09- El segundo diezmo (ma’aser shení)

Tras separar el primer diezmo para el leví, es preceptivo separar un diezmo suplementario de los frutos remanentes que es aproximadamente un 9% de la totalidad de los que había inicialmente.

En los años 1,2,4 y 5 del ciclo sabático se separa el ‘segundo diezmo’, y en los años 3 y 6 se separa el ‘diezmo del pobre’ (ma’aser aní). Lo que tiene de particular el segundo diezmo es que si bien posee santidad y es denominado ‘un bien elevado’ – permanece en posesión del dueño de los frutos que está preceptuado de comerlo junto a su familia dentro de los muros de Jerusalém en estado de pureza, tal como fue dicho (Devarim-Deuteronomio 14:22-23):  «Diezmar habrás de diezmar todo el producto de tu sementera: lo que sale del campo de año en año. Y habrás de comer ante HaShem tu D’s, en el lugar que habrá elegido para hacer morar Su Nombre allí, el diezmo de tu cereal, tu mosto y tu aceite, … para que aprendas a venerar a HaShem tu D’s todos los días».

A quienes se les dificulte traer a Jerusalém los frutos del segundo diezmo en virtud de lo prolongado del viaje o del peso de los frutos, pueden redimirlo cambiándolo por dinero, de modo tal que los frutos se transformen en bienes comunes (julín, profanos) y la santidad se transfiera al dinero, el cual se deberá traer a Jerusalém para una vez allí comprar alimentos y comerlos en estado de pureza, tal como se procede con el ma’aser shení.

Esta manera de actuar va en concordancia con lo que fuera dicho (ídem 24-26): «Pero cuando fuere mucho para ti el camino y no pudieras transportarlo, ya que estuviere distante de ti el lugar que habrá de elegir HaShem tu D’s para establecer Su Nombre allí, ya que te habrá bendecido HaShem tu D’s.  Lo trocarás por dinero; atarás el dinero en tu mano y te encaminarás al lugar que habrá de elegir HaShem tu D’s. Y podrás trocar el dinero por todo lo que desee tu ser: por vacunos, por ovinos, por vino y por licor, y por todo lo te pida tu ser; y habrás de comerlo allí, ante HaShem tu D’s, y te regocijaras tú y tu familia».

Al momento de redimir el diezmo por dinero, es preciso agregar un quinto al valor de los frutos, tal como fue dicho (Vaikrá-Levítico 27:30-31): «…y todo diezmo de la tierra, de la cosecha de la tierra o del fruto del árbol, de HaShem es, sacro es ante HaShem. Empero, si redimir redimiere el hombre de su diezmo, un quinto habrá de agregar sobre su valor». Este quinto se calcula sobre el total de los frutos, esto es, resulta necesario agregar una cuarta parte al precio de los frutos de manera tal que, el agregado resulte ser un quinto. Por ejemplo, si el precio de los frutos es 100, al agregarse un quinto será 125.

Los frutos del segundo diezmo son sagrados y está prohibido tratarlos como si fueran comunes (julín), esto es, queda prohibido venderlos o intercambiarlos.

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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