06- Casos dudosos

Cuando una comunidad judía detenta una tradición clara respecto de que un ave determinada es pura, las demás comunidades pueden confiar en ella, con la condición de que sea sabido que la tradición en cuestión es confiable y que el motivo por el cual el legado respecto de la pureza de la especie perduró únicamente en esa congregación obedece a que solamente en la región geográfica específica en la que solía habitar era dable encontrarla durante todos estos años.

No obstante, si las demás comunidades que no acostumbran a comer de la especie en cuestión tuviesen un motivo para abstenerse de hacerlo, por ejemplo, si las señales resultasen dudosas, o si considerasen que la comunidad que acostumbra a  ingerirla no ha sido suficientemente cuidadosa en la transmisión de la tradición, o si el ave se asemejase a otras pertenecientes a especies impuras tal que de ingerirse cabría temer que las personas pudieran llegar a ingerir por error las aves inadecuadas – deberán persistir en su costumbre (Siftei Cohén 82:11, según el Rosh y el Rashbá).

Sin embargo, los miembros de la comunidad que sí acostumbra a comerla pueden continuar haciéndolo, siempre y cuando cuenten con el visto bueno de sus rabinos.

Respecto del pavo, hubo quienes plantearon la pregunta ya que es aceptado que solamente se ingiere un ave respecto de la cual hay una tradición de que es pura desde los días de la Mishná, al tiempo que el pavo tiene su origen en el continente americano (tarnegol hodu) y fue descubierto en el 5252 (1492), por lo que resulta que se carece de una tradición respecto de su pureza. Si bien cuenta con todas las señales de pureza que indicaron nuestros sabios, hubo rabinos que no quisieron comerlo porque que no se detentaba una tradición a su respecto.

Sin embargo, en la práctica, se dictaminó que el pavo es puro, y en efecto, los judíos suelen ingerirlo (Kneset Haguedolá Yoré Deá 82:27). Tal como parece, los primeros rabinos que lo vieron no lo consideraron una nueva especie sino una variedad particular de pollo, por lo que no se requería que cuente con tradición. Empero, cabe suponer que, si la pregunta en cuestión se hubiese presentado ante otros rabinos, estos podrían haber adoptado una actitud más estricta y considerarla una especie separada respecto de la cual sí se requiere de una tradición especial.

Pero dado que los primeros rabinos que lo vieron dictaron que estaba permitido, y su sentencia se extendió a numerosas comunidades, todos los judíos tienen permitido ingerir pavo. Y hay quienes dicen que no se debe prohibir el pavo, ya que solamente en el caso de un ave rara no se la autoriza en virtud de sus señales requiriéndose de una tradición para permitirla, ya que se teme que a veces pudiera matar a otros seres vivos con sus garras y como no suele encontrarse entre nosotros, sencillamente aun no la hemos visto hacerlo. Pero cuando se trata de un ave que se encuentra entre nosotros por miles, y todo el mundo sabe que no es de rapiña, se puede comer de ella de acuerdo con las señales estipuladas por los sabios (Arugot Habosem 16, Meshiv Davar 2:22).

Índice de halajot en el capítulo

Índice de capítulos

Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
Ordenar ahora