05 – El vino cocido (iain mevushal)

Un vino cocido no se torna prohibido por el contacto de un gentil ya que los adoradores de ídolos no solían libar vino cocido a sus deidades, y un vino que no es digno de ser libado no resulta prohibido por el contacto de un gentil. Sin embargo, si el gentil en cuestión lo tocare antes de que este hubiere sido cocido, dado que ya quedó prohibido, la cocción no lo habrá de liberar de su de su inaptitud (Tratado de Avodá Zará 29(B)).

Las autoridades halájicas debatieron sobre a partir de qué momento se considera que el vino resulta cocido, y se enunciaron diferentes definiciones. En la práctica, hay dos ideas. Según la opinión de los que detentan una actitud estricta, el punto de cocción es a partir de que su sabor se ve claramente modificado, tal como ocurre luego de que el vino hierve y permanece sobre el fuego hasta que sus líquidos se ven claramente disminuidos por efecto de la evaporación. Según la opinión de los que detentan una opinión más flexible, el punto de cocción es a partir del momento en que el vino alcanza una temperatura en la cual su sabor comienza a modificarse, lo cual ocurre a los setenta grados centígrados, que es cuando el alcohol del vino comienza a evaporarse. Dado que la prohibición del vino elaborado por gentiles es de origen rabínico, la halajá final es según la opinión flexible.

Sin embargo, las autoridades halájicas contemporáneas polemizaron en lo que respecta al vino y al jugo de uva pasteurizados, esto es, que fueron calentados a una temperatura de setenta grados u ochenta grados centígrados para esterilizarlo de microorganismos y levaduras, de modo tal que no haya más fermentación y su sabor se mantenga inalterado.

Hay quienes adoptan hacia la pasteurización una actitud estricta, ya que esta no altera el sabor del vino, y si bien el alcohol comienza a evaporarse, dado que la pasteurización se lleva a cabo en recipientes cerrados, el alcohol regresa al vino y por ende el sabor no cambia. Además, es preciso tomar en cuenta la opinión estricta que entiende que solamente si abundante líquido del vino lograre evaporarse y su sabor se viera claramente alterado –el vino quedará libre de la prohibición (Rav Shlomo Zalman Auerbach, Or Letzión, Rav Eliashiv).

Por su parte, están quienes consideran que, dado que en la práctica el vino alcanzó la temperatura en la cual se cocina y el alcohol que contiene comienza a evaporarse, su naturaleza ha cambiado y la prohibición ya no rige sobre él. Y si bien el alcohol que se evapora regresa luego al vino, dado que hubo una etapa en la cual salió de este, el vino ingresa en el estatus de cocido. Agregado a esto, las personas de paladar exquisito perciben que el sabor del vino se ve levemente alterado (Igrot Moshé, Rav Goren, Yabía Omer, Minjat Yehudá). Dado que el fundamento de la prohibición es de origen rabínico, la halajá final es conforme a la opinión flexible. Y quienes desean proceder con excelencia adoptan la postura estricta. Sin embargo, en caso de que pudiera resultar ofendida una persona que no corresponde que lo sea, quien desee proceder con excelencia -habrá de actuar conforme a la opinión flexible.

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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