Nuestros sabios establecieron que una porción (en hebreo jatijá, lit. “trozo”) digna de ser servida a un invitado no se anule ni siquiera en mil, porque en virtud de su gran importancia, aunque se mezcle en sesenta, no se anulará en la mente de la persona.
Se trata de una trozo o porción que puede servírsele a un invitado honorable como plato principal para que, por su intermedio, sumado al pan, al arroz u otro acompañamiento, quede satisfecho. Esto depende del tiempo y del lugar. Hubo épocas en las que a un invitado se le solía servir una porción mediana de carne o de queso duro, pues a estos se los solía acompañar con grandes cantidades de pan, y al ingerirlos conjuntamente, la gente quedaba satisfecha.
En cambio, en nuestros días, en los que los alimentos abundan, una porción digna de ser servida a un invitado importante debe ser cuanto menos un cuarto grande de pollo o un trozo de carne vacuna de idéntico volumen. Cuando cabe dudar si la porción es o no digna de ser servida a un invitado de honor, dado que se trata de una normativa de prescripción rabínica, se adopta una actitud flexible y se la considera como un alimento prohibido común.
Hay quienes dicen que solamente se considera una porción digna de ser servida a un invitado importante a aquella que ya está pronta para ser ingerida, pero si su cocción aún no finalizó, o si es demasiado grande, ingresa en la categoría de los demás alimentos prohibidos (Rabenu Nisim, Shulján Aruj 101:3).
Si bien muchos de los sabios medievales (rishonim) y los de las últimas generaciones (ajaronim) adoptaron hacia esta cuestión una actitud estricta y la consideraron como tal aun estando cruda o siendo de gran tamaño, dado que se trata de una norma de prescripción rabínica, en caso de gran necesidad o apremio es posible respaldarse en la opinión flexible.
Asimismo, cuando la porción está prohibida por prescripción rabínica, si es digna de ser servida a un invitado importante, no se anula. La actitud estricta de no anular una porción digna de ser servida a un invitado importante rige a condición de que esta sea en sí misma no kasher, por ejemplo, que se trate de carne taref o que se cocinó con leche. Sin embargo, si resultó prohibida a raíz de que absorbió sabor no kasher, por ejemplo, si se coció con salsa taref, dado que el componente prohibido no es digno de ser servido a una persona honorable, la porción en su totalidad es considerada como un alimento prohibido común (Shulján Aruj y Ramá 101:2). En caso de que las porciones se hubieren cortado en pedazos más chicos al punto de que ya no son dignas de ser servidas a un invitado importante, retornan a su estatus de alimentos prohibidos comunes que se anulan en las proporciones ordinarias (Shulján Aruj 101:6).