Sangre que es hallada en un huevo, si es en el sitio en el cual comienza a formarse el polluelo -recae sobre esta la prohibición del consumo de sangre la cual se extenderá a la totalidad del huevo. Hay juristas que opinan que la prohibición de esta sangre tiene su origen en la Torá, pues así como la sangre del polluelo está prohibida por la Torá, de igual manera lo está aquella a partir de la cual comienza la formación del polluelo (Rashbá y Rosh); al tiempo que otros consideran que la prohibición es por prescripción rabínica, ya que en la práctica no se trata aún de la sangre del nefesh (alma vital) que es aquella que le da vida al ave (Rabí Ytzjak Alfasi, Rabí Aharón Halevi, Sha’arei Dura).
Sin embargo, si la sangre que se encontró en el huevo no se encuentra en el sitio donde comienza a formarse el polluelo –no estará prohibida, no obstante, por una cuestión de apariencia (mar’ít ain), es preciso retirarla y el huevo podrá ser consumido. Esta sangre aparece cuando alguno de los vasos capilares que rodean al huevo se rompe al inicio de su formación.
Los sabios medievales (rishonim) debatieron acerca cuál es el sitio a partir del cual el polluelo comienza a formarse. Hay quienes dicen que es en la parte interior amarilla del huevo que se denomina yema (Rabí Ytzjak Alfasi, Rambám y Shulján Aruj 66:3). Por otra parte, hay quienes opinan que este sitio se halla en la parte exterior blanca denominada clara (Rabí Aharón Halevi, Rabí Shlomó Luria). Y hay quienes consideran que, si la sangre se encuentra en el sitio de conexión de la yema con el costado del huevo, solamente la sangre estará prohibida pero el resto del huevo podrá ser ingerido pues la formación del polluelo no ha comenzado aún. Cuando la sangre se expande desde el sitio de conexión de la clara con el núcleo de la yema ello indica que la formación del polluelo ha comenzado y se prohíbe el consumo de la totalidad del huevo (Rashi y Tosafot). En la práctica, dado que en todo sitio en el cual hay sangre en el huevo cabe temer que según alguna de las corrientes de opinión se trate de aquella vinculada al comienzo de la formación del polluelo que prohíbe la totalidad del huevo -ante cualquier sangre que se hallase se acostumbra a prohibirlo en su totalidad (Ramá 66:4, Bait Jadash, Ben Ysh Jai).
Si bien la sangre correspondiente al inicio de la formación del polluelo está prohibida, quien desee comer un huevo duro o perforar la cáscara para succionar su contenido no precisa revisarlo previo a su ingesta, ya que en la gran mayoría de los huevos no hay sangre, y según la regla general por la que procedemos nos guiamos de acuerdo con la mayoría. No obstante, si se rompen unos huevos para hacer con ellos una tortilla u omelette o para mezclarlos en un guiso o en un producto horneado, dado que de todas maneras se ve el interior del huevo, es preciso adoptar la actitud estricta y revisarlo por si contiene sangre (Beit Yosef y Shulján Aruj Ramá 66:8). Y dado que, si se encontrare sangre, todo el huevo resultará prohibido, es conveniente revisarlo en un recipiente separado para que en caso de hallársela solo se descarte el huevo en cuestión y no sea necesario desechar a los demás ni el guisado en el cual están mezclados.
Todo lo que aprendimos hasta el momento se refiere a un huevo fecundado, esto es, proveniente de una gallina que fuera fecundada por un gallo cuyos huevos pueden desarrollarse y devenir en polluelos, tal como eran la mayoría de los huevos en el pasado.