10- El significado del segundo diezmo (ma’aser shení)

Por medio de los frutos del segundo diezmo los hijos de Israel reforzaban el cumplimiento del precepto de peregrinar a Jerusalém en las Festividades de las Matzot, Shavu’ot y Sucot, ya que el precepto ordenaba ingerir en la ciudad sagrada un 6% del producido por los campos durante los seis años laborables del ciclo sabático, y el momento adecuado para hacerlo era durante las comidas festivas.

Era preceptivo hacer partícipes de estas comidas tanto a los leviím como a las personas necesitadas, y en la medida que una persona era más bendecida, podía prolongar su estancia en Jerusalém bajo el manto de la Divina Presencia e invitar a más leviím y a más personas necesitadas a sus comidas. Si tenía hijos que se dedicaban al estudio de la Torá, podía alentarlos a permanecer en Jerusalém para aprender más e ingerir del dinero del segundo diezmo, tal como fue dicho (Devarim-Deuteronomio 14:23): «para que aprendas a venerar a HaShem tu D’s» – «esto nos dice que el segundo diezmo induce a la persona al estudio de la Torá» (Sifrei Reé 106, Tosafot al Tratado de Baba Batra 21(A) en el párrafo que inicia con la palabra ‘כי’).

Por una parte, a quien le resultase difícil ascender a Jerusalém en las festividades inmediatas, podía guardar consigo el dinero de los frutos del segundo diezmo hasta aquella en la cual pudiese peregrinar. Sin embargo, por otro lado, no se puede posponer ilimitadamente la ingesta del diezmo, ya que la Torá estableció un tiempo límite para concluir su consumo y es el momento de «la eliminación de los diezmos» (como se explicará en la halajá 12).

También el precepto de la separación del ‘diezmo de los animales’ está destinado a conectar a los hijos de Israel con el Sagrado Templo (ver adelante 19:9), de modo tal que durante el ascenso a Jerusalém en las festividades, los peregrinos se alimentaban de los frutos del segundo diezmo y de los alimentos que adquirían con su conversión a dinero y de la carne de los sacrificios del diezmo de los animales. Cuanto más acreedores de la bendición Divina eran, más personas participaban de sus comidas.

De hecho, tanto el ‘segundo diezmo’ como el ‘diezmo de los animales’ eran una suerte de caja de ahorro espiritual destinada a la peregrinación y a la estancia en Jerusalém.

Del hecho de que el mismo diezmo fungiera durante cuatro años como ‘segundo diezmo’ y dos como ‘diezmo para el pobre’ se puede aprender que la santidad y la entrega a los menesterosos son una misma cuestión. En efecto, era especialmente preceptivo que los propietarios del ‘segundo diezmo’ y del ‘diezmo de los animales’ convidasen a las personas necesitadas a participar de sus comidas (ver Pninei Halajá Mo’adim 1:11:6).

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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