La segunda regla es que se trate de un alimento que “se sirva en una mesa de reyes y acompañe el pan”. “Una mesa de reyes”, esto es, una comida de personas distinguidas, y “que acompañe el pan” (véase más arriba explicación en nota al pie de “lelafet bo et hapat”) significa que sea ingerido en el marco de la comida, que sea un componente central de esta y satisfaga o aplaque el apetito, o en su defecto, que sea servido a modo de postre al final de la comida. Esto es, una comida cocida hecha a base de un alimento que no suele comerse crudo, si no suele comerse en el marco de una comida distinguida, no quedará incluida en la prohibición de los alimentos cocidos por gentiles. Esto depende del tiempo y el lugar. Por lo tanto, en nuestros días, a raíz de la enorme variedad de alimentos de la que disponemos y la apertura existente en el seno de las personas a experimentar los distintos tipos de cocina, todos aquellos alimentos que las personas acostumbren a servir en una comida pueden ser servidos en una mesa de reyes. Y también en el caso de una persona que no acostumbre a servir determinado tipo de alimento en una comida importante, mientras sepa que en su entorno es a veces aceptado servirlo, este podrá ingresar en la categoría de la prohibición de comida cocinada por gentiles.
Sin embargo, en el caso de los alimentos que no fueron destinados a ser ingeridos o a ser servidos como postre en el marco de una comida, como en el caso de los dulces, el chocolate, los distintos tipos de semillas horneadas y demás snacks –no recaerá sobre estos la prohibición de ingerir una comida cocinada por gentiles.
En el caso de los cereales de la mañana y las galletas de arroz –recae sobre estos la prohibición de comida cocinada por gentiles porque se acostumbra a ingerirlos en el desayuno hasta quedar satisfechos.
En lo que refiere al café y las bebidas alcohólicas –no rige sobre estos la prohibición de comida cocinada por gentiles ya que fueron destinados a ser consumidos y están constituidos mayoritariamente por agua, la cual suele ser bebida al natural. Como prueba de esto, por el café se recita la bendición de “shehakol nihiá bidvaró” (que todo fue creado conforme a Su palabra) y no “boré pri haetz” (creador del fruto del árbol) aunque los granos del café provienen de un árbol; por el vodka se recita la bendición “shehakol nihiá bidvaró” y no “boré pri haadamá” que es lo que correspondería en virtud de lo granos de cereal con los cuales fue elaborado (Tosafot a Avodá Zará 31(B) en el pasaje que comienza con la expresión תרוויהו, Turei Zahav 114:1). Hay quienes agregaron un razonamiento suplementario al permiso concedido a estas bebidas, al sostener que el café y el té no son necesariamente servidos en el marco de una comida (Pri Jadash 6, Zera Emet Oraj Jaim 41).