La diferencia entre las ollas destinadas a la cocción cuya kasherización se realiza por medio de la inmersión en agua hirviendo, y las bandejas de hornear y las brochetas destinadas a asar y hornear que se kasherizan por medio de su exposición al fuego directo radica en que la cocción de las ollas se realiza por medio de líquidos que ablandan el alimento, y por ende, los restos de este se adhieren y absorben a la pared del utensilio levemente.
Por su parte, el objetivo del horneado y del asado es alcanzar la cocción mediante la eliminación de los componentes líquidos del alimento, y por ende, los restos que se adhieren a las paredes y son absorbidos en el utensilio lo hacen en un grado mayor. Y a pesar de que las asaderas de hornear son untadas con aceite, su kasherización es por medio de su exposición al fuego directo (libún), ya que el aceite está destinado a evitar que el alimento se pegue y no a ablandar el producto horneado.
Si se coció en una olla un alimento taref que se secó, aunque al final de la cocción ya no quedaba líquido en el utensilio, se kasherizará igualmente por medio de su inmersión en agua hirviendo, ya que en un inicio la absorción del sabor tuvo lugar por medio de líquidos. Además, se procede de acuerdo con el propósito general del utensilio en cuestión, el cual fue destinado a cocinar y no a hornear (Rosh).
Según esto, la kasherización de una sartén se realiza por medio de su inmersión en agua hirviendo, ya que el aceite que se coloca en su interior está destinado a agregar líquido al alimento. Y esta es la diferencia entre hornear y freír, pues el horneado, seca al alimento, al tiempo que el freído lo torna más jugoso. Así opinan la mayoría de los sabios medievales (Rosh, Rabí Eliezer ben Yoel Haleví, Mordejai y Shaarei Dura).
Y están quienes opinan que la kasherización de una sartén se debe llevar a cabo por medio de su exposición al fuego directo (libún), ya que se suele freír en la sartén con algo de aceite, y a menudo ocurre que este se acaba y la absorción tiene lugar en seco, sobre el fuego. Además, a veces al comienzo, hay lugares en la sartén que carecen de aceite y la absorción es por el fuego por lo que la sartén debe ser kasherizada por medio del libún (Rashbá y Rabenu Yoel).
En la práctica, es preciso kasherizar la sartén por medio de su exposición a un fuego moderado (libún kal), esto es, calentarla sobre el fuego de la hornalla al grado de que, si se ha de colocar sobre esta un trozo de papel, este habrá de chamuscarse, o si se ha de extender sobre su borde un hilo fino, este se chamuscará y romperá por causa del calor. Esto es así ya que la kasherización del utensilio se lleva a cabo del mismo modo como se procedió a emplearlo. Además, así es más cómodo kasherizarla, ya que se trata de calentar la sartén mientras está vacía sobre el mismo fuego sobre el cual se suele freír con ella.