibido ir sentado en un carro guiado por un cochero gentil tirado por un caballo y un burro, pues quien se sienta en el carro se transforma en socio de la labor, ya que de no hacerlo, el cochero no haría andar a los animales (ídem Shulján Aruj 12).
Se transgrede la prohibición de kilaim únicamente cuando los dos animales están amarrados juntos. Por ello, a quien monta un caballo se le permite sostener la correa del perro que pasea a su lado, pero se le prohíbe atarla a la montura, pues de hacerlo, estará amarrando a los dos animales juntos, y a veces el perro se adelantará al caballo y lo empujará hacia adelante con lo cual se estará transgrediendo la prohibición de mezclar animales (kilei behemá) (ídem Aruj HaShulján 19).
Tal como aprendimos, a pesar de que no sabemos el motivo o la explicación oculta de los preceptos, especialmente en el caso de las leyes (jukim), los sabios de Israel intentaron comprender su significado. El Rambám (Moré Nevujim III 49) explica que esta prohibición tiene por finalidad alejar a las diferentes especies una de la otra para que no incurramos en la prohibición de cruzarlas. En Sefer HaJinuj (550) explica que el motivo del precepto es el de evitar provocar sufrimiento animal, pues a todo animal le gusta estar junto a los de su misma especie y en caso de que se lo coloque con los de otras, habrá de sufrir. Esto es especialmente cierto en el ámbito de las labores, ya que la fuerza de las diferentes especies no es pareja, y en caso de que ambos animales no tiren con iguales bríos del arado o del carruaje, habrán de sufrir.